Alcatraz - la carcel en "la roca" y su legendaria fuga
Este famoso presidio, albergó entre sus paredes a los más famosos delincuentes de la época: ladrones de bancos, gángsters, secuestradores y asesinos, que según la opinión publica eran los reclusos federales más peligrosos e incorregibles de los Estados Unidos. Nombres tan conocidos en estos años como Al “Scarface” Capone, Alvin “Creepy” Karpis(el primer enemigo público nº 1) George “Gun Machine” Kelly, Roy Garner, Mickey Cohen, James “Whitney” Bulger, Robert F. Stroud ”The Birdman of Alcatraz” Henri Young y el asesino Joe Cretzer ….., fueron albergados entre sus paredes. Este presidio servia de amenaza y de advertencia para los reclusos de los distintos penitenciarios federales de la nación; aceptaba solo a criminales que no querían obedecer la reglas, ni podían ser sometidos en otras cárceles y aquí estaban obligados a aceptar a un régimen penitenciario preparado para sofocar su rebeldía y aplastar su resistencia.
Alcatraz fue promovida por el Departamento Federal de Prisiones como ejemplo nacional del castigo que estos iban a ser sometidos entre sus muros, pero este también luchaba para protegerla del escrutinio público. Todo ello envolvía a Alcatraz, en una especie de halo de misterio, tan denso como la neblina de verano que la envolvía en la cual frecuentemente estaba sumergida la isla. Toda esta fama que rodeaba la isla, en apariencia a prueba de fugas, fue denominada como “Umcle Sam`s Devil`s Island” o “Hellcatraz”. Las vistas que desde allí se observan dentro del paraíso de San Francisco, pintorescas con la bahía llena de veleros que vistos desde el presidio no hacían más que aumentar la desesperación de sus reclusos.
Han transcurrido más de cinco décadas desde que los últimos prisioneros dejaron la isla. Atrás han quedado las pequeñas celdas de un metro y medio por tres metros de área, donde un colchón delgado y estrecho, entrelazado con láminas de acero, en un cubículo de menor espacio que los refugios de animales permiten aposentar a los perros. Las paredes pintadas de blanco y dos matices de un verde putrefacto, adornadas con una bombilla que llena este espacio con su luz.
(Aspecto de la celda donde se “supone” estuvo encarcelado Al Capone. Foto de Josep Subirats).
A tan solo dos kilómetros de distancia estaba la libertad. Se oían los motores de las embarcaciones de recreo, con sus sirenas, bocinas e incluso las risas de las mujeres que pululaban en el Sant Francis Yacht Club, ello hacía aumentar la desesperación de los presos. Y luego estaban los pájaros.
A un preso veterano estos graznidos de las gaviotas ponedoras no le llegaban a perturbar, pero a un “pez” recluso nuevo en Alcatraz, estos ruidos no les dejaban conciliar el sueño. Esto a las dos de la mañana, en la Roca perturbaba su descanso y estremecía a sus habitantes.
HISTORIA DE ALCATRAZ
Según cuentan algunas leyendas los indios norteamericanos la consideraban “lugar de espíritus malignos”. Fue descubierta en 1.775, por el español, Juan Manuel de Ayala, que le puso por nombre “Isla de los Alcatraces”, aves que moraban en la misma. Las difíciles condiciones de la isla, 22 acres de piedra arenisca barrida por el viento y sin agua potable, hizo que ni estos, ni los primeros europeos, ni los mismos mexicanos se sirvieran de la Roca.
(Alcatraz, el ave marina que da nombre a la isla).
Fue en 1.890, cuando ingenieros militares norteamericanos dieron su visto bueno a la construcción de una fortaleza militar, como vigilante del puerto estratégico donde pasaba buena parte del comercio del oro. Los obreros cortan plataformas llanas en la roca de la isla y construyeron fortificaciones donde asentaron cañones para su defensa y en las faldas de la misma depósitos para las municiones. Bien fortificada, se llegó a la guerra civil(1861-1865), donde el único hecho de armas destacable fue el disparo de sus baterías contra un barco sin identificar.
Esta cumplió con la función de prisión militar improvisada: La primera guarnición que tuvo la isla, llegó con once prisioneros militares. En la Roca se internaban los que no querían servir bajo la bandera de la Unión. Además tras la suspensión del “habeas corpus”, por parte de Abraham Lincoln, se internaron los simpatizantes confederados, que portaban unas bolas de hierro de hasta veinticuatro libras encadenadas en las piernas, rompían las piedras y traspalaban tierra, pagando con sudor y lagrimas su traición.
(En 1.902, prisioneros del ejército verificados durante el mediodía. La deserción, el robo o el asalto eran varios de los motivos por los que los condenados eran recluidos en La Roca. GGNRA/PARC 84 -21)
También eran internados desertores, prisioneros indios tras las guerras contra estos y en general todos los que se oponían a las directrices del gobierno de la Unión. En 1.898, también fueron trasladados los prisioneros de las guerras contra México, lo que obligó a la guarnición a construir un nuevo edificio de celdas. En 1.912, se completó la construcción de tres plantas de piso que es junto al faro, lo más destacado de la isla. En 1.933, el alto coste de mantener el “cuartel disciplinario” y la mala fama divulgada por la prensa, forzaron al ejército a cerrar la prisión.
Aquí entró en liza, el nuevo y agresivo director del F.B.I. J. Edgar Hoover, que tras el auge de la Ley Seca y la organización de las mafias, bien armadas, que controlaban las destilerías más la gran depresión de los 1.930. Todo ello cambió la opinión de la opinión pública para acabar con la ola de crímenes de “Ma” Barker, Boonie Parker y Clyde Barrow y sobre todo John Dillinger y los muchos problemas que los gangsters causaban en las prisiones federales, lo que aprovechó Hoover para convencer al procurador general de los EE.UU. Homer Cummings, de la necesidad de una “super prisión”. Alcatraz fue la elegida y James A. Johnston, el encargado de dirigirla.
En un principio este, un hombre de leyes y banquero de 60 años de edad, no parecía la persona más idónea, pero dos décadas antes el gobernador de California le encargó poner orden en la caótica prisión de Folsom. Ahí demostró su buen hacer en el cargo, ganándose la fama de reformador estricto, pero humanitario, suprimió las rayas de los uniformes y los castigos corporales, entre otras cosas.
En Alcatraz, puso en práctica el modelo de Frederick W. Taylor, llamado “padre de la administración científica”, cuyos estudios de tiempo y movimiento hicieron que las fábricas estadounidenses fueran un modelo de eficiencia. Relegó del trabajo la necesidad del pensamiento y los substituyó por una rutina entumecedora. El Alcatraz de Johnston llevó a la ciencia penal a un nuevo nivel.
De los cuatro bloques de celdas independientes de tres pisos cada una, en tres de ellas reemplazó las puertas de llave y las láminas de hierro blando con barras de acero fortalecido y a prueba de herramientas, e instaló un nuevo sistema de cierre. El ruido ensordecedor de estas al cerrarse, recordaba a los reclusos que los guardias tenían todo el control.
(Maqueta de la situación de Alcatraz).
Contaba con 336 celdas reformadas y disponibles, pero la mayoría de presos se encontraban en los bloques B y C, divididos por un pasillo de hasta 300 pies de largo, llamado “Broadway”, por los reclusos. En el D, estaban los incomunicados y aislados, en seis celdas de esta sección, llamadas “el hueco” por los reclusos. Disponían de solidas puertas de metal con paneles con vidrio que se podían abrir y cerrar. En ellas se podía pasar un día, una semana o hasta 19 días consecutivos, en una tenebrosa obscuridad total.
La distribución de las cárceles estadounidenses era de un guardia por cada diez prisioneros, Johnston contrató uno por cada tres en Alcatraz. Ordenaba hasta doce “recuentos” oficiales al día y los no oficiales podían llegar por sorpresa, estaban sobre los cincuenta diarios. Aunque alguien pudiera pasar desapercibido por los guardias, aún quedaba la barrera natural, las fuertes corrientes y las turbulentas aguas de la bahía, con unas temperaturas entre 4 y 10 grados centígrados.
(Agosto de 1.934, antes de recibir los primeros reclusos, el director Johnston(el segundo por la derecha) explica los pormenores de la misma al alcalde de S. Francisco, Angelo Rossi, el procurador general, Homer S. Cummings y el jefe de policía de S. Francisco, William Quinn, en concreto las nuevas puertas automáticas. Biblioteca J Porter Show, Colección fotográfica Don Denevi P83-144.060n).
En teoría, ningún hombre estaba destinado a Alcatraz, se lo ganaba en base a su carácter agresivo, destructivo, amenazante o que pusiera en riesgo la seguridad de la prisión federal donde estaba internado. Solo un conflicto puntual con un guardia era un motivo suficiente. Aunque también los reclusos podían ganarse el marchar de la isla, para ingresar en otra prisión. La idea era que no pudieran ganarse la libertad condicional en Alcatraz(bien es cierto que algunos fueron liberados de la isla al cumplir sus condenas). Otra de las argucias de los reclusos era abandonar la isla desde la morgue; aunque algunos de ellos ya fallecidos, abandonaron la isla encadenados y esposados.
El 18 de agosto de 1.934, Johnston y el procurador Cummings, enseñaron la prisión remodelada a la prensa, pero sin informar de la llegada de los primeros presos ni su destino en las celdas. Esta fue la última vez que los periodistas pudieron entrar en La Roca por más de una década.
(Al Capone, su esposa y los Chaplin.)
En estas mismas horas, en la prisión federal de Atlanta unos 53 presos fueron apiñados en un tren con destino a La Roca. Entre ellos se encontraba Al Capone, el cual había vivido como un rey en su prisión de Georgia, fumando cigarros habanos, usando ropa interior de seda fina y aún dirigiendo algunos de sus negocios ilícitos desde la cárcel. Todo esto le iba a cambiar en Alcatraz. Pocos días después llegaban desde Leavenworth: George “Machine Gun” Kelly y el atracador de trenes de correo y experto en fugas, Roy Gardner.
Como primer paso para su ingreso en La Roca, se les obligó a ducharse y desnudarse para su registro; también a algunos se les hacía caminar desnudos por “Broadway”. Según Johnston esto les hacía perder su dignidad y ya en su celda se les hacía entrega de un overol sencillo y una copia de libro “Reglas y Reglamentos “ de la prisión.
Entre ellos destacaba “tiene derecho a alimentos, ropa, abrigo y atención médica”..... “Todo lo demás es un privilegio”. La censura estaba muy presente en todos los libros, revistas actuales, además del correo que se podía escribir y recibir, pero en muchas ocasiones ni se entregaba. El espacio de recreo estaba limitado a dos horas los domingos, en que podían jugar a béisbol, dominó o el tejo. Se les permitía trabajar o bien en la cocina o en alguna de las tiendas de La Roca, pero al carecer de economato ,estos no podían gastar su misero sueldo.
Los reos con buena conducta podían tener una visita al mes, tanto de familiares, como de personas aprobadas por el director. Esto ofrecía poco al recluso ya que estas se hacían a través de un grueso vidrio y comunicarse por teléfono. Los visitantes pasaban por las mismas indignidades de los reclusos y se cuenta que a la misma madre de Capone, los soportes metálicos del corsé de la corpulenta mujer activaban en cada momento los detectores de metal, de tal manera que ella no volvió nunca más de visita a La Roca.
El director Johnston, declaró que cualquiera de los “privilegios” podían ser retirados en cualquier momento por cualquier tipo de transgresión. En sus primeros años, estos incluía el hablar, con un mínimo de cinco días en el correctivo. Pegarle a un guardián, representaba un cierto tiempo en “el hueco”. Enfrentado con los presos más peligrosos-el ya llamado por sus presos “SaltWater”Johnston- ordenaba para calmarlos que les echaran manguerazos de agua fría de la misma bahía a alta presión.
(Reclusos en la librería de la cárcel de Alcatraz).
La monotonía diaria comenzaba a las 6,30 horas con el estruendo explosivo de la alarma y tras veinte minutos, donde los reclusos tenían que lavarse los dientes, tender sus camas, vestirse y ponerse de pie delante de sus celdas para el primer recuento del día. Tras esto caminar en marcha por “Broadway”, por debajo del reloj de la cárcel, llamado “Times Square” y entrar al comedor. El alimento era abundante y variado, tan estructurado como el resto de la rutina. El tiempo para injerir los alimentos era de veinte minutos y al silbato puesta en pie, para luego pasar por el detector de metales para evitar sacar cubiertos del comedor, que eran controlados escrupulosamente. Tras esto otro recuento y en marcha hacia las celdas. Las comidas y cenas eran bajo el mismo sistema, para luego marchar a los talleres donde confeccionaban guantes y lavaban ropa. Otra vez más controles con presos desnudos y otros registros al azar. A las 5,30 ya se hallaban de regreso a sus celdas y a las 9,30 estas quedaban en obscuridad total. Los días nublados-aún eran más monótonos- donde los guardias no tenían una visión de tiro claro, solo se dejaba ir a los hombres al comedor.
(El cercado de alambre de púas, las rejas, los guardias armados tenían el propósito de hacer la fuga de la prisión, poco menos que imposible. Colección fotográfica GGNPA).
Esta rutinas y el sistema empleado por Johnston, llevaría a muchos de estos a auto-mutilarse para buscar una estancia más “cómoda” en el hospital del presidio. Estas noticias comenzaron a escamparse y el secretismo conque Departamento de Prisiones trataba a Alcatraz no hizo sino aumentar la curiosidad de la opinión pública de lo que allí dentro sucedía. Los periodistas buscaron información, de primera mano, en los prisioneros recién liberados. Uno de estos, William Ambrose, informó al San Francisco Chronicle,”Es la cárcel más cruel que he visto. La desesperación es lo que más te afecta”.
En 1.938, otro rotativo de The Saturday Evening Post, publicaba un articulo sensacionalista de Brian Conway, otro ex-reo de La Roca, en el que se denunciaba que en los últimos doce meses se habían vuelto locos violentos hasta 14 prisioneros. Esto que se demostró que no era fiable, pero lo que si es cierto que en 29 años de servicio en La Roca, hasta cinco prisioneros se quitaron la vida en la prisión.
(Vista aérea de la prisión de Alcatraz)
PROCESO EN ALCATRAZ
Normalmente, Johnston y sus colegas se ocupaban de todo lo ocurrido en la prisión , incluidos los crímenes. En 1.941, Henry Young fue procesado por un tribunal de San Francisco por el asesinato de otro compañero de Alcatraz, Rufus Mc Cain. Ambos habían intentado una fuga frustrada en 1.939 y Young estaba seguro que su compañero los había delatado; tras dos años de aislamiento y reintegrado a Alcatraz. Young le asestó varias puñaladas a Mc Cain, que le produjeron la muerte. Lo que normalmente era resuelto por Johnston, esta vez pasó a un tribunal, ya que el acusado se enfrentaba a la pena de muerte, en la cámara de gas, que se hubiera debido cumplir en la prisión estatal de San Quentin, cercana a La Roca. Se esperaba esta sentencia, pero los abogados, Sol Abrams y James McInnis, procesaron a Alcatraz, no a Young.
La defensa aludió que los golpes recibidos por su defendido, propinados por sus guardianes, le produjeron una especie de “coma psicológica” y que en el momento del homicidio estaba “legalmente inconsciente”. Otros prisioneros que comparecieron ante el juez dieron fe de la brutalidad sistemática que la prisión tenía por norma. La prensa puso en la picota a la prisión y el mismo McInnis, declaró: ” Fue Alcatraz quien mató a Mc Cain. La fría y sádica lógica conque algunos llaman la ciencia penal fue la que lo asesinó”.
El jurado quedó convencido y se acusó a Young de homicidio no premeditado, La presión política se vino encima a la prisión, pero Alcatraz esquivo la cuestión. Estamos en diciembre y el ataque a Pearl Harbour, desvió la atención de medios y opinión pública sobre esta cuestión.
(Ficha policial de Robert F. Stroud, el hombre pájaro).
THE BIRDMAN OF ALCATRAZ
El más famoso prisionero de la isla era probablemente Robert Stroud, llamado “Birdman of Alcatraz”. En realidad, Stroud nunca tuvo pájaros en Alcatraz, ni fue la persona del abuelo retratada por Burt Lancaster en la película bien conocida. En 1.909, Stroud fue declarado culpable de homicidio: mientras cumplía su condena de prisión en la penitenciaría de los Estados Unidos, Mc Neil Island, Washington, atacó brutalmente a otra persona. Esto dio lugar a su traslado a la prisión de Leavenworth, en Kansas. Fue en esta prisión donde Stroud se convirtió en investigador de enfermedades de aves. En 1.916, tras cancelarle un permiso para la visita de su hermano, el mató a una guardia de esta prisión, delante de mil cien reclusos y fue condenado a homicidio en primer grado y recibió la condena a muerte.
Su madre suplicó por su vida y en 1.920, el Presidente Woodrow Wilson le conmutó la sentencia de muerte por la de prisión de por vida. Fue el comportamiento violento lo que le dio tiempo en la segregación. Durante 30 años en Leavenworth, tras encontrar una ave herida en el patio de la prisión, desarrolló su interés por las aves y, finalmente, escribió dos libros sobre canarios y sus enfermedades. Inicialmente, los funcionarios de la prisión permitieron los estudios de aves de Stroud e incluso un laboratorio dentro de dos celdas contiguas, porque se consideraba un uso constructivo de su tiempo. Stroud escribió dos libros sobre los canarios y sus enfermedades: “ Diseases of Canaris” y “Stroud`s Digest on the diseases of birds”. Llegó a criar hasta 300 especies, lo que le llevó a estudiar sus hábitos y enfermedades, incluso comercializó medicamentos que fueran efectivos contra las mismas. No se conocen que fueran efectivos contra ellas.
Sin embargo, los funcionarios de la prisión encontraron artículos de contrabando ocultos en las jaulas de pájaros. Stroud había solicitado sus estudios "científicos" que en realidad se habían utilizado para construir un alambique para "elaboración casera" de licor. Stroud fue transferido a Alcatraz en 1942 y era odiado tanto por los guardianes como por los reclusos.
Según se cuenta era un genio, pero además un maníaco psicótico. Pasó los siguientes 17 años (6 años en segregación en D Block y 11 años en una celda aislada en el hospital de la prisión).
En Alcatraz no se le permitió tener pájaros. Tanto el biógrafo de Stroud, como los ingeniosos guionistas de Hollywood, estaban convencidos que si primero el libro y después la película, se titulaba “El doctor de las aves en Leavenworth”, no vendería nada, pero si lo haría con un titulo más llamativo, como “The Birdman of Alcatraz”, que fue llevada a la gran pantalla en 1.962, por un Burt Lancaster, que nos cautivó a todos con la historia. Los guardias de La Roca nunca perdonaron al actor que presentara a Robert Stroud como un anciano venerable, cuando ellos lo conocían como un detestable buitre
En 1959, fue trasladado al Centro Médico para presos federales en Springfield, Missouri, donde murió el 21 de noviembre de 1963. Si bien varios criminales conocidos, como los anteriormente citados, pasaron tiempo en Alcatraz, la mayoría de los 1.576 presos encarcelados no eran mafiosos bien conocidos, pero sí prisioneros que se negaron a cumplir. las reglas y regulaciones de otras instituciones federales, que se consideraron violentas y peligrosas o que se consideraron riesgos de escape.
Alcatraz sirvió como prisión ejemplar del sistema penitenciario de los EE.UU. Si un hombre no se comportara en otra institución, podía ser enviado a Alcatraz, cuando las rutinas diarias altamente estructuradas y monótonas fueron diseñadas para enseñar a un preso a seguir las reglas y regulaciones.
FUGAS EN LA ROCA
La primera de ellas tuvo lugar el 27 de abril de 1.936 y fue protagonizada por el recluso Joseph Bowers, que en el momento de sacar la basura, trepó por el muro, donde los guardianes le abatieron. Un año más tarde, un par de ellos, Ralph Roe y Theodore Cole, consiguieron fugarse de la prisión, cortando las barras de sus celdas y se lanzan a las aguas de la bahía, pero nunca se les volvió a ver en público, se cree que perecieron ahogados. Muchos de ellos pensaban en la manera de fugarse de La Roca durante el mucho tiempo de que disponían.
Estos robaban de los talleres, lavanderías, muelles.... cualquier herramienta que se pudiera utilizar para cortar barras o excavar en el cemento. Amarrando dos hilos a una navaja pequeña, esta era se podía fácilmente ocultar en los desagües del lavabo, en la taza del baño o en lugar que la imaginación de los presos creyeran que no podía ser encontrada. Los presidiarios tenían mucho tiempo para memorizar los cambios de guardia, las idas y venidas de sus carceleros.....Pero en último lugar siempre estaba el agua.
La barrera tan increíblemente efectiva de la bahía de San Francisco, era por sí sola capaz de aplacar cualquier ansía de libertad de los reclusos. Uno de ellos, Floyd Hamilton, (enemigo público nº 1), llegó hasta el agua y desapareció durante unos tres días. La búsqueda subsiguiente no dio ningún resultado positivo. Pero este no se atrevió a nadar hacia la costa, se escondió en las cuevas del mar que se habían formado en la piedra arenisca de la isla. Hambriento, mojado y con frio, retornó a un almacén de La Roca y allí se durmió con tranquilidad a la espera de su captura.
(Aspecto de la celda de uno de los fugados.)
LA BATALLA POR ALCATRAZ
Esta fue la más sangrienta de todas las intentonas y sucedió en mayo de 1.946, media docena de reclusos comandados por el atracador de bancos, Bernard Paul Coy, con la ayuda de Joseph Cretzer, lograron hacerse con el control del presidio. Coy estudió los movimientos de los guardianes, durante varios meses, se embadurnó con grasa en el eje en la cabeza, pecho y extremidades y comenzó la escalada a la Galería de Armas del West End, mano a mano, subió hasta la misma cima. Allí colocó un dispositivo esparcidor que se había fabricado él mismo, entre dos barras que estaban separadas unas 5 pulgadas y después colocó una pequeña llave que le permitió separar las barras unas 10 pulgadas de ancho. Coy había estado siguiendo una peculiar toma de alimentos que le permitirían reducir su masa corporal. Ello le permitió, después de esta dolorosa acción penetrar su cuerpo por la abertura y llegar a la Galería West Gun.
Aquí entran en juego sus cómplices y Coy que estaba emboscado, agachado tras la puerta de acceso fuera del campo visual del oficial, espera que este se acerque a la puerta alertado por los gritos de los compañeros de Coy y empuja fuertemente la puerta de acero para derribar al oficial carcelario. Acto seguido se abalanzó sobre este y lo estranguló con su propia corbata. Tras ello Coy se hizo con las llaves y con armas de fuego y elementos antidisturbios, que repartió entre sus cómplices. Una vez armados, apresan a 9 guardianes, luego se dirigen en busca de la llave del patio de recreo.
Esta fue escondida por un guardia, llamado Miller que había conseguido esconderla tras entregar el resto de ellas, la vital que daba acceso al patio. Las sirenas comenzaron a aullar indicando la fuga de tal manera que miles de de personas se agolpaban en la bahía de S. Francisco y desde los telescopios de monedas contemplaban el insólito espectáculo.
(Momento culminante del motín, la Infantería de Marina de los EE.UU. ataca con granadas la prisión. GGNRA/PARC J. Porter Shaw P83 144.092n).
Lanchas patrulleras de la policía y de los guardacostas rodeaban la isla, un contingente de Marines de los EE.UU. al mando del teniente Phil Bergen, fue el encargado de preparar el asalto a la prisión. Seguidamente se lanzan granadas disparadas con rifles contra los muros de la cárcel y tras trepar al techo los marines lanzan más granadas por los respiraderos y tragaluces. Al verse atacados, los reclusos aterrados se vuelven a las celdas.
(Los cadáveres cubiertos de Coy, Cretzer y Hubbard, abandonan Alcatraz. GGNRA/PARC 77-C-406).
Cretzer reaccionó con rapidez, encañonando con su arma a los rehenes que habían encerrado en las celdas del Bloque D y disparó a discreción contra ellos. Ninguno de estos murió al instante. Varios de ellos sufrieron lesiones muy graves y uno de ellos falleció tras su rescate. Otro también murió al retornar a la cárcel. Al final del asalto, Coy, Cretzer y Hubbart, resultaron muertos y los tres restantes supervivientes fueron juzgados, más tarde, en San Francisco y declarados culpables. Thompson y Shockley, ejecutados posteriormente en San Quentin; solo el joven de 19 años, Carnes escapó a la pena de muerte.
ESCAPE FROM ALCATRAZ
La más famosa de todas ellas y según se cuenta, la legendaria y más exitosa fue la protagonizada, en 1.962, por Frank Lee Morris y los hermanos John y Clarence Anglin, Sirviéndose de un taladro fabricado con el motor de una aspiradora(otras fuentes nos hablan de un ventilador), cucharas de la cafetería usadas para horadar las paredes y una balsa, hecha con impermeables de la tienda de costura de la prisión.
Con tales utensilios picaron los respiraderos de sus celdas, enmohecidos por la humedad y cambiaron las parrillas por réplicas de cartón, dicho ruido sería amortizado por las actuaciones musicales que se celebraban en La Roca. Se metieron en un pasillo de servicio en el medio del bloque B, treparon hasta el techo y trabajosamente cortaron las barras de un respiradero. Hicieron chalecos salvavidas hinchables de impermeables que habían substraído. Todo ello en el tiempo de medio año y el hecho que durante este tiempo los vigilantes no se apercibieran de lo acontecido, sugiere un colapso importante en la vigilancia y la seguridad.
(Chaleco salvavidas elaborado por los fugados aprovechando varios impermeables).
El 11 de junio de este año por la noche, los tres hombres trepan al techo, bajan por un tubo de desagüe de hierro fundido y escapan. Los oficiales de la cárcel encontraron objetos personales pertenecientes a los fugados, flotando por las aguas turbulentas de la bahía, pero sin llegar a encontrar los cadáveres de los mismos. Si los tres sobrevivieron a la fuga, nunca más volvieron a cometer delito alguno.
Las investigaciones realizadas por el F.B.I., con la colaboración de un cuarto preso, llamado Allen West, que en un principio era uno de los que preparó la fuga, pero que en el momento final quedó rezagado de los tres reclusos. Estas investigaciones concluyeron que los tres fugados no habían conseguido su propósito y que acabaron ahogados en las aguas de la bahía de S. Francisco. En 1.979, el film “Escape from Alcatraz”, interpretado, entre otros por Clint Eastwood, además de relatar la fuga citada, pone en cuestión la investigación de la agencia federal y relata que los tres reclusos llegaron a tierra firme tras su legendaria fuga.
¿Pero quienes eran los famosos fugados?. Uno de ellos era el cerebro organizativo, se llamaba Frank Lee Morris, nacido en Washington DC, que comenzó su andadura criminal con 11 años de edad al quedarse huérfano. Dio comienzo a su vertiginosa carrera, a los 20 años ya era un consumado veterano delincuente (narcóticos, atracos a mano armada) eran la carta de presentación de este personaje, que fueron una constante en la vida de este joven descarriado, pero con una gran habilidad, que fué a la postre la que le dio mayor fama “experto en fugas”. El fue el verdadero organizador de la fuga más famosa en la historia, la de Alcatraz.
(Ficha policial de Frank Lee Morris).
El “musculo” de la fuga debemos buscarlo en los hermanos Anglin,(John y Clarence). Naturales de Georgia, nacidos en el seno de una familia de 13 hermanos; sus padres fueron trabajadores agrícolas emigrantes, que recorrían el estado de estación en estación, en busca de trabajo. Esta circunstancia hizo que ellos los llevaran, para recolectar cerezas y en esta estancia en el lago Michigan, y en sus heladas aguas, se hicieron expertos nadadores.
Su carrera criminal fue también meteórica y a los 20 años de edad comenzaron a atracar bancos, fueron detenidos en 1.956 e internados en la Prisión Federal de Atlanta, donde coincidieron con Frank Morris(que cumplía condena de 10 años) y Allen West(el cuarto hombre de la evasión). Morris intentó la fuga de Atlanta en varias ocasiones, siendo posteriormente transferido al Penal de Lousiana, del que consiguió fugarse y un año más tarde, fue de nuevo capturado y junto a los hermanos Anglin, más tarde fueron trasladados a Leavenworth, antes de recalar en Alcatraz, tras una condena de cadena perpetua por varios atracos a mano armada.
(Allen West, el preso que no pudo escapar y que colaboró con el FBI para la localización de sus compañeros.)
El llamado “cuarto hombre”, Allen West, era también un habilidoso ladrón que se había fugado ya varias veces y acabó prisionero en Alcatraz, por segunda vez, donde ya había cumplido condena por tres años. Dedicado a labores de limpieza en La Roca, se encontró accidentalmente con varias hojas de sierra, que estaban en buen uso. En esta época los reclusos de Alcatraz trabajaban para el ejercito de los EE.UU. fabricando ropa, construyendo muebles y otros utensilios.
(En los primeros años de la prisión, el director Johnston obligaba a los presos a cambiar de celda con regularidad. Más tarde se les permitió estar en la misma celda durante años, a menos que como Clarence Anglin, pidiera ser cambiado, para estar más cerca de su hermano y de Morris, y avanzar en sus planes de fuga. GGNRA/PARC 78-C-253).
En Diciembre de 1.961, los cuatro reos fueron colocados en celdas contiguas, debido a que no habían sido encarcelados por delitos violentos. Ello implicaba una menor atención por parte de sus guardianes, que a la postre sería su salvación. Las celdas tenían detrás de sus paredes unos corredores llenos de tuberías y conductos de ventilación, donde nunca se entraba.
El plan comenzó a tomar cuerpo, Frank Morris y sus colaboradores urdieron la fuga que les habría de llevar fuera de los muros de La Roca. Los hermanos Anglin fueron los encargados de confeccionar unos muñecos a tamaño real, que colocados en los camastros, darían la impresión a sus guardianes que los reos estaban acostados en sus camas.
(Muñeco postrado en su camastro para despistar a los guardianes. Abajo, las máscaras que los presos usaron para camuflar su fuga.)
Se procuraron pelo natural, sacado de la barbería, para confeccionar las pelucas de los muñecos. Tras su afeitado mezclaron jabón con papel higiénico para conseguir una masa de papel maché y con todo todo ello construyeron una cabezas falsas, con aspecto real, para engañar a los guardianes durante los recuentos nocturnos. Tras esto fueron debidamente coloreados con los utensilios de los kits para el arte de que disponían los reclusos. Todos los implicados debían colaborar en reunir los elementos necesarios para la huida, así como sus propias rutas de escape. En una acción en la que podían perder la vida, ya que los guardianes tenían órdenes de disparar con fuego real contra cualquier tipo de fuga.
Un motor de ventilador, cucharas, las sierras comentadas, cualquier cosa que sirviera para horadar las paredes de las celdas. Con ellos comenzaron su ardua tarea, cavaron, sacaron las tuberías de ventilación, escondiendo cualquier escombro con cartones. Agrandaron los orificios de 6x9 pulgadas, que ya estaban en las celdas y comprobaron, con alegría, que la tarea era mucho más fácil de lo esperado.
(Colección de utensilios utilizados por los reclusos en su fuga.)
Los muros de la prisión ya estaban viejos y ello redundó en favor de los presos. La prisión ya estaba deteriorada y las aguas saladas de la bahía que habían fluido en sus tuberías para bañarse y lavar la ropa, les llevó a erosionar las propias tuberías. Las goteras producidas por las viejas tuberías llevaron a minar los cimientos de cárcel, el cemento se desmoronaba y no era complicado socavar los muros.
Llegamos a uno de los problemas principales, como amortiguar el ruido producido por los reclusos al horadar las paredes de las celdas. Una de las reformas introducidas en la prisión fue la hora de la música, en la que todos los presos estaban autorizados a escuchar y tocar su propia música. Esta resonaba por los pasillos de La Roca y su ruido era perfecto para que estos pudieran trabajar a sus anchas, ya que este era ocultado por la música.
(Una de las orquestas de Alcatraz que con su música, amortiguaron los ruidos que los reclusos producían en sus celdas. S. Francisco National Maritime Museum P-85-116.13 n)
Frank Morris tenía un acordeón y mientras sus notas alegraban su celda, amortiguaban el ruido de sus compañeros, la caja de resonancia del mismo tenía otra utilidad, se podía utilizar como fuelle para hinchar una lancha de escape, vital para internarse en las peligrosas aguas de la bahía. Esta fue construida con cerca de 50 impermeables que dicho equipo había conseguido. Con mucha destreza pegaron y cosieron estos consiguiendo construir la citada lancha, chalecos salvavidas, así como maderas para las palas. Todo estaba a punto para la evasión.
En esta fecha en mayo de 1.962, Frank Morris y los suyos habían horadado las paredes de sus celdas, de tal manera que los agujeros eran lo suficientemente grandes para pasar. El corredor, donde confluían las salidas de aire de las celdas, no estaba vigilado, lo que permitía a los reclusos escalar los barrotes y abrirse camino a unos 30 pies del techo de La Roca. Bajo este se reunieron para preparar los materiales de las balsas necesarios para su fuga.
Aquí se presentó el problema, el techo estaba fuera de la vista, pero el problema estaba en como llegar a él. Este estaba forrado con ejes, que llegaban al mismo techo, pero casi todos estos había sido colocados con cemento y cerrados. Utilizando una llave comenzaron a forzar los ejes con una llave para ver si alguno de ellos cedía, solo les faltaba encontrar una sola cubierta suelta y por fin la hallaron.
Todo estaba en su lugar, pero el destino les guardaba una sorpresa. El cuarto recluso, Allen West que fue el último en completar su túnel tuvo un percance en la misma noche del 11 de junio, alisó el cemento alrededor de su tubo de ventilación y el cemento se había endurecido y quedó atrapado. Sobre las 9,30 pm. West le pidió a Morris un vaso de agua y tuvo que tomar una decisión dolorosa. Todo estaba a punto y lo sensato era no arriesgar y dejarlo atrás. Tras sortear a los vigilantes en el área de las duchas, utilizando los chalecos y balsas penetraron en las aguas de la bahía. Fue la última vez que se les vio.
(Guardián comprobando los tubos de ventilación por donde se produjo la fuga).
Su compañero West, consiguió quitar la rejilla y cuando se esperaba encontrar con sus compañeros de fuga, vio aterrado que ellos ya habían partido. Nadando no llegaría a ninguna parte, resignado volvió a la celda a la espera de acontecimientos.
Esa misma mañana las alarmas de Alcatraz aullaron cuando los guardianes se dieron cuenta que eran muñecos los que estaban tendidos en sus camastros y los tres fugados habían abandonado una prisión de máxima seguridad, en la noche entre el 11 y el 12 de junio de 1.962.
(Plano de la probable ruta de escape de la fuga de Alcatraz).
West colaboró con las autoridades y les detalló, al milímetro, el plan de fuga de sus compañeros, este era el siguiente: alcanzar con las balsas la isla de Ángel, a unas 2 millas escasas, desde allí ir al condado de Marín, conseguir un automóvil y procurarse ropa de civil. West les dijo que él era el verdadero cerebro de la huida. El F.B.I. se hizo cargo de la investigación y aseguraron que no se había producido ningún hurto de vehículos, ni de ropa de ningún almacén, en estas fechas. Lo que si hallaron en la isla de Ángel fueron restos de impermeables y una pala para remar.
Las temperaturas de las aguas de la bahía de S. Francisco en la noche de la fuga eran de 50/54 grados Fahrenheit, corrientes agudas y en ocasiones también habían grandes tiburones blancos. Si la chalupa les hubiera fallado, ni los chalecos salvavidas que portaban les hubieran protegido de una hipotermia.
Durante los diez días siguientes hubo un impresionante despliegue de efectivos en busca de los evadidos: militares, Guardia costera y guardianes. No consiguieron encontrarlos. Cincuenta años después la evasión aún levanta serias dudas, ¿consiguieron huir los tres huidos?.
Un documental del Canal Historia, del 2.015, reveló que los miembros de la familia Anglin habían recibido felicitaciones navideñas, firmadas por John y Clarence. Que se demostraron por su caligrafía que eran auténticas, el problema es que carecían de fechas.
(Foto de los hermanos Anglin, tomada en Brasil.)
Más tarde apareció una foto tomada en el Brasil, en que se podían ver dos personas que podían ser los fugados. Aunque sus familiares intentaron buscarlos, podían ser detenidos, ya que para la Interpol el caso no había sido cerrado.
(Postal enviada al director de Alcatraz por los fugado unos días después de la misma, en la que demostraban que estaban vivos. Anglin brothers Museum).
En el 2.010, Robert Anglin, en su lecho de muerte, confesó a sus familiares que había mantenido contacto con los dos fugados, pero que este se cortó en 1.987.
Con posterioridad, en el 2.013, una carta llegó al Departamento de Policía de S. Francisco, escrita de puño y letra por John Anglin. Este narraba que había estado viviendo en sur de S. Francisco, que sus compañeros habían fallecido ya y que él, enfermo de cáncer, estaba dispuesto a volver a la cárcel, por un tiempo de un año, si le le proporcionaba tratamiento para su enfermedad.
La carta pasó a manos de los técnicos en pistas del F.B.I. Para encontrar posibles pistas sobre su veracidad, pero estas no fueron concluyentes. El Servicio de Aguaciles de los EE.UU. nunca ha cerrado oficialmente el caso. No dan crédito a la carta del 2.013, pero reconocen que los fugados podían haber sobrevivido.
Unos científicos holandeses hicieron un simulacro digital de la fuga lanzando una balsa a las aguas de S.Francisco, en intervalos de media hora, entre las 10 y las 4 horas y este fue concluyente si los fugados hubieran partido antes de las 11.00 pm. las aguas de la bahía hubieran engullido la balsa, pero si la hora fue a las 11,30, estos hubieran podido sobrevivir.
El misterio continua a la espera de nuevas pistas.......
(Como se ve en mi fotografía, tomada en mi visita a Alcatraz de hace una década, el mantenimiento en la misma dejaba mucho que desear. Foto. Josep Subirats.)
Escrito por Josep Subirats
FUENTES
Alcatraz, Rules and Regulations. U.S. Penitentiary Alcatraz Island. Paul J. Madigan. Warder. Institutional Prisioner Police. 1.956.
https://www.infobae.com/america/eeuu/2018/01/24/escape-de-alcatraz-la-carta-que-uno-de-los-fugitivos-envio-al-fbi-y-resolveria-la-mayor-fuga-de-la-historia-del-penal-de-san-francisco/
https://didyouknowfacts.com/escape-alcatraz-real-story-infamous-1962-prison-break/
Alcatrazhistory.com/stroud.htl.
Alcatraz-La prisión por Jay Stuller-Golden Gate National Parks Association. San Francisco, California.
http://www.directexpose.com/escape-alcatraz-remains-mystery/
Anglin brothers Museum.
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Buena historia Leones!
Una consulta. Tanto en la película de Burt Lancaster como en la miniserie Alcatraz, historia de una fuga, hacen notar que, durante la Batalla de Alcatraz, el que habló pidiendo el Alto el Fuego porque no estaban con los que intentaban fugarse fue Stroud ¿tienes algún dato sobre eso? ¿Es cierto? ¿o fue que el guión de la película influyó en la historia de Carnes?
Saludos
Hola Josep
Gracias por la respuesta.
Obviamente las escenas de película y miniserie son diferentes a lo que describes, pero este relato es más creíble (en ambas producciones muestran un Stroud gritando desde su celda de aislamiento y hablando, por este medio, con el alcaide... increíble e improbable).
Respecto a lo de Carnes. Es el sobreviviente a la Batalla de Alcatraz que mencionas (el indio que no fue ejecutado por su juventud). Después de la fuga de Morris y compañía Alcatraz fue cerrado y sus inquilinos trasladados. Entonces, con ayuda de un escritor, publicó sus memorias, donde describe cómo llegó a Alcatraz, la Batalla de Alcatraz y se atribuye la autoría intelectual de la fuga de Morris.
Morris estaba considerado "Artista en Fugas" y con un IQ de 120, Carnes nunca concretó una fuga exitosa y su IQ era de 95...
Las autoridades consideraron el cerebro de la fuga a Morris
West dijo que el cerebro había sido él
Carnes se atribuyó el plan
Como dijo Napoleón, la victoria tiene cien padres, pero la derrota es huérfana...
El libro de Carnes se publicó un año o dos después de la película The Birdman of Alcatraz, por eso mi suspicacia
De nuevo gracias y un abrazo a tu esposa
Hola Josep
Permiteme que discrepe, como tengo más memoria que tú, tengo más datos, los cuales pueden ser útiles, inútiles o sencillamente falsos. Tú verificas si la cosa fue cierta o no, con lo que transformas dichos datos en información. Lo útil es la información, no los datos.
En cuanto a lo de PGM, sí, hay pilas de datos... deformados, sucios, desordenados. Será un trabajo placentero de leer .
Un abrazo
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Hola Hartman.
Disculpa mi tardanza en contestarte....Unos dias de vacaciones con mi esposa..
...No me suena para nada eso que me dices, pero lo investigaré con mucho gusto. De lo que he leido, no me recuerda nada. Aquel PDF que te comenté que intenté traducir al castellano, voy a indagar más en el, traduciéndolo al menos la parte de Stroud, haber sin me arroja algo más de luz.
Lo primero que leo es que Stroud ingresa el 19 de diciembre de 1.942, en Alcatraz y la "batalla" fue en el 46. Teniendo en cuenta que este pasó 6 años aislados y los otros 11 recluido. En 1.943 fue tratado como por el psiquiatra Dr. Ritchie que lo evaluó como psicopata peligroso, pero con un coeficiente de 112. Yo creo que el estaba aislado en el 46.
¿Me hablas de la historia de Carnes?........Ahi no te sigo....... De todas maneras releere mis datos sobre el mismo y te contesto con más datos.
Un abarzo de Josep.