Bartolomé de Carranza: De gran influencia en la Corte del Emperador a hereje inmerecido
Arzobispo de Toledo, nació en Miranda de Arga, España en 1503 y murió en Roma el dos de mayo de 1576. Carranza pertenecióa a una famiolia noble que tenía sus tierras en Miranda de Arga, en Navarra. Recibió su primera educación en Alcalá y en 1520 entró en el Convento de los Dominicos de Banalaque, cerca de Guadalajara. Prosiguió sus estudios filosóficos y teológicos en Salamanca.
1. Formación
Bartolomé de Carranza nació en Miranda de Arga al parecer en 1503 aunque la fecha es pura conjetura. Estudió en Alcalá de Henares en 1520 ingresó en la orden dominicana en Benalaque, Guadalajara.
Estudió teología en Salamanca, en 1528 era Maestro de Artes liberales y en 1534 Lector de Teología en Valladolid.
2. Ascenso
Por su gran renombre fue nombrado Censor de la Inquisición en España; en 1540, el Emperador le ofreció el Obispado de Cuzco y catorce años después le ofreció el de Canarias. No aceptó ninguno.
3. El Concilio de Trento
Bartolomé formó parte de la Delegación Española en el Concilio de Trento en 1543 enviado por el Emperador. Trató en las sesiones de:
- La reforma de la disciplina eclesiástica
- La prohibición de acumulación de beneficios
- La obligación de residencia de los obispos en sus diócesis
4. Bartolomé en Inglaterra
Bartolomé regresó del Concilio en 1547 y fue nombrado General de su orden y confesor del Príncipe Felipe (cargo que por cierto renunció) al que acompañó a Inglaterra a su boda con María Tudor. Allí estuvo hasta 1557 manteniendo relaciones con el Cardenal Pole, siendo confesor de la reina consorte de España y participó en la reforma religiosa que se llevó a cabo de la cual me gustaría hablar en otro tema aunque cabe decir que fue muy breve.
5. Arzobispo de Toledo
En 1557 y en contra de su voluntad, Bartolomé fue nombrado por el Emperador Arzobispo de Toledo
6. El proceso en España
Ocupaba, Carranza, la silla primada cuando sus adversarios le acusaron de herejía por algunas proposiciones escritas en su famosa obra “Comentarios sobre el Catecismo Cristiano” publicado en Amberes en 1558 y por sus expresiones en algunas cartas o sermones.
La acción contra Fray Bartolomé la llevó el Inquisidor Fernando Valdés con gran violencia, era Arzobispo de Sevilla y guardaba verdadero odio a Fray Bartolomé (pues había deseado la diócesis de Toledo para si), quien había censurado su falta de celo en la diócesis de Sevilla, quien Valdés que no había sabido prever, alumbraba las hogueras contra los herejes.
El 20 de septiembre de 1558 fallecía el Emperador en Yuste asistido por el Arzobispo Carranza quien le dio la Extremaunción. Se dice que en el claustro o jardín, el Santo Borja, Duque de Gandía puso en guardia a Fray Bartolomé de los manejes de Valdés y de la frialdad de Felipe II.
El Papa Paulo IV dio en enero de 1559 dio autorización al Inquisidor para indagar la conducta de los Obispos españoles y ello con permiso de Felipe II. El 22-8-1558 los esbirros de Valdés encierran al Arzobispo Carranza en Valladolid mientras el Rey se halla en Flandes. El escándalo resonó en toda la cristiandad. El proceso se llevó con lentitud, sigilo y crueldad. Se acusó públicamente a Carranza de condenar el purgatorio al tiempo que se le torturaba con sutilidades doctrinales para arrancarle algún error, pero nadie creía su culpabilidad.
El clero unánimemente defendía su inocencia y el Concilio de Trento se negaba a recibir cartas o mensajeros del Rey mientras no se librase al Arzobispo. El Papa sometió el Catecismo de Carranza al examen de la congregación de Índice que a la unanimidad lo declaró útil y el Pontífice mandó reprimirlo a su costa y dictó un Breve pidiendo la libertad de Carranza.
Felipe II prohibió la publicación del Breve. Pío IV encargó así mismo urgencia en el proceso, pero Valdés lo llevó con lentitud y calma, de acuerdo con Felipe II quien en 1564 pidió al Papa que el proceso se viera en España por jueces nombrados por la Santa Sede. Fueron designados tres cardenales y un obispo y sólo entonces Felipe accedió que el proceso siguiese en Roma permitiendo el traslado del Arzobispo a la Ciudad Eterna. Al mismo tiempo, destituyó a Valdés alegando que Gran Inquisidor le engañaba en cuanto al proceso. ¡Tardó ocho años en enterarse¡ Al parecer Valdés había falseado documentos relacionados con el proceso y quería envenenar al Arzobispo.
El nuevo inquisidor Espinosa, dio al asunto una modalidad política. Fray Bartolomé no volvería a ser primado de España y pasaría a Roma donde un largo proceso duraría tanto como su vida.
7. El proceso en Roma
Fray Bartolomé salió de las cárceles de Valladolid para ser trasladado a Roma, permaneciendo nueve años en el castillo de Santangelo, al cabo de los cuales no se le halló culpa alguna aunque se le tildó de sospechoso de herejía por las presiones a que fue sometido el Papa. Fue obligado a abjurar 16 proposiciones para asegurar su inocencia y fue aun suspendido por cinco años como Arzobispo obligado a permanecer mientras en el Convento de Santa María Sagra en Roma.
8. Muerte
El gran Arzobispo murió dos meses después de la cruel sentencia (que aseguraba aun más la impunidad de Felipe II) declarando que siempre estuvo adherido al sentir de la Iglesia y que nunca profesó como heréticas las proposiciones condenadas. Murió en gracia de Dios a causa de una retención de orina y se le veneró universalmente siendo sepultado en el Convento de Minerva entre los Pontífices León X y Clemente VII. Hace relativamente pocos años fue trasladada su sepultura a la Catedral de Toledo.
9. Conclusión
Fray Bartolomé, famoso en Trento, ilustre por sus libros fue uno de los personajes más influyentes de su tiempo; intervino en los asuntos de estado y fue consejero del Emperador. Su actuación en Flandes, Inglaterra, España tuvo singular importancia. Es el tipo de hombre excepcional, conducido por altos y trágicos destinos, por sus méritos y no por su ambición. Fue víctima de bajas pasiones de los enemigos de su valer y de su elevación, pero sobre todo es el símbolo de la España desgarrada de Felipe II, Rey misterioso, secreto, astuto y ordenancista que sacrificó todo a su prestigio real.
La crítica moderna ve en Carranza uno de esos hombres que por haber perdido, dieron ocasión al envilecimiento español. Su espíritu tolerante y culto estaba por encima de esos mediocres fanáticos que llenaban la Corte del Rey Felipe, el de los desastres de Flandes, el de la derrota de la invencible, el de la ruina económica de España.
10. Libros de Carranza
- Summa Conciliorum et Pontificum
- Controversia de Necessaria personali praesentia episcoporum
- Catecismo español
Autor: Carranza-1605
Fuente: “Bartolomé Carranza de Miranda, un navarro Arzobispo de Toledo” de Virto Ibañez
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