Belchite y Teruel, Guerra Civil Española 36-39 - Sangre, nieve y fuego en el frente aragones, 1937-38
Para aligerar la presión franquista sobre Santander, el general Vicente Rojo, previno una táctica de grandes ofensivas, destinadas a que el Ejército Popular, diera un vuelco a la situación. Para ello, el Estado Mayor republicano preparó para revertir la situación, una ofensiva al sur de Aragón, con el objetivo de tomar Zaragoza, ciudad muy próxima al frente. Para ello se entrevistó con el teniente coronel Cordón, artillero y comenzó a tomar cuerpo esta ofensiva. La idea era atacar en un frente amplio, neutralizando las reservas de Zaragoza, sin dar pistas sobre el ataque principal.
La realidad era que Rojo no disponía de suficientes tropas y pensó en utilizar el Ejército de Maniobra, formado para combatir en Brunete. Recién derrotado, con numerosas bajas y con escaso material, tras las pérdidas en esta batalla. Siendo “los Internacionales”, los que sufrieron un mayor correctivo(4.239 bajas). Esto frenó el reclutamiento allende de nuestras fronteras y obligó a cubrir las bajas con españoles.
(Juan Modesto y Enrique Lister.)
A pesar de estos inconvenientes, el llamado Ejército de Maniobra, era el único capaz de sostener una ofensiva y su unidad estrella era el V Cuerpo de Ejército, formado por comunistas y mandado por Juan Modesto Gilloto. Su talón de Aquiles era la falta de reservas, que al verse desgastar este Cuerpo no contaba con ningún refuerzo o relevo.
(Aviones nacionales Heinkel He-46G y He-51.)
Este era un sector del sur del frente aragonés, huérfano de acciones importantes, cuya extensión era de unos 300 km. defendido por 3 divisiones nacionales, escasamente fortificadas. En marzo de 1.937, la aviación nacional se había instalado en Zaragoza(mayormente Heinkel He-51 y He-46, llamadas “Pavas”, que portaban hasta 200 kg. de bombas).
En este frente, las escasas fuerzas republicanas se vieron reforzadas, por el Ejército de Maniobra, con nuevos reclutas y armamento soviético. Rojo dispuso que su fuerza principal atacara y rompiera el frente en Belchite, donde se filtraría una columna motorizada, en dirección a la capital aragonesa. El general Sebastián Pozas, sería el encargado de comandar este ataque, contaba con el Ejército de Maniobra y su acción principal correría a cargo del V CE(con la 11ª División de Lister, como punta de lanza) más un regimiento pesado con T-26B y BT-5, bajo el mando del coronel Kondratiev, con el apoyo aéreo de 200 aviones, lo cual a priori les garantizaba el éxito. Se habla según varios autores de unos 80.000 hombres, pero teniendo en cuenta que la divisiones republicanas estaban formadas por 8.000 hombres(Lister habla de 7.000), se cree que la cifra exacta sería de 45.000/50.000.
(Mapa de las maniobras y ataque en torno a Belchite.)
BELCHITE
Los servicios de información nacionales no detectaron el enorme trasvase de tropas y vehículos. Una división republicana, avanzó con rapidez entre Belchite y Codo. El ataque secundario también estuvo coronado por el éxito y llegó hasta unos 6 km. de Zaragoza, en Villanueva del Gállego. En los extremos del ataque principal, los pueblos citados resistían y a pesar de que las órdenes eran al igual que en Brunete, continuar la ofensiva, aún dejando pueblos atrás sin conquistar, para no entretener a las tropas principales. Los mandos medios republicanos, la detuvieron para conquistar ambos pueblos.
Mientras los republicanos habían conquistado casi mil km. de frente nacional, Belchite y Codo aún resistían, pese a haber sido rebasados en unos 15 km. y las avanzadillas republicanas estaban a 30 km.
La división 27, conquista Zuera, cortando la carretera general de Zaragoza a Huesca y después bajaron hasta la capital aragonesa. Derrota a 2 tabores de moros(Medalla del Rif y Tiradores de Ifni). No tuvo igual fortuna Kléber y su ácrata división 47ª, porque perdió el control de sus hombres y para colmo no pudo utilizar los nuevos cañones de 75 mm. por no disponer de munición adecuada. Cordón apuntó a un sabotaje, pero con todo Kléber llegó hasta 6 km. de Zaragoza.
Por el margen norte del Ebro, las 102 y 120 Brigadas cruzan el río y se apoderan de Pina y cortan el ferrocarril a Quinto y se unen a “los Internacionales” de Walter, en la conquista de Quinto. Cordón iba a filtrar el V CE, entre Codo y Quinto, con la 11ª División de Lister como punta de lanza. El mando republicano era consciente de la importancia de Belchite y hacía allí se envió XII CE del coronel Pedro Sánchez Plaza, tomando Puebla de Albortón y atacar Belchite, por su retaguardia. Junto con el comandante anarquista Vivancos, con su 25ª División y atrincherarse a medio km del pueblo, sin llegar a atacar. En la mañana del 24 de agosto, los nacionales observaron movimientos de tropas republicanos. Una sección de falangistas fue sorprendida en plena marcha y se refugió en Codo.
(Soldados republicanos disparando una Hotchkiss M14.)
Codo defendido por 180 requetés del Tercio de Montserrat y algunos guardias civiles, pero cayó en seguida en poder de los republicanos. Su superioridad aérea, encontró una buena respuesta y los Heinkel nacionales se lanzaron a la batalla ametrallando hombres y material. Mientras las baterías republicanas, junto con la aviación se ensañaron con Belchite, cuyos defensores se protegían en fortines de hormigón que resistían heroicamente, vieron con pavor que ingentes contingentes de tropas enemigas bajaban por Puebla de Albortón, a su retaguardia. Mientras los combates más duros se libraban en el margen del Ebro: Quinto y Fuentes. Lister atacaba este último y Walter se encargaba del anterior. Quinto fue conquistado con un día de retraso, Lister había llegado con sus tropas dispersas y el factor sorpresa se había perdido. Ello provocó la llegada de refuerzos desde la capital: un batallón de infantería y un grupo de Guardias de Asalto, más un par de baterías de artillería, que bastaron para detener los ataques del enemigo. Aunque se tomó Mediana y Rodón, e incluso algunos destacamentos lograron llegar hasta Burgo de Ebro, en los mismos lindes de la capital de Aragón. Todo ello redundaba en contra del plan de Cordón y cuando el 26, Walter conquistó Fuentes de Ebro, ya era tarde para atacar Zaragoza.
Ese mismo día 26, a mucha distancia del frente aragonés, los nacionales entraban a Santander y por ello uno de los objetivos republicanas de salvar a esta ciudad había fracasado.
Belchite estaba bajo el fuego republicano y sus posiciones más alejadas, a fin de mes solo quedaban algunos puntos de resistencia en la ciudad, uno de ellos, el Seminario defendido por 270 requetés del Tercio Almogávares. Los republicanos intensificaron sus ataques artilleros, ya que intentar hacerlo con la infantería hubiera provocado una matanza. Se perdió también la posición del Calvario y el Seminario, perdió su observatorio artillero y los 75 m/m. se trasladaron a la entrada del pueblo para detener los tanques republicanos. El 31 se atacaba: la estación, la Serratilla, la fábrica de aceites.....el asalto final era inminente.
(Al pie del cañón, combate en la ciudad de Belchite. Cuadro de Augusto Ferrer-Dalmau.)
En Alfaro, Franco y sus más íntimos colaboradores, decidieron no trasladar tropas del frente Norte hasta no solucionar el tema de Asturias, con la sola excepción de 2 divisiones(la 13 y 150) y contando con toda su fuerza aérea, que ya estaba en Zaragoza: La Condor, la legionaria italiana y varias escuadrillas nacionales. Todo esto dio un giro espectacular y la superioridad aérea cambió al bando nacional, pese a ello la republicana actuaba con asiduidad e intensidad.
Los coroneles Barrón y Sáenz de Buruaga, con sus divisiones 13ª y 150ª, atacaron a Lister que se parapetó en una línea de resistencia natural, el riachuelo Gisel. Este que comenzaba siendo una barrancada, al llegar a Mediana se ensanchaba en una vega de 400/500 mts. de anchura y 10 km. de longitud.
El margen derecho de esta vega fue defendida por el V Cuerpo, en un terreno abrupto y fácil de defender y obligó a la 13ª División a atacar a pecho descubierto, bajo un sol abrasador y en los últimos 100 mts. se produjo la masacre con las bajas de 58 jefes y oficiales y 1.396 soldados de 4.000 efectivos, según el propio general Alonso.
Para provocar el final del estancamiento, Pozas ordena a Modesto un movimiento envolvente del enemigo, por el Sur del vértice Sillero, alcanzar el Valle del Huerta y bajar por la carretera general de Teruel, con dirección a Zaragoza. Esto era arriesgado y Modesto no lo acató, escudándose en el cansancio de sus tropas, para emprender una marcha de 30 km. sin suministros asegurados y bajo el fuego aéreo enemigo. Cordón apoyó la decisión de Modesto.
COMBATE FINAL
El prestigio del Estado Mayor republicano estaba en entredicho y el 1º de septiembre se comenzó el primer asalto, con fuertes pérdidas por ambos bandos. El día 2, un morterazo segó la vida del comandante Córdoba y del alcalde Trayero y se ordena el repliegue del Seminario y sus 120 hombres se incorporan a la lucha callejera . Esto se produjo por la noche, ya que los milicianos por la noche se retiraban a descansar.
El 4 de septiembre, caía el bastión del Norte, la iglesia de S. Agustín y los republicanos se dirigieron a el último bastión la iglesia de S. Martín. Ese día se dio la orden de ataque general y el ministro Prieto cometió la insensatez de comunicar la caída de Belchite, por lo que Pozas y sus colaboradores quedaron en una situación comprometida.
(Ataque republicano a la ciudad de Belchite.)
La sed, el aire viciado, el olor de los muertos y las lamentaciones de los heridos, provoca que el día 5 de septiembre a las 17, el general Ponte ordenara la evacuación de las posiciones y efectuar una salida con 600 soldados y paisanos, dirigidos por el comandante Santapau, que enfilaron la calle del Señor, en busca del campo abierto, pero solo 200 consiguieron llegar a las líneas nacionales.
El 15 de septiembre, el general Pozas ordenó el cese de la ofensiva, aún así el día 24, las divisiones italianas: Flechas Azules y Negras atacaron por Zuera para alejar al enemigo de la carretera de Zaragoza y el 26, las Flechas Azules conquistaran conquistaron el vértice Cruceta hasta que, por fin el 28 de septiembre, cesaron los combates definitivamente.
(Mapa de las operaciones en la batalla de Teruel.)
TERUEL
La culminación de la campaña del Norte con la ocupación de Asturias, dejó a Franco libre el poderoso y entrenado Ejército del Norte, comandado por Fidel Dávila, con una fuerza aérea muy superior a la republicana y especializada en el apoyo a las fuerzas terrestres. Ello dio ocasión a buscar un objetivo realista para tamaña fuerza y el más asequible seguía siendo la capital de España, donde fuertes contingentes de artillería, ingenieros y servicios, estaban esperando la orden de ataque en el área Guadalajara-Madrid, en la vital carretera de Valencia. Se incidió en la batalla de Guadalajara, que junto a los italianos se había efectuados ocho meses antes, pero ahora con la moral renovada y más recursos, se decidió el traslado de tropas y suministros para comenzar esta ofensiva. En diciembre de 1.937, se concentró en Medinaceli-Alcolea del Pinar: 14 divisiones de infantería y 1 de caballería.
(Soldados de reemplazo republicanos.)
Mientras el bando republicano no estaba inactivo y una vez perdido el Norte, reclutó nuevos contingentes de tropas, completando hasta 5 Cuerpos de Ejército, 9 divisiones y 14 brigadas. En la teórica la defensa de la zona republicana estaba garantizada y aún quedaban recursos para intentar alguna ofensiva.
Vicente Rojo rescató del “baúl de los recuerdos”, un viejo plan concebido en tiempos de Largo Caballero, como Jefe del Gobierno, era el llamado plan “P”, que consistía en un ataque por Extremadura, para partir en dos la zona nacional y revolverse contra Andalucia, coordinado con un desembarco en Motril. Con los cinco CE(25 divisiones) que formaban el llamado Ejército de Maniobra.
Como Indalecio Prieto, ministro de Defensa, no aceptó el plan, Rojo preparó otras alternativas más sencillas: “Contragolpe estratégico nº1”, una nueva ofensiva contra Huesca y el nº2, que priorizaba la toma de Teruel. Prieto no lo veía claro, pero Negrín y buena parte del gobierno insistieron en que el Ejército Popular debía tomar la iniciativa. No tardaron en llegar al bando republicano noticias de la importante concentración de tropas nacionales para marchar contra Madrid y Prieto tomó en consideración una de las operaciones planteadas por Rojo.
Finalmente la segunda fue la opción elegida por ser la más factible, permitía la conquista de una capital de provincia(Teruel), sin interés militar, poco poblada y escasamente defendida. Con ello se buscaba llevar la guerra al Levante, donde la República contaba con una gran masa de población.
(El general Vicente Rojo, con sus colaboradores.)
Se emplearían 4 de los 5 CE(Ejército de Maniobra) en 4 columnas: la Norte con 18.000 hombres, 1.300 caballos y 600 vehículos, al mando del mayor Ibarrola: la del Sur, con 15.500 hombres, 250 caballos y 600 vehículos, mandada por el teniente coronel, Heredia; la del Centro, con 13.500 hombres, 800 caballos y 430 vehículos, por el teniente coronel Menéndez; Reservas de 30.000 hombres y 1.600 vehículos, que sumaban un total de 77.000/80.000 hombres, según otros autores, bajo la dirección de Rojo y el mando directo del coronel, Juan Hernández Saravia. Se les agregan las divisiones 64ª y 41ª del Cuerpo XIX y la 40ª y 42ª, del Cuerpo XIII, ambas del Ejército de Levante.
La guarnición de Teruel estaba formaba por miembros de la 52ª División, unos 10.000 efectivos/6.8oo (según otras fuentes), incluida la 13ª Bandera de Falange, un centenar de fuerzas de orden público, dos baterías de 75 m/m., un Cuerpo de obuses de 105 m/m. más dos compañías de ametralladoras antiaéreas, bajo el mando del coronel de artillería, Domingo Rey D`Harcourt y el coronel, Barba.
(Brigadistas en el frente de Teruel.)
Teruel se encontraba en un saliente del frente de unos 20 km. de anchura y dominada por varias elevaciones: El Muletón de 1.987 mts, al norte, La Muela con 1.520 mts, al oeste, el Mansueto con 1.151 mts, al este y otros dos menores: El Cementerio y el cerro Santa Bárbara. Sus defensores estaba parapetados en trincheras, parapetos, y protegidos por alambradas.
El 15 de diciembre, en tan solo 6 días fueron preparadas y trasladadas, con un secretismo total, evitando la preparación artillera y aérea, Lister y su 11ª División. A media mañana ocupa Concud y San Blas, cortando las comunicaciones entre Teruel y Zaragoza y más tarde corta la carretera nacional entre ambas ciudades. D`Harcourt ordena resistir en las posiciones que rodean la ciudad, especialmente en la Muela.
El ataque sobre una línea discontinua, con más de 60 km. de longitud, produjo el colapso en la defensa y los defensores de las posiciones alejadas se vieron obligadas a retirarse hasta la ciudad.
El 18 cayó la Muela y el 19, tras vencer una dura resistencia el puerto de Escadón, mientras la 25ª División llegaba hasta los arrabales de Teruel. Del 20 al 22, las fuerzas de las divisiones 68, 25 y 40, entran en el centro de la ciudad. El 25, estas unidades con apoyo artillero, aíslan la ciudad de los dos centros de resistencia.
Uno el Gobierno civil, defendido por D`Harcourt, con parte de la guarnición. El otro, el Seminario, como reducto principal, defendido por Barba, donde hay refugiada buena parte de la población civil y allí comienzan a escasear los alimentos. El mando republicano, considera que ha conseguido aislar Teruel y por ende, finalizada la batalla y releva a su Ejército de Maniobra por los Cuerpos XIII y XIX del Ejército de Levante.
LOS NACIONALES REACCIONAN
Por fin, el mando nacional decide auxiliar la ciudad sitiada, con la mayor parte de las tropas preparadas contra Madrid. La 84ª entra en lucha y sufre muchas bajas, enfrentándose contra los comunistas de Lister. Llega también la 81ª con los tanques de Yagüe, la 62ª castellana, la 82ª gallega y el día 20, la 1ª y 61ª de Navarra, con la 54ª aragonesa, a las órdenes del general Varela.
(Soldados nacionales atacando Teruel.)
El día 22, Franco da curso a su “Directiva sobre operaciones para liberar Teruel”, con ella se oficializa el nacimiento de dos núcleos: Al norte del Turia, el general Aranda, con la 62ª y la 150ª marroquí, Al sur, Varela, con la 82ª, 15ª, 61ª y 81ª, apoyados por 296 cañones más aviación. El 28 de diciembre, se lanza un poderoso ataque para romper el frente y liberar a los sitiados de Teruel. Mayormente el grueso de fuerzas destinadas a liberar Madrid se empleaban contra Teruel.
Imprudentemente el bando republicano, reorganizaba sus líneas y se relevaban 5 divisiones a cambio de solo 4, a saber: 11ª y 25ª div.(CE. XIII), 34ª y 70ª(CE XVIII) y 68ª(CE. XIX), se cambiaban por la 42ª y 39ª(CE XIII) y 64ª y 41ª(CE XIX). Las relevadas de primer nivel, enviando al frente otras de inferior nivel.
La 82ª nacional rompe el frente por Campillo y destroza la 81ª Brigada Mixta de la 64ª Div. El hueco dejado por la 81ª puso en grave riesgo el frente al Sur del Turia. La 61ª y 1ª Navarra se filtran por la brecha y el 31, las tropas de Muñoz Grandes y García Valiño, ocupan la Muela, mientras cinco batallones nacionales cruzan el Turia, al pie de la mole de Teruel. Mientras los republicanos emprenden la huida y todo parece ganado para los nacionales.
En el Seminario, el obispo oficia la Misa del Gallo y viendo cercana la liberación se olvidan del severo racionamiento y se celebra el Año Nuevo nevado. Una gran nevada que caía sobre la ciudad, duraría tres días, con temperaturas de hasta 18º bajo cero, alcanzando la misma hasta un metro de espesor.
(Soldados de ambos bandos, soportan las inclemencias de la nieve.)
En el norte del Turia, la 150º nacional, progresa en el Cerro Gordo, encontrando una dura resistencia y la 62ª, se topa con los republicanos de la 11ª Div. bien atrincherados y mejor fortificados, con sus ametralladoras, provocan fuertes pérdidas a las 62ª, como antes ocurrió con la 84ª.
La 150ª toma de flanco la resistencia de Lister y se produce inexplicablemente el relevo de la 11ª Div. por la 68ª, lo que provoca que su inexpugnable posición cae seguidamente. La 62ª ocupa Concud, mientras el 31 de diciembre, a las 12 horas, Dávila, jefe del Ejército del Norte, envía un telegrama que anuncia “Somos dueños de Teruel”, solo faltan unas pocas tareas de limpieza. Esa misma noche, como fantasmas vengadores, los anarquistas del 25ª Div. bajan desde el Alfambra, en dirección a Teruel. Desde el puerto del Escadón vienen los carabineros de la 40ª Div. y Rojo manda fusilar a 7 soldados por cobardía ante el enemigo. Se han cambiado las tornas y los nacionales que habían cruzado el Turia, son atacados desde varios puntos. Los hombres de la 40ª rodean los reductos fortificados y la nieve frena la ofensiva nacional. Los sitiados sufren el ataque de la artillería, aviación y de minas.
(Teruel cae en manos republicanas.)
El día 3 de enero, caen dos lugares de resistencia en Teruel: el convento de Sta. Clara y el Gobierno civil, mientras aún resiste el bastión de D`Harcourt. Otra vez la nieve detiene a los nacionales y Rojo enviaba al V Cuerpo de Juan Modesto. Por fin, el coronel Rey D`Harcourt rindió a sus hombres y fue encarcelado en el penal valenciano de S. Juan de los Reyes. El 8 de enero, Farré, comisario del CE XXII, junto con la Cruz Roja, propuso la salida de mujeres y niños, mientras Barba rendía el Seminario. Se había tomado Teruel, Rojo recibió la Laureada por la Defensa de Madrid, Hernández Saravia, ascendido a general y Enrique Lister a teniente coronel.
Esta conquista de una capital de provincia, a pesar del fuerte contraataque nacional, provocó la desviación de un golpe que podía haber concluido la conducción de la guerra, ya que los nacionales habían trasladado lo mejor de su ejército para disputar una batalla definitiva, allí mismo. Los republicanos se veían obligados a suspender la ofensiva a Extremadura y aceptar, a disgusto, una batalla de desgaste, que no deseaban. Se cursan órdenes para que los cinco CE no abandonen sus posiciones, con la sola excepción de la 11ª División de Lister, que el mismo decidió trasladar a retaguardia, para reponer fuerzas.
Se debían recuperar posiciones tácticas y para ello se emplearon 3 nuevas Divisiones(la 47ª, 35ª y la nueva 67ª) con el V Cuerpo de Modesto. Los objetivos eran la Muela y Concud, con ello se fijaba una línea de seguridad y disuadió a los nacionales de un ataque frontal.
Pero el mano republicano no aprendía de sus errores, que le hubieran podido acarrear un serio revés a sus tropas y el 12 de enero, se retiran los CE XX y XXII, y dejan solamente en el frente los XIII, XVIII y XIX CE, más el V Cuerpo, en las cercanías de Teruel.
(Generales nacionales Fidel Dávila, Aranda y Varela.)
EL CONTRAATAQUE NACIONAL
El día 17 de enero, la artillería nacional bombardeó 3 km. de frente, en la zona defendida por el V y XIII CE y atacan las aguerridas divisiones de infantería: 13ª, 150ª, 5ª y 84ª, importantes en calidad y cantidad, apoyadas por la Brigada Aérea Hispana y la Legionaria italiana. Conquistan el Muletón y establecen cabezas de puente en el río Alfambra. Mientras Hernández Saravia, con la 27ª División, atacaba sus líneas de suministros, hasta que la aviación le hizo desistir.
La guerra aérea había dado un vuelco, en favor de los nacionales que ahora disponían de 400 aviones , mientras los republicanos disponían de unos 300, más o menos. El 30 de enero, Dávila reforzó sus tropas con los Cuerpos gallego y marroquí, que quince días después casi consiguen cercar Teruel, donde se hallaba la Brigada del Campesino. El 5 de febrero, un nuevo ataque nacional puso en jaque la zona del XIII CE, Menéndez con el Ejército de Maniobra reforzado, inicio el contraataque y el Ejército de Levante, que había sido reforzado conservó Teruel y la zona más cercana.
LA BATALLA DEL ALFAMBRA
Tras la conquista de Teruel, nuevamente los republicanos volvieron a reincidir en los mismos errores de antaño, enviando a su Ejército de Maniobra hacia Extremadura, para comenzar la ansiada ofensiva contra esas tierras.
(Campamento marroquí, en los alrededores de Teruel.)
Mientras tanto, los nacionales preparaban un ataque contra los debilitados extremos del arco, formado por la 42ª División y lograr penetrar en su dispositivo. Se designaron tres Cuerpos: el de Galicia, al Sur, mandado por Aranda, con 5 divisiones y 56 piezas artilleras; el Marroquí de Yagüe, también con 5 divisiones y 42 piezas artilleras y en el Centro, la 5ª de Navarra, con 11 baterías, la cual abriría el paso a la 1ª División de Caballería, con 6 regimientos montados(23 escuadrones de sables y 6 de ametralladoras), al mando del general Monasterio.
Estas grandes concentraciones de tropas fueron detectadas por los republicanos, pero por sorpresa, el mando del XIII CE, no tomó ninguna resolución al respecto. El importante contingente de tropas se lanzó contra las 4 Brigadas de la 42ª, que tenían la esperanza las reservas del XIII CE, llegaran a tiempo. La proporción era de 4 a 1, a favor de los nacionales. Pronto la 61ª republicana es rebasada por su flanco derecho por las divisiones 4ª y 1ª Marroquí, apoyada por una Brigada de la 82ª. El Cuerpo de Galicia, arremete contra la 59ª mixta, con sus divisiones 83 y 84. Mientras en el centro, la 5ª rodea el flanco izquierdo de la 61ª Brigada. Cuando el mando del XIII CE reacciona y envía la 27ª División y la 22ª Brigada, ya no pueden evitar la penetración nacional por los tres puntos referidos, aunque hay posiciones en la vanguardia que aún resisten, el mal ya esta hecho.
El día 6, la 4ª nacional intenta, sin conseguirlo, crear un flanco definitivo a su izquierda y ello imposibilita que dos Brigadas de la 27ª División cumplan con ese cometido. Pero el resto de fuerzas de infantería penetran de acuerdo con el plan establecido y tienden una bolsa enorme en el río Alfambra.
La maniobra combinada de la 5ª de infantería y la 1ª de Caballería(3.000 jinetes), era aprovechar la brecha creada por los infantes y lanzar los jinetes, a toda velocidad, arremetiendo como un ciclón para alcanzar el objetivo final en ese río, cerrando la bolsa e impidiendo que el enemigo(Brigada 124 de la 27ª Div. y 22 de la 39ª) se retirara.
(Tropas nacionales de caballería, mandadas por el general Monasterio.)
Esta fue sin duda la última gran carga de la caballería española en esta guerra, con sus 3.000 jinetes cabalgando sobre los llanos de Argente, contra Visiedo en lugar de ir a Lidón, provocaron una desmoralización en las filas republicanas e importantes contingentes de tropas fueron apresadas, por los hombres de Monasterio, que tomaron como botín unas cuantas ametralladoras, que bien utilizadas hubieran podido cercenar de cuajo la brillante carga.
El día 7, seis Brigadas Mixtas republicanas sufrieron las pérdidas de la mayor parte de los efectivos, al caer en poder de los nacionales, sin combatir. Mientras, la 4ª Bandera legionaria conseguía una cabeza de puente, en la orilla izquierda del río, que favoreció el cruce de las tropas nacionales en Villalba Baja, a unos pocos km. de Teruel.
REACCIONA EL MANDO REPUBLICANO
Esta brillante ofensiva provoca la reacción del mando republicano, que erróneamente cree que se trata de una maniobra envolvente sobre Teruel, con un amplio arco en el Norte.
(Tanques lígeros republicanos T-26, en el frente de Teruel.)
Deciden poner en liza, nuevamente al Ejército de Maniobra, que por vez primera en esta batalla tiene una misión definida con una zona propia de acción; cerrar el camino a este envolvimiento de amplio radio; la radio de acción, la inmediata, a la resultante física de los esfuerzos nacionales en la Alfambra. Este Ejército contaría con tres CE; dos en primera línea y uno en la reserva. El XXI CE disponía de las 70ª y 72ª divisiones y el XII, con las 39ª, 19ª y 25ª divisiones y el V CE en la Reserva. Con la 35ª y 47ª divisiones. En total unos 60.000 hombres en 21 Brigadas Mixtas.
Para la defensa de Teruel quedaron dos CE: El XX al Norte, cubriendo el río y la ciudad y el XIX al Sur, cubriendo la antigua linea al Oeste. Otra vemos que el mando republicano desguarnece Teruel, ya que el XX CE(3 divisiones) cubre un frente, que anteriormente había necesitado tres CE y la capital esta cubierta por la 46ª División del Campesino severamente mermada, en sus intentos de recuperación de los Altos de las Celadas.
Los nacionales no se complican la vida y deciden una maniobra sencilla, por lo tanto no esperada por el enemigo: Envolver Teruel con un radio de acción corto y para ello ordena al CE marroquí(al Norte) y el de Castilla(al Sur), fijar al enemigo en sus posiciones, mientras el CE de Aranda, atacaría por el centro, gracias a la pequeña cabeza de puente de Villalba Baja. Mientras los navarros de la 1ª, servirían de enlace entre este ataque y los del Castilla al Sur.
(La plaza del Torico en Teruel, conquistada por los nacionales.)
De esta forma, el Cuerpo de Galicia(5 divisiones y una Brigada de caballería), atacaría la 67ª División republicana, con una proporción de 6 a 1, apoyados por el fuego de 67 baterías(19 de ellas de calibre superior a 155 m/m.), que aún decantaron más la balanza favor de los nacionales. El 17 de febrero, penetra la 13ª desde Villalba Baja, seguida por la 84ª, por la misma línea, colocándose la primera a la izquierda, en prevención de un contraataque del Ejército de Maniobra, por el Norte, que intentara cercenar el ataque de la 13ª.
Las otras divisiones(83 y 150), aprovechando el enorme despliegue artillero para atravesar el río Alfambra, toman una tras otra sus alturas, provocando la ruptura de la 67ª División y envolviendo Teruel. Mientras la 1ª de Navarra que actuaba de pivote del Cuerpo gallego, se enfrentaba a la división del Campesino, en el cementerio, en una de los más duras y conflictivos de esta batalla.
Los hombres del Campesino, ofrecieron dura resistencia, pero el CE Galicia, había tomado todas las carreteras, que unían Teruel con la zona republicana y estos aprovecharon las sombras de la noche, para cruzar el río Turia, con las tropas supervivientes, solo 82 de sus 900 hombres.
Los republicanos sorprendidos por el ataque, desplazan los CE V y XXII, muy mermados y ordena atacar a sus divisiones 28ª y 25ª, contra la 13ª y envía a su 11ª División a intentar salvar a los defensores de Teruel.
(Aviones republicanos: Mosca y Katiuska.)
Pero la suerte está ya echada y el 22 de febrero, los nacionales, mandados por Aranda, entran en Teruel y lo peor para la República es que sus mejores unidades de Maniobra, habían sido derrotadas. Las bajas se estiman en 40.000/50.000 más 3.000 prisioneros, por el bando nacional y 60.000/34.000 hombres(según varios autores) para los republicanos, muchos de ellos debido al intenso frio. Las pérdidas aéreas fueron también numerosas, por ambos bandos, pero el bando perdedor perdió un 35% de aviones(unos 105 aparatos) y tuvo que disolver dos escuadrillas de “Moscas” y una de “Katiuskas”.
(Traslado de un soldado muerto, en el frente de Teruel.)
Tras la derrota, Rojo presentó su dimisión, que no aceptó Negrín, ya que las pérdidas de su Ejército no cabían achacarlas a la dirección estratégica.
PRINCIPALES CONTENDIENTES
ANTONIO ARANDA MATA
En el momento del Alzamiento era gobernador militar de Oviedo y era adicto al Gobierno del Frente Popular y habían rumores de su filiación masónica, con rango elevado . Era Diplomado en Estado Mayor e ingeniero geógrafo. Los partidos derechistas le consideraban un adversario y los del izquierdas, aliado y colaborador. Pero el coronel Aranda supo deshacerse de los grupos mineros más activos, mientras el ejército atacaba Gijón, él organizaba la defensa de Oviedo, lo que suposo la Laureada. Tras la ocupación de Asturias por los nacionales, Aranda fue promocionado a general y tomó el mando del Cuerpo de Ejército de Galicia, que tuvo una actuación destacada en la batalla de Teruel.
Fue frenado por los republicanos en Sagunto, a pesar de ello consiguió entrar al frente de sus tropas en Valencia, pero cuando parecía ser promocionado a los más altos puestos militares su estrella decae y tras una temporada de alejamiento, desaparece de la vida pública.
JUAN HERNÁNDEZ SARABIA
El 18 de febrero de 1.936, las masas populares se reunieron frente al Ministerio de la Gobernación, exigiendo la dimisión del ministro, Portela Valladares. Dos días antes había triunfado la candidatura del Frente Popular. En la primera fila de os manifestantes se hallaba, el coronel Juan Hernández Sarabia. Este oficial había destacado en la Academia Militar de Toledo y más tarde en África, destacando en su arma, la Artillería. Al ser proclamado ministro, Manuel Azaña, le nombró su ayudante personal. También le demostró su confianza, Indalecio Prieto, no así los elementos comunistas, que procuran ignorar su presencia en esta guerra civil. Tras el Movimiento se pone a las órdenes del Gobierno y es nombrado subsecretario del Ministerio de la Guerra. Tras esto acometió la importante tarea de organizar el Ejército Popular republicano. Tal ingente trabajo le obligó a presentar su renuncia. Mas tarde fue repuesto y promovido a general, tomando el mando del Ejército de Levante, destacando en las batallas de Teruel y del Ebro. Tras la derrota pasa a Francia y más tarde se exilia a México.
Escrito por Josep Subirats
FUENTES
Historia Militar de una guerra civil por Gabriel Cardona. 70 Aniversario de la guerra civil. Ediciones Flor del Viento. Barcelona.
Batallas de Belchite y Teruel por Wickipédia.
La Batalla de Teruel. La Caballería elemento decisivo. El Club de los Poetas Muertos-Jinetes.
Historia de la guerra civil española, por Vicente Rojo. RBA Libros, S.A. Barcelona.
La batalla de la Alfambra. La última carga de la caballería española por Víctor Ruiz Albéniz. Periodista.
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