Gadir - La joya de las colonias tirias
Intentar comentar la historia común de los gaditanos es siempre una tarea difícil, ante la escasez de restos documentales en unas épocas o de restos arqueológicos en otras. Pero a pesar de todo poseemos información suficiente para elaborar un resumen continuado que nos dé una visión general de los acontecimientos.
Los gaditanos siempre hemos tenido un interés por el pasado, motivado por la enorme importancia de la que disfruto Cádiz en la Antigüedad. Para que se pueda comprender la historia de Cádiz hay que describirla primero topográficamente.
Vista aérea de la ciudad de Cádiz
El lugar donde se levanta en la actualidad la ciudad de Cádiz resulta en si inhóspito para el desarrollo y la evolución de asentamientos humanos. Dificultades que viene por ser un istmo que se adentra en el mar de 9 kilómetros cuadrados cuando las aguas están a un nivel medio. No es una isla en si porque está unido por un estrechísimo cordón de tierra arenosa donde hoy se extienden las vías férreas y la carretera que la enlaza al continente y a la llamada Isla de León, (Desde hace algún tiempo el puente de la carretera posee una ampliación con un carril reversible).
No posee una orografía accidentada, su elevación máxima es de 20 metros en la zona de Puerta Tierra, al ser tan poca la elevación imposibilita la existencia de cursos estables de agua (Problema que solucionaron con más o menos ingenio los gaditanos a lo largo de la historia, como por ejemplo con la construcción de acueductos en época romana). Pero el paisaje donde se asienta lo debemos considerar resultado de la evolución geográfica ya que en la antigüedad debió ser un número considerable de islas, un archipiélago en toda regla.
Pese a la bondad del clima Cádiz tiene un defecto, los vientos. Cádiz se ve influido por el poderoso y temible Levante del Norte de África, que ha condicionado siempre la flora y la fauna de Cádiz y también por el benévolo poniente, que pese a ser suave hace subir la humedad. Por estos factores la superficie aprovechable en Cádiz para la agricultura es prácticamente nula. La falta de altura hace también que la ciudad quedara expuesta a los vientos. Es necesario el justificar la existencia del hombre en Cádiz desde tiempos tan remotos, estando habitada continuamente desde sus inicios.
LA RESPUESTA ES: La localización de la ciudad, en medio de la bahía, dominando un archipiélago, con un gran puerto natural y situado en las cercanías del estrecho de Gibraltar y llave del Atlántico. Lo verdaderamente importante era estar dentro de las rutas marítimas del momento. En la Antigüedad, se hallaba localizada en el fin del mundo conocido, en el océano tenebroso objetivo de contacto entre oriente y occidente a través de los fenicios, sus fundadores y habitantes primeros de Cádiz.
Luego con América fue lugar y partida de la flota de Indias, que la convirtió en punto de atracción, solar de encuentro de culturas.
Cádiz está en el límite de dos mundos, entre el mar y la tierra, en el interior de la bahía y por último entre tres continentes: Europa, América y África. Son limitados los datos que se saben de la prehistoria gaditana , hecho que se puede explicar gracias al poco interés que se le ha prestado. Pero también se ha de tener en cuenta lo limitado del territorio peninsular gaditano.
En 1989 se hallaron piezas de diferentes etapas prehistóricas, aunque los más abundantes fueron del Calcolítico. En las cercanías en una torrentera, en su curso más bajo se han encontrado un sílex tallado, y cerca de allí se encontraron materiales de la época Calcolítica otra vez y de la Edad del Cobre. En las playas de Cádiz algunas hoy desaparecidas ha habido hallazgos de restos humanos y en Punta de Vaca se llegó a hablar de una cueva con restos prehistóricos. Dentro del centro urbano se han encontrado piezas de diversa índole, un hacha serpentina y un sílex sin rodar, entre otras , además de instrumentos de sílex y cerámica. En la avenida Andalucía se encontró un pequeño hogar y en la plaza Asdrúbal los restos de un silo.
En conjunto podemos esbozar que se dio poblamiento que se remonta a más de 200.000 años en el Paleolítico Inferior, en la Caleta de Sta. Catalina donde se han constatado industrias de cantos tallados del Musteriense (200.000-40.000 /25.000 a.C.).Se han hallado también restos del Neolítico.
Crátero griega que muestra la lucha de Heracles contra Gerión
A pesar de lo limitado de estos datos la principal conclusión que podemos sacar es la existencia de una antigua población prehistórica en Cádiz, anterior a la famosa llegada de los fenicios.
La población prehistórica asentada en torno a la bahía gaditana debió ver arribar a sus costas las embarcaciones fenicias con mascaron de proa de caballo, que procedientes del Mediterráneo Oriental se aventuraron hasta aquel mar tenebroso del que hablan las historias. Con dicha población que se encontraba en el Bronce Final, iniciaron los colonos fenicios una serie de contactos comerciales que en principio fueron esporádicos y que configuraron lo que se llama periódo precolonial. Este culminará con la fundación, de los fenicios procedientes de Tiro, de un asentamiento estable que llamaron GADIR , que lo vamos a encontrar relacionado con el ámbito de una isla denominada ERYTHEIA. Así Gadir se levantó frente a Erythiea según Herodoto , mientras que Apolodoro y Plinio el Viejo afirman que Gadir se construyó en citada isla indicando el último:
“En la parte que mira a la (tierra firme de) Hispania y aproximadamente a 100 pasos hay otra isla de 1000 pasos de longitud y otros mil de anchura , en la cual antiguamente estuvo el “oppidum” de Gades. Es llamada Erytheia por Ephorus y Philipides ,por Timaeus y Silenus Aphrodisias y por los naturales Insula Iunonis. Segú Timaeus la mayor fue llamada Cotinussa por sus olivos. Nosotros (romanos) la llamamos Tartessos , mas los púnicos la llamaron Gadir , que en lengua púnica significa “reducto”. Fue llamada Eytheia porque los tyrios sus aborígenes se decían oriundos del Mare Erythrum…”
El hecho de la fundación de nuestra ciudad, en Iberia, extremo del mundo conocido, llevará a acuñar su titulo de la ciudad más antigua de todo occidente. Su paulatina difusión a través de marinos y navegantes por el universo mediterráneo, dotará a Gadir de un halo legendario y misterioso, lo que llevaría al entorno heleno a que se empleara como soporte en algunos mitos. Situación que se debió plasmar en torno al siglo VI aC. Cuando Estesícoro escribe la Geryoneia o Hesíodo su Teogonía, donde cita a Geryón y Erytheia, centuria está en la que vive Ferécides de Atenas a quien Estrabón usa como fuente. Dentro del nacimiento del concepto de mítico, tendría gran influencia la llegada de los griegos focenses quienes transmitieron historias sobre el longevo Argantonio a quien Cicerón nombra “Rey de Cádiz” y otros de Tartessos. Es además el momento en el que se da el proceso de aculturación que identifica al dios Melkart con Heracles, período que concluye en el 535 a.C. en la batalla de Alalia, en la que los cartagineses vencen a los griegos, limitando la presencia griega en las zonas de occidente.
Así pues dentro del período señalado (siglos VII-VI a.C.) debieron gestarse las noticias que señalan a Eytheia como el escenario donde se desarrolla el décimo de los trabajos de Hércules, robar las vacas de Geryón. Este según Hesíodo, era hijo de Calírroe , hija de Océano y Criasaor, tenía tres cabezas y era “el más violento de todos los mortales”. Afirma Estesícoro que vivía en la citada isla, frente a la cual había nacido. Allí apacentaba su rebaño con Euritión y su perro Orthos. Herodoto dice que Gerión tenía su casa frente a Erytheia, frente a Gadir. Una vez Hércules cumplió su misión matando a Gerión, sobre el túmulo de este crecieron dos árboles inusuales para la flora del lugar , que según los griegos destilaban sangre y los llamaban Gerioneos. Hoy en día se cree que fueron dos dragos y su peculiar savia. A media que el extremo de Iberia fue explorado se situó a Erytheia en Lusitania, sobre todo con los inicios de conquista y colonización romanos, aunque como vemos Plinio y los demás autores de importancia, incluidos los romanos, la sitúan en Gadir con total seguridad en sus datos y fuentes, y los hallazgos arqueológicos apoyan estas fuentes latinas.
Fundada por navegantes fenicios de Tiro, fue establecida con el nombre de Gádir (en grafía hebrea גדר, y en fenicia , "gdr"), sobre lo que antaño era un pequeño archipiélago (formado por las islas: Erytheia, Antípolis y Kotinousa) y en la actualidad el conjunto de Cádiz y San Fernando, para explotar las ricas rutas atlánticas del estaño, del cobre y el mercado tartésico-turdetano. Fue conocida por los griegos como τὰ Γάδειρα, Gádeira y por los romanos como Gades y es de ambas de donde viene el gentilicio gaditano.
Foto del momento del hallazgo del sarcófago antropoide masculino y los restos de su interior
Veamos lo dicho por Estrabón de la fundación de Gadir:
"Sobre la fundación de Gádeirae aquí lo que dicen recordar los gaditanos: que cierto oráculo ordenó a los tirios fundar un establecimiento en las columnas de Hércules, unos primeros expedicionarios partieron a la búsqueda del lugar indicado, llegaron hasta el estrecho de Gibraltar y creyeron que los promontorios que forman el estrecho eran los confines de la tierra habitada y el término de las empresas de Hércules, suponiendo que estaban allí las columnas de las que hablaba el oráculo echaron el ancla en cierto lugar más allá de las acá de las columnas, allí donde se levanta la ciudad de los exitanos. Mas como en ese punto de la costa ofreciesen un sacrificio a los dioses y las víctimas no fueran propicias regresaron a su patria. Tiempo después partieron de nuevo, atravesaron el estrecho y llegaron a una isla consagrada a Heracles, sita junto a Onuba, ciudad de Iberia, a unos mil quinientos estadios más allás del estrecho. Creyendo que allí estaban las columnas, sacrificaron de nuevo a los dioses, pero tampoco fueron propicias las señales y de nuevo se volvieron a su patria. En una tercera expedición fundaron Gádeira, alzaron el templo de Heracles-Melkart en la parte oriental de la isla y la ciudad en la Occidental"
En la historia de la colonización fenicia los más oscuros y los más discutibles son los problemas de su etapa inicial. La tradición antigua fija su comienzo hacia finales del segundo milenio a. C. Los argumentos principales de los adversarios de las fechas antiguas se reducen prácticamente a las ideas comunes acerca del caos producido en el Mediterráneo Oriental a causa de los movimientos étnicos y de la disolución o el debilitamiento de los estados dirigentes, a la ausencia de unas pruebas arqueológicas de la colonización fenicia temprana (frente a la presencia de pruebas para los siglos IX-VII a. C.) y a la aparente inseguridad de la tradición antigua.
Acerca de estos argumentos hay que hacer notar, en primer lugar, que las ideas sobre el caos del Mediterráneo son exageradas. La datación de los estados de Grecia micénica que antes dominaban la navegación y el comercio mediterráneo pudo ser incluso favorable a los fenicios. Es poco probable que la piratería pudiera reprimir a los marineros; la piratería es propia de la Antigüedad en general: de piratas habla Homero, contra piratas luchaban César y Pompeyo, y los propios fenicios no desdeñaban esta profesión; de modo que los piratas creaban dificultades pero jamás eran obstáculos insalvables para el comercio marítimo y la colonización, esto sólo pudo ser detenido y estorbado por la invasión de los Pueblos del Mar que sólo Ramsés III pudo detener con éxito.
Tucídides menciona a fenicios y carios a la par, al referirse a los bandidos que se establecieron en las islas del mar Egeo. Pero después, el historiador habla sólo de los carios. Heródoto y Pausanias informan sobre la fundación por los fenicios del templo de Heracles en Tasos y sobre su explotación de los yacimientos de oro situados entre Ainyra y Kinyra.
Pausanias recalca que el Heracles de Tasos es la misma divinidad que se venera en Tiro, y que sólo más tarde los helenos de esa isla han empezado a venerar al Heracles griego. La investigación del culto de Heracles en Tasos ha revelado que se trata del Melgart tirio .Van Berchem supuso que los fenicios habían llegado a Tasos a través de Cos, Eritras y Lemnos. Esta suposición se confirma por el carácter y dirección de las relaciones comerciales del Tasos prehelénico, particularmente con Lemnos, lugar de mercado fenicio según Homero. La ruta hacia Tasos pasaba por Rodas, donde, según Diodoro, también existieron establecimientos fenicios, cuya fundación atribuye él a Cadmo.
En la imagen superior tenemos uno de los hallazgos más importantes de Cádiz, un anillo de oro fenicio encontrado en la Casa del Obispo. Tiene los dos delfines uno de los símbolos de la ciudad de Gadir. Se sabe que tres generaciones pudieron portar el anillo. El propietario debió ser una figura clave en la sociedad gaditana de la época puesto que su punta fue respetada y sacralizada y nos lo indica también el dato de que pudiera costearse la espléndida joya
Después de Sicilia, se abrieron a los fenicios Hispania y Africa., Diodoro y Veleyo Patérculo (Uno de los autores que más información aporta de la historia temprana del Gadir fenicio) ligan las fundaciones de las colonias a estas regiones. Hispania y la costa opuesta de África eran las tierras más occidentales de la colonización fenicia Aquí el centro más importante llegó a ser nuestro querido Gades, que, según Estrabón (Como hemos visto un poco más arriba) fue fundado después de dos tentativas desgraciadas, explicables posiblemente por la hostilidad de los aborígenes íberos (Y no a los dioses) al establecimiento de una factoría comercial extranjera en sus tierras. A esos aludirá también el nombre de la ciudad-Gadir (el lugar cerrado). Tal vez entre las dos tentativas falli das de instalarse en Hispania se establecieron los tirios en Lixus (Cercana a la ciudad de Tánger), en la costa africana. En todo caso, Plinio) dice que el santuario lixita de Hércules, el Melqart fenicio era más antiguo que el gaditano.
Según Patérculo, después de pocos años los fenicios fundaron Utica). Mela pretende que existía el templo gaditano desde los tiempos de la guerra de Troya. Conforme a Patérculo, Gades había sido fundado por la flota tiria, que entonces era la más poderosa en el mundo, ochenta años después de la hipotética caída de Troya, es decir en el 1105 a. C (Más o menos coincidente con el reinado de Tausert reina del Nilo de la dinastía XIX o de Sethnaj, faraón de la XX dinastía). Estas fechas se confirman por fuentes independientes. Patérculo menciona que Utica fue fundada un poco más tarde que Gades y Plinio señala que el templo uticense fundado a la vez que la ciudad tenía mil ciento setenta y ocho años de existencia. La Naturales Historia fue terminada en el 77 d. C. 20; se ignora cuando fue escrito este fragmento, pero, en cualquier caso, data la fundación de la ciudad y del templo a finales del siglo XII a. C. Citando unas «Historias fenicias» dice que Utica fue construida doscientos ochenta y siete años antes que Cartago. Aceptando las fechas diferentes de la fundación de Cartago, resulta para Utica el 1112, el 1110 o el 1104 a. C., lo que se corresponde con las fechas de Plinio y Veleyo Patérculo. A los cuentos y noticias acerca de los templos de Tasos, Citera, Gades, Lixus y Utica, hay que añadir el relato de Estrabón sobre la fundación de Gades conforme a la orden del oráculo de Melqart.
Los templos poseían vastos conocimientos sobre el origen y la historia de los santuarios. Heródoto transmite la noticia de los sacerdotes tirios de Heracles-Melqart, de que su templo había sido erigido dos mil trescientos años antes de la fundación de Tiro, es decir en el siglo XXVIII a. C. Estos datos se confirman por las cerámicas tirias, cuyas muestras más antiguas se remontan precisamente a este siglo. Ello permite creer en la exactitud de los cálculos cronológicos de los sacerdotes tirios, lo que posibilita, a su vez, el tratar con más confianza otras noticias que se remontan a las tradiciones de los templos.
Heródoto afirma que los templos del Heracles tirio y tasio los ha visitado él mismo, de modo que su transmisión de la tradición del templo es inmediata y más o menos fiable. Tal vez se puede decir también algo similar sobre Pomponio Mela, que había nacido en Tingentera, cerca de Gades y que nos ofrece jugosas informaciones sobre la ciudad. En ese tiempo el templo gaditano era muy conocido y visitado por muchos romanos y exploradores de todo el orbe occidental, de modo que los relatos ligados a él podrían haber sido oídos por el futuro geógrafo en su infancia, aunque no queda excluido, claro está, que unas primeras impresiones hispanas pudiesen haber sido completadas por informaciones de otras fuentes, entre ellas el cartaginés Hannon.
La mayoría de los templos referidos son de Melqart (Heracles, Hércules), lo que no debe sorprender. Melqart el rey de la ciudad, el dueño de Tiro, era su protector, la personificación de todo lo valioso y deseado para ella. Es natural que sea también el jefe de la colonización. En la mitología griega el papel archegétes jefe lo desempeñaba Apolo. Así lo llaman Tucídides y Píndaro en relación con la fun dación de Naxos y Cirene. Elio Arístides argumenta sobre la diferencia entre las funciones de Apolo como exegétes y como archegétes: en el primer caso envía a otros a fundar nuevas ciudades; en el segundo, él mismo es oikistés directo. Esto último sería Melqart de la serie de las colonias fenicias. Semejante papel aparece particularmente acentuado en Gades, ya que la ciudad misma fue fundada conforme a la orden del dios, y después Melqart profetizaba en el templo gaditano, al asegurarse como afirman diversos historiadores de que las cenizas de Heracles-Melkart reposaban en el sanctasantórum .
El templo a Melkart fue sin dudas el centro más famoso de la colonia gaditana por su gran importancia como santuario. Pese a todo los restos arquitectónicos supervivientes son muy escasos, por las abundantes refrencias de historiadores latinos y griegos se sabe que estuvo activo hasta el final de la Antiguedad, un romano gaditano, Pomponio Mela dice que "el templo era célebre por sus fundadores, por su veneración, por su antiguedad y por sus riquezas (...) y su santidad estriba en que guarda las cenizas de Hércules". El culto al dios fenicio se extendión con celeridad y su prestigio aumentó con el tiempo siendo importante aún en época romana. Todavía bajo control itálico mantuvo los rasgos semíticos originarios, incluso en sus manifestaciones más bestiales como es el sacrificio humano (También practicado en Cartago), hasta que Divus Julius prohibió esta bárbara práctica, aunque él dictator fue un devoto del templo, actitud seguida por los Julios-Claudios posteriores.Durante el gobierno del hispano Trajano el dios fue incluido como deidad oficial del estado y aparece bajo Adriano en monedas bajo el epítome de Heracles Gaditanus. En el siglo IV d.C cuando Cádiz se hallaba en franca decadencia Avieno testimonia que se halla todavía en esplendor esplendor.
Este islote es el templo de Melkart en Sancti Petri, o al menos sus restos, en este lugar tanto en la superficie como bajo el mar se han hallado importantes piezas de época fenicia o posterior
Tras este corto paréntesis sobre el templo sigamos con la colonización temprana tiria. Es el escritor Macrobio quien en siglo IV a.C. recoge noticias muy antiguas que pudieron haber ocurrido hacia el siglo VI a.C. Estas pueden inscribirse dentro del período de desestabilización que se dio con posterioridad al 573 a.C. fecha en la que Nabucodonosor, líder del imperio Neobabilónico (Como se le ha denominado) asedió a la ciudad de Tiro y provocó así el abandono de la metrópoli fenicia de sus centros comerciales y colonias (Tuvo que volcar todos sus ya menguados esfuerzos en defenderse a sí misma), entre ellos una de las principales y más poderosas, nuestro ya mencionado Gadir.
Situación que sin la protección fenicia, pudo conllevar a un intento de la reconquista de la rica ciudad por “los naturales de país”, es decir las diversas etnias y reinos ibéricos de la zona. Como nos cuenta un relato:
“Como Therón rey de la Hispania Citerior, fueses lleno de furor con un escuadra a expugnar el Templo de Hércules , los gaditanos vinieron de la parte opuesta con largos navíos. Trabando el combate , éste permaneció durante algún tiempo indeciso hasta que súbitamente las tropas del rey emprendieron la huída y al mismo tiempo comenzaron a arder presas de un fuego que se apoderó de ep s de improviso .Los poquísimos que quedaron con vida prisioneros de los enemigos cuentan que vieron unos leones en las proas de las naves gaditanas , y que de pronto ardieron sus propias naves heridas por unos rayos como los que se pintan en la cabeza del Sol”…(Macrobio).
Imagen de Macrobio en un posterior manuscrito
Nos sorprende la similitud entre Therón y Geryón ,y se ha llegado a cuestionarse si no serán la misma entidad (Schulten).
En el final del relato se no habla de rayos solares, que son nada y más y nada menos que los rayos que Melkart usó para destruirle , pues Melkart se identifica además de con Heracles con Helios, y con el mar mismo, aunque esa sería una manifestación más lejana referente a la religón y templos de Gadir.
Reconstrucción del templo Herakleión de Cádiz dedicado a Heracles-Melkart, dios tutelar de la ciudad
Para entonces nuestro Gadir debió de haber sucumbido en la órbita de la colonia más importante de Tiro junto con Gadir , Cartago…Quien estaba asentada sobre un istmo, como Cádiz, así pues tenían una gran similitud y parecido, aunque el poder militar de Cartago era superior al de Gadir por el cual la ciudad se pusiera bajo la tutela nominal de los púnicos.
La colonización fenicia fue en realidad la empresa tiria. Esto, en todo y por todo, tiene relación también con su etapa primera. Parece que la promoción de Tiro estaba condicionada por varios factores. Primeramente la participación activa en el comercio occidental, que Tiro era en el segundo milenio a. C. el centro marítimo y tenía un puerto verdaderamente importante, lo tetismonia la carta del rey tirio al rey ugarítico. En segundo lugar, precisamente Tiro recibió a los fugitivos de la Sidón destruida, lo que llevó a un fuerte incremento de la población y a una elevada presión demográfica, provocando tal vez la lucha interna, de la que habían sido eco la leyenda sobre la fundación de Tiro por los sidoníos. Hay que tener presente también la amenaza asiria. Como resultado de la campaña de Tiglatpileser I, Biblos, Sidón y Arvad pagaban tributo al rey asirio Aunque Fenicia no cayese inmediatamente bajo el poder asirio, la amenaza era muy grande y no se podía desdeñar. Quizás el miedo frente a los asirios, pero la coincidencia de las fechas del reinado de Tiglatpilser I (1115-1077 a. C.) y de la primera etapa de la colonización fenicia, así como la mención de Tiro entre los tributarios del rey, hacen suponer un vínculo entre estos fenómenos, las invasiones incrementaron el deseo de la migración ultramarina.
La emigración a los países lejanos fue utilizada para adquirir ganancias económicas considerables. Tucídides, Diodoro y el Pseudo-Aristóteles acentúan el carácter comercial de las acciones fenicias. Sus objetivos más importantes eran los metales nobles. No en vano los caminos de la colonización se apoyaban en Tasos y el sur de Hispania.
El objetivo principal de los puntos intermedios quizá fuera garantizar estos caminos, pero probablemente también jugaban un papel en el comercio, abasteciendo, aunque en cantidades menores, de plata y de oro, y aparte de eso, de conchas, de púrpuras y de cereales a cambio los fenicios daban aceite, bibelotos y 'aivpµata.
En este mapa podemos observar la situación geopolítica mediterránea en época contemporánea a lo narrado en el artículo
AIWpµaia (según se pronuncia en fenicio arcaico) son tal vez tejidos estampados, amuletos, artículos utilitarios y cosas por el estilo, lo que podríamos englobar por artículo de lujo sólo al alcance de los bolsillos más adinerados. Ese es el típico comercio colonial, que establecerían los cartagineses muchos siglos después en las costas africanas, los imperios coloniales muchos siglos después en sus colonias y más de dos milenios después los ingleses en la misma África. Semejante comercio no exige un nivel alto de desarrollo en los comerciantes indígenas y podía reducirse al trueque como lo realizaban los mismos cartagineses. A veces los fenicios pudieron explotar ellos mismos las minas. Así ocurrió en Tasos.
Los fenicios fundaban simples puntos de apoyo, factorías sin población estable y estaciones de ancla, es decir centros comerciales desde los que expandir sus prósperos negocios y aumentar sus posibles monopolios comerciales. Tucídides confirma en relación con el comercio de los fenicios, su establecimiento en Sicilia y en los islo tes cercanos. La utilización por el historiador del verbo otKÉw testimonia, que no se trata de puertos de comercio provisionales, sino de colonias estables con población constante. En grado aún mayor tiene esa relación con ciudades como Gades y Útica. Refiriéndose a la fundación de Utica, Justino señala dos causas: el exceso de habitantes en Tiro y la necesidad de enviar a la juventud a una colonia (¿Curiosa forma de independizarse verdad?). Un envío de los elementos excedentes e inquietos sería inútil, si se tratase de factoría provisional, cuyos habitantes debieran volver, lo más lógico sería pensar en una colonia estable dependiente de la metrópoli. Las tentativas repetidas de fundar Gades deben de testimoniar las relaciones complicadas con los indígenas, que como mencioné algo más arriba pudieron no ver con agrado un intento de colonización. De suerte que la ciudad sólo pudo existir como punto estable. De esto da testimonio también su nombre Gadir («fortificación», «lugar cerrado»).
En el siglo XI a. C. la expansión ultramarina de Tiro se agotó. A eso contribuyen circunstancias varias. Hacia ese tiempo los fenicios establecieron contactos directos con las fuentes de oro y de plata y con la red de puntos que unía esas fuentes y la metrópoli. El resultado es que fueron logrados los objetivos económicos de la colonización. En el Oriente ocurrieron cambios importantes y ello afectó al resto, todo el ámbito fenicio que como Gadir, caería bajo el influjo púnico que llevaría a la participación de estos en las guerras contra Roma y al final conllevaría al dominio latino sobre la ciudad, que paradójicamente la llevaría a su esplendor comercial, convirtiéndose en la segunda ciudad con más patricios del imperio y en una de las ciudades más importantes de Roma.
Autor: Oznerol-1516
Bibliografía:
-Historia de Cádiz :Juan Antonio Fierro Cubiela
-Wikipedia.org
-e-spacio.uned.es/fez/eserv.php?pid=bibliuned:ETFSerie2-57FFC1F4-A3A9-6F4A-2 016-E3EE271187B9&dsID=PDF
-Enciclopedia Vivi-Historia de Cádiz