Gallipoli - La bahia de Suvla una operación anfibia en la PGM
La expedición a Gallipoli fue una de las mejores ideas de la I WW, pero los jefes elegidos para esta acción eran demasiado veteranos o carecían de experiencia o las dos cosas a la vez. Fue su ignorancia, su mala dirección y su testarudez lo que provocó el fracaso de la expedición. El precio que debió pagarse, tanto en ocasiones perdidas como en sufrimientos y vidas humanas fue terrible.
El objetivo de la operación era sacar el frente francés del estancamiento de la guerra de trincheras, a la vez que destruía el poderío militar de Turquía y se empujaba a una fracción del ejército alemán hacia el este. La campaña estaba destinada por los aliados para tomar Gallipoli, penetrando en la vía fluvial de los Dardanelos, capturar Constantinopla y acabar con el Imperio otomano en la I WW. Para ello se utilizaron barcos de guerra: franceses, británicos y australianos y también infantería de los citados países, además de neozelandeses e hindúes.
(Mapa con la situación de ambos contendientes en Gallipoli.)
El 28 de octubre de 1.914, los turcos declaran la guerra a la Gran Bretaña y Francia y tras ello, unidades navales de estos países, intentan bloquear el lado del Egeo de los Dardanelos. Se intentaba crear una ruta marítima con Rusia, necesitada de ayuda militar, tras sus últimas derrotas sufridas ante los alemanes y cerrado el Báltico por la flota alemana. Otra de las razones era aliviar el frente ruso de la presión de los alemanes.
(Situación del estrecho de los Dardanelos.)
Este estrecho tenía unos 60 km. de largo(71 km. según otras fuentes) y una anchura entre 1,5 y 6,5 km.y conecta los mares Egeo y de Mármara. Dicho estrecho separa la península de Gallipoli en la Turquía europea, de la Turquía asiática. Esta via era de vital importancia, ya que era la única vía naval posible entre el Mediterráneo y el mar Negro. Los Dardanelos, también eran en 1.915, vitales para la defensa de Constantinopla.
En noviembre de 1.914, esta región aún contaba con unas malas defensas y la Royal Navy hubiera podido acercarse totalmente en solitario, atravesar los estrechos y llegar hasta Constantinopla. Pero la flota británica se limitaba a bombardear las baterías costeras de la entrada de los estrechos para someterlos a prueba. No consiguieron más que poner a turcos y alemanes en guardia y prepararles ante los eventuales ataques que con posterioridad se produjeron en el sector.
A principios de 1.915, se entró en el Frente Occidental, en la llamada”guerra de trincheras”, que ocasiona a los aliados cuantiosas pérdidas. Durante este año se toma en consideración, el tomar medidas en los Dardanelos. Pero pronto se alzan voces autorizadas, tanto del general Joffre, comandante en jefe francés, como del mariscal de campo, sir John French, su homónimo británico. Eran de la opinión que el punto clave de la guerra era Francia, opinión compartida por el grueso de la oficialidad británica.
(Winston Churchill a sus 21 años de edad, vistiendo uniforme de húsar en 1.895)
El principal valedor de la acción de los Dardanelos fue el primer Lord del Almirantazgo, sir Winston Churchill, junto con varios miembros de ambos gobiernos, secundado por el vacilante Lord Kitchener, Secretario de Estado para la Guerra, ya que aquel estaba molesto por el papel poco brillante de la Royal Navy en esta contienda. Para esta acción se necesitarían suministros suficientes para las tropas terrestres, que apoyarían la acción naval.
(El acorazado HMS Queen Elizabeth, estaba dotado de 8 cañones de 381 mm. 16 de 152 mm. y 3 antiaéreos de 52 mm. y fue uno de los protagonista en el Estrecho de los Dardanelos.)
GALLIPOLI
En febrero de 1.915, decididas a intentar una prueba de fuerza, Gran Bretaña y Francia reunieron una enorme flota que contaba con un buen número de acorazados para forzar el paso hacía Constantinopla. comenzó al ataque naval franco-británico, que contaba, entre otros, con el nuevo acorazado HMS Queen Elizabeth, armado con piezas de 15 “ y los también acorazados: HMS Triumph, HMS Majestic, HMS Cornwallis. La Royal Navy reaparecía ante los Dardanelos y encontraba las defensas muy mejoradas, campos de minas, baterías bien situadas y proyectores que iluminaban la oscuridad de la noche. Al atardecer, los buques apenas causaron daños a las defensas otomanas, ya que no disponían de proyectiles de alto explosivo, lo que provocaba, que solo el proyectil impactado directamente en su objetivo, causara daños.
El 25 de febrero de 1.915, con el bombardeo a larga distancia del: Queen Elizabeth, Irresistible, Agamennon y Gaulois, a los que se unieron: el Vengeance, Cornwallis, Suffren y Carlomagno, se consiguieron deterioros importantes en las defensas turcas. Esa misma tarde, los buques aliados emprenden un duelo artillero a corta distancia, con los fuertes turcos, a los que dejaron provisionalmente fuera de combate.
Los dragaminas pudieron efectuar su trabajo y despejar gran parte de las minas del canal, lo que permite a los Albión, Vengeance y Majestic, atacar Fort Dardanus, situado en la sección interior del estrecho de los Dardanelos. Tras esto un grupo de desembarco ataca Kum Kale, en la costa asiática, apoyado por sus destructores, pero finalmente es rechazado por las tropas turcas.
(Bombardeo, por parte de los barcos aliados de las defensas turcas en el canal. Marzo de 1.915.)
El 5 de marzo, fueron atacados los fuertes turcos, ya mejor defendidos. Los barcos aliados se arriesgaron muy cerca de las baterías costeras. Una hilera de minas fijas no detectadas por los dragaminas aliados hizo que estos sufrieran graves pérdidas: El Bouvet, resultó hundido tras chocar contra una mina, El HMS Irresistible siguió sus pasos, el HMS Ocean también fue hundido, mientras el HMS Inflexible sufría graves desperfectos por el mismo motivo y tuvo que llegar a Lemnos para ser reparado. También los acorazados franceses: Gaulois y Suffren resultan dañados por la artillería de los fuertes turcos y tuvieron que ser enviados a los astilleros para su reparación. Se hizo necesario renunciar.
Lo que los aliados ignoraban es que los turcos casi habían agotado sus municiones y que la flota hubiera podido alcanzar la capital, sin dificultades. El 16 de marzo, el vicealmirante Carden cae enfermo y es substituido por el vicealmirante De Robeck, su segundo y tras el fracaso del 18 de marzo, este era partidario que los barcos en solitario no serían suficientes y convenció al resto de jefes que no podían superar los Dardanelos, sin que el ejército aliado tomara previamente la península de Gallipoli.
El Secretario de Estado para la Guerra, lord Kitchener, consideraba este desembarco como el pago de una deuda a Rusia, que había socorrido el frente occidental en 1.914 cuando su movilización era aún incompleta. Kitchener colocó 73.000 hombres, (La 29ª División británica con 17.000 hombres, la más experimentada; El Corps Expéditionnare D`Orient francés, con 16.000 hombres, esta unidad era de reciente creación, pero sin embargo bien adiestrada; La Royal Naval División, unos 10.000 soldados y los Anzac, tropas australianas y neozelandesas que sumaban unos 30.000 hombres, ambos con poca experiencia militar), bajo el mando de un teniente general de 62 años, sir Ian Hamilton. El cual era remiso a ejercer su autoridad sobre los generales subordinados.
Decir que la expedición estaba mal preparada era un eufemismo. Kitchener en este punto, subestimaba al ejército turco, ya que no hizo ningún esfuerzo serio para estudiar sus métodos, sus estructuras, su fuerza y sus dispositivos, a pesar de contar con un manual sobre dicho ejército. Tampoco se había efectuado un reconocimiento exhaustivo de los lugares del desembarco. Más aún los mapas de la península, tomados a veces de guías turísticas, eran anticuados y a menudo inexactos. Se descubrió demasiado tarde, en Lemnos, que los barcos de transporte fueron cargados erróneamente, ya que el material más esencial para el desembarco se había cargado al fondo de las bodegas. Los barcos retornaron a Alejandría a re-ordenar el contenido y su retraso fue de un mes.
Ian Hamilton, en inferioridad numérica, desconociendo las disposiciones del enemigo e ignorante del terreno que pisaba, recibe la orden de desembarcar el 25 de abril de 1.915. Antes del amanecer, comenzaron las operaciones de desembarco, la mayoría de las cuales consistieron en operaciones de diversión destinadas a cubrir las dos acciones principales: la del cuerpo australiano y la del neozelandes, al sudoeste de la península y la de la 29ª División, al sur.
(Hundimiento del acorazado francés “Bouvet” tras chocar contra una mina el 18 de marzo de 1.915, en el Estrecho de los Dardanelos.)
Descartada ya por supuesto la sorpresa, en un primer momento los turcos disponían de dos divisiones, en los Dardanelos, que se incrementaron a cuatro, tras el ataque naval y a seis, cuando Hamilton efectuó el primer desembarco. En contrapartida en el lado turco, el general alemán, Otto Liman von Sanders, ostentaba el mando supremo de las tropas otomanas en Gallipoli, esperaba el desembarco y contaba con 84.000 hombres. El resultado era que los turcos disponían de una división más que sus enemigos. Pero más por suerte que por elección, el grueso del ejército de Hamilton, desembarcó en puntos mal defendidos. Solo en dos playas, sus hombres encontraron fuerte oposición, pero casi en seguida la confusión y la pérdida de cohesión de los Aliados propiciaron la ventaja del enemigo. Incluso cuando el camino se encontraba libre para ir a ocupar rápidamente las colinas, se era reticente a otra cosa que a consolidar una sólida cabeza de puente en la playa.
A las 4.00 del 25 de abril, 1.500 Anzac de la primera oleada, habían conseguido llegar sanos y salvos a ...una playa equivocada, debido a que una fuerte corriente había llevado las barcas a 1,5 km. del objetivo previsto, ya que la playa designada debía ser arenosa y se desembarcó en una rocosa, de manera que los turcos no habían previsto una fuerte defensa allí, 8.000 Anzac se lanzaron a la playa, mientras algunos ya escalaban, las sierras que conducían a Chunuk Bair.
Pero para desgracia de estos, Mustafá Kemal, el militar turco más cualificado defendió las serranías importantes de Chunuk Bair y Sari Bair y detuvo el ataque. Si el ataque se hubiera planificado adecuadamente y coordinado correctamente, estas alturas se hubieran conquistado con pocas bajas. En los meses siguientes, hasta 50.000 hombres perdieron la vida intentado conquistar Chunuk Bair.
Mientras en el cabo Helles, oficiales británicos de la 29ª División, entraron sin obstáculo a la ciudad de Krithia y escalaron las colinas del Achi Baba, con alturas de 180 mts.(250 mts. según otras fuentes), desde esta posición elevada, habría sido fácil rechazar cualquier contraataque turco. Mientras esperaban nuevas instrucciones se perdió un tiempo precioso que los turcos aprovecharon para consolidar sus posiciones.
Lo que había de ser una acción rápida y decisiva para apoderarse de la península, degeneró en una terrible guerra de trincheras comparable a las del frente occidental.
El número de heridos aumentaba en las playas tórridas e infectadas de moscas y la escasez de medios sanitarios se hacía notar. Como no se habían previsto suficientes barcos hospital para evacuar las bajas más graves, se hubo de utilizar los barcos para el transporte de animales, incluso sin desinfectar las cubiertas y con un personal médico formado unicamente por veterinarios.
(Tropas neo-zelandesas ponen pie en Gallipoli. Foto tomada por Joseph McBride)
A lo largo de tres meses, los australianos y neozelandeses defendieron con encarnizamiento su modesta cabeza de puente de Gallipoli, un 1,5 km. de colina escarpada, abarrancada y cubierta de maleza. Más al sur, la 29ª División, la División de la Royal Navy y los franceses se lanzaron en repetidas ocasiones al asalto de las colinas. Después del fracaso de la tercera tentativa de tomar Achi Baba, Hamilton debió de reconocer en un informe enviado a Kitchener que los ataques frontales en masa eran una “locura”. Había tardado bastante en comprenderlo.
(Sir Ian Standish Monteith Hamilton, jefe de la Fuerza Expedicionaria británica en Gallipoli.)
En julio, el gobierno británico temeroso del fracaso envía cinco divisiones, como refuerzo a las siete ya desplegadas. A su desembarco, los turcos ya contaban con quince divisiones. Debido a esta desigualdad, Hamilton intentó entonces romper desde la cabeza de playa de los australianos y neozelandeses. Un cuerpo de refresco desembarcaría en la bahía de Suvla, al norte, para cubrir su izquierda, que debía volverse contra los turcos y apoderarse de las elevaciones de Sari Bair. Una vez que el cuerpo desembarcado en Suvla se hubiera apoderado de las colinas y se hubiera reunido con australianos y neozelandeses en Sari Bair, Hamilton estaría en situación de cortar la península en un lugar donde esta no tenía más de 13 km. de anchura. El plan era muy viable, pero estaba condenado al fracaso desde el momento en que su ejecución se confió al general sir Frederik Stopford, de 61 años. Este hombre, viejo y llamado del retiro, tenía mala salud, nunca había conducido hombres en combate y desconocía todo sobre Gallipoli. Unicamente en razón de su antigüedad era por lo que se le había llamado para mandar el 9ª Cuerpo más la 11ª División y dos brigadas de la 10ª irlandesa.
(Mapa de la Bahia de Suvla, lugar de los desembarcos.)
LOS DESEMBARCOS EN LA BAHIA DE SUVLA(6/08 al 9/1/1916)
Estos fueron el último intento británico de romper con el estancamiento en Gallipoli y conquistar el estrecho, con vistas a la ofensiva contra Constantinopla. Como es sabido los anteriores desembarcos no habían surtido el efecto deseado; tanto en el Cabo Helles como en una pequeña cala, bautizada con el nombre de Anzac Cove, cerca de la península en el lado del Egeo, donde los turcos se habían fortificado con abundante artillería pesada y una extensa red de minas.
(Soldados turcos manejando unas ametralladoras Maxim, esperando el ataque aliado.)
Las ametralladoras turcas habían cercenado, desde las alturas, las intentonas de los aliados, pero en el cabo Helles, las tropas franco-británicas habían logrado expandir su cabeza de puente, aún a costa de de una gran número de victimas.
La nueva ofensiva esperaba abrirse camino hacia Sari Bair, que dominaba la Anzac Cove, ejerciendo un cerco a las tropas otomanas, entre las tropas aliadas del sur y las Anzac, permitiendo a estos flanquear las posiciones turcas en Canakkale, cortándoles las lineas de aprovisionamiento.
En su primera fase, tres nuevas divisiones(la 10ª irlandesa, 11ª norteña y la 13ª occidental), desembarcarían en Suvla. Estas formaban el “Nuevo Ejército” que cubría las importantes pérdidas de la Fuerza Expedicionaria británica, destacada en Francia, un año antes. Sin ninguna experiencia, ni preparación militar y con un entrenamiento insuficiente, a los que posteriormente se les unieron: la 53ª de Gales y la 54ª Anglia oriental, con nula experiencia en ninguna de las cinco divisiones en operaciones anfibias.
El cuidado con que Hamilton puso en guardar el secreto sobre sus intenciones atestigua la importancia que otorgaba al proyecto. Los soldados incluso no tenían derecho a plantear preguntas relativas a su destino y quince días antes del desembarco el mismo Spotford no sabía a donde iba. La noche anterior al ataque, del 6 al 7 de agosto, a bordo de los buques de desembarco, algunos oficiales ignoraban aún sus objetivos y carecían de planos.
(La confusión reinó en los primeros desembarcos en Suvla.)
Desde el principio cundieron la indecisión y la confusión. Las unidades desembarcaban en lugares distintos a los previsto, la tropa se atropellaba en la oscuridad en pleno caos y se amontonaba el material en un completo desorden. En plena noche varios barcos encallaron en bancos de arena y obligan a los infantes a saltar, con el agua al cuello, a unos 200 mts. de tierra.
En lugar de desplegar toda su fuerza para ocupar las alturas que rodeaban Suvla y apoyar el ataque de australianos y neozelandeses, el 9º Cuerpo permaneció inerme en la bahía. Mientras los australianos y neozelandeses, cansados tras días de lucha, sabían que los refuerzos estaban en Suvla y se preguntaban porque no avanzaban.
Liman von Sanders era muy consciente que el desembarco aliado era inminente, pero los informes de la inteligencia británica le habían desorientado. Estas apuntaban a un desembarco de tres divisiones en la costa asiática y/u otro con similar fuerza, en Bulair, a unos 49 km. de Suvla. Es por lo cual que Suvla fue asignada a tres batallones del destacamento “Anafarta”, sin ametralladoras, ni piezas de campaña, a las órdenes del mayor de la caballería bávara, Wilhelm Willner, con la misión de resistir hasta la llegada de refuerzos. Este a pesar de ello no estuvo ocioso y fortificó tres puntos fuertes: Kiretch Tepe, en el norte, en la colina 10, en el centro y Chocolate Hill en el sur. También lo hizo en Lala Baba, pequeño promontorio entre la costa y el lago salado.
La invasión comienza a las 22.00 horas del 6 de agosto, dos brigadas de la 11ª división, desembarcan en la playa “B”, al sur de Nibrunesi Point, fue la primera acción del “Nuevo Ejército”, lograron sacar a los otomanos de sus posiciones en Lala Baba, tras duros combates, perdiendo un tercio de sus tropas.
Después la 34ª brigada lo intentó en la Playa “A”, en el mismo centro de la bahía de Suvla, pero las cosas se empezaron a torcer, ya que los destructores de transportes anclaron a unos 910 metros del lugar asignado y además en el lado equivocado del canal que drenaba las aguas de lago salado, por lo que los infantes se vieron obligados a alcanzar tierra, con el agua al cuello. Ya en tierra, los del 9ª batallón de Lancashire Fusiliers debieron buscar cobijo entre la playa y el lago de sal, debido a la dura respuesta de los tiradores turcos, desde las colinas. Mientras el 11ª batallón Manchester Regiment, tuvo mejor fortuna, desembarcando en el punto convenido y comenzó un tímido avance hacía Kiretch Tepe, perdiendo unos 200 hombres.
En el sector de la colina 10, el desembarco fue un caos, ya que con la oscuridad, las unidades se mezclaron y sus oficiales no tenían muy claro como localizar las posiciones y los objetivos a tomar. Para empeorar la situación, al salir la luna, los soldados fueron presa fácil para los bien adiestrados tiradores otomanos.
Hacia la medianoche en resumen el desembarco había sido caótico, los objetivos estaban lejos de lograrse, pese a que los británicos contaban con casi 20.000 hombres, mientras los defensores eran solo 1.500. Una vez más la pésima planificación había jugado un papel predominante.
Sotpford estaba tan absorto en llevar a tierra a todas sus fuerzas que perdió de vista el fin del desembarco en si. Entretanto, el comandante alemán que había organizado a toda prisa la defensa de Suvla con 1.500 turcos, no creía la suerte que tenía. Cuando anunció el desembarco a von Sanders, subrayó la indolencia del adversario, tan superior a él. En espera de refuerzos, sus tiradores comenzaron a abatir británicos, hasta el punto de causar verdaderos estragos. Mientras el enemigo no reaccionaba.
En el cuartel general turco, von Sanders hizo gala de la decisión de que carecían sus oponentes: de improviso, relegó del mando a un general de división que pretendía que no podía llevar refuerzos a las laderas de Suvla antes del 9 de agosto, porque sus hombres estaban demasiado fatigados. Le sustituyó el coronel Mustafá Kemal, un turco duro e inflexible que inmediatamente ordenó a su fatigada infantería avanzar para llenar la brecha.
(Infantería turca esperando los refuerzos.)
El 8 de agosto, en respuesta a un optimista mensaje de Stopford en el que aseguraba que se conseguían avances notables. Hamilton envió un ayudante de campo a que le diera parte de la situación personalmente. El comandante en jefe vio sus peores temores confirmados por el informe del oficial.
“Vuelvo de la costa. Todo esta en calma. No se oyen disparos de la infantería, ni de artillería. Casi ni rastro de los turcos. El 9º Cuerpo descansa. Perdidas algunas ocasiones excelentes. Juzgo la situación grave”.
(Soldados británicos bañándose en las playas de Gallipoli.)
Hamilton se precipitó a Suvla y vio que apenas se había hecho nada Los soldados descansaban o se bañaban. En cuanto a Stopford, dormía.
Cuando se le comunicó que era esencial apoderarse de las colinas cercanas, Stopford le contestó que sus hombres tenían calor y estaban fatigados y carecían de agua y provisiones y que la artillería desembarcada era insuficiente. Atacaría al día siguiente por la mañana. Pero esto no suponía un gran consuelo para australianos y neozelandeses que se batían hace meses en condiciones muy penosas.
Tras dejar a Stopford en el barco que le servía de cuartel general, Hamilton se dirigió a tierra, donde se encontró la misma indolencia en los oficiales superiores. En un intento desesperado por salvar su plan. Ordenó directamente a una brigada avanzar sobre las vías principales y parapetarse. Era demasiado tarde, el coronel Mustafá Kemal se le había adelantado.
Los días 9 y 10 de agosto, la 53ª y 54ª acuden en auxilio de sus compañeros, pero los turcos también habían reforzado sus tropas y estaban equiparados en número. El desembarco estaba paralizado, mientras se preparaba un ataque a las laderas de Chunuk Bair, para luego conquistar Sari Bair, los soldados indios, británicos, australianos y neozelandeses, no disponían de refuerzos, mientras una ingente masa de tropas se apiñaba en las playas de Suvla. inicialmente se ocuparon las faldas de Chunuk Bair por la Brigada de Rifles Montada neozelandesa y la 40ª Brigada británica, tras cargar a la bayoneta. Para consolidar la posición, llegaron la 4ª Brigada australiana del general Monash, la 29ª Brigada india y la Brigada neozelandesa del general Francis Johnston.
Los primeros debían ascender y ocupar la cota 971. Los informes les indicaban que los acantilados eran escarpados e impracticables, pese a ello Birwood insistió a Monash que atacara, protegido por la oscuridad, pero estos no consiguieron pasar del valle de Aghyl Dere.
Mientras, la 29ª brigada india que debía ocupar la cota Q, que entrelazaba la 971 y Chunuk Bair, amparados en la noche, los indios comenzaron a ascender la colina lentamente. Por su parte, los neozelandeses de Johnston, debía ocupar Chunuk Bair. En el ascenso entre la noche del 6 al 7 agosto, se perdió un batallón entero y al amanecer se hallaban a unos 600 metros de la cima de Chunuk Bair, pero las tropas otomanas alertadas por un observador alemán, estaban esperándoles y lograron frenar a los hombres de Johnston, ocasionándoles un gran número de bajas. Lo que provoca que se detenga el ataque a la espera de refuerzos.
(Artillería británica apoyando el ataque en Suvla.)
El 8 de agosto, se reanudan las operaciones por el batallón de infantería de Wellington y dos batallones británicos. Tras un breve ataque artillero, los británicos llegan a la cima, tras ocupar las posiciones abandonadas por los turcos tras el bombardeo. Por fin, desde el 25 de abril, las tropas aliadas consiguen llegar a las partes altas y observar el Estrecho. Ello no amilana a los turcos que contraatacan con saña y libran cruentos combates durante varias horas, con los neozelandeses, pero la falta de refuerzos los obligan a formar una línea defensiva a los pies de la cima, evitando que los otomanos recuperen sus antiguas posiciones, de tal manera que la cima quedó en tierra de nadie, con turcos y aliados ocupando las laderas de uno y otro lado.
Mientras los de la 29ª india, consiguen ocupar la cota “Q”, en un breve intervalo de tiempo, ya que no solo la artillería turca se ensañó con ellos, sino el “fuego amigo” de la Royal Navy y la artillería terrestre, que desconocían la ocupación de esa cota por sus aliados. Estos rompen filas y abandonan la cota. Si la ocupación de Chunuk Bair y de la cota “Q” se hubiera hecho de manera coordinada, probablemente los aliados hubieran conseguido una cabeza de puente, que les hubiera permitido avanzar hacía el interior de la península, pero la falta de coordinación y la ausencia de refuerzos, pusieron en cuestión las carencias del plan de Birwood.
La llegada de nuevos refuerzos turcos, comandados por el coronel Mustafà Kemal(1), terminaron por decantar la balanza. Contraatacó con 5 regimientos de infantería que obligaron a los aliados a replegarse a las posiciones ganadas en las pendientes de Chunuk Bair. La ofensiva de agosto habí fracasado definitivamente.
El día 15 de agosto, Hamilton reemplaza a Stopford por el general, sir Julian Bing, que estaba destinado en Francia.
Ente el 9 y el 11 de agosto-mientras los soldados paseaban como si estuvieran de permiso-como le comentó Hamilton a Kitchener-, los turcos consolidaron sus posiciones. El 15, el incapaz Stopford, que de nuevo echó la culpa a sus subordinados y pretextó una pérdida del espíritu ofensivo entre sus tropas para explicar sus fracasos, fue relevado del mando. Sus “vacaciones” de 9 días en Suvla habían sido desastrosas.
Algunos días más tarde, el primer ministro Adquith, escribió al ministro de la Guerra:”He leído lo bastante para convencerme que los generales y el estado mayor implicados en el asunto Suvla, deberían ir a un consejo de guerra y ser expulsados del ejército”.
(La prensa británica no tardó en señalar al culpable del desastre en Suvla, el general Stopford.)
Sin embargo, la tragedia de Suvla aún no había acabado. El 21 de agosto, poco tiempo después de la carta de Adquith, el nuevo jefe del 9ª Cuerpo, el general H. de Lisle, se lanzó al asalto de las alturas.
(Ataque de las tropas de la 88º Brigada contra las posiciones otomanas.)
Con la aprobación del comandante en jefe, que había olvidado de modo ostensible que los ataques frontales eran “una locura”, de Lisle envió casi tres divisiones completas al ataque de unas colinas fuertemente defendidas. El resultado, como se podía esperar, fue desastroso.
Hacía la tarde, como el ataque flaqueaba, de Lisle lanzó su reserva, la 2ª División, de Yeomen. Antes que sus regimientos de caballería desmontada pudieran alcanzar el frente, era necesario atravesar la parte desecada del lago salado donde se convirtieron en el blanco idóneo de la artillería turca.
(Artillería turca defendiendo sus posiciones en Suvla.)
En el crepúsculo, sus diezmadas filas se lanzaron al asalto de la colina. Su valerosa tentativa obtuvo como resultado una matanza. Es así como acabó el más importante, pero afortunadamente el último, de los enfrentamientos en la península de Gallipoli. Y no fue más eficaz que los otros.
(Tropas neozelandesas atacan y conquistan la Cota 60.)
Tras esto se produjeron varios ataque en Suvla, para enlazar con Anzac, entre 20 y 29 de agosto, todos ellos fracasaron. Los aliados a final de mes toman la Cota 60 y crean una línea sólida, entre Suvla Bai y Anzac Cove, pero insuficiente para cortar la parte sur de la península. Fue en la parte que más se profundizo en esta operación y en la última batalla de Gallipoli.
Sir Ian Hamilton fue llamado a la metrópoli el 15 de octubre y intentó continuar con la operación, pero fue destituido. Su sucesor, el teniente general sir Charles Monro, que ni tan solo intentó ir a Gallipoli, a la vista de tan lamentable situación aconsejó la evacuación. Winston Churchill lanzó una frase lapidaria sobre Monro: ”Llegó, vio y capituló” El 9 de enero de 1.916, los únicos soldados aliados que quedaban en Gallipoli eran los muertos. En ambos bandos las pérdidas habían sido cuantiosas.
(La evacuación de soldados y material bélico, por la Royal Navy fue modélica.)
De los 480.000 soldados británicos de la Comonwealth y franceses que habían servido en esta campaña, más de 250.000 estaban muertos o heridos. Los turcos declararon más o menos la misma cantidad, aunque algunas estimaciones señalan una cifra mayor.
En Gran Bretaña, la evacuación se saludó como un éxito, un poco como lo sería 24 años más tarde la de Dunkerque. Pero el hecho es que los Dardanelos quedaron en poder del ejército turco del que Kitchener había llegado a burlarse.
En el fracaso de la operación de la bahía de Suvla concurrieron diversos factores: En primer lugar, la falta de información sobre el dispositivo enemigo, un error que suele tener consecuencias desastrosas. En segundo, y causa también de lo antes mencionado estaban las dudas que los altos oficiales británicos tenían sobre la capacidad de combate de las fuerzas turcas y las cualidades de mando de sus generales. Esta claro que este menosprecio influyó en que actuase demasiado a la ligera. En tercero, una incapacidad manifiesta de explotar el éxito inicial que podía haber proporcionado la sorpresa táctica, quizá también como consecuencia de la infravaloración antes referida. …....
Los generales alemanes eran de la opinión que una vez comenzada un ofensiva, la ejecución práctica de la misma debía dejarse en manos de los subordinados. Ello es cierto si se cumplen unas premisas adicionales. En el caso británico, Hamilton más que dejar libertad de acción a sus capitanes, se desentendió de toda la operación y se sumió en una especie de letargo del que fue incapaz de salir para ni tan siquiera inspeccionar el frente y poder corregir a tiempo cualquier cosa que no se desarrollase según lo previsto. Además, entre los mandos inferiores no existían el espíritu de cooperación que hubiera sido deseable. La dirección de la batalla estaba mal planteada y fue peor ejecutada, a pesar de que el objetivo estratégico de la campaña de Gallipoli era intachable y que las tropas tuvieron un comportamiento admirable. De hecho, los generales turcos apenas si hubieron de hacer otra cosa que aprovechar los errores de los aliados.
De haber prosperado la campaña de Gallipoli, ello hubiera representado un alivio enorme para las acosadas tropas rusas. Según algunos observadores el fracaso de Gallipoli fue uno de los desencadenantes de la Revolución de octubre de 1.917.
COMENTARIOS
Para los aliados, el fracaso de los Dardanelos fue catastrófico: las pérdidas fueron terribles. Además, Turquía seguía al lado de Alemania y los estrechos que conducían al mar Negro estaban cerrados. Rusia persistía alejada de sus aliados, incapaces de abastecerla. En 1.917, a raíz de la revolución bolchevique, se retiró de la guerra. La consecuencia más inmediata fue que los jefes militares que habían preconizado la creación de un segundo frente para salvar la situación en Francia se les había complicado las cosas. A causa del fracaso de Gallipoli, Francia y Gran Bretaña, tenían ante sí más años de guerra de trincheras en el frente occidental, años que costaron cientos de miles de vidas humanas.
(Uno de los “beatles”(escarabajos) transportando hombres y material a Suvla. La timonera de las gabarras estaba protegida por planchas blindadas para protegerse de los temibles tiradores turcos. )
(El coronel Mustafá Kemal, más tarde Ataturk, padre de la República de Turquía.)
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Este militar otomano, tras liderar las tropas turcas, en la guerra de la independencia contra la Gran Bretaña, Francia e Italia, asumió más tarde un papel destacado en la política turca, tomando el nombre de Ataturk, fue el padre fundador de la República de Turquía.
Escrito por Josep Subirats
FUENTES
6 de agosto. This day in History. 6 de agosto de 1.915-Campaña de Gallipoli. Inicio de los desembarcos en Suvla. Canal History.
Poder marítimo en Suvla. Agosto 1.915. Aspectos navales de los desembarcos en la Bahía de Suvla y la genésis de la guerra anfibia moderna por Richard Pelvin
Gallipoli, partes I a IV por britishbattles.
Grandes batallas del mundo. La bahía de Suvla. por John McDonald. Folio 1.995-Barcelona.
La Gran guerra: Sangre, barro y trincheras. Gallipoli.
Gallipoli. La ofensiva de agosto por Joseph V. Micallef.
Imágenes de Pinterest y Bundesarchiv.
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Hola Leones, muy buen trabajo! (como de costumbre )
Da la sensación de que, como todo en la PGM, los mandos estaban en otra cosas. Falta de información... y de interés por recabarla. Improvisación... porque total alguien lo resolverá, un tufillo a "que lindo paisaje para hacer turismo" mientras la tropa cae como moscas...
Y demuestra como una buena conducción vale por miles de hombres (general alemán con devaluada tropa turca = victoria, general inglés, con gran apoyo material y ventaja de la sorpresa = desastre)
Consecuencias de esta operación: Churchill debió dimitir como primer Lord del almirantazgo, señalado como responsable de la "aventura" de Gallipoli y de allí su frase "no permitiré que la historia me juzgue. Yo escribiré la historia", que dió como resultado sus libros de Memorias, la SGM, etc. donde el autobombo suena atronador...
Por otra parte, si bien Kemal estaba afiliado a "Los Jóvenes Turcos" era uno más. Es gracias a esta campaña que se transformó en el referente de prestigio de Turquía y que lo lleva finalmente a ser "el Ataturk".
Una perlita. Del lado asiático, apenas al sur, y con la misma función de controlar los estrechos, se alzaba Troya.
Gracias por la foto de Churchill sin habano. Es increible que alguna vez fuese flaco!!!
Saludos
Digamos que sobre la PGM hay bastante desconocimiento, así que no, no cansa el tema.
Además, sobre la SGM hay mucho preconcepto en función de la propaganda (que en la práctica se extendió hasta la década del '60, como una deriviación de la Guerra Fría, una suerte de tiro por elevación), mientras más se conoce sobre la PGM y sobre el intervalo entre guerras, mejor se comprende la SGM, de una forma aséptica, sin ideologías de por medio.
En cuanto a la guerra aérea, habría que tentar a Eljonan, Zimac y algunos ausentes más, verdaderos especialistas aeronáuticos, que podrían aportar a tu trabajo, pero te prometo no estar ausente (desde mi nik es obvio que me chiflan los aviones)
Churchill engordó, pero dudo que por comer mucho. Si es cierto lo que leí, y lo que muestra al pasar la película "La Hora más Oscura", el muchacho tenía un buen abastecimiento de Alcohol, el cual te engorda como si comieras como Heliogábalo. Hago énfasis en si es cierto, que Churchill no estuvo exento de detractores, y no me extrañaría que le pegaran por el lado del trago sea cierto o no.
Saludos
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Hola Hartman.
Como siempre muy acertados tus aportes y es bien cierto que esta Primera Guerra Mundial los mandos, muchos de ellos aristócratas estaban pensando en otros lares, saboreando una copa de oporto, mientras los jovenes se desangraban en la guerra de trincheras.
Hay mucho que comentar sobre esta contienda y tengo dos temas en mente: La guerra aérea, recordando mi trabajo del Barón Rojo, que tuvo muy buena aceptación a nivel de comentarios en general, y particularmente los tuyos y la batalla de Cambrai, con el empleo masivo de tanques para acabar con la guerra de trincheras. Entremedio pondré otros para no cansar al personal con tanto PGM.
Mustafá Kemal, también combatió en Libia y en la Segunda guerra de los Balcanes, pero como bien dices Gallipoli fue el cénit de su fama, que le llevó a liderar un gobierno opuesto al del sultán, hasta que en 1.922 llegó a Presidente de la nueva República y durante quince años se dedicó a modernizar y occidentalizar dicha República.
Lo cierto es que Churchill si fue delgado y paradogicamente cuando engordó fue en la II WW, cuando la población civil estaba bajo las bombas alemanas y pasando un calvario, en el que supongo los víveres escaseaban.
Un saludo de Josep