El general Matallana
El 8 de marzo de 1956, murió en Madrid a los 61 años de edad, Manuel Matallana Gómez (González, según otra fuente) , general del Ejército popular de la República, Jefe de Estado Mayor del Grupo de Ejércitos de la Región Central (GERC) , fue una figura de relieve en la guerra civil española. Su nombre fue dado a la Línea Defensiva de Valencia en 1938,y también tuvo que ver con la reunión de Los Llanos, celebrada en febrero de 1938 y a la sublevación de Casado, pero su nombre no fue muy aireado por la prensa de la época, y hasta el poderoso SIPM (Servicio de Información y Policía Militar franquista) no tenia mucha información sobre él. Incluso es muy difícil conseguir una fotografía suya. Sus actuaciones en los últimos meses de 1938 y primeros de 1939 suponen un misterio en la guerra civil española, con su participación en la ofensiva de Extremadura, así como la de su superior, el general José Miaja.
El general Manuel Matallana González
Matallana era de ideal conservador, licenciado en derecho, pero su verdadera vocación era el Ejército, con el grado de comandante al empezar la contienda en la 2ª Brigada de Infantería, con destino Badajoz, ascendiendo a Jefe de la Plana Mayor. Su jefe, el general Luis Castelló fue requerido urgentemente por el Gobierno y le llamó a él como su ayudante. Esto cambió su vida ya que pasó a desempeñar cargos secundarios en el Ministerio de Guerra durante el verano de 1936, durante este tiempo trabajó en el Servicio de Información, con la tarea de interrogar a los presos y evadidos.
Hasta que en noviembre de 1936 y ya ascendido a teniente coronel, fue adherido al Estado Mayor de la Junta de Defensa de la Capital de España, a las órdenes de Vicente Rojo. Fraguándose durante esas fechas una estrecha relación de camaradería, confianza y porque no, complicidad. En abril de 1937, fue designado Jefe del estado Mayor del Ejército del Centro , a las órdenes de Miaja y permaneció allí casi un año. Participando en la ofensiva republicana de Brunete , aunque redactó un informe muy critico. En abril de 1938, la ofensiva franquista por el Mediterráneo, partió la España republicana en dos zonas aisladas(Oriental y Centro Sur) y Matallana fue nombrado jefe del Estado Mayor de la región Central (GERC), con sede en Valencia y a las órdenes de Miaja.
La Línea Matallana
Y como sucediera con otros militares que por ideales o situación demográfica, permanecieron leales al juramento a la República, fue meteórica su ascensión en el escalafón militar: coronel en septiembre de 1937, y a general ,cuando solo tenía 43 años de edad, en 1938. Entre los meses de mayo y julio de ese año, fue enviado por el general Rojo, a detener el avances de las tropas franquistas hacía Valencia, ya que tenía amplia experiencia en construcciones militares después de estar destinado en la defensa de Madrid, encargándole fortificar ese frente. Lo cual consiguió en pocas semanas, dándole su nombre a la línea de fortificaciones que detuvieron las tropas de Franco. Pero a partir de aquí su actuación sembró muchas dudas ya que entre noviembre y diciembre de 1938, en la fase crítica de la batalla del Ebro, recibió las órdenes de Vicente Rojo de que presionara sobre la zona Centro-Sur para aliviar la durísima presión que en dicha batalla estaba sufriendo el ejército republicano, pero éste se limitó a hacer acciones pasivas, ataques secundarios y a intentar rechazar a Queipo de Llano en su ofensiva de Extremadura, entre julio y agosto de 1938.
En diciembre de ese mismo año, fue requerido por Rojo para iniciar una de las últimas ofensivas de la República en Extremadura y consiguió rechazar a Queipo de Llano en la batalla de Peñarroya, logrando poner en aprietos al Ejército del Sur, consiguiendo conquistar una ingente extensión de terreno, pero los contraataques de Queipo, en cuatro semanas, volvieron a las tropas de Matallana a sus posiciones iniciales.
La batalla de Peñarroya, 5-1 al 4-II de 1939
Su actitud ha sido muy sospechosa en este periodo, ya que el mismo Vicente Rojo (su amigo) en su obra : Alerta, los pueblos, no tuvo problema en reconocer que estando él muy ocupado con la ofensiva nacional en Cataluña, dejó un amplio margen de maniobra a los mandos del GERC. La ofensiva sobre Villarroya, efectuada por el Ejército de Extremadura, a la sazón mandado por el general Antonio Escobar Huerta, muy conocido por aplastar la sublevación militar en Barcelona, en julio de 1936. Siendo Matallana y Miaja los superiores de Escobar ,pero este supervisó la ofensiva desde su cuartel general en Pozoblanco(Córdoba). Durante esta ofensiva se produjeron inexplicables problemas de comunicaciones entre las GERC y el estado Mayor Central, en Barcelona, tanto era así que Rojo tuvo que enviar oficiales de enlace para enterarse de lo que ocurría en el frente.
Aparte hubo tres hechos fundamentales que ponían a Matallana en el punto de mira de militares republicanos como Enrique Castro y Modesto, la suspensión del desembarco previsto en Motril, los retrasos y sabotajes en las concentraciones de tropas y la falta de ímpetu en los ataques de las unidades republicanas. Según éstos, Matallana tuvo mucho que ver con estos hechos, pero Enrique Castro en su libro : Hombres made in Moscú, (Castro, 1965, Páginas 629-631) no le da la responsabilidad del fallido desembarco en Motril y de la ofensiva en Extremadura. El desembarco fue suspendido en el último momento, cuando las fuerzas republicanas se hallaban ya embarcadas, siendo al parecer Miaja y el jefe de la Flota, González de Ubieta los principales responsables del aplazamiento, siendo este desembarco un elemento clave en la ofensiva global de Extremadura y provocó no pocos problemas al general Rojo.
El Campesino, el general Miaja y el general Matallana
Tuvieron muchas dificultades para obtener los transportes necesarios las tropas preparadas para la ofensiva, hasta que el grueso de las mismas fue trasladado en ferrocarril. Lo cual provocó problemas de abastecimiento en la misma capital de España, en la que el propio presidente Negrín, tuvo que conciliar las necesidades militares con el abastecimiento alimenticio de la población civil, (obligado por múltiples manifestaciones de mujeres que pedían alimentos para sus hijos). Asimismo el Ejército de Extremadura señaló al GERC como el responsable de los problemas de transporte , al no enviar los camiones prometidos para su ofensiva. En la obra, escrita por Modesto: Soy del Quinto Regimiento,(Modesto ,1978, Página 361-362) se puede leer “ los extraños movimientos de tropas que retrasaron la ofensiva de Extremadura, con movimientos innecesarios en unas decenas de días, con las tropas de norte a sur, de sur a norte y otra vez de norte a sur, provocando la desesperación de mandos y tropas”. Tan desconcertantes fueron esos movimientos que los propios servicios de información franquistas estaban verdaderamente desconcertados, por los inexplicables movimientos de las tropas republicanas. Además también acusa a los responsables del GERC de no aprovechar la brecha abierta en el frente enemigo y lanzar a las reservas republicanas a la conquista de Córdoba, consiguiendo así una victoria decisiva. (Modesto 1978, Página 363)
La falta de ímpetu atacante , otro de los motivos de sospecha. Si bien es cierto que las tropas republicanas consiguieron romper el frente enemigo y ocupar algunas localidades , no consiguieron el objetivo principal: envolver el dispositivo del II Cuerpo del Ejército nacional y de paso provocar el derrumbe de todo el frente en esa zona. De ser así, Franco se hubiera visto obligado a detener la ofensiva de Cataluña y desviar importantes fuerzas a Extremadura. Aunque Matallana parece ser el principal responsable de la detención de la ofensiva en Granja de Torrehermosa y los muy débiles ataques para ocupar la cuenca minera de Peñarroya. No obstante hay numerosa documentación escrita que habla de que la detención de la ofensiva de Torrehermosa partió del general Escobar y que la ocupación de la cuenca minera no había sido nunca un objetivo prioritario. Según dice dicha documentación el principal objetivo de Escobar era la ocupación de Monterrubio y continuar el ataque de revés sobre la retaguardia del II cuerpo de Ejército.
Dos de los aviones rusos utilizados en la defensa de Madrid, por las fuerzas republicanas
El Sitio de Madrid
Ante la ayuda extranjera que los sublevados habían recibido desde el primer momento , el gobierno de la República gestionó de Francia e Inglaterra que les suministraran material bélico para contrarrestar el material suministrado por Alemania e Italia. La resistencia inglesa a no comprometerse en la ayuda al gobierno de la República, para no enturbiar el panorama político europeo, hizo desistir también al gobierno de París, bastante comprometido ideológicamente con el de Madrid, a no ayudarle desoyendo las voces de auxilio de éste.
A través de algunos contratos privados el gobierno de Madrid, pudo agenciarse en Francia de algunos aviones y armas, algo verdaderamente irrisorio comparado con la ayuda que alemanes e italianos enviaban a los nacionales. La Sociedad de Naciones decidió una política de no intervención, cuya vigilancia estaría en manos de un Comité, con representación de las naciones más vinculadas al conflicto: Alemania, Italia, Inglaterra y Francia. Siendo el compromiso de las dos primeras una pura farsa, pues su ayuda continuo siendo real.
La U.R.S.S. que había sido insensible a las demandas republicanas y también firmante del compromiso de no intervención, comprendió que el avance nacionalista sobre Madrid ponía en grave peligro al gobierno de la República y se decidió a intervenir. A partir de septiembre, los barcos soviéticos empezaron a amarrar en los puertos del Levante con material bélico.
La Internacional Comunista tuvo también una gran idea de impacto mundial para socorrer a la España republicana : la recluta de voluntarios en toda Europa para empezar una larga lucha contra el fascismo, a dichas oficinas empezaron a llegar voluntarios de países de casi toda Europa y de muchos países de América, entre los últimos días de septiembre y todo el octubre, convergieron en Albacete para formar las brigadas internacionales.
Franco movilizó a sus fuerzas de élite en su marcha sobre Madrid, el ejército de África con 10.000 soldados más 15.000 falangistas, regulares y requetés., el día 8 de octubre sus vanguardias llegaron a once kilómetros de la capital, a partir de ese momento las progresión fue cada vez más lenta y dificultosa. El gobierno republicano movilizó a toda la población lanzando toda clase de arengas a favor de la resistencia, los partidos políticos movilizaron a sus afiliados y los sindicatos a sus cotizantes. El 4 de noviembre cayeron Getafe, Alcorcón y Leganes. Por toda la zona nacional se daba por descontado la caída de Madrid y el júbilo empezó a desbordarse. Ante la inmediatez de la crisis, Largo Caballero inició una remodelación de su gobierno, dando entrada a los anarquistas ; García Oliver( Justicia) , Federica Montseny(Sanidad), Peiró(Industria) y López (Comercio). Pero ante a gravedad de las noticias que llegaban del frente, el gobierno decidió partir hacía Valencia, hecho que aumentó la gravedad de la crisis y dejar una Junta de Defensa bajo el mando de Miaja , con el apoyo de Rojo, como jefe del Estado Mayor de la defensa.
El día 7 la situación empeoro, los nacionales tomaron el Puente de Segovia y el de la Princesa, pero unas imprudentes palabras del general Mola, diciendo que cuatro columnas convergían sobre Madrid, pero que sería la “quinta columna” la que tomaría la capital, provocó entre los defensores una psicosis de “quintacolumnistas “que dio lugar a una matanza de presos, con el pretexto de su evacuación. Esto unido a la represión por los fuertes bombardeos que había sufrido la capital, pusieron también una mancha negra sobre una resistencia que tuvo tintes de epopeya.
El día 8 era el decidido para la entrada en Madrid de las tropas de Franco, pero la suerte estaba del lado de los defensores, ya que el azar quiso que cayeran en sus manos los planos del asalto definitivo, cuyos puntos fueron reforzados de inmediato, durante cuatro días los combates fueron encarnizados y se llegó a luchar en las calles de la capital, pero sin que los atacantes lograran progresar, este primer asalto fue contenido por combatientes españoles y el día 12 empezaron a llegar las brigadas internacionales, siendo recibidas con muestras de júbilo por la población. En días sucesivos, los atacantes se empeñaron de forma un tanto inexplicable de forzar las penetraciones por la Casa de Campo y la Zona Universitaria. Todo desembocó en una guerra de trincheras que aventajaba claramente a los defensores y luego del ataque frontal se pasó al intento de cerco por la carretera de la Coruña, y a la vista de los resultados con la consiguiente decepción del mando nacional.
El Heinkel HE-51 alemán, utilizado por las tropas franquistas en los ataques a la capital
Toda la opinión pública mundial estaba centrada en la toma de Madrid, la cual se pasó a llamar la “capital del mundo” y viendo que los combates en la carretera de la Coruña no daban los frutos apetecidos, el mando nacional puso en marcha una ofensiva, llamada del Jarama, cuyo objetivo era cortar la carretera con Valencia y rendir Madrid por el hambre. Esta batalla, una de las más sangrientas de nuestra guerra civil, acabó en tablas y sin decidir nada, ya que estando todos los miembros del gobierno en Valencia, Madrid era solamente una gran mole urbana, cuya conquista no hubiera podido decidir nada.
Mientras se estaba decidiendo la suerte de la capital, el 20 de diciembre desembarcaron en Cádiz, 6.000 hombres de “tropas legionarias” ,dando un paso más en la intervención italiana con unidades completas del Reggio Esercito Italiano, cuyo destino era el frente de Málaga, este frente , completamente desguarnecido , estaba en unas condiciones muy favorables al atacante y más si éste iba provisto de muchas unidades blindadas y artillería. Siendo éste ataque un fácil éxito italiano en el frente malagueño , lo que movió al alto mando nacional el re-plantearse un nuevo asalto a Madrid, cuyo nombre era una verdadera obsesión para el general Franco. El lugar elegido fueron los llanos alcarreños, el cual era muy propicio para las maniobras de las unidades motorizadas italianas. El 8 de marzo se inició la ofensiva relámpago, con un cierto complejo de superioridad por parte de los mandos nacionales, si bien los primeros envites fueron victoriosos y pareció que iban a enlazar con las posiciones nacionales del Jarama, y con ello se iba a cerrar el anillo de acero sobre la capital y completar el cerco , pero el mal tiempo le jugó una mala pasada a los atacantes y fijó las escuadrillas legionarias en sus aeródromos y sus tanques fueron detenidos por el barro.
Un enérgico y oportuno contra-ataque republicano, con el apoyo de la Brigada internacional Garibaldi, puso en jaque el cuerpo expedicionario italiano y luego se pasó a la contraofensiva que convirtió lo que se presumía un paseo militar en una desbandada con caracteres de derrota. Los prisioneros italianos mostraron a todo el mundo, sin lugar a dudas la flagrante intervención de una potencia extranjera en la guerra española.
Parar la guerra
Negrín volvió a España el 10 de febrero de 1939, tras la caída de Cataluña, con la tarea principal de activar la resistencia de la República y conseguir un final de la guerra negociado o como mucho esperar al principio de la contienda mundial, que ya se presagiaba, Junto con él volvieron también políticos y militares, los que más los del Partido Comunista , con la excepción del militar más brillante de todos ellos, el general Rojo.
Todos ellos se reunieron con Negrín en los Llanos para un análisis de la situación militar. Según parece Matallana insistió mucho sobre las dificultades de continuar la guerra , ya que él ni confiaba en la victoria final, ni en una resistencia prolongada, así que se alió con los que no querían continuar la guerra, como por ejemplo, el coronel Casado que se sublevo en Madrid el 5 de marzo, contra el Gobierno, legalmente constituido. Se sabe que hizo llegar a las manos del cuartel general de Franco unos planos e informes detallados con las posiciones de las grandes unidades republicanas.
El coronel Casado, creador del Consejo Nacional de la Guerra
Ambos jefes, Matallana y Casado, fueron convocados en Elda, por Negrín, en vísperas de la convocación del Consejo de Defensa de Madrid, como era de esperar Casado no acudió, pero si lo hizo Matallana, que por unas horas se consideró rehén de Negrín y sus mandos comunistas, instalados en las posiciones de Yuste y Dakar, pero después de unas largas y tensas conversaciones , entre Casado y Negrín los días 5 y 6 de marzo, aquél exigió la libertad de Matallana , bajo la amenaza de atacar la citada posición de Yuste, finalmente Negrín dio su brazo a torcer y facilitó un vehiculo a Matallana para que regresara a Madrid y ayudara a Casado a acabar con la resistencia comunista.
Cuando estuvo dominado Madrid, Matallana se ofreció para ir a Burgos y parlamentar con el Caudillo una solución negociada del conflicto, pero Franco fue muy claro en su respuesta no había nada a negociar , solo la rendición incondicional. Esto acabó con las ilusiones del Consejo de Defensa y de todos los que se alzaron contra Negrín.
El general Matallana no intentó huir y se entregó a los nacionales en Valencia, en su puesto de mando y ellos lo sometieron a un consejo de guerra. Éste, abogado de carrera, se defendió a base de actuar en contra de su voluntad , que era un gran defensor de la causa de los sublevados y que hizo todo lo posible para perjudicar a las tropas republicanas.
El Juicio
Los servicios que él alegaba eran tareas de información, protección a los perseguidos y muchos sabotajes a las tropas de la República. Las tareas de información , entre otras, habían pasado por las manos de su hermano Alberto-a la sazón teniente coronel de la Guardia Civil-, que fue declarado desafecto por los republicanos y condenado a tres años de cárcel por los nacionales, a pesar de haber colaborado con la quinta columna nacional y del capitán López Palazón . La sentencia del hermano, reza como sigue “ actuó ininterrumpidamente al servicio de organizaciones clandestinas en relación directa con los servicios de espionaje de la Causa Nacional y para colaborar en tal servicio de un modo más directo aceptó el destino de Subinspector del Cuerpo de Seguridad en Inteligencia y por indicación de significados elementos de Falange “ Esta sentencia otorga cierta credibilidad a las alegaciones de Matallana.
Bandera de la Falange Española y de las J.O.N.S
Entre las muchas informaciones supuestamente pasadas a los nacionales , citaremos las siguientes : En el frente de Madrid, la situación de las primeras brigadas internacionales, la situación en Albacete de la fábrica de tanques, también en Madrid, las residencias donde se hospedaban los pilotos rusos, los lugares de la capital donde se fabricaba material de guerra, la llegada de barcos a Cartagena, con material de guerra por Alcázar y Villacañas y la operación que se preparaba sobre Brunete, en julio de 1937 y la noche en que tenía preparada su fuga el gobierno.
Otras de las alegaciones que interpuso fue la inestimable ayuda que proporcionó a algunos perseguidos por la República y también que algunas delaciones que llegaron al Servicio de Información Militar(el temido SIM) fueran archivadas sin más, así como evitó que los familiares de los desertores, sufrieran las consecuencias de la represión, ni tampoco se tomaron medidas para frenar las deserciones y según parece utilizó fondos bajo su custodia para ayudar a personajes desafectos al régimen e intercedió para que el general Miaja no asaltara las embajadas extranjeras en Madrid, de hecho solo se asaltó la de Finlandia, pero no se procesó a sus ocupantes/refugiados.
Milicianos durante la batalla de Brunete, la primera ofensiva republicana planeada y ejecutada por el Partido Comunista
Otra de las alegaciones que puso como ejemplo, poco antes de la ofensiva de Brunete, fue la movilización de 800 camiones por el Paseo de la Castellana, para que todos supieran que se estaba preparando una ofensiva en breve. Lo cual fue corroborado por un militar, evadido de Madrid, que dijo que verdaderamente estas movilizaciones no contribuyeron a mantener el secreto de la operación. Evitó la voladura de la Ciudad Universitaria y procuro entorpecer desde su jefatura el envío de refuerzos a las zonas más conflictivas. Y como se comentó anteriormente, en su calidad de jefe del GERC, se declaró responsable de la pasividad de este grupo de Ejército en la batalla del Ebro; hizo suya la anulación del desembarco en Motril, los absurdos movimientos de tropas en la batalla de Peñarroya, y también se atribuyó el traslado del XVII Cuerpo de Ejército desde Andalucía( donde podía haber perjudicado y mucho a los sublevados) a Extremadura donde su actuación fue decepcionante.
Siempre en un discreto segundo plano, los servicios de información carecían de datos y fotografías de él, en la foto el primero a la izquierda
Aparte, el general franquista Luis Orgaz( jefe del Ejército de Levante) y Francisco Franco Araujo Salgado,( a la sazón, secretario militar particular de Franco), avalaron su ideología, contando también con el aval de dos docenas de vecinos de Badajoz, dando cuenta de su ideología conservadora de antes de la guerra. Y por si fuera poco el mismo SIPM franquista, según los cuales Matallana estaba vigilado estrechamente por los republicanos y su identificación con el Movimiento Nacional era total, también le avalaban sus ayudas a varios militares perseguidos y aportaron también como prueba una ficha del Partido Comunista de Valencia, que le calificaba de “dudoso”. Otros miembros de la quinta columna nacional en la zona republicana, como Juan Hortoneda Juliá y Celestino Mora, también avalaron sus supuestos servicios de información y por si fuera poco el agente del SIPM, José Centaño de la Paz que mantuvo el contacto con el coronel Casado y le puso en contacto con las autoridades militares franquistas, avaló su actuación en la última fase de la guerra y su conservadurismo anterior.
La Sentencia
A pesar de todos estos avales, el fiscal solicitó la pena de muerte para Matallana, . pero en agosto del 1939 fue condenado a 30 años de prisión. El 12 de julio de 1940 se le conmuta la pena por las de 12 años , aunque los avales de los diferentes servicios prestados a los nacionales y su ideología conservadora afín al Movimiento Nacional, El 12 de mayo de 1941 se le concede la prisión atenuada, siendo también expulsado del ejército. Este fue el párrafo de la sentencia que le salvó: “Tanto la prueba testifical practicada como la documentación aportada , aparece que el acusado es persona de antecedentes inmejorables de ideas derechistas, amante del orden y afecto al parecer al Movimiento Nacional . Según consta en lo actuado, a fines de 1937, el procesado estableció contacto con los representantes y agentes de la España Nacional en la zona roja, procurándoles algunas informaciones y siendo partidario de la rendición sin condiciones de la zona central, aún en poder de los marxistas, para lo cual trabajó intensamente y que a principios de 1939, procuró a un agente de la zona nacional un superponible de las fuerzas en línea y en reserva del ejército rojo, para que fuera pasado a la España Nacional y que estas fuerzas pudieran atacar por donde conviniera.
También se ha puesto de manifiesto que el procesado reprimió la intentona comunista de 1939 y facilitó en gran manera la rendición total de la España Roja” . Sus servicios a los ganadores le evitaron la muerte ya que algunos militares y civiles igualmente conservadores como el mismo general Escobar, último jefe del Ejército de Extremadura, fueron ejecutados.
La bandera de la República
La dura Postguerra
Al abandonar la cárcel, vivió en Madrid y trabajó en un almacén de material para la construcción. Según escribió el conocido líder anarquista Cipriano Mera, en sus memorias afirmó que trabajaba en unas oficinas y le consideraba un “hombre de lealtad probada”, Según estas memorias , Matallana le dijo que podía contar con él y le entrego un donativo de 5.000 pesetas para la CNT. Por otro lado la policía le estuvo vigilando durante los años 1945 y 1946, por supuestas actividades contra el régimen, sin poderlo probar en ningún momento. En 1949 Matallana recibió la visita de la esposa del general Rojo, Dª Teresa Fernández , de visita en Madrid y en junio de 1956, Rojo le envió una carta al doctor Gregorio Marañón que había atendido a Matallana de su enfermedad, este consideraba a su antiguo subordinado, más que un amigo fiel, el hermano y el colaborador más leal y abnegado y “uno de los más alto ejemplos de dignidad, disciplina y patriotismo “. Antes de morir , Matallana había intentado, sin éxito, volver a vestir el uniforme militar, pero su petición le fue denegada por el Jefe del estado.
Puntos oscuros.
Es indudable que Matallana había pasado toda la guerra en el bando republicano, sin intentar pasarse, ni refugiarse en una embajada, ¿Cómo fue esto posible?, según contó él en el juicio estaba permanentemente vigilado y no contaba ni con dinero , ni con amistades para refugiarse en una embajada, aunque estas no fueran premisas obligadas para poder hacerlo. Se puede pensar, que en un intento por salvar su vida, magnificó sus servicios a la causa nacional o lo bien los inventó. Por eso los fue presentando como alegaciones, poco a poco, en varias y sucesivas declaraciones lo cual no da la sensación de ser demasiado verisímil. Creemos que confió en demasía en las llamadas “ concesiones que el Caudillo concedió a los militares que hubiesen contribuido a acortar la guerra” y no se preocupo por justificar su etapa anterior. Sin embargo, hay unos datos adicionales que según una nota del SIPM , fechada en julio de 1937, en la que ponía de manifiesto muchas discrepancias referentes a la ofensiva de Brunete, entre Indalecio Prieto, Vicente Rojo, Enrique Lister y Valentín González, es verdaderamente posible que Matallana estuviera detrás de esas informaciones, aunque no se llegó a saber en la zona nacional. Otros sabotajes que se atribuye Matallana, pueden ser debido al grado de ansiedad en que se encontraban los mandos de la zona republicana y cierta independencia y autonomía de dichos mandos.
¿Se sinceró Matallana delante del consejo de guerra, una vez desatado de la obediencia debida al Ejército Popular y se expreso libremente sobre sus autenticas convicciones? O como piensan algunos trató de obtener la clemencia que los duros tribunales militares les estaban negando a otros militares y políticos leales a la República?, por citar uno de los muchos ejemplos, el que fuera ministro de Industria de la II República, Joan Peiró i Belis, fue ejecutado el 24 de julio de 1942, con una condena a muerte tan irregular, que provocó las airadas protestas del propio cuñado de Franco, el ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer y del intelectual falangista Luys Santamarina(éste puso tanto énfasis en la defensa de Peiró,, que el presidente del tribunal , le interpeló recordándole que el Movimiento y la guerra no la hizo la Falange , sino el ejército) . Este ministro salvó la vida de múltiples personas perseguidas por las patrullas, entre ellos militares alzados contra la República, curas, jueces, falangistas, monárquicos, empresarios o gente simplemente de “derechas”. Creo que el enigma Matallana está lejos de ser averiguado.
Autor: Leones 2233
FUENTES
La guerra civil, La historia de España, por el Marqués de Lozoya, 1977 Barcelona, Salva Editores S.A.
Así terminó la guerra de España, por A. Bahamonde Magro y J. Cervera Gil, Marcial Pons, Barcelona, 1999.
Historia del Ejército Popular de la República, por R. Salas Larrazábal, La Esfera de los Libros, Madrid, 2006.
El Juicio de Joan Peiró y Belis, articulo de la Vanguardia.
El general Matallana, por Juan M. Campanario, Javier Cervera y Carlos Diez Hernando, Historiadores.
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