El Goeben y la entrada del Imperio Otomano en la PGM
Churchill acusó al crucero de batalla SMS Goeben de que su brújula lo guió a provocar más carnicería, miseria y ruina de la que ningún otro barco había sido capaz, considerándolo responsable directo de la entrada del Imperio Otomano en la Gran Guerra. Aunque un tanto exagerado, el Goeben sí que iba a jugar un papel estelar en dicha entrada.
Persecución en el Mediterráneo
La Mittlemeerdivision golpea primero
El estallido en 1914 de la Primera Guerra Mundial no pilló del todo por sorpresa al contraalmirante Souchon. Como comandante de la Mittlemeerdivision (escuadra alemana en el Mediterráneo) venía siguiendo con inquietud los acontecimientos posteriores al asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria (28-VI). Su escuadra estaba formada por los modernos crucero de batalla SMS Goeben y crucero ligero SMS Breslau; despachados en noviembre de 1912 al Mediterráneo tras el estallido de la Primera Guerra Balcánica, para mostrar el pabellón en la zona y asegurar una presencia germana cerca de los conflictivos Balcanes.
La declaración de guerra de Alemania a Rusia, contestada por la de Francia a Alemania (1-VIII), sobrevino cuando Souchon se encontraba en el puerto italiano de Pola, donde se había dedicado a reemplazar con urgencia 4.460 tubos en las calderas del Goeben. La previsión inicial era reunirse con la flota italiana y esperar a la flota austriaca en virtud de la Tripe Alianza, sin embargo la declaración italiana de neutralidad echó por tierra todos los planes. La neutralidad italiana daba una enorme ventaja estratégica a los aliados ya que sin las bases italianas, los austriacos verían su capacidad de actuación muy reducida, quedando en la práctica encerrados en el Adriático.
Souchon tuvo que refugiarse en Mesina (2-VIII) tras recoger al Breslau y solicitar instrucciones. Escapar del Mediterráneo y regresar a Alemania parecía virtualmente imposible y la única alternativa sensata posible parecía cruzar el canal de Otranto y unirse a los austriacos antes de que los aliados bloquearan el mencionado canal.
Postal con el Goeben, su escudo y las banderas del Imperio Alemán y la Kaiserliche Marine (fuente: kaiserliche-marine.de). El SMS Goeben era un crucero de batalla de la clase Moltke. Entró en servicio en 1912 y desplazaba unas 23.000 ton. (24.500 a plena carga). Diseñado para superar los 25 nudos, llegó a alcanzar los 28,4 (con las calderas en perfecto estado). Estaba armado con 5 torres dobles de 280 mm y el espesor de su coraza era de unos 100-280 mm en la cintura.
Tras carbonear del vapor alemán General (3-VIII), la escuadra alemana partió de Mesina pero no en dirección al Adriático. Durante su travesía recibió confirmación de la declaración de guerra alemana a Francia e instrucciones de partir para Estambul. El caso es que Souchon había partido en dirección contraria y no estaba dispuesto a dar media vuelta sin antes dejar su tarjeta de visita en la costa norteafricana francesa.
En la mañana del día 4, el Goeben se presentó ante los puertos argelinos de Philippeville (Skikda) y el Breslau ante Bône (Annaba), procediendo ambos a bombardearlos. Los daños causados a las instalaciones portuarias no es que fueran excesivamente graves pero la acción de Souchon iba a desatar un notable caos en el Mediterráneo. El traslado del 19º Cuerpo de Ejército francés a Europa tuvo que ser retrasado mientras la armada francesa de Tolón tomaba posiciones para asegurar a los transportes un cruce seguro. El almirante francés Boué de Lapeyrère descartó lanzar naves en persecución de Souchon ya que carecía de cruceros de batalla equivalentes al Goeben y sus dreadnought (acorazados) eran demasiado lentos para la misión. Además asumió que Souchon se mantendría en las cercanías tratando de golpear de nuevo en las líneas de comunicaciones francesas.
Mientras los franceses tomaban medidas defensivas, Souchon llevó sus naves de vuelta a Mesina para repostar. Por el camino se cruzó con los cruceros de batalla ingleses HMS Indefatigable y HMS Indomitable. Todavía no se había recibido la declaración de guerra del Reino Unido a Alemania, que se produciría ese mismo día, por lo que las naves británicas se limitaron a “negar el saludo” a los alemanes y dar media vuelta para seguirlos.
Postal con el Breslau, su escudo y las banderas de la región de Silesia y la Kaiserliche Marine (fuente: kaiserliche-marine.de). El SMS Breslau era un crucero ligero de la clase Magdeburg. Entró en servicio en 1912 y desplazaba unas 4.500 ton. Alcanzaba los 27,5 nudos y estaba armado con 12 montajes simples de 105 mm.
La fuga del Goeben y el Breslau
La escuadra alemana permaneció todo el día 5 en Mesina para finalemente zarpar en la mañana del día 6. El comandante de la Mediterranean Fleet británica, el almirante Milne, estaba decidido a darle caza, pero ignoraba sus verdaderas intenciones. Los aliados estaban un tanto desconcertados por las acciones de Souchon, asi que Milne tenía a 2 (Inflexible e Indefatigable) de sus 3 cruceros de batalla al oeste de Sicilia, mientras que el 3º (Indomitable) carboneaba en Bizerta. Por tanto la salida de Souchon rumbo a Oriente pilló a Milne a contrapie, ya que unicamente el crucero ligero HMS Gloucester vigiliba ese dirección. Aunque el Goeben no tenía las calderas en suficiente buen estado para alcanzar su máxima velocidad, la ventaja era suficiente para no ser alcanzado por los cruceros de batalla británicos.
Había otra fuerza británica más al Este, formada por los 4 cruceros acorazados (Defence, Black Prince, Duke of Edimburgh y Warrior) y 8 destructores del contaalmirante Troubridge. El comandante británico tenía un grave dilema: ¿era su fuerza superior o inferior al Goeben?. Troubridge llegó a la conclusión de que sus cruceros con blindaje no muy grueso y con cañones de 234 mm, no eran rival para el blindaje y los cañones de 280 mm del Goeben, que además contaba con la ventaja de una velocidad superiori. El plan de Troubridge era tratar de interceptar a los alemanes por la noche -en la que sus naves serían menos vulnerables- y torpedearlos. Sin embargo creyó que iban hacia al Adriático y cuando corrigió el rumbo ya sólo quedaba la opción de combatir a la luz del día. Toubridge decidió finalmente evitar la batalla, amparándose en las ordenes de Churchill (Primer Lord del Almirantazgo) de no enfrentarse a una fuerza superiorii.
El Gloucester llegaría a intercambiar disparos con el Breslau sin que hubiera impactos en ninguno, pero eso fue todo en una persecución incuentra. El día 8 los alemanes carbonearon en la desierta isla de Denusa, gracias al vapor Bojador. Dos días más tarde (10-VIII), las naves alemanas alcanzaban la seguridad del estrecho de los Dardanelos. No sería hasta el día 12 que Milne se presentara ante los Dardanelos con su escuadra para bloquearlos y exigir la expulsión de las naves alemanas.
El HMS Defence, insignia de Troubridge, fue el último de los cruceros acorazados británicos en entrar en servicio (1909) ya que este tipo de nave pasó a considerarse obsoleta. Desplazaba unas 14.600 ton, alcanzando unos 23 nudos; estaba armado 2 montajes dobles de 234 mm y 10 montajes simples de 190 mm. Su coraza era de unos 152-76 mm en su cintura.
Diplomacia con la Sublime Puerta
La posición del Imperio Otomano
Los turcos no podían dejar de ver con preocupación como su antaño magnífico imperio iba decreciendo a pasos agigantados y corría un serio riesgo de desaparecer. Cuando el CUP (Comite para la Unión y el Progreso) se hizo con el poder en el golpe enero de 1913iii el panorama en especial de los últimos 25 años era sombrío.
Desde la guerra ruso-turca (1877-1878) hasta la Primera Guerra de los Balcanes (1912-1913) los turcos habían visto como se perdían/indepedinzaban prácticamente todos sus territorios europeos, con la connivencia de Austria-Hungría y Rusia. Además había sentido en sus carnes el oportunismo del resto de grandes potencias: Gran Bretaña había asumido la administración de Chipre (nominalmente otomana), había puesto bajo protectorado Kuwait y ocupado Egipto. Francia había implantado un protectorado en Tunicia e incluso Italia se había lanzado a adquirir Libia y ocupaba militarmente las islas del Dodecaneso. Rusia había obtenido varias provincias en el Caúcaso y no ocultaba su ambición de reconquistar algún día Constantinopla (Estambul) para el Orbe Ortodoxo. Los turcos asumían que las grandes potencias iban a seguir esquilmando al “enfermo de Europa” a menos que se fortaleciera con prontitud.
El declive del Imperio Otomano (fuente: zonu.com), pinchar para ampliar
El estallido de la Segunda Guerra Balcánica (1913) permitió al Imperio recuperar la provincia tracia de Edirne (Adrianópolis), proporcionando un rayo de esperanza para los nuevos dirigentes turcos. En 1914 se estaba trabajando seriamente en lanzarse a una nueva guerra balcánica para recuperar las estratégicas islas de Quíos, Mitilene y Limnos. Además había una gran tensión entre Grecia y el Imperio por el violento proceso de expulsión de cristianos ortodoxos residentes en la Anatolia turca, que los otomanos veían como justa retribución por la violenta expulsión de muchos musulmanes de los Balcanesiv.
Los esfuerzos de la Sublime Puerta para conseguir el apoyo internacional en su reclamación de las islas habían sido en vano, aunque tampoco Grecia había conseguido la promesa de apoyo militar en caso de guerra.
Asi pues los dirigentes del CUP manejaban la posibilidad de una nueva guerra balcánica. Incluso había una fecha probable para ella: agosto de 1914, mes en el que la Osmanlı Donanması (Armada Otomana) debía recibir dos dreadnought encargados en el Reino Unido. Estos dos acorazados le asegurarían una supremacia local sobre la armada griega e incluso le permitirían el lujo de cerrar los estrechos de los Dardanelos al comercio sin temor a una pronta represalia rusa ya que la flota rusa del Mar Negro no contaba todavía con sus propios dreadnoughtsv.
Los rusos además del reforzamiento naval otomano tenían otro factor de preocupación: la misión militar germana del general Liman von Sanders, establecida en diciembre de 1913 para ayudar a modernizar el ejército turcovi. Esto suponía una intensificación de la presencia alemana en la zona aunque de momento Alemania se había negado a firmar una alianza formal con el Imperio Otomano, cuando éste buscaba desesperado aliados entre las grandes potencias.
El general Otto Liman von Sanders (1855-1929). Cabeza de la misión militar alemana para modernizar el ejército turco. Se declararía partidario de una alianza germano-otomana. Durante la guerra permaneció en Turquía, destacando su victoria en la campaña de Galipolí.
Negociaciones durante la crisis de Julio
El asesinato del archiduque Francisco Fernando provocó que el foco se trastadara de una guerra greco-turca a una guerra mundial. Para la Sublime Puerta no dejaba de abrirse una oportunidad ya que de repente las grandes potencias pasaron a valorarlo como un potencial aliado o al menos a buscar su neutralidad.
Austria-Hungría fue la primera en valorar la importancia estratégica de los otomanos e insistió ante Berlín en ese sentido. Los austriacos consideraban que una intervención otomana del lado de las Potencias Centrales era fundamental para el frente de los Balcanes ya que animaría a Bulgaria y tal vez a Rumanía a hacer lo mismo, Serbia se vería desbordada por todos lados y Rusia contenida. Por contra si el Imperio Otomano se unía a la Entente aliada, la situación podía ser la opuesta, sobre todo si arrastraba a las otras potencias balcánicas con ella.
Sin embargo en Berlín tenían serias dudas acerca de la capacidad de influencia política otomana y sobre todo de su capacidad militar a corto plazo; se temía que fuera un lastre para las potencias centrales y que incluirla en su red de alianzas supusiera un molesto compromiso futuro en defender militarmente la integridad del Imperio Otomano. Ciertamente lo que querían los turcos era una alianza estable a largo plazo que rompiera su aislamiento y no para una guerra puntual, que todos preveían breve.
El embajador alemán ante la Sublime Puerta, Hans von Wangenheim (1859-1915). Wangenheim siempre tuvo serias dudas de que aliarse con los turcos fuera una buena idea ya que dudaba de su capacidad militar.
En Turquía, una minoría de la CUP prefería una alianza con la Entente. Después de todo serviría para evitar la amenaza rusa y además Francia era el principal prestamista exterior de la Sublime Puerta. Sin embargo la mayoría, con pesos pesados como el todopoderoso ministro de la guerra Enver Pachá a la cabeza, creían mejor intregrarse con las Potencias Centrales. Dispuestos a forzar la reticencia alemana amenazaron con unirse a la Entente e incluso a su viejo enemigo Grecia, declarándose dispuestos a renunciar a su reclamación sobre las islas del Egeo.
El nerviosismo austriaco fue en aumento e incluso el kaiser Guillermo empezó a preocuparse a pesar de los informes del embajador alemán Wangenheim, contrario a la alianza. Finalmente los turcos ofrecieron una alianza un poco descafeinada pero se mantuvieron firmes en que la duración debía ser superior a la de la mera crisis en curso y al menos debía prolongarse hasta 1918, coincidiendo con el fin del contrato de Liman von Sanders.
Alianza Germano-Otomana
Berlín dio su brazo a torcer, aunque primero se consultó a Liman von Sanders sobre la capacidad militar del ejército otomano para entrar en guerra. Satisfechos con la respuesta positiva de Liman, se firmó el 2 de agosto -un día después de la declaración de guerra de Alemania a Rusia- un tratado secreto entre Alemania y el Imperio Otomano. Alemania se comprometía a defender a los turcos de (exclusivamente) agresiones rusas hasta 1918 y los otomanos a entrar en guerra -si era requerida- en caso de que Rusia atacara a Alemania o a Austria-Hungría. Además los turcos permitirían a los alemanes tomar el mando de la guerra y comandar directamente una cuarta parte del ejército turco.
El día 3 el Imperio Otomano declaró una neutralidad “armada” y empezó a movilizar sus fuerzas. Sin embargo para sorpresa de Liman que esperaba una intervención inmediata, sus huespedes empezaron a poner pegas y posponer la acción. Si antes no habían cejado en mencionar las ventajas de tenerles como compañeros en una hipótetica guerra, ahora sólo mencionaban las ventajas de tenerles como amigos pero neutrales, al menos de momento. Incluso se volvió a jugar la carta de acudir a los brazos de la Entente cuando Liman amenazó con marcharse.
El Gran Visir Said Halim (1865-1921). Said Halim Pachá equivalía a una especie de Primer Ministro del Imperio y representante del Sultán. Sin embargo el verdadero poder en la Sublime Puerta estaba en manos de los “tres pachás” del C.U.P: Talaat Pachá (Interior), Enver Pachá (Guerra) y Djemal Pachá (Marina). Said Halim se resistió a implicar al Imperio en la guerra.
Enver Pachá como ministro de la guerra asumió el mando de las fuerzas armadas turcas y expandió enormemente sus poderes, suplantando cada vez más los poderes de la oficina del gran visir Said Halim. De hecho pasó por encima de éste y ordenó por su cuenta minar los accesos a los estrechos: el sur de los Dardanelos y el norte del Bósforo, dejando un canal libre para el paso de naves “amigas”. Esta última medida, completada el día 5, no podía verse desde Rusia mas que como una provocación.
Una de las preocupaciones turcas antes de lanzarse a la guerra abierta era asegurarse protección naval frente a posibles incursiones rusas. Es por ello que Enver había solicitado ya el día 1 la presencia en el Bósforo del Goeben y el Breslau. Presencia aún más indispensable tras tener confirmación (3-VIII) de que debido a presiones rusas y a iniciativa de Churchill, se habían confiscado los dreadnoughts turcos para su uso por la Royal Navy. Una mala noticia justo cuando en Gran Bretaña ya se encontraba una dotación turca para hacerse cargo de ellos; de hecho el Sultan Osman (futuro HMS Agincourt) se encontraba en las pruebas de mar y el Reshadieh estaba a unos días de ser completado. La noticia fue un mazazo para la opinión pública turca ya que ambas naves se habían financiado con cuestaciones populares. A la humillación se añadía el hecho de que Grecia acababa de incorporar dos pre-dreadnought comprados en EE.UU: los Kilkis (ex- USS Mississippi) y Limnos (ex- USS Idaho); que encima eran superiores a los dos pre-dreadnought otomanos: Hayreddin Barbarossa (ex- SMS Kurfurst Friedrich Wilhelm) y Turgut Reis (ex- SMS Weissenburg).
Fotografía (1918) de los dos dreadnoughts confiscados al Imperio Otomano. Delante va el HMS Erin (ex- Reshadieh) (27.500 ton; 10 cañones de 343 mm), seguido por el HMS Agincourt (ex- Sultan Osman) (27.850 ton; 14 cañones de 305 mm).
Neutralidad armada
La llegada del Goeben y el Breslau (10-VIII) no estuvo exenta de complicaciones a pesar de haber sido requeridos por los propios turcos. Souchon sin duda respiro aliviado cuando se le permitió el acceso a través del campo minado ya que en los dias previos los otomanos habían amenazado al embajador Wangenheim con no dejarles pasar por el riesgo de que su presencia hiciera saltar por los aires la neutralidad armada de la Sublime Puerta. En realidad no dejaba de ser un pretexto para presionar diplomáticamente a Berlín e imponerle una serie de condiciones adicionales a las ya tratadas, que básicamente hablaban de que Estambul debía recibir una parte “equitativa” del potencial botín de guerra en forma de territorios y/o compensaciones. El tema de la violación de la neutralidad se solucionó informando a los perseguidores británicos (16-VIII) de que la Sublime Puerta había comprado ambos naves, que nominalmente pasaban a ser el Yavuz Sultan Selim (Goeben) y el Midilli (Breslau). La marineria alemana permaneció a bordo de las naves y Souchon recibió una comisión dentro de la flota otomana.
La incorparación de ambas naves trajo una sensación de seguridad a Estanbul y fue un exito propagandístico con el compensar la perdida de los dreadnought. Otra cuestión era si el Goeben era capaz de dominar el Mar Negro en caso deguerra. Los rusos contaban con 5 pre-dreadnought, suficientes para oponerse al Goeben y a los 2 pre-dreadnought turcos, en caso de un combate formal. Lo que si proporcionaba el Goeben era flexibilidad operativa ya que junto al Breslau y algunos destructores turcos formaban una escuadra rápida capaz de golpear y retirarse a su antojo.
Sí Berlín esperaba que la presencia del Goeben animara a los otomanos a declarar la guerra pronto se vio desilusionada. La Sublime Puerta se quejaba de que Rumania y sobre todo Bulgaria no se habían unido a la alianza, lo cual les dejaba en una mala posición; además arguían un retraso en la mobilización y la necesidad de fortificar los estrechos, cuyas defensas eran deficientes. Lo cierto es que una vez conseguida la ansiada alianza parecían poco entusiasmiados en cumplir con su parte y confiaban en usar las dilaciones del gobierno de Sofia -alentadas secretamente por los propios otomanos- en su propio beneficio, ganando tiempo para ver hacia donde evolucionaba la guerra europea. Souchon fue advertido por Berlín de que tuviera preparado un plan para sacar sus naves de los estrechos ya fuera hacia al Egeo o al Mar Negro, para el caso de que se rompiera la alianza.
Fotografía del Goeben anclado en el Bósforo
Hacia la Guerra
Cautela aliada
Mientras los otomanos se sentaban a contemplar el espectáculo y proseguían con su lenta mobilización, a su alrerededor las diversas potencias no tenían claro que hacer. En el lado aliado, Churchill clamaba por una intervención militar agresiva y hundir las naves germanas dentro de los propios estrechos turcos; sin embargo el resto del gabinete no veía con buenos ojos aparecer como agresor, sobre todo ante la posibilidad de soliviantar al mundo musulmán. Los británicos decidieron ofrecer un importante apoyo financiero y político a los turcos a cambio de su neutralidad.
En cuanto a los rusos, estos habían empezado a prepararse para una guerra con los turcos desde el día 3, tras conocer la mobilización otomana. Sin embargo los enviados rusos en Estambul, Giers y Leontiev, creían firmemente en la posibilidad de una alianza ruso-otomana o al menos en mantenerla neutral. La presencia del Goeben y el Breslau eran una fuerte de irritación y preocupación y los rusos socilitaban insistentemente que se expulsara al menos a las tripulaciones alemanas. El almirante ruso Eberhardt recibió instrucciones de evitar una confrontación con el Goeben si este se internaba en el Mar Negro salvo que considerara que las condiciones eran claramente favorables. En cualquier caso los rusos también querían evitar aparecer como agresores. Los diplomáticos rusos insinuaron que se podía ofrecer a Estambul alguna de las islas griegas que estos reclamaban como recompensa por al menos su neutralidad.
Enver Pachá (1881-1922). Ismail Enver era uno de los “jovenes turcos” que dirigían los destinos del Imperio Otomano. Durante la guerra pasaría de ser uno de los “tres pachás” a ser el dictador de facto del Imperio. Moriría en el exilio organizando un levantamiento musulmán contra la Rusia bolchevique. Tras el fin de la guerra sería acusado de haber llevado a Turquía a la guerra sin causa legítima y de haber sido responsable del genocidio armenio.
Presiones alemanas
A lo largo de agosto Berlín soportó con paciencia las dilaciones otomanas, atendiendo las constantes peticiones que venían desde Estambul. Desde Alemania se envió una nueva misión militar a unirse a las de Souchon y Liman; en este caso el almirante Usedom debía supervisar la fortificación de los estrechos. Los turcos se negaban a que el Goeben se moviera de su posición en el estrecho e iniciara operaciones ofensivas en el Mar Negro (o en el Mediterráneo) antes de tener la total seguridad de que su ausencia no provocaría un intento naval aliado de forzarlos por cualquiera de sus extremos. El 10 de septiembre se terminó la paciencia de los alemanes y por boca de Falkenhayn se advirtió a Wangenheim de que se cerraba el grifo a nuevas peticiones turcas de oficiales, material de guerra y financiación; hasta que no vieran algo de acción.
Dado que de momento Bulgaria rechazaba implicarse en una guerra balcánica si Rumania no hacía lo mismo, desde Berlín se conminó a la Sublime Puerta a realizar o bien una expedición contra el Egipto británico o bien un ataque naval a Rusia, preferentemente acompañado de un desembarco de tropas en la zona de Odesa. La propuesta turca de que la escuadra del Goeben se diera un paseo por el Mar Negro en una mera demostración de fuerza fue rechazada.
El día 14 Souchon recibió ordenes directas del Kaiser para sacar su escuadra al Mar Negro cuando lo considerara conveniente y provocar una guerra; si no se podía atacar Odesa, bastaba con atacar a alguna nave rusa que patrullara por la zona. Souchon se preparó para salir el día 15 “de maniobras” con la flota germano-otomana, pero Enver se lo prohibió. Esto generó gran irritación entre alemanes y turcos que discutieron hasta que punto Souchon como comandante en jefe de la armada otomana estaba o no subordinado a la Sublime Puerta. Wangenheim le dejó claro a Enver que al menos el Goeben y el Breslau seguían siendo naves alemanas (aunque ondearan bandera turca) y no tenían porque obedecer ordenes. Además se aumentó la presión anunciando que una entrada tardía en la guerra supondría una disminución en las potenciales ganancias turcas en la victoria. Enver reaccionó diciendo que se permitirían las “maniobras” si se autorizaba que Souchon se convirtiera oficialmente en un almirante otomano.
La presión alemana lógicamente fue en aumento según veían como la guerra no evolucionaba del todo a lo planeado. Los reveses austriacos en Serbia y Galitzia y el parón alemán en el Marne, hacian cada vez más necesaria la intervención otomana.
El contraalmirante Wilhelm Anton Souchon (1864-1946). Souchon asumiría el mando de la escuadra otomana entre 1914 y 1917, operando en el Mar Negro. Regresó en 1917 a Alemania con el rango de vicealmirante.
Cesión de Enver
Ante el temor de que Alemania repudiara del todo la alianza y el riesgo de un colapso financiero en la mobilización turca, si no se recebían pronto más fondos; una parte importante del gobierno otomano empezó a ceder. Enver Pachá y Talat Pachá lideraban la facción pro-guerra mientras el gran visir Said Helim y Djemal Pachá se oponían. Enver y Talat prometieron dar rienda suelta a Souchon -aunque no tuvieran el apoyo todavía de todo el gabinete- una vez que la primera parte de un nuevo prestamo llegara. La exigencia de que la embajada alemana tuviera a mano 2 millones de libras turcas retrasó la entrada en la guerra unos 15 días.
El 11 de octubre Enver remitió el plan de guerra otomano a Berlín. Consistía en los siguientes puntos, que recibieron la aprobación de Falkenhayn:
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La flota germano-otomana obtendrá la superioridad naval en el Mar Negro atacando a la flota rusa sin previa declaración de guerra. Cuando Rusia responda con la declaración de guerra, el Sultán declarara una guerra santa contra los enemigos de Alemania, Austria-Hungría y el Imperio Otomano.
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El ejército turco en Armenia contendrá a los rusos en Transcaucausia.
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Un cuerpo de ejército (apoyado si es necesario por otro adicional) avanzará hacia Egipto.
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Si Bulgaria se une a la guerra, se le uniran tropas turcas para atacar a Serbia y defenderla de una eventual agresión griega y/o rumana.
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Si Rumania se une a la guerra, se le uniran tropas turcas para combatir contra Rusia.
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Se llevara a cabo una operación anfibia contra Odessa con 3-4 cuerpos, en caso de conseguir la superioridad naval en el Mar Negro y contar con la neutralidad de Bulgaria y Rumania.
Aun así días más tarde aun harían un último intento de dilatar la entrada en la guerra, jugando con los temores austriacos a que una intervención otomana desencadenara la entrada de Italia en la guerra del lado aliado.
Postal dedicada a la alianza: “unidos en la lucha” (fuente: turkeyswar.com)
El incidente del Mar Negro
Los rusos no ignoraban los movimientos diplomáticos otomanos. El 25 de octubre, Giers -consciente de los movimientos de oro alemán y su finalidad- advirtió a San Petersburgo de que una acción naval otomana era inminente.
Souchon estaba decidido a ser cuidadoso y prevenir cualquier nueva interferencia turca en los planes alemanes. Exigió con éxito a Enver copias por escrito en alemán y en turco de las ordenes de atacar; de modo que ningún subordinado turco pudiera poner pegas. Souchon recibió el permiso informal de Enver el día 24 para atacar y algo más tarde la confirmación del todavía reticente embajador Wangenheim.
Souchon salió de maniobras finalmente el día 27. El plan acordado con Enver era que éste trataría de arrancar al gabinete otomano -en el que todavía había oposición- el permiso para el ataque; en caso de éxito le comunicaría por radio a Souchon que abriera las ordenes selladas y en caso contrario le comunicaría que “no abriera las ordenes selladas”, esto último sería la señal de que Souchon debía igualmente atacar pero asumiendo personalmente la responsabilidad. Sin embargo Enver nunca llegó a mandar ningún mensaje.
Daba lo mismo, Souchon sabía cual era su deber. El 29 de octubre tomando como pretexto un supuesto acoso naval ruso a sus maniobras, procedió a ejecutar su plan. Asignó a su escuadra como objetivos varios de los principales puertos rusos que además de ser atacados debían ser minados.
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Sevastopol – Fue atacada por Souchon con el Goeben, 2 destructores y un minador. El fuego del Goeben fue contestado con acierto por las baterías rusas, sufriendo el Goeben 3 impactos y retirándose antes de causar excesivo daño. En el camino de vuelta el Goeben hundió al minador ruso Prut ahuyentando a los 3 torpederos que lo escoltaban. Además capturó 2 vapores y hundió un tercero. Aunque el almirante Eberhardt salió en su persecución, su escuadra de lentos pre-dreadnought fue incapaz de darle alcance.
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Novorossiysk – Contra ella se dirigieron el cruceros ligero Breslau y el crucero-torpedero Berk-i Satvet. Las instalaciones portuarias fueron bombardeadas a placer durante dos horas y se causaron bastantes daños en las instalaciones y naves refugiadas en el puerto. Además las minas soltadas se cobraron inmediatamente 2 vapores como víctimas.
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Teodosia – Fue objeto de bombardeo por parte del crucero protegido Hamidiye, que además se cobró un vapor y un mercante hundidos durante su regreso.
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Odesa – Aunque fue atacada por una debil escuadrilla formada por 2 destructores y un minador, los rusos fueron tomados por sorpresa. Los destructores turcos no sólo bombardearon el puerto durante una hora sino que hundieron un cañonero y causaron daños a varias naves.
El ataque a Sevastopol en una postal alemana (fuente: turkeyswar.com)
Una vez recibida la noticia en Estambul, Enver corrió a comunicar al Gran Visir que los rusos habían agredido a la flota otomana. Dos días más tarde, en base a unos supuestos interrogatorios a los prisioneros rusos tomados por el Goeben, trató de convencerle de que la acción de Souchon había abortado un plan para minar el acceso al Bósforo mientras la escuadra estaba de maniobras de tal forma que pudiera ser aniquilada en el Mar Negro. Al Gran Visir no le quedó otra que hacer una protesta oficial ante la agresión rusa pero sin duda no se dejo engañar por Enver. Se planteó seriamente renunciar a su cargo pero al final aceptó seguir en el cargo.
El Breslau bombardeando Novorossiysk, por Hans Bo (fuente: turkeyswar.com)
Estalla la Guerra
El 31 de octubre los embajadores aliados reclamaron sus pasaportes. Ya el 1 de noviembre las tropas rusas del Caúcaso cruzaron la frontera en dirección a Erzerum, aunque la declaración de guerra tuvo lugar el día 2. Por su parte la escuadra aliada que bloqueaba la salida del estrecho de los Dardanelos (almirante Carden) bombardeaba los fuertes turcos de Sedd-el-Bahr y Kum-Kale, el día 3 sin haber todavía declarado tampoco la guerra. Aunque se trataba de una mera demostración de fuerza y el bombardeo se planificó como breve (8 rondas por cañón), el polvorín del Sedd-el-Bahr fue alcanzado y el fuerte sufrió graves daños. El día 5 Gran Bretaña y Francia declararon la guerra al Imperio Otomano. Para decepción turca Bulgaria no se incorporaría a la guerra hasta octubre de 1915 y Rumania lo haría del lado contrario en agosto de 1916.
La suerte estaba echada. La ilusión otomana de que podían entrar en una alianza sin necesidad de entrar en la propia guerra se hizo añicos. Visto en retrospectiva se puede pensar que fue una mala decisión la que tomaron los turcos ya que la derrota supuso el fin del Imperio Otomano tal como lo conocían. Sin embargo aquellos que como Enver apostaron por la alianza y la guerra creían que era la mejor forma de sacar al Imperio de un peligroso aislamiento. Sin valedores entre alguna de las grandes potencias estaban convencidos de que sería igualmente cuestión de tiempo que el Imperio fuera desmembrado por las ansias colonialistas e imperialistas de una u otra potencia. También se puede alegar que hubieran hecho mejor pasándose al bando de la Entente pero quitando aparte su fascinación por el poderío militar germano -al que veian como ganador de la guerra- estaba la cuestión de una falta de confianza en las intenciones de las potencias aliadas para con el futuro del Imperio.
El fuerte de Sedd-el-Bahr en 1915 tras volver a ser atacado, en este caso durante la campaña de Galípoli.
El Goeben y el Breslau fueron transferidos formalmente en noviembre a la armada otomana, aunque la mayoría de su tripulación siguió siendo alemana hasta noviembre de 1918. Asimismo Souchon permaneció al frente de las operaciones navales hasta 1917. El Midilli (Breslau) resultaría hundido por culpa de varias minas en enero de 1918. Por contra el Yavuz (Goeben) sobreviviría a la guerra, a pesar de ser alcanzado un par de veces por proyectiles de acorazados rusos, chocar con minas e incluso sufrió (inofensivos) ataques aéreos. El Yavuz no pudo dominar el Mar Negro como algunos pensaban, sobre todo a partir de 1915 cuando los rusos pusieron en servicio dos modernos dreadnought en el Mar Negro: el Imperatritsa Mariya y el Imperatritsa Ekaterina Velikaya. Aun así conservó la ventaja de ser el navío de batalla más rápido de la región, permitiéndole escapar en un par de ocasiones de fuerzas rusas superiores. El Yavuz permanecería en activo hasta 1954 (el último de su generación de buques de guerra) y sería desguazado en 1973, tras fracasar que Alemania comprara el último gran vestigio a flote de la Kaiserliche Marine.
El SMS Goeben en una postal de preguerra
Autor: Flavius Stilicho
Fuentes:
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AKSAKAL, M. The Ottoman Road to War in 1914.
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DE LA SIERRA, L. El Mar en la Gran Guerra.
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VALLUY, J.E. La Primera Guerra Mundial.
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Web Naval-history.net: WWI at sea; Mediterranean, incl. Turkish Waters & Black Sea.
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Wikimedia Commons para las imágenes salvo en las que expresamente se cita una fuente distinta.
Notas:
(i) Existía la posibilidad de un ataque nocturno usando los destructores para torpedear a los alemanes. Sin embargo Toubridge se dirigió inicialmente rumbo al Adriático, pensando que era el destino de Souchon y para cuando corrigió el curso, sólo cabía la opción de interceptar a los alemanes a la la luz del día 7.
(ii) Una corte marcial confirmó su proceder pero no evito que se convirtiera en un apestado y Churchill le advirtió que nunca más le daría un mando en alta mar. Acabó al frente de una misión naval británica en Serbia, ganándose el aprecio de estos por sus servicios.
(iii) En 1908 hubo una revolución “constitucionalista”: la de los “jóvenes turcos”. En 1909 el sultán Abdulhamid II fue depuesto y sustituido por Mehmed V, un sultán meramente decorativo.
(iv) Las cifras de desplazados se estiman en 400.000 musulmanes y 200.000 cristianos ortodoxos.
(v) El 50% de las exportaciones rusas salían por los Dardanelos, en especial el 90% del cereal de exportación. Rusia había amenazado con intervenir si el Imperio Otomano cerraba esa vital línea de comercio.
(vi) La Armada turca había contado con una misión militar británica similar para su modernización (1909-1911), que había acabado antes de tiempo por disparidad de criterios.
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Hola
Me gustó mucho este artículo ya qaue trata de una parte de la primera guerra mundial que es poco conocida. Por otro lado el manejo de las fotogra´fias y figuras está excelente, ya que muestran lo que deseamos ver.
Te fajaste Flavio¡¡
Muy interesante, sobre todo por que mi ignorancia sobre la I GM es mayor que la catedral de Burgos.
Muy bueno Flavius!
Lanzo una pregunta: había opciones reales de que el Imperio otomano se uniera al otro bando o estaba predestinado a unirse a las Potencias Centrales y sólo jugó con la opción para sacar ventaja en el pacto? Parece algo contra natura que se uniera a Grecia y Rusia, no?
Ya que estoy, qué ocurrió con el plan de guerra que se menciona en el artículo? Se cumplió algo de él? La parte de no controlar el mar Negro está clara, así que nada de ataque anfibio en Odessa. la parte que implicaba la intervención de Bulgaria y Rumanía tampoco, claro. Se intentó cumplir algo?
Gracias por la respuesta!
Qué bonitos son siempre los planes sobre el papel y que pocas veces se cumplen las expectativas!
¡Joer Flavius, se me había pasado la lectura de este artículo!., pues nada chavalote, enhorabuena, he disfrutado mucho de su lectura, máxime cuando me gustan las historias del ejército alemán en esta guerra.
saludos
Muy interesante y bueno este artículo, no lo había visto, pero ayer Merlín, me puso el enlace en una respuesta de otro tema y en cuanto he tenido tiempo lo he leído.
Con respecto al tema de las reparaciones de conducciones de vapor que se estaban realizando en Pola. He leído, que este problema le acompañó durante los siguientes días, al no tener tiempo de reparar todas las conducciones.
En concreto, lo que tengo entendido, es que tras encontrarse el SMS Goeben y el SMS Breslau con el HMS Indefatigable y HMS Indomitable, se entablo una persecución entre ellos. Ya que los británicos querían mantener el contacto, a la espera de la declaración de guerra. Pues bien, durante este tiempo de persecución, al parecer, se produjeron en el SMS Goeben algunos accidentes más con las conducciones de vapor que mataron algún tripulante. Finalmente los alemanes consiguieron dejar atrás a los ingleses, que al parecer también tenían algún problema de calderas.
Aquí me pregunto, ¿era normal, que un buque tan moderno tuviera unos problemas, tan importantes en sus conducciones?
Ya habían cambiado en Pola unas 4000 conducciones, por lo que entiendo, el problema era importante.
¿Acaso no habían realizado paradas de mantenimiento desde 1912 cuando entraron en el mediterráneo?. Esto me extrañaría, ya que no es muy conveniente tener un buque tanto tiempo sin realizar una parada técnica. Y siempre podrían haber usado lo puertos Austrohúngaros que es por la opción que al final se optó.
Ya analizando más la situación en general. La actitud Austrohúngara me parece que peca de precavida. Que yo sepa, tenían cuatro acorazados dreadnought clase Tegetthoff, ademas supongo que dispondrían también de algunas unidades menores. Creo que si se hubieran hecho causa común con los buques alemanes. Podrían haber molestado bastante a los británicos. Aunque no conozco la cantidad de fuerzas que estos podían mover en el mediterráneo. Por lo que quizás no era desacertada su forma de actuar.
Por otro lado me da la impresión, de que los aliados, pasaron bastante de Turquía, y solo cuando parecía que la alianza con los imperios centrales se produciría se decidieron a tentarla con algo. Quizás ya era tarde.
Es una pena que después de tantos años de servicio el Goeben no fuera convertido en museo flotante.
Un saludo.
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Muchas gracias por tus palabras afarango.