III Reich contra la URSS - una guerra de aniquilación total (1941 - 1945)
Tal día como hoy de hace 80 años desde el mando de Hitler se dio la orden con su firma de GUERRA TOTAL. Su directiva nº21 Veamos como sucedio.
Nunca sucedió una guerra como esta, sangrienta con millones de muertos, que enfrentó a dos de las más poderosas potencias de la época, el Tercer Reich alemán de Adolf Hitler y la URSS de Josef Stalin. Fue grandiosa y sin paragón en el escenario mundial: su elevado número de combatientes, su escenario inmenso y su sangriento número de víctimas. La victoria aliada en la II WW tuvo varias vertientes, asimismo la URSS de Stalin tuvo una gran contribución, sino la mayor, en la derrota del Eje. Allí la Wehrmatch sufrió en sus carnes: el frio, el horror y finalmente su derrota. En Rusia se desangró hasta su aniquilación y Hitler fracasó en la germanización del mundo y sus efectos fueron más allá de 1945, año en el que finalizó el conflicto y sin la Operación Barbarroja sería inimaginable la reorganización étnica y la sovietización de la Europa Oriental.
(Soldados alemanes izando la bandera nazi en la Acrópolis de Atenas).
Ya en la Gran Guerra, con sus millones de víctimas, Rusia consigue convertirse en una potencia mundial y se produce el choque, anunciado, entre la Alemania “nacionalsocialista” y la URSS “stanislista”, dos movimientos totalitarios que lo convirtieron en una cruzada y se llegó a una guerra total de puro exterminio. Un conflicto central entre dos viejas naciones culturales. Para Rusia fue su “Gran Guerra Patria” y con sus millones de víctimas y su carácter excepcional, pasaron a primer plano, convirtiendo la URSS en primera potencia mundial.
En julio de 1940, la II WW parecía ya haber llegado a su fin bajo las botas alemanas, primero Polonia, luego Noruega y Dinamarca y más tarde toda la Europa Occidental. Tras la rápida victoria alemana sobre los aliados; Francia, Bélgica, Holanda y el cuerpo expedicionario de la Gran Bretaña. Francia fue derrotada y la Gran Bretaña devuelta a sus islas, a pesar de salvar al grueso de su cuerpo expedicionario y que además disponía de una de las flotas más poderosas del mundo y que disponían de todos los recursos de la “Commonwealth” y aislado en sus islas quedó como el único contrincante serio de la Alemania hitleriana. Esta había ocupado, total o parcialmente(Bohemia, Moravia, Polonia, Dinamarca, Noruega, el Benelux y Francia) aliados(la URSS, Italia, Rumanía, Hungría y Bulgaria) amigos (Finlandia y España) dependientes (Eslovaquia) más tarde la ocupación de Grecia y Yugoslavia y unos islotes de “libertad vigilada” (Suiza, Suecia, Turquía, Irlanda y Portugal) presionados por Hitler, que ya disponía bajo su manto protector de toda Europa.
(Europa ocupada por los alemanes en 1941. Wickipedia)
En esta época, la URSS había sido un aliado fiable y además un buen proveedor de materias primas. Sin estos cubriéndole las espaldas Hitler se vería abocado a una guerra en dos frentes, como en la I WW y Alemania con la ayuda de su “aliado oriental”, podría vencer a la Gran Bretaña e incluso a los EE.UU.
Estas prácticas de planificación fueron suficientes para enfriar sus relaciones con su poderoso aliado y de ello quedó constancia, en los días 12 y 13 de noviembre de 1940, con la visita a Berlín del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Mólotov, que dejó constancia de sus nuevas pretensiones territoriales en Europa-influencia en Escandinavia, en el sur de los Balcanes y en el Estrecho de los Dardanelos. Estas pretensiones dieron luz a Hitler de los planes soviéticos y el 5 de diciembre de 1940, avisa a sus asesores militares que el próximo reto se decidiría contra la URSS. El 18 del mismo mes, Hitler firmaba su directiva nº 21, que en su primera frase, puntualizaba: ”La Wehrmatch debe estar preparada, antes incluso del fin de la guerra contra la Gran Bretaña, para derrotar a la URSS en una campaña rápida”.
Esta decisión fue tomada por el mucho antes y ahora se intuía la posibilidad de derrotar a los “enemigos mortales” del nacional-socialismo: los bolcheviques, los judíos y los eslavos. Solo bastaba releer su “Mein Kampf”, -” Vamos a poner fin a la marcha ideal de Alemania, hacia el Sur y el Oeste y mirar hacia el Oriente”. Esto revela los objetivos marcados, el objetivo era la destrucción y posterior ocupación de estas inmensas tierras para garantizar el futuro de la raza germánica. Un Imperio ”Lebensraum” que iría desde la costa Atlántica, hasta la estribaciones occidentales de los Urales. Formando el Gran Reich alemán: en el norte, Francia, al este, Bohemia, Moravia, y Polonia, “El comisionado del Reich”, Escandinavia y en el oeste, Ucrania, Ostland (antigua Bielorrusia y el Báltico), Moscovia y el Cáucaso.
En 1940, el “Plan General del Este” del Reichführer de las SS, Heinrich Himmler, trataba la ocupación alemana en la Europa Oriental, que arrastraría a Siberia a 31 millones de eslavos, o también a 51 millones de polacos, bielorrusos, ucranianos y checos. Solo escaparían a este plan, un resto “susceptible de germanización” y los esclavos para esta tarea. Himmler había dicho que estas etnias debían obedecer ”El mandato divino de ser fieles, obedientes y honestos a los alemanes”. Los colonos previstos, entre 5 y 12 millones de “germanos”, que quisieran alinearse junto el Reich alemán, así como en el resto de Europa, serían considerados señores. Creando hasta 39 conglomerados militares, ingentes emplazamientos, conectados por ferrocarriles y autopistas, dominando la tierra para protegerse del Este, con una verdadera muralla.
(Mapa de la formación de la U.R.S.S.)
LA URSS
¿Sabía Stalin lo que estaba pasando?, Si, era imposible desconocer los movimientos de tropas de millones de soldados, allende sus fronteras, pero el confiaba en el “Pacto de no agresión germano-ruso”. Su política exterior se basó en dos pactos con Alemania (1922-1926), tratados de no agresión con Turquía, Persia y Afganistán, así como en 1932 con Finlandia, Letonia y Estonia, y por último, aunque no por ello menos importante, Polonia. En septiembre de 1933, después de su «ascenso al poder», Hitler promulgó internamente la consigna de que «las relaciones germano-rusas no son prácticas a largo plazo». En enero de 1934 tras el pacto de no agresión germano-polaco la política exterior soviética tuvo que reorientarse una vez más. Su base fueron entonces los dos pactos de mutua asistencia con Francia (2 de mayo de 1935) y Checoslovaquia (16 de mayo de 1935), gracias a la entrada soviética en la Liga de Naciones en septiembre de 1934 (apenas un año después de la salida de Alemania y Japón) y a la nueva estrategia del Frente Popular.
Ello se agravó con la crisis de los Sudetes, Stalin vio que las potencias occidentales deseaban un enfrentamiento entre los dos colosos aliados, tal como se anunció en marzo de 1939, en el XVIII Congreso del Partido Comunista (PCUS), en un entorno muy convulso, pero se desconocía la coyuntura del próximo conflicto. En agosto de 1939, se firmaba el pacto de no agresión germano-soviético, Hitler se cubría las espaldas y Stalin dejaba la URSS fuera del conflicto europeo, al menos por el momento. Este pacto sacudió las entrañas de la política internacional. El secreto pacto adicional dividía la Europa Oriental entre los dos dictadores y Stalin quería ganar territorios adicionales para emular el Imperio zarista. Esto le reporta buenos beneficios, los soviéticos ocupan el este de Polonia (1939), los tres estados bálticos (1940) Besarabia y el norte de Bucovina, parte oriental de Rumanía (1940) y en ese mismo año, contra Finlandia, “recuperó” la Carelia occidental.
(Stalin y su ministro de Asuntos Exteriores, Molotov)
Rusia contemplaba con estupor, los rápidos avances de los nazis y no querían enemistarse con ellos, y optaron por firmar nuevos acuerdos ya que los suministros de la URSS al Reich, eran importantes y llegaron a los 618 millones de marcos, contra los 532 millones de productos alemanes. Evidenciando que sin el petróleo ruso los tanques alemanes nunca hubieran llegado a Moscú en 1941.
PLANIFICACIÓN Y DEFENSA SOVIÉTICA-antes de Barbarroja
En febrero de 1918, Trosky tomó el mando del Ejército Rojo de Obreros y Campesinos (RKKA), como comisario de la guerra. Era consciente que debía incorporar a sus filas a los ex-oficiales zaristas, como “especialistas”. Por ello abrió el camino para la denuncia de los tradicionales métodos de combate, para conseguir la necesaria victoria en la guerra civil. Esta contienda llega a su auge en 1918, cuando se intenta desarmar a la Legión checa, que fracasó y estos se convirtieron en el bloque principal de las fuerzas “blancas” en Siberia. Y hasta 1920, los “rojos” sostuvieron prolongadas luchas con un sinfín de enemigos: El cuerpo expedicionario anglo-norteamericano, japoneses y franceses, aliados de Polonia. En agosto de 1920, Trosky había incorporado hasta 48.000 de los antiguos oficiales del Zar.
(León Trostky, presidente del Soviet Militar Revolucionario, Comisario del Pueblo para la Guerra, Comisario del Pueblo para los Asuntos Exteriores. Miembro de la Orden de la Bandera Roja)
Uno de los principales “especialistas” de Trosky fue Mikhail Tukhachesvski, un aristócrata procedente de la Escuela Militar de Alejandro, que tras la Revolución abrazó la causa de los bolcheviques y fue uno de los mejores teóricos del Ejército Rojo. Tras ganar sus espuelas contra el general ”blanco” Denikin, como comandante del 1er. Ejército Rojo en el frente sur, comenzó a posicionarse contra Trosky, en dos niveles-el alto, teórico; el bajo, una lucha feroz para dominar las fuerzas armadas-. Tukhachesvski se atreve a contradecir los escritos de Max y Engels, que propugnan una milicia irregular en lugar de un ejército fijo.
(Soldados bolcheviques disparan contra las tropas "blancas", en la Revolución Rusa)
Trosky podía haber acabado con este teórico, pero pensando que no sería una amenaza seria para él, no lo apartó. Después entró otro teórico de la mano de Stalin, M.V. Frunze, el cual junto a S.I. Gusev, presentan 22 tesis al X Congreso del Partido Comunista, en Moscú.
Todas ellas para eliminar las deficiencias del Ejército Rojo, en especial en sus mandos y ser cautos al reforzar el aparato político de partido, para prevenirse contra el “Bonapartismo”-la toma del poder por un hombre fuerte militar-, para prevenirse contra el “Bonapartismo”-la toma del poder por un hombre fuerte militar-.
Por su parte, Frunze presentó un desarrollo que sería realizado por un estado mayor general o “cerebro del ejército”, que se convertiría en “el estado mayor teórico-militar del estado proletario”. En el Congreso, Trotsky debatió que las tesis Frunze-Gusev no eran bastante específicas y por lo tanto serían oficialmente retiradas, pero éstos eran meramente disparos de escaramuza, la batalla principal entre las fuerzas de Stalin y Trotsky estaba aún por llegar.
(Mikhaïl Nikolàievitx Tukhatxevski, teórico y militar, fue Jefe de Estado Mayor, mariscal de la Unión Soviética, poseedor de la Orden de Lenin, de la Bandera Roja, de San Vladimir y de Santa Ana).
El mundo tuvo oportunidad de ver cuán lejos había avanzado el pensamiento de Frunze con la publicación de su artículo “Una Doctrina Militar Unificada y el Ejército Rojo”, aparecido en el número de julio de 1921 de “Ejército y Revolución”. Frunze afirmaba que las guerras no serían ya emprendidas por ejércitos profesionales, sino que debían implicarse toda la población y los medios productivos del estado y que había un vínculo definitivo entre la ciencia militar y las fuerzas productivas y la naturaleza de clase del país. Frunze utilizaba Alemania como ejemplo; sus objetivos estatales y su política exterior eran agresivos, por lo tanto, su doctrina militar estaba pensada ofensivamente. Frunze puso gran énfasis en la maniobra profunda utilizando caballería (más tarde los tanques). Y finalmente, anotaba que, para el mejor efecto, la organización militar debería ser modelada tras la sociedad comunista: la autoridad de los oficiales no debería ser reducida y no debería haber igualdad entre ellos y las masas alistadas.
La refutación de Trotsky apareció en diciembre de 1921, en un artículo titulado “¿Doctrina Militar o Doctrinarismo Pseudo-Militar? Trotsky afirmaba que no había fórmulas preparadas en los escritos de Marx para desarrollar una doctrina militar unificada para el Ejército Rojo. Por lo que respecta a la capacidad del ejército para tomar acciones ofensivas, Trotsky señalaba que la mayor parte de la guerra civil requirió maniobras de defensa y retirada –un comentario que estuvo sujeto a desencadenar resentimiento entre las filas del ejército-. También dijo que el Ejército Rojo utilizaba cualquier recurso humano que estuviera a mano, no simplemente el proletariado.
(Cuerpos de las victimas del Terror rojo. Victimas exhumadas por los zaristas en Karkhov en 1919)
Intrépidamente, Trotsky se marcó un tanto con un punto convincente, argumentando que un ejército formado principalmente por campesinos no podía ser entrenado para apoyar una revolución proletaria internacional. Por lo que respecta a la doctrina universal o unificada basada sobre los principios marxistas, Trotsky parafraseó las “siete leyes de guerra” de Suvorov y propuso que las ideas de Frunze eran una parodia de éstas. ¿Cómo, dijo Trotsky, podía el ejército de siervos de tiempos de Suvorov compararse con el moderno y políticamente consciente Ejército Rojo? También estaba en desacuerdo con la noción de que el Ejército Rojo podía participar en guerras ofensivas.
Después de 1933 y tras la subida al poder del Partido Nazi y de Hitler en Alemania, se prestó una atención más estrecha a la planificación de la defensa, en términos de aplicación teórica y práctica. Las relaciones de la Unión Soviética con Alemania fueron tensas en las décadas de los años 20 y los 30. Un intento fue realizado por rusos y alemanes bienintencionados para llegar a cierta clase de colaboración militar, el cual, después de 1921, tomó la forma de ejercicios de entrenamiento conjuntos en la Unión Soviética. El Tratado de Rapallo en 1922 declaraba públicamente el mutuo interés de los dos oprimidos en cooperación, pero la amistad siempre fue tensa y no se presumía duradera. Los sistemas sociales y políticos de Alemania y de la Unión Soviética diferían y luego llegaron a ser rabiosamente antagónicos.
Durante el curso de la década de los 30, los “elitistas de un arma” fueron derrotados, mayormente debido a Tukhachevski. Teorías tales como la arrogante confianza en los tanques o en los aviones estaban completamente en contra de la filosofía de los fundamentos socio-políticos del Ejército Rojo. En 1941, Zhúkov construiría sobre las ideas de Tukhachevski, desarrollando un concepto armonioso de defensa, ofensiva y desgaste que iría más allá de la comprensión de los jefes de la Wehrmacht alemana y que es, de hecho, escasamente comprendido en Occidente incluso hoy en día. En 1929, el mando del Ejército Rojo estaba listo para intentar una aplicación parcial de algunas de las nuevas filosofías de guerra que estaban siendo entonces avanzadas en Occidente.
Una de las innovaciones no occidentales propuestas por el PU-29 fue la elevación de los comisarios políticos en la jerarquía del Ejército Rojo; serían la columna vertebral de la moral militar. La sustancia de las nuevas regulaciones, sin embargo, era un flirteo con las oportunidades presentadas por los tanques tan demostradas por J. F. C. Fuller.
Los elementos claves en la evolución del pensamiento de Tukhachevski fueron las maniobras militares a gran escala desarrollada en el oeste de Rusia durante mediados de los años 30. Algunos de estos ejercicios, como el celebrado en el otoño de 1936, también acudieron observadores occidentales. En estas maniobras, se realizaron experimentos con unidades de infantería mecanizada y blindadas utilizadas de manera independiente. Aunque la información reunida entonces no se hizo pública, la evidencia es que las teorías “burguesas” de pequeños ejércitos y unidades blindadas de élite altamente móviles fueron rechazadas por Tukhachevski y el alto mando del Ejército Rojo. Esta decisión a favor de una masiva fuerza armada construida en torno a la suposición de la cooperación de unidades de todas clases utilizando tácticas de armas combinadas fue más fácil por el hecho de que la base industrial rusa era demasiado débil para admitir una fuerte inversión en vehículos blindados y de transporte sobre ruedas. Ciertamente, tras la calamitosa cosecha de 1933, la idea de limitar la producción de tractores a favor de la de los tanques podía no haber sido seriamente considerada. Es una realidad básica de la planificación militar en la economía centralizada de Rusia que un fallo en un sector, como el de la agricultura, tendría un efecto inmediato y pronunciado en otras áreas.
Tukhachevski seguía advirtiendo en sus escritos del peligro de concentrar ejércitos masivos en los sectores fronterizos, sería mejor situar allí ejércitos de vanguardia lo suficientemente fuertes para ser considerados el primer escalón operativo de la fuerza principal. En su opinión, los ejércitos de la fuerza principal serían concentrados en secreto en áreas que probablemente serían los flancos del enemigo en avance. Prestaba mucha importancia a fortificar zonas posicionadas a lo largo de la frontera, que servirían como escudo, absorbiendo la sacudida inicial de la ofensiva enemiga y cubriendo la concentración de los ejércitos del segundo escalón –el martillo que golpearían los flancos del enemigo-. Las regiones fortificadas ofrecerían una resistencia más que pasiva. En el plan de Tukhachevski estarían orgánicamente conectadas con las maniobras del ejército en campaña y actuaría como apoyo para su ejecución de una ofensiva general. Es imposible aquí exagerar la importancia de estas conclusiones; fue sobre la base de ellas que Zhúkov y Stalin implementaron un plan de defensa contra Alemania en 1941, como se verá más adelante. Sobre el uso de blindados, Tukhachevski proponía que las unidades blindadas se dividieran en diferentes categorías dependiendo de las características operacionales del tanque y de la específica misión de combate que sería realizada. Esencialmente, debía de haber tres escalones de tanques: 1º, tanques para apoyo cercano de infantería (NPP), que podrían ser modelos más lentos con una autonomía relativamente limitada, 2º, tanques para apoyo lejano de infantería (DPP), que podrían moverse más rápido y más lejos y 3º, blindados independientes de ataque a gran distancia (DD). En el período previo del ataque de la infantería en la operación ofensiva, la cobertura aérea y artillera debería ser utilizada para apoyar a los tanques en su ruptura inicial de las líneas enemigas. Aquí, Tukhachevski trataba de tender un puente en la brecha entre una filosofía de armas combinadas y una nueva táctica basada en operaciones blindadas independientes. El tenor general de este plan, como un futuro jefe del estado mayor general lo pondría, era “asignar una importancia y prioridad equivocadas a los tanques”. Como se verá, sin embargo, los hechos que llevaron a la invasión alemana de 1941 obligaron a Stalin y al entonces jefe del estado mayor general, Zhúkov, a rechazar este concepto y confiar casi totalmente en una estrecha cooperación infantería-blindados.
De cualquier manera, que uno pudiese intentar aplicar las nuevas ideas de utilizar blindados, la realidad era que Rusia aún carecía de la base industrial para mecanizar al Ejército Rojo tan completamente como sus oponentes potenciales en Occidente. Alemania había comenzado ya su programa de rearme a plena escala en 1934, y había otras nubes amenazantes en el horizonte: la guerra civil española en el verano de 1936, en la que Rusia y Alemania llegarían a estar progresivamente muy implicadas en este conflicto. Un presagio más desalentador para el futuro era también visible en 1936; en agosto comenzaron los juicios por el llamado centro Trotsky-Zinoviev, acontecimientos que resultaron ser los preludios de purgas masivas en el partido, en el mismo aparato de seguridad estatal del NKVD y finalmente en las fuerzas armadas.
El PU-36 parecía simpatizar con el resto del mundo cuando el libro de Heinz Guderian “Achtung Panzer” fue publicado a comienzos del año siguiente. En las operaciones ofensivas, los tanques serán empleados en una escala masiva en escalones, como Tukhachevski había ya expuesto. Tomando una página de los libros de los teóricos occidentales, el PU-36 demandaba que la aviación fuera utilizada también a gran escala “concentrando las fuerzas según las veces y los objetivos que tenían la mayor importancia táctica”. Las nuevas regulaciones de campaña asignaban un papel principal a la artillería para lograr la ruptura táctica de las defensas enemigas. El día de la “artillería ofensiva” tan efectivamente empleada por el Ejército Rojo aún no había llegado, pero todavía, el PU-36 intentó enfrentarse con el problema de las brechas espaciales que se ensancharían entre los rápidos grupos blindados y las más lentas unidades de artillería. Los alemanes intentaron sortear este problema utilizando el caza-bombardero JU-87 Stuka en un papel de apoyo cercano en cooperación con los tanques. Los planificadores rusos, también, favorecieron este enfoque para su aviación, pero las distancias en Rusia resultaron ser demasiado grandes para que la fuerza aérea lo lograra. El hecho es que ningún bando tenía bastante aviación para compensar la carencia de apoyo de artillería autopropulsadas para avances de gran distancia de puntas de lanzas blindadas. Los alemanes se encontraron con esto para su pesar tras penetrar la línea del Dnepr en julio de 1941 y pagaron su precio en sangre por esta lección y, tras los reveses en el área del Grupo de Ejércitos Centro en diciembre de 1941, no pudieron recuperar su posición ofensiva en este frente estratégico.
Stalin aún no había tomado el firme control sobre las fuerzas armadas, ni había logrado encontrar personas en las que pudiera confiar que le dieran consejo objetivo sobre la completa dirección de la estrategia militar, y mucho menos de las tácticas. Voroshilov resultó ser una persona trabajadora y servil como mostraría la guerra de 1939 contra Finlandia, y Tukhachevski resultó ser un incordio, coqueteando constantemente con sus contactos en Occidente, en particular con la Wehrmatch. Era un gran teórico, pero un ingenuo político, hasta que estos contactos fueron utilizados por Reinhard Heydrich(1) de la policía secreta nazi SD para fabricar pruebas falsas contra Tukhachevski que lo señalaban como culpable de traición. Si Stalin realmente creyó los documentos falsificados preparados por Heydrich o no, no es relevante; Stalin llegó a creer que Tukhachevski se había vuelto demasiado amigo de Occidente y no era ya digno de su confianza. El fin no podía tardar en llegar. En el verano de 1937, Tukhachevski había sido arrestado y fusilado, y a finales del año siguió una sangrienta purga del cuerpo de oficiales. El instrumento para esta purga fue el aparato de seguridad del NKVD entonces dirigido por N. I. Yehzov, conocido como el “enano sanguinario” (sólo medía cinco pies de altura), cuyo reino de terror fue llamado la “Yezhovschina” en la Unión Soviética.
(Lev Mekhlis, el "inquisidor de Stalin", Ministro de Control Estatal de la Unión Soviética, Vicepresidente del Consejo de Comisarios del Pueblo)
A finales de 1937, Stalin controlaba a las fuerzas armadas con mano de hierro a través de la persona de Lev Mekhlis, el director de la administración principal política militar (PUR). Incluso hoy en día, el nombre de Mekhlis es utilizado como sinónimo del terror en las publicaciones militares soviéticas. Las cifras finales de las purgas revelan las espantosas consecuencias: Alrededor de treinta y cinco mil oficiales ejecutados, casi la mitad del cuerpo. Tres de cinco mariscales fueron ejecutados, 13 de los 15 comandantes de ejército, 57 de los 85 comandantes de cuerpo, 110 de los 195 comandantes de división, y 220 de los 406 comandantes de brigada. Pero como el ave fénix de las cenizas surgió un nuevo cuerpo de oficiales de las ruinas de la antigua organización. Estos oficiales debían sus carreras e incluso sus vidas a Stalin, los que superaron la purga, como G. K. Zhúkov, S. K. Timoshenko y B. M. Shaposhnikov, pudieron ascender rápidamente en la jerarquía siempre y cuando tuvieran los instintos naturales y dotes para sobrevivir en un ambiente muy difícil.
El Ejército Rojo no había sido probado en batalla a gran escala desde la guerra con Polonia y el fracasado avance sobre Varsovia en 1920, pero este período de paz fue pronto abruptamente interrumpido. El viejo enemigo de Rusia, Japón, había estado incrementado rápidamente sus fuerzas en China desde 1934, y ahora estaba preparada para probar al nuevo Ejército Rojo en un lugar donde sus líneas de suministro estaban alejadas en Mongolia, que se había convertido en un satélite soviético en 1922. Primero en el Lago Khasan en el verano de 1938 y luego en Khalkhin-Gol(2) en la primavera de 1939, los japoneses se afanaron poderosamente con infantería, blindados, artillería y aviación para hacer retroceder al Ejército Rojo hasta la misma Unión Soviética, pero estos intentos fracasaron. El ataque japonés en el Lago Khasan fue frustrado por el Mariscal Blukher, un hombre que paso de ser un potentado en Siberia, a ser asesinado por los esbirros de Yezhov, la mañana misma de su victoria en Mongolia-. El asalto japonés en Khalkhin-Gol, por contraste, fue desbaratado por un hombre que recibió altas condecoraciones de Stalin y sobre el que confiaba mucho, Georgii Zhúkov. Este fue probablemente el actor principal en la cercana guerra mundial, bajo Stalin ante todo porque, al menos en sus primeros años, fue modesto y humilde. También Zhúkov tenía otras dos características que el dictador valoraba: tenía el hábito de decir la cruda verdad cuando se le preguntaba (Zhúkov como se verá lo hizo en 1941) y además era recto.
(El mariscal Giorgii Zhúkov, líder indiscutible de la guerra contra Alemania. Condecorado con las más importantes distinciones de la Unión Soviética)
En Khalkhin-Gol, utilizó una contraofensiva de armas combinadas para barrer al enemigo del campo de batalla. Fue dicho y aquí lo demostró la efectividad de un ataque blindado independiente, pero esto no es realmente cierto. Hubo un despreocupado cerco blindado de algunas unidades japoneses, pero fue llevado a cabo en un frente estrecho con limitado alcance y profundidad, que apenas puede ser comparado con los grandes “calderos” de los Panzer alemanes de 1941. Tras esta batalla, Zhúkov era una estrella en ascenso. Se fogueó en Finlandia y en Besarabia en 1940. Finalmente, él fue de quien dependió Stalin para sacar a Rusia de la peor crisis a la que ésta se enfrentaba desde el siglo diecisiete. Como resultado de las experiencias de Zhúkov contra los japoneses y las dificultades del comandante de tanques D. G. Pavlov en España, en noviembre de 1939 se emitió una orden para disolver los cuerpos de tanques, que habían sido creados primeramente en 1932 (entonces llamados cuerpos mecanizados), y utilizar los tanques en estrecha cooperación con la infantería. Los intentos de Pavlov de emplear blindados independientemente habían sido penosos en Esquivas, al sur de Madrid, donde los tanques operando dentro de un pueblo con calles estrechas sin apoyo de infantería habían resultado ser muy ineficaces. Pero la controversia respecto a los tanques estaba lejos de acabar, especialmente tras el fracaso del Ejército Rojo de obtener una victoria decisiva en Finlandia en la guerra de invierno de 1939-1940 y tras la rápida derrota relámpago de Francia a manos de Guderian en mayo-junio de 1940.
El debate se avivó nuevamente en un artículo de I. P. Sukhov titulado “Tanques en la Guerra Contemporánea” publicado poco antes de la caída de Francia. Sukhov era un veterano conferenciante, y después director, de la Academia Militar para la Motorización y Mecanización del Ejército Rojo en Moscú. Negaba que los tanques operando profundamente dentro de las fuerzas enemigas, ya sea en sus flancos o en la retaguardia, aventuraran un desastre. También, descontaba los potencialmente desastrosos problemas de suministros a los que las unidades blindadas deberían enfrentarse operando lejos de sus propias bases. Todas estas dificultades podían ser superadas, decía, creando masas de infantería motorizada que viajarían en vehículos con orugas y serían capaces de mantener el mismo paso que los blindados en avance. La artillería motorizada también sería necesaria, pero aquí el uso adecuado de aviación de apoyo compensaría las deficiencias en la potencia de fuego de largo alcance. El artículo de Sukhov es interesante por varias razones. Ante todo, esta era precisamente la teoría que la Wehrmacht intentó poner en práctica en Rusia un año después. En segundo lugar, aunque el Ejército Rojo emprendió un rápido y radical cambio de actitud y trató de implementar algunas de estas ideas, se permitió un pequeño y precioso tiempo para permitir adquirir el nivel necesario de motorización para el Ejército Rojo. En tercer lugar, esta teoría está muy cerca de lo que el Ejército Rojo realmente es capaz de hacer hoy en día.
Como será visto más tarde, el Ejército Rojo experimentó un poderoso tirón en la segunda mitad del 1940 y en los primeros meses de 1941 en un intento por tratar el problema de los cuerpos mecanizados. Como ha sido afirmado, las realidades económicas forzaron una cierta lógica en el Ejército Rojo hasta donde la planificación estratégica y táctica eran afectadas. En 1941, el aérea de mayor producción militar era la artillería, considerada de especial relevancia por los altos mandos soviéticos.
(Cañón autopropulsado soviético SU-76 M. entrando por las calles de Viena. Fue el 2º blindado utilizado tras el T-34, llegándose a fabricar unas 15.000 unidades. Era muy fácil de utilizar, pero su tripulación quedaba muy expuesta al fuego enemigo. Utilizaba 2 motores GAZ-202, con 170 cv. Peso: 11,2 tn. Armamento: un cañón de 76 mm. Con 60 proyectiles, Blindaje de 12 a 35 mm. Velocidad máxima 45 km/h. Autonomía 450k. en carretera. Tripulación: 4 servidores)
Stalin incluso apodó al cañón de 76 mm. (el dios de la guerra) que disparaba veinticinco proyectiles de 6,21 kilos por minuto con una velocidad inicial de 680 metros por segundo. Millares de estos cañones fueron producidos durante toda la guerra en muchas variantes, incluyendo para ser montados en el tanque T-34 con unos efectos devastadores. El arsenal artillero soviético en junio de 1939 era de 45.790 cañones, y de mayo de 1940 a finales de junio de 1941 la producción de artillería fue aumentada a más del 150%. Sin embargo, había algunas deficiencias en la artillería. Khalkhin-Gol y Finlandia habían mostrado la necesidad de más morteros, y la carencia de buena artillería antiaérea y antitanque era también reconocida, pero estas deficiencias fueron grandemente remediadas en junio de 1941. Había también problemas con armas portátiles de infantería y la necesidad de un buen subfusil que pudiera ser producido en grandes cantidades. Esto fue finalmente obtenido con el desarrollo del famoso PPSh41.
(Soldado soviético armado con un Subfusil soviético PPSh 41, Peso: 3,63 kg. sin cargador, Longitud: 843 mm. Longitud del cañón: 269 mm. Cargador de 35 balas o también un tambor con 71 cartuchos. Alcance:150/250 mts. Velocidad de la bala: 488 m/s. Fue utilizado desde 1941 hasta el 2003 en la guerra de Irak)
Con respecto a los blindados. Las fuentes soviéticas dan las siguientes cifras de producción para los últimos modelos de tanques antes de la guerra: 1940/ primera mitad de 1941: Tanques pesados KV, 243/393 unidades Tanques “medios” T-34, 115/1110 unidades. Llegando en 1943 a 1.300 tanques al mes o sea 3 divisiones completas de Panzers. Los pesados KV (Kliment Voroshilovs) eran producidos en la fábrica Kirov en Leningrado y en la fábrica de tractores Cheliabinsk en los Urales. Los T-34 eran producidos en la fábrica de tractores de Stalingrado, que también fabricaba motores diesel en grandes cantidades, como lo hacía las instalaciones diésel de Jarkhov. El tamaño total del parque de tanques soviético en 1941, que se creía que era el mayor del mundo, es difícil de estimar, (según unas fuentes unos 22.700), claramente superior a la estimación de la inteligencia alemana de alrededor de diez mil.
Como referencia cabe señalar la carta de Stalin a Rooselvet, en que le da la cifra de 24.000 tanques. En esa época, la URSS estaba destinando un 26% de su inversión bruta a las fuerzas armadas. Mientras en el bando alemán, en 1941, disponían de 165 divisiones Panzer, con 135 a 209 tanques cada una. De ellas 17 se desplegaron en junio en Rusia y comenzaron esta guerra con 3.580 tanques y cañones autopropulsados y unos 439 los modernos Panzer IV: En todo este año, Alemania produjo solo 3.760 tanques y cañones autopropulsados.
(Panzer IV de la 1ª División Panzer de la Wehrmatch en 1943. Bundesarchiv Bild)
Mientras los rusos eran deficitarios en transporte motorizado, ya que también en 1941, solo disponían de un tercio de los camiones necesarios y ello fue determinante para que, en todos los años de la guerra, sus tropas fueran incapaces de maniobrar con rapidez y al acabar la contienda, el Ejército Rojo estaba entre un 10 y un 25% mermados de vehículos.
(Tanque estadounidense, tripulado por rusos gracias al Acuerdo de Préstamo y Arriendo)
En la primavera de 1945, las fuerzas armadas soviéticas estimaban que tenían alrededor de 665.000 vehículos de motor de todos los tipos; de estos, alrededor de 427.000 habían sido enviados a la URSS desde los Estados Unidos a través del acuerdo de Préstamo y Arriendo. Se estima que en 1945 el 50% de todos los vehículos actualmente en servicio en las fuerzas armadas soviéticas eran norteamericanos. Esta ayuda, más cientos de locomotoras y miles de vagones de ferrocarril, unos 12.000 tanques, 5.000 de ellos procedentes de Reino Unido y Canadá: Valentine, Churchill y Matilda y los estadounidenses M3 Lee y los Shermans M4. De los aviones los rusos no estaban muy satisfechos con los 4.700 P-39 Aircobra, U.S.A-aunque eran muy eficaces, ni con los 3.000 Hawker Hurricane ingleses, aunque si con el bombardero ligero A-20 Havoc, que contribuyeron a las grandes ofensivas soviéticas y otras clases de equipo, como radios, dio a los rusos el transporte, la movilidad y las comunicaciones que necesitaban para derrotar a la Wehrmacht. Sin esta ayuda, su completa y estratégica victoria habría sido extraordinariamente más difícil, si no imposible. La enorme inversión soviética en la fabricación de armas debió de poner en tensión a una economía que produjo en 1940 solamente 18,3 millones de toneladas métricas de acero frente a los 65,5 millones de Estados Unidos, los 13,2 millones de Gran Bretaña y los 31.8 millones de Alemania (con sus territorios ocupados). Tras el comienzo de esta contienda, Rusia en junio de 1941, incluso se produjeron mayores niveles de armamento. En la segunda mitad de 1941, la Unión Soviética produjo 4.177 tanques. En 1942, Rusia fabricó 25.000 aviones frente a los 14.000 de Alemania, 24.700 tanques y vehículos blindados frente a los 9.300 de Alemania, 29.500 piezas de artillería superiores a 76 mm frente a los 12.000 de Alemania, 4.049.000 de rifles y carabinas frente al 1.370.000 de Alemania. Estas estadísticas gráficas sólo significaban la condena para Alemania tras el fracaso de su campaña relámpago en Rusia.
(Panzer IV de la 12ª División Panzer SS Hitlerjugend, en periodo de formación en el Norte de Francia)
La Estrategia para la Defensa de la Unión Soviética en 1941
El asombroso éxito logrado por la Wehrmacht en el verano y en el otoño de 1941 ha impulsado a la mayoría de los expertos militares en Occidente a asumir que Rusia fue cogida desprevenida por lo imprevisto del asalto alemán. Ha sido asumido por los generales e historiadores más informados que la URSS no tenía una estrategia para defenderse en 1941 y que el Ejército Rojo fue hecho retroceder por los invasores, confuso hacia el interior de su patria, donde fue finalmente salvado por una milagrosa combinación de un temprano y severo invierno y por algunos increíbles errores, en su mayor parte de Hitler, por parte alemana.
A comienzos de 1941, Zhúkov había logrado aunar las estrategias ofensiva y defensiva en un armonioso concepto de guerra que iría más allá de los planes simples y francos de sus futuros adversarios. Pero no todo sería fácil para el Ejército Rojo o para el pueblo ruso. Zhúkov tuvo que hacer algunas suposiciones críticas sobre los esquemas de los alemanes para lograr una victoria estratégica sobre su país.
Otro hecho que retrasó los preparativos de la defensa misma fue el pánico momentáneo en el verano de 1940 que afectó a todo el mundo, aparentemente también a Stalin, tras la rápida victoria alemana sobre Francia. En junio de 1940, el comisario para la defensa, S. K. Timoshenko, informó a Stalin sobre los resultados de la campaña relámpago alemana. Durante este mismo mes, Timoshenko ordenó, con la aprobación de Stalin, el restablecimiento de las grandes unidades blindadas que habían sido disueltas en noviembre de 1939. En febrero de 1941, se autorizó la formación de veinte cuerpos mecanizados, cada uno compuestos de dos divisiones de tanques y una motorizada, más o menos sobre el modelo alemán. Los nuevos cuerpos mecanizados serían organizaciones particularmente grandes, teniendo cada división de tanques 375 tanques, 11.343 hombres y 60 cañones. La división motorizada, además de dos regimientos motorizados y otras unidades, tendría 275 tanques ligeros. El total para el cuerpo se pretendía que fuera de 37.000 hombres, 1.025/1031 tanques, 268 vehículos blindados y 358 cañones y morteros de 76 mm a 122 mm. Por contraste, el cuerpo de tanques de 1939 se suponía que tenía 660 tanques, 118 piezas de artillería y 12.710 hombres.
De hecho, la Unión Soviético no tuvo casi tiempo suficiente para llevar a cabo tal mecanización masiva del Ejército Rojo; las fuentes soviéticas señalan que en junio de 1941 sólo cuatro de los nueve cuerpos mecanizados existentes estaban completamente preparados para la batalla. Otra solución más práctica para enfrentarse a la amenaza alemana tenía que ser encontrada apresuradamente. Por esta razón, la controversia sobre una estrategia ofensiva frente a una defensiva para enfrentarse a la amenaza alemana no fue finalmente resuelta hasta una serie de conferencias del Kremlin y unos juegos de guerra celebrados a finales de 1940 y comienzos de 1941. Fue entonces, durante el metódico examen de las alternativas disponibles para el Ejército Rojo, ensayando varias soluciones para los problemas tácticos sobre el mapa, cuando Zhúkov se posicionó por encima de los demás. A los ojos de Stalin, Zhúkov había previsto correctamente el curso de los acontecimientos próximos, y desde enero de 1941 en adelante, los destinos de este hombre y de la Unión Soviética estaban inseparablemente entrelazados. Se preparó una conferencia en diciembre, en la que asistieron los comandantes de los distritos militares y ejércitos, miembros de los consejos militares, los jefes de Estado Mayor de los distritos y ejércitos, comandantes de academias militares, profesores de ciencia militar, los oficiales de mayor importancia del Estado Mayor General, y otros, incluyendo miembros del Politburó, para desarrollar las operaciones ofensivas.
(El famoso T-34 soviético, reforzado con planchas de acero extras)
Zhúkov había profundizado en un largo camino hacia aunar las tácticas de operaciones profundas y armas combinadas en una nueva clase de estrategia ofensiva. La confianza sobre “ejércitos de choque” de armas combinadas para lograr rupturas que pudieran avanzar a profundidades de más de 200/300 kilómetros era lejanamente más razonable que el plan alemán de explotar una ruptura estratégica para distancias de más de mil kilómetros dentro de Rusia. El carácter del cometido de Zhúkov también revela la importancia que el Kremlin destinaba al área sur de las Marismas Pripet como un área para una futura ofensiva. Las concentraciones de tropas reunidas en los distritos militares Oeste y Kiev en 1940 dejan claro que las fuerzas en los salientes de Lvov y Bialystok tenían un propósito ofensivo.
Un informe de inteligencia del Estado Mayor General Alemán del 20 de mayo de 1941 pronosticaba una ofensiva soviética desde Czernowitz-Lvov hacia Rumania, Hungría y el este de Galitzia, con una operación de respaldo desde la Rusia Blanca hacia Varsovia y Prusia Oriental. La ofensiva se sucedería inmediatamente después del comienzo de hostilidades con las poderosas fuerzas desplegadas en los dos salientes occidentales. Al reunir una potente fuerza en Ucrania, Stalin esperaba ser capaz de despojar a Alemania del 90% de su petróleo de una vez, si la guerra llegaba de repente, o intimidar a Rumania lo bastante como fuera posible, si la guerra se retrasaba.
Stalin había basado sus planes sobre la esperanza de que el Ejército Rojo tuviera otros dos o tres años de respiro antes de ser empleado en una guerra a gran escala, pero debía de haberse dado cuenta de que el tiempo se acababa. Según una fuente soviética fiable, el agregado militar ruso en Berlín recibió información detallada sobre la directiva Barbarroja de Hitler en una carta anónima más o menos en la semana de Navidad de 1940. Así Stalin consideraba esta información auténtica, esto puede haber sido la base para sus instrucciones a Zhúkov sobre su papel como agresor alemán en los juegos de guerra. Estos juegos de guerra, se desarrollan a principios de 1941, dos según varias fuentes, uno según las memorias de Zhúkov. El primer juego se desarrollaba por un ataque del bando “azul”. Zhúkov dirigía una ofensiva “azul” (alemana) desde el lado oeste del tablero contra el bando “rojo dirigido por el General D. G. Pavlov (consejero militar soviético en nuestra guerra civil).
(Iósiv Dzhugashvili, que fue conocido como Josiv Stalin, que significa "acero". Líder indiscutible de la U.R.S.S.)
Antes de la intervención de Stalin en el juego de guerra, es probable que Zhúkov creyera participar en un solo ejercicio que implicaba una ofensiva soviética desde Ucrania hacia Rumania y Hungría. El brillante manejo del juego de este y el análisis de los dos juegos de guerra demostraron, sin embargo, cuan catastrófica hubiera sido una estrategia de vanguardia. Durante el primer teórico pase en armas, Zhúkov obtuvo una victoria aplastante sobre Pavlov, lo cual no era sorprendente considerando el descuido de la planificación defensiva durante los cuatro anteriores años.
El brillante manejo del juego de Zhúkov y el análisis de los dos juegos de guerra demostraron, sin embargo, cuan catastrófica hubiera sido una estrategia de vanguardia, pero informes procedentes de otras fuentes indican que lanzó tres golpes simultáneos contra la URSS, con el peso principal cayendo al norte de las marismas Pripet. Esta ofensiva “alemana” atravesó la zona fortificada soviética a lo largo de la frontera y destruyó a los grupos del Ejército Rojo de Grodno y Bialystok y luego los hizo retroceder hacia la región de Lida. Fue en este punto cuando el juego tuvo que detenerse ya que los “azules” habían logrado establecer los condicionantes necesarios para una victoria. Después de desmantelar fácilmente la estrategia de vanguardia de Pavlov-Meretskov por un ataque desde el oeste, Zhúkov probaría ahora cuan arriesgada podría haber sido esta estrategia para llevar a cabo una ofensiva desde el este. En el segundo juego, presentado a Stalin se trataba de una ofensiva desde Ucrania hacia Hungría y los Balcanes que se concretó extremadamente arriesgada, considerando el número pequeño de tanques modernos y de vehículos de transporte que el Ejército Rojo tenía a su disposición en 1941.
Con fuerzas tan limitadas, Zhúkov se vio forzado a maniobrar sus tanques en un solo escalón ofensivo y fue capaz de obtener una superioridad en fuerza en la dirección principal de ataque únicamente debilitando los llamados sectores pasivos del frente. Zhúkov no dice cuáles fueron los resultados de los esfuerzos “rojos “durante el segundo juego, pero comenta que Stalin quedó realmente perturbado sobre su resultado. En su explicación a Stalin del método de la operación ofensiva “roja” ejecutada en el segundo ejercicio, Meretskov exhibió un mapa hipotético mostrando una situación en la cual de 60 a 65 divisiones soviéticas aplastaban una fuerza alemana defensora de 55 divisiones. En respuesta a la pregunta de Stalin sobre cómo podía ser lograda la victoria con una ventaja tan leve en fuerza, Meretskov respondió que el Ejército Rojo no tenía una superioridad general en efectivos y potencia de fuego, pero una superioridad local podía ser obtenida en la dirección principal de una ofensiva retirando unidades de sectores tranquilos. Stalin contradijo esto y dijo que los alemanes tenían suficientes fuerzas mecanizadas para maniobrar rápidamente y compensar un balance de fuerza temporalmente desfavorable a su favor.
También aconsejó a Meretskov que prescindiera de hipótesis y que llegara a detalles específicos, preguntándole, “¿Quiénes ganaron, los rojos?”. El jefe del estado mayor general evitó dar una respuesta directa, sin embargo, diciendo únicamente que los “azules” eran muy fuertes en tanques y aviación. Stalin luego selló el destino de Meretskov desechando sus pretensiones de superioridad cualitativa para las divisiones soviética, particularmente las divisiones de fusileros, por ser “cosas de agitadores, no realistas”. Por su parte, Pavlov intentó explicar los fracasos de los “rojos” en los dos juegos de guerra haciendo un pequeño chiste sobre cómo cosas como una derrota inesperada a menudo ocurren en los ejercicios de mapa, pero Stalin era un hombre mortalmente serio y su sentido del humor desaparecía cuando llegaba el momento de decidir graves asuntos.
Pavlov finalmente tendría que pagar el precio último por su incapacidad para comprender esto. En respuesta a una pregunta de Pavlov, Zhúkov replicó que él también consideraba que las regiones fortificadas en Ucrania estaban situadas muy cerca de la frontera. Su recomendación más ardiente fue que la primera línea principal de defensa fuera construida no más cerca de 100 kilómetros de la frontera. La importancia que Stalin prestó a estas recomendaciones debe ser juzgada por el hecho de que, al día siguiente de los informes finales sobre los juegos de guerra, 14 de enero de 1941, Stalin anunció la decisión del Politburó de reemplazar a Meretskov por Zhúkov como jefe del estado mayor general.
(Adolf Hitler, Canciller alemán en la II WW)
LOS PLANES ALEMANES PARA LA INVASIÓN DE LA URSS
La planificación estratégica alemana para la invasión de la Unión Soviética, fue referida bajo los nombres en clave en principio de: Otto, Fritz, y finalmente, Barbarroja, comenzó a inicios de julio de 1940, o poco después de la caída de Francia. Esta poco claro cuando Hitler decidió librar una guerra contra la URSS, pero puede decirse que el 21 de julio de 1940, el ejército alemán se empleó para encontrar una solución militar a la serie creciente de problemas planteados por la Unión Soviética. En esta fecha, Hitler tuvo una conferencia con sus jefes de servicio: Brauchitsch (ejército) Jeschonnek (representante de Goering para la Luftwaffe) Raeder (armada) y Jodl (Alto Mando de las Fuerzas Armadas, o OKW) en asistencia.
Es cierto que, en este encuentro, Brauchitsch recibió por primera vez la noticia oficial de Hitler para comenzar los preparativos para una campaña en Rusia, pero hay razones para creer que el interés del comandante en jefe del ejército en esto tenía algunos precedentes.
Durante esta conferencia se estableció el armazón general para una futura campaña en el este. Referente a quien llevó la idea de una invasión de Rusia en esta conferencia; parece que tras la guerra ninguna de las armas quiso tomar la responsabilidad de ella. Ciertamente el Almirante Raeder no debió ser, dejó la sala antes de que el ataque a Rusia fuera realmente discutido. Según las palabras de un antiguo proverbio irlandés, “El éxito tiene muchos padres, el fracaso es huérfano” Es probable que fuese Brauchitsch y no otro jefe de servicio quien entregara este informe inicial concerniente a Rusia. No sería preciso decir que el Alto Mando Militar OKH y el Estado Mayor querían invadir la Unión Soviética mientras la guerra contra Gran Bretaña continuaba en el oeste, pero la conclusión es ineludible de que las infravaloraciones de la fuerza soviética y la creencia exagerada en la potencia de cien divisiones alemanas para derrotar a Rusia en cuatro a seis semanas tuvieron mucho en influir en la decisión final de Hitler para comenzar su campaña en el este. El paso final que hizo de la Unión Soviética un objetivo militar fue tomado por Hitler en una conferencia con los estados mayores del OKH y del OKW en su puesto de Alto Mando palaciego de Berghof en los Alpes Bávaros el 31 de julio de 1940.
Aparentemente, la idea de llevar a cabo una campaña de cuatro a seis semanas en Rusia con sólo de ochenta a cien divisiones alemanas contra las “cincuenta a setenta y cinco buenas divisiones” que supuestamente poseían los rusos, le habría dado al OKW un serio caso de preocupación. Las cifras referentes a los efectivos rusos utilizadas en la conferencia del 21 de julio (presumiblemente por Brauchitsch) fueron proporcionadas por el Departamento de Inteligencia del Estado Mayor del Coronel Kinzel y eran indicativas del fracaso casi total del servicio de inteligencia alemán de suministrar información precisa sobre la Unión Soviética. El 29 de julio de 1940, el jefe del estado mayor, Franz Halder, informó al Mayor General Erich Marcks, entonces jefe de estado mayor del 18º Ejército con cuartel general en Bromberg, Prusia Occidental, que había sido seleccionado para realizar una tarea especial para el OKH y el Estado Mayor. La misión de Marcks era “preparar el trabajo de base teórico para una campaña oriental estrictamente por su propia mano, sin confiar en ningún otro departamento del estado mayor”. Aunque Marcks era el primer general fuera del OKH en ser cargado con esta responsabilidad, no significa que fuera el único oficial en trabajar sobre el proyecto. El estudio de Marcks fue debidamente informado a Halder a comienzos de agosto de 1940, pero incluso antes de ese momento, informes independientes habían sido hechos por el Coronel Kinzel y por el Coronel Greiffenberg, que era jefe de la Sección de Operaciones del estado mayor, y un subordinado de Greiffenberg, el Teniente Coronel Feyerabend.
Aquí es interesante hacer hincapié en unas declaraciones que hizo en la década de 1960, Franz Halder, el entonces Jefe del Estado Mayor General del Ejército, entre 1938 y 1942, en una reunión con Brauchitsch, comandante en jefe del Ejército alemán, a finales de julio de 1940. Según estas, este le preguntó: -¿Ha pensado usted alguna vez en atacar la URSS?-Está loco, refiriéndose a Hitler-comenta Halder que le respondió-. Sinceramente creo que es capaz de lanzar a los rusos contra nosotros-.
Aquí este se presenta como una de las víctimas del “visionario” Hitler. Cuando el 3 de julio, antes de esa reunión, Halder anotaba en su cuaderno de guerra personal que ya había planteado a sus colaboradores la idea de una campaña contra la URSS, que debía “obligar a Rusia a reconocer la potencia dominante de Alemania en Europa”.
Lejos de exhibir las características impulsivas a menudo atribuidas a él, Hitler adelantó un plan que demandaba una campaña de cinco meses que comenzaba en mayo de 1941 que podría ser considerado más conservador que el propuesto por el OKH. Hitler vio la necesidad de un ejército oriental de no menos de 120 divisiones para ser lanzado en dos direcciones principales: primero en el sur hacia Kiev y el Dnepr y segundo en el norte a lo largo del Báltico, luego en dirección a Moscú. La última fase de la operación sería emprendida por un gigantesco movimiento envolvente hacia el centro del vasto país desde el norte y el sur. Nadie en esta conferencia puso ninguna objeción en absoluto a los propósitos del Führer, aunque llegó a saberse después que los jefes del ejército permanecieron en silencio con objeto de retrasar, al menos por un tiempo, un compromiso definitivo sobre la parte de Hitler para la estrategia que situaba a los flancos por encima del centro en orden de importancia.
Al contrario, parece que el conjunto de condiciones impuestas por el propio Halder pesó sobre las propuestas de Marcks y le condujeron a su carácter algo contradictorio y embrollado. Marcks aparentemente quería dar al flanco sur un énfasis igual al del sector central, pero Halder rechazó considerar la idea incluso antes de fuera presentada por escrito sobre el papel. Por lo que respecta a la situación política en Rumania, no había grandes dificultades que encontrarse el 7 de septiembre, debido a la rebelión contra el rey Carlos. Poco después de la rebelión, Hitler firmó un acuerdo con el nuevo gobierno bajo Antonescu, que permitía que las tropas alemanas se ocuparan de la reorganización del ejército rumano y que protegieran los campos petrolíferos. Los preparativos comenzaron pronto para preparar a Rumania para utilizarla como área de estacionamiento contra la URSS. Este plan fue conocido como "Construcción Este" y fue puesto en efecto por Jodl el 9 de agosto. La cuestión de las carreteras y ferrocarriles en Hungría y Rumania también deben ser puestas en la perspectiva adecuada.
Las carreteras y ferrocarriles en Polonia, incluyendo Polonia occidental, no estaban mucho mejor que en Hungría y Rumania, y los alemanes se vieron forzados a comenzar extensas mejoras de las comunicaciones polacas ya en agosto de 1940. Aunque el rechazo de Halder en aceptar la propuesta original de Marcks era justificable a la sazón, las cambiantes condiciones políticas en los Balcanes a comienzos del otoño de 1940 debieron de haber llevado a una seria reconsideración por el jefe del estado mayor de todo el asunto de una estrategia sur, pero nada de esta clase tuvo lugar. Visto desde un punto de vista general, el plan de Marcks no contenía traza de pesimismo o de duda de que la URSS podría ser rápidamente derrotada por las cualitativamente y cuantitativamente superiores fuerzas alemanas. Este optimismo estaba fomentado por los informes del departamento de inteligencia del estado mayor a comienzos de agosto, que calculaba las fuerzas soviéticas en las regiones occidentales en 96 divisiones de infantería y 33 divisiones de caballería, más 28 brigadas mecanizadas. Según estos informes, los rusos no serían capaces de aumentar sustancialmente sus efectivos antes de primeros de año.
Contra esta fuerza soviética, los alemanes deberían tener 35 divisiones en el sur (11 motorizadas o blindadas) y 68 divisiones al norte de los Pantanos Pripet (17 motorizadas o blindadas). Este optimismo y confianza en una rápida victoria eran dos de las áreas de acuerdo entre Halder y Marcks; otra era la idea de que las operaciones inminentes tendían que ser separadas en partes norte y sur, con los Pantanos Pripet dividiéndolas. Fundamental para el concepto de guerra relámpago, la cual Marcks y Halder aceptaban, era la convicción de que la masa del Ejército Rojo sería forzada a resistir y combatir en el oeste de la Unión Soviética y podría, por consiguiente, ser destruida en una gran batalla o en una serie de batallas de cerco y aniquilación. Marcks creía que el Ejército Rojo no podría permitirse retirarse más allá de la línea Dvina-Berezina-Pantanos Pripet en el norte y más allá de los ríos Pruth y Dnestr en el sur. Estaba seguro que la campaña acabaría en diecisiete semanas.
El despertar vendría sobre las orillas del río Dnestr, pero incluso entonces el OKH no admitiría sus errores. Mientras que el OKH y el Estado Mayor estaban ocupados en sus trabajos, el OKW no se contentó en jugar un papel pasivo en la planificación de la campaña del este. El jefe del Departamento de Operaciones del OKW (después Estado Mayor de Operaciones), Coronel General Alfred Jodl, primero informó a sus subordinados de la inminente invasión el 29 de julio de 1940. Poco después de esta fecha, la Sección “L” del Departamento de Operaciones, dirigida por Walter Warlimont, comenzó a preparar un plan para la invasión de la Unión Soviética que llegó a ser conocido como “el estudio Lossberg” por su autor, el Teniente Coronel Lossberg.
La propuesta del OKW difería en varios aspectos principales de los considerados y finalmente aprobados por el OKH. Como Marcks, Lossberg se vio forzado a enfrentarse con el “problema Pripet” en una temprana fase en la planificación operacional. Lossberg consideraba claramente ventajosa situar a la mayoría de las fuerzas alemanas al norte de los pantanos, primeramente, porque las condiciones allí para el despliegue eran mejores y porque la red ferroviaria rusa en el norte corría exactamente hacia el eje a lo largo del cual serían llevadas a cabo las operaciones. Lossberg también puso mucho énfasis en una estrecha cooperación con los fineses, anticipando la voluntad de Suecia de permitir que sus ferrocarriles trasladaran tropas alemanas a Finlandia.
Mientras que Marcks había contemplado la formación de sólo dos grupos de ejércitos básicos, Lossberg preveía la necesidad de tres, dos en el norte y uno en el sur, con el Grupo de Ejércitos Centro siendo el más poderoso. Con objeto de evitar la retirada del Ejército Rojo hacia el este a lo largo de un frente continuo, Lossberg apoyaba la detención del Grupo de Ejércitos Centro al este de Smolensk y el desvío de parte de su fuerza blindada hacia el norte, amenazando por consiguiente la retaguardia de los rusos que se enfrentaban al Grupo de Ejércitos Norte. Tras la maniobra de desvío, sería necesaria una pausa operacional con objeto de reabastecer al exhausto ejército.
Lossberg contemplaba este desvío hacia el norte no como estando rígidamente predeterminado en el programa de los acontecimientos sino más bien como dependiente del desarrollo de la situación general –esto es, sobre si Leningrado caía lo suficientemente rápido-. Así, por primera vez, un planificador estratégico alemán consideraba el problema del este gradualmente en el área verdadera de la estrategia aplicando el dictado de Moltke: “Ningún plan de operaciones puede predecir el giro de los acontecimientos después de que se haya hecho el contacto inicial con la fuerza principal del enemigo”, aunque es posible que el pensamiento de Marcks hubiera progresado en esta línea, si Halder no hubiera interferido en su tarea. Por lo que respecta a la situación al sur de los Pantanos Pripet, Lossberg estaba particularmente preocupado por la posibilidad de que los mismos rusos tomaran la iniciativa dirigiendo un ataque en la dirección a los vitales campos petrolíferos rumanos. Para enfrentarse a esta amenaza, consideraba imperativo que fueran enviadas fuerzas a Rumania tan pronto como fuera factible, primero para organizar al ejército rumano para la defensa y luego para servir como núcleo para una acumulación mayor antes de la invasión alemana. Una vez que comenzara las hostilidades, el Grupo de Ejércitos Sur ejecutaría una maniobra doble de envolvimiento entre los pantanos y el Mar Negro.
Walter Warlimont, Friedrich Paulus, Hitler, Keitel y von Brauchitsch, estudiando el desarrollo de la Barbabarroja en octubre de 1941)
El 3 de septiembre de 1940, Halder propició el nombramiento del Mayor General Friedrich Paulus como Oficial Jefe de Operaciones del Estado Mayor, un puesto que hizo de hecho a Paulus su ayudante. Esta era la misma posición que el mismo Halder había ocupado antes de suceder a Ludwig Beck como jefe del estado mayor después de que Beck renunciara en el otoño de 1938 (en desacuerdo con Hitler en la época de la crisis de Munich sobre Checoslovaquia). Erich Ludendorff había sido OQI durante la Primera Guerra Mundial, pero en 1940 el Estado Mayor ya no disfrutaba del prestigio que una vez había conocido. Inmediatamente después de trasladarse a su oficina en el Cuartel General del Ejército en el suburbio de Zossen, a 55 kilómetros al sudoeste de Berlín, Paulus se puso a trabajar en su nuevo cometido “preparar un estudio, independiente de los planes operacionales del General Marcks y del Teniente Coronel Feyerabend, ocupándose de los problemas de la distribución y despliegue de fuerzas en el este”.
El trabajo inicial sobre este proyecto, que contemplaba una fuerza oriental de 96 divisiones de infantería, 31 móviles y 1 de caballería, fue completado y llevado ante Halder el 17 de septiembre. Después, entre finales de noviembre y primeros de diciembre, el OKH realizó una serie de juegos de guerra bajo la dirección de Paulus en los cuales varios oficiales del Estado Mayor tomaron parte. Durante este tiempo también los jefes de Estado Mayor de los futuros grupos de ejércitos realizaron juegos y desarrollaron estudios independientes de propia mano. Era conclusión de Paulus, confirmada por otros estudios también que, en caso de guerra con la Unión Soviética, la primera provisión debería ser hecha alcanzando la línea Dnepr-Smolensk-Leningrado. Las operaciones podrían luego ser dirigidas más allá de este punto si la situación del suministro se desarrollaba favorablemente. La apreciación de Paulus de las dificultades de suministro estaba de acuerdo con un estudio desarrollado en noviembre de 1940 por el nuevo intendente general del ejército (este puesto era funcionalmente diferente del desarrollado por Paulus, que estaba destinado al estado mayor) Mayor General Wagner. Wagner creía que los problemas de transporte forzarían a una detención temporal de las operaciones después de que una línea justo al este de Minsk fuera alcanzada. El consenso en la Rama de Oficiales de Intendencia parecía ser que el Ejército Rojo tendría que ser llevado a combatir y ser derrotado al oeste de la línea Dnepr o si no, las fuerzas alemanas, esparcidas en forma de abanico en el interior de la Unión Soviética, carecerían de densidad para derrotar a los rusos.
En cualquier caso, Paulus alertaba a permitir que el Ejército Rojo se retirase intacto hacia las profundidades de Rusia. La gran extensión del país y los amplios frentes significaban que existirían oportunidades para ejecutar maniobras de ruptura que evitaran esta retirada. Por otro lado, Rusia tenía pocas barreras naturales, como cordilleras montañosas o grandes masas de agua, que pudieran ser utilizados para arrinconar al enemigo después de que hubiera sido efectuada la ruptura. Como consecuencia, Paulus contemplaba la posibilidad de otras campañas que llevarían a una batalla final que sería combatida sobre la base de una “estrategia de aniquilación”. Su plan preveía la ocupación militar de partes importantes de Ucrania, Bielorrusia y de los Estados Bálticos para utilizarlos como áreas de estacionamiento y como piezas de negociación en futuras negociaciones de paz.
(El abastecimiento sería uno de los principales caballos de batalla de Paulus)
Aunque los estudios de Paulus aún no estaban completados (con otros juegos de guerras para ser analizados a mediados de diciembre) y aunque los estados mayores de los distintos grupos de ejércitos aún no habían hecho sus informes completos, la plataforma estaba ahora preparada para que Halder presentara la propuesta del estado mayor a Hitler. Esta presentación fue realizada en una conferencia mantenida el 5 de diciembre de 1940. Antes de una detallada discusión del plan de Halder, sería apropiado examinar brevemente los fundamentos teóricos sobre los cuales descansaba el plan. Los tres estudios principales (de Greiffeberg-Feyeraben, de Marcks y de Paulus) de una invasión de la Unión Soviética que fueron realizados por el OKH y el Estado Mayor durante el período de finales de junio a comienzos de diciembre de 1940 mantenían en común dos premisas básicas. La primera premisa era que la Wehrmacht era cualitativamente muy superior al Ejército Rojo. La segunda era que no debería de haber un ataque primordialmente a lo largo de la ruta tradicional o napoleónica hacia Rusia. Ninguno de estos hilos comunes de pensamiento debería sorprendernos particularmente, aunque debe decirse que la insistencia de Halder sobre una aproximación directa a la capital soviética fue nada menos que un rechazo al trabajo hecho por su propio Estado Mayor y por los hombres encargados por él. La creencia de que la Wehrmacht era superior al Ejército Rojo era casi universal en los círculos militares alemanes. Esta convicción no era nada más que un repertorio de la propaganda nazi, pero se le dio amplia validez por los más serios pensadores militares alemanes. Tomándola en el contexto del momento, la estimación de Brauchitsch de que sólo alrededor de la mitad de las divisiones soviéticas tenían capacidad de combate no era inusual; esta opinión había sido reforzada por informes del General Kostring, el agregado militar en Moscú, y del Coronel Rossing en Helsinki. Un informe de Guderian sobre sus experiencias con el Ejército Rojo en septiembre y octubre de 1939 en Brest Litovsk fue también mantenido en gran consideración, especialmente por Hitler. Guderian caracterizó a los armamentos soviéticos, particularmente los tanques, como “viejos y anticuados; en particular su equipo de comunicaciones es muy obsoleto”. Guderian, sin embargo, descuidó mencionar este informe en sus memorias, donde habla bien de la calidad de los tanques soviéticos. (En una carta enviada a su esposa el 9/11/1941, un mes antes del final de la Barbarroja, le comentaba:-"Hemos subestimado a los rusos, la extensión del país y la traición de su clima. Esta es la venganza de la realidad"-.
En este aspecto, ciertamente, Hitler no puede ser culpado de creer en lo que sus propios expertos, incluyendo Halder y Guderian, le aseguraban. Retrospectivamente, no se debería intentar encontrar defectos aquí, ni en Hitler o en los generales por creer demasiado fuertemente en su superioridad técnica y táctica. Después de todo, nada de lo que habían visto en Polonia o en Francia podía haberles convencido de otra manera.
Es cierto que el tamaño físico de la Unión Soviética y la inmensa población del país, alrededor de 170 millones de personas, debería de haber detenido a cualquier alemán en conexión con la planificación militar, pero todos, del mismo modo que Hitler y los generales, creían que un rápido ataque por sorpresa nivelaría la inferioridad de Alemania en números. Hubo varios factores además de la defectuosa información de inteligencia que llevaron a los alemanes a creer que Rusia era un coloso con los pies de barro, incluyendo la purga de 1937-1938 de los oficiales de carrera en el Ejército Rojo, la lamentable actuación del Ejército Rojo en la guerra de 1939-1940 contra Finlandia, las impresiones del contacto con tropas soviéticas en la campaña de 1939 en Polonia, la experiencia de los oficiales más antiguos con el ejército ruso en la I Guerra Mundial, la visión nazi de que el pueblo ruso era “subhumano” y la creencia de que el estado bolchevique carecía de capacidad organizativa y de la estabilidad para luchar en una guerra a gran escala. Por ejemplo, en Finlandia, el Ejército Rojo contaba con una ventaja de 3 a 1 y la impresión entre las tropas soviéticas era que las habían enviado a morir congelados. La guerra de guerrillas de los fineses los volvía locos. Atacaban con pequeños grupos(10/15 hombres), disparaban con ráfagas cortas de metralleta y huían. Los soviéticos que salían, siguiendo sus huellas en su persecución, nunca regresaban. La división de Timoshenko quedó reducida a la mitad: 10.000 hombres. De los 4.000 que formaban el regimiento, solo unos 500 regresaron de Finlandia. Timoshenko vio condenar a muerte al comandante del regimiento y a su comisario.
Visto desde el exterior, la Unión Soviética y sus gentes ofrecían un conjunto de paradojas para Hitler y sus generales que fueron incapaces de comprender hasta que fue demasiado tarde. El prejuicio nazi de estrechas miras sobre el pueblo ruso fue quizás el problema más grande a superar, pero no fue ciertamente el único. Errores críticos fueron también realizados en las áreas de la estrategia y de las tácticas que fueron más evidentes aunque, a largo plazo, menos fatales. La idea de volver a trazar la marcha de Napoleón hacia Moscú a través de Bielorrusia y Smolensk tras aplastar al Ejército Rojo (el cual convenientemente se masificaría directamente a lo largo de la recién erigida frontera en Polonia oriental, un área que incluía el tácticamente indefendible saliente de Bialystok) tendría que clasificarse como el más poco imaginativo y miope plan de guerra jamás producido por el Estado Mayor alemán. Los errores cometidos por el Conde Schlieffen y el joven Moltke antes y durante 1914 eran más comprensibles, pues al menos estaban actuando en terreno desconocido intentando hacer funcionar un único plan encontrando una salida para un punto muerto estratégico. Es un hecho, sin embargo, que Halder se había ya mostrado irregular para la tarea de buscar la respuesta a problemas que demandaban soluciones originales. La campaña en Polonia, que sorprendentemente se volvió en una fácil tarea para la Wehrmacht, no había presentado dificultades en conjunto. Francia, sin embargo, ofreció mayor desafío, y aquí Halder se contentó con presentar a Hitler una propuesta demandando una potente ala derecha alemana para avanzar a través del centro de Bélgica hacia la parte norte del país –en otras palabras, una maniobra que no era nada más que una versión revisada del viejo plan Schlieffen-. La rápida victoria estratégica sobre Francia fue hecha posible por Manstein y, a nivel táctico, por Guderian, quienes juntos planearon y ejecutaron la brillante penetración blindada en los bosques de las Ardenas.
(Von Manstein aparece en esta foto como coronel general, portando la Cruz de Hierro y galón con los sables cruzados y Hojas de roble con la Cruz de Caballero)
Para Hitler en diciembre de 1940 haber tenido expectativas muy distintas de Halder fuera de su nivel pasado de actuación parecía improbable, y esto indudablemente es una razón por la que Hitler estaba poco dispuesto a poner mucha confianza en el estado mayor. Otra razón era que la propuesta de Halder el 5 de diciembre para operaciones contra Rusia no había sido apelada por un hombre que siempre tenía buen ojo para las debilidades de su oponente. Esta propuesta no había hecho ningún buen uso de las lecciones puestas en adelante en los estudios compilados por hombres de la propia organización de Halder; aún menos se había considerado la posibilidad de dificultades imprevistas en los flancos, algo que el estudio Lossberg del OKW no había dejado de hacer.
Halder comenzó su presentación a Hitler el 5 de diciembre de 1940 con una corta descripción geográfica del futuro teatro de guerra. Todo el frente estaba dividido en zonas norte y sur por los Pantanos Pripet. Como las carreteras y ferrocarriles eran mejores en la dirección Varsovia-Moscú que las del sur, los avances en la Unión Soviética al norte de los pantanos ofrecían mayores ventajas. Continuando con esta serie de reflexiones, Halder dijo luego que la masa del Ejército Rojo estaba aparentemente desplegada al norte de los pantanos.
Esto, por supuesto, era pura conjetura por su parte y se pretendió apoyar su argumento con que Moscú era el objetivo más vital. Como ha sido anotado, el anterior plan Greiffenberg-Feyerabend había tenido en cuenta la fuerte presencia soviética en Ucrania. Este mismo hecho fue también reconocido en un estudio propuesto el 7 de diciembre de 1940 por el General Sodenstern, el jefe del Estado Mayor del futuro Grupo de Ejércitos Sur. En palabras de Sodenstern, “Por cuanto podemos ver, la principal acumulación de fuerzas rusas ha tenido lugar en el Distrito Militar de Kiev”. Halder también anotó que muchas unidades soviéticas habían sido incrementadas en el oeste, cerca de la actual línea de demarcación en Polonia, que sus bases de suministros no podían estar demasiado lejos detrás de ellas, presumiblemente justo detrás de la línea de fortificaciones a lo largo de la antigua frontera soviético-polaca de 1939.
En términos más generales, Halder concluyó que “los ríos Dnepr y Dvina representan la línea más oriental detrás de la cual los rusos tendrán que posicionarse. Si se retiran más hacia el este, entonces no serán capaces de proteger sus áreas industriales”. Con objeto de evitar que los rusos llevaran a cabo una batalla defensiva cohesiva al oeste de los dos ríos, Halder recomendó la utilización de masivos cercos blindados, especialmente en la parte central del frente en el área Minsk-Smolensk. Finalmente, Halder propuso la formación de tres grupos de ejército, dos al norte y uno al sur del Pripet, que deberían avanzar hacia Leningrado, Moscú y Kiev. El objetivo final de la campaña sería la línea Volga-Arcángel, y sería alcanzado con una fuerza de 105 divisiones de infantería y 32 divisiones blindadas y móviles, con dos ejércitos siendo mantenidos en reserva para la fase de apertura.
En respuesta al informe de Halder, Hitler estuvo de acuerdo con el plan general, pero añadió que la situación en los flancos del Grupo de Ejércitos Centro necesitaría ser tomada con cautela como la primera orden de cuestión. Esto podía ser hecho por cercos en la región del Báltico, auxiliado por fuerzas girando al norte desde el Grupo de Ejércitos Centro, si era necesario, y por cercos en el sur de Ucrania. Después de que estos cercos fueran completados, podía tomarse la decisión de tomar Moscú o de avanzar hacia el este de la ciudad si las circunstancias lo justificaban. La decisión, al menos en la mente de Hitler, había sido ahora hecha. Había elegido situar el Báltico y Ucrania delante de Moscú en términos de su importancia estratégica. Aceptando esta alternativa, Hitler también estaba de acuerdo con la primera innovación puesta por delante en el estudio Lossberg, que parte del Grupo de Ejércitos Centro sería utilizada para ayudar al Grupo de Ejércitos Norte para asegurar el flanco báltico antes del avance final sobre Moscú. Parece probable, sin embargo, que Hitler podía haber sido más preciso expresando su refutación al discurso de Halder. Declarándose “de acuerdo con las consideraciones operacionales propuestas (por Halder)” Hitler involuntariamente podía haber dado a Halder una salida para salvar su propio esquema.
A pesar de toda la propaganda en contra. Hitler no intentó al comienzo de la guerra pasar pisoteando sobre sus generales. Puede ser que aquí intentara ser diplomático y evitara ofender a Halder delante de sus colegas. Cuando la guerra en el Este comenzó a desarrollarse desfavorablemente, una y otra vez Hitler huyó de cabeza de confrontaciones con sus generales. Típicamente, aplazaba una decisión para estudiarla más, dando tiempo a las personas cercanas a él, lo que se les daba confianza para reunir sus fuerzas y cambiar su supuesta terca voluntad hacia sus propios antojos.
Esta tendencia de Hitler fue conocida por aquellos privilegiados que tenían un estrecho contacto con él y fue utilizada para sus conveniencias. Esta característica del Führer tuvo un impacto decisivo sobre el modo en que la guerra fue conducida en el este, en particular en el proceso decisorio en julio-agosto de 1941, como será visto en los capítulos posteriores. Es difícil decir qué pasó realmente por la mente de Halder en este punto, pues él dejó pasar en silencio los comentarios de Hitler, pero las acciones hablan más fuertes que las palabras y veremos que Halder era un hombre determinado en su propósito. Hitler y el OKW podrían resplandecer, pero Halder haría todo lo que pudiese para ver que su plan estratégico en Rusia y ningún otro sería puesto en práctica. De aquí en adelante, Halder y sus colegas en el OKH dedicarían la mayor parte de sus esfuerzos a subvertir las intenciones de Hitler en lugar de actuar de acuerdo con ellas.
Después de la guerra, esta actitud sería justificada sobre la base de la total irracionalidad de Hitler en colocar objetivos económicos por delante de los intereses puramente militares al planificar la campaña del este. Esta justificación es sólo válida en una parte, sin embargo, mientras que los temores de Hitler por los flancos del Grupo de Ejércitos Centro estaban sólidamente basados sobre consideraciones estratégicas y operacionales, no por prioridades económicas. Por lo que respecta a preocuparse por los aspectos económicos de la guerra en el este, Hitler apenas puede ser culpado por dar una alta prioridad a la ocupación de Ucrania y del Cáucaso, con todos sus recursos.
En el año 1940, Alemania dependía de los diez millones de toneladas de mineral de hierro importadas de Suecia. Alemania no producía ni cromo, ni níquel, ambos esenciales para producir acero de calidad para armamentos. Ni el país tenía apenas tungsteno, necesario para fabricar herramientas de alta velocidad, y el suministro de molibdeno y de manganeso podía ser fácilmente cortado si Stalin decidía acabar con la cooperación económica con Alemania. Además, la mayoría de las reservas nacionales de Alemania de cobre y estaño habían sido utilizadas en la primavera de 1939. Hitler y la Rama Económica y de Armamentos del OKW eran agudamente conscientes de que el único recurso que Alemania tenía en abundancia era el carbón y que una guerra prolongada, ya sea en el este o en el oeste, finalizaría en una derrota de Alemania al menos que estas deficiencias fueran permanentemente remediadas.
Decir que el plan de Hitler en 1940 estaba más preocupado por lo económico que por lo estratégico no es correcto, como un examen del estudio de Lossberg probará, pero el plan no ignoraba la economía, y este rasgo de él hizo la concepción de Hitler de la futura campaña más merecedora del nombre de “estrategia” que la propuesta puesta en adelante por Halder. No obstante, el año 1940 no deber ser dejado en el olvido sin un examen de otro acontecimiento relacionado con el problema ruso que sucedió poco antes de su fin; a mediados de diciembre, Friedrich Paulus, realizó su juego de guerra final.
La segunda fase de los juegos de Paulus fue mantenida el 17 y el 20 y se basava a dos cuestiones principales: En primer lugar: ¿Cómo sería posible coordinar los movimientos de las unidades mecanizadas y de la infantería en marcha, teniendo en cuanto sus diferentes promedios de velocidad? En segundo lugar: ¿Cómo sería posible suministrar a un ejército de 3/3,5 millones de hombres tan al interior de la Unión Soviética? Debería anotarse que estas cuestiones eran fundamentales para el concepto total de la guerra relámpago. Si no podían ser encontradas soluciones satisfactorias para estos problemas, la premisa entera de que una victoria rápida podía ser obtenida sobre la Unión Soviética tendría que ser desechada.
Al probar esta premisa, Paulus esencialmente estaba explorando un nuevo terreno, pues nunca antes al Estado Mayor se le había demandado que extendiera el concepto de guerra relámpago a un área geográfica tan vasta. Estos estaban ahora tratando con un problema de dimensiones verdaderamente continentales, y un medio tenía que ser encontrado para tomar un conjunto de estrategias y de tácticas que habían sido diseñadas para utilizarlas en países del tamaño de Polonia y Francia aplicarlas en una tierra de espacio virtualmente ilimitado. Que los resultados de los esfuerzos de Paulus no fueron estimados concluyentes por Halder y el OKH no fueron defecto de Paulus; fueron, más bien, debidos a su manifiesta incapacidad de percibir las dificultades con respecto al tiempo y al espacio a las que se enfrentaban en el este.
Los rusos sabían perfectamente lo que el tiempo y el espacio significaban para las operaciones militares en su enorme país y fueron capaces de utilizarlos para su ventaja. Para el alemán acostumbrado a vivir en los estrechos confines de la Europa Central, el significado real de la distancia tendría que ser aprendido por el camino más duro. A pesar del hecho de que el Führer había expresado una preferencia por una lacia estrategia contra la Unión Soviética en la conferencia del 5 de diciembre, el último juego de guerra de Paulus fue realizado sobre la base de que Moscú, no Leningrado o Ucrania, debería ser el objetivo principal.
Es obvio del resumen de las maniobras escritas por Paulus después de la guerra que fue el plan del estado mayor de Halder el que estaba siendo probado y que los deseos de Hitler estaban siendo ignorados. Los participantes tomaron las instrucciones del estado mayor como su punto de partida, sin ser realizado un esfuerzo independiente para cuestionar ciertos preceptos que ahora se habían convertidos en artículos de fe aceptados por todo el mundo conectado con Halder y el OKH. Fue, por ejemplo, asumido para objetos de las maniobras: Primero que los rusos tendrían que presentar batalla al oeste de la línea Dnepr-Dvina con objeto de proteger sus centros de producción vitales; Segundo que los rusos emplearían una parte significativa de su ejército para combatir cerca de la frontera con objeto de proteger los territorios recientemente adquiridos y ralentizar la ofensiva alemana desde el principio; Tercero, que era necesario concentrar la mayor fuerza posible en el área del Grupo de Ejércitos Centro con objeto de tomar Moscú tan rápidamente como fuera posible; Cuarto, que la Wehrmacht era decisivamente superior al Ejército Rojo en artillería, tanques, señales y comunicaciones, y en el aire. Estaba descontado que la división de infantería era un tercio más potente que la rusa en armas pesadas.
El objetivo planteado durante el juego de guerra era alcanzar la línea Dnepr superior-Dvina-Lago Peipus, no de hecho tomar el mismo Moscú, aunque Moscú era considerado la piedra angular de toda la operación.
El Grupo de Ejércitos Sur avanzaría desde Rumania y el sur de Polonia hacia Kiev. El Grupo de Ejércitos Centro atacaría desde el sur de Prusia Oriental y desde alrededor de Brest Litovsk con objeto de aislar a los rusos en el saliente de Bialystok, el cual se proyectaba pronunciadamente hacia el oeste. El Grupo de Ejércitos Centro luego enviaría rápidamente en cabeza columnas panzer hacia la línea al este de Orsha y Vitebsk, estableciendo cabezas de puente a través del Dnepr.
El Grupo de Ejércitos Norte avanzaría desde Prusia Oriental hacia Leningrado, con la línea Velikie Luki-Staraia Russa-Lago Peipus como primer objetivo. Al Grupo de Ejércitos Norte también se le dio la responsabilidad de proteger el flanco izquierdo del Grupo de Ejércitos Centro. Tras alcanzar estos objetivos en el vigésimo día de la teórica invasión, todo el mundo acordó demandar una parada de tres semanas con objeto de refrescar las unidades blindadas, llevar suministros, y reagrupar a las fuerzas en general.
En una evaluación de la situación en este punto, el comandante del Grupo de Ejércitos Sur, que había sido demorado frente a Kiev, solicitó el préstamo de algunas unidades blindadas del Grupo de Ejércitos Centro para ayudarle a aislar a los rusos defensores de Kiev de su retaguardia. El Grupo de Ejércitos Sur atacaría hacia el noreste desde una cabeza de puente al sur de Kiev mientras que el Grupo de Ejércitos Centro enviaría ayuda desde un área cercana a Gomel atravesando los ríos Dnepr y Desna hacia Nezhin. La reserva blindada del OKH cerca de Gomel también sería empleada en esta maniobra. El comandante del Grupo de Ejércitos Norte llegó a hacer una petición similar para el préstamo de blindados del Grupo de Ejércitos Centro y del OKH con objeto de estabilizar el frente defendido por su ala derecha (sur) al norte de Velikie Luke-Lago Ilmen. Estas solicitudes fueron protestadas por el comandante del Grupo de Ejércitos Centro, quien mantenía que asuntos secundarios no determinarían el resultado de la guerra y que su grupo debía de mantener su fuerza intacta sí tenía que llevar a cabo un asalto exitoso sobre Moscú. El resultado final de estas deliberaciones fue que el Grupo de Ejércitos Centro se le daría el visto bueno para llevar a cabo su misión mientras que los otros dos grupos de ejércitos se restringirían más o menos a papeles de apoyo. El Grupo de Ejércitos Sur rodearía Kiev sin ayuda exterior mientras al mismo tiempo concentraba el grueso de sus fuerzas en su ala izquierda (norte) y aislaría a los rusos al oeste de la línea Jarkhov-Kursk. Una vez que hubiera sido alcanzada esta línea, el flanco sur del Grupo de Ejércitos Centro la aseguraría. Con respecto al Grupo de Ejércitos Norte, el mismo Halder insistió en que la captura de Leningrado y la destrucción de las fuerzas soviéticas a lo largo del Báltico tendrían que esperar hasta que el objetivo del Grupo de Ejércitos Centro hubiera sido cumplido.
(El mariscal Friedrich von Paulus, autor de uno de los planes para la invasión de Rusia. Comandante del 10ª y 6ª Ejércitos. Poseedor de la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro)
Mientras tanto, el Grupo de Ejércitos Norte reforzaría su ala derecha conectando con el frente central en el área de Velikie Luki-sur del Lago Ilmen-Lago Peipus. En su resumen de las lecciones aprendidas en el estudio del juego de guerra, Paulus concluyó que las fuerzas alemanas “eran apenas suficientes para el propósito” asignado a ellas. Paulus demostró que la Wehrmacht estaría despojada de reservas en el momento de alcanzar Moscú y que el asalto final sobre la ciudad tendía que ser emprendido por fuerzas ya comprometidas en primera línea sin refuerzos continuados de todo.
Paulus también anotó que alcanzar la línea Volga-Arcángel estaba más allá del poder de la Werhmacht para lograrlo. Otro factor que surgió en diversos aspectos como el mayor problema a ser superado durante este ejercicio fue, como ha sido mencionado, la dificultad asociada con el tiempo y el espacio en un país tan grande como la Unión Soviética. Con objeto de hacer servir la aceptada teoría alemana de la guerra relámpago en esta situación totalmente sin precedentes, los participantes en el ejercicio descubrieron rápidamente que alguna clase de compromiso tenía que ser alcanzado entre las rápidas unidades blindadas y las más lentas de infantería. Finalmente se decidió permitir a los blindados que se abrieran paso hacia delante en avances independientes, dejando sola a la infantería para eliminar a los enemigos aislados por los despreocupados movimientos de pinza de las columnas móviles.
Esto, por supuesto, dejaba sin responder las serias reservas que algunos comandantes tenían sobre la falta de protección de flanco para estos avances blindados independientes, pero este problema no fue resuelto en 1940, ni tampoco en 1941. El hecho que la situación del suministro parecía anunciar incluso un descalabro peor con la teoría. La distancia desde el río Bug hasta Smolensk era de 700 kilómetros, y a Moscú de 1.000 kilómetros por aire. Los juegos demostraron que los depósitos de suministro alemanes situados poco detrás de los puntos de partida originales serían adecuados para sostener un avance hacia el este sólo hasta la línea Dnepr-Dvina.
Si nuevas áreas de suministros fueran construidas, dependerían del escasamente conectado sistema ferroviario ruso, mayormente de un solo sentido y de vía ancha. Incluso después de que las líneas ferroviarias destruidas fueron reparadas, tomando en cuenta la dificultad extra de corregir el ancho de vía, el cálculo era que las carencias e interrupciones de suministro no podrían ser evitadas. En resumen, se concluyó que, con los materiales disponibles, se tendría que depender de la improvisación y que no podía ser encontrada de antemano una solución concreta para el problema del suministro. Las maniobras de guerra de Paulus fueron asombrosamente precisas en presagiar el curso real de los acontecimientos después del 22 de junio de 1941.
El colapso del método de guerra relámpago era sólo cuestión de tiempo tras comenzar la campaña del Este, como el ejército de Paulus demostró más allá de toda duda. Debe preguntarse porqué, teniendo toda la información a su disposición, Halder no descartó su previamente propuesto esquema operacional y ofreció nuevas y más realistas propuestas a Hitler a comienzos de 1941, basadas sobre la probabilidad de que la campaña requeriría un mínimo de dos estaciones en Rusia en lugar de una. Paulus había probado que el plan del Estado Mayor del 5 de diciembre de 1940 era insolvente y falto de cualquier oportunidad de éxito.
Dependía ahora de Hitler utilizar los duros y escasos fragmentos de información que tenía con objeto de formar un sólido molde para una directiva operacional en el este. Esto fue hecho el 18 de diciembre de 1940 en la forma de la Orden Número 21. La Directiva Barbarroja y su Implementación. Las similitudes de la Orden Número 21, o Directiva Barbarroja, con el anteriormente abordado estudio Lossberg han sido ya mencionadas, pero dos de estos puntos deben ser distinguidos.
Primero, después de que las fuerzas enemigas en Bielorrusia fueran aplastadas, el Grupo de Ejércitos Centro se prepararía para girar hacia el norte con potentes fuerzas móviles y ayudar al Grupo de Ejércitos Norte a limpiar el área del Báltico de cualquier amenaza soviética.
Segundo, con respecto a Moscú, “Sólo después del cumplimiento de esta primera tarea esencial, que debe incluir la ocupación de Leningrado y de Kronstadt, el ataque continuará con la intención de ocupar Moscú”. Se iba más allá declarando que “sólo un sorprendentemente rápido colapso de la resistencia rusa podría justificar la persecución simultánea de ambos objetivos (Leningrado y Moscú)”. En muchos otros aspectos, sin embargo, la Directiva Número 21 no difería materialmente de la propuesta de Halder del 5 de diciembre, especialmente en el nivel táctico.
El Plan Barbarroja estaba de acuerdo con el estado mayor que puntas de lanza blindadas penetrando profundamente podían efectivamente llevar a la destrucción del grueso del Ejército Rojo en el oeste de Rusia. También incorporaba la idea de que el peso principal de toda la ofensiva, una fuerza compuesta de dos grupos de ejércitos, debería caer al norte de los Pantanos Pripet. El tercer grupo de ejércitos, el Grupo de Ejércitos Sur, avanzaría en dirección a Kiev mientras trataba de destruir a todas las fuerzas soviéticas en el oeste de Ucrania por medio de operaciones concéntricas.
Un examen de la Directiva Número 21 no revela nada para apoyar la argumentación de que Hitler estaba obsesionado con los objetivos económicos mientras descuidaba las medidas necesarias y puramente militares. La única referencia directa a los fines económicos de la campaña está contenida en el siguiente pasaje: Cuando las batallas al norte y al sur de los Pantanos Pripet finalicen, la persecución del enemigo tendrá las siguientes metas: en el sur, la pronta captura de la cuenca del Donets, importante para la industria de guerra; en el norte, un rápido avance hacia Moscú.
La captura de esta ciudad representará un decisivo éxito político y económico y también causaría la captura de los más importantes enlaces ferroviarios. La Directiva Barbarroja se cerraba con la declaración de que el Führer esperaba la entrega de los planes finales por sus jefes de servicio en conformidad con el conjunto de directrices trazadas por la directiva. El aciago año 1941 estaba ahora a la mano, y para la fecha objetivo inicial de mediados de mayo para Barbarroja quedaba muy poco tiempo.
Mucho tenía que hacerse para preparar la nueva guerra; Halder y Brauchitsch se metieron de lleno en el tedioso pero necesario montón de detalles que tenían que ser sorteados si el ejército en el Este tenía que ser una organización coherente y un sentido de propósito. Se ha dicho de Halder, sin embargo, que su “diligencia burocrática” era excesiva y que debería haber dedicado más tiempo a los conceptos más amplios de estrategia y planificación. Halder y Brauchitsch presentaron a Hitler la Directiva de Despliegue Barbarroja.
(Mapa de la Operación Barbarroja)
ATAQUE A LA U.R.S.S.
El Eje preparó su Operación Barbarroja que fue muy cuestionada por muchos, tanto fue así que se añadió una cláusula para cancelarla, con tan solo 13 horas de antelación.
La operación en un principio debía ser desarrollada en tres fases: la 1ª, en sus fronteras, para cercar y destruir las dos terceras partes del Ejército Rojo, en los Países Bálticos y Bielorrusia, las minas de Péstamo en el Ártico y Ucrania, ocupando Leningrado, Minsk, Kiev, Smolensko o Kharkov: la 2ª, en dirección a Moscú y las industrias del Donetz y Stalingrado: y la 3ª finalizando la conquista de la Rusia Europea hasta los Urales, el Cáucaso y el petróleo de Bakú(esto obligaría a turcos y persas a entra en el conflicto apoyando el Eje y Japón a conquistar Siberia y constituir una seria amenaza para los británicos en Oriente Medio y la India).
Los alemanes llevaron su Blitzkrieg a su mayor grado de su destreza estratégica. Antes la teoría convencional nos decía que los tanques habían de atacar en forma escalonada: en primer lugar, lo hacían los bombarderos, seguido por la artillería, tras ellos los tanques, la infantería motorizada y los demás cuerpos: pero Guderian, comandante en jefe de las tropas blindadas alemanas, que fue el principal planificador de este tipo de estrategia para que los tanques aumentaran su efectividad. Consiguió hacer llevar más allá de concentrar los blindados, bombarderos en picado y unidades de artillería en un solo punto de la línea del enemigo, aunque fuera tan estrecho como una carretera. La coordinación de estas unidades para efectuar el ataque era posible, gracias un buen sistema de comunicaciones (Los tanques avanzados llevaban observadores para informar, por radio los puntos exactos que habían de atacar las baterías).
(Mariscal de Campo Heinz Guderian. Condecorado con la Cruz de Hierro)
Cuando los tanques entraban en la línea enemiga, permitían que las tropas de artillería que les seguían entrar con violencia por la brecha abierta y cercar al asombrado enemigo. Esto fue bien en un principio, pero este tipo de guerra no era adecuado para un país tan vasto como Rusia y de distancias infinitas, que impedían a la infantería, seguir la marcha de las unidades blindadas y estas habían de esperar la llegada de la infantería.
Esto se conseguiría con la Blitzkrieg, avanzando unos 30 kms. diarios, preferentemente las fuerzas acorazadas, apoyadas por la aviación, dejando atrás grandes bolsas que más tarde serían destruidas por la infantería y artillería, cuyo avance sería de 5 km. diarios. Con todo un sinfín de elementos camuflados en la frontera polaco-rusa y que circularían con una red ferroviaria de 17.000 trenes que transportarían los suministros necesarios para esta operación (lo que haría imposible, aún con los esfuerzos de las tropas alemanas, para esconder su presencia). La prerrogativa era finalizar la campaña antes del invierno, que significó la derrota de Napoleón. A diferencia de este, Alemania sumó diferentes aliados a su causa (los unos convencidos de la victoria de Hitler para conseguir beneficios territoriales importantes y los otros por simple anti comunismo), entre ellos Finlandia, Rumanía, Hungría, la Italia de Mussolini y Suecia por simple anti bolchevismo. Además de recibir los apoyos de los movimientos independentistas de Croacia, Lituania, Estonia y Chechenia. Alemania aportó más de 3 millones de soldados, 4.300 aviones, 3.000 tanques, 7.100 cañones, medio millón de vehículos y 625.000 caballos, formando 105 divisiones(69 de infantería, 17 Panzer, 8 motorizadas, 5 de Waffen SS, 3 de montaña, 2 ligeras y 3 de caballería, repartidas en Grupos de Ejércitos: el Norte, mandado por el mariscal von Leeb, desde la Prusia oriental hasta Polonia septentrional, con 1 ejército y 1 grupo Panzer, avanzaría hacía los Países Bálticos y Leningrado; el Centro, comandado por el mariscal von Boch, en Polonia con 2 ejércitos y un grupo Panzer, avanzaría en dirección Minsk, Smolensko y Moscú; el Sur, mandado por el mariscal von Rundstedt, desde Hungría y Rumanía, con 3 ejércitos y 1 grupo Panzer, en dirección Ucrania y los de Noruega, con el general Dietl, en Laponia y el Ártico.
En conjunto con las naciones aliadas la suma de fuerzas ascendía a 4.200.000 soldados con sus pertrechos correspondientes, se preparan la noche del 22 de junio de 1941, millares de cañones escupen fuego y acero contra el gigante soviético, en los 1.700 km. del frente desde el Báltico al mar Negro, recibieron una autentica tempestad de obuses, antes de que tres millones de soldados cruzaran la frontera soviética. Estos fueron cogidos por sorpresa por el ingente contingente de soldados que inundaron las praderas y las tropas rusas retrocedieron.
Tras el devastador ataque artillero, le llegó el turno a los Stukas los cuales, aullando con sus sirenas, sembraron el terror en las tropas soviéticas: destruyendo casamatas, aeródromos y toda clase de vehículo, portadores de la Estrella Roja. Los Stukas pusieron especial atención en los aviones soviéticos en tierra, de tal manera que hasta 3.000 de ellos fueron destruidos. Sufriendo los atacantes la pérdida de 63 de sus aparatos. Los tanques soviéticos dispersados, fueron blancos perfectos para los organizados Panzers, que los destruyeron fácilmente. Mientras los paracaidistas alemanes tomaron las posiciones clave, confundiendo a los oficiales del Ejército Rojo, que se vieron sorprendidos por el aluvión que se les venía encima.
Hasta 100.000 soldados fueron apresados sin disparar sus armas. Casi una hora después von Ribbentropp entregaba la declaración de guerra al embajador ruso en Berlín y Molotov, su homónimo recibía la misma nota del embajador alemán en Moscú.
Las radios y prensa de todo el mundo, asistían con alarma a esta agresión, la férrea censura soviética ignoraba la realidad del ataque, tanto es así que, en Moscú, la gente desconociendo lo acontecido acudía a su rutina diaria, trabajo y escuelas con total normalidad.
Mientras en el lado de la frontera con Bielorrusia y Letonia, procedentes de Prusia, el Cuerpo de von Leeb penetran en territorio soviético y su IV Panzergruppe destroza una gran formación de tanques, en el río Burg, además de su guarnición en Taurage. Antes los zapadores alemanes habían levantado puentes artificiales al otro lado del río, facilitando su cruce, llegando a penetrar 60 kms. en Rusia. Por otro lado, en el Memel, las divisiones de von Manstein consiguen penetrar unos 80 km. arrasando todas las instalaciones militares que encontraron a su paso. Von Boch, parte del Gobierno general de Polonia en dirección a su parte central (que fue anexionada por los soviéticos en 1939), hacía Brest-Litovsk. Esta ciudad fue tomada gracias a la ayuda de 6 morteros gigantes colocados en raíles y la actuación de un tren blindado, con tropas alemanas que consiguió cruzar el puente y tomar dicha ciudad. Apresando el castillo de Brest y aniquilando dos divisiones soviéticas y tomando hasta 7.000 prisioneros.
(Una posición de observador alemana, camuflada)
El Grupo de von Rundsted, cruzó el río Bug tras una intensa cortina de fuego de los 88 mm. Tras esto los germano-húngaros se apoderan de Wlodawa y más tarde de Pzremysl. En estos mismos momentos, los tanques alemanes precediendo a las tropas rumanas conquistan Równo y se preparan para entrar en Ucrania, contando con el apoyo de los nacionalistas ucranianos, que aseguran los márgenes del río San, antes acometer la conquista de la importante ciudad de Lvov.
Finlandia había declarado la guerra a la URSS el mismo día 22 de junio y esa misma noche había penetrado por la frontera rusa de Ahvenanmaa, destrozando la guarnición soviética de esa ciudad. En represalia la aviación rusa bombardea los puertos fineses sin éxito y la respuesta de estos no se hizo esperar y sus submarinos, apoyados por lanchas torpederas italianas, minan todos los puertos rusos de Estonia y bloquean la Escuadra Roja del Báltico. Mientras los montañeros del general Dietl, conquistan Péstamo y su aviación desmonta un contraataque soviético.
Seguidamente los finlandeses conquistaban el sector de Salla. Los lituanos se rebelaban contra el opresor soviético y sus patriotas atacan la retaguardia del Ejército Rojo. En sus ciudades Vilma y Kaunas hasta 14.000 resistentes se alzan en armas y el resto de ciudades, siguen el ejemplo de sus dos ciudades más emblemáticas, que cayeron en manos de los sublevados. Stalin no daba crédito a lo acontecido y se retira a su refugio de Kunzevo, sin tomar ninguna decisión, solo la de ordenar a Molotov, que anunciara al país que estaban en guerra contra el Eje,en un alocución radiofónica.
Al día siguiente, toda la Europa anticomunista se despertó alborozada con esta noticia; Mussolini declara la guerra a la URSS, en Croacia se llama a filas tanto a croatas como musulmanes; en Madrid, Falange presiona a Franco para el envío de la División Azul a Rusia; Suecia, los Países Bajos y Bálticos, todos se alinean con el bando “vencedor”.
Mientras von Manstein continua la ofensiva contra los Países Bálticos y en los primeros días su 8ª división Panzer, con el apoyo de su artillería, destroza un contingente de 400 tanques rusos en Rasenial. La 7ª división Panzer se dirige a Lituania, mientras la 8ª conquista Daugavlis, continuando a toda velocidad cruzando el río Dvina y apresaron las tropas soviéticas del otro lado de la orilla. Debido a esto y a una espectacular acción de los comandos alemanes, en tan solo 7 días, culminaron un impresionante avance de 300 km. conquistando toda Lituania.
También fue espectacular el avance del Grupo Centro, los Panzers del general Guderian ocupan una serie de poblaciones y a 16 km. en el interior cruzan el río Niemen, dirigiéndose a Vilma y Minsk. Aquí se produce un colapso general en las carreteras y la artillería alemana no logra despejar unas bolsas con 10 divisiones soviéticas apresadas. La sorpresa alemana fue mayúscula al llegar a Vilma y Kaunas y ver que el Frente Patriótico Lituano se había lazado en armas y conquistado estas dos importantes ciudades.
Más tarde, la Wehrmatch se dirige a Minsk, la capital de Bielorrusia, dos ejércitos alemanes rodean la ciudad y esperan la llegada del II Panzergruppen, el 25 de junio, atrapando en esta bolsa hasta 12 divisiones soviéticas, entre Orsha y Minsk, tras avanzar 250 km. por tierras bielorrusas y el 30 de junio, Minsk cae en poder de los alemanes, destruyendo 12 divisiones más 6 brigadas mecanizadas, con las importantes pérdidas para los rusos de 340.000 hombre(muertos/prisioneros), 76.000 heridos, 4.800 tanques, 9.400 cañones y más de 1.600 aviones destruidos.
(Ingentes columnas de prisioneros soviéticos tomadas en Minsk)
En el Frente Sur, dos divisiones rumanas tuvieron muchos problemas en Ucrania, para cruzar la frontera, Tras diversos días de combate, apoyados por la 11ª división Panzer, rompen el frente, destruyendo una gran cantidad de tanques. El 26 de junio, en Magierov destruyen una división de fusileros soviéticos y al día siguiente, las tropas eslovacas conquistan la fortaleza de Wojtrowa y luego la 11ª división Panzer, rompen el frente, destruyendo una gran cantidad de tanques. El 26 de junio, en Magierov destruyen una división de fusileros soviéticos y al día siguiente, las tropas eslovacas conquistan la fortaleza de Wojtrowa.
Actuando en paralelo, con la 1ª división Panzer de von Runstedt, las tropas rumanas intentan avanzar hacia los Cárpatos en Ucrania, apoyados por los montañeros y cuatro ejércitos soviéticos con apoyo de tanques los frenan en seco. Fue entonces cuando los escaladores húngaros, facilitaron la conquista de los Cárpatos ucranianos y el cruce del río Pruth, que abrió la puerta de la Ucrania Occidental a los del Eje.
Los finlandeses cruzan su frontera con la URSS por el Ártico, siguiendo a su aliado alemán y el 26 de junio, recuperan la Carelia, pero a partir de ahí la progresión fue más lenta, debido a la feroz resistencia soviética. Mientras los montañeros alemanes parten de Laponia y se dirigen a Murmansk, consiguiendo aislarla de la península, pero no conquistarla debido a la congelación de los ríos. Tanto la Luftwaffe como la aviación finesa se ensañaron con la población civil de esa ciudad, así como de la ciudad portuaria de Arkangel.
Quince días tardó Stalin en salir de su mutismo y tomó con mano de hierro el control de la nación. Puso todos los oficiales de alta graduación a las órdenes del general Timoshenko, como jefe de la Stavka, priorizando lo militar sobre la política y al fin lanza una proclama radiofónica en la que proclama la “Gran Guerra Patria”, que animaba a la resistencia, a la defensa de la URSS, a practicar la tierra quemada y a organizarse en partidas de guerrillas (Algún historiador cuenta que su retiro a La dacha, fue un ardid, empleado antes por Iván el Terrible, fingir abatimiento para ver con que soporte contaba. Desgraciadamente no había otro líder que le hiciera sombra para propiciar el cambio).
(Cartel propagandístico soviético "La Patria te llama").
En el verano de 1941, Hitler y sus generales discutían el problema estratégico en el que el frente alemán estaba partido en dos por los pantanos del Pripet, un área muy complicada para el paso de las fuerzas acorazadas. Mientras en el norte, el Grupo Centro cosechaba importantes victorias, en el sur los progresos tenían más dificultades, ya que la resistencia era enconada. Hitler soportaba la presión de sus mandos para que el Centro se dirigiera hacía Moscú y él ya desde 1940 era más partidario de primero destruir el complejo industrial de la URSS, antes que tomar la capital y expresó su preocupación de que el Grupo Centro pudiera ser atacado por sus flancos. El 21 de agosto, Hitler aclaró: en primer lugar, en el norte, envolver Leningrado y destruir las tropas soviéticas en sus regiones más meridionales, antes de atacar la capital. Pasado el tiempo, se cuestionó la decisión del Führer sobre el Alto Mando, pero convincentes estudios militares demuestran que a Hitler no le faltaba la razón. Como se ha comentado si en agosto el Grupo Centro hubiera avanzado hacia la capital, hubiera sufrido serios ataques en sus flancos, dado los grandes contingentes de tropas enemigas estacionadas en Ucrania, al sur del Pripet. Se hubiera llegado a Moscú, pero se hubieran quedado aislados en la ciudad, igual que les sucedió en Stalingrado.
(Soldados rusos tratando la impedir la penetración alemana en junio de 1941).
Se ordenó a Guderian dirigirse al sur de Kiev y consiguió una espectacular victoria que hizo que el Führer, recuperara su optimismo. Fue una gran maniobra de envolvimiento, la mayor en la historia moderna, tomando más de 600.000 prisioneros y ejércitos soviéticos enteros, algunos de ellos en la ribera del Dnieper, el 18 de septiembre, cuando cayó Kiev.
En octubre fue la culminación de la Barbarroja, el Grupo Centro había dejado la ruta abierta hacía Moscú, tras sus contundentes victorias en Viazma y Brianks, tomando 660.000 prisioneros (tal cantidad de prisioneros en ambas acciones, provoca que los suministros alimentarios alemanes pasen a mínimos). El Grupo Sur en Ucrania, tras tomar Kiev abrió el granero de la URSS a los saqueos del III Reich. Mientras el Norte sitiaba Leningrado, con la intención de hacer morir de inanición a su población civil, durante los inviernos de 1941/1942, unos 900 días que provocan una mortandad terrible por hambre de más de medio millón de habitantes. Todo ello dio pie a Hitler para pensar que el Ejército Rojo estaba acabado.
(Mapa de la batalla de Moscú)
MOSCÚ
(Barreras antitanques. La capital rusa se estaba preparando para la defensa)
Todas estas noticias llenaron de pánico al pueblo moscovita. Esta capital estaba defendida, en un principio, por tan solo 90.000 soldados y Stalin volvía a confiar en el hombre que acababa de destituir: Zhúkov, que a la sazón solo era comandante del Frente occidental. La entrevista entre ambos duró una hora y media y el mariscal le hizo la siguiente petición para la defensa de Moscú: carros de combate, artillería y sobre todo cohetes. Stalin le interrogó: ¿Vamos a retener Moscú? y Zhúkov, le contesta: -Con una parte de lo que le he pedido, si-.
La capital estaba colapsada, el metro no funcionaba y los hombres de la NKVD, sembraban el terror en la ciudad, mientras se preparaban para volar toda suerte de instalaciones que no pudieran ser trasladadas. Un tren especial, estaba preparado para la huida de Stalin. Este, tras muchas dudas se quedó en la ciudad. A partir del 20 de octubre, se implantó el toque de queda hasta las cinco de la madrugada. Las calles de Moscú eran un trasiego impresionante de moscovitas en fuga. Mientras la NKVD imponía su ley en aquel brutal “estado de sitio”. Vladimir Ogrizko, uno de sus jefes de unidad, relataba: “Medidas severas como aquellas forman parte de la esencia de la guerra. No había nada malo en ejecutar a quien no entendía su posición en el momento más cruel para su país. No adoptando estas medidas la ciudad se hubiera visto sumida en el terror”.
En el exterior, los alemanes viendo la llegada del invierno se aprestaban al ataque final. Habían marchado miles de kilómetros, apresado a grandes contingentes de soviéticos y ahora según el plan inicial ya deberían haber vencido a la URSS.
(Los moscovitas escuchan anonadados las noticias del avance alemán)
Cuando en octubre de 1941, ya parecía que la capital rusa caería en manos alemanas una serie continua de lluvias invernales retrasaron en 3 semanas el avance alemán. Mientras Zhúkov reunía 9 ejércitos, al este del Volga, que reforzó con tropas de refresco llegadas de Siberia. El avance alemán se reanudó el 15 de noviembre y gracias al terreno helado, imprimió un avance inicial de consideración. A primeros de diciembre, algunas de sus unidades llegaron hasta unos 20 kilómetros de la capital. Nunca estarían tan cerca de Moscú.
(A principio de noviembre, los tanques británicos Matilda y Valentine, de la Ley de Préstamo y Arriendo ya reforzaban Moscú)
El 4º Ejército de von Kluge era el encargado de dirigir el ataque a la capital rusa, disponiendo sus efectivos de la siguiente forma: Su ala derecha (la más débil), se posiciona entre los ríos Oka al Nara. Al sur de Oka se encuentran las divisiones acorazadas de Guderian, quién debe avanzar por Tula. El grueso del ejército, el sector central en el camino de Pololsk y en la carretera de Smolensko-Moscú y los Panzer de Hoepner, a lo largo del río Moscova, entre Ruza y Volokolamsk. Von Kluge dispone de 11 Cuerpos de Ejército, entre ellos 9 Panzers.
Se acaban las lluvias, pero ya se vislumbran las heladas, aun así, los Panzers reanudan la marcha. La artillería se iba recuperando del barro y el enemigo era empujado al este, eso sí con una feroz resistencia. El día 28, los tanques de Hoepner atacan a lo largo del Nara y conquistan Kaluga. Los tres objetivos importantes eran: Kalinin, desbordando Moscú, por el norte; luego Tuga, para cercarlo por el sur y atacar Vyasma. Solo se consigue Vyasma y Hoepner se frena y pide a von Kluge que ataque, para aliviarle la presión de los tanques rusos. A finales de noviembre, el 2º Flota aérea de Kesselring, traslada varías unidades al Norte de África, para reforzar al Rommel, cosa que no ayudó al 4º Ejército. El 2 de diciembre se detiene el avance alemán, ya que era imposible progresión.
(Panzers alemanes listos para el ataque final).
Stalin ordena Timoshenko que substituya a Budieny, en el Frente Sur y deja la defensa de la capital a Zhúkov y este seguidamente lanza una contraofensiva, que hace retroceder al 4º Ejército, que está al límite de su capacidad humana: sin recibir los uniformes de invierno, escasos de combustible y sin apoyo aéreo. A pesar de ello mantuvieron intacto el frente, pero el peligro más acuciante estaba en el sur del 4º, ya que las fuerzas de Zhúkov eran abrumadoramente superiores. Estas atacan al 2º Grupo Panzer de Guderian y seguidamente lo hacen a Tula y el 2º no pudo resistir. Más tarde se dirigen a Kaluga, mientras otros contingentes lo hacen hacia Oka, entre Tarusa-Aleksin, allí se divide, unas al oeste y las otras al noroeste, en dirección a Malayaroslavets y Medin.
(Soldados soviéticos se preparan para contrarrestar el ataque de los alemanes)
Zhúkov pretendía envolver el 4º Ejército, por el norte y sur, para conseguir destruir sus posiciones al oeste de Moscú. La brecha entre el 4º y el 2º Grupo Panzer se iba agrandando, ya que Kluge carecía de reservas para atajar el peligro, sobre todo el flanco sur.
(Antiaéreos soviéticos prestos para repeler los ataques aéreos de los alemanes en Moscú)
La única vía de comunicación de los alemanes era una gran carretera: Yuknov-Medin-...... Todas las demás estaban cortadas por la nieve y peligraba el 4º Panzer de Hoepner si los soviéticos conseguían cortarla. Atendiendo a este von Boch, le permite retirarse al oeste del 4º Ejército. Igualmente, el 2º Panzer se replegaba más allá del río Oka. Incluso los contingentes de Zhúkov amenazaban el Estado Mayor de Kluge y este reúne a sus comandantes para tratar de retirar sus tropas del sur de la carretera hasta Smolensk. Entonces llega una nueva orden de Hitler: -”Ninguna unidad del 4º Ejército se retirará”- esto trastocó los movimientos de retirada.
(Soldados alemanes con las botas enfundadas en cubiertas de tejido vegetal trenzado. La falta de pertrechos adecuados se hizo patente cuando la guerra se prolongó más allá del invierno ruso).
La mala salud de von Boch, comandante del Grupo de Ejércitos Centro empeoró con las noticias de Moscú, le hizo abandonar el mando y von Kluge tomó el relevo el 18 de diciembre. Hoepner fue destituido del 4º Ejército Panzer. A todo este se une la retirada del General en Jefe del Ejército von Brauschitsch, por discrepancias con el Führer y este lo relevó asumiendo su tarea, quedando solo el general Halder, como Jefe del Estado Mayor General.
(Soldados alemanes tras la batalla de Moscú)
Hay varias opiniones, una de ellas del general Blumentritt que afirman que la decisión de Hitler de no retroceder fue correcta, ya que entre la nieve y el hielo hubieran seguido la misma suerte que Napoleón, ya que las condiciones climatológicas hubieran condicionado hacerlo de 3 a 6 millas, por la noche, ya que las tropas estaban extenuadas y esta retirada solo era posible a campo abierto, por las nefastas condiciones de las carreteras. Pero ocurrió un milagro y a pesar de la gran superioridad de los soviéticos, no ocuparon la vital carretera de Yuhkov-Medin-... aunque lograron llegar hasta ella no lo consiguieron y dejaron libre la única vía de suministros del 4º Ejército.
(Tanques soviéticos KV-1, junto con tropas procedentes de Siberia acuden en socorro de la capital)
En Navidad, este ejército estaba mermado quedando: 13 divisiones de infantería y 1 de carros de combate deshechas y su artillería reducida a tan solo: 5 obuses pesados, 8 morteros, 17 cañones de 100 mm. 2 de 150 mm. y 12 cañones de asalto, asemejándose a grupos de combate en lugar de divisiones. Enfrente se encontraron con 24 divisiones de fusileros, 3 brigadas, 2 de ametralladoras. En Kaluga, habia otras 6 de fusileros, 1 división acorazada y 4 divisiones de caballería. En Tula, 3 divisiones de fusileros, 1 división motorizada más 2 divisiones acorazadas.
En Tula la retirada alemana fue más plácida debido a los ataques de los Stukas, que destruyeron 23 tanques y 300 vehículos y la Luftwaffe con una flota de 102 transportes pudo rescatar a varios cientos de soldados en retirada.
A finales de diciembre, los soviéticos conquistan: Novo-Fornisnk, Kaluga y Maloyaroslavest, donde se hallaba el Estado Mayor alemán. El 2 de enero de 1942, los soviéticos estaban agotados y ya a 140 km. de Moscú detuvieron el contraataque. La Batalla de Moscú estaba ya decidida.
(Enorme cantidad de prisioneros alemanes en Moscú en 1944)
Tras lo de Moscú, el 5 de enero,Stalin traza un plan que presenta a la Stavka(Alto Mando del Ejército Rojo), que dejaba corta la Barbarroja. Lanzar sus tropas en todos los frentes: El norte, liberando Leningrado, delante esta capital atacaría el Ejército Centro alemán y en el sur, atacarían Ucrania y Crimea. Zhúkov advirtió de los fallos de este sistema,ya que Stalin que antes había demostrado su inutilidad en tareas defensivas, ahora ponía de manifiesto su incapacidad para el ataque. De acuerdo a lo anunciado por el mariscal, los avances del Ejército Rojo en todos los frentes fueron mínimos, pero no cosechó ninguna derrota, hasta que Stalin puso sus ojos en Jarkhov(3), en mayo de 1942, desoyendo las voces que no aprobaban esta operación y preferían consolidar sus posiciones en la capital rusa. Stalin aprobaba este plan de Timoshenko(que había sido envuelto por los alemanes en Smolensk). El dictador contaba que Moscú era el centro de atención de los alemanes, cuando en realidad este era otro, ir por Ucrania, en dirección al sur de la URSS.
(Panzers IV alemanes preparados para el ataque a Jarkhov)
El Ejército Rojo gozaba de una superioridad aplastante de 3 a 1. En las primeras horas del 12 de mayo de 1942, un colosal despliegue artillero ruso, que según los testigos no cubría el alcance de la vista, desató un infierno de fuego y acero contra las posiciones alemanas, seguidamente las tropas soviéticas avanzaron, confiadas en su abrumadora superioridad. No tardaron en ver, con sorpresa, que las posiciones enemigas estaban vacías, sin ningún cadáver. Los alemanes habían hecho caer al enemigo en una trampa mortal, ya que en las afueras de Jarkhov, les esperaba una poderosa línea defensiva. Asimismo, los soviéticos estaban convencidos que los alemanes estaban atacando los 2 ejércitos que protegían sus flancos. En el noveno día, los atacantes iban a ser envueltos tras un contundente ataque aéreo. El 28 de mayo, el cerco se completó, cuando los flancos alemanes se abalanzaron contra ellos, y los soviéticos perdieron hasta 250.000 hombres. Dos ejércitos completos fueron atrapados en Barvenkovo y destruidos casi en su totalidad.
(Abril de 1943, Soldados alemanes reciben los premios Das Reich, tras la batalla de Jarkhov)
Al recibir esta noticia, Hitler recobra sus ánimos y pone en marcha la Operación Azul. Un avance directo hacía el sur, primero a Stalingrado y los Urales, terminando en el mar Caspio. Con lo cual les negaba el petróleo a los soviéticos y en su opinión conseguiría una debacle económica de la que la URSS no se recuperaría nunca. El 28 de junio de 1942, los alemanes atacan por todo el frente meridional. El 4º Blindado lo hace en dirección a Vorónezh y el 1º parte de Jarkhov, con rapidez para intentar envolver ejércitos soviéticos completos ya que en un principio estos retrocedieron como en 1941, carentes de reservas en este sector, lo que provoca que vengan refuerzos de inmediato, tanto de Moscú, como de Leningrado. A finales de julio marchan hacia el Don y Hitler las dividió por la mitad; el Grupo A hacia el petróleo del Cáucaso; el B hacia Stalingrado. Viendo el progreso de estos, Stalin dio curso a su directiva nº 227: ”Ni un paso atrás”, que permitía a las divisiones delatoras matar a cualquier soldado en retirada. Una manera brutal de motivar a sus tropas a resistir hasta la muerte.
Mapa de la Operación Azul
En ese verano de 1942, los soviéticos tuvieron muy en cuenta, como enfrentarse a los alemanes y cuando retirarse. Cuando más próximos eran los ataques cerca de Stalingrado(4), más feroz era la resistencia de los soviéticos. Hacía esa ciudad se dirige el 6º Ejército y el 4º Blindado.
(Stukas alemanes preparándose para atacar Stalingrado)
El 23 de agosto, hasta 600 bombarderos descargan su mortal carga sobre la ciudad, el mayor de todo el frente oriental. Stalin ordena la resistencia a ultranza, sus tropas llevaban más de 600 km. desde Jarkhov retirándose y se preparó una feroz resistencia. Los alemanes se percataron de la táctica soviética de “tirar la piedra y salir corriendo”, lo que dificultaba su avance y eran conscientes de estar “contraatacando en la distancia”, ya que las inmensas llanuras rusas al avanzar con más rapidez, se alejaban más de sus líneas de aprovisionamiento. Los soviéticos usaban la distancia como arma de combate.
Sus cabezas de puente y lugares estratégicos se defendían con ferocidad, hasta que el envolvimiento fuera inminente y cuando los alemanes cruzan el Don se topan con un contraataque soviético inusual. Tras cualquier loma, elevación de terreno se ocultaban los T-34, camuflados de tal manera que solo se veían sus cañones, que abrían fuego sin cesar y sus lanzallamas a 40 grados, incendiaron a los alemanes que sufren cuantiosas pérdidas. Al acercarse a Stalingrado los soviéticos aumentaban la intensidad de sus defensas.
El Führer era consciente que ocupando la ciudad privaría a los rusos de sus vitales suministros a través del Volga, que llegaban desde el Cáucaso y también lo haría a Moscú y al resto de sus ciudades de su petróleo del sur. En septiembre disminuye la presión del Grupo A en el Cáucaso, el mariscal de campo List fue destituido por Hitler, a pesar de que Jold, jefe del Estado Mayor, respaldó su actuación. El 22 de septiembre, substituye también a Halder por el servil Zeitzler. Aquí se produce un cambio importante, Stalin aprende a escuchar los consejos de sus asesores militares. Mientras Hitler creaba una cadena de mando insólita, substituyendo él mismo a List en su Grupo A, dirigiéndolo a 1.600 km. de distancia ya que el Führer tenía su Cuartel General en Vinnitsa (Ucrania).
(El general Chuikov, en el centro, responsable de la defensa de la ciudad)
El 3 de septiembre, Stalingrado es rodeada y los alemanes llegan al Volga y la ciudad que era uno de los objetivos principales de la operación Azul, se convierte inesperadamente en la meta principal del frente oriental. Aquí se enfrentan dos modelos opuestos de mandos: por un lado. Friedrich Paulus, comandante del 6º Ejército y Chuikov, jefe del 62ª Ejército soviético. El alemán, jefe suplente del Estado Mayor de Halder era culto, refinado en sus modos, dubidativo, humanista, cortés, vitalista lo cual trasmitía a sus comandantes. Enfrente tenía a Chuikov, guerrero nato, el hombre ideal para tomar una calle o conquistar una plaza. También era un matón, que no dudaba en emplear el bastón que siempre llevaba cuando alguno de sus subordinados le defraudaba. No era raro verlo emprender a puñetazos o bastonazos, con una brutalidad inaudita, tanto era así que incluso fue censurado por Stalin. Pero sin este personaje la ciudad no hubiera tenido defensa posible.
Durante el asedio hizo arrestar a más de 13.000 soldados y fusilar a muchos de ellos. Sus tácticas eran que, entre el enemigo y ellos, la distancia era de 50/100 metros. Ellos lanzaban sus granadas y disponían de 4 segundos antes de la explosión, cuando las lanzaban los alemanes el tiempo era de 9/10 segundos y a los rusos les daban tiempo a recogerlas y volverlas contra los alemanes. Otra táctica era la de los grupos de asalto debían recuperar las casas ocupadas por el enemigo. Estaban compuestos de 5 a 50 combatientes, armados solamente con granadas de mano y con ellas asaltaban las viviendas ocupadas por los alemanes, posteriormente llegaban otros grupos para consolidar las posiciones. Los primeros aterrorizan a los alemanes, los segundos rechazan el contraataque.
(Francotiradores soviéticos buscando al enemigo en Stalingrado).
La Wehrmatch lanzó una ofensiva para tomar la estación central de la ciudad. Chuikov y su 13ª División de fusileros contraatacaron y se vivieron escenas de pesadilla. Combates feroces, casa por casa, fábrica a fábrica con bombas de mano. Los alemanes no estaban preparados para este tipo de lucha, quedaban paralizados por la acción de los franco-tiradores rusos, que parapetados tras los escombros abatían cualquier sombra, en movimiento, con uniforme alemán. Una pelea rentable para los soviéticos y denigrante, deshonrosa y primitiva para los alemanes. El Volga estaba al alcance de su mano, pero ¿tenían fuerzas para proseguir el avance?
Es cierto que aún les llegaron refuerzos, se esperaban con alborozo, pero eran chicos de 18/19 años, con tan solo 4 semanas de instrucción. Tras un ataque nocturno conjunto de artillería e infantería se pierden la mitad de estos muchachos. Uno de los puntos más estratégicos era el Mamáiev Kurgán, un montecillo funerario, que proporcionaba un observatorio inmejorable del Volga y del centro de Stalingrado, con un cambio de manos continuo, entre ambos contendientes, incluso diariamente. Los alemanes atacaban con una frecuencia de 15/20 asaltos diarios, con aviación, tanques, artillería e infantería. Como protección de los mismos, los soviéticos excavaron una serie de escondites bajo el suelo. El mismo Cuartel General de Chuikov estaba en una profundidad considerable, cerca del Volga. Hay que destacar las cerca de 800.000 mujeres que sirvieron en el Ejército Rojo, miles de ellas en Stalingrado.
(Soldados alemanes utilizando granadas contra los rusos emboscados).
En octubre, tras dos feroces ataques alemanes, los soviéticos conservaban aún una franja de tierra delante del Volga. Hitler estaba enfurecido al ver que 300.000 hombres estaban paralizados ante una ciudad en ruinas. Según los veteranos supervivientes, Paulus no disponía de hombres suficientes, para eliminar los tiradores emboscados en casas y alcantarillas. El Volga que en un principio se vio como un factor favorable, ya que impedía la retirada y los suministros del Ejército Rojo, consiguió que no se pudiera cercar totalmente la ciudad.
(Soldados soviéticos penetrando en las ruinas de una fábrica en Stalingrado)
Mientras Zhúkov y Vasilevski(sub-comisario de Defensa), preparaban la Operación Urano, el ataque que debía envolver al 6º Ejército, atacando sus flancos, compuestos por húngaros, rumanos e italianos(particularmente la actuación de los rumanos fue deplorable), que Hitler hubiera podido evitar sino hubiera partido en dos sus fuerzas. La Urano bebía sus fuentes en los colosales envolvimientos alemanes del 1941. Esta se creó en un secretismo absoluto, tanto que su 5ª División blindada, el 20 de octubre de 1942, recibe órdenes de recoger leña para aprovisionar Moscú y al llegar a la estación de ferrocarril, la madera estaba destinada a camuflar sus tanques, que iban a viajar en trenes de mercancías, desconociéndose su destino final. Los camiones circulaban a unos 50 km. por hora, sin luces, para no alertar al enemigo, camión tras camión. Uno de ellos encendió por error sus faros y Zhúkov, que supervisaba la operación los rompió de un bastonazo. El camuflaje de más de un millón de vehículos pasó desapercibido para los aviones de reconocimiento alemanes.
(Tropas rumanas combaten en Stalingrado)
A las 11 de la mañana del 19 de noviembre de 1942, 500 cañones escupen un vendaval de fuego, al oeste del Don, unos 150 km. al sur de Stalingrado. La necesidad de Paulus de contactar con Hitler, que se había tomado un descanso en Berghoj (Baviera), provoca la lentitud en atajar esta amenaza y sus insuficientes tropas son incapaces frente a sus atacantes, la nieve y la falta de visibilidad. En Kalach los vehículos del general Filipov, con las luces apagadas, una vez cruzado el puente sorprendieron a los alemanes.
(La producción de los tanques T-34 se aceleró en el momento crucial de esta guerra. Aquí preparados para ser enviados al frente)
El 23 de noviembre, los soviéticos envuelven a Paulus. Estos estaban convencidos de la inferioridad del enemigo y que su Führer no les dejaría en la estacada. Hitler recordando que un año antes, él había impedido el derrumbe de su ejército en Moscú, ordena a Paulus mantener sus posiciones. Goering le había prometido que la Lufwaffe tendería un “puente aéreo”, como hizo en Demiansk, pero este no tenía la envergadura del 6º Ejército. Asimismo, se ordena a von Manstein que ataque por el suroeste para salvar a Paulus. Aquel se puso en marcha el 12 de diciembre, entre la nieve hasta el interior del cerco soviético de Stah, pero las 60 divisiones soviéticas lo impidieron el 18/12. Solo el 57º Panzer consiguió llegar hasta el río Mishov, a 5 km. de la ciudad, nunca estarían los alemanes tan cerca del 6º Ejército. Cinco días después, Manstein se retiraría para evitar ser envueltos ellos mismos. Evidentemente la Luftwaffe no pudo cumplir lo prometido y solo una parte de los alimentos llegaban a manos de sus compañeros, ya que el viento los arrastraba a las posiciones soviéticas. Conscientes del fracaso de Manstein, las fiestas navideñas llevaron a la desesperación a los oficiales alemanes que comenzaron a pensar en quitarse la vida, como única forma de escapar de este infierno. Muchos lo hicieron, otros pusieron por delante el deber sobre sus soldados, de no abandonarlos.
(Un Paulus, ya con atuendo ruso colaboró con los soviéticos, tras la decepción que tuvo al ver que Hitler no había rescatado a su 6º Ejército)
El 26 de enero de 1943, dentro de la Operación Anillo, las unidades de vanguardia soviéticas se encuentran a las orillas del Volga, con las tropas de Chuikov. Mientras Hitler concede a Paulus la categoría de mariscal de campo, sabedor que un militar de tan alto rango nunca había capitulado, sugiriendo el suicidio. Paulus como buen católico, rechazó esta orden encubierta. El resultado fue de cerca de 90.000 prisioneros, de los cuales murió el 95% de ellos (45% de tropa y suboficiales, 55% de oficiales y 5% de jefes y generales).
(Curioso trofeo de los soldados rusos, conseguido en Stalingrado)
EXTERMINIO
El general Halder hablando por boca de Hitler, el 17 de marzo de 1941:"Hay que eliminar a los intelectuales que Stalin a puesto en el poder... En la Gran Rusia, debemos emplear la fuerza del modo más brutal posible". En su posterior discurso del 31 de marzo, dejó bien claro, ante sus generales que esta era una guerra de "aniquilación".
(Ahorcamiento de partisanos y comisarios políticos por los alemanes)
Luego se pasó al Decreto Barbarroja, la cual ordenaba la ejecución de los partisanos, además de represalias colectivas contra comunidades enteras. Más tarde le siguió la Ordenanza de los Comisarios, infausta orden que ordenaba a sus soldados fusilar a estos agentes políticos (Estos ejercían un "mando dual", por el que los militares profesionales soviéticos siempre habían de consultar con los comisarios políticos, cuando se trataba de órdenes de relieve). Los primeros revolucionarios vivían siempre con el temor que el Ejército Rojo se revelara contra el Partido Comunista y la presencia de aquellos excluía esta posibilidad.
Hoy en dia es inconcebible que un Ejército moderno, como el alemán, aceptara dar principio a una guerra, ajena a cualquier convención internacional. Una guerra que exigía que sus componentes además de soldados fueran asesinos.
(Fusilamiento de partidarios de la URSS, por soldados alemanes, en septiembre de 1941. Foto Bundersarchiv Bild Russland).
Estas órdenes, que al final de la contienda, fueron tildadas de "asesinas" en el juicio de Núremberg, no fueron dictadas por las SS, sino provenían de la sección legal del Alto mando del Ejército.
El Ejército ya había vivido las actuaciones brutales de los Eisanztgruppen, que bajo el mando de Heydrich, director de la Oficina Central de Seguridad del Reich(5), contra los intelectuales judíos y polacos. Si bien algunos generales protestaron contra estas secciones, estas cayeron en saco roto y las respuestas fueron de desdén. Dos años más tarde, los más ambiciosos elementos de la Whermatch, sabían que en este campo no "había marcha atrás", ya que competían con las SS de Himmler y si demostraban su "debilidad", su batalla estaba perdida. Cuando se conquistara Rusia, solo los caudillos militares con "pureza ideológica", podían aspirar a la bendición del Führer.
Como es de suponer no toda la Whermatch siguió estas órdenes, pero si lo hizo la mayoría de sus divisiones.
En 1943, en la batalla de Kursk(6), la URSS podía rechazar la ofensiva alemana, en parte gracias a la información facilitada por un espía británico(7) y las divisiones alemanas muy mermadas, que aún así vendieron muy cara su derrota.
(El pueblo Calmuco: Mongoles convertidos en cosacos)
Stalin comenzó un ajuste de cuentas, ya que ambos dictadores coincidían en estos aspectos, mientras Hitler exterminaba judíos, aquel lo hacía con las minorías nacionales de la URSS, especialmente los Calmucos, un pueblo estepario que poblaba desde el sur de Stalingrado hasta el mar Caspio. Ocupados por los alemanes, algunos de ellos colaboraron con el invasor y ello dio pie, una vez expulsados estos a que Stalin y Beria, jefe de la NKVD, decidieron trasladarlos a Siberia y el 1 de diciembre de 1943, la NKVD envió tropas especiales para este cometido que sin miramientos y recordando las deportaciones de los nazis, los encierran en vagones de ferrocarril, con destino a uno de los lugares más remotos de la URSS. Testimonios presenciales de los propios soldados estaban convencidos que, si las órdenes hubieran sido pasarlos por las armas, estas se hubieran cumplido. Se condenaba a un pueblo entero, por los pecados de unos pocos. Tras 5 días de viaje en tren, los más débiles no aguantaron las difíciles condiciones del traslado. Siendo unas 93.000 personas las deportadas a los que les unieron unos 38.000 carachais y los 500.000 chechenos.
(Los chechenos subiendo a los trenes que los deportaron)
El 24 de febrero, Beria escribió a Stalin para solicitar permiso para dar la misma solución a los caucasianos cabardos y consiguió deportar unos 340.000 y unos 180.000 tártaros de Crimea. Se desconoce el total, pero se cree que rondaba el millón de personas.
Tras Stalingrado, en enero de 1943, el ejército húngaro sufrió en sus carnes una dolorosa derrota en Voronezh, donde perdieron 150.000 de sus 200.000 hombres. Su Primer Ministro Bárdossy trató de desligarse del Reich y no destinó más tropas al frente oriental, así mismo envió emisarios a Occidente para firmar la paz. Anteriormente 1942/1943, el almirante Horthy, regente de Hungría, se negó a seguir las directrices de Hitler en la “solución final judía”, por ello no es de extrañar que el Führer, en marzo de 1944, ordenara la ocupación de Hungría por las tropas alemanas, ya que según este los elementos reaccionarios y los judíos han llevado a Hungría a esta situación.
El 18 de marzo, mientras Hitler se entrevista con Horthy, las tropas alemanas entran en Budapest, se instala un nuevo régimen-presidido por Sztójay, Horthy y el plenipotenciario del Reich-que dieron el beneplácito a los nazis, respecto a los judíos. Diez días después, Adolf Eichmann, jefe de la Oficina judía de la Gestapo, consiguió que las deportaciones de los judíos húngaros fueran las más rápidas de la Europa ocupada y ese mismo año se enviaron a Auschwitz, 160.000 húngaros, cantidad que era mayor que la de los judíos franceses que lo hicieron en 2 años y medio. La venganza de Hitler se había consumado. De los 440.000 húngaros totales, perecieron 290.000, incluidos los niños allí confinados. Incluso al escasear las reservas de gases, los niños fueron arrojados vivos a la hoguera.
(Judíos húngaros a las puertas del consulado suizo, para solicitar un certificado de protección. Budapest.1944)
Peor suerte tuvieron los judíos polacos, ya que su proporción de mortalidad era de un 90% de judíos asesinados por los nazis, ya que ellos fueron los primeros contra los que los nazis arremetieron.
CONTINUA LA OFENSIVA SOVIÉTICA
(Esta imagen demuestra que los alemanes, con problemas de suministros no tenían el armamento de antaño. Los soldados portan meros rifles y el tanque es un modelo muy anticuado)
Mientras el Ejército Rojo continuaba su implacable avance y su proximidad al Reich hizo caer sobre los judíos húngaros el peso de su venganza. Ya habían ocupado Kiev y estaban a punto de hacerlo también con Minsk, capital de Bielorrusia y Hitler tuvo dos reveses importantes: el 6 de junio, el día D y el día 22, el menos conocido, un ataque de los soviéticos sobre el Grupo Centro en Bielorrusia. Comparando ambas operaciones Overlord y Bragation: Alemania disponía de unas 30 divisiones en Occidente, incluida Italia-menos de una quinta parte de las 165 divisiones, desplegadas en el frente oriental-. La Bragation supuso para los alemanes unas pérdidas alemanas del triple de las divisiones desembarcadas en Normandía.
(Rokossovski junto a Zhúkov. El primero era uno de los ejecutores de Bragation, también era Héroe de la Unión Soviética, Orden de la Victoria, Caballero Gran cruz de honor de la orden del Baño, Orden de la Bandera Roja y Virtu Militari ).
El teórico de la Bragation era Konstantin Rokossovski, jefe del 1º Frente bielorruso, de origen polaco y su plan era una doble embestida contra el Grupo Centro, por el norte y el sur. Stalin conocedor de la teoría de no dividir nunca sus fuerzas, le conminó a replantear su teoría. El general obediente lo hizo y a su regreso se reafirmó en su estrategia. El debía estar muy seguro de su plan, ya que el mismo había sufrido en sus carnes, el rigor soviético, con los errores y durante las purgas de 1930, siendo oficial de menor graduación, padeció la cárcel y la tortura en las cárceles soviéticas.
Si los preparativos de la “Urano” se había hecho bajo un secretismo absoluto, los de la “Bragation”, aún fueron más exigentes. Los comandantes militares que lo conocían se podían contar con los dedos de una mano, sus unidades, por la noche, transportan material bélico con un silencio total de los equipos transmisores. En sus áreas más alejadas, las tropas soviéticas, se trasladaban a plena luz del día, para que los aviones de reconocimiento enemigos tomaran buena nota de estos movimientos, por la noche regresaban a sus antiguas posiciones.
(Mapa de la Operación Bragatión)
LA OPERACIÓN BRAGATIÓN, CAMINO A BERLIN
De todas maneras, casi un millón y medio de soldados eran muy difíciles de camuflar y el OKH, a finales de mayo, consideró erróneamente que el ataque iba al sur, contra los Balcanes, pero algunas unidades del Grupo Centro intuían que ese ataque iría contra ellos y por si fuera poco, Model convence a Hitler de trasladar el 56º Cuerpo Panzer a Ucrania, para reforzar el Grupo Norte, creyendo que allí se resolvería la campaña de 1944. Mientras el Grupo Centro se quedó con 52 divisiones(unos 800.000 hombres), más tropas de soporte, 553 tanques y cañones de asalto (480 de ellos Stug III), con el soporte de 833 aviones en Minsk, debido a la longitud del frente, cada división tenía asignada 20/30 km. del frente, o sea para cada km. habían 80 soldados, 2/3 piezas de artillería y 1/2 cañones de asalto, debido a esto las reservas eran escasas: la 14ª división de infantería, la mermada 20ª división Panzer y la Panzergrenadier Feld Herrnhalle. La calma imperante en el sector bielorruso, les permitió construir fortificaciones defensivas (llamadas feste Plätze). Estas según una directriz de Hitler de 8 de marzo de ese mismo año: -Habrán de desempeñar las funciones de las fortalezas de antaño; además garantizarán que el enemigo no ocupe áreas estratégicas, permitirán que las rodee, con lo que quedará un mayor número de fuerzas enemigas y se proporcionara el contraataque.
(Infantería soviética, montados en un T-34/85, comienzan la Operación Bragatión)
Estas palabras de Hitler provocaron un descontento en el Grupo Centro, recogidas por el general de infantería, Hans Jordan, comandante del 9ª Ejército: ”El 9º Ejército se encuentra a las puertas de una gran batalla, de alcance y duración imprevisibles... Nuestro ejército que aún en estas condiciones, sería posible rechazar la ofensiva enemiga, aunque no en virtud de esta directriz que obliga a una defensa rígida en grado sumo... El ejército estima peligroso las órdenes de defensa en posiciones fortificadas y en consecuencia contempla con amargura la batalla que se aproxima, conscientes de no tener otra opción que acatar esas órdenes y adoptar tácticas que en nuestro sentido común nos impide aceptar como correctas y que han sido, en anteriores y victoriosas campañas, motivo de la derrota de nuestro enemigo”.
Enfrente un formidable ejército: 118 divisiones de fusileros, 8 cuerpos mecanizados, 6 divisiones de caballería, 13 divisiones de artillería y 14 divisiones aéreas, con un total de 1.700.000 hombres(2.715 tanques, la mayoría T-34 con cañones de 76 mm. 1.355 cañones de asalto, 10.563 cañones de 76 mm, 2.306 lanza-cohetes, 11.514 morteros de 80 y 120 mm. y 2.318 cazas, 1.744 Il-2 Shturmovik, 655 bombarderos medios, 1.007 bombarderos estratégicos, 431 bombarderos nocturnos y 173 de reconocimiento).
(Soldados soviéticos atacan en Bielorrusia)
El 22 de junio de 1944 (en el 3er. aniversario del ataque alemán), 5.000 bocas de fuego disparan contra las tropas alemanas, y las tropas soviéticas avanzan como antaño lo hicieron los alemanes en 1941. Las fortificaciones alemanas fueron arrasadas, aunque los soldados alemanes se aferran a sus posiciones hasta el último hombre.
(Un Waffen SS dando de beber a un soldado soviético)
El 65º Ejército soviético amenaza con destruir, no tan solo, a los alemanes en Bobruisk, sino a otras unidades más al oeste. El general Jordan, clamó al cielo ante la negligencia de sus superiores:- "El cuartel general del 9ª Ejército no ignora, ni mucho menos, las desastrosas consecuencias de estas órdenes"-, reza en su diario de guerra. Hitler no contento con la labor de Jordan en el despliegue de la 20ª Blindada, lo substituye por el general von Vormann. La incesante llegada de tropas alemanas a la ciudad, sin su armamento pesado, entorpecen la defensa de la misma. Más tarde llegó la orden de retirada, siempre que se quedara una división en defensa de la plaza y resistir hasta el último hombre. Pocos supervivientes pudieron escapar del cerco, entre los bombardeos y la infantería dieron buena cuenta de ellos y el 9º Ejército fue casi eliminado. El Grupo Centro perdió 17 divisiones y otras 50 la mitad de sus efectivos. La orden de Hitler de resistir en las zonas fortificadas fue una condena a muerte, sin cabida para la retirada. Sus soldados cambiaron el tradicional: -"Heil Hitler"- por el -"Hitler Kapputt"-.
(Lanza-cohetes rusos preparados para la batalla final en Berlin)
El carácter extrovertido de Stalin, le hizo desconfiar de los propios soldados soviéticos presos de los alemanes, también de sus propios generales, pero aun así les permitió una cierta libertad, en las decisiones militares, nunca confió enteramente en ellos y a finales de 1944, con la victoria en sus manos, volvió a sus teorías vindicatorias. En noviembre de ese mismo año, puso al mariscal Zhúkov, al mando del 1er. Frente bielorruso, lo cual se puede interpretar de dos maneras diferentes: la 1ª, le concede del “honor” de dirigir el asalto a Berlín, la 2ª, se le denegaba el papel de genio militar único del Ejército Rojo, que tenía bien merecido. En lugar de ser la cabeza pensante de la operación, con el beneplácito de Stalin, le relegaba a ser uno más de los comandantes del frente. Según comentarios de sus allegados, el líder sentía una profunda envidia por el mariscal, ya que el dictador reclamaba para si todos los halagos.
En febrero de 1945, sus tropas estaban a 4 km. de Berlín y Stalin paralizó el ataque final durante dos meses. Esto fue relevante porque si en algo se caracterizaba el líder, era por el ímpetu que ponía en sus ofensivas.
En primer lugar, pensaba eliminar los focos de resistencia alemanes en sus propias retaguardias, así como la intención de ocupar Viena, reunir sus reservas y lanzarlas contra Berlín. El 16 de abril, Stalin organizó una competición entre dos de sus mariscales: Zhúkov y Köniev, mandando su 1º Frente ucraniano, para que ninguno de los dos pudiera atribuirse, el solo, conquistar la capital del Reich. Cuando se hablaba de la línea de separación que dividiría los dos frentes en Berlín, le dijo: ”El primero que llegue a la capital del Reich, será el encargado de tomarla”. La idea era que ninguno sobresaliera por encima del otro. Mientras en su cabeza ya maquinaba que hacer si la estrella de Zhúkov resplandecía sobre el resto.
Si Stalin maquinaba así que decir de su enemigo Hitler tras la serie de apabullantes derrotas, en ambos frentes, decide que el pueblo alemán es indigno de sus dotes de mando y el 19 de marzo, proclama una orden, que ordena: ”La destrucción de todo lo que pueda aprovechar el enemigo, en el interior de Alemania”. Esta orden conocida como la Operación Nerón, que promulgaba la "tierra quemada" que Stalin ordenó en 1941, cuando la victoria era imposible. Albert Speer, ministro de Armamento, centralizó esta orden en su departamento para minimizar su ejecución.
(Soldados soviéticos llegan a las escaleras del metro de Berlin)
Mientras Zúkhov y Köniev sufrían las consecuencias de su "carrera hacia Berlín", ordenada por el dictador. Este hizo público un mapa de la capital alemana, donde trazo una línea de unos 100 mts. Al oeste del Reichstag, el edificio del Parlamento, lo que dejaba a Köniev lejos del anhelado trofeo. Los dos ejércitos ya se hallaban luchando ferozmente contra los alemanes, en las calles de Berlín, se vieron enzarzados entre ellos en los márgenes de esa línea, así el 8º de Guardias de Chuikov, agregado al Frente de Zúkhov, topó con la infantería de Luchinski, del Frente de Köniev.
Unos de los hombres de Chuikov, contaba que este lo mandó a uno de los barrios periféricos de Berlín, para averiguar de quién eran los tanques que allí había. Él se dirigió a uno de los servidores de los tanques de esta forma: -Yo soy del frente bielorruso- y yo -del ucraniano-, le contestó el interpelado. No contento interroga al del tanque: -Y quién ha llegado antes-, contesta el interpelado: -no lo sé- Entonces el de Chuikov se dirige a los paisanos allí presentes: -¿Que tanques han llegado antes?- y la respuesta de los aludidos no se hizo esperar:-Los rusos-.
(Temerosa de la venganza soviética, una mujer alemana se ha quitado la vida antes de la llegada de los rusos)
Hitler se quitó la vida el 30 de abril, pero ello no apaciguó la sed de venganza de los soviéticos que hizo extensiva a todos los alemanes, por culpa de los excesos de los nazis. En la ciudad oriental de Demmin las represalias fueron feroces, se incendió la ciudad hasta que ardió durante 3 días enteros y sus mujeres sufrieron la caza no vedada de los soviéticos. Sus habitantes se precipitaron hacia los ríos, que rodeaban esta población, con los niños de la mano, con intención de ahogarse para salvarse de los soviéticos. Posteriormente se sometió a un consejo de guerra a parte de los agresores y el mismo Stalin, al saber el trato sufrido por los paisanos alemanes, exclamó: -Sermoneamos mucho a nuestros soldados: vamos a dejar que tomen la iniciativa-. Este fue el triste colofón de una guerra, provocada por los nazis, cuatro años antes, contra la URSS, por un odio terrible a los soviéticos y la vengativa respuesta del Ejército Rojo en Berlín(8).
(Miles de soldados alemanes hechos prisioneros tras la caída de Berlin)
El 24 de junio de 1945, se montó una monumental parada militar en la plaza Roja de Moscú, para un desfile triunfal de los vencedores. Stalin debía montar a caballo para pasar revista a sus tropas, pero una anterior caída del dictador, le negó este honor y tuvo que ser el mariscal Zúkhov, el encargado de hacer los honores a las tropas. Tan solo un año más tarde, este fue acusado por el Smersh, de haberse apropiado de todas las victorias logradas en esta contienda. Fue degradado y enviado al distrito militar de Odesa, bien alejado de Moscú y sus centros de poder.
(Zhúkov, montado en un caballo blanco en el desfile triunfal en Moscú)
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Para ampliar información. Existe un trabajo mio sobre este tema en MH.
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Para ampliar informacións sobre esta batalla. Existe un trabajo mio Historia del Tanque en MH.
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Para ampliar información. Existe un trabajo mio sobre este tema en MH.
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Para ampliar información. Existe un trabajo mio sobre este tema en MH.
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Para ampliar conocimientos. Existe un trabajo mio sobre este tema en MH.
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Para ampliar conocimientos. Existe un trabajo mio sobre este tema en la Revista MH.
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Dentro de mi trabajo sobre "Enigma", en MH hay referencias sobre este espía.
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Para ampliar conocimientos existe en MH un trabajo mio sobre esta batalla.
Escrito por Josep Subirats.
FUENTES
Una guerra de exterminio por Laurence Rees. Memoria Crítica. Barcelona.
Operación Barbarroja. La guerra alemana en el Este(1941-1945) por Chistian Hartmann. La Esfera de los Libros.
Operación Barbarroja y la batalla por Moscú, por Eurasia 1945.
Operación Bragation.1944. Panzertruppen.org/ww2/bragation/html.
Operación Barbarroja. Estrategias y tácticas en el frente del Este, 1941 por Bryan Fugate. 1939-1945 La Segunda Guerra Mundial, los años que cambiaron el mundo.
La operación Barbarroja y la batalla de Moscú por Wickipédia.
Imagenes de Bundesarchiv Bild, War in pictures, Illustred pictures images, History in pictures, Rare images of war.
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