La batalla de Creta
La Luftwaffe preparó en 1936 una fuerza aerotransportada que se llamó Fallsschirmjäger que durante la Operación Wesserübung, lanzó algunos efectivos sobre Dinamarca y Noruega.
Siendo su gesta más destacable su asalto al fuerte belga de Eben-Emanel el 10 de mayo de 1940, aunque en esta misma campaña tuvieron intervenciones destacadas junto a puentes holandeses, cercanos a La Haya y en puntos de las Ardenas, que la propaganda nazi magnificó.
( Portada de la revista alemana Signal de la Invasión de Creta)
La lenta y penosa retirada de Grecia
Tras la ocupación alemana de Grecia, y la rápida ocupación del Ática por los alemanes, durante las últimas noches de abril concluyó la evacuación desde los puertos y playas del Peloponeso. Se dispusieron todos los todos los medios de transporte disponibles ; destructores y cruceros de la Royal Navy, buques mercantes requisados, caiques y aviones. Los Blenheim tendieron un puente aéreo con la isla de Creta, portando hombres acurrucados en los compartimientos de las bombas y en las torretas blindadas , mientras los Sunderland los recogían en las playas del golfo de Argos y se los llevaban girando a la altura de Kalamata, (uno de éstos aparatos, despegando de Argos, realizó la proeza de llevar en su interior ochenta y cuatro hombres a bordo, más del triple del peso autorizado en el modelo para uso civil, el hidroavión del Imperial Airways). Pero normalmente cuando hay los ingleses por medio, exclusivitas siempre ,estos vehículos requisados y alquilados por ellos, fueron vetados para sus aliados griegos, incluidos los cretenses de la 5ª División que trataban de volver a su isla para continuar combatiendo contra los alemanes. Esta intransigencia británica causó asombro y tristeza con la generosidad espontánea de que habían hecho gala los griegos.
Siendo la última fase de la evacuación caótica, la carretera que conduce de Argos a Navplion era un atasco continuo de vehículos militares abandonados. Y cerca de dos mil soldados de tierra de la RAF y personal de la administración concentrados en Argos estaban empezando a desmoralizarse a medida que las esperanzas de reembarcar eran escasas y los ataques de la Luftwaffe eran constantes. Se habían evacuado a la mayoría de sus oficiales por el aire. Siendo el grueso de los soldados del aire fue enviado co rumbo a Kalamata a los que se les unieron los ocho mil hombres de la división australiana , más unos mil quinientos yugoeslavos desanimados. Sin organizar defensa alguna, estos soldados se guarecieron debajo los olivares para eludir los bombarderos alemanes.
(Un mercante inglés se hunde después de ser alcanzado por los alemanes, en aguas de Creta)
Los ataques aéreos durante el viaje a Creta fueron para muchos , incluso más tremendos de lo que habían sido en la Grecia continental. En total los alemanes hundieron unos veintiséis buques, con más de dos mil bajas. Prácticamente todos los civiles y militares a bordo del transbordador Hellas sucumbieron quemados vivos.
Mientras el peor desastre de la evacuación había de producirse también en Navplion, un buque holandés .el Slamat siguió recogiendo combatientes hasta las cuatro de la mañana, aunque se le había advertido que no lograría salir del canal de la Anticitera antes del amanecer. Alcanzado por los bombardeos, a las siete de la mañana , empezó a emitir señales de socorro, a las que acudió el destructor inglés Diamont que fue también hundido, mientras recogía supervivientes y el Wryneck, de la Royal Navy, que también acudió a esa petición de ayuda, fue más tarde hundido también, en total tres buques y setecientos muertos más a engrosar la ya larga lista de bajas.
Las tropas evacuadas se iban congregando en la bahía de Suda y para dispersar estas tropas , más de siete mil hombres en una sola semana, se llevaron a los hombres más allá de Suda y La Canea y las estacionaron a lo largo de la franja costera comprendida entre las estribaciones de las Montañas Blancas y el mar. Instalándose entre los olivares, para no ser vistos por los aviones alemanes, También la aglomeración de hombres en torno a Canea era preocupante , además de miles refugiados civiles, soldados de la RAF sin aviones, maestros ajustadores sin herramientas, conductores sin vehículos, zapadores sin picos, y restos de todas las regimientos, cuerpos y unidades inimaginables.
El grueso de las tropas australianas fue hacia el este, concretamente a Retimo e Irakilon, los neozelandeses hacia el oeste, para tomar posiciones a lo largo de la costa de Canea y el aeródromo de Máleme, donde estaban estacionados los Blenheim del 30º escuadrón , cuya misión era ahuyentar a los Stukas del mar Egeo.
A pesar que a pocos de los que dejaban sus posiciones les habían sorprendido los preparativos que vieron desde el momento que aterrizaron. El puerto de Suda estaba sumido en el caos, Solo se podían descargar dos barcos pequeños al mismo tiempo, con lo cual el resto debía permanecer anclado en la bahía, a merced de los ataques aéreos, como atestiguaban los restos medio hundidos de los buques. El cuartel general de Oriente Medio tenía en esas fechas, problemas más acuciantes que resolver, en otros frentes, y habían desatendido el llamamiento del mismo Churchill en noviembre de convertir Suda en otro “Scapa Flow”
Pero, en contrapartida, los que habían podido sobrevivir a la conquista de Grecia, la isla fue un lugar paradisiaco, un lugar lleno de belleza y amistad, donde las copas se alzaban diariamente para brindar por la causa común . Aunque los cretenses han sido buenos bebedores no dejaban de asombrarse de la gran capacidad para emborracharse que tenían los anglosajones, cantando sin cesar todo tipo de canciones verdes o sensibleras, hasta llegar a un alto grado de embriaguez. Siempre a lo sones de las canciones de la BBC, como por ejemplo las más escuchadas: “The Banks of Loch Lomond” o “ There is a Tavern in the Town”. Los soldados se congregaban rodeando la radio para cantarlas.
Esta isla era considerada por el Estado Mayor británico un punto neurálgico, con puertos excelentes y tres aeródromos ( Máleme, Rezimno y Iraklion) que servían de excelentes plataformas de lanzamiento contra los campos de petróleo de Plotesti en los Balcanes y contra todo el tráfico marítimo del Ejército alemán en ruta hacía Alejandría y por ello las fuerzas del Eje estaban sumamente interesadas en tomar la isla de Chipre, a tan solo cien kilómetros de sus posiciones de vanguardia de Grecia.
La Operación Merkur
El 25 de octubre, una vez abandonados los planes de la conquista de Gran Bretaña, el general Halder sugirió que: “ el dominio del Mediterráneo oriental dependía de la conquista de Creta y que la mejor forma de lograrlo era por el aire” . También el general Jold, autor de la “estrategia periférica” la cual-consistía en sofocar Inglaterra en el Mediterráneo- , en el caso de que los italianos hubieran invadido Grecia, la operación se hubiera tenido de completar con la toma de Creta, para impedir que los hicieran los británicos. El día 28 de octubre de 1940, fecha en que los italianos habían de tomar Grecia y también, el mismo día de la reunión de lideres entre los Altos Mandos del Eje , en Florencia, Hitler manifestó a Mussolini, que “ si quería Creta, Alemania pondría a su disposición una división de tropas aerotransportadas y una división paracaidista”.
El asistente en la Oficina Aérea central del general Student, el general Hans Jeschonneck ascendió rápidamente, incluso por encima de él y pronto fue nombrado jefe del Estado Mayor de la Luftwaffe. Este hecho fue fundamental, a la postre, porque este general apoyó la designación de Student , para formar los regimientos paracaidistas y le ayudo a desarrollar sus ideas más audaces , con el uso de los planeadores, como el asalto al fuerte belga de Eben-Emael, en mayo de 1940 y finalmente las operaciones del plan de invadir Creta ,fueron confiadas al jefe de los Fallsschirmjäger, el general Kurt Student.
(El general Kurt Student, jefe de los paracaidistas de la Lutfwaffe)
Fue dicho general, al mando del IX cuerpo del aire, quien concibió y creó la división paracaidista y propuso a Goering, invadir Creta desde el aire , y empezó a esbozar un plan para una invasión aerotransportada. Pero la ortodoxia militar desaprobaba los ambiciosos planes de Student y censuraba la ingente cantidad de recursos necesarios para llevarlos a cabo, a pesar de ello, Hitler que sentía una predilección innata por todos los planes que revolucionaran el arte de la guerra, ya mucho antes de que los hombres de Student demostraran su valía, Hitler en el año 1939 con motivo de su aniversario, hizo abrir el desfile militar al 1er Regimiento Paracaidista del coronel Bruno Bräuer.
(Desfile de los paracaidistas en el aniversario del Führer)
Student participó en la operación contra Rotterdam, siendo alcanzando por una bala de un franco tirador la cual le alcanzó en la cabeza, siendo salvado “in extremis” por un cirujano danés. Después de largos meses de convalecencia, el 21 de abril de 1941, el mariscal Goering le llevó a ver a Hitler al cuarte general de Mönichkirchen , al sur de Viena, era la víspera del aniversario del Führer (52 años) , Hitler fue muy escéptico con los planes de Student de invadir Creta primero, y usarlo como trampolín en el Mediterráneo contra Malta y posteriormente , desde allí lanzar una invasión de los paracaidistas en el Canal de Suez, coincidiendo con la llegada de Rommel a las puertas de Alejandría, Hitler le preguntó si no sería más efectivo emplear los paracaidistas en Malta, pero Student hizo servir los mismos razonamientos con los que convenció a Keitel y Jold ; la forma y dimensiones de Malta eran más propicias para que la guarnición allí apostada se desplegara rápidamente y contraatacara las zonas de descenso de los paracaidistas y Creta era mucho más estrecha y tenía malas comunicaciones. Hitler no se dejó convencer tan rápidamente como sus generales y predijo importantes pérdidas en la operación: cuando él no estaba plenamente implicado en el proyecto, su intuición e instinto militar raramente le jugaban una mala pasada.
Pero debido a la insistencia de Goering, días después dicho plan fue aprobado por el Fürher, y seguidamente se empezó a preparar la operación Merkur( nombre del veloz dios romano Mercurio, con alas en los tobillos) para el 15 de mayo , pero esta operación era de la Lufwaffe y , como tal, su mando correspondía a la 4ª flota aérea del mariscal Lörh , cuyos oficiales superiores del estado mayor no veían con buenos ojos la citada empresa , tenían la certeza de que debido a la importancia estratégica de la isla, esta seria tenazmente defendida por los británicos y esto iría en detrimento de la operación Barbarroja. El trato privilegiado, que por aquel entonces gozaba la división paracaidista y el plan , sin precedentes de Student de conquistar una isla importante por aire, con muy escasas posibilidades de apoyo terrestre, preludiaban algunas denfreude (rencillas) entre los distintos servicios en caso de que el plan se complicara.
La división paracaidista, era parte de las fuerzas aéreas y no del ejército y como tal, estaba sujeta a la envidia y el escepticismo del resto de oficiales. El capitán Freiherr von der Heydte, les hizo entrega a sus hombres del 1er. Batallón del 3º regimiento paracaidista de la insignia de la división-un águila lanzándose en picado con la esvástica entre sus garras- les dijo estas palabras : “ Somos una fuerza joven.. Nuestras acciones futuras serán nuestra tradición. Depende de nosotros que el águila que cae en picado, la divisa que nos une, entre o no a formar parte de nuestra historia”.
(Emblema de los paracaidistas de la Lutfwaffe)
También Student encontró oposición en la misma Lufwaffe, él mismo estaba molesto por no tener el mando único de la operación, incluido el control del 8º cuerpo del aire, que era el que había de prestar total apoyo a los paracaidistas, aportando unos 570 Stukas, Junkers 88, Dornier, Heinkel, Messerschmitt 109 y ME-110, cuyo comandante , el general Freiherr Wolfram Richtofen, era su acérrimo enemigo. Este Richtofen era primo del “Barón Rojo” , el as de la aviación alemana en la I Guerra Mundial, pero mucho menos romántico que aquel, sus actuaciones al frente de la Legión Cóndor en España,(Guernica y posteriormente, Belgrado) que fueron arrasadas , no hacían presagiar nada bueno para las antiguas ciudades de Creta.
(Preparación intensiva de los paracaidistas)
En este corto espacio de tiempo, Student preparó concienzudamente al XI Cuerpo, con la 7ª División Aerotransportada, el Regimiento Paracaidista de Asalto, la 5ª División de Montaña, disponiendo de unos 500 aviones Junkers JU-52 y 80 planeadores DFS-230, para el transporte de dichas tropas . Dicha operación estaba cubierta por la totalidad de las fuerzas paracaidistas del III Reich, el único regimiento de planeadores y la 5ª División de Montaña, que como su nombre ya indica , eran inexpertos en el combate aerotransportado. Y teniendo muy en cuenta que el mar estaba en poder de la Mediterranean Fleet británica, con una fuerza considerable, un portaaviones, cuatro acorazados, once cruceros y cuarenta y tres destructores.
El planeador alemán DFS 230, utilizado en la batalla de Creta
En el aire la cosa cambiaba totalmente ya que estaba en poder de la Luftwaffe, pero los alemanes tenían el “handicap” de carecer de transportes marítimos y se tenían de contentar con utilizar los pequeños cargueros griegos. Tanto para el Estado Mayor británico, como para el alemán, era prioritario un objetivo principal, el aeropuerto de Máleme, el cual era el más extenso de Creta , estaba cerca del interior para permitir cobertura aérea con los cazas ME-109 terrestres y próximo a la costa norte, ideal para proteger a los transportes marítimos , pero Student para confundir a los británicos proyectó lanzar a sus paracaidistas dispersados por toda la isla. Mientras el general de la Luftwaffe, Alexander Lörh y el contra-almirante Karl-Georg Schuster preferían lanzarlos en un área reducida para seguidamente concentrarlos rápidamente e iniciar la conquista de Máleme. Finalmente tomo cartas en el asunto, el mariscal Goering y zanjó el asunto con un plan de compromiso.
Al terminar la primera semana de mayo comenzó la concentración en las bases de partida, llegaron los bombarderos en picado y los cazas a los aeropuertos destinados, siendo ocupada Milo, inmediatamente los ingenieros empezaron la construcción de la pista de despegue. Los bombarderos pesados y los aparatos de reconocimiento se instalaron en los aeródromos de Salónica, en Bulgaria y en Rodas y los aviones de transporte en los aeropuertos de Peloponeso y del Ática, mientras las tropas se reunían en Corinto, Trípolis(Peloponeso) Eleusis y Falera. Estando ya listos para sobrevolar durante 300 km. el mar Egeo hacía el sur, transportando oleadas de paracaidistas que se lanzarían sobre objetivos que se creían medio desguarnecidos, pero Student tuvo que retrasar la operación Mercurio, programada inicialmente para el 17 de mayo hasta el 20 del mismo mes. Hacia falta más tiempo para que llegara el buque cisterna Rondine , con sus cinco mil toneladas de combustible para los aviones, que llegaría por el Adriático .Dicho buque que procedía del Adriático, en dirección a Patrás, al llegar al golfo de Corinto, su capitán se negó a proseguir la travesía sino se dragaba el fondo marino de bombas y obstáculos. Rápidamente los ingenieros y submarinistas de la Werchmatch y la Luftwaffe se pusieron a la tarea y lograron limpiar esa zona en menos de un día. Lo que permitió que el combustible llegara a los aviones horas antes de su despegue.
El servicio de inteligencia del general Student, bajo el mando del comandante Reinhardt, cometió el mayor número de inexactitudes de toda la guerra. Tras el reconocimiento aéreo a lo largo de la costa, trazó un mapa fotográfico de cada objetivo y cada zona de lanzamiento, pero no logró identificar la gran mayoría de las posiciones, las cuales estaban bien camufladas. Después de la guerra, Student afirmó que los pilotos de los Dornier le habían comunicado que“ en la isla no parecía haber indicios de vida”.
(El general neozelandés Bernad Freyberg.)
Mientras en la isla les esperaba el general neozelandés Bernad Freyberg , cruz Victoria, comandante de la división neozelandesa, el cual aceleraba todos mecanismos defensivos para abortar la presumible invasión, como andaba bastante escaso de material para adecuar las fortificaciones, por poner un ejemplo solo disponían de una sola pala por compañía, faltaba alambre de espino y las estacas para colocarlo. En un informe enviado por el encargado de la fortificación de Máleme, narra como un verdadero prodigio el descubrimiento en una granja de sesenta palas y otros tantos picos. Tampoco la defensa antiaérea y costera estaban mucho mejor, con falta de municiones e instrumentos de medición. Los cretenses ,a excepción de los campesinos más duros, colaboraban con desgana en la construcción de las fortificaciones.
La distribución de sus fuerzas era la siguiente: 1º Iraklión, defendido por los británicos del general Chappell de la 14ª brigada de infantería, junto a los batallones regulares del Black Watch y del regimiento de York y Lancaster, reforzado por un batallón australiano y tres batallones griegos. Y en el último momento se les unieron el 2ª batallón de Leiscester más un batallón de los Highlanders de Argyll y Sutherland, 2º en la costa, entre Retimo y Maleme, tres sectores a saber el a) de Retimo a Giorgipoulis, los australianos del general Vasey, más dos batallones griegos y en el interior de la ciudad de Retimo una fuerza eficaz y debidamente armada de gendarmes griegos; b) de Georgiouplos a la Canea, el general Weston, con dos batallones australianos, la 4ª brigada neozelandesa, además del 1er. Batallón galés con un cuerpo mixto y el c) de La Canea a Máleme, el general Puttick con los neozelandeses, asimismo la reserva divisional, el 20º batallón y la fuerza principal de reserva se apostaron al lado de Canea y no en la base de Máleme, blanco principal y conocido de los alemanes.. Según los servicios de información británicos el ataque se esperaba para mediados de mayo, el general Freyberg informó a sus superiores: “Se han instalado alambradas en la medida de lo posible, disponemos de 45 piezas de campaña en batería, con municiones suficientes y en cada aeródromo hemos instalado dos carros de combate y contando con la ayuda de la Marina, esperamos conservar Creta en nuestro poder”.
Su servicio de información que fue muy eficiente en todo momento, a excepción de la confusión que sufrió sobre la 22ª división aerotransportada que anunciaron que participaría en la operación vía marítima, anticipándole a Freyberg que la fuerza invasora constaría de unos treinta a treinta y cinco mil hombres, de los cuales diez mil serian transportados por vía marítima. Lo cierto es que se creía por parte de los británicos, que las fuerzas alemanas llegarían, mayoritariamente por el mar.
Esta interpretación errónea, le llevó a Freiberg a adoptar una solución de compromiso, siguiendo el plan del comandante de la brigada Tidbury – combatir los asaltos aéreos en los tres campos de aviación de la costa septentrional; Iraklion, Retimo , Máleme y el valle de Ayía, al sudoeste de Canea- fue adaptado en los sectores de Máleme y Canea para hacer frente a los asaltos de tropas anfibias. Pero un examen rápido de las cartas marítimas hubiera demostrado que en los sectores de Suda, Akrotiri, Canea y Máleme sólo la playa que va desde Máleme a Platanias se prestaba a un desembarco de tropas anfibias de cierta magnitud y sólo en el caso de que los alemanes dispusieran de barcos de asalto y barcazas de desembarco, lo que no era el caso.
Una táctica inusual
Goering y Lörh decidieron desembarcar en los alrededores de Máleme a primera hora del 20 de mayo y en Retimo y Iraklión, por la tarde, siendo la primera oleada de ataque de unos 3.000 hombres.
Para el salto de vanguardia contaban la 7ª División Aerotransportada y el Regimiento Paracaidista de Asalto, con el plan inicial de intentar la conquista del algún aeródromo de Chipre y desde allí formar una plataforma para que la 5ª División de Montaña pudiera ser transportada en avión. Portando estos solamente armas ligeras, porque las colectivas se lanzarían luego en empaques y las pesadas llegarían por vía marítima.
Al oeste de la isla, se lanzaría el mayor general Eugene Meindl con su grupo Cometa y trataría de conquistar Máleme, contando con 2.400 hombres en cuatro batallones; 300 hombres en 53 planeadores DFS, 80 hombres del mayor Braun en 9 DFS tomarían el puente sobre el río Tavranitis ; el mayor Koch con la 3ª y 4ª compañías de paracaidistas atacarían la cota 107, defendida por los ingleses y los Junkers JU-52 lanzarían el II Regimiento del mayor Stenger, el IV regimiento del mayor Geriche y el III Regimiento del mayor Sherber; al este, el grupo Orión, del coronel Bruno Bräuer, que se encargaría de la conquista de Iraklión, por el centro el grupo Marte, del mayor general Wilhem Süssman, con 270 hombres de la 1ª y 2ª compañías del I Regimiento , mientras el resto del I Regimiento y el II Regimiento de Paracaidistas se lanzarían para dominar el valle de la Prisión , La Canea y Suda.
A la una de la madrugada del 20 de mayo, el coronel von Trettner, jefe del estado mayor de operaciones, telefoneo al dormitorio del general Student en el hotel Grande Bretagne, despertándolo, avisándole de que se había avistado una gran fuerza naval británica(1) al sur de Creta. ¿Significaba esto que los ingleses estaban al tanto de la operación y que reunían buques de guerra, para trasformarlos en plataformas de cañones antiaéreos con los cuales bombardear a los lentos Junkers 52 que transportaban las tropas?. El primer avión de asalto debía partir dentro de tres horas, pero Student , replicó ;” No es razón suficiente para cambiar los planes ni para despertarme, Buenas noches”.
La segunda oleada saltaría sobre Retimo y Iraklión , el I y III FJR y el I el grupo Orión con el 2º Regimiento Paracaidista más un batallón de refuerzo. Pero el día 18 de mayo, sucedió un hecho que puso al descubierto los planes alemanes (ya de por sí conocidos), la D.C.A. británica derribó un aparato de reconocimiento alemán, salvándose el piloto y el observador, lanzándose en paracaídas, siendo recogidos por una barca pesquera cretense, los pescadores fingiendo ser simpatizantes nazis se mostraron dispuestos a esconderlos, los pilotos les dijeron que la invasión empezaría dentro de dos días. Viendo lo que se le venía encima, el general británico Freyberg , mando supremo de la isla, envió la consigna “Cromwell” , señal de alarma, el día 19 sus fuerzas comprendían 41.500 hombres( británicos, neozelandeses, australianos y griegos, con la artillería disponible, algunos morteros de 76 mm. y 9 cañones franceses e italianos enviados por Wavell y tomados al enemigo en Egipto. Mandó evacuar a las mujeres y niños, y el 19 de mayo, el rey Jorge II abandonó la “Villa Kapina” para trasladarse al pabellón de su primer ministro.
(Soldados de la 5ª División de Montaña a punto de despegar de Grecia, rumbo a Máleme)
La noche del 19 de mayo, los soldados pertrechados treparon a sus respectivos aparatos, los cuales lentamente se pusieron en marcha rodando por las pistas de despegue y despegaron hacia un cielo plagado de estrellas. Los paracaidistas sentados en sus banquillos metálicos, charlaban o se adormecían, pendientes de la luz verde del señalizador, que les indicaría el salto. En el estrecho fuselaje de los Junkers, los paracaidistas embutidos en sus chalecos salvavidas y sus casacas de cuello alto, agradecieron la caída de la temperatura. Se ajustaban las rodilleras y los arneses y controlaban su sub-fusil Schmeisser, su único medio de defensa hasta que encontraran las cajas con el armamento después del aterrizaje. . Luchando para imponerse a los ruidos de los motores, se oyó una voz, a la que de inmediato se unieron todas las demás, entonando la marcha militar de los Fallschirjäger, “Rot scheint die Sonne”.
El sol brilla enrojecido; ¡Preparados¡
¿Quién sabe si brillará mañana para nosotros?
¡Volad hoy contra el enemigo¡
¡A los aviones, a los aviones¡
¡Camarada, no te eches atrás¡
(Paracaidistas saltando al cielo de Creta)
Von der Heydte tenía que saltar con sus hombres cerca de la Canea, sobre el Valle de la Prisión, fácilmente identificable por la mole del edificio penitenciario y sonó la voz del piloto ; ¡Atención , preparados para el salto¡ , los paracaidistas revisaron , nerviosamente su equipo , mientras el avión empezaba a bajar , se levantaron y engancharon las anillas de sus paracaídas a la cuerda estática instalada a lo largo de la carlinga. Su comandante, erguido en pié junto a la puerta abierta al vacío del cielo de Creta, inmediatamente se encendió la luz roja y tomando impulso se lanzó al vacío, con los brazos y piernas en cruz, en la postura del crucifijo, con las suelas de las botas del hombre anterior, momentáneamente en la cara del siguiente, seguido ya por todos los demás.
Sobre las 9,30 de la mañana, las primeras fuerzas tomaron tierra cerca de “Villa Kapina”, abandonada el día anterior por la familia real, dos centenares de paracaidistas irrumpieron en la villa, no encontrando al monarca pero sí el Gran Cordón de la Jarretiera y el resto de sus joyas. El monarca, el príncipe Pedro, el coronel Levidis, jefe de protocolo, el primer ministro Tsuderos y Vavaressos, gobernador del Banco de Grecia, huían hacía las montañas, escoltados por una sección de neozelandeses del 18 batallón, al mando del teniente W.H. Ryan y el coronel Blunt y unos cuantos policías griegos. Tuvieron una escaramuza con los paracaidistas alemanes , pero fueron bien cubiertos por los neozelandeses, mientras Ryan le ordenaba al rey que se desprendiera de sus condecoraciones y bordados, pero al fin fueron descubiertos y salvados por una partida de partisanos.
(El famoso Stuka, el Junkers JU-88)
Mientras los Stukas y los Messerschmidts concentraban sus ataques contra los antiaéreos, estando los cañones más pesados en la colina 107, los cuales estaban manipulados por los hombres de la marina real del general Weston , este había insistido en controlar todo el fuego antiaéreo desde un centro situado en la zona septentrional de la bahía de Suda. A diferencia de Iraklion, la dotación de los Bofors, mal oculta, no había sido autorizada a esconderse y esperar el objetivo más fácil e importante de todos ; los transportes de tropas. A consecuencia de los constantes ataques aéreos, los habían castigado con tanta dureza, que ninguno de ellos estaba en condiciones de hacer frente al enemigo a la hora de la verdad.
El 20 de mayo de 1941, tal como estaba previsto a las 6,00 horas de la mañana, la Luftwaffe , lanzaba su VII cuerpo del aire, con Von Richtofen a la cabeza, con sus Dorniers 17 y Junkers 88 , seguidos por los cazabombarderos encargados de ametrallar sus objetivos, los cañones Bofors , se cebó especialmente en los aeródromos de Máleme y de Iraklión, con una primera oleada. Mucho se ha hablado del ruido característico de sirena de los Stukas , en sus bombardeos en picado, con la misión de sembrar el pánico en el enemigo, pero los que estuvieron en Creta, dan fe de que nada era comparable con el chillido de un cazabombardero Messerschmitt , que surgía de la nada, con ese ruido aterrador.
Seguida una hora más tarde por la segunda y empezó el cielo cretense a cubrirse de los paracaidistas alemanes y los Junkers JU-52 a desenganchar el cable que unía al avión planeador que remolcaban, , el cable que les unía al avión de remolque, dicho cable se tensaba y se destensaba constantemente. Parte del cuartel general de los paracaidistas había partido, con tan mala fortuna, que uno de los planeadores fue a estrellarse nada más despegar, con su comandante , el mayor general Süssman, y algunos oficiales de su estado mayor, una muerte que recordó inevitablemente a la de Ícaro, substituyéndole en el mando el coronel Heidrich de la 7ª División.
(Aterrizaje de los primeros paracaidistas en Creta)
Los que se dirigieron a Maleme, o sea el Regimiento Paracaidista de Asalto, cuyo jefe Eugen Meindl, también resultó gravemente herido y muchos de los planeadores del I Batallón del mayor Koch se estrellaron en el suelo, cerca del río Tavronitis, recibiendo allí un mortífero fuego de los neozelandeses, cuyos oficiales habían dado órdenes a los suyos de que disparasen a las botas de los paracaidistas cuando iban descendiendo, lo cual hacían con suma rapidez, hiriendo a Koch y acabando con la mitad de sus 200 hombres. Al este del aeródromo cayeron el III Batallón, muriendo su jefe el mayor Sherker y la mitad de sus 800 hombres, mientras los batallones II y IV encontraron una resistencia muy débil en el sur y en el oeste de dicho aeródromo, mientras las dos compañías restantes del I Batallón, una cayó cerca de una batería antiaérea y fue destruida , mientras la otra capturaba una batería de campaña.
A la mayoría de los paracaidistas la idea de saltar desde el aire y luego caer flotando para atacar al enemigo les daba la sensación de ser invencibles. Luego todo cambió al comprobar la triste realidad y descubrirse tan vulnerables, lo que les supuso un conmoción desalentadora. El que los defensores de la isla pudieran dispararles cuando estaban bajando desde el aire, y por lo tanto inermes, les pareció una violación flagrante de las normas de la guerra.
Al mediodía la mayor parte de los alemanes que habían desembarcado al este de Máleme habían perecido o hechos prisioneros. Sin embargo, al oeste en un torrente de una anchura de 600 metros , otros habían conseguido reorganizarse y recibían todo tipo de suministros desde el aire. Cerca del campo de la R.A.F. no tardaron en progresar avanzaron hacía la cota 107, en la cual estaba situado el puesto de mando del teniente coronel Andrew, el comandante en jefe de los maoríes, el cual abandonó precipitadamente dicha cota.
(Con las pistolas de señales se lanzaban bengalas en intervalos de cinco segundos para reagrupar las tropas después del descenso)
El I Batallón Paracaidista del ya citado von der Heydte cayó muy concentrado y avanzó hacía el pueblo de Penivolia, mientras el II Batallón Paracaidista sufrió unas 150 bajas al tomar tierra en la zona de Galatás, pero amenazó las posiciones neozelandesas. El III Batallón cayó disperso al este de Glatas y fue atacado inmediatamente por los neozelandeses y el Batallón de Ingenieros encontró también gran resistencia de las tropas griegas.
El otro objetivo principal de los alemanes en los sectores de Máleme y Suda era el valle Ayía, al suroeste de Canea,, conocido por el valle de la Prisión, por los edificios bajos y blancos de la cárcel de Ayía. Aquí uno de los oficiales neozelandeses considerado de los más aptos, cometió el error de no fortificarse en la Prisión, un rectángulo de edificios inmune a los disparos de fusil alemanes. Mientras los aviones que transportaban el estado mayor del fallecido general Süssmann, aterrizaron entre la prisión y el lago Ayía e inmediatamente les siguieron oleadas de aviones de transporte que lanzaron a tres batallones del 3ª Regimiento de paracaidistas y al batallón de ingenieros. El general de brigada Meindl , jefe de estado mayor de la división , se negó a viajar en el planeador , también hizo lo propio el comandante conde von Uxküll el cual se lanzó en paracaídas. Una gran parte de su batallón del 3er. Regimiento cayó sobre las posiciones, bien camufladas de los 18º y 19ª batallones neozelandeses y sufrieron muchas bajas.
El cuartel general de los alemanes en Atenas no tuvo noticias hasta el mediodía y los aviones de la segunda oleada llegaron a Creta dispersos y con considerable retraso. Estaba previsto que los cazas y bombardeos sobrevolasen las isla a las 15,00 horas y esperaron hasta las 16,15 que agotaron sus reservas de combustible y tuvieron de regresar a sus bases.
Creta era diferente, sin lugar a dudas, inmersos en la trepidante lucha, ambos bandos no tuvieron muy en cuenta las normas de la Convención de Ginebra. En ambos bandos se dieron numerosos casos de soldados y oficiales que mataron a sus prisioneros. Se cuenta que los paracaidistas del 3er batallón del 3º regimiento atacaron al hospital de campaña, situado a dos kilómetros al norte de Daratsos, al parecer forzando a los prisioneros británicos a hacer de escudos humanos. La diferencia principal de la guerra en Creta era la de los “civiles no alistados” a diferencia de otros grupos de la resistencia en el resto de Europa, aquí en Creta empezaron a tomar conciencia de que se había de evitar la invasión como fuera, mientras en otras naciones conquistadas surgían estos grupos al año o más tarde de ser invadidos.
También los niños, ancianos y mujeres se unieron a la resistencia cretense, mientras los alemanes se escandalizaban de tener que luchar contra mujeres. A las sospechosas de haber entrado en combate, se les descubría el hombro y si tenían magulladuras debido al retroceso de los fusiles, se las fusilaba en el acto. En la misma campiña, la población armada con hoces y cuchillos se abalanzaban sobre los paracaidistas y los degollaban como antaño habían hecho con los turcos y venecianos que también habían invadido su isla.
A las 17 horas, comenzó el ataque en el sector de Iraklión. Los cañones Bofors de los australianos, las “pom, pom” antiaéreas y las ametralladoras abatieron quince Junkers, incendiándose los aparatos en el momento en que los paracaidistas iban a saltar y los paracaídas llamearon al viento. El batallón de York y Lancaster y los griegos defendían la ciudad de Iraklión, mientras el coronel Braüer , jefe del 1er. Regimiento Paracaidista , tomó tierra con el I Batallón al este del aeródromo sin poder ocuparlo. Al oeste, el II Batallón tuvo más de 400 bajas al aterrizar y sufrieron un duro castigo. El III Batallón tomó tierra y chocó contra las tropas inglesas y griegas, mientras el III Batallón del 2º Regimiento , llegó sin problemas y bloqueó la carretera de la costa.
Los alemanes, tenían la certeza, según sus servicios de inteligencia de que los cretenses les darían la bienvenida y se llevaron una sorpresa mayúscula , y por ello la magnitud de sus bajas los enfureció. Ya que solo el primer día de combate perdieron 1.856 paracaidistas, rondando los dos mil después que empezaran a fallecer los heridos más graves. Siendo imposible calcular a cuantos de ellos habían dado muerte los cretenses, pero los alemanes quedaron fuertemente impresionados ya que esperaban que el enemigo quedara fuertemente impresionado por el llamado Furor Teutonicus, inspirándose claramente en la Furia Española en Flandes. Al no poder doblegar la resistencia de los civiles, tradicional en la historia de Creta, ofendió el sentido prusiano del orden militar y desencadenaron una violenta represión contra los civiles.
En Máleme el puesto de mando del 22º batallón tenía dificultad en sus comunicaciones con el cuartel de la brigada y el coronel Andrew no estaba al corriente de lo que les sucedía a sus compañías avanzadas la C y la D en el aeródromo y en la colina 107 que daba sobre el río Tavronitis , estaba pues sin noticias del avance enemigo hacía el aeródromo. Esta zona bajo la responsabilidad del coronel Andrew, el aeródromo y la colina 107, eran uno de los objetivos principales de los alemanes, consistían en unos cinco kilómetros cuadrados de un terreno desigual , con la visibilidad muy reducida por las cañas de bambú, viñedos y olivos y sin saber a ciencia cierta el número de paracaidistas que habían aterrizado más allá del Tavronitis. A las 10, los paracaidistas de Braun empezaron a tantear la linde del aeródromo y sus defensores alertaron a Andrew de la conveniencia de utilizar los dos carros Matilda, del 7º regimiento real de carros de combate, pero éste no quería utilizar “su carta oculta” demasiado pronto.
Student, al anochecer llegó a la conclusión que la situación era desfavorable, comprendió que si no tomaba alguna de las pistas durante la primera noche habría de depender de los refuerzos por vía marítima, y decidió apoyar al Sturm Regiment que había tomado parte del aeródromo de Maleme y llevó allí a la 5ª División de Montaña. La noche fue crítica para los neozelandeses, los cuales machacados por la Luftwaffe , solo disponían de unos 200 hombres en condiciones de combatir. Los alemanes no habían podido tomar Retimno, ni Iraklión, pero Máleme corría el peligro de caer sus manos.
(emblema del Sturm Regiment)
A medida de que caía la noche del 20 de mayo, los comandantes supervivientes en el sector Máleme-Gallatas, presintieron que habían perdido, sin tomar ni el aeródromo de Máleme, ni el puerto de La Canea, ni el pequeño pueblo de Kasteli Kisamu, con unas pérdidas importantes y a la espera de que un contraataque británico complicara aún más las cosas. Siendo Student, en Atenas, el único dispuesto a seguir con la invasión. Richthofen, comandante del VIII cuerpo del aire, Lörh, comandante de la 4ª fuerza aérea y List , comandante del XII ejército, desaconsejaban la operación. Aquí también, Freyberg perdió la oportunidad de lanzar un enérgico contraataque, pero éste había mostrado poco interés en Máleme y solo se llegó a lanzar uno sobre el valle Prisión, por medio de Puttick, el cual envió dos compañías y tres carros de combate , cifra exigua contra los 1.300 paracaidistas de Heidrich.
La invasión de las tropas anfibias, la noche del 21 de mayo
La mañana del 21 de mayo , la flotilla del contraalmirante Glennie, formada por los cruceros Dido, Orión y Ajax ,más cuatro destructores, fueron duramente atacados por los aviones alemanes, durante más de cuatro horas y suerte tuvieron de escapar sin grandes pérdidas, mientras más el este, la fuerza del almirante King, perdía al destructor Juno. Mientras tanto los mensajes del servicio de inteligencia revelaron que habían detectado el convoy alemán entre Milos y Máleme y se envió al almirante Glennie , a bordo del Dido, más el Orion y el Ajax y los destructores, Janus, Kimberley, Hasty y Hereward y pronto trabaron combate con el Lupo, italiano . el cual les envió una ración de torpedos y pasó , valientemente entre los cruceros enemigos, pero el Dido le alcanzó con dos dianas , antes de que el Ajax lo enviara al fondo del mar, con una andanada a bocajarro.
Los reflectores de los buques ingleses que inundaban de luz el mar, detectaron en seguida los caiques , en los cuales los soldados alemanes blandían pañuelos en señal, inequívoca de rendición, cosa que el capitán del Dido, obvio y mandó abrir fuego a sus cañones. Con la ayuda del radar, los destructores persiguieron, con saña, a los caiques, que trataban de huir de los reflectores y los oficiales artilleros enronquecían dando órdenes de fuego a discreción, contra todos los blancos posibles, fueran caiques, botes salvavidas, balsas de caucho o según fuentes alemanas, grupos de hombres con chalecos salvavidas que nadaban o se aferraban a los mástiles. A pesar de la intensidad del fuego, solo murieron 327 hombres, el resto fue recogido por buques alemanes e hidroaviones y solo uno de los caiques logró llegar, con su dotación entera de 3 oficiales y 110 soldados, al cabo Spaza, al oeste de Máleme.
La idea fija que tenía Freyberg sobre el desembarco, con la cual se había obcecado tanto que incluso leyó él solo un mensaje, enviado la tarde del 21 de mayo, éste mensaje interceptado, solo podía leerlo él, sin tratarlo con nadie más, pero de todas maneras su idea era fija y tampoco hubiera escuchado a nadie. El capitán Morse de la Royal Navy, , a cuyo mando estaba la bahía de Suda, le dio todas las garantías de que cualquier desembarco marítimo de los alemanes sería rechazado. En ese mensaje la única descripción que había sobre la amenaza era en el punto 4º “ Llegada del contingente anfibio , compuesto de baterías antiaéreas y más tropas y suministros “ sin sugerir una operación de conquista con tropas y carros de combate, siendo ya sabido que ni alemanes ni italianos poseían barcos de asalto ni lanchas de desembarco. Dejando a banda el problema de que la costa que rodea Canea no se presta al desembarco, costaba imaginar que los alemanes se arriesgaran por ese punto, cuando podían enviar los suministros detrás de sus propia líneas.
Freyberg estaba radiante la primera noche de la batalla , cuando entre un montón de documentos requisados a los alemanes, se descubrió un documento, que era la orden operativa del 3er. Regimiento de paracaidistas , estaban ahí sus objetivos y se añadía que el grupo de barcos ligeros atracaría en Máleme. Pero debió olvidar este extremo cuando el 21 de mayo , el mensaje siguiente llegó a Creta.
Entrega en mano al general Freyberg Inmediata
Como continuación del ataque de Colorado (Creta), se informa de fuente segura que entre las operaciones para el 21 de mayo está el aterrizaje de dos batallones de montaña y el ataque a Canea. Desembarco por grupos de pequeños buques en función de la situación en el mar.(2)
Se cuenta que Freyberg, confundió las dos oraciones, suponiendo que no se le ocurriría que “ataque a Canea” pudiera referirse a un ataque por el suroeste de los paracaidistas en el valle Prisión o una razzia aérea. Debido a su fijación por el asalto marítimo, se diría que escogió las palabras “Canea” y “desembarco” y olvidó que entre ellas había un PUNTO. La idea que “grupos de pequeños buques” habían de desembarcar una fuerza importante, con carros de combate, sobre una costa hostil o tomar el puerto de La Canea, fue un craso error y lastraron el contraataque preparado contra Máleme, previsto esa misma noche. Freyberg al recibo del siguiente mensaje, dictó la orden siguiente: “Información segura. Probabilidad de un ataque por mar a primera hora de la mañana en la zona de la Canea, La división es responsable de la costa desde el oeste hasta el río Kladiso. Enviar inmediatamente el batallón galés a reforzar las defensas entre Kladiso y Jalepa”
Freyberg no solo mantuvo al batallón galés, el más numeroso y mejor pertrechado, en Canea, en funciones de vigilancia , sino que únicamente permitió al 20º batallón de la brigada de Inglis que se uniera en el ataque a Máleme, pero solo cuando había sido sustituido por un batallón australiano, procedente de Gueorguiúpolis. La fuerza del contraataque fue muy reducida y llegó demasiado tarde, cuando él podía haber asignado cinco batallones para esta acción. Ni siquiera después de la guerra, Freyberg pudo reconocer que la flotilla alemana se dirigía a Máleme y no a Canea, “No podía abandonar la posición de cobertura junto a Canea,-escribió sobre el envío tardío de 20ª batallón- ya que en el caso de que los alemanes hubieran desembarcado, según lo tenían planeado, habríamos perdido todos nuestros víveres y municiones, además hubieran cortado el paso a las fuerzas neozelandesas que se habrían quedado recluidas en la bahía de Suda. Fui yo el responsable de la orden, ni Puttick, ni Inglis fueron responsables del retraso”.
La esperada fuerza de invasión, fue el primer grupo de buques ligeros, consistió en una colección de diecinueve caiques y dos viejos y destartalados barcos de vapor, escoltados por el destructor italiano, Lupo. Transportando el III batallón del 3er. Regimiento de montaña (Reichenhall), con munición, armamento pesado y cañones antiaéreos y un segundo grupo de barcos ligeros, escoltados por otro destructor italiano, el Sagittario, transportando el II batallón del 85ª regimiento de montaña a Iraklion.
(destructor italiano de la línea Sagittario)
Los soldados comentaban que los caiques les habían parecido “trampas mortales” aún antes de zarpar, pero durante la travesía, iban cantando “Marchando contra Inglaterra “,con gran entusiasmo y saludando a sus aviones , que antes de atacar se aproximaban al mar para saludarlos. Después de repostar en el Piero, esta armada imposible se dirigía a la isla de Milos, la mayor de las islas Cíclades sudoccidentales, que esta a mitad de camino de Creta, este plan consistía en atravesar, con luz solar, el último tramo del Egeo, el 21 de mayo y protegidos por el VIII cuerpo del aire, contra los buques de la Royal Navy,.
Esta , bajo el mando del almirante Cunningham , disfrutaba de su hegemonía en el mar Mediterráneo , pero sin portaaviones-El Formidable había perdido la totalidad de sus cazabombarderos Fulmar- , sus buques estaban expuestos a los ataques de los aviones alemanes y la única solución viable , eran viajar durante la noche por el Egeo, con “fuerzas ligeras” o sea grupos mixtos de destructores y cruceros y retirarlos al alba e ir a aguas menos peligrosas, más allá del estrecho de Kasos , al este de Creta, y al oeste de Anticitera. Cunningham había dispuesto tres fuerzas navales, para cumplir con su labor de limpiar el Egeo la noche del 16 de mayo,. Una nueva fuerza, el Queen Elizabeth y el Barham, con cinco destructores, apostada al oeste de Creta, en previsión de la aparición de la flota italiana., creándose días después un retén, para ir sustituyendo los barcos que iban a Alejandría a repostar. Al llegar a Alejandría la noticia de la invasión el 20 de mayo, Cunningham ordenó a sus buques volver y despejar el Egeo esa misma noche,. Su grupo principal, ahora a bordo del crucero Warspite, permaneció al oeste de Creta y envió una fuerza compuesta por los destructores Jervis, Nizam, e Ilex a bombardear el aeropuerto de Skarpango, que tenía por base los Dorniers 17 y unos cincuenta Stukas del VIII cuerpo del aire.
(Formación de Stukas al ataque)
Student envió refuerzos y abastecimientos al oeste del río Tavronitis , para apoyar la toma de Maleme , donde el día 21, aterrizaron los primeros Junkers JU-52 con armas y municiones. A las 14.00 horas llegaron más aviones con un batallón de infantería de Montaña y a las 17.00 un nuevo lanzamiento de paracaidistas ocuparon el pueblo de Maleme, Los neozelandeses solo contraatacaron parcialmente , porque el mando británico los mantuvo en reserva al temer un desembarco marítimo. Mientras tanto el alto mando alemán, ordenó al día siguiente atacar La Canea, la capital de la isla, para efectuar el enlace con el grupo del centro ,ocupar la bahía de Suda para el desembarco allí del material pesado e intentar convencer a los italianos que arriesgasen lo que les quedaba de su flota al oeste de la isla de Creta, para atraer a los buques británicos que estaban diezmando los convoyes enviados desde Milo.
Ya habían llegado a la isla más de 5.000 paracaidistas y ambos bandos tenían muchas bajas y los alemanes no habían podido conquistar ningún aeródromo , pero los aliados del general Freyberg, estaban menos entrenados y contaban con aparatos de menor alcance y no podían controlar la batalla.
(Paracaidistas y cazadores de montaña, requisando material militar en Iraklión, abandonado por los británicos tras nueve días de lucha)
El 22 de mayo.-desastre en tierra y mar
La decisión definitiva sobre el contraataque fue tomada, aproximadamente a las seis dela tarde, sin que nadie pusiera en cuestión que dos batallones eran pocos efectivos para luchar contra un enemigo que continuamente se estaba reforzando. Tampoco nadie cuestiono ni el horario ni que Freyberg insistiera de que el 20º batallón no avanzara hasta que hubiera llegado el batallón australiano al completo.
Se reconoció claramente que el éxito de la operación dependía de la oscuridad y el cuartel general aliado había fijado el inicio del avance para la una de la madrugada, o sea con solo tres horas de noche por delante ante unas fuerzas enemigas superiores. Si los australianos llegaban demasiado tarde para el relevo del 20º batallón, el cobijo de la oscuridad sería insuficiente. Tanto fue así que el oficial al mando del 20º batallón, inquieto por el retraso del contraataque y después de observar el combate marítimo entre el convoy la Royal Navy, telefoneó dos veces para confirmar la orden de esperar a los australianos, sin moverse, y la contestación fue tajante, no puede abandonar sus posiciones hasta ser relevado por los australianos. En resumidas cuentas, los australianos no llegaron a las posiciones que habían de relevar hasta las 11,30 h, de modo que el 20º batallón no pudo alinearse con los maoríes hasta las 3,30 horas de la madrugada, con una demora de dos horas y media, , o sea con solo tres horas de noche por delante ante unas fuerzas enemigas superiores de modo que no solo estaban expuestos a los ataques aéreos, sino que además ,perdieron otra ventaja ; los alemanes a lo largo de toda la guerra, habían dado claras muestras de no apreciar las operaciones nocturnas.
(Ametralladora alemana a punto de disparar contra los neozelandeses.)
Este mismo día 22, tercer día de combate, los aparatos del 8º Cuerpo Aéreo de la Luftwaffe hundieron al destructor británico Juno, averiando seriamente al crucero Ajax y dañando a otros cuatro barcos más. La situación se hizo muy confusa y los alemanes continuaban enviando paracaidistas , aunque los Junkers JU-52 transportaban un pelotón en cada viaje , necesitaban realizar muchos viajes y las tomas de tierra cada vez eran más complicadas, ya que el viento soplaba cada vez con más fuerzas y los pilotos se veían obligados a lanzar cada vez más al interior para que sus hombres no cayeran al mar. Los embarques con armas colectivas y pertrechos(municiones, víveres…etc.) las cuales caían muy lejos de los paracaidistas y éstos al carecer de armas antitanques ,eran muy vulnerables a los escasos tanques británicos.
Aparte este día también fue funesto para la Royal Navy, el almirante Cunningham desde su cuartel general en Alejandría, seguía decidido a que no llegara a Creta el segundo convoy alemán, y envió a la fuerza C del almirante King, con tres cruceros y cuatro destructores, para evitar este segundo convoy, que había zarpado de Milos, con retraso para esperar la protección del Sagittario. King puso rumbo a Iraklion y luego viró al norte-noroeste , en dirección a Milos y a las 8,30 horas, el crucero australiano Perth divisó un caique y lo hundió, eludiendo el ataque aéreo ya que al estar cerca del caique los Junkers88 no le atacaron para no herir a sus propios hombres, el crucero inglés Naiad atrajo la atención de los aviones y así siguieron el camino a Milos y ya a las 10 de la mañana y a unos cuarenta kilómetros de la isla, divisaron el convoy, el Sagittario lanzó una columna de humo para cubrir la retirada de los caiques, pero King tomó la decisión de detenerse, escaseaba la munición antiaérea y se había frustrado el intento de desembarco de los alemanes. Cunnigham se exasperó, diciendo que para evitar ataques aéreos lo mejor era estar en medio de los caiques, otro jefe más arriesgado seguramente habría conducido a su flotilla a un desastre.
King, de todas maneras tuvo al Naiad averiado, con la velocidad máxima reducida a 16 nudos y el crucero Carlisle fue hundido, uniéndose después a la fuerza A1 del contraalmirante Rawling y los barcos Warspite y Valiant. Una bomba alcanzó al Warspite . que tuvo importantes daños y el destructor Greybound fue hundido. Siendo entonces el almirante King el jefe de la nueva flotilla, ordenó al Kandahar y el Kingston que recogieran a los supervivientes y a los cruceros Gloucester y Fiji que prestaran apoyo antiaéreo, sin tener en cuenta sus limitaciones en municiones.
Esta concentración masiva de buques, atrajo la atención de los aviones alemanes que se lanzaron sobre ellos , sin arredrarse ante los disparos antiaéreos, el Gloucester recibió varios bombazos, y se hundió sin remisión, con un total de 722 hombres, entre oficiales y marinos, perdieron la vida. Alcanzando también al Fiji, con más de quinientos hombres y al Valiant. En esta escaramuza los británicos, perdieron dos cruceros y un destructor y tenían dañados otros dos buques. Este mismo día había zarpado de Malta, la 5ª flotilla de destructores, bajo el mando del capitán Lord Louis Mountbatten , a bordo del Kelly, de Su Majestad, que inicialmente iba a unirse a la flota de guerra, tuvo que desviarse para socorrer a los tripulantes del Fiji y del Gloucester y Cunningham les ordenó atacar el puerto de la Canea , atacados ferozmente por una escuadra de veinticuatro Stukas, y ya mermada la flotilla de Mountbatten con solo tres destructores, después que el Kipling, abandonara por problemas con el timón y el Jackal y el Kelvin habían partido en busca de más superviviente, mientras el Kaschmir era alcanzado y hundido , el Kelly iba zozobrando a la deriva, el Kipling que estaba en la tarea de socorrer a los supervivientes fue atacado por los aviones alemanes y sobrevivió , milagrosamente a 83 bombas y pudo rescatar a 279 oficiales y marinos y a unos ochenta kilómetros de Alejandría quedo varado sin combustible y tuvo que ser socorrido. Lord Mountbatten que luego sería un comandante en jefe excelente, como jefe de los destructores su labor no fue muy lucida.
En las ultimas horas de la tarde del 22 de mayo, Freyberg retiró la 5ª brigada neozelandesa del general James Hargest del frente que iba de Máleme a Galatás, influido por la idea del mismo Hargest de que los alemanes se estaban retirando y por versiones muy optimistas del contraataque sobre Máleme , no apreció pues la gravedad de la situación hasta esa tarde. Los temores de Hargest de que los alemanes aislaran su brigada , debido a las incursiones de tanteo por la costa, de las patrullas de Heidrich, le convencieron que la retirada era inevitable.
Freyberg se había ido a la cama , dieciséis horas antes, creyendo que la victoria caería de su lado, esta sería la explicación que no analizara convenientemente sus opciones. La retirada a Galatás suponía la renuncia al aeródromo de Máleme y por ende la derrota, bien sea una rendición inmediata o una más larga agonía con una lucha encarnizada en los montes, con la considerable pérdida de vidas humanas , con una evacuación más arriesgada que la de Grecia. Antes incluso que se hubieran producido, ese mismo día, las pérdidas de la Royal Navy, el capitán Morse ya le había advertido que las fuerzas de Canea-Suda eran muy numerosas para evacuarlas por la costa septentrional. ¿Qué opción le quedaba? …. Atacar…pero un ataque integral, con unas fuerzas superiores y no como antes, con fuerzas escasas y tardías. El convoy había sido destruido y disponía de tres batallones frescos en Canea; el 18º batallón neozelandés, el 2/7 australiano y el regimiento galés, el más fuerte de todos, pudiéndoseles unir el 23ª batallón y los maoríes de la brigada de Hargest, junto con los tanques que quedaban y sobre todo, siendo todos conscientes de que era su única oportunidad de conservar Creta, el efecto hubiera tenido un efecto electrizante. La valentía inaudita de que hicieron gala tres días más tarde en Galatás, demostraba sin lugar a dudas de que eran capaces de semejante hazaña, pero entonces los alemanes ya tenían en tierra la 5ª división de montaña al completo. En lugar de esto, el cuartel general dio la orden de retirada. Freyberg no quería ser recordado como el general que envió a la muerte a los neozelandeses. Al día siguiente, 23 de mayo, las tropas de montaña alemanas que habían tomado tierra en Máleme se unieron a las fuerzas de Heidrich en el valle Ayía. La victoria alemana era ahora incuestionable.
Durante todo ese día, los alemanes desembarcaron tropas de montaña en el aeródromo de Maleme y desde allí se lanzaban directamente al combate. Mientras los británicos y los griegos resistían en Galatas, La Canea y Suda, pero la situación de la batalla maniobra en contra de ellos. Mientras un contraataque británico que pretendía recuperar el aeropuerto de Maleme se saldó con un fracaso y esta misma noche, el rey Jorge II de Grecia, embarcaba en el destructor británico Decoy , rumbo a El Cairo.
(El rey Jorge II de Grecia)
El día 23, los alemanes conquistaron La Canea, la capital de la isla, mientras al día siguiente, el almirante Andrew Cunningham informaba que la Mediterranean Fleet no podía impedir el paso de los convoyes alemanes, por las graves pérdidas que la aviación alemana les podía infligir. El Almirantazgo no podía enviar más barcos con base en Gibraltar y la Home Fleet , ya que se hallaban tras las huellas del Bismarck en el Atlántico Norte. El Estado Mayor británico, espoleado por un Churchill enfurecido, no creía que los alemanes con solo la base de Maleme, pudieran conquistar la isla e instaron a la R.A.F. y la Royal Navy a impedir la llegada de los refuerzos, por vía marítima, de los alemanes sin importar las pérdidas. La R.A.F. empezó a hacer acto de presencia y varios Hurricanes y Blenhelm despegaron de África y cruzaron el mar,, esquivando el fuego de sus propios barcos, que no estaban acostumbrados a que les sobrevolaran aviones propios y cuando con los depósitos vacíos se disponían a aterrizar en Heraklión, coincidieron con un bombardeo de los Stukas. Éstos continuaron machacando sin cesar la ciudad y fue preciso evacuar a la población civil.
(Un Blenheim MKI británico)
Mientras en el valle Prisión, el 23 de mayo había sido un día tranquilo, pero era evidente que esto no podía durar eternamente, los hombres de Heydte estaban aletargados, deshidratados y casi sin municiones. Mientras el general Freyberg tuvo noticias que destacamentos motorizados alemanes, armados con ametralladoras Spandau, montadas en los sidecares, se dirigían a Paleojora para impedir la llegada de refuerzos de Alejandría. Estos destacamentos tardaron dos días en llegar a su destino, debido a la acción de la población cretense, pero desgraciadamente dio lugar a las represalias posteriores en Kándanos.
El día 24 de mayo continuaba degradándose la situación en la isla con la llegada ininterrumpida de los refuerzos alemanes, en el sector de Maleme. El “Evening Standard” publicó una editorial en el que se presentía la derrota: “Si Hitler se apodera de Creta , nuestra isla es el siguiente objetivo”. Mientras el almirante Cunningham , comandante en jefe de la Royal Navy de la cuenca oriental mediterránea, respondía a los apremios del Almirantazgo de Londres: “ La amplitud de los ataques enemigos ya no permite a la flota operar de día en el Egeo , ni en las proximidades de Creta”. La Mediterranean Fleet perdió más de 2.000 hombres, más tres cruceros(entre ellos el “Gloucester” y el “Fiji” y seis destructores, y unos trece barcos más averiados seriamente, entre ellos su único porta-aviones. Mientras Student enviaba refuerzos con un ritmo solo limitado por su capacidad aérea.
Ese mismo día, se envió a Kasteli Kisamu, otra columna alemana , el 95º batallón de ingenieros de montañas , reforzado por paracaidistas de una compañía diezmada, ya que al no poder desembarcar en ningún punto del golfo de Canea, una compañía de carros ligeros de la 5ª división Panzer, no era lo ideal el desembarco en Kasteli , por la profundidad de la bahía, pero era su última esperanza.
Esta ciudad estaba protegida por el 1º regimiento griego , asesorado por un destacamento de oficiales y suboficiales neozelandeses, que habían aguantado estoicamente los ataques alemanes de Mürbe, cuyos hombres fueron barridos literalmente a excepción de unos veintiocho prisioneros, pero ese mismo día 24, los Stukas empezaron un ataque para preparar la llegada del batallón de ingenieros, los cuales la ocuparon el día siguiente, pero la resistencia cretense fue tan viva, que los carros alemanes no pudieron desembarcar hasta el 27 de mayo, lo que fue un verdadero alivio para Freyberg , cuando apenas le quedaban armas antitanques.
El mismo 24 de mayo, los escuadrones del VIII cuerpo del aire, machacaron literalmente Canea, con la técnica empleada por la Legión Cóndor y por el mismo Richthofen, durante la guerra de España, siendo los alrededores de Oviedo, y posteriormente la destrucción de Durango y Guernica, solo se salvó el puerto de Canea. Fue la última acción de Richthofen antes de partir para la Operación Barbarroja.
Mientras el día 25, Freyberg solo podía esperar una retirada en buen orden, y sin ni siquiera tenia la seguridad de conseguirla, cuando estaba a punto de enviar el mensaje para informar a este respecto, el general Puttick le anunció que los alemanes comenzaban un poderoso ataque sobre Maleme y se disponían a romper el frente. El general Ringel, jefe de la división de montaña disponía de cerca de 18.000 hombres en tierra y estaba dispuesto a descargar un golpe definitivo sobre los defensores de la isla. Mientras Freyberg enviaba un mensaje al Almirantazgo, bajo estos términos : “ Se ha llegado al límite de la resistencia humana, la situación militar es desesperada”. Una vez se hubo recibido este mensaje, el almirante Cunningham se dispuso a preparar el “Tercer Dunkerque”
(Soldados neozelandeses hechos prisioneros por el grupo Ramcke, cerca de Canea)
A primeras horas del domingo 25, un irreconocible Student, aterrizaba en Máleme, visiblemente envejecido por los hechos y consternado de ver que la mitad de la división de paracaidistas que él había creado había sido destruida. También esa misma mañana, Radio Berlín anunciaba a los cuatro vientos la toma de Creta,, siendo para los hombres de Heydte la confirmación oficial de la victoria. Las tropas de montaña estaban preparando el asalto final a Galatás, mientras en el sector occidental, entre Galatás y el mar, el 18º batallón neozelandés fue atacado por los morteros y las ametralladoras de los Messershmintt,, los alemanes se disponían a atacar , fuertemente apoyados por una docena de Stukas que se lanzaron contra Galatás. Los paracaidistas del Ramcke y parte del 100º regimiento de montaña se lanzaron sobre el 18º batallón y después de duros y enconados combates, con una carga con sus bayonetas de 45 cm. ,de los neozelandeses, que no pudieron evitar su derrota.
El día 26, los alemanes con sus tropas de refresco llegaban a Kastelli y se enfrentaron al 1er. Regimiento griego y a los alumnos de la escuela de suboficiales griegos, mandados por el mayor T. Bending, neozelandés, pero éstos bombardeados por los Stukas no pudieron aguantar un solo día de resistencia y al tomar al día siguiente dicho puerto, ya los suministros empezaron a llegar regularmente, por vía marítima, refuerzos , materiales y algunos carros de combate ligeros.
Después de los ataques lanzados contra la colina el primer día de la batalla, el coronel Heidrich tenía a su 3er regimiento de paracaidistas en posiciones defensivas en el valle de Prisión, recibiendo muchos contenedores de víveres y se quedaron el día 21 , descansando y reorganizándose. Pero este regimiento no disponía de los efectivos necesarios para lanzar el gran ataque que esperaba Student. Ya en la mañana del 22 de mayo, Heidrich entendió que los neozelandeses no iban a iniciar ningún ataque , reorganizándose, sobre todo su III batallón y los ingenieros paracaidistas, creó patrullas de combate , y las envió por detrás de la 5ª brigada, por la costa en el norte, tal como Hargest había temido el día anterior, y mientras el general Puttick ordenó que se enviaran patrullas de combate , para comprobar esta teoría de que los alemanes estaban enviando a sus aviones , no para reforzar la invasión sino para replegar sus tropas., y fue el 19ª batallón el que avanzó para hacer esta comprobación y la respuesta enérgica alemana dio al traste con la idea, optimista , del repliegue alemán.
Mientras Heidrich envió al comandante Derpa, jefe de II batallón y le ordenó atacar a los neozelandeses atrincherados en los montes de Galatás. Derpa intentó hacer recapacitar a su superior de la pérdida innecesaria de vidas humanas, pero Heidrich se mantuvo en sus trece y encolerizado puso en duda la valentía de Derpa. Este pereció tratando de tomar las colinas de Galatás.
Si los acontecimientos en Máleme hubieran sido como los de Iraklión y Retimno , los alemanes hubieran perdido la batalla. Los australianos habían pasado la mayor parte del 21 de mayo, acosando y rematando a sus enemigos, mientras el 4º regimiento griego avanzaba hacía la alzamara por el sur, mientras el 5º regimiento griego y el 2/11 batallón de Sandover, giraban y se dirigían a Perivolia. Este tenía en su poder la orden de la operación de los alemanes y además contaba con las instrucciones con que los paracaidistas se comunicaban con la Luftwaffe, con banderolas y esvásticas para dirigir o bien los ataques aéreos , así como también la llegada de suministros, también por el aire. Lo que llevó a los paracaidistas, que no contaban con contacto telefónico con el continente, a escribir mensajes en la arena, para que sus aviones no cayeran en la trampa de los ingleses.
En Iraklión la mayor parte de los hombres del coronel Bräuer estaban con brotes de disentería, al beber de el agua estancada en las balsas de riego, debido a la sed que tenían, algunos de ellos para mitigarla mascaban hojas de parra. Cuando el comandante Walther recibió las ordenes de Bräuer de recomponer a sus hombres e ir en apoyo de los hombres de Blücher , descubrió con asombro que uno de sus pelotones había sido aniquilado por los cretenses , con un total de 200 hombres. El pelotón bajo el mando del teniente conde Wolfgang von Blücher se puso en marcha, el 21 de mayo. Fue un verdadero drama que dio origen a un mito. Los hombres de Walther iban a auxiliar a los de Blücher, rodeados por los Black Watch escoceses, que ya habían perdido más de la mitad de sus efectivos y se había quedado sin municiones y según cuentan los actores de la acción apareció un jinete a caballo , cargado con dos cajas de municiones, los escoceses no daban crédito a lo que veían, pero enseguida lo tomaron como blanco de sus disparos, pero el jinete consiguió llegar a las posiciones alemanas y descargar sus preciadas municiones. Preguntando Blúcher por la suerte del jinete, se enteró que estaba muerto y era uno de sus hermanos de 19 años de edad. La misma mañana siguiente el mayor , Wolfgang murió y el hermano menor Hans-Joachim también murió, sin llegar a encontrar nunca su cuerpo. (3)
(Esquela de la familia von Blücher)
La batalla de Galatás
Cuando los hombres de la 5ª brigada neozelandesa fueron despertados a primera hora de la mañana del 23 de mayo por sus oficiales y les dijeron que se fueran preparando, lo soldados no daban crédito a lo que estaban oyendo ,convencidos de que las cosas todavía iban bien. Aunque fuesen totalmente incrédulos con las noticias que se les filtraban de que los alemanes estaban preparando su retirada, ellos estaban convencidos que si les habían derrotado. Habían visto morir tantos enemigos que no pensaban que las cosas fueran tan mal, pero eran ellos los que iban a emprender la retirada de las posiciones frente a Daskalania y Kondomari hasta Plataniás fue más dura de lo esperado.
Mientras tanto los alemanes se dieron en seguida cuenta de la retirada de los neozelandeses, cubierta por los maoríes, los cuales les dieron una cobertura perfecta , ya que eran expertos en la carga a la bayoneta para hacer retroceder a los paracaidistas, siendo ellos los causantes de que el repliegue se llevara a cabo con pocas bajas.
Bajo el mando del general Ringel, los paracaidistas de Hermann-Berhard Ramcke y el Sturm Regiment reconstruido prosiguieron el avance por la costa, protegidos por sus cañones móviles Bofors, tomados al enemigo en Máleme. Mientras dos batallones del 100º regimiento de montaña avanzaban por el centro y otro batallón del 85º regimiento de montaña daba un rodeo por la derecha, con la idea de cercar a los neozelandeses por el sur, atravesando las Montañas Blancas, pero se encontraron con la enconada resistencia del 8º regimiento griego, subvalorado, y con el apoyo de los partisanos cretenses, los cuales con su sacrificio salvaron a la división neozelandesa.
Al poco rato empezó un duelo artillero entre el 95º regimiento de artillería de montaña los cañones de 75 mm. de los aliados, mientras la brigada de Hargest se había atrincherado en una nueva línea en Plataniás. Lo que de verdad levantó la moral a los británicos fue ver cuatro bombarderos de la RAF que se dirigían a atacar Máleme. Pero sin lograr grandes pérdidas materiales de los alemanes. Mientras el II batallón del 85º regimiento de montaña había materialmente rodeado a los neozelandeses, con la intención de aislarlos de Galatás, Hargest y Puttick replegaron por la noche la 5ª brigada para mantenerla fresca en la reserva entre Galatás y Daratsos. Esa misma mañana, la 5ª brigada completo la segunda retirada consecutiva.
(Pieza antiaérea británica defendiendo una playa cretense. Junto a ella, como trofeos de caza, dos cazas alemanes derribados)
Toca retirada
Varios grupos de australianos y neozelandeses se empezaron a retirar hacia la costa sur, en dirección a las montañas, siendo perseguidos por los alemanes, mientras el día 27, Londres mandaba la retirada de sus tropas de la isla y los alemanes iban progresando lentamente hacía el interior de la isla y reforzando a los paracaidistas supervivientes de la segunda oleada de ataque, sobre Retimo y Heraklión y empujando a los aliados a la retirada. Éstos aprovechando las horas sin luz, para evitar el ataque de la Luftwaffe, fueron embarcando en la playa de Sfakiá, iban embarcando nocturnamente y al llegar el amanecer, suspendían el reembarco, el 29 y 30 de mayo se embarcaron unos 6.000 hombres. Esta operación que dio comienzo el día 28 y no concluyó hasta el 31. Siendo de destacar la habitual pericia de la Royal Navy en este menester que consiguió reembarcar hacía Egipto, unos 2.000 griegos y 16.500 británicos , o sea la mitad del cuerpo expedicionario británico destacado en la isla. Freynerg fue de los últimos en embarcar, con su estado mayor, bajo el bombardeo incesante de los Stukas. El resto de las tropas griegas fueron hechas prisioneras, incluidas las fuerzas policiales que habían defendido Retimo.
Mientras la guarnición de Iraklión había tenido más suerte, ya que la llegada de la Royal Navy, con los cruceros “Dido” ,“Orión”y los destructores “Decoy”, ”Kimberley”, “Hotspur”,”Hereward”, “ Jackal” e “Imperial” , los cuales consiguieron embarcar unos 4.000 hombres.
Distintivo Kreta colocado en la bocamanga, instituido el 16 de octubre de 1941 como recompensa para todo el personal de la Wehrmacht que participó en la citada batalla, consistente en una tira blanca de algodón de 33 mm. de ancho con un borde de color amarillo con la palabra KRETA.
El coste de la operación para los aliados fue de 1.742 británicos muertos, 1.737 heridos y 11.835 prisioneros, más 23 cazas y otros tantos bombarderos, más de 230 toneladas, de barcos hundidos o abandonados, dejando la Mediterranean Fleet reducida a dos acorazados, tres cruceros y diecisiete destructores , algunos de ellos gravemente averiados. Los alemanes, por su parte tuvieron 3.674 muertos o desaparecidos , 2.004 heridos y perdieron 151 Junkers de transporte, totalizando un total de 350 aeronaves, (según otras fuentes)casi una tercera parte de la flota de Student. La más que posible repercusión de Creta en la operación Barbarroja, fue que la producción alemana de aviones no se recuperó a tiempo para la campaña de Rusia . La conquista de Creta les había salido más cara que la conquista de los Balcanes.
El general Student fue convocado después de su victoria en Creta, junto con el resto de su Estado mayor , al cuartel general de Hitler, donde se les concedió la cruz de caballero de la Orden de la Cruz de Hierro. También el resto de los paracaidistas supervivientes tuvieron su Cruz de Hierro.
(Desfile de los paracaidistas a su regreso de Creta)
La operación Merkur fue una de las operaciones de guerra más sorprendentes en que la Luftwaffe y la Wehrmacht habían conseguido batir a los ingleses, neutralizando su poderosa flota y conquistando un punto estratégico en el Mediterráneo. Siendo muy meritoria la actuación de los Fallschirmjäger , los cuales derrocharon valor y capacidad de sacrificio , aunque a costa de graves pérdidas humanas y materiales( personal, aviación, municiones, planeadores, armamento …etc.) . Vanamente el general Kurt Student intentó convencer a Hitler, después de Creta de intentar invadir el canal de Suez, con sus tropas, pero éste fríamente le conminó a olvidarse de la idea, diciéndole esta frase lapidaría: “ General, tristemente, Creta a demostrado que la época de los paracaidistas ya ha pasado” Y estaba en lo cierto se había conquistado Creta , pero como se ha apuntado anteriormente a costa de numerosas bajas y no tenía ya sentido en el julio de 1941 emprender otra gran operación aerotransportada, siendo la operación Merkur producto del factor sorpresa y éste no podría volver a repetirse. Desde entonces los paracaidistas aunque pertenecientes a la Luftwaffe combatieron como tropas de asalto de tierra, con algunas gestas aisladas como el rescate del Duce por Otto Skorzeny , en el Gran Sasso o la heroica defensa de la abadía de Montecassino, eso sí como tropas de choque terrestres.
La pérdida de esta isla representó una desastrosa noticia para Inglaterra. Esto unido a que Rommel había expulsado a sus tropas de Cirenaica en solo diez días. Los alemanes habían tomado Grecia en tres semanas, la invasión de Creta y por si fuera poco la Luftwaffe reanudaba los ataques a Inglaterra.
A partir de la conquista de Creta, la guerra tomaría una nueva dimensión, el Mediterráneo oriental pasaría a una segundo plano, ya que la campaña del norte de África potenciaría el Mediterráneo occidental, ya que se pensaba reforzar el África Korps de Rommel en su campaña del desierto: En total toda una enorme cantidad de combustible, blindados, armas, municiones, vehículos, materiales y abastecimientos que solo por vía marítima los buques mercantes tenían capacidad para transportar , por la ruta más segura y rentable, entre Italia y los puertos africanos, cuyo recorrido más corto era Sicilia-Túnez.
Peros los buques eran muy vulnerables a los ataques aéreos y en el lugar estratégico, entre Sicilia y Libia estaba la isla de Malta, con tres aeródromos. Mussolini intentó convencer a Hitler de la importancia de esta pequeña isla, pero el Führer no consideró oportuno conquistarla, cuando el África Korps había arrinconado a los ingleses y amenazaba conquistar Egipto. Pero Malta fue el “Porta-aviones insumergible” y desde allí se hundieron entre el 10 y 20% de los suministros a Rommel y esto auguraba ya lo del Alamein, y con un plazo más o menos largo, la suerte de Rommel y su África Koprs estaba echada. La prioridad era ahora Rusia y la operación Barbarroja. El tiempo demostraría que hubiera sido mejor conquistar la pequeña Malta que desangrarse en Chipre.
(1) El almirante Cunningham había desplegado dos buques de guerra, cinco cruceros y dieciséis destructores para atacar los convoyes de tropas y inmovilizar la flota italiana.
(2) Aunque fue enviado a las 9.00, debido a una interrupción temporal de las comunicaciones, Freyberg lo recibió mucho más tarde, según la versión oficial neozelandesa , le llegó a la tarde cuando Freyberg estaba reunido con sus subalternos.
(3) Esta curiosa historia es similar a la contada por Steven Spielberg en su film “Saving private Ryan”
Escrito por Josep Subirats(Leones2233).
FUENTES
La invasión de Creta y el tercer Dunkerque, por Costa de Loverdo, Historia y Vida.
La batalla de Creta, por Gabriel Cardona, Historia de la II Guerra Mundial.
Batalla de Creta , por Wickipedía.
La batalla de Creta, por Antony Beevor, memória crítica.
Cascos del siglo XX, los Fallschirmjäger.
- Leones2233's blog
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios