La conquista bizantina de Italia: 535-562 D. de C.
La conquista bizantina de lo que hoy denominamos la península italiana, se presentaba como una empresa no muy difícil en la que se podía, además de anexionar todo el territorio, un jugoso botín, ya que el tesoro del pueblo Ostrogodo acumulado a lo largo de su existencia era cuantioso.
Pero comencemos desde el principio, en el año 527 accedía al trono bizantino el emperador Justiniano I; este emperador tenía ambiciosos planes expansionistas para su pueblo.
Heredero del imperio Oriental romano, veía como hacía no muchos, la parte Occidental del antiguo imperio romano, (el cual conservó la integridad de sus fronteras durante varios siglos, formando un bloque sólido y compacto) estaba en manos de pueblos bárbaros.
Estos desde principios del siglo V habían cruzado las fronteras o el “limes” romano, a consecuencia de la presión demográfica al otro lado del imperio; hecho este que las tribus bárbaras germanas ya no podían aguantar mucho tiempo.
Decididos a encontrar nuevas tierras, entraron violentamente en territorio romano a finales del año 406, aprovechando que la potencia militar romana estaba muy desgastada a lo largo de muchos años de continuos combates contra los bárbaros y otras potencias vecinas.
Los visigodos se instalaron en Hispania, los francos en la Galia, los ostrogodos en Italia, los vándalos en el norte de África etc….; Justiniano I deseaba recuperar esos territorios para su imperio, el imperio romano Oriental que gobernaba.
Contaba para ello con unos buenos mimbres, un tesoro imperial que ascendía a unos 23.000.000 de “nomismas”(moneda de oro bizantina) de oro; las economías del emperador Anastasio I, que gobernó a principios del siglo VI, ya que redujo el gasto drásticamente y estimuló la economía de un modo admirable, hicieron que el tesoro de los siguientes emperadores no pasara privaciones.
Justiniano era sobrino del emperador Justino I, el cual había sucedido a Anastasio I; este hombre se permitió algunos dispendios generosos que sin embargo pudo sujetar Justiniano, ya que buena parte de la labor administradora pasó por sus manos.
Cuando Justino I murió en el año 527, Justiniano estaba en disposición de realizar sus sueños imperiales y devolver al imperio la pasada grandeza; se apoyó para ello en unos pilares fundamentales.
Como comenté, una economía saneada y un tesoro repleto, apoyado por un potente ejército que defendía las fronteras imperiales con garantías; pudo haber seguido gobernando de igual manera, pero su ambición le llevó por otros derroteros más ilustres.
Arquero a caballo romano del siglo VI d.C.
El primer golpe a modo quizá de ver cómo funcionaban sus sueños, fue la conquista del imperio Vándalo en el norte de África; para ello contó con uno de los mejores generales de la época, ¡Belisario!; en el año 533 y con suma audacia, Belisario conquistó la totalidad de imperio.
Sus dominios pasaron al imperio Bizantino y no solo eso, el tesoro capturado a los vándalos fue cuantioso, ya que contenía las depredaciones realizadas desde por lo menos desde que el siglo V.
Entre lo encontrado figuraban objetos preciosos de cuando saquearon Roma en el año 455; el emperador bizantino se engolosinó tanto con aquella captura, que pensó que el resto de conquistas se harían con igual celeridad.
El siguiente objetivo fue ya la Italia ocupada por los ostrogodos, para realizar dicha empresa, recurrió nuevamente a su intrépido general Belisario, hombre que ya en la conquista del imperio Vándalo, ya había dado muestras de der un hombre intrépido y resuelto.
BELISARIO
El inicio de la conquista del imperio ostrogodo no empezó con muy buen pie, ya que Belisario esperaba que como en Italia, el detentase el mando absoluto, algo fundamental, ya que como el general consideraba, un mando dividido es un mando débil.
Pero el emperador bizantino y quizá con objeto de no dar demasiado poder a un solo hombre, (ya que en el pasado romano se había visto que un militar famoso derribara a un emperador) Quizá Justiniano vio que Belisario había ganado en África mucha popularidad, ¡quizá demasiada!, decidió no otorgar el mando de todas las tropas a un mismo hombre y dividió al mando.
Un ejército de 8.000 hombres al mando del excelente general Mundo, atacaría por la región de Dalmacia, al noroeste del imperio ostrogodo, mientras que Belisario con 12.000 hombres desembarcaría en la isla de Sicilia y posteriormente lo haría en el sur de Italia.
Este plan de Justiniano era muy inteligente si se hubiera efectuado con coordinación, los ostrogodos habrían tenido que dividir sus fuerzas y el éxito quizá hubiera triunfado. Las cosas en Italia también pintaban bien desde el punto de vista político.
Para esta invasión, también Justiniano buscó un pretexto. El reinado del anterior rey ostrogodo Teodorico, había dado al reino paz y prosperidad, al contrario que los vándalos en África, Tedorico se ganó la amistad de los romanos de Italia, practicando una política de tolerancia con su religión, así que la convivencia fue armoniosa.
El ejército en el Danubio, finales del siglo VI d.C.
Pero todo lo bueno nunca dura, y a la muerte de este gran rey le sucedió su hija Amalasunta, mujer de grandes virtudes que había heredado de su padre la energía, y habilidad política, sumando a ello una gran belleza. Pero no obstante, ¡mujer al fin y al cabo!, y esto era una cosa muy difícil de digerir para la nobleza guerrera ostrogoda.
En un giro político, Amalasunta asoció al trono al sobrino de Teodorico, llamado Todato, con la esperanza de mantenerse en el poder, pero este se comportó como el típico bruto bárbaro, con su tía haciéndole sombra, hizo lo más sencillo, ordenó su asesinato para que le dejara gobernar en paz. Este era el pretexto que tanto ansiaba Justiniano, ¡ahora podía empezar la campaña de conquista sobre Italia!.
No obstante se produjo un contratiempo, con el doble ataque a Italia, estaba muy acongojado (por no usar otra expresión) Teodato, ¡viendo lo que se le venía encima!, secretamente intentó pactar una solución con Justiniano (sus nobles si lo hubiesen cabido le habrían matado) que incluso incluía su renuncia al trono a cambio de unas posesiones y dinero.
Pero el general Mundo en Dalmacia, después de conquistar la ciudad de Aspalato, se había enfrentado a un ejército ostrogodo con muchas bajas por ambos bandos, Mundo había finalmente vencido, pero cuando perseguía al enemigo resultó muerto.
Los bizantinos habían quedado seriamente mermados en combate, así que Volvieron a la región de Iliria, de donde habían partido abandonando incluso Aspalato. Esto provocó que Teodato se desdijera de lo dicho y que no hubiera una toma pacífica de Italia.
Belisario se quedaba solo con el peso de toda la guerra sobre sus hombros, pero con su pequeño ejército de 12.000 hombres no iba a tener las cosas fáciles, teniendo en cuenta que los ostrogodos tenían más tropas y podían entre sus hombres movilizar más.
En el otoño del 535 desembarca Belisario en la isla de Sicilia, dado que la población era católica, su recibimiento fue entusiasta, y con poca lucha se adueño de toda la isla rápidamente reduciendo a las guarniciones ostrogodas existentes.
Tubo no obstante un pequeño contratiempo, recibió en Panormo (Palermo) donde estaba asentado la visita de Solomón en la que le avisaba de que el ejército de Bizancio en África se había alzado en rebelión.
Belisario regresó a África con 100 bucelarios, y su puso inmediatamente al mando de las operaciones. Logró vencer a los rebeldes y restablecer la calma; pero la guerra en África todavía tenía visos de durar mucho tiempo! y Belisario no tenía tiempo para consolidar su victoria, ya que tuvo que regresar a Sicilia debido a una revuelta, que no fue tal, pero que de igual forma le obligó a abandonar África, ¡ya de manera definitiva, nunca más regresaría al continente africano!.
Entrenamiento individual de jinetes " Bucelarios" siglos V- VI
Tras un momento de confusión por la muerte del general Mundo, El ejército de Iliria que esta acantonado en la región de Dalmacia, fue reforzado, pasó al contraataque y recuperó Aspalato, con que la situación volvía al mismo punto en que lo había dejado el general Mundo antes de su muerte.
Belisario esperó órdenes de Justiniano de desembarcar en el sur de Italia, las cuales recibió en primavera del 536, el desembarco se produjo en la región de Reghium, el ejército avanzó hacia el norte mientras la flota costeaba el este de la península italiana.
Fue un avance sin problemas, los godos se retiraban casi sin lucha y como la población civil italiana les recibía con entusiasmo eso facilitaba mucho el avance el cual fue tan rápido que pronto los bizantinos se hallaron ante las murallas de Neápolis (Nápoles).
Tras un breve asedio de veinte días la ciudad fue tomada eliminándose a la guarnición ostrogoda que tan obstinadamente había defendido la ciudad, ¡toda una advertencia para las siguientes guarniciones de las consecuencias que tenía ofrecer resistencia!.
Para entonces Belisario ya empezaba a acusar un poco las consecuencias de tener un ejército menguado, el asedio de Neápolis tuvo que ser efectuado con 10.000 hombres, ya que 2.000 estaban estacionados en diversas guarniciones del sur de Italia y Sicilia, para compensar este debilitamiento, Belisario procedió a reclutar italianos para sus fuerzas.
No obstante, estos reclutas, aun cuando fueron bien entrenados, no alcanzaron las expectativas de Belisario, estos reclutas no eran ya la cantera que en tiempos formaron las famosas legiones romanas, ¡ni mucho menos!. Belisario no tenía más opción que esperar a la llegada de refuerzos.
Por aquel entonces un nuevo rey gobernaba en Italia llamado Vitiges, que fue elegido por los nobles ostrogodos tras la toma de Neápolis. Teodato fue depuesto y más tarde asesinado, y aunque Vitiges gobernó lo mejor que pudo, desde luego, no daba la talla para enfrentarse a Belisario.
Vitiges deseaba legitimar su reinado, así que marcho a la ciudad de Rávena (al noroeste de Italia) para casarse con Amalasunta y reorganizar sus tropas para marchar al sur a enfrentarse con Belisario, el problema es que para esto necesitaba tiempo, y no consideró una opción determinante defender Roma.
Tras la toma de Neápolis y apostar una guarnición suficiente, el ejército bizantino marchó al norte, directo a la ciudad de Roma, esta solo contaba con su guarnición, el rey Vitiges no estaría para defenderla así que Belisario, ¡dada ya su fama!, esperaba que no opusiera mucha resistencia.
Máxima extensión del imperio bizantino en la época de Justiniano I
¡Efectivamente!, en diciembre del 536, Belisario entró en la milenaria Roma, mientras el entraba por el sur, la guarnición ostrogoda se retiraba por el norte. Por aquel entonces Roma era una ciudad de unos 100.000 habitantes, muy lejos de los 1.200.000 que había a mediados del siglo II, y aunque aun poseía edificios magníficos, no era ya la que fue en tiempos del imperio romano.
Belisario no perdió el tiempo, y se puso a reforzar y fortificar la ciudad convenientemente, tropas y gente de la ciudad se pusieron a trabajar de inmediato ( aunque estos últimos un poco a regañadientes, ya que no estaban acostumbrados a estos excesos) ya que Belisario intuía que Vitiges cuando estuviera afianzado se lanzaría a Roma con un ejército bien reforzado y Belisario tenía que compensar las falta de tropas que ya era acuciante con una fortificación de Roma que diera poca o ninguna opción a los ostrogodos a recuperarla.
Belisario una vez que distribuyó sus tropas en todos los puntos que podían ser objeto de ataque esperó acontecimientos, no obstante, Belisario con la fortificación de la ciudad y el entrenamiento de sus tropas evitó que estas cayeran en la apatía he inanición.
Al fin los ostrogodos se presentaron con el rey Vitiges al frente, era unos 20.000 hombres, el dobles que las tropas de Belisario, aunque a Vitiges le tocaba el turno de atacar, lo cual generalmente suele presentar más dificultades que defenderse, además Belisario había hecho acopio de provisiones cogiendo víveres en muchos Km. a la redonda, así que de momento podía aguantar bien.
Los ostrogodos de establecieron alrededor de Roma en seis campamentos fortificados, y procedieron de inmediato a realizar destrucciones que afectaran a los sitiados, como por ejemplo la destrucción de los acueductos que suministraban agua a la ciudad y que a su vez, hicieron que los molinos que suministraban pan a la ciudad se pararan (los molinos funcionaban gracias al movimiento del agua de los acueductos).
Pero Belisario arreglo este desaguisado, había pozos de agua de lluvia en la ciudad, y por un sitio, tenían acceso a río Tíber que pasaba por Roma. Después con un ingenioso medio también consiguió que los molinos funcionaran, así que las esperanzas ostrogodas cayeron en saco roto.
Los godos que no tenían material de asedio para abatir las murallas se enfrascaron con los bizantinos en un frecuente enfrentamiento de patrullas que no conducía a nada. Belisario también aprovechó que dada la debilidad de sus fuerzas, convenía proceder al alistamiento en sus fuerzas de los más recios ciudadanos romanos.
Guerrero godo, mediados siglo VI
Fueron utilizados como tropas de reserva en distintos empleos, centinelas, arqueros, lanceros, aunque su resultado fue pobre a pesar del esmerado esfuerzo que los instructores bizantinos desplegaron con ellos.
Para colmo de males, la ciudad estaba empezando a hartarse del asedio, así que fue conveniente reforzar las puertas que daban entrada a la ciudad por temor a que los ciudadanos intentaran abrirlas para que entraran los ostrogodos.
Las conjuras e intrigas contra los bizantinos estaban a la orden del día, incluso encarcelaron al Papa Silverio por intrigar contra ellos y lo sustituyeron por uno nuevo favorable a ellos llamado Vigilio.
Los ostrogodos tuvieron que construir torres de asalto, pero los intentos que realizaron de ataque se toparon con la fiera resistencia de los bizantinos, que hacían sangrientas salidas con tropas de caballería para destruir las torres de asedio cuando se acercaban mucho, frustrado todos los intentos ostrogodos de tomar la ciudad por asalto.
También la noche era espectadora de las incursiones nocturnas que los bizantinos efectuaban en los destacamentos ostrogodos y sus centinelas en las afueras de Roma, acciones muy sangrientas destinadas a desmoralizar a los asediantes, y ¡con buenos resultados!.
No obstante, a pesar de que Belisario tenía éxito en la defensa de la ciudad, con el tiempo la cosa se puso mal, los defensores empezaron a tener escasez de víveres, algo se palió enviando a la población civil al sur de Italia, pero si no recibían pronto refuerzos y víveres, no podrían aguantar mucho.
Belisario envió a su secretario particular Procopio y a su mujer Antonina en busca de refuerzos, escribiendo también a Justiniano la necesidad perentoria que tenía de refuerzos.
Estamos en primavera del 537, las raciones de comida se tuvieron que reducir, privando a civiles y militares de alimento, aunque los civiles eran los que más sufrieron por ser los menos activos en la defensa de la ciudad.
En junio al mando de un general llamado Martín y proveniente de Grecia, vinieron unos modestos refuerzos de 1.600 jinetes eslavos y hunos provenientes de lo que hoy el Bulgaria, estos jinetes mercenarios, si estaban bien pagados y alimentados se comportaban excelentemente, como pudo ver Belisario en las acciones de escaramuza que efectuaron contra los ostrogodos.
Sus mortíferas flechas lanzadas a caballo sembraron el terror entre las patrullas ostrogodas con las que se enfrentaron en numerosos encuentros. Aunque no era el número que necesitaba Belisario, pues necesitaba más para levantar el asedio, fueron muy bien recibidas y se comportaron excelentemente en combate.
Soldado romano de infantería siglo V
Finalmente Antonina (la mujer de Belisario) y Procopio de Cesarea (su secretario personal), llegaron a Roma con refuerzos y Víveres, 5.500 hombres entre infantes isaurios, 2.000 jinetes al mando de Juan el Sanguinario y tropas bizantinas que habían desertado pero que se pasaron nuevamente al bando bizantino.
Las provisiones entraron por mar en Roma y las privaciones desaparecieron. Los ostrogodos que por el contrario no recibían muchas provisiones del norte, estaban pasándolo mal, Vitiges a pesar de un armisticio que estaban negociando, en su desesperación porque ya no podía capitular a Roma por el hambre, se lanzó varias veces a el asalto de la ciudad, pero los defensores reforzados y con los estómagos llenos rechazaron todos los intentos.
Juan el Sanguinario a instancias de Belisario de lanzó al norte de Roma, en la región de Picenum a efectuar operaciones de devastación y saqueo las cuales efectuó con mucho éxito, esto desalentó a los ostrogodos que viendo que las cosas no podían mejorar decidieron levantar el sitio de Roma en marzo del 538 y marcharon con su rey a su capital, Rávena.
Belisario marcho al norte, y tuvo que reducir laboriosamente las guarniciones ostrogodas norteñas poco a poco, Osimum, Urbinum, Ariminum etc…., todas fueron cayendo hasta poner bajo sitio a la capital ostrogoda, Rávena. Aquí la cosa estaba más difícil, la capital bien fortificada, defendida y aprovisionada, expugnarla, ¡era harina de otro costal!.
No obstante, Belisario se pudo beneficiar del desembarco de refuerzos bizantinos, al mando del general Narsés venían 5.000 infantes y 2.000 jinetes hérulos. No obstante Belisario tuvo que lidiar con el chambelán de Justiniano I, ya que acostumbrado a obedecer al emperador, no se avino a obedecer lealmente a Belisario.
Vitiges no obstante, quizá el mejor de los últimos reyes ostrogodos había reforzado su ejército en 25.000 hombres, y desde Rávena lanzaba campañas de hostigamiento contra las ciudades y fuerzas bizantinas.
En una de ellas, la ciudad de Mediolanum (Milán) sufrió una terrible matanza por parte de las fuerzas ostrogodas, toda la población civil masculina fue exterminada salvo los niños, y las mujeres aunque no fueron muertas, los soldados les reservaron los sufrimientos propios de estos casos, sin contar el sometimiento a la esclavitud.
Belisario se benefició del llamamiento de Narsés a la corte bizantina previo llamamiento a Constantinopla de que este general no se sometía a su autoridad como comandante en jefe del ejército de Italia. Narsés se llevó 1.000 hombres como escolta, además su marcha hizo que los 2.000 jinetes hérulos, alistados personalmente por Narsés se negaran a obedecer a Belisario y se dirigieran a la región de Liguria, saqueando todo a su paso.
Jinetes gépidos siglo VI
Belisario se propuso acabar con el sitio de Rávena, reorganizó sus tropas y reforzó su ejército con cuantas tropas pudo allegar. En las guarniciones del sur de Italia y de la isla de Sicilia, sustituyó las guarniciones bizantinas por reclutas italianos conjuntando un ejército de campaña de 25.000 hombres.
Belisario despachó 5.000 hombres al mando de Justino para sitiar Faesulae (Toscana), 3.000 bajo Juan el Sanguinario y 3.000 con Juan Epicúreo fueron al valle del Po para evitar que un general ostrogodo llamado Uriah mandara refuerzos al rey ostrogodo en Rávena, y Belisario con 11.000 hombres fue al sitio de Osimum.
Esta última ciudad se rindió viendo que Vitiges no iba a enviar ayuda alguna y que Faesulae también había capitulado, Belisario libre ya casi de toda oposición se concentró en Rávena, no obstante el sitio duró varios meses y pasó este tiempo adiestrando a los reclutas italianos y reclutando nuevas fuerzas entre ellos, les pagaba más a aquellos que sobresalían entre los demás y utilizó a las fuerzas de su regimiento personal como instructores.
Vitiges desplegó una actividad diplomática intensa, envió cartas a francos, persas, lombardos y los moros de África para persuadirles que atacaran las fronteras bizantinas con resultados diversos. Justiniano harto del sitio mandó una carta a Vitiges para que capitulara en condiciones muy benignas ayudado por el chambelán Narsés que tenía una envidia a Belisario tremenda. Pero Belisario no aceptó, y jugando la carta de que podía ser el nuevo emperador de Italia y quien sabe que más sitios, consiguió que Rávena se rindiera.
También contó Belisario con la aquiescencia de la nobleza ostrogoda (la cual le había mandado un mensaje secreto pidiendo ser el nuevo rey y el, prometió consideran la aceptación con tal de que capitularan) que le admiraba profundamente por ser un general de una reputación y prestigio muy grande, en contraposición del rey Vitiges, que había visto mermada su popularidad al calor de sus derrotas.
Belisario entró en Rávena y demoró varios días la propuesta de aceptar la corona ostrogoda para afianzarse en el cargo y que no hubiera una revuelta. Belisario finalmente hizo una proclama que desilusionó a todos en general, ya que como se había corrido la noticia, casi todos en general aceptarían que Belisario fuese su nuevo rey.
En la proclama de fidelidad incondicional que hizo, figuraba textualmente que Belisario no sería rey de Italia mientras viviese el emperador Justiniano. No obstante, aunque la proclama de la hizo de buena fe, la hizo también con torpeza política.
El emperador bizantino Justiniano I
No calibró, quizá, que la corte bizantina era un nido de cuervos, con Narsés como cabeza de ellos, enseguida convencieron a Justiniano de que esa proclama encerraba una velada amenaza a su integridad física, a lo que asusto sobremanera al emperador.
Belisario también se benefició en el robustecimiento de su regimiento personal, los ostrogodos, faltos de un señor a quien servir tras la capitulación del rey Vitiges, dirigieron sus ojos al general Belisario, y comenzaron a inundarle con peticiones de alistamiento en su regimiento personal, dado que los ostrogodos eran guerreros sin par, y Belisario solo aceptaba a los mejores entre los nuevos reclutas, pudo tener donde elegir.
Así vio Belisario como su regimiento personal alcanzó la cifra de 7.000 hombres, y aunque muchos ahora eran ostrogodos no olvidemos que en sus filas militaban gentes de diversa procedencia, godos de la región de Tracia, persas, vándalos, moros, hunos etc….
Belisario recibió una carta del emperador felicitándole por sus logros y marchó a Constantinopla con el rey Vitiges y el cuantioso botín del reino ostrogodo. Ciertamente solo quedaba la ciudad de Ticinum en manos de los ostrogodos y se creía que no habría dificultad en conseguir que la ciudad capitulara.
Justiniano dejó al mando de las operaciones a varios generales con el propósito rematar la campaña prácticamente ya acabada, pero se eso hablaremos más tarde, como también hablaremos del nuevo rey ostrogodo que nombraron varios miembros de la nobleza ostrogoda que vieron descontentos que Belisario no iba a ser su nuevo rey, ente rey se llamaba Totila.
¡Pero a lo que íbamos!, Belisario se presentó en Constantinopla con un tesoro fabuloso, que sin contar las joyas y objetos de valor de oro y plata, ascendía a un valor de 10.000.000 en lingotes y monedas en oro y plata.
Parece que aunque el emperador era reacio a dar premio alguno a Belisario, a instancias de la emperatriz, se le entregó medio millón de ese tesoro para sufragar los gastos de su regimiento personal, ya que Belisario corría con todos los gastos de él.
Pero Belisario se encontró, gracias a los rumores de que había aspirado a la corona Italiana con un recibimiento de Justiniano, ¡más frío, que el frío que producía el Polo norte y sur juntos!, viendo tan grato recibimiento, quizá, Belisario comprendió la magnífica oportunidad que había desperdiciado rechazando la corona italiana y haber gobernado con justicia y prosperidad aquel país.
En Italia tras la marcha de Belisario, el ejército de campaña con unos efectivos de 12.000 hombres al mando de varios generales, ¡11 nada menos!, Juan el Sanguinario entre ellos, se dispuso a acabar con los últimos godos, pero estos últimos al mando de un nuevo líder capaz, Totila, les derrotó en Faventia, y reconquistó muchos territorios, ¡volviendo las tornas a favor de los ostrogodos!.
El general Belisario con Bucelarios de su guardia personal
Un mando dividido es un mando débil, y el hecho de que Justiniano viera alguna amenaza en la tarea de dejar a un hombre solo al mando, le llevó a la situación de dejar dicho mando en un grupo de generales que no tenían criterio propio alguno.
Este hecho, hizo que la capacidad operativa del ejército bizantino quedara seriamente perjudicada, porque en momentos graves como el de ahora, (en que los ostrogodos tenían a un jefe capaz y resolutivo) no se podía estar jugando con 11 generales discutir la estrategia a seguir y encima sin ponerse de acuerdo, ya que tenían varias contradicciones entre ellos.
Si los ostrogodos hubieran estado heridos de muerte y sin capacidad de recuperarse, quizá la táctica de Justiniano de dar el mando varios generales no hubiera resultado mala del todo (desde el punto de vista político de no dar el mando a un solo general).
Pero aquí la resolución del emperador fue fatal, los ostrogodos no estaban del todo derrotados, y al mando de un nuevo jefe capaz, le iban a hacer entender a Justiniano lo erróneo de su manera de actuar.
Juan el Sanguinario viendo el panorama, pidió refuerzos a Justiniano en el verano del 542, y este respondió con el envió de una gran flota mandada por el senador y nuevo comandante de los ejércitos de Italia Maximiano, con provisiones y tropas rebañadas en distintas guarniciones del este, este hombre era un inepto, y fracasó en su empeño de llevar tropas a la sitiada Neápolis, tropas y flota, ¡todo se perdió!.
En el año 544 Belisario fue mandado nuevamente a Italia con las bendiciones del emperador, pero sin tropa alguna, solo dispuso de 400 tracios de su antiguo regimiento.
Como estas eran tropas insuficientes, Belisario se desplazó a su región de origen, Tracia, para aprovechar la popularidad que allí tenia para incrementar el regimiento personal suyo, ¡y lo consiguió!, 4000 reclutas se alistaron en su regimiento, 1.500 de ellos en Adrianópolis.
Aunque tuvo serias dificultades en pertrechar a sus hombres, ya que si bien tenía dinero, armaduras y caballos no abundaban, y no todos pudieron ser pertrechados, pero con el tiempo y sobre todo en Italia a costa de los prisioneros ostrogodos, pudo al fin pertrechar a la totalidad de su regimiento.
Por si no lo he dicho antes, el regimiento personal de Belisario era de su persona, ¡e incluso más!, las tropas en su conjunto le profesaban una admiración y simpatía sin límites, siendo leales solo a su persona, lo cual nunca aprovechó Belisario para dar un golpe en Constantinopla, dado sus largos periodos en la ciudad con su regimiento allí acantonado.
Oficiales bizantinos de servicio en África e Italia, siglo VI
A pesar de algunos desaires del emperador, nunca osó en hacer uso de esa fuerza tan temible, una de las mejores unidades del imperio bizantino, lo cual hace valer la gran lealtad que profesó a su emperador.
Belisario se encargaba del pago de sus tropas, pero además, pagaba también el pago de pertrechos y equipo, y se encargaba de que los que se jubilaban por heridas u otra causa, recibieran una pensión, demostrando gran generosidad a sus hombres, los cuales le retribuían con una lealtad del 110 %.
Belisario fue destinado a Italia en el año 544 y permaneció allí cuatro años hasta el 548. Su permanencia allí fue casi una epopeya, ya en su primer año allí, vio que lo iba a pasar muy mal y el resto de años fue exactamente como el pronosticó.
Con las tropas allí destinadas junto con su regimiento personal, el suyo fue, ¡un corre calles sin vicio ni beneficio!, con superioridad de tropas por parte del rey ostrogodo Totila, era un ir y venir de un lado a otro, una ciudad estaba en peligro allí acudía, más cuando estaba allí, se encontraba que otras estaban en igual situación, con tan pocas tropas no podía levantar los sitios a los que sometía Tolita a diversas ciudades, incluida la ciudad de Roma, el suyo, ¡fue una labor ingrata de bombero!.
En el 545 Belisario envió a Juan el Sanguinario para pedir refuerzos desesperadamente, pero este en Constantinopla se distrajo mucho más de lo debido, incluso aprovechó para negociar un matrimonio más que conveniente a sus intereses personales.
Finalmente los refuerzos llegaron al puerto de Dirraquio, al norte de Grecia, allí había acumulados 20.000 hombres incluidas las tropas de Belisario. Juan el Sanguinario propuso desembarcar en el puerto sureño de Brindisium y marchar al norte para liberar a Roma del cerco ostrogodo, pero Belisario objeto que Roma no podría resistir tanto y la marcha duraría unos 40 días, si marchaban en barco, podrían llegar a Roma en 5 días.
Dada la urgencia de Roma, Belisario marchó enseguida con su regimiento personal, he instó a Juan el Sanguinario que le siguiera lo más pronto posible. Llegó Belisario en 6 días, más no podía levantar el cerco ostrogodo hasta que no llegara Juan el Sanguinario, viendo que se demoraba mucho Belisario pensó que la flota había tenido algún percance, pero pronto se enteró que el inepto Juan se había ceñido al plan que el había propuesto anteriormente.
No obstante, Totila se dirigió a Roma tomándola, y Belisario dado el número de sus soldados no pudo hacer absolutamente nada dado el poder del adversario.
Soldado de caballería romano, finales del siglo VI d.C.
Mientras tanto Juan, tras desembarcar al sur de Italia y marchar al norte, había obtenido unos pequeños éxitos engañosos que le levantaron mucho la moral, pero en cuanto los ostrogodos mandaron refuerzos al sur, la cosa cambió bastante de cara.
Un poco antes se había dirigido a la ciudad de Capua, pero esta estaba bien guarnecida, y tampoco podía marchar al norte con ese bastión enemigo a la retaguardia, así que se quedó como estaba, mientras, el rey ostrogodo Totila, marchó hacia sur y Juan el Sanguinario no se atrevió a enfrentarse a Totila, así que se encerró en la ciudad de Otrantum en espera de acontecimientos.
Belisario con un pequeño ejército de campaña formado por su regimiento personal de 4.000 hombres, 2.000 hombres de los 3.000 que habían formado la guarnición de Roma y 500 antiguos desertores que se habían pasado a su bando, tomó el 1 de enero del 547 Roma en un golpe de mano ante el asombro del rey Totila.
Totila no perdió el tiempo y marchó sobre Roma para intentar retomarla, lo intentó en varios asaltos, pero no se dio cuenta de que Belisario era un general muy capaz, el mejor del imperio bizantino, así que todos sus asaltos se estrellaron ante su defensa obstinada.
No obstante Belisario era consciente de que sin refuerzos no podría resistir indefinidamente así que giró un mensaje a Justiniano para que este le mandara refuerzos, pero no contestó. A la tercera carta recibió una carta de un molesto Justiniano en la que le dijo que ya había despachado un vasto ejército al mando de un tal Valeriano, y en la carta le ordenaba que se reconciliara con el general Juan el Sanguinario.
Juntos, se reunirían en la ciudad de Tarento, adonde llegaría Valeriano, pero este último permaneció en el Adriático (Iliria, al norte de Italia), mandando solo 300 hombres a Italia, esto se debió a que los hunos del norte de Bulgaria estaban haciendo correrías por la frontera bizantina en incursiones de saqueo y mantenían ocupado a las tropas de Valeriano.
Belisario y algunas tropas que pudo sacar, 700 jinetes y 200 infantes, marchó de Roma y se dirigió en barco a Tarento, antes de llegar allí, por culpa de una tempestad, fue a parar al puerto de Criptona. Este era un buen sitio respetado por la guerra con ricos pastos y abundante ganado, y pensó Belisario que este era un buen sitio para establecerse, pero Totila no estaba inactivo.
Este emboscó a los jinetes de Belisario (previamente de una acción victoriosa de Belisario sobre los ostrogodos con esta caballería) y solo 50 escaparon. Descorazonado, quizá porque en la emboscada se había realizado sin estar el presente y no pudo dirigir a sus hombres, embarcó nuevamente dirigiéndose a la ciudad siciliana de Mesina.
Teodora emperatriz de Bizancio
Aquí embarcó con 2.000 hombres de las guarniciones sicilianas y se dirigió a Otrantum, donde estaba Juan el Sanguinario, aquí Belisario se encontró con una triste realidad. El gran ejército de Valeriano, junto con otro ejército que se envió desde Constantinopla, estaban reunidos en la ciudad de Aspalato, pero juntos reunían, ¡3.000 soldados!.
Belisario también vio que el gran ejército de Juan el Sanguinario se había diluido, y no tenía más que un millar de jinetes, con todas las tropas juntas no podía hacer frente a Totila, ¡ni mucho menos!, desesperado envió a su mujer a palacio para ver si podía hacer algo, pero Antonina cuando llegó se entero de que la emperatriz Teodora había muerto.
Muerta la máxima valedora de Belisario, ya que Justiniano confiaba cada vez menos en el, Antonina juzgó que su marido no tenía que seguir pasando momentos ingratos por culpa de un emperador que no tenía confianza en el, así que en vez de rogarle que le enviara refuerzos a su esposo, le pidió que le mandara de vuelta a Constantinopla, a lo que el emperador accedió.
Tras la marcha de Belisario de Italia en el año 548, la moral de las tropas bizantinas allí destacadas se derrumbó, en poco tiempo, todas las guarniciones se rindieron, incluido Roma y el regimiento personal de Belisario que estaba acantonado allí, solo resistió la ciudad de Rávena y algunas fortalezas aisladas, toda Italia y la isla de Sicilia estaban en poder de los ostrogodos.
Tras la marcha de Belisario de Italia, se había perdido casi todo en Italia, pero Justiniano, deseaba recuperar Italia, ya que su pérdida había supuesto una pérdida de prestigio que no podía tolerar, pero el mando del ejército no quería dárselo a Belisario, ya que no confiaba nada en el, ya lo había demostrado recientemente al enviarla a Italia con pocas tropas y al suministrarle los 4 años que estuvo allí pocos refuerzos.
NARSES
Pero, ¡había que retomar Italia!, ¿Quién sería el indicado?, decidió que fuera su chambelán y hombre de confianza Narsés.
Previamente, un general llamado Justino Germano, Hombre llamado a suceder en un futuro al mismo Justiniano y que además era un militar de grandes dotes que había demostrado su valía en África, fue el encomendado para retomar Italia.
Como paso previo a la campaña, había desembarcado en Sicilia al mando de un ejército de 5.000 hombres y retomó la isla con gran celeridad, pero cuando iba a poner pie en el la península Italia, enfermó y murió en el año 550.
Soldado de infantería romano siglo VI
Pero tras su muerte, fue Narsés, el chambelán de Justiniano, el que tomó el mando de las operaciones en Italia.
Narsés encontró con que el emperador se le facilitaba los medios para la conquista de Italia. Allí donde los últimos años se habían escatimados medios al general Belisario, ¡a Narsés no se le regateaban ninguno!. ¡Bien es cierto en descargo del emperador Justiniano!, de que ya no era tan fácil como al principio equipar a un ejército completo.
En los primeros años, con el tesoro repleto era fácil equipar ejércitos al emperador, pero con años de campañas ininterrumpidas, las dificultades fueron enormes, ya publiqué la “rémora” en que se había convertido la posesión del África vándala para las arcas imperiales, pues entre los años 532 y 548 las operaciones en Italia habían costado la friolera de, ¡21,5 millones de monedas de oro!.
La misma peste bubónica que había matado a una cuarta parte de los habitantes del imperio, no había respetado ni civiles ni a militares, ricos ni pobres. Hasta el año 541 fecha del inicio de la peste, en los ejércitos imperiales eran mayoría las tropas nativas sobre las bárbaras reclutadas para las campañas militares, a partir de entonces, los términos se invirtieron al contrario.
Las tropas “comitanenses” que componían los ejércitos de campaña fueron diezmadas por la peste, y a partir de entonces, el reclutamiento de bárbaros tomó mayor impulso.
Narsés en el año 551 se había desenvuelto bastante bien militarmente cuando fue mandado a la frontera noroeste, por la zona de la actual Bulgaria, en lucha contra los hunos que vivían al otro lado del río Danubio y que efectuaban expediciones de saqueo al otro lado en territorio bizantino.
Ahora Justiniano decidió otorgar el mando absoluto a su chambelán en las operaciones militares que se realizaran en Italia; quizá comprendió que un mando unificado en una solo persona de su confianza y tremendamente resuelta, más con los suficientes medios para ello, podía otorgarle la victoria final y poder ocupar toda Italia, empresa que se llevaba realizando desde hace muchos años, ¡quizá demasiados!.
Corría el año 552 y la situación se había deteriorado, ¡a ojos vista!, Belisario había perdido casi toda Italia a manos de los ostrogodos, excepto la ciudad de Rávena y algún que otro puesto fortificado.
Claro que en descargo de Belisario, las tropas con las que acudió a Italia con intención de recuperar la iniciativa en el plano militar eran escasas, y los refuerzos aportados por el emperador (perdida la confianza de este en Belisario) de vez en cuando, irrisorios, la iniciativa ostrogoda estaba en su apogeo, pero el emperador no se rendía, cambiaría a Belisario por otro hombre de confianza, ¡Narsés!, dotándole de mejores medios que a Belisario.
Belisario y sus "bucelarii" trabando feroz combate contra los ostrogodos durante las primeras fases del Sitio de Roma en 537
Con las arcas sumamente diezmadas y con una gran presión fiscal que se ejercía sobre los súbditos bizantinos, Justiniano dotó a Narsés de un gran ejército de 30.000 hombres, entre los que abundaba la caballería.
Había entre ellos, además de soldados bizantinos propiamente dichos (dicho lo cual, eran minoría en el ejército bizantino) un gran número de mercenarios bárbaros, entre los cuales destacaban 5.000 lombardos, 4.000 hérulos y un gran cuerpo de arqueros conformado por 8.000 hombres, además de hombres de otras nacionalidades como hunos, gépidos y persas etc.....
También contó con abundante dinero Narsés, no solo para pagar a los soldados y tropas mercenarias, (estas últimas, siempre prontas a la rebelión si no cobraban su soldada regularmente) sino también para pagar sobornos a políticos, tanto ostrogodos como italianos, para persuadir también con sobornos a guerreros ostrogodos para que se pasasen a su bando y para comprar también a soldados bizantinos e italianos que militaron en las fuerzas bizantinas y ahora lo hacían en las ostrogodas.
Narsés marchando por el norte de Grecia pegado a la costa adriática y llegó al norte de Italia, su camino fue estorbado por el rey ostrogodo Totila, ya que su poderosa flota de 300 naves se dedicaba a hundir las naves bizantinas que aprovisionaban al ejército de Narsés. No obstante, pudo librarse del acoso gracias a una flota bizantina conformada por 50 naves al mando de los generales Juan "el sanguinario" y Valeriano, los cuales derrotaron a la flota oponente.
El ejército de su oponente, el rey Totila estaba compuesto por 18.000 hombres, así que jugaba la superioridad numérica a su favor. En la primavera del 552, entró por el norte de Italia, y se dirigió a Rávena, casi la última posesión bizantina.
Ahora se dio una batalla terrestre en julio del 552, cuyo número de fuerzas expuse arriba. La marcha de Narsés pilló al rey ostrogodo Totila por sorpresa en Roma, con rapidez al norte para enfrentarse contra su oponente la batalla se dio en la localidad lombarda de Tagina a 20 Km. de las posiciones de Narsés.
Una vez posicionados los ejércitos, Narsés pidió a Totila que se rindiera, a lo que este se negó, procediendo ambos contendientes para aprestarse al combate. Narsés inteligentemente se apostó en una posición estratégica, la cual ponía a resguardo al ala izquierda de su ejército, situó su ejército en forma de arco, con la infantería en el centro y los arqueros adelantados a la caballería.
Totila cargó con su caballería por el centro, dicho de paso, (sus fuerzas eran mayoritariamente de caballería) fueron recibidos por los flancos por una lluvia letal de los arqueros de Narsés, colocados 4.000 en cada flanco, los cuales destrozaron a la orgullosa caballería ostrogoda.
Jinete e infante ostrogodos
¡No obstante!, el empuje ostrogodo no decaía, así que Narsés decidió dar la puntilla a su adversario, cargando por ambos flancos con su caballería. El ejército ostrogodo fue completamente derrotado, con 6.000 hombres muertos, con pocas pérdidas por parte de Narsés, entre los muertos estaba el rey Totila, un adversario temible para los bizantinos, que no tuvo un digno sucesor.
Aprovechando el desconcierto ostrogodo, Narsés marchó hacia el sur en una marcha triunfal, ocupó la ciudad de Roma y marchó nuevamente al sur, persiguiendo a los restos del ejército ostrogodo y a su nuevo rey, de nombre Teias.
En la batalla de Monte Lettere en octubre del 553 nuevamente Narsés se alzó con la victoria sobre los ostrogodos, esta vez de manera definitiva, ya nunca más los ostrogodos volverían a poner en pie un ejército regular, ni a tener un nuevo rey, ya que Teias murió en la batalla.
Fue una batalla de poder a poder, ya que los ostrogodos se jugaban la supervivencia de su nación, por eso la batalla fue enconada con muchas bajas para los ostrogodos. Los escasos supervivientes fueron dejados en libertad por Narsés para que regresaran a sus hogares pero ya, como súbditos del imperio bizantino. No he encontrado cifra de los combatientes contendientes, pero desde luego, la superioridad numérica estaba a favor de Narsés.
Narsés, una vez afianzada la victoria, se limitó a establecer sus fuerzas en distintas guarniciones y a preparar el país para su reconstrucción, pero no tuvo tiempo para intentarlo, ya que una nueva invasión se había producido al norte de Italia.
Anteriormente, antes de morir en la batalla de Monte Lettere, el rey Teias mandó un mensaje al rey de los francos solicitando su ayuda, Teodebaldo I se negó a comprometer a la nación franca en esta guerra, pero dio permiso para participar a la tribu aliada suya, los "alamanes", con cierto número de tribus francas, todos al mando de Leutharis y Butilinus. A principios del 553 los francos y sus aliados alamanes invadieron Italia por el norte.
Los bárbaros contaron con el factor sorpresa, que se vio favorecido porque los bizantinos estaban al sur del país, persiguiendo a los restos de las fuerzas ostrogodas. Con una fuerza de 75.000 hombres, los franco-alamanes avanzaron sin casi resistencia, ya que no había ejército que se les opusiera.
Tomaron la ciudad de Parma y derrotaron a una fuerza de mercenarios hérulos al servicio de Bizancio, tras lo cual, muchos ostrogodos se pasaron a las fuerzas bárbaras, en la esperanza de que estos les librarían del yugo bizantino. En primavera del 554, los bárbaros marchan hacia el sur, penetrando por el centro de Italia y saqueándolo todo a su alrededor, deteniéndose en la región italiana del Samnio.
Reino ostrogodo siglo VI
Aquí los bárbaros dividen sus fuerzas, una de ellas marcha al norte al mando de Leutharis, atraviesa Apulia y Otranto y cargados de botín, quieren marchar a su país a disfrutar de las riquezas robadas, pero son sorprendidos por el general bizantino Artabanes, comandante de la guarnición de Pesaro, el cual derrota a la vanguardia bárbara y se hace con la mayor parte del botín de los bárbaros, los cuales de todos modos, siguen marchando al norte de Italia cruzando al otro lado de la frontera italiana.
Butilinus, marchó al sur, con la confianza de derrotar a los bizantinos y auspiciado por ostrogodos, conquistar toda Italia, pero para eso, primero tenía que derrotar a las fuerzas de Narsés.
No obstante tubo un contratiempo inesperado que fue crucial, su ejército tubo un ataque de disentería, que fue mortal para sus tropas, miles de ellos murieron rebajando su fuerza a 30.00 hombres, pero no obstante, tenía confianza en que con estas tropas, sería suficiente para derrotar a los bizantinos, ¡no sabía lo equivocado que estaba!.
Narsés, que tras la batalla del año anterior apenas pudo dar respiro a sus tropas para que descansaran, las aprestó nuevamente para la batalla, no obstante no las fatigó, sino que espero pacientemente a que los bárbaros avanzaran al sur para enfrentarse a ellos.
Contaba Narsés con un ejército de 25.000 hombres, entre los que había fuertes contingentes de mercenarios hérulos, por los que Narsés tenía una especial predilección, ya que habían rendido muy bien en las batallas que participaron a sus órdenes.
El ejército estaba dividido en fuerzas de infantería, caballería pesada y arqueros a caballo. Por lo tanto tenía fuerzas muy móviles en contra de los bárbaros, que eran fuerzas eminentemente de infantería, y aprovechó al máximo esa ventaja. La batalla se libro en octubre del 554, llamada la batalla del Volturno, y se dio al norte de la región de Campania.
El plan de batalla de Narsés fue igual al de la victoria del año pasado sobre los godos, no deseaba hacer riesgos innecesarios, no obstante un pequeño detalle casi da al traste con la victoria, un capitán hérulo fue ejecutado por asesinato, todo esto poco antes de la batalla, indignados, el resto de mercenarios hérulos se negaron a combatir, Narsés no se desanimó y confiando en que más tarde su unieran a la lucha (como así fue) desplegó su ejército.
La infantería en el centro, detrás los arqueros y en las alas la caballería, ocultando parte del flanco izquierdo de la vista de los barbaros. Se organizó una treta muy inteligente en la que participó el general de los mercenarios Hérulos llamado “Sindual”, el cual prometió a Narsés convencer a sus hombres para que entraran en la batalla.
Soldado de infantería, Lanciarii seniores, siglo VI d.C.
Dos jinetes hérulos aparentemente desertaron y dijeron a los bárbaros que los hérulos no participarían en la batalla, de hecho, dejaron un vacío en el centro del ejército bizantino, los guerreros francos aprovecharon esto para envestir por el centro, rompiendo su dispositivo.
Este choque fue terrorífico, porque en el combate cuerpo a cuerpo, la infantería franca es letal, aparte de ser unos excelentes guerreros, antes del cuerpo a cuerpo, estos intrépidos hombres lanzan sobre el adversario sus temibles hachas arrojadizas, las cuales siembran el desconcierto entre sus oponentes, para después lanzarse al cuerpo a cuerpo, como hicieron también en esta batalla.
Pero aquí hubo una diferencia, Narsés, aprovechando sus tropas móviles, su caballería, salieron de ambos flancos de su ejército para atacar en los flancos y en la retaguardia a las fuerzas bárbaras, ante lo cual estos no pudieron repelerlas por ser infantería.
La caballería bizantina, que tenía a mucho arqueros a caballo, se acercaba a una distancia prudencial y descargaba su letal carga de flechas, la cual hacía tremendos estragos sobre las apiñadas filas francas que atacaban el centro bizantino, luego los arqueros se retiraban y otros ocupaban su lugar, lanzando su mortal carga contra los impotentes bárbaros, que no podían responder de manera alguna al ataque.
Este ataque terrorífico de la caballería era hecho en círculo o ataque giratorio, en el cual todos los arqueros intervenían poco a poco, con el único esfuerzo de lanzar sus flechas y retirarse girando, pasar al lado de los francos, lanzar sus flechas y vuelta a empezar, así, en este ataque en forma de rueda, los francos recibían flechas ininterrumpidamente.
La confusión estalló en el ejército franco, lo cual fue aprovechado por los mercenarios hérulos, los cuales convencidos de que entraran en la lucha, cargaron por el centro bizantino.
Los bárbaros fueron exterminados sin piedad hasta la aniquilación, fue una victoria de Narsés total y triunfal. No obstante hubo que esperar a que 7.000 guerreros ostrogodos se rindieran cerca de Nápoles en primavera del 555 para dar por finalizada la campaña en el sur de Italia.
¡No obstante!, la guerra no había finalizado por completo ni mucho menos, si bien el centro-sur de Italia se había pacificado y parte de la región del norte, al norte del río Po, campaban a sus anchas los guerreros franco-ostrogodos.
Aquí Narsés tuvo que aplicar una guerra diferente para reducir a todas las guarniciones enemigas existentes, tuvo que llevarse a cabo una campaña lenta y laboriosa. La cual con el tiempo dio sus frutos, poco a poco fueron cayendo todos los bastiones enemigos y en el año 562 cayeron sus últimos feudos, Verona y Brescia.
Sitio de Roma 537 dC Ostrogodos atacan templo Adriano
Quizá ahora se imponía una relajación de los impuestos, ya que toda Italia estaba casi al borde de la ruina, desde que se inició la conquista de Italia en el 535 hasta la reducción de las últimas guarniciones ostrogodas en el 562, habían pasado 27 años de guerra y privaciones. Pero Narsés no aflojó en cuanto a la materia impositiva, (ni hubo relajación en ninguna otra materia) y no hubo la tan deseada y necesaria bajada de impuestos.
Las altas autoridades italianas habían acudido de vez en cuando a Constantinopla a presentar quejas de la conducta del Gobernador de Italia, pero Justiniano I tenía plena confianza en Narsés, amén de que como era un eunuco no podía aspirar al trono bizantino, ¡y esto pesaba mucho en la tranquilidad del emperador!, toda queja sobre Narsés cayó en saco roto.
RESUMEN Y ESTADISTICAS
Haciendo un balance general de las operaciones realizadas en Italia durante los años 535-62, el resultado para el imperio bizantino fue desastroso a todos los niveles; los recursos consumidos en las operaciones realizadas en Italia referente a hombres, dinero, suministros etc… fueron cuantiosos.
La campaña italiana para el imperio bizantino se podría comparar en cuanto a efectos perniciosos a la que fue la campaña de Vietnam para los EEUU en el siglo XX; una guerra sin fin en la que muchos soldados murieron en una causa poco justificada.
Italia tras la guerra quedó devastada por las operaciones militares que ostrogodos y bizantinos desarrollaron en sus tierras, hambre, privaciones y muchos sufrimientos tuvo que soportar la población italiana, la cual durante el reinado del anterior rey ostrogodo Teodorico, solo había conocido paz y prosperidad.
La misma Roma que en la época ostrogoda tenía unos 125.000 habitantes había visto durante la guerra un cruel asedio y la entrada en su ciudad varias veces de ostrogodos y bizantinos tomando y retomando la ciudad; al final, cuando los bizantinos la reconquistaron definitivamente, poco más de 30.000 habitantes disponía una ciudad que en el siglo II llegó a tener 1.200.000 habitantes.
Un cáncer se puede denominar la sangría económica que resultó la toma definitiva de Italia por un emperador que se empecinó obstinadamente tomar Italia por las buenas o por las malas, ¡obstinación hasta sus últimas consecuencias!.
"Draconarius" del Cuerpo de los Excubitores 565 d.C.
El caso es que cuando todo el imperio ostrogodo italiano había sido tomado definitivamente en el año 562, Justiniano ya tenía 79 años, era un emperador anciano que no vio mucho su obra realizada, ya que tres años después falleció.
Peor aún, Justino II, el nuevo emperador, destituyó al gobernador de Italia Narsés, que con tan buen acierto había llevado la conducción de la guerra en su última etapa; en el año 567 destituyo al anciano general, que por entonces tenía 89 años, pero que seguía gobernando Italia con mano de hierro y realizándolo con una astucia y energía impropia de sus edad.
Al año siguiente, el año 568 el pueblo lombardo, que había estado rumiando la invasión de Italia por las riquezas que en ellas vio (5.000 lombardos como tropas aliadas a las órdenes de Narsés, habían combatido en Italia a principios de la invasión bizantina a Italia en el año 552) inició dicha acción, ahora que el enérgico Narsés no ostentaba el mando.
El sucesor de Narsés no pudo detener la abalanza lombarda y aunque Narsés se ofreció a ayudar a Justiniano II para ayudar, este declinó la ayuda seguramente que por puro orgullo.
Todo lo que había conseguido Justiniano en largos años de lucha desapareció casi de un plumazo, ya que excepto Roma y el sur de Italia, el resto pasó a manos del pueblo lombardo.
Los movimientos bizantinos de tropas en Italia se podían resumir de la siguiente manera:
- Año 535, 12.000 hombres de Belisario desembarcan en el sur de Italia y Sicilia.
- Año 535, 8.000 Hombres al mando del general Mundo atacan por el Noroeste de Italia.
- Año 537, al mando de un general llamado Martín y proveniente de Grecia, vinieron unos modestos refuerzos de 1.600 jinetes eslavos y hunos provenientes de la zona Danubiana que hoy es la moderna Bulgaria.
- Llegaron a Roma 5.500 hombres entre ellos infantes isaurios y 2.000 jinetes al mando de Juan el Sanguinario.
- Año 538, al mando del general Narsés se venían 5.000 infantes y 2.000 jinetes hérulos.
- Año 544, Belisario es enviado a Italia con su regimiento personal, 4.000 hombres.
- Año 545, 3.000 soldados se concentran en la ciudad de Aspalato, entre fuerzas de un general llamado Valeriano que desembarcó en la ciudad de Tarento, más otras fuerzas enviadas desde Constantinopla.
- Año 552, Narsés es enviado a Reconquistar Italia al mando de un numeroso ejército de 30.000 hombres.
Narsés, general bizantino y Chambelán de Justiniano I
Esto y otros posibles refuerzos menores que se me escaparan, (aquí solo comento los de mayor envergadura) supuso para al arcas imperiales bizantinas un costo astronómico; no solo el mantenimiento de los soldados en Italia, el llevarles suministros de Bizancio, el pago de sus nominas, el trasladarles y sin fin más gastos que mermó sus finanzas.
Un dato calculado por el historiador Kenneth W. Harl, calcula que la conquista de Italia supuso una merma para las arcas imperiales de 21,5 millones de monedas de oro; esta rémora hizo que el tesoro imperial se empobreciera con el paso del tiempo.
Las campañas, no solo en Italia, sino en África y otros escenarios hicieron que el remanente de 23 millones de principios del reinado de Justiniano se esfumase rápidamente.
Pero aun, los ingresos anuales del imperio mermaron considerablemente gracias al aumento de impuestos y a la pérdida de población que supuso la peste que sacudió el imperio bizantino en los años 541-4.
Se calcula que se perdió ¼ de la población total, así que las recaudaciones anuales del imperio sufrieron:
- Año 518, recaudación 8,5 millones de nomismas.
- Año 540, recaudación 11,3 millones de nomismas.
- Año 565, recaudación 8,5 millones de nomismas.
Quizás las estadísticas reflejen que la disminución no fue muy prolongada, pero a partir del año 544 Justiniano solo pudo mantener la recaudación impositiva apretando las clavijas a los pobres ciudadanos de manera inmisericorde.
Rey ostrogodo Totila destruyendo las murallas de Florencia
Ciudadanos que se habían librado de la peste y sufrido mucho con la pérdida de habitantes y merma de ingresos y que ahora veían como otro infierno en materia de recaudadores de impuestos les estrujaba la vida, empobreciendo sus negocios y ganancias como trabajadores de manera agobiante.
Pero Justiniano tenía a Aparte de la campaña italiana, otros frentes abiertos, tanto a nivel ofensivo y defensivo, así que no aflojó la presa y los ciudadanos bizantinos hubieron de padecer sufrimientos y privaciones, los cuales aguantaron eso sí, de manera disciplinada o resignada, el emperador era persona sagrada o divina y no podía ser cuestionada.
Para finalizar, pongo el nombre de algunas unidades militares bizantinas, de las cuales se supieron sus nombres:
• Regii
• Primi Theodosiani
• Perso-Iustiniani
• Felices Perso-Armenii
• Cadisianus
Jinete romano de caballería siglo VI
Autor: eljoines.
Bibliografía:
- -La novela histórica de Robert Graves “el conde Belisario”, basado en los escritos de Procopio de Cesarea, secretario personal de Belisario y que le acompañó hasta el año 540 en todas sus campañas.
- Wikipedia.
- Satrapa1.
- También consulté los trabajos de escritores del imperio bizantino, los cuales son muy interesantes, como Hilario Gómez y Ronaldo Castillo.
- eljoines's blog
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Siempre agradable y bien hilado, Eljo. Estás hiperactivo (por el bien de MH, jejeje).
Me ha llamado la atención el uso de los estribos por parte de las tropas de caballería:
En el caso del godo, a la izquierda, es dudoso (no se ve bien en el dibujo), pero en el romano de la derecha, está clarísmo. ¿Estaba ya generalizada su utilización en época tan temprana?
Excelente. Me ha recordado lo mucho que disfrute con la novela de Robert Graves. Me la tengo que volver a leer algún día.
Respecto a lo que comentais de los estribos: se dice que es posible que se adoptaran a finales del siglo VI por los bizantinos (posiblemente por influencia de los ávaros); con lo que la imagen del jinete bizantino de finales de siglo podría ser correcta aunque discutible. En cuanto a la otra figura que representa el desafio del godo Valaris antes de la batalla de Faventia, creo que es forzar demasiado el ponerle estribos tan pronto.
Saludos.
Estupendo trabajo , muy completo!!!!
Resulta extraño que, para Justiniano, la conquista de Italia le resultaría de mucho provecho, tanto en el plano político como militar y al final, pese a la victoria, resultó muy perjudicial para constantinopla y la misma Italia, La primera quedaría en bancarrota e Italia quedaría devastada por la guerra, Para colmo de todo esto la dominación bizantina sobre la peninsula italiana durararía muy poco. En resumen mucho esfuerzo por los bizantinos para tan pobres resultados.
Un saludo, gran artículo!
Gracias wallace; a efectos modernos, podía compararse a la guerra de Irak que sostuvo los EEUU con el país y su posterior ocupación. Montañas de dinero empleado en intentar domar a un pueblo que, al menos en parte, se resiste a ser sometido, los gastos en mantener a un ejército permanentemente y con diversas operaciones militares en curso contra los insurgentes, obligaban a los EEUU a tener todos los años un presupuesto militar enorme para los gastos necesarios.
Lo de el imperio bizantino con Italia, aunque con una versión más modesta, debió ser muy equiparable o similar.
saludos
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Gracias amigo Manolillo, tengo hiperactividad de reserva para tres meses ( a razón de un artículo por semana) sin contar con la que pueda producir hasta entonces; pero viene bien tener una buena reserva por si hay crisis de ideas je,je,je.
Bueno, en lo referente al estribo, si no me equivoco todavía no se había inventado, creo que en una licencia del dibujante sin duda alguna.
saludos