La Guerra Onin
Durante 11 años (1467-1477) Japón se sumergió en la guerra (de) Onin. Iniciada por dos grandes señores rivales a cuenta de la sucesión en el puesto de sogún, la disputa acabaría arrasando Kioto e hiriendo de muerte al sogunato Ashikaga. El debilitamiento del gobierno central da paso a un periodo de inestabilidad conocido como la era de los estados en guerra (Sengoku), que duraría más de un siglo.
Ashikaga Yoshimasa
Yoshimasa se convirtió a su mayoría de edad (1449) en el 8º sogún (Seii-Taishōgun ) Ashikaga, seis años después de la muerte de su hermano. Yoshimasa era un amante de las artes y sería el impulsor de la “cultura Higashiyama”, que incluía artes como la ceremonia del té, el arreglo floral (ikebana), el teatro noh y el estilo de pintura monocromática sumi-e. Sin embargo Yoshimasa vivía en unos tiempos turbulentos que demandaban una mano extraordinariamente firme para contener a los cada vez más revoltosos samuráis. El propio Yoshimasa acabó llegando a la conclusión de que debía retirarse a comienzos de la década de 1460. No teniendo hijo que le sucediera, se reclamó la presencia en Kioto de su hermano Yoshimi, que tuvo que abandonar su puesto de abad en el monasterio Jōdo. Yoshimi se convirtió en 1464 en el ayudante de su hermano, y lo lógico era esperar que eventualmente lo sucediera tras un “periodo de prácticas”.
Sin embargo en 1465 nació el primer hijo de Yoshimasa: Yoshihisa; dando oportunidad a los samuráis de la época de lanzarse a su pasatiempo favorito: disputar acerca de la sucesión de una familia o clan, aunque no fueran los suyos. Los disputas sucesorias daban oportunidad a la forja y ruptura de alianzas, al formarse alianzas en torno a cada aspirante a la sucesión, por lo que era habitual que las principales familias interfirieran a fondo en el proceso. Un debilitado gobierno central (bakufu) era incapaz de poner freno a dichas disputas en las provincias, que muchas veces degeneraban en violencia, y ahora el propio bakufu se iba a ver en el centro de una de ellas.
El shōgun (1449-1473) Ashikaga Yoshimasa (1435-1490).
Yamana Sozen y Hosokawa Katsumoto.
El tema de la sucesión de Yoshimasa se convirtió en el campo de batalla para dos grandes señores (daimyō) que llevaban tiempo enfrentados, a pesar de que uno (Katsumoto) era yerno del otro (Mochitoyo/Sozen).
Yamana Mochitoyo (1404-1473) había sido el jefe del clan Yamana hasta 1450; oficialmente se había retirado y tonsurado como monje budista, tomando el nombre de Sōzen, pero en la práctica continuaba al frente de las intrigas por aumentar la influencia y poder del clan. Los Yamana habían estado cerca de la extinción tras haberse rebelado contra el sogunato a finales del siglo XIV, pero en breve tiempo habían recuperado su posición como un gran clan y parte de sus tierras, aunque probablemente estaban resentidos porque en su día habían controlado hasta 11 provincias. El hijo de Sozen, Yamana Noritoyo, ejercía de shugo (gobernador) de las provincias de Harima, Tajima, Bingo, Aki e Iga
Sozen estaba dotado de un colérico temperamento que se reflejaba rápidamente en su figura, al adoptar su piel un tono escarlata, era apodado el monje rojo. Los Yamana ofrecieron su apoyo a Tomi-ko, la madre de Yoshihisa, para lograr que el hijo de Yoshimasa fuera designado sucesor.
Yamana Sozen en una ilustración de Richard Hook para Osprey Publishing (Samurai Commanders 940-1576).
Hosokawa Katsumoto (1430-1473) era un influyente señor que había desempeñado un par de veces el puesto de kanrei de Kioto, una especie de mayordomo/delegado del sogún; siendo un habitual consejero de Yoshimasa. El puesto de kanrei era tradicionalmente ocupado sólo por miembros de 3 clanes: Hosokawa, Shiba y Hatakeyama. Los Hosokawa ejercían de shugo de las provincias de Awa, Awaji, Bitchu, Izumi, Sanuki, Settsu, Tamba, Tosa y Yamashiro. Aunque de un animo tranquilo diametralmente opuesto al de su suegro, Katsumoto no dudó en reaccionar a la maniobra de Sozen, apoyando a Yoshimi como eventual sucesor de su hermano.
No era la primera vez que ambos señores se enfrentaban en una gran disputa sucesoria. Ya se habían opuesto en temas sucesorios que afectaban a los grandes clanes Shiba y Hatakeyama. Pero en 1466 dieron un paso más lejos, empezando a congregar tropas en Kioto. En un alarde de fuerza, ambos clanes reunieron a sus guerreros, parientes y aliados. Una crónica japonesa habla de que el ejército “oriental” de los Hosokawa lo formaban 85.000 hombres (60.000 del propio clan) mientras que el “occidental” de los Yamana llegaba a 80.000 (30.000 del propio clan). Las cifras no son del todo fiables, pero se pueden tomar como referencia de que los Yamana habían tenido éxito en su agresiva política de alianzas, compensando el ser un clan más pequeño.
Hosokawa Katsumoto en una miniatura de Aero Art International (fuente: aeroartinc.com)
Estalla la Guerra
El primer movimiento lo dieron los Yamana: pero en vez de sacar el tema de la sucesión del sogún, se denunció la interferencia de Katsumoto en una disputa entre dos señores Hatakeyama por el puesto de kanrei, pidiendo la ejecución de Katsumoto y de Hatakeyama Masanaga. Yoshimasa amonestó ligeramente a Katsumoto y advirtió a los dos bandos de que no se inmiscuyeran en los asuntos de los Hatakeyama, avisando de que conseguiría del emperador la “etiqueta” de rebelde para aquel bando que iniciara las hostilidades en la capital. Al final el puesto de kanrei acabó en manos de Shiba Yoshikado, un aliado de Yamana Sozen.
Durante un tiempo ambos bandos se observaron, mientras analizaban la distribución de la capital. Los shugo tenían grandes mansiones en el sector norte de Kioto -ya que los que controlaban más de dos provincias estaban obligados a residir en la capital-, y en caso de conflicto los bloques donde se ubicaban se iban a convertir en los campos de batalla. La coalición Hosokawa se concentraba en el sector nordeste de Kioto y la Yamana en el sector noroeste.
En febrero los Hosokawa recibieron la alarmante noticia de que los Ouchi, con 20.000 hombres, pensaban unirse a los Yamana. A finales de mes, la mansión de un general Hosokawa fue misteriosamente pasto de las llamas. En abril los Hosokawa atacaron a tropas Yamana que transportaban arroz a la capital. La guerra comenzó oficialmente a finales de mayo con el ataque Hosokawa a una mansión del clan Isshiki, miembros del ejército “occidental”. Dicha mansión era la más próxima al edificio del bakufu en poder de las tropas orientales, y su destrucción suponía cortarles el acceso directo al sogún.
La Ōnin no Ran había empezado, era el año 1 de la era Onin, ya que los diversos sucesos en torno a la capital llevaron a la corte a decidir que se había producido un cambio de era.
El palacio Hana no Gosho, sede del bakufu, también conocido como Muromachi-dono por la “avenida” en la que estaba localizado y que acabaría dando nombre al periodo Muromachi (1338-1573). Un poco más al norte de la misma avenida se encontraban tanto la mansión Hosokawa como el monasterio Shōkoku-ji.
Los Yamana rápidamente lanzaron represalias contra cualquier edificio Hosokawa que se encontrara en el sector occidental de Kioto. Los asaltos a mansiones rivales solían acabar con el saqueo y la quema de todo el bloque donde se alzaba dicha mansión. Seis shugo (3 por cada bando) vieron en esos primeros días como sus mansiones eran asaltadas y demolidas por ocupar posiciones indefendibles para sus respectivos bandos; siete templos siguieron su misma suerte.
Tras hacer limpieza de sus sectores, ambos bandos se esforzaron en fortificarse, colocando barricadas y empezando a abrir trincheras en zonas demolidas. Los Hosokawa contaban con la ventaja de controlar el sector donde se encontraban los edificios del bakufu y el Palacio Imperial; sin embargo los Yamana les impidieron expandirse más allá de su sector, por lo que tenían bloqueadas las rutas oeste, sur y este de salida de la ciudad.
A pesar de las dificultades, los refuerzos y suministros llegaban a los Hosokawa. La guerra Onin iba a ser peculiar por librarse sobretodo en una ciudad, pero no se debían descuidar del todo los provincias ya que eran las que nutrían de tropas y víveres a ambos bandos. Así cuando los Naito de Tamba acudieron con casi todas sus fuerzas a la capital a unirse a Katsumoto, dejaron prácticamente desprovista de defensas dicha provincia, de lo que se aprovecharon los Yamana para atacarla a placer.
Escena de la guerra Onin en una crónica de la época sobre el templo Shinnyo-do de Kioto. El templo fue destruido durante la guerra y reconstruido más tarde.
Clímax
En septiembre llegaron las tropas Ouchi, siendo incapaces los Hosokawa de interceptarlos. Los reforzados Yamana se lanzaron al ataque, consiguiendo arrebatar a los Hosokawa un buen puñado de los bloques de edificios que constituían su línea defensiva. Los Yamana incluso se permitieron atacar el Palacio Imperial, destruyendo varios edificios adyacentes como el monasterio Sambo-in. La guardia del Palacio tuvo que ser reforzada y el emperador Go-Tsuchimikado trasladado al edificio del bakufu para evitar una posible captura. No todo fue bien para Sozen que además de haber sido declarado oficialmente “rebelde”, vio como moría su hijo Noritoyo, teniendo que asumir de nuevo oficialmente el gobierno del clan.
Katsumoto se aferró a la esquina que conservaba, reclamando urgentemente refuerzos de las provincias. En octubre sus principales puestos defensivos estaban reducidos a su propia mansión, el edificio del bakufu y el monasterio Shōkoku-ji. El alivio vino en forma de refuerzos traídos por el clan Akamatsu, que consiguieron abrirse paso hasta el sector Hosokawa, a pesar de los numerosos intentos del ejército oriental de impedirlo. Los Yamana aún consiguieron tomar a primeros de noviembre el Shōkoku-ji -tras sobornar a un monje para que iniciara un fuego-, pero el esfuerzo los dejó completamente rotos.
Tras cinco meses de intensas luchas buena parte de Kioto había sido reducida a cenizas o escombros, dejando irreconocible a la capital. La carnicería había sido enorme; por ejemplo los Ouchi tras llenar 8 carretas con las cabezas de sus enemigos derrotados, tuvieron que renunciar a recolectarlas todas.
Durante los combates en la zona del arrasado Shōkoku-ji, nos encontramos con un hecho que las crónicas consideraron notable: la derrota de la caballería del clan Rokkaku (ejército oriental) por una unidad de infantería equipada con yari (lanzas/picas) al mando de Hatakeyama Masanaga en un terreno arrasado supuestamente favorable para la caballería. Aunque otros daimyō habían ya entregado lanzas a parte de su infantería en sustitución de la más tradicional naginata o del arco, a Masanaga se le considera uno de los pioneros en transformar a una agrupación infantes+yari en un combinado verdaderamente eficaz y capaz de frenar a la caballería en el campo de batalla.
Samurai armado con una yari en una ilustración del siglo XIX; a su espalda lleva el horo, un accesorio que cobró esa llamativa forma durante la guerra Onin. Normalmente era usado por mensajeros y por los guardaespaldas de los daimyō.
Estancamiento
A lo largo de 1468 los combates en Kioto fueron disminuyendo de escala. Se seguían realizando incursiones, pero si al principio ambos bandos se habían esforzado en demoler edificios para crear espacios de maniobra para los ataques de la caballería, ahora se acometió con vigor reforzar las posiciones propias: las trincheras se extendieron y se ampliaron hasta llegar a alcanzar los 3 metros de alto y los 6 metros de ancho. Torres de vigilancia se elevaban en puntos estratégicos para controlar los movimientos del rival.
Se tuvieron que poner en acción maquinas de asedio para atacar las líneas rivales. Además de lanzarse piedras, se recuperaron antiguas técnicas traídas de la China en forma de proyectiles incendiaros, destacando el uso Hosokawa de proyectiles de cerámica rellenos de pólvora disparados desde trabucos (catapultas).
La fortaleza de las líneas defensivas impidió nuevos ataques a gran escala y todo el protagonismo pasó a las incursiones. En estas cobró un papel protagonista la infantería ligera constituida por los ashigaru (“pies ligeros”), muchos de ellos pobremente equipados (salvo por lo que pudieran saquear) pero bastante aptos para una guerra irregular consistente en realizar golpes de mano e incendiar torres y edificios enemigos.
Los Hosokawa bombardean con granadas incendiarias las posiciones Yamana. Ilustración de Howard Gerrard para Osprey Publishing (Ashigaru, 1467-1649).
Katsumoto volvió a ser nombrado kanrei, pero vio como Yoshimi -que había abandonado Kioto durante los combates de 1467- se pasaba al bando de Sozen, convirtiéndose en uno de los generales “orientales”; lo cual no dejaba de crear algo más de confusión acerca de los motivos de lucha entre Katsumoto y Sozen. Dado que Yoshimi se había unido a los “rebeldes”, en 1469 Yoshimasa hizo oficial que su hijo le sucedería cuando se retirara.
A partir de 1468 el conflicto se trasladó a las provincias. Ambos bandos animaron a rebeliones en las provincias de sus rivales. El colapso del bakufu y la presencia en Kioto de los shugo y los principales daimyō hizo que el caos fuera un mayor, ya que muchos samuráis aprovecharon la ocasión para desafiar a sus señores y/o vecinos. Además por el campo abundaban los grupos de campesinos armados (ikki) surgidos en principio como medio de autodefensa pero que también se implicaban a menudo en las disputas de los samuráis.
Ataque a un campamento durante la guerra Onin en una pintura del siglo XIX (fuente: fujiarts.com) Ilustración de Howard Gerrard para Osprey Publishing (Ashigaru, 1467-1649).
El Fin de la Guerra Onin
Los cada vez más cansados daimyō empezaron a abandonar Kioto a finales de 1472 para tratar de poner orden en sus dominios. Tanto Katsumoto como Sozen empezaron a buscar un modo de llegar a un acuerdo pero ambos murieron en 1473, con dos meses de diferencia. Al año siguiente sus sucesores firmarían la paz entre ambos clanes. Sin embargo no era una paz total, ya que Ouchi Masahiro se había empeñado en que Yoshimasa y Yoshimi tenían que hacer las paces. Yoshimasa había dejado clara su intención al respecto al retirarse oficialmente en 1473 y dar paso a su hijo, aunque este fuera demasiado pequeño para ejercer todavía de sogún.
Con la marcha de numerosos samuráis de ambos bandos, las fuerzas Ouchi estaban cerca de convertirse en el único ejército de importancia presente en Kioto. Yoshimasa y el kanrei Hatakeyama Masanaga tuvieron que esforzarse en convencer a varios generales “occidentales” de permanecer a su lado y a varios “orientales” de someterse al sogunato.
La guerra no terminaría hasta el año 1477; dado que en 1469 se había cambiado a la era Bunmei, la guerra también es conocida como “guerra de Onin y Bunmei”. El conflicto se dio por terminado cuando Ouchi Masahiro levantó su campamento en Kioto y regresó a sus dominios. Eso sí, antes de marcharse se prendió fuego al sector de la ciudad que ocupaba, de lo que se acusó oficialmente a unos simples ashigaru. El triste y gratuito acto final de destrucción no deja de ser un reflejo de lo que había sido esta dañina guerra. Buena parte de la esplendorosa Kioto había sido arrasada, perdiéndose varios cientos de los edificios principales y casas por miles.
Ashigaru del siglo XV armado con una naginata, miniatura de Pegaso Models (fuente: miniaturasjm.com). El término ashigaru se empezó a emplear durante las guerras Nanbokuchō (siglo XIV) pero es en la guerra Onin en la que se consolidan como parte fundamental de los ejércitos samurái.
El Legado de la Guerra Onin
El estallido de la guerra se considera el inicio del periodo Sengoku o “de los estados en guerra”. El ya debilitado poder del sogunato Ashikaga recibió un golpe casi letal. Los shugo abandonaron la capital al comprender que el apoyo del bakufu ya no era suficiente para mantenerse al frente de sus tierras y muchos tuvieron que luchar contra sus antiguos delegados provinciales (shugodai), que se habían acostumbrado a controlar las provincias en ausencia del señor principal.
Los propios Hosokawa aunque teóricamente triunfantes -Hatakeyama, Shiba y Yamana quedaron muy debilitados- y capaces de manejar a varios de los posteriores sogunes como marionetas, verían reducido progresivamente su poder y finalmente tendrían que aceptar convertirse en vasallos de Oda Nobunaga, que puso fin al sogunato Ashikaga.
Los Oda habían sido en origen los encargados de ejercer de shugodai para los Shiba en la provincia de Owari. Si impactante fue el ascenso de los Oda a la categoría de gran clan, capaz de soñar con la unificación de Japón, hubo casos aun más sobresalientes en una época de Gekokujō (“los inferiores se alzan sobre los superiores”). Tenemos el caso de Ise Shinkuro, un samurái que acudió a la guerra Onin con sólo 6 seguidores y que acabó fundando el clan Hojo (tardío), uno de los más poderosos de la era Sengoku.
No sólo hubo convulsiones entre las relaciones de poder y vasallaje dentro de la clase samurái, los campesinos ya sea sirviendo como tropas de infantería ya sea formando parte de una ikki, encontraron ocasiones para salirse de los antiguos esquemas sociales. Especialmente significativo fue el reforzamiento del movimiento ikkō-ikki: sectas de monjes guerreros, que aumentaron su poder e influencia; siendo el caso más llamativo su conquista de la provincia de Kaga en 1488, de donde expulsaron completamente al clan samurái gobernante. Otro caso significativo fue el de Toyotomi Hideyoshi, que hijo de un simple ashigaru pudo ascender en base a sus méritos marciales hasta convertirse en el sucesor de su señor Oda Nobunaga y ser uno de los Tres Unificadores del Japón, junto a Nobunaga y Tokugawa Ieyasu.
Autor: Flavius Stilicho
Fuentes:
-
Gilbert, J. The Onin War (samurai-archives.com)
-
Turnbull, S. Samurai Commanders, 940-1576.
-
VV.AA. (Stanford University Press). War and State Building in Medieval Japan.
-
Wikimedia Commons para aquellas imágenes en las que no se expresa otro origen.
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Excelente el trabajo, claro didáctico, me interesa especialmente la historia y cultura oriental. Las ilustraciones son magnificas, es una forma de interesarse por un tema y profundizarlo. MVR30
Hola Flavius
Muy curioso este artículo, no conozco nada de la historia de Japón salvo de la moderna, por lo que me ha resultado un texto difícil de entender en algunos aspectos por mis lagunas en su historia. De todas formas me llama la atención esta guerra que no se realiza en un campo de batalla sino en la ciudad.
A continuación y ya puedes perdonar, pero planteo algunas preguntas debido a mi ignorancia en la historia japonesa
¿A que equivale el rango de shogun en occidente?, sería una especie de magister militum o más bien una especie de señor feudal, porque parece que sus vasallos podían ir por libre. ¿Entiendo que solo existía un shogun cada vez?
De la lectura se desprende que Tenía además más poder que el emperador ¿No? ¿Cómo es posible que se intente capturar al emperador y el bando que lo intenta no sufra consecuencias? Entiendo que por aquél entonces su figura era más decorativa el autentico poder lo tenía el shogun o los shugo.
¿los shugo entiendo que son un rango menor, una especie de gobernadores de probincias?
¿Quién formaba el bakufu el emperador y ministros....?
Un poco escabroso ya era el tipo este Yoshimasa, mira que dejar que se le monte una guerra como esta, no sé, como no buscara una caída del gobierno no lo entiendo.
Un saludo.
Muchas gracias por tus respuesta Flavius, me han acarado bastantes cosas, quizás el pretender buscar un equivalente occidental para estas instituciones y rangos japoneses, fuese un error por mi parte, ya que es un sistema diferente aunque dentro del contexto feudal y hay que estudiarlo desde sus bases.
Por cierto ¿sabes si eran comunes en Japón estas guerras dentro ciudades? O es este un caso excepcional. Ya que en este caso no estamos hablando de un asedio, sino de una auténtica guerra que dura años en la ciudad, Como si de una guerra de bandas de la actualidad se tratara.
Saludos
Hola Flavius!
Gran artículo. Me encanta este conflicto, recuerda a una guerra de mafiosos pero con ashigarus y samurais con katanas y naginatas en lugar de italianos con subfusiles Thompson y colts. Me gustaba la historia de Asia pero nunca profundicé nada hasta hace muy poco y me está encantando -tanto como para plantearme muy seriamente hacer un trabajo de fin de grado sobre algo de Japón o Korea- pero a parte de los pocos libros de la biblioteca que hay en mi universidad no se por donde empezar y tengo claro que en el Grado de Historia en la UGR no voy a dar apenas nada sobre el tema. ¿Podrías aconsejarme sobre paginas web o libros (sobre todo libros) que traten el tema?
Saludos.
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Hummmmmmmmmm, no manejo mucho la época samurai en el Japón feudal, solo tu buen hacer narrando el tema, hace que hubiera tiendo algo de interés para mi.
saludos