La incursión confederada a Washington en el verano de 1864
Estamos en el tercer año de la guerra que desangra a los EEUU, una guerra de separación en la que los estados Confederados del sur del país, enfrentan a los del resto de la nación norteamericana o estados de la Unión; los cuales se aponen a una nación dividida en dos mitades, y propugna la unión de todos los estados americanos, tal como existían antes de la guerra.
Los años 1861-63 fueron una guerra en la que el equilibrio entre los dos bandos persistió, pero que a partir de la batalla más grande del conflicto americano, Gettysburg, empezó a decantarse para el bando de la Unión.
El año 1864 fue decisivo para que la Confederación empezara a ver muy negro el panorama bélico; en marzo de 1864, el presidente de la Unión Abraham Lincoln, nombró comandante de los ejércitos de la Unión a un general llamado Ulysses S. Grant.
Hasta entonces los mandos de la Unión habían luchado sin una conjunción estable; ahora todos lucharían de manera unitaria bajo el mando de hierro de Grant y sin descoordinación alguna.
La guerra en el Este del país tuvo sus peculiaridades, ya que la capital de la Unión, Washington estaba a 160 Km. al norte de Richmond, capital de la Confederación; esto hizo que la estrategia entre ambos bandos tuviera como eje este núcleo de la guerra.
El general confederado que dirigió la incursión a Washington, Jubal Anderson Early
Los ejércitos maniobraban intentando tomar la capital del bando contrario sin tener en cuenta otros aspectos estratégicos de la guerra; con Grant al mando de la conducción de la guerra, los objetivos fueron otros.
El general unionista tomó como objetivo inmediato la destrucción de los ejércitos de la Confederación, los cuales en la zona de la capital confederada de Richmond estaban al mando del capaz general Robert E. Lee; como dijo Grant, “una vez destruidos los ejércitos del Sur, sus ciudades caerían solas”.
¡Pero Lee no le pondría las cosas tan fáciles!; no en vano, Lee era considerado, (y lo fue durante toda la guerra) “el mejor general de los dos bandos”. En mayo de 1864, los ejércitos de Grant se pusieron en marcha al norte de Virginia (estado de la Confederación) para enfilar al sur y destruir los ejércitos confederados y tomar su capital Richmond.
Los ejércitos de la Unión de Grant disponían de un número elevado de hombres, unos 118.000 hombres, apoyados por 318 piezas de artillería y un gran equipo de carretas, unas 4.000, las cuales llevaban toda la impedimenta unionista.
Por el contrario los hombre de Lee solo podían oponer 61.953 hombres, apoyados por 224 piezas de artillería; la falta de armas y equipos en el bando confederado era acuciante, (todo lo contrario en la Unión, todos perfectamente pertrechados para la dura tarea que se imponía) de manera que solo el buen estado de las armas y la moral de combate era lo único que equilibraba a ambas partes, porque en el resto, todo era superioridad de la Unión.
Artillería de la Unión
Sangrientas batallas como las que se dieron en el 5-6 mayo en Wilderness, 8-9 de mayo en Spotsylvania o el 1 de junio en Cold Harbor, jalonaron la marcha de Grant al sur, luchando el general unionista por envolver al ejército de Lee, y este tratando de evitar dicho envolvimiento.
Pero la maniobra de Grant estaba dando resultados, aunque a un gran coste; 60.000 bajas en total había costado al ejército de la Unión su marcha al sur; pero por el contrario, las bajas habían sido sustituidas con otros tantos refuerzos venidos del norte del país.
Pero por el contrario, el ejército de Lee, aunque había sufrido solo unas 25.000 bajas, la operatividad del mismo estaba por los suelos, y ciertamente, no podía recibir tantos refuerzos como Grant, para compensar sus elevadas pérdidas.
Grant estaba luchando en las cercanías de Richmond, y al contrario que sus otros predecesores en el mando, si era derrotado seguía marchando al sur y por el contrario si salía victorioso, también seguía su marcha al sur.
Grant cumplía su compromiso a rajatabla, ¡marchar al sur contra viento y marea!; las cosas estaban muy mal para la Confederación; pero aquí como en otras tantas ocasiones, Lee pensó un plan brillante, que quizá pudiera tener alguna utilidad si era ejecutado con audacia.
El presidente de la Confederación Jefferson Davis
El plan consistía en lo siguiente, el 2º cuerpo del “Ejército de Virginia”, (o también “Ejército del Este”, el cual llevaba luchando con el ejército de la Unión tres años) el cual estaba compuesto por unos 15-20.000 hombres, marcharía al Noroeste del estado de Virginia, pasaría por el valle del Shenandoah y enfilaría al Este, camino directo a Washington.
La capital de la Unión no estaba bien guarnecida, ya que las tropas de la Unión estaban por aquellos momentos intentando tomar la capital confederada; en cuanto los políticos de Washington vieran aparecer las tropas sudistas a las afueras de la capital, llamarían a Gritos a Grant para pedir que los protegiera.
La flaqueza de la clase política dirigente era una debilidad que Lee quería explotar a su favor; con esto, la presión de Grant en la capital confederada disminuiría; pero si lograba tomar y saquear la capital unionista, sería un golpe psicológico del que la Unión tardaría en reponerse.
Pero para que el plan funcionara a la perfección, la velocidad era una de las armas más importante en este audaz golpe; El mando del pequeño ejército estaría al mando de un consumado oficial virginiano, el cual había participado en todas las grandes batallas del Este y tenía una gran reputación, tanto de su valentía, como por su mal carácter.
Mapa de los EEUU durante la Guerra Civil Americana
El nombre de este soldado era Jubal Anderson Early, y Lee confió a este oficial la arriesgada misión encomendada; el 2 de julio fue día del inicio del avance de Jubal. La velocidad lo era todo, así que no debería entretenerse en acción que pudiera retardar el avance.
Sin embargo, esta orden estaba reñida con la otra que también recibió, y es que la Confederación, o en particular el ejército de Lee, estaba falto de todo lo necesario para luchar en campaña.
Armas, municiones, equipos y abastecimientos de todo tipo, eran las carencias del ejército de campaña de Lee; así que además de la velocidad, Jubal tenía orden de apropiarse de todo aquello de utilidad que pudiera encontrar por las poblaciones por donde pasara.
Maryland era el estado de la Unión por donde pasarían las fuerzas confederadas de Jubal; el estado, aunque leal a la Unión, era un estado “esclavista”, (que tenía esclavos negros) y había muchos simpatizantes de la Confederación entre sus habitantes, así como también muchos soldados confederados originarios de Maryland.
Durante los primeros años de la guerra la Confederación había cortejado vigorosamente al estado de Maryland para que se pasara a las filas de los estados confederados; pero a pesar de los varios intentos, entre los años 1861-3, Maryland, a pesar de la minoría pro-confederada que había entre sus habitantes, siguió inquebrantablemente leal a la Unión.
Tropas confederadas en acción
En 1862 y 1863 había sufrido dos invasiones por parte de las fuerzas confederadas, pero estas a su paso por las poblaciones, respetaron escrupulosamente las haciendas civiles de sus habitantes, como un intento de ganarse los corazones de los habitantes de Maryland.
Sin embargo, ya en verano de 1864 estaba absolutamente claro que si Maryland no se había pasado a la Confederación los dos primeros años de la guerra, (cuando la situación entre ambos contendientes era de equilibrio) no lo iba hacer ahora cuando la Unión estaba siguiendo una campaña victoriosa sobre las fuerzas confederadas.
La moderación de las fuerzas confederadas por territorio de Maryland en 1862-3, se debió en parte a que el general Lee comandaba las tropas confederadas; Lee era un general y un caballero, el cual no era partidario de saqueos de ningún tipo.
Todos las requisas serían pagadas escrupulosamente (aunque la devaluada moneda confederada era aceptada a regañadientes por los civiles que sufrían la requisa, ya que no tenían otra opción) y no se organizarían incendios ni destrucciones innecesarias de ningún tipo bajo pena de arresto (Algo muy diferente de lo que hacían los soldados de la Unión cuando incursionaban en territorio de Virginia).
Mapa de la Batalla de Monocacy, Maryland, Estados Unidos, Julio 9, 1864
Pero Lee no estaría con el combativo Jubal, el cual tenía otra idea de responder a las agresiones de la Unión en su estado natal de Virginia; además tenía órdenes de llevar suministros a las tropas confederadas, y a ello se aplicaría entusiásticamente.
Una estala de saqueos jalonó su paso por el estado de Marylan, donde ahora no tuvieron los confederados “medias tintas” a la hora de saquear todo lo que de utilidad que pudieran levarse, ¡y a fe por lo conseguido tras la vuelta!, el ejército de Lee recibió una buena remesa de aprovisionamientos de todo tipo, lo cual reforzó la moral confederada.
Pero vayamos a la invasión de Jubal, esta se inició el 2 de julio por la zona del valle del Shenandoah (donde si encontraba fuerzas unionistas tendría que eliminarlas), al Noroeste de Virginia; Jubal se retrasó unos días en un fracasado intento de capturar a una pequeña fuerza unionista bajo el mando de un oficial llamado bajo Franz Sigel en la localidad de Virginia Occidental (estado separado de Virginia y leal a la Unión) de Maryland Heights , cerca de Harpers Ferry.
Sin embargo es posible que aunque no capturó a los unionistas, estos posiblemente escaparon, ya que se tiene noticias de que el saqueo a la localidad por los confederados fue manifiesto, ¡de hecho!, se dijo que los balcones de las casas fueron arrancados de cuajo, ya que su hierro era vital para la Confederación.
Banderas de combate confederadas
Posteriormente, Jubal giró al Este y entró en Maryland el 5 de julio, (cerca de la localidad de Sharpsburg); se hizo esfuerzos por interrumpir el tráfico ferroviario unionista que iba de la ciudad de Baltimore y estado de Ohio y siguiendo rumbo Este, Jubal entró el 7 de julio.
Allí permaneció dos días y siguió rumbo Este, ya decidido a entra en Washington; cerca de la capital de Washington las cosas empezaron a empeorar para Jubal, el cual hasta entonces no había tenido una oposición seria por parte de los unionistas, en parte debido a la sorpresa de su entrada en Maryland, la cual nadie se esperaba y que consiguió por sorpresa a los unionistas.
Pero ahora, poco a poco estos empezaban a reaccionar, lo cual implicaba que Jubal tendría que moverse deprisa si no quería que su empresa fracasara; pues como comentaba, una pequeña fuerza unionista salió a interceptar su marcha.
Esta estaba al mando del general de división Lew Wallace (el cual años más tarde escribiría un libro que se convertiría en un auténtico Bestseller, “Ben-Hur”, el cual se convirtió en el libro más vendido de los EEUU y el mejor en el país durante el siglo XIX) dirigiendo una variopinta pequeña fuerza, reforzada urgentemente esta por dos brigadas del Cuerpo VI del ejército de la Unión, las cuales se sacaron de las fuerzas unionistas estacionadas cerca de Richmond, por el general de división James B. Ricketts.
Presidente de la Unión Abraham Lincoln
Esta fuerza improvisada tendría que retrasar el avance confederado hasta que las fuerzas unionistas pudieran organizar los refuerzos a la capital unionista; ¡Wallace cumplió su cometido con creces!.
El general unionista había sido apercibido unos días antes de la incursión confederada, cuando estos interrumpieron el ferrocarril Baltimore-Ohio, por lo que pudo aprestarse a la batalla con tiempo; pero no es menos cierto que sus tropas eran novatas en batalla (no tenían más que un periodo de servicio de unos tres meses en el ejército tras su reclutamiento) y no estaba seguro del todo como responderían en una batalla organizada.
El mismo tampoco era un oficial muy experimentado que digamos, su currículum como combatiente era escaso; en 1862 había tenido un comportamiento dudoso en la batalla la batalla de Shiloh, no se le culpó, pero los altos mandos guardaron un prudente silencio sobre su actuación.
Pero el hecho es que Wallace fue reasignado, siendo enviado a un escenario de guerra menos ambicioso que el ejército unionista de Grant, el cual invadía el estado confederado de Mississippi.
Wallace fue enviado a realizar la defensa de la ciudad de Cincinnati en el estado unionista de Ohio, durante la incursión que el general confederado Braxton Bragg había realizado sobre el estado unionista de Kentucky.
Este estado era limítrofe por el Norte con Ohio, adonde las fuerzas confederadas llegaron y dado que Cincinnati era una ciudad situada entre el límite de ambos estados, necesitaba una protección especial, dado que los confederados llegaron a incursionar cerca de la ciudad.
Choque entre jinetes unionistas y sudistas
Wallace estuvo el resto de la guerra en labores de guarnición, sin embargo ahora se le presentó una ocasión de oro para lavar su mancillada reputación; no contaba más que con unos 5.800 hombres (incluido el refuerzo de las dos brigadas veteranas del general James B. Ricketts, unos 3.350 hombres, los cuales fueron bien recibidos entre los novatos liderados por Wallace) contra los 15.000 veteranos de Jubal, lo cual daba a la batalla un carácter de, ¡desesperación!, ante lo cual Wallace no se dio por vencido.
El 9 de julio se dio la batalla de Monocacy a las afueras de la localidad de Frederick (Maryland) donde las fuerzas de la Unión fueron batidas por los confederados de Jubal; las bajas unionistas fueron unas 1.200 por 800 de los confederados.
Sin embargo la batalla logró su cometido, retrasar a Jubal mientras los refuerzos unionistas llegaban a Washington; Jubal pasó el resto del día reorganizando sus tropas y que estas descansaran de la batalla para reemprender la marcha a Washington el día 10.
Jubal llegó a las vecindades de la capital, cerca de uno de los fuertes que protegían a la misma, Fuerte Stevens; Jubal podía ver la cúpula del Capitolio a través de sus gafas, lo cual daba la idea de la cercanía de la capital, pero con sus tropas estaban agotadas por el calor y la larga marcha (era verano) y al ver el impresionante Fuerte Stevens, decidió no atacar y dejar descansar a sus hombre un día más.
Al día siguiente 11 de julio, hubo intercambios de artillería y escaramuzas entre ambas fuerzas, repitiéndose el 12 de julio también; Jubal comprendió que los fuertes de Washington habían recibido nutridos refuerzos de las tropas de Grant y que realizar un ataque a gran escala con sus agotadas fuerzas, podría acabar en un desastre para él.
Billete de 100 dólares de los Estados Confederados de América
Las bajas de las escaramuzas de ambos días habían sido ligeras, 373 unionistas por 500 confederadas, sin embargo, tras hacer un balance de la campaña, Jubal supo que no se podía hacer más; también estaba deseoso de llevar a Lee todos los aprovisionamientos de todo tipo que había requisado en su campaña a Washington.
Así que sin pensárselo mucho, en la madrugada del 13 de julio, Jubal retrocedió al Condado de Montgomery en Maryland y posteriormente, cruzó el río Potomac, entrando en la localidad virginiana de Leesburg, ya en terreno confederado.
Para finalizar y como hecho anecdótico, en las escaramuzas que se dieron alrededor del fuerte Stevens los días 11 y 12 de julio, una de ellas fue contemplada por el presidente de la Unión Abraham Lincoln; este junto a su esposa y varios oficiales contemplaron desde el fuerte el intercambio de disparos entre ambos bandos.
Sin embargo, la alta estatura del presidente (1,90 m.) junto con su característico sombrero de copa alta, le hacían un perfecto blanco para los tiradores confederados, ¡de hecho!, un cirujano que se hallaba a su lado fue herido levemente.
Infantería de la Unión
Un oficial norteño llamado Horacio Wright y en el calor del momento, sin saber quién era el individuo en cuestión, agarró al presidente, obligándole a agacharse y espetándole, ¡agáchese idiota!.
Pasado el momento de peligro, Lincoln se volvió al joven oficial diciéndole socarronamente, “me place ver, que sabe usted como dirigirse a los civiles teniente”.
La campaña, (a pesar del éxito por Jubal de suministrar valiosos pertrechos y aprovisionamientos, de los que tenía urgente necesidad el ejército de Lee) fue un fracaso; el general unionista del general Grant no iba a aflojar la presión que mantenía sobre las tropas de Lee en Richmond, ni el presidente Lincoln obligaría a Grant a distraer tropas de su objetivo, ¡la destrucción de las fuerzas de Lee!.
Todavía quedaba tiempo hasta que Lee se rindiera en la primavera de 1865 a los ejércitos de la Unión; pero los confederados ya no tuvieron ningún atisbo de esperanza en salir bien librados de la guerra, su derrota se perfilaba en el horizonte y ya no tenía remedio alguno.
General confederado Robert E. Lee
Autor: eljoines
Bibliografía:
- “Los Estados Unidos desde 1816 hasta la Guerra Civil”, de Isaac Asimov.
- http://www.portalplanetasedna.com.ar/secesion.htm.
- http://www.robertexto.com/archivo/guerra_civ_americ.htm.
- eljoines's blog
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Muy interesante como siempre. El tener las dos capitales tan cerca daba lugar a este juego de proteger tu capital amenazando la del contrario, creo que Churchill más tarde lo compararía con un juego de ajedrez. Sin embargo me ha sorprendido que para 1864 los confederados todavía estuvieran en condiciones de poner en peligro a Washington.
Como curiosidad he encontrado un trailer de una pelicula-documental sobre la batalla:
Saludos.
Ya he conseguido encontrar la cita exacta de Churchill: "Por tanto, las dos capitales estaban como las reinas de ajedrez en cuadros adjuntos y, apoyadas por las combinaciones de las piezas que las cubrían, padecieron cuatro años de un terrible juego a un solo movimiento de las fichas"
Respecto a la posdata calculo que me va a pillar tu artículo justo en unos días que me alejo del mundanal ruido de internet. No se si podre soportar la tensión de esperar a la vuelta para ver de que tema se trata.
Sí, la verdad de vez en cuando, desconectar un poco de internete viene bien para la salud mental je,je., bueno ,te daré una pista, me dio la idea tu trabajo sobre los romanos y los sasánidas. Si las cosas no se tuercen, lo publicaré el lunes.
Posdada:
Como dirían en el "un,dos,tres", ¡ y hasta aquí puedo leer!.
saludos
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Creo Flavius que a los dos bandos sorprendió la campaña, tanto a los confederados su progresión, (al llegar a las afueras de la capital unionista) como a los del Norte el que con sus tropas cercando Richmond, un grupo de confederados pudiera trasladarse a su capital y casi entrar en ella.
Con esto queda claro que no había un sistema de líneas consolidadas, las cuales pudieran romperse entre ambos ejércitos y sí, amplios espacios donde un pequeño ejército como el que mandó Lee a las afueras de Washington, pudiera escabullirse y pillarte a retaguardia como les ocurrió a los unionistas.
La verdad es que la guerra pasó por alto objetivos estratégicos, consolidándose entre los dos bandos el maniobrar durante cuatro años en torno a sus respectivas capitales, desechando otros objetivos que pudieran acortar la guerra.
Posdata:
¡Atento Flavius!, que el próximo trabajo te lo dedico a ti, ya que me distes la idea para realizarlo.
saludos