La sexta Cruzada (1228-1229)
Ambos Honorio III y Federico II se veían como responsables del fracaso de la V Cruzada y por ello no tardaron en reunirse en San Germano, en julio de 1225, en presencia del patriarca de Jerusalén, así como de cardenales y obispos, del rey Juan de Jerusalén, y Hermann de Salza, gran maestre de los Teutónicos y pusieron las bases de una nueva cruzada. El Emperador se comprometía militar y económicamente en la Cruzada, en agosto de 1227, y en caso de negarse a ello sufriría pena de excomunión. También debía esposarse con Isabel II, hija de Juan de Brienne y de María la difunta reina de Jerusalén, cuya ceremonia se celebró en la catedral de Brindisi, en noviembre de 1225, tras lo cual el titulo de su esposa pasaría a él, aunque su suegro Juan continuaría como regente. Honorio creía que este enlace uniría Federico con la Cruzada y Federico emperador y rey de Sicilia, sumaría otro titulo, rey de Jerusalén.
(Federico II Hohenstaufen, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de los romanos.)
En el mismo puerto de Brindisi, los peregrinos sabedores de la noticia de esta nueva Cruzada y que serían transportados gratuitamente a la Tierra Santa, se iban concentrando en el puerto, pero la peste se extendió por la ciudad, Muchos de ellos eran portadores de la enfermedad, los otros prefirieron retornar a sus hogares para evitar contagiarse , incluso el mismo Emperador cayó enfermo y desde ahí partió a Pozzuoli , cerca de Napolés, para tomar baños de aguas minerales , pero antes de partir mandó partir hacia Siria al patriarca de Jerusalén y al maestre de los teutónicos , con un pequeño contingente de soldados además envió emisarios a Roma para justificar el retraso, pero el nuevo papa Gregorio IX, no tenía el talante de Honorio, que antes de acceder al papado había sido tutor de Federico II y el 29 de septiembre, excomulgó al Emperador, además se negó a recibir a la delegación imperial. Al recibo de estas nuevas, Federico aceleró su partida, y envió una nueva delegación, pero al” Senado y Pueblo” , con una misiva breve para que se leyera públicamente y así justificar su tardanza, debido a su enfermedad. La carta fue bien recibida y las explicaciones aceptadas. Pero en la Pascua de 1228, Gregorio volvió a excomulgarlo, los congregados allí presentes reaccionaron con inusitada violencia y el Papa puso pies en polvorosa , vista la gravedad de la situación, con las turbas persiguiéndole hasta que se refugió en Viterbo, pero sin abandonar su idea de humillar a Federico y obligarlo a cancelar su Cruzada.
(Federico II Hohenstaufen, emperador de Alemania y rey de Sicilia, y Juan de Brienne, dispuestos a participar en la VI Cruzada , según una miniatura de la Crónica de Giovanni Villani en la Biblioteca Vaticana)
Mientras Federico enviudaba al fallecer su esposa Isabel, de diecisiete años(también conocida como Yolanda) , habiendo parido un hijo varón , Conrado, el cual pasaba a ser rey de Jerusalén y Federico pasaba a ser regente, sujeto eso si a los acuerdos de los barones del reino. Por fin, Federico embarcaba en Brindisi, el 28 de junio de 1228 , con unos 4.000 soldados , rumbo a Limassol(Chipre), donde llegó tres semanas después y proclamó derechos de soberanía sobre Enrique, el infante rey y quiso cobrar un tributo a la isla. Ante este hecho se rebeló Juan de Ibelín, señor de Beirut y Federico, debido a la precariedad de sus tropas no quiso entrar en combate y partió desde Famagusta a principios de septiembre. A su llegada a Acre, el Emperador vio que a pesar de todos sus títulos, prevalecía por encima de ellos la excomunión del Papa, por lo que no encontró el terreno abonado para su proyecto, solo le apoyaba Hermann de Salza y sus teutónicos, por lo que no le cabía más que esperar que el sultán al-Kamil, cumpliera las promesas hechas a sus antecesores en Egipto.
(Feroces enfrentamientos entre cruzados y musulmanes .Grabado de Gustavo Doré)
La posición de al-Kamir no era muy fuerte en esos momentos, ya que temía que su hermano, el sultán de Damasco, quisiera conquistar Egipto. Ambos habían estado unidos ante la V Cruzada , pero en los últimos tiempos su hermano había rendido vasallaje a su contrapoder del norte, los ayubíes y por ello al-Kamil necesitaba un aliado como el Emperador y ya en 1226, le envió una oferta de pacto para que Federico atacara Damasco a cambio de varias poblaciones palestinas , ya que los preparativos cruzados eran conocidos de antemano. Estaba convencido que Federico aceptaría el pacto, pero a su llegada a Acre , el sultán de Damasco había muerto y su hijo no era muy diligente por lo que su tío había sitiado la ciudad. La resistencia de Damasco fue feroz y la presencia del Emperador en Acre no podía dejarse en el olvido y para desconsuelo de los suyos volvió a negociar con Federico. Ciertamente ambos querían negociar desde posiciones de fuerza, así Federico mandó fortificar Jaffa, cuyas murallas habían sido derruidas y en esta misma ciudad se firmó el tratado, en febrero de 1229, entre el Emperador excomulgado y el Sultán de Egipto , recuperándose para la cristiandad gran parte de la costa palestina, amén de Belén, Natzaret y Jerusalén¡ sin derramamiento de sangre¡. Además un pasillo desde Jaffa , proporcionaría un camino seguro hacía la costa.
(al-Kamil y Federico II negocian en Jaffa.)
En Jerusalén, el Templo, la Cúpula de la Roca y la mezquita de al-Aqsa estarían en manos musulmanas. Como garantes del acuerdo estuvieron Hermann de Salza y los obispos de Exeter y Winchester, no así los grandes maestres de los templarios, ni de los hospitalarios. Tampoco los musulmanes estaban conformes con el pacto de al-Kamil con el infiel y menos desde luego con Federico que había conseguido con palabras, lo que no consiguió con la espada, pero aunque todo estaba firmado por un periodo de diez años, muchos dudaban que se pudieran llegar a cumplir este decenio, máxime cuando Jerusalén tenía los territorios circulantes en manos musulmanas. Por ambos bandos habían radicales que no aceptaban las treguas que no fueran impuestas a sangre y espada.
(Jerusalén, la ciudad anhelada)
El Emperador entró en Jerusalén y recibió la llaves de la ciudad del representante del Sultán, todo ello en un ambiente frío y desangelado, con las calles vacías de gente a su llegada, ya que el patriarca de la ciudad, había amenazado de excomunión a todo aquel que saliera a la calle a recibir al Emperador “infiel”. El 18 de marzo de 1229, no hubo ningún sacerdote que quisiera oficiar la Santa Misa y solo los soldados imperiales y los teutónicos asistieron al acto. Sin ninguna autoridad eclesiástica que lo oficiara, Federico se coronó a sí mismo.
(Mapa del Sacro Imperio germánico bajo los Hohenstaufen.)
Pero el Emperador, siguió dejando huella de su paso por la ciudad, sorprendiendo a propios y extraños, con unas visitas entusiastas a las mezquitas musulmanas, después de ordenar que el canto del muacín se oyera en la ciudad, contradiciendo a las autoridades locales que habían ordenado que este día , y en honor a su presencia, no se cantara. Un hombre como Federico que anteriormente había afirmado que el mundo había conocido a tres grandes impostores-Moisés, Cristo y Mahoma-. Ahora hacía cumplir el tratado que permitía a los musulmanes continuar con sus actividades religiosas, comerciales y administrativas , así como prohibía cualquier tipo de vejación o discriminación a los mismos. Pero el Emperador había menospreciado a las autoridades ciudadanas , tanto en la firma del tratado, como en su coronación (él solo era regente), ya que este reino era una rareza histórica, era una monarquía constitucional y Federico no tenía tiempo para estas menudencias , máxime cuando sus territorios en Italia estaban siendo atacados por un ejército, bajo estandarte papal, y por ello decidió marchar de inmediato de la ciudad. Pero la marcha que él había pensado en hacer discretamente, pero alguno de sus enemigos alertó a los lugareños y estos advertidos, le despidieron arrojando a su paso basuras y vísceras , cuando se disponía a embarcar.
(La Cúpula de la Roca, en Jerusalén donde se halla la roca desde donde Mahoma subió a los cielos.)
Esta Cruzada de Federico fue una continuación de la V Cruzada, Federico era consciente que lo firmado en Jaffa, era menos de lo ofrecido por al-Kamil, con anterioridad, pero lo positivo era que el Santo Sepulcro estaba en manos cristianas, después de cuarenta años. En 1229, después de rechazar a las tropas papales en Sicilia y tras la muerte de su esposa, llegó a un entendimiento con Gregorio IX, el cual le reconoció sus méritos. Con todo ello, Federico demostró que una Cruzada podía tener éxito, sin el apoyo del Papa.
(Mosaico con el blasón de Federico II Hohenstaufen, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de Sicilia, preente en la Capilla Palatina de Palermo. Los territorios de Federico eran la extensión más grande de Europa en manos de un único monarca desde los tiempos del Imperio Romano. Las barras de la bandera catalana proceden de una de las nietas de Federico, Constanza, casada con Pedro III rey de Aragón y Valencia y conde de Barcelona.
OTRA CRUZADA
(Gregorio IX, Sumo Pontífice de Roma)
En 1234, Gregorio IX hizo un llamamiento a Teobaldo de Champaña para que organizara una nueva cruzada, este además de ser uno de los más importantes nobles de Francia, era rey de Navarra y rodeado de la mayor parte de la nobleza francesa llegó a Acre en septiembre de 1239, ya que era sabedor de los enfrentamientos de los ayubís tras la muerte de al-Kamil, en 1238. Sus intentos de conquistar Trípoli fueron vanos y por ello entró en negociaciones con el Sultán de Damasco, con quien selló una alianza contra los egipcios a cambio de Jerusalén, nuevamente en manos musulmanas, además de Sidón, Tiberíades, Galilea y parte del sur de Palestina. Teobaldo marchó luego a Jaffa, con sus nuevos aliados, pero a la vista del imponente ejército egipcio, la mayoría de sus hombres desertaron.
Aún sin ellos, Teobaldo se sintió lo suficientemente fuerte para negociar con los egipcios y lograr un tratado que asegurase Jerusalén en manos cristianas. Una vez logrado, Teobaldo visitó la ciudad para cumplir su voto y en septiembre de 1240 regresó a su país.
(Sello de Ricardo, duque de Cornualles y conde de Poitou. El hijo cruzado de Juan de Inglaterra (sobrino de Ricardo I Corazón de León) y hermano menor de Enrique III aparece representado a lomos de un caballo con armadura de caballero.)
Este tratado hubiera quedado de papel mojado a no ser por Ricardo de Cornualles, hermano de Enrique III de Inglaterra, el cual llegó a Tierra Santa en octubre de 1240 , al mando de un fuerte contingente de tropas y contrariando a los barones del reino, ratificó el acuerdo con Egipto y fortificó Ascalón, poco después consiguió liberar a los prisioneros franceses de Teobaldo, retenidos desde su partida y como buen inglés, informó por carta a su país que esta liberación habido tenido lugar el día de S. Jorge, patrón de Inglaterra y en mayo de ese mismo año, regresó a casa.
(Caballero cruzado)
Si Ricardo hubiera permanecido más tiempo en Tierra Santa es bastante posible que con su apoyo a los representantes imperiales contra los barones latinos hubieran conseguido evitar la caída de Jerusalén, a manos de mercenarios turcos al servicio de Egipto y ya nunca más estaría en manos cristianas. Mientras las luchas internas entre los barones latinos se inclinaron del bando de los Ibelin y sus barones francos y después de toda clase de artimañas colocaron a Alicia de Chipre como regente, en 1243, y ya el reino de Jerusalén fue un mero apéndice del reino de Chipre.
(Caída de Bagdad en manos de los mongoles, liderados por Hulagu, nieto de Gengis Khan, Miniatura persa del siglo XIV . La salvaje destrucción de la ciudad dejó estupefactos a cristianos y musulmanes.)
LOS MONGOLES
En los albores del siglo XIII, el cristianismo y el mahometismo se enfrentaron a un nuevo peligro que les llegaba de Asia; los mongoles, estos nómadas procedían del nordeste de Asia y eran unos guerreros feroces temidos por las hazañas de su caballería , con la cual conquistaron el norte de China entre 1211 y 1212 y luego procedieron a un avance vertiginoso hacía el oeste. En la década de 1230 conquistaron el sur de Rusia y llegaron hasta Ucrania, Polonia y Hungría, que cayeron en su poder, derrotando totalmente, en 1243, al ejército selyúcita de Rum (Asia Menor), y en 1258, al califato abasí de Bagdad, que cayó en sus manos , destruyendo la ciudad y asesinando a unas 80.000 personas. Normalmente los mongoles no destruían una ciudad sino les ofrecía resistencia, pero en este caso se pensó dar atemorizar al resto de las ciudades. Estos hechos conmocionaron a las potencias limítrofes y en Siria y Egipto, el imperio ayubí, donde los descendientes de Saladino rivalizaran entre ellos, protagonizaron un golpe militar.
(Jinetes mongoles al ataque. Laminas de Liu Yong Hua.)
En el siglo IX venía siendo habitual, empezando por Saladino y continuando con el resto de sultanes egipcios y sirios, que reclutaran entre sus tropas , unos esclavos denominados “mamelucos”(del árabe, Mamluk, esclavo), los cuales solían ser de etnia turca. Estos reclutamientos tenían lugar preferentemente en las estepas meridionales de Rusia y posteriormente transportados en unas flotas adecuadas al efecto, los cuales los llevaban a su campamento de Giza. Eran de una profesionalidad fuera de duda , de obediencia ciega en sus mandos, pero no respetaban a los sultanes. Saladino combinó excelentemente estas tropas junto con los kurdos, árabes y turcomanos, pero este sistema lo llevó al-Malik hasta sus últimas consecuencias. Tomó un destacamento nuevo en su totalidad y lo llevó a Bahriya, un islote del Nilo que controlaba El Cairo, luego se supo que este hecho acabó con su dinastía. Una vez muerto al-Malik , en 1249, estos mamelucos asesinaron a su sucesor y a pesar de que Damasco se mantuvo fiel a los ayubís, en 1260, los mongoles saquearon Alepo y pusieron sitio a Damasco. Estos guerreros habían sembrado el terror en Euro-Asia , desde lo que hoy conocemos por Pekin hasta Moscú y habían llegado a Bagdad con fama de invencibles , pero en septiembre de 1260, en Ayn Jalut, ciudad fronteriza con el reino de Acre y Jerusalén , el ejército mongol fue deshecho por los mamelucos del sultán Quduz y de su general Baybars y la dinastía de los mamelucos reinó en Egipto y Siria durante dos siglos y medio.
(Soldados mongoles en el sitio de Bagdad.)
Autor: Josep Subirats
FUENTES
Historia de las Cruzadas, por Steven Runciman, Alianza Editorial, 1973
Las Cruzadas vistas por los árabes, por Amin Maalouf, Alianza Editorial 2005.
La epopeya de las Cruzadas, Rene Grousset, 2002, Ediciones Palabra.
La batalla de Bagdad y Las Cruzadas, por Wickipedia.
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