Liberio: gobernador romano
Nuestro personaje aunque es conocido como Liberio, tenía el nombre completo de Petrus Marcellinus Félix Liberius., y aunque ejerció diversos cargos administrativos (incluido militares), fue esencialmente un diplomático-administrativo, alcanzando mucho éxito en su profesión. Ejerció altos cargos gubernamentales en la época del reinado del pueblo Ostrogodo en la zona de Italia, y también del reinado de Bizancio en dicha zona europea. Su pericia como administrador le llevó a gobernar en diversos lugares como la Galia, Egipto, Italia o Hispania.
Pero empecemos por sus inicios., Liberio no se sabe si en Roma o en la región italiana de Liguria, solo se sabe con certeza que era oriundo de Italia. Su fecha de nacimiento exacta también es una incógnita, aunque se afirma que fue en la década de los setenta del siglo V.
Por aquella época la administración romana estaba en franco declive, próximo a su desaparición., por aquella época, los emperadores romanos eran meros “títeres” al servicio de generales bárbaros instalados en Italia, los verdaderos dueños del Imperio Romano de Occidente en la sombra.
La familia de Liberio no pertenecía a la clase Alta o aristocrática de Roma, lo cual hubiera asegurado su futuro., ya que la clase noble lo tenía muy fácil para poder medrar y labrarse una carrera administrativa en los altos cargos de Italia, si eran lo suficientemente astutos lidiando con los líderes bárbaros que por aquel entonces ostentaban el poder.
Liberio tuvo que ser astuto, aprovechando la educación que su modesta familia le pudo proporcionar, en una época tan convulsa como el Tardo Imperio Romano Occidental.
Se sabe que se casó con una mujer llamada Agretia, con la que tuvo varios hijos y una hija., uno de sus hijos llamado David alcanzó cierta relevancia, ya que se tiene noticias de que en el año 507 fue nombrado Cónsul, ocupando posteriormente la oficina ceremonial del “Comes Domestcorum Vacans”.
Durante su niñez, Liberio vio como en el año 476 el emperador romano del Imperio Occidental, Rómulo Augusto era depuesto por el verdadero amo, el líder del pueblo de los Hérulos llamado Odoacro y a la sazón, el que mandaba en Italia.
Odoacro devolvió las enseñas imperiales que todo emperador de Occidente ostentaba, al Emperador de la zona Oriental del Imperio Romano, con lo que Odoacro señalaba que ya no iba a haber más emperadores romanos “títeres” en Italia, poniendo fin al reinado romano en la parte Occidental de su Imperio.
Jinete ostrogodo
De ahora en adelante, el Imperio Romano de Oriente, (o popularmente como se conoce “Imperio Bizantino”) recogió el testigo del “legado” de Roma y todo lo que representaba, poder que asumió hasta su fin en el año 1453, a manos de los turcos otomanos.
Pero esa es otra historia, centrémonos en Liberio., durante su juventud tuvo la inteligencia de buscar acomodo entre los que ostentaban el poder, modo imprescindible para labrase una carrera con éxito.
Liberio se abrió paso entre la terna de jóvenes romanos pertenecientes a las familias senatoriales romanas, los cuales querían congraciarse con los altos cargos que gobernaban en Roma y que sin duda, su posición les ayudaría a cumplir sus propósitos.
Liberio en aquellos años de su juventud, logró colarse en el aparato administrativo que los romanos en exclusiva llevaban por entonces en Italia., allí desde abajo, fue poco a poco escalado puestos por méritos propios.
Primero Liberio estuvo bajo el mandato de Odoacro, al cual sirvió con destreza y lealtad, pero tras su asesinato a manos del líder del pueblo Ostrogodo Teodorico, en la “batalla de los Cuervos”, Liberio ofreció sin problema sus servicios al rye ostrogodo.
Italia tuvo en el gobierno de Teodorico "el Grande" a un acertado mandatario., fue un líder competente, cuyo sobrenombre de, “el Grande”, fue sin duda un apodo fue merecido, por su acertado gobierno, y la “mano diestra” que ostentó para devolver a Italia la prosperidad perdida hacía muchísimo tiempo.
Teodorico debió ver su duda la competencia de Liberio en los puestos que ocupaba, ya que en el año 493 le ofreció un alto cargo de gran responsabilidad, el de “Prefecto del Pretorio”., al más alto cargo civil en el aparato gubernativo Ostrogodo. Aunque dicho cargo era genuinamente romano, Odoacro y posteriormente Teodorico, siguieron permitiendo dicho cargo civil, el cual no desapareció hasta la invasión del pueblo Lombardo de Italia en el año 568.
Hasta el año 500 Liberio actuó con competencia en tan difícil cargo, dando muestras de su habilidad y siendo reconocida su labor por sus Contemporáneos, como el Estadista Casiodoro o el Obispo Ennodius, perteneciente a la más rancia aristocracia romana.
Liberio demostró tacto y diplomacia en las difíciles acciones como el asentamiento de los ostrogodos en las tierras italianas, evitando en lo posible colisionar con la población autóctona de la zona., si éxito hizo que ganara enteros a ojos de Teodorico, todo esto se coronó con la acertada labor de llevar los asuntos financieros de Italia, siendo en parte responsable de la prosperidad que alcanzo en gobierno del rey ostrogodo.
Biblioteca de Alejandría
Cuando cesó en su cargo pasó algunos años hasta que volvió a tener un cargo de responsabilidad, pero Teodorico sin duda no había olvidado su magnífica labor al cargo del Pretorio de Roma.
Teodorico no se limitó a gobernar la parte de Italia que conquistó a Odoacro., ambicionaba acrecentar sus dominios italianos, conquistando territorios al Norte de Italia. En el año 508 conquisto la zona de provenzal del Sureste de la Galia, (en la Francia actual) y para administrar civilmente dichos territorios, creo en el año 510 la “Prefectura Pretoriana” de la Galia.
La capital de dicho territorio de estableció en la localidad de Arlés, y como primer gobernador Teodorico nombro a un hombre se su máxima confianza, por su capacidad y lealtad a su persona, ¡Liberio!.
Liberio gobernó con eficacia desde la nueva capital, los nuevos territorios del Imperio Ostrogodo., de hecho, su dilatado mandato se extendió hasta el año 536, algo muy raro en un periodo en el que los mandatos eran limitados, todo para evitar que el gobernante de turno se hiciera prontamente con los entresijos del poder y se entregara a la corrupción.
Esto demuestra que Liberio fue un gobernante justo y recto, ya que si se hubiera desviado de sus atribuciones. Teodorico sin duda no le hubiera dejado tanto tiempo en el gobierno de la zona gala.
No fue fácil el cometido de Liberio, ya que al tomar posesión la provincia gala ésta era un desastre tras la guerra de conquista., pero Liberio se lo tomó como un reto, pacificando la provincia ostrogoda con tacto diplomático y contribuyendo a su normalidad y posterior despegue próspero.
En la pacificación de la provincia, tuvo Liberio en la colaboración del Obispo Cesáreo un aliado excepcional, alianza que con el paso del tiempo se convirtió en una simpatía recíproca. Las tareas de gobierno de Liberio no estuvieron exentas de cierto peligro, como la que a mediados del 520 casi da con sus huesos en la tumba.
En una acción militar contra los rebeldes opuestos al poder ostrogodo en la provincia, Liberio fue apuñalado gravemente por una lanza y estuvo en un tris de morir. El obispo Cesáreo acudió de inmediato en su lecho de muerte y “milagrosamente” Liberio se recuperó, algo por lo que éste último estuvo eternamente agradecido.
También se cuenta que Cesáreo obró el mismo milagro, cuando la esposa de Liberio, Agretia, enfermó. Liberio sumamente agradecido, construyó en la localidad de Orange una catedral, donde posteriormente en el año 529, se celebró el Concilio religioso de carácter teológico, donde Liberio participo avalando los actos de dicho Concilio.
Máxima extensión del Imperio Ostrogodo de Teodorico "el Grande"
Liberio fundó un Monasterio en la localidad de Alatri, 40 Km. al sur de Roma, aunque no se sabe a ciencia cierta, si este acto estuvo influenciado por la gratitud de Liberio para con Cesáreo.
Tras un dilatado reinado, Teodorico murió en el año 526, siendo sustituido por su nieto de 10 años Atalarico, pero gobernando como Regente la hija de Teodorico y madre de Atalarico, Amalasunta., ésta gozó de la confianza de Liberio, el cual demostró su lealtad tanto a la Regente como al pequeño rey.
Liberio fue recompensado posteriormente por su lealtad y buen gobierno con el rango militar de “Patricio Praesentalis” en el año 533, un alto cargo militar que nunca un romano había ostentado en el Imperio Ostrogodo, lo cual prueba la pericia de nuestro personaje., el cargo de Patricio fue conjugado por Liberio con el de Prefecto de la Galia Provenzal, realizando las dos funciones a la vez.
La Regencia de Amalasunta no fue bien vista por la nobleza ostrogoda, ya que gobernara una mujer el Imperio Ostrogodo, no entraba dentro de sus esquemas., así que aunaron esfuerzos para deponer a la mujer y que un nuevo pretendiente accediera al trono.
No ayudó la educación que Amalasunta impartía a sus hijo, en la que la simpatía he influencia de Bizancio atraían a la Regente., ya que ésta deseaba establecer relaciones más frecuentes con el Imperio Bizantino.
El rey Atalarico recibió en consecuencia, una educación al estilo romano de la época en sus más diversos aspectos, algo que a la vieja y rancia nobleza ostrogoda le pareció una traición a las tradiciones de su pueblo.
La nobleza ostrogoda consiguió su propósito, al arrebatar a Amalasunta la educación de su hijo, para que este fuera educado en las costumbres ostrogodas. Sin embargo, en el año 534, el joven rey murió prematuramente, algo que no impidió a Amalasunta para intervenir de inmediato.
¡Efectivamente!, la Regente asoció al trono ostrogodo a su primo Teodato, con objeto de fortalecer su posición., pero la elección se presentó desafortunada, ya que este individuo era muy ambicioso, y no deseaba a una mujer como compañera y menos una que ostentaba tanto poder.
Teodato intrigó entre la nobleza ostrogoda con vistas a que Amalasunta perdiera apoyos entre sus allegados. Las intrigas de Teodato tardaron en dar sus frutos, y consiguió los apoyos necesarios para desplazarla del poder a la Regente.
Teodato dio un “golpe de timón” y arrestó a la Regente, asesinando a todos sus simpatizantes y allegados. Confinó a a Amalasunta en la isla Toscana de Martana, donde en el año 535 fue asesinada mientras se bañaba.
Guerrero franco siglo IV
Liberio a pesar de la fidelidad que profesaba a Amalasunta, debió ser visto como una persona leal al poder establecido, quizá eso le libró de la muerte., aunque no es menos cierto que Liberio tenía una reputación bien ganada entre los ostrogodos, lo que debió de ayudar en su persona a la hora de esquivar la muerte.
El caso es que Liberio junto con otro personaje, el senador Venantius Opilio, recibió el delicado encargo de personarse ante la Corte bizantina, con la intención de informar al emperador Justiniano I de los sucesos acaecidos, los cuales diplomáticamente serían suavizados.
Los dos diplomáticos ostrogodos no debieron ver claramente el cometido que tenían bajo su responsabilidad., quizá la mentira de que eran portadores podía traerles serias consecuencias si eran descubiertos, o quizá más claramente, odiaban la traición de que Amalasunta había sido objeto.
El caso es que cuando llegaron a territorio bizantino, el diplomático enviado por el Emperador para recibir a los ostrogodos, fue informado sucintamente de los verdaderos hechos acaecidos con Amalasunta.
El Emperador tenía sus ojos puestos en la Italia Ostrogoda. La recuperación del Imperio Romano Occidental, era una meta ansiada por Justiniano., ya dos años antes, el Imperio de los Vándalos en el Sureste de África había caído bajo el poder bizantino de manera rápida.
El encarcelamiento de Amalasunta cuando Justiniano llevaba tiempo maniobrando para apoderarse diplomáticamente del Imperio Ostrogodo, fue la excusa perfecta para pasar a una acción militar directa.
La suerte de Liberio es conocida, fue recibido con gran pompa por Justiniano I, y posteriormente tras ponerse al tanto de los asuntos del Imperio Ostrogodo, el diplomático ostrogodo recibió una oferta de poderse al servicio del Imperio Bizantino.
Liberio aceptó el ofrecimiento, y una nueva vida comenzaba para nuestro personaje. Aquí quizá se desprende, que Liberio no debió de ver claramente un futuro prometedor bajo los auspicios del rey ostrogodo Teodato.
Quizá su lealtad por Amalasunta y sus allegados pudiera en un futuro pasarle factura a Liberio., el rey ostrogodo podía cambiar de opinión he intentar asesinarle, con lo que la alternativa bajo el amparo de Bizancio era mucho más atractiva.
Antes de su contratación, el Emperador debió ser informado de la hoja de servicios de Liberio, y dado que era de orígenes romanos, tener bajo su manto a un hombre de gran experiencia diplomática y administrativa, era una oportunidad que no se podía dejar escapar.
Asalto ostrogodo a la ciudad de Roma ocupada por los bizantinos 536
Dado que Liberio practicaba la religión ortodoxa, (oficial en el Imperio Bizantino) le facilitó sin duda su aclimatación en la corte bizantina, apoyado por sus orígenes romanos. No tardó mucho Justiniano I en otorgar a nuestro personaje un cargo de importancia, la prefectura de Egipto “Praefectus Alexandreae et Aegypti”.
La tarea principal de Liberio era la supresión de la facción religiosa “Monofisita”, junto con una Comisión eclesiástica bajo el futuro Papa Pelagio. Era el año 538 cuando Liberio partió de Constantinopla (capital del Imperio Bizantino) para Egipto, aunque seguramente no sospechaba las dificultades que le aguardaban.
La tensión religiosa en la prefectura egipcia, (particularmente en la ciudad de Alejandría, lugar en el que residió) convertía a la ciudad en un auténtico polvorín.
Liberio estaba sin duda dotado para la negociación y el diálogo, pero las disputas religiosas en Egipto entre los “monofisitas” y “ortodoxos” (los primeros que creían que la naturaleza de Cristo era solo divina, contraposición de los segundos, que creían que era humana y divina) alcanzaban situaciones en algunos casos violentas.
El pueblo llano comulgaba con los monofisitas, y los ortodoxos pertenecían por lo general a la clase alta (soldados, funcionarios, clero, nobleza….) con lo que los bandos estaban claramente definidos.
Además de las disputas religiosas con las que le tocó lidiar, Liberio se tuvo que preocupar de los hechos acaecidos por su sucesor. Éste, un sujeto llamado Rodón, había torturado hasta la muerte a un diácono, el cual estaba en disputa con el Patriarca melquita de Alejandría, al cual según órdenes imperiales de Justiniano, tenía que proteger a toda costa.
Rodón alegó ante Liberio con razón, seguir órdenes, “obediencia de vida” como se diría ahora., pero esto no le libró de la sentencia de muerte que Liberio tuvo que aplicar contra él, dada la claridad de los hechos presentados.
Liberio a pesar de sus dotes, pasó cuatro años pisando terreno peligroso, y seguramente para alivio de él, en el año 542 cesó en su cargo volviendo a Constantinopla. Pero su vuelta no fue tan tranquila como se presuponía., su sustituto, era un egipcio llamado Juan Laxario, pero recibiendo órdenes seretas de Constantinopla, tenía que resistirse o hacerse el remolón, cuando cesara en su cargo.
En el momento del relevo, estalló una disputa entre los servidores de Liberio y los de Juan Laxario., el caso es que el mismo Juan fue muerto en la trifulca. El pobre Liberio, ya con unos cuantos años encima, quizá unos 70, además del martirio del mandato de la prefectura egipcia, tenía que partir a la capital bizantina para defenderse ante una comisión senatorial, de la muerte de su sucesor Juan.
Máxima extensión del Imperio Bizantino 565
Pero Liberio contaba con el favor de Justiniano, el cual intercedió por él, y junto con que logró defenderse con éxito de las acusaciones contra él, salió con un veredicto de inocencia.
Tras un periodo de descanso, parece que el incansable Liberio recuperó fuerzas de la fatiga psicológica que le debió pasar factura en Egipto., pero si creía Liberio que a partir de ahora todo sería labor de despacho hasta su retiro, ¡andaba muy equivocado!.
Tiempo después, en el año 550, Liberio se vio involucrado en el avispero de la guerra de Italia., desde el año 535, Justiniano I había iniciado la empresa de la conquista de Italia o lo que era casi lo mismo, la conquista del Imperio Ostrogodo.
La labor que parecía en sus inicios acabar en poco tiempo, se enquistó, y una guerra de desgaste, conquista y pérdida de terreno embarcó al Imperio Bizantino en una guerra que duraría hasta la caída del último bastión ostrogodo en el año 562., una guerra en la que Bizancio gastó montañas de dinero y perdió miles de hombres.
Esto sin contar, el elevado número de tropas en campaña que sostuvo en Italia, tropas que podían haber sido utilizadas en otros escenarios, de los muchos frentes abiertos que tuvo Justiniano a lo largo de su dilatado mandato.
Pero volvamos a Liberio, en el año 550, había un rey ostrogodo llamado Totila, el cual era el peor al que Bizancio se había enfrentado hasta entonces., dotado de una animosidad y resolución admirables, llevaba un tiempo poniendo en jaque a las tropas bizantinas, atacando tanto en enfrentamientos a campo abierto, como en guerra de guerrillas y ataques sorpresivos, ¡una lucha sin fin!.
Nuestro personaje tras la destitución en el año 548 del formidable general Belisario, fue destinado a llevar las operaciones militares en Italia. Totila había recuperado para los ostrogodos gran parte de la Península italiana, amenazando la isla de Sicilia peligrosamente.
La verdad es que Liberio tuvo mucha fortuna y experiencia en su labor como diplomático y negociador., incluso en su faceta como gobernador realizó una buena labor allí donde fue destinado, pero en las operaciones militares en las que participó, su participación en líneas generales, fue, siendo magnánimo con él, “poco efectiva”.
Justiniano le otorga en el 550 a Liberio, el mando de un ejército, el cual en un principio tenía que partir a Italia para entablar combate contra las fuerzas de Totila., los preparativos para el embarque a Italia estaban casi concluidos cuando los bizantinos reciben las desagradables noticias de que los ostrogodos han desembarcado en Sicilia.
Entonces Liberio recibe nuevas órdenes, Liberio partirá para la isla de Sicilia para enfrentarse a los ostrogodos que operan en la isla. Cuando los preparativos concluyen y la flota parte para la isla, los sicilianos ya sufren los embates de las fuerzas del rey ostrogodo Totila. La principal de sus ciudades, Siracusa, está asediada por las fuerzas ostrogodas., pero Liberio, aparte de burlar el asedio y lograr entrar en la ciudad con sus fuerzas, poco más hace.
Monedas de la época de Teodosio el Grande
Su inexperiencia militar aquí se hace patente, ya que no sabe cómo dirigir sus fuerzas para romper el asedio enemigo., aparte de permanecer en la ciudad, impidiendo que los ostrogodos entren, poco más puede más hace.
Liberio con buen juicio y consciente de que su inexperiencia puede hacer peligrar a las fuerzas defensoras de Siracusa si intenta llevar a cabo alguna operación bélica, decide dejar sus fuerzas protegiendo la ciudad, y parte para la ciudad de Palermo, donde aguardará a que un relevo más eficaz, retome las operaciones en Sicilia.
Mientras, los ostrogodos siguen asediando las más importantes ciudades de Sicilia, a la par que realizan correrías en la isla, devastando con saña los territorios que están en poder de los bizantinos., ante esto, Liberio, poco más puede hacer. Es el año 551 cuando Justiniano, comprendiendo que Liberio carecía de experiencia militar, nombró su sucesor a un general de valía, el oficial Artabanes.
Tras serios retrasos por una tormenta que sacudió las islas jónicas, dispersando la flota de Artabanes, éste finalmente llega a Sicilia, tomando el mando de las operaciones., los ostrogodos pronto sentirán lo que es hacer frente a un oficial experimentado, siendo con el tiempo derrotados por los bizantinos y obligados a evacuar la isla.
Un envejecido Liberio volvió a Constantinopla, quizá pensando en que el retiro estaba más que justificado., con más de 80 años y a pesar de que todavía conservaba su lucidez y energía intactas, no tenía el cuerpo para más expediciones bélicas, asuntos en los que se demostró que no estaba muy dotado.
Pero el Emperador bizantino tenía otros planes para él, en el que el retiro de momento no se contemplaba. Era el año 552 cuando en la Hispania visigoda estalló una guerra civil entre sus pobladores.
Dos individuos se disputaban la Corona visigoda, el que quería usurpar el trono, Atanagildo, y el que en ese momento ocupaba el trono, Agila I., el primero de ellos no tenía mucha fortuna en su enfrentamiento con su rival, por lo que optó por pedir ayuda militar a Justiniano I.
El Emperador, que desde sus inicios de reinado había abrazado el deseo de reunificar bajo sus dominios el perdido Imperio Occidental romano, ahora bajo ocupación de los pueblos bárbaro-germánicos, halló una oportunidad única para introducir sus fuerzas en Hispania por vía legal y sin una invasión violenta.
Emperador bizantino Justiniano I
Justiniano tuvo numerosos frentes abiertos que a lo largo de su reinado, pero en el año 552 la situación muy agobiante., en el año 548 había finalizado la guerra en el África bizantina, derrotando a las tribus subsaharianas, las cuales desde que conquistara el Imperio Vándalo en el año 533, no paraban de enviar expediciones de saqueo a territorio bizantino.
El desgastador frente italiano, con la eterna guerra de desgaste por conquistar Italia estaba dando buenos frutos., el general Narsés al mando de un numeroso ejército, 30.000 hombres, estaba metiendo en cintura a las fuerzas del rey ostrogodo Totila, el cual hasta hace poco era intratable.
Justiniano, ante los buenos resultados que sus tropas ofrecían en el campo de batalla, se permitió el lujo de distraer una pequeña parte de sus tropas para la campaña de Hispania.
El contingente fue más que modesto, una pequeña fuerza de unos 5.000 hombres, bajo el mando de Liberio, partió para Hispania, para (oficialmente al menos) ayudar a las fuerzas de Atanagildo a imponerse a su rival y que éste accediera al trono visigodo de Hispania.
El pacto por el que accedió Justiniano a prestar ayuda militar a Atanagildo no se hizo público, pero se sospecha que el Emperador accedió a ayudarle a cambio de que tras su victoria, le cediera territorios costeros en Hispania a Bizancio, los cuales en el futuro, serían muy beneficiosos económicamente, a la par que estratégicamente, le ayudarían en su predominio marítimo en el Mediterráneo.
Las tropas de Liberio desembarcaron en Cartago Nova en el verano del 552, y conquistaron varias ciudades costeras del sur de Hispania, para después, profundizar un poco hacía el Norte., pero no mucho, ya que solo parte de lo que hoy es Andalucía, con la ciudad de Córdoba como máxima expansión al Norte, fue hasta donde Bizancio pudo expandirse.
La escasez de tropas bizantinas pudo ser un serio contratiempo, pero la invasión se vio facilitada enormemente por el hecho de que la población autóctona de las antiguas provincias romanas de Cartaginense y Bética, eran devotamente católicas, en enconada contraposición religiosa con los “arrianos” visigodos que ocupaban Hispania.
Esta población estaba dominada mayoritariamente por terratenientes hispanorromanos, cuya hostilidad a la dominación visigoda, hizo que recibiera a las fuerzas bizantinas como liberadoras de yugo visigodo.
Sin embargo, la estancia de Liberio en Hispania no fue muy larga, ya que al año siguiente, en la primavera del 553, retornó a Constantinopla, dejando a sus sucesores la conquista del sur de Hispania, apenas iniciada por él.
Guerrero visigodo siglo V con su equipamiento completo
En el 554 llegaron a Cartagena refuerzos bizantinos, con los cuales se retomaron las operaciones militares, en poco tiempo, estancadas éstas un poco tras el avance inicial., en marzo del 555, el avance bizantino se dirigió hacia el Oeste en el Sur de Hispania, para unirse a los rebeldes simpatizantes de la ciudad de Córdoba.
Esta maniobra que asustó a los nobles visigodos del rey Agila, los cuales vieron que si no se unían y aunaban esfuerzos, podían perder el reino en favor de Bizancio., pero no es menos cierto que Agila no quería pacto alguno con el rebelde Atanagildo, así que la nobleza de Agila dio un golpe de timón, asesinando a su rey y poniendo la corona en manos Atanagildo.
El nuevo rey intentó que los imperiales bizantinos, ahora innecesarios, se retiraran del Sur de Hispania, pero estos se negaron siguiendo órdenes de Justiniano, el cual no tiene ni mucho menos intención de abandonar su recientes adquisiciones.
Con el apoyo de los nativos hispano-romanos del Sur de Hispania, una quinta parte del territorio quedó sometida al Augusto de Constantinopla. Para 558 se preparó el envío de varios millares de refuerzos, pero la plaga de peste bubónica de aquel año (similar a la que sufrió Bizancio en el 542-44,) impidió la partida de la flota Imperial.
Con este desgraciado suceso para Bizancio, ¡quizá!, el reino visigodo se pudo salvar de recibir el golpe de gracia final, o quizá de sufrir que los bizantinos profundizaran más en su conquista de Hispania., la cual hasta la muerte de Justiniano en el año 565, quedó limitada al Sur de Hispania.
Volviendo a Liberio, la vuelta de nuestro personaje a la capital bizantina se debió, a que Justiniano deseaba tener a Liberio presente en lo que se conoció como “Segundo Concilio de Constantinopla”, un concilio ecuménico celebrado por las Iglesias católica y ortodoxa con ánimo de limar asperezas y evitar la ruptura de la unidad religiosa.
Pero en dicho concilio e intrigando entre bastidores, Justiniano, aprovechando que el Papa Virgilio había sido entronizado por influencia de Bizancio, presionó para que sus puntos de vista salieran adelante, evitando a la vez, cualquier intento de ruptura religiosa.
Liberio cumplió con la misión que le fue encomendada., persuadió al Papa Virgilio para asistiera al Concilio Ecuménico (al que era renuente a asistir, ya que se sentía un “títere” de Justiniano) y que aceptara las disposiciones del Emperador Justiniano.
Al año siguiente, el 13 de agosto del 554, Justiniano reconoció los servicios prestados por Liberio, ya que en “Pragmática Sanción” (por “Decreto Imperial”), entre otras disposiciones, reconocía la labor prestada por el anciano Liberio, otorgándole en Italia, una más que generosa extensión de terreno y un retiro más que merecido.
Máxima extensión bizantina en Hispania 565
Justiniano también le otorgó el importantísimo rango de “Gloriosissimus Vir”, o en griego “ἐνδοξότατος”., rango que podría significar como “hombre glorioso”., este rango por aquel entonces en el Imperio Bizantino, era el más alto disponible para la clase senatorial aristócrata bizantina.
El título se restringía a los más altos funcionarios del estado, como los “Magistri Militum”, los “Prefectos del Pretorio”, la “Palatii del Sacri de Quaestor” y los “Magister Officiorum”, gente de la más alta y rancia aristocracia bizantina., también y de manera excepcional, se otorgaba de manera honorífica a algunos gobernantes importantes de origen bárbaro, caso como el de “Teodorico el Grande”, que eran súbditos nominalmente imperiales.
Por desgracia para Liberio, poco pudo disfrutar de su digno retiro, sus más o menos 89 años ya le pasaban factura, tras una larga vida consagrada al servicio, primero de los ostrogodos y luego de los bizantinos.
No se sabe la fecha exacta de su muerte, aunque sí que fue en ese año del 554, poco después de su retiro. Sus hijos decidieron enterrar a su padre en la localidad donde la mujer de Liberio estaba enterrada, Rímini, una pequeña ciudad costera de la Toscana, lindando con el Mar Adriático.
No se sabe mucho de nuestro personaje, aunque algunos escritores antiguos comentaron algo sobre Liberio, como el famosísimo Procopio de Cesarea, el cual comentó sobre Liberio que "era un hombre de avanzada edad y muy inexperto en asuntos militares", aunque esta afirmación en nada hace justicia a su dilatada experiencia en otras facetas administrativas.
La extensa vida de Liberio estuvo consagrada al trabajo, dejando escaso tiempo al ocio, si es que alguna vez disfruto de él. El servicio de nuestro personaje estuvo fundamentado en labores de administración y diplomacia, campo en el que su labor se desarrolló con pleno éxito.
También en el gobierno de diversos territorios con los ostrogodos y bizantinos desarrolló bien su labor Liberio., donde quizá estuvo poco afortunado fue el la faceta militar, misiones en las que dejó un recuerdo de su escasa efectividad, aunque quizá no sea culpa suya, sino los que le otorgaron tales misiones, ya que no era un militar en el sentido efectivo de la palabra.
Quizá aquí también hubo justicia para Liberio, ya que nunca se le exigió responsabilidades en sus misiones militares, quizá sabiéndose que no era un militar.
No pudo disfrutar de un merecido retiro, ya que la muerte le sorprendió a los pocos meses de su retiro, pero de lo que podemos estar seguros, es que dio lo mejor de sí mismo durante su trabajo, ganándose el aprecio de los gobernantes bajo los que estuvo a sus órdenes y dejando un buen recuerdo de su gestión.
Rímini ciudad donde fue enterrado Liberio con su mujer
Autor: eljoines
Fuentes:
- http://elistas.egrupos.net/lista/imperiobizantino/archivo/indice/496/msg/2580/&sortcat=d&showinc=100.
- eljoines's blog
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PRimero de nada, buen articulo, me ha gustado leerlo.
Eso si me queda claro al principio del articulo que entonces Liberio era un "trepa", no se, parece que se dignificó con el tiempo. Eso si, 89 años de edad en aquella epoca, ufff es muchisimo.
intersante articulo y comi siempre trayendonos historias y recuentos de personaje spoco conocidos por la mayoría de nosotros.
A mi si me pareció que Liberio era un poco veleta, mejor dicho que se ponía del lado que mejor viento hubiese enel momento, pero seguramente era bueno en sus funciones, ya que para vivir tanto tiempo en una época de alta inestabiliad, algo decene debía de ser en sus funciones
Gracias Afarango, creo que éste personaje podría ser el último hombre de la saga que hice de generales bizantinos, aunque quizá no pueda encuadrarle como militar, ya que se dedicó más a temas de diplomacia y cargos gubernativos.
saludos
Muy buen e interesante, como siempre, Eljoines! Gracias por el artículo.
Voy leyendo a plazos, pero en el principio me he encontrado esto (después de la imagen del jinete ostrogodo):
Primero Liberio estuvo bajo el mandato de Odoacro, al cual sirvió con destreza y lealtad, pero tras su asesinato a manos del líder del pueblo Ostrogodo Teodosio, en la “batalla de los Cuervos”, Liberio ofreció sin problema sus servicios a Teodosio.
Italia tuvo en el gobierno de Teodorico a un acertado mandatario., fue un líder competente, cuyo sobrenombre de, “el Grande”
Aquí de nuevo:
Tras un dilatado reinado, Teodorico murió en el año 526, siendo sustituido por su nieto de 10 años Atalarico, pero gobernando como Regente la viuda de Teodosio y madre de Atalarico, Amalasunta
Creo que te has hecho un pequeño lío con los nombres , o igual he sido yo. El hijo de Teodorico es Teodosio?
Por cierto, para nombre "chungo" el de la nuera jajajaja "Amalasunta"...
Saludos!
Ya lo he terminado. Muy bueno Eljo! Muchas gracias por toda la info que nos has dejado de una parte de la historia que personalmente desconozco totalmente. Pero si sigues así me voy a hacer erudito gracias tus trabajos!!!
Efectivamente Merlín, gracias por tu corrección, me he echo un lío con los nombres, ¡todos somos humanos! je,je,je.
gracias
Hola Eljoines, primero de todo presentarme, soy nuevo en este Foro.
Gracias por el artículo, lo he encontrado muy interesante. No conocía a este personaje, me parece que su biografía permite hacer una muy buena pincelada de las circunstancias de la época.
Tengo ciertas dudas sobre la referencias eclesiásticas de tu artículo, quizás puedas ayudarme. Tenía entendido que la formación de las iglesias ortodoxa y católica provenían del cisma de oriente del año 1054. Creía que anteriormente al cisma sólo existía una sola iglesia, y que la definición y formación de lo que hoy en día son la iglesia católica y ortodoxa provenían de este cisma. Leyendo tu artículo entiendo que ya en el siglo V había una clara separación entre las iglesias cristianas de oriente y occidente (de hecho te refieres a ellas como católicas y ortodoxas). ¿Procede por tanto la separación (no ya teológica, sino más bien política y organizativa) de las dos iglesias de mucho antes al cisma?
Saludos
Ufffffff Diego, con las ideas religiosas de ese tiempo poca formación tengo., si que sé que por ejemplo, que el idioma latín, imperante en todo el Imperio Romano, dejó en la parte Oriental del mismo de usarse, para adoptar la lengua griega como idioma de uso, aunque el latín seguía siendo oficial.
La tirantez entre Roma y Constantinopla por el poder, (sobre todo después de que Constantino durante su reinado trasladara la capital de Roma a Constantinopla) quizá fue otra de las razones que junto con el idioma, agrandó las diferencias entre Oriente y Occidente en el Imperio Romano.
Los asuntos eclesiásticos eran llevados desde Roma para todo el Imperio Romano, pero la iglesia en Oriente tras las invasiones bárbaras del siglo III, tomó conciencia de su poder y la autonomía que podían ejercer, habida cuenta que el Papa de Roma, poco podía hacer para garantizar la seguridad de sus fieles en Oriente.
Con el paso de los años, y el clima de prosperidad de que gozaba Oriente respecto a Occidente, hizo que una iglesia con una "idiosincrasia" nueva se fortaleciera, aunque oficialmente, seguía fiel a Roma.
Todo esto lo digo con mucha reserva Diego, porque como ya te dije, el asunto religioso en aquella época no es mi fuerte.
saludos
A ver si puedo echar un cable, ya me corregirá alguién después si me equivoco.
Entiendo que en la época de la que hablamos la Iglesia se dividía en una "Pentarquía" articulada en torno a 5 patriarcados: Roma, Constantinopla, Antioquía, Jerusalén y Alejandría. El patriarcado "latino" de Roma sería considerado un "primus inter pares" pero sin una clara autoridad sobre el resto. Por su parte el patriarcado "griego" de Constantinopla se beneficiaba de estar situado en la capital imperial y se consideraría a si mismo una especie de líder de las 4 iglesias orientales. De ahí surgirían los tiras y aflojas entre patriarcados, por ejemplo en el 457 el Patriarca de Alejandría excomulgó al resto al negarse a aceptar el Concilio de Calcedonia, dando origen a la iglesia cristiana copta ortdoxa.
En cuanto a Roma y Constantinopla, las dispustas se fueron agravando con el tiempo. Tenemos por ejemplo que el Concilio de Constantinopla de 692 no es reconcido por Roma, ya que los "griegos" no se molestaron en invitar a los "latinos". Ambos ritos se fueron separando más y más, hasta el cisma de 1054. En el 1054 no surge una iglesia católica y otra ortodoxa, sino dos iglesias católicas (ambas se declaran universales) y ortodoxas (otra cosa es lo que cada una entienda por ortodoxa). Con el tiempo lo de católica ha quedado asociada a una (la occidental) y lo de ortodoxa a otra (la oriental).
Saludos.
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Je,je, desde luego Galland era una época para los italianos muy mala, habida cuenta que los dirigentes bárbaros ocupando los altos puestos en la escala gubernativa imperial, gente por lo normal, poco instruida, pero que detentaba el poder por la fuerza de las armas en Italia.
Liberio, hombre instruido, gracias a la educación que le proporcionó su familia, tuvo que elegir como muchos italianos de su época, o colaborar con el "enemigo" y vivir dignamente, desarrollando una carrera en la administración civil de los ostrogodos, o mal vivir, optando a puestos de trabajo poco remunerados, y claro está, muy modestos, para vivir con suerte "al día", ¡mal negocio!.
Liberio no tenía intención de malgastar la educación adquirida, pero a la vez, tuvo que demostrar su valía, que aunque su educación ayudó mucho, sin dotes, puedes pifiarla a base de bien, que los ostrogodos no eran gente que por un fallo te daba una palmadita en la espalda y te perdonaba, no es como en el siglo XXI je,je,je.
Sobre lo que vivió, es bien cierto que es mucho tiempo, pero quizá el general Narses (478-573) es otro ejemplo, este vivió 95 años, y hasta el 567 en que le destituyeron como gobernador de Italia, estuvo dando guerra, excepciones, pero como ves, ¡haberlas ailas!, como las "meigas".
saludos