Los Exploradores de la Guardia de Napoleón 1813-14
La creación de los regimientos de exploradores de la Guardia Imperial francesa, llegó en un momento en el que Napoleón tenía los días contados., se crearon en diciembre de 1813, y solo faltaban cuatro meses para que el César de Europa abdicara por primera vez de su trono. El poco tiempo en que estuvieron activos los exploradores, les privó de granjearse su pericia militar en combate, ya que su tardía creación les privó de participar en las campañas napoleónicas que tuvieron su ámbito de actuación entre los años 1800-15. Su actuación se limitó a la defensa de las fronteras de Francia, en el periodo del invierno de 1814 y la rápida campaña militar de 1815, (con la rápida creación de un ejército para abatir las fuerzas aliadas contra Napoleón) no tuvo tiempo de considerar la formación de tropas de exploradores en la Guardia Imperial de 1815.
La idea de Napoleón de crear tropas de exploradores para la Guardia Imperial, nos hace retrotraernos a la campaña de Rusia de 1812., concretamente, en la desastrosa retirada de Napoleón de Moscú camino de Polonia.
La actuación de los jinetes cosacos, hostigando la retirada francesa en flancos y retaguardia, convirtió la retirada francesa en una pesadilla inimaginable, sazonada por el invierno ruso, el cual se cobró innumerables vidas en las tropas francesas. Napoleón tomó debida nota sobre la actuación de los cosacos, demostrando que una caballería ligera bien instruida, podía causar un mal increíble sobre un enemigo falto de moral o indebidamente mandado. No tenía una caballería similar a la cosaca en su Guardia Imperial, una tropa que pudiera servir con un rendimiento similar a esos valientes jinetes, así que se propuso crearlo.
Las labores que realizarían los exploradores de la Guardia serían a groso modo, similares a toda caballería ligera., marchan en la vanguardia: reconocimiento del terreno e informar de los movimientos de las tropas enemigas, comunicando todo ello al mando francés.
También se encargarían de interceptar a la caballería enemiga cuando esta intentara espiar los movimientos de las tropas francesas, amén de acosar y hostigar los movimientos de las fuerzas aliadas en flancos y retaguardia cuando la ocasión se presentara favorable. Napoleón en el invierno de 1813, crea una nueva “Grand Armeé” (ejército principal de Campaña) para enfrentarse a las fuerzas aliadas en los campos de Alemania, pero sin saber el motivo, (quizá el excesivo trabajo por realizar) olvida el tema de crear unidades de exploradores en la Guardia Imperial.
Coronel Claude Testot-Ferry, del 1º Regimiento de Exploradores
Tras una duras campañas en Alemania en 1813, Napoleón fue derrotado en octubre de 1813 en la batalla de Leipzig., en la misma, el ejército francés fue destrozado por una coalición de los ejércitos ruso-austriaco-prusiano. Nuevamente Napoleón se retiró a Francia, confiando en que los aliados le dejarían en paz en el invierno de 1814, justo el tiempo necesario para preparar una nueva “Grand Armeé. Napoleón no obtuvo de los aliados el tiempo necesario, ya que se abatieron sobre las fronteras de Francia en enero de 1814, imposibilitando a Napoleón a reorganizar sus tropas y efectuar los reclutamientos necesarios entre la población francesa.
Pero también aquí Napoleón fracasó, ya que si bien en 1813 pudo reclutar tropas con éxito, en 1814 la población estaba harta de la guerra, por lo que el alistamiento en masa que dispuso, encontró muchas dificultades., hubo muchos desertores que se echaron al campo, abandonando pueblos y ciudades para evitar su enrolamiento en el ejército.
No obstante, Napoleón recordó la necesidad de crear exploradores en la Guardia Imperial, y en plena reorganización del ejército desde noviembre de 1813, decidió crear en diciembre, las unidades de exploradores de la Guardia.
Napoleón decidió crear varios regimientos de exploradores, basándose en alguna de sus mejores unidades de caballería de la Guardia., así decidió la creación de tres regimientos de exploradores:
- Exploradores-Granaderos.
- Exploradores-Dragones.
- Exploradores-Lanceros.
Equipar el Cuerpo de Exploradores se convirtió en un dolor de cabeza para Napoleón., levantar un nuevo ejército en 1814 se topó con una dolorosa realidad. La falta de dinero por la desastrosa marcha de la guerra, impidió equipar las nuevas tropas reclutadas en el ejército francés, y la Guardia Imperial no fue una excepción.
Pero aquí Napoleón demostró su generosidad, sacando dinero de su fortuna personal, con tal de que las nuevas tropas incorporadas a la Guardia tuvieran un equipo adecuado a su estatus elitista. Abastecer de caballos a los exploradores se tornó difícil., las mejores razas de caballos estaban en Alemania o España, donde buena parte de la caballería francesa se había abastecido.
Equipamiento del 1º Regimiento de los Exploradores de la Guardia
Pero ahora estos países se habían liberado del yugo francés en 1814, así que para abastecerse de remontas para la Guardia de exploradores, no quedó más remedio que contratarlas dentro de las fronteras francesas, aunque su calidad fuera inferior claramente.
A efectos prácticos, se buscó una clase de caballos que fueran de pequeña alzada y resistentes, acordes con las operaciones en las que iban a participar. Se buscó en el valle de los Pirineos, las Ardenas y el delta del río Ródano, y no hubo uniformidad en su color de los caballos, ya que los hubo de mucha variedad.
Los caballos y el equipamiento de los exploradores fue en líneas generales un problema de difícil solución, ya que los regimientos fueron montados en base, a la celeridad que se tenía de que fueran puestos en activo en el menor tiempo posible. Encontrar también los candidatos no fue menos difícil, en un momento en que la popularidad del servicio en el ejército francés junto con las últimas derrotas, no atraía muchos a los jóvenes reclutas franceses., por lo tanto hubo que tirar de reclutas noveles y elementos de otras unidades francesas.
Los exploradores granaderos y dragones, fueron eminentemente franceses, soldados sin experiencia, con un cuadro de veteranos de la “Vieja Guardia” (veteranos de la Guardia Imperial) para dar cierta consistencia a unas unidades sin experiencia., mientras que el regimiento de exploradores-laceros, fue dotado con jinetes polacos con experiencia, siendo este regimiento quizá, el mejor dotado con jinetes de valía.
Entre los veteranos que reforzaron los inexpertos regimientos de exploradores, podemos encontrar elementos pertenecientes a los “Guardias de Honor” de la Guardia Imperial reforzando a los exploradores-granaderos. Los exploradores-dragones recibieron el refuerzo de algunos componentes de la antigua Guardia del rey José I de España, más algunos “Pupilos” (cadetes) de la Guardia, los cuales sirvieron como trompeteros en la unidad., entre los jóvenes reclutas, podemos encontrar a antiguos “postillones”, los cuales en la vida civil, eran los mozos que iba a caballo en los coches de “Postas” (servicio de Correo) o de viajeros.
Finalmente, el regimiento de los exploradores lanceros, fue el más beneficiado en el refuerzo de tropas veteranas, ya que recibieron veteranos polacos de las tropas del ejército regular y del 1º regimiento de lanceros polacos de la Guardia, ¡los mejores lanceros del ejército de Napoleón!., éstos y algún que otro refuerzo, convirtió a los exploradores-lanceros, en la unidad más experimentada de los regimientos exploradores.
Escuadro de tártaros lituanos, pertenecientes al 3º Regimiento de Exploradores
El armamento de los exploradores consistió en carabinas y sables para los granaderos y dragones, mientras que los lanceros, también contaron con dicho armamento, pero siendo también dotados con lanza, acorde con el hecho de que muchos eran polacos, arma en la que eran sumamente diestros.
Entre la vistosidad de los uniformes de los exploradores, se distinguían los granaderos por su estilo húsar con uniforme trenzado, los dragones por su casaca verde y los lanceros por sus “shakos” o morriones altos de color rojo, aparte de otros complementos de su uniformidad.
Los regimientos de exploradores contaron cada uno de ellos con cuatro escuadrones, cifrándose cada uno de ellos en 250 jinetes., por lo que en teoría, los exploradores contó con más o menos unos 3.000 efectivos. Por ejemplo, en la práctica, los Exploradores-Granaderos contaron con unos efectivos iniciales de 501 hombres veteranos pertenecientes a la “Vieja Guardia”, pero también de la caballería regular.
Encontramos a: Granaderos a Caballo, Dragones, 2º de lanceros, Cazadores, y también algunos jinetes veteranos del ejército regular: regimientos 4 º y 13 º de Cazadores y 3º Húsares., tropas que daría consistencia y veteranía al regimiento. Finalmente, 608 hombres noveles, pertenecerían a la “Joven Guardia” y completarían el regimiento. Los exploradores-dragones, fueron también bien reforzados, unos 1.200 hombres y finalmente, los exploradores-lanceros, contaron con unos 800 hombres.
Durante las campañas de 1814, los efectivos de los exploradores, (como es lógico) aumentaron y disminuyeron, como consecuencia de los combates en que participaron., los refuerzos que obtuvieron, no siempre fueron suficientes para taponar las brechas en los efectivos regimentales.
Los oficiales que mandaron las tres unidades, fueron los coroneles Guyot, Ornano y Krasinski, mandando respectivamente granaderos, dragones y lanceros. El adjunto del Coronel Guyot, el comandante Claude Testot Ferry, fue particularmente el mejor de los oficiales que mandaron en los exploradores de la Guardia, ya que a finales de 1813, tomó el mando del regimiento de los granaderos-exploradores. Contaba Claude con una hoja de servicios impecable, participando en innumerables combates., el último, la batalla de Hanau, ocurrida en Alemania tras la desastrosa batalla de Leipzig, se saldó con un triunfo francés, batalla entre las unidades de la Guardia Imperial francesa y las tropas austriacas. La batalla ocurrió a finales de octubre de 1813, y en ella Claude combatió con un valor inusitado., de hecho, salió mal parado, pero con heridas de gravedad. Aun así, sufrió 22 heridas de sable y lanza, con lo cual es un milagro que no muriera, pero pronto se recuperó, lo cual demuestra la casta de este oficial.
Exploradores de la Guardia 1813-14
En líneas generales, los Exploradores de la Guardia Imperial demostraron en batalla un buen comportamiento, ganándose el respeto de las unidades de la Guardia Imperial. El excelente cuadro de mandos con que contaban los regimientos-exploradores, facilitó a los jóvenes reclutas, que su modelo de conducta fuera imitado con determinación y eficacia.
Batallas como Tournotte, Brienne, Craonne, Laon, Arcis-sur-Aube, y París, fueron los campos de batalla donde los exploradores lucharon con denuedo junto a otras unidades de la Guardia Imperial y tropas del ejército regular.
Los exploradores granaderos y dragones, participaron juntos en batalla, pero los exploradores-lanceros, lucharon aparte, destacaron en la defensa de París.
Ejemplo de ello lo tenemos en la batalla de Craonne, donde el pequeño ejército de campaña de Napoleón (donde militaba el grueso de la Guardia Imperial) formado por 37.000 hombres, derrotó el 7 de marzo a las fuerzas prusianas y rusas del general prusiano blücher, formadas por 85.000 hombres.
La marcha aliada hacia París, hizo que los aliados reunieran una masa de maniobra formidable, a la que se opondrá Napoleón con un alarde de táctica, que recordará sus mejores tiempos de Austerliz:
El Ejército de Silesia: 60.000 prusianos, alemanes y rusos, al mando del general prusiano Gebhard Leberecht Blücher.
El Ejército de Bohemia: 160.000 austriacos, rusos y alemanes al mando conjunto del mariscal austriaco Schwarzenberg y el mariscal ruso Barclay de Tolly.
El Ejército del Norte: 100.000 rusos y suecos, el mando del rey de Suecia y antiguo Mariscal de Napoleón, Jean-Baptiste Bernadotte.
Sin embargo, a Bernadotte le repugna entrar en Francia como soldado enemigo, así que su fuerza no participará directamente en la “Batalla de Francia”., su ejército no es del todo operativo, y avanzará lentamente por Bélgica, incumpliendo su función inicial, de ser en flanco derecho de la fuerza aliada.
Volviendo a la batalla de Craonne, los exploradores, junto a otras unidades de caballería de la Guardia Imperial mandadas por el Mariscal Ney, forman en el flanco izquierdo con la misión de envolver el flanco derecho de las tropas rusas.
Sin embargo, Ney ataca precipitadamente, y es detenido por los rusos de general Woronzoff., vuelve a la carga otra vez Ney, reforzando el ataque la artillería francesa y esta vez los rusos se retiran, pero en buen orden, facilitando un contraataque decidido que recupera las posiciones iniciales rusas.
Hostigamiento de jinetes del 3º Regimiento de Exploradores, sobre cosacos rusos en el Este de Francia, febrero-marzo de 1814
Ney pone toda la carne en el asador, atacando con la caballería de la Guardia en una carga demoledora, que detiene el avance ruso, el cual no se había conformado con recuperar sus posiciones, sino que había avanzado aprovechando el repliegue francés.
En el curso de las operaciones en marcha, la carga de Ney casi flanquea izquierda de la posición rusa de Woronzoff, siendo imposible que este reciba refuerzos, con lo que los aliados inician un repliegue general, dejando la batalla como victoria para Napoleón, aunque ésta no se convertirá una victoria estratégica y las bajas en ambos contendientes serán similares, unos 5.000 hombres.
En la batalla, los exploradores-Granaderos y Dragones, estaban encuadrados dentro de la Guardia Imperial de la siguiente manera:
1ª División de Caballería de la Joven Guardia - General de Laferiere- 1.250 hombres:
Joven Guardia Granaderos a caballo [2 escuadrones]
Joven Guardia Cazadores a caballo [4 escuadrones]
Joven Guardia Dragones a caballo [2 escuadrones]
1º Regimiento Guardia Granaderos-exploradores [4 escuadrones]
2 º Regimiento Guardia Dragones-exploradores [4 escuadrones]
3º Regimiento de la Guardia de Honor [4 escuadrones]
Aunque su valentía quedó demostrada, (sin perjuicio de su actuación de manera en general) también sufrieron algunos reveses en combate, (algo que nunca sufrieron, la caballería de los Granaderos y el 1º de Lanceros polacos) incluida alguna que otra actuación muy poco afortunada, lo cual demuestra que alguna vez se pude dejar llevar por cierto pánico.
Por ejemplo, en la batalla de Arcis-sur-Aube del 20 de marzo, en medio de las operaciones entre la titánica lucha entre franceses y austriacos, (27.000 franceses mandados por el Emperador Napoleón, contra 80.000 austriacos mandados por el Mariscal Schwarzenberg) los franceses toman el pueblo de Arcis, (al Norte de Francia), en cuya vanguardia militan los exploradores de la Guardia., pero tras salir del pueblo, el contrataque austriaco es terrible, desencadenándose una lucha desesperada.
La Guardia Imperial salva la comprometida situación, pero los exploradores no estuvieron afortunados en el encuentro, tras salir del pueblo, donde los exploradores marchaban en vanguardia, fueron recibidos por la artillería austriaca, con una nutrida salva de disparos y granadas desde la cresta de la meseta al este del pueblo.
Grupo de jinetes de los tres regimientos de Exploradores de la Guardia
Los exploradores en medio de la confusión por el terrible fuego aliado, sufren una carga de caballería por parte de jinetes cosacos rusos gritando a pleno pulmón y apoyados por caballería austríaca, los Exploradores de la Guardia entran en pánico y dan media vuelta, chocando con la caballería francesa que les acompañaba en el avance, dirigiéndose raudos a Arcis, y perseguidos por la caballería rusa.
La batalla fue en líneas generales bien para Napoleón., finalmente, éste se replegó tras volar el puente de Arcis, impidiendo que los aliados realizaran una persecución general de sus tropas.
La retaguardia de Napoleón, mandada por el Mariscal Oudinot, cumplió bien su cometido, protegió la retirada francesa y volando el puente., pero no era menos cierto, que la retirada de Napoleón hacia París era un hecho, y que a pesar de la genialidad militar que desplegaba, no podía hacer mucho, solo retrasar el avance aliado, el cual desplegaba un aparato de tropas y material, como nunca había enfrentado el César francés.
Los aliados avanzan directos a París, mientras tanto, Napoleón permanecerá en retaguardia, hostigando las líneas de comunicación aliadas, confiando en que su hermano José, (nombrado por Napoleón defensor de París) pueda defenderse del ataque aliado, fortificando convenientemente la ciudad y apoyado por los Mariscales Mortier y Marmont.
La fuerza aliada llega a las afueras de París la noche del 29 de marzo, la masa aliada está formada por las siguientes fuerzas:
- El Ejército de Bohemia del Príncipe Karl Felix Schwarzenberg y el general Barclay de Tolly, con 63.000 soldados rusos y 44.000 austriacos y alemanes.
- El Ejército de Silesia, 38.000 prusianos y rusos al mando del general Gebhard Leberecht Blucher.
En total, los aliados despliegan al norte de París, unos 145.000 soldados, listos para cumplir su anhelado objetivo desde hace muchos años, ¡entrar en París!.
José Bonaparte, opone para la defensa parisina los siguientes efectivos:
-El mariscal Mortier tiene bajo su mando 12.000 soldados de la Joven Guardia, veteranos y bien equipados, que quedarán en reserva.
-El Cuerpo de Ejército del mariscal Marmont tiene 15.000 soldados de infantería de Línea, muchos de ellos reclutas inexpertos.
-El Cuerpo del mariscal Moncey tiene también 15.000 hombres, pero gran parte son adolescentes y ancianos mal armados, o levas procedentes de la Guardia Nacional.
Jinete del 1º regimiento de Exploradores
También hay otros 18.000 reclutas que guardan el palacio de Versalles y sus inmediaciones, fuera de la capital, tropas con las que no se puede contar, pero que se hace constar aquí.
En la batalla de París, encontramos en escena el 3º regimiento de exploradores-lanceros, mientras más al norte como ya dijimos, los regimientos de exploradores de granaderos y dragones, permanecen con el ejército de campaña de Napoleón, hostigando las comunicaciones del mando aliado.
José Bonaparte, al mando de la defensa de París, acude al norte de la ciudad a observar la situación, siendo escoltado por 1.200 soldados de la Guardia Imperial. Tras sondear la situación, decide emplazar cañones en las colinas de Montmartre, al norte de la ciudad y en Belleville, al noreste, 84 cañones en total.
Ordena a sus Mariscales Mortier, Marmont y Moncey que acudan al norte de la capital, para desplegar sus Cuerpos de Ejército, formando en una línea defensiva entre Montmartre y Belleville.
Los defensores acumulan en total 42.000 hombres y 154 cañones en toda la ciudad, siendo apoyados por 20.000 trabajadores civiles, los cuales fueron movilizados para colaborar en las tareas de defensa al norte de la ciudad.
Los lanceros exploradores polacos, fueron desplegados en la zona de Montmartre, a la espera de la ofensiva aliada, la cual se desencadenó el día 30 de marzo.
José comprendía perfectamente que la defensa de París era imposible, carecía de carisma para enardecer a las tropas que defendían París, no era un militar y para secundar sus carencias, apenas ha hecho nada para mejorar las defensas en los dos últimos meses, por lo que la más importante ciudad de Francia, apenas podía oponer resistencia al invasor.
La estrategia defensiva francesa, siempre se apoyó que en el peor de los casos, (la mentalidad ofensiva apenas intuyó el pasarse a una situación defensiva) que los franceses detuvieran a los posibles invasores en la línea de plazas fortificadas y fuertes que protegían las fronteras del reino al Norte y Noroeste de Francia.
Desde el año 1595 en que los españoles entraron en París, la ciudad no ha sido atacada por ningún ejército, y su fortificaciones, eran es insuficiente para resistir el asalto de un gran ejército invasor., los parisinos solo contaban con unos viejos muros, por los que se podía acceder al interior de la Metrópoli a través de 56 puertas, con lo que la defensa de París era harto precaria y muy difícil de llevar a cabo.
Jinetes pertenecientes al 1º y 3º regimiento de Exploradores
José Bonaparte y el Mariscal Marmont asumen el Mando de las operaciones defensivas de la capital, mientras, muchos parisinos ante la amenaza de un bombardeo de la capital, junto con combates callejeros o saqueos, deciden abandonar en masa la ciudad, marchando por el sur de la misma.
Previamente el día anterior, marchan la Emperatriz María Luisa, junto a los ministros del gobierno, los miembros del Consejo de Estado y la Reina de Westfalia, siendo escoltada la comitiva por unos 4.000 soldados de la Guardia Imperial.
La participación de los Lanceros-Exploradores no la tengo muy clara, sí parece que su comportamiento debió ser ejemplar, acorde con su composición, la mayoría veteranos de otras unidades de la Guardia.
Lucharon en la zona de Montmartre, la que mejor estaba fortificada de la línea defensiva del norte de París, y la que también mejor logro defenderse de los ataques aliados eses día aciago del 30 de marzo de 1814.
Los exploradores-Lanceros estarían sin duda, encuadrados en el Cuerpo de ejército de la Joven Guardia a las órdenes de Mortier, defendiendo el sector asignado, el cual era la línea defensiva que iba entre Montmartre y Saint Gervais.
La lucha ese día fue titánica, aunque los aliados hicieron valer su peso numérico y la veteranía de sus tropas. El Centro del dispositivo francés y su ala derecha son desechas., las tropas rusas de los generales Langeron y Rudsevich, asaltan las posiciones francesas de Montmartre, las últimas y mejor defendidas, haciendo retroceder a la Joven Guardia.
Las tropas de la Joven Guardia, donde forman los Exploradores-lanceros, disparan sus cañones y fusiles sin cesar., el propio mariscal Marmont les dirige cubierto de sangre, barro y hollín. Mortier también participa activamente, aunque es una lucha que ya está perdida sin remisión.
Finalmente, apenas queda alguna posición en manos de los franceses., la Joven Guardia y los Exploradores resisten en el sector de Saint Denis, rodeados por completo de tropas aliadas y sin posibilidad de recibir refuerzos, solo esperanzados de que se puedan rendir con honores o de que Napoleón, que está unos 20 Km. al norte de París con 60.000 hombres, pueda rescatarles.
El José Bonaparte, que había permanecido en el sector de Montmartre, decide marcharse, dejando a Marmont al mando. Finalmente, el Mariscal decide que la lucha debe cesar, se a sufrido 18.000 bajas, y las perspectivas del día siguiente no son halagüeñas, con la mayoría de las posiciones en manos de los aliados y sin posibilidades de recibir refuerzos o enderezar la situación.
Jinetes del 1º Regimiento de Exploradores
La capital ha sufrido mucho y todavía le puede ir peor, sufriendo la población civil represalias si la defensa se encarniza. Marmont negocia por la tarde con los aliados, proponiendo una capitulación honrosa, que respete las vidas y los bienes de los parisinos, tanto civiles como militares., el Mando aliado acepta.
Los exploradores-Lanceros se niegan seguir a las tropas de Marmont y rendirse a las fuerzas rusas, por lo que logran zafarse y marchan al norte, con la esperanza de unirse a las tropas de Napoleón.
Napoleón Bonaparte, pierde toda esperanza de recomponer la situación, y la puntilla a su estado de ánimo llega cuando sus generales se niegan a obedecerle el 6 de abril, cuando les expone sus planes de reconquistar París.
Es el fin, napoleón decide abdicar el 11 de abril de 1814 y exiliarse a la isla de Elba, con un contingente de tropas de la Guardia como fuerza personal. Ya sin posibilidad de ser utilizados por el nuevo Régimen Monárquico implantado en Francia por Luis XVIII, los tres regimientos de Exploradores de la Guardia Imperial francesa, son disueltos en el mes de junio.
La corta vida de los Exploradores, impidió que, al contrario que otras unidades de la Guardia Imperial, pudieran contar un buen currículum militar en su haber., sin embargo, en la campaña de la defensa de Francia de 1814, poco después de ser creados, los exploradores tuvieron su oportunidad de demostrar su valía.
Eran en unos momentos en que la situación era angustiosa, con los ejércitos de la Coalición Europea, a las puertas de las fronteras francesas, tras unos años en que el ejército francés se enseñoreaba con toda Europa.
El genio militar de Napoleón en esa situación recobró su pleno vigor y apoyado por un pequeño ejército, ágil y versátil, (donde destacaban las unidades de la Guardia Imperial) demostró a los aliados que la fuerza no lo era todo y los dejó asustados con unas maniobras militares sorprendentes, acudiendo como un relámpago allí donde los aliados no lo esperaban.
Finalmente fue vencido, pero su valor, el de un puñado de tropas regulares y sus unidades de la Guardia Imperial (donde militaban los Exploradores) dieron una lección de pundonor y valentía, siendo admirados por los mandos aliados.
Jinetes de los tres Regimientos de Exploradores
Autor: eljoines
Bibliografía:
- http://assosehri.fr/labibliothequesc/les-eclaireurs-de-la-garde-imp-riale-1813-1814.pdf.
- http://www.napoleon-series.org/.
- http://www.10escadron.com/wp-content/uploads/2011/12/Eclaireurs-Grenadiers-de-la-Garde.pdf.
- eljoines's blog
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios
En principio la ida no era mala ya que se trataba de aprovechar razas de caballos poco apropiadas para la caballería regular por su alzada pero que fueran resistentes y en la práctica se pudieran alimentar de lo que encontraran en el campo a imitación de los pequeños caballos de los cosacos rusos. Un estilo de caballería poco útil en una batalla campal pero bastante práctica en campaña porque además descarga de tareas a la caballería regular, en funciones como la de exploración.
Supongo que la intención de crear directamente a estas unidades de "eclaireurs" como unidades de la Guardia sin haber creado primero unidades regulares de ese tipo era para conseguir atraer buenos oficiales y darle cierto espíritu de cuerpo de élite a lo que no dejaban de ser unidades improvisadas, que difícilmente se podían comparar con los cosacos en cuanto a experiencia (aunque dentro de los cosacos la calidad también variaba mucho).
Hay que tener en cuenta que muchas de las unidades a las que se obligaba a "ceder hombre" para formar otras nuevas -sobre todo en circunstancias de una guerra en marcha- solían ser muy reticentes y lo normal era tanto que mandaran menos de los requeridos como que su calidad tendiera a ser por debajo de la media de la unidad de origen. Tal vez la excepción eran los exploradores-lanceros ya que se beneficiaron de la disuloción de varias unidades polacas por lo que pudieron obtener jinetes validos y que sabían manejar las lanzas. En los otros dos regimientos se esperaba también que más o menos la mitad de la tropa estuviera equpada con lanzas, pero al no tener gente preparada parece que la cosa fue bastante mal y se les menciona entrando en combate con la lanza agarrada con las dos manos como si fuera un palo largo.
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios