Paulo Freire: Lucha y mediación semiótica
Cualquier recorrido por la historia de la pedagogía del siglo XX debe llevarnos al encuentro con muchas ramas pedagógicas, entre ellas encontramos la pedagogía Crítica y su central oposición a la dominación ideológica/ cultural de la escuela como parte del aparato estatal. En esta línea encontramos a Althusser, Bourdieu, Passeron haciendo hincapié en la violencia simbólica y la estrecha ligazón de las instituciones educativas contempóraneas con los sectores burgueses y sus valores. No obstante el pedagogo brasileño Paulo Freire, reconocido por su revisión política-filosófica de la educación, su mirada critica y su propuesta transformadora, nos habla, piensa y sueña el cambio social, como quien sigue una estrella en un sendero oscuro, como quien es revelado e interpretado por una época y sus necesidades, con el fin de dar un paso más allá, pero teniendo el “norte” bien claro.
EN 1963 PUSO EN PRÁCTICA SU PRIMERA EXPERIENCIA EDUCATIVA DE GRUPO, DENTRO DE LA
LA CAMPAÑA NACIONAL DE ALFABETIZACIÓN DE 300 TRABAJADORES RURALES EN MES Y MEDIO
Freire, el hombre del contexto, el de los sistemas políticos abiertos, quien levantó la vista y pudo ver un mundo relacionado desde las desigualdades y las injusticias, problema que también llega a las aulas día a día, donde ni los alumnos ni los docentes deben ser pasivos ni ingenuos ante esto; logró proponer y seducir a una generación de docentes con sus propuestas pedagógica-política, en la que nos invita a repensar nuestras prácticas dentro de un contexto político mayor/totalizador en el que se supone que todos somos sujetos políticos desde nuestro accionar cotidiano. Para esto, el autor propone la noción de Praxis educativa y la define como “unidad dialéctica de teoría y práctica…entre el contexto teórico y el contexto concreto…entre la lectura del mundo y la palabra” (Sedeba, clase 4, pag. 6), aquí queda de manifiesto la urgencia de la palabra, escrita u oral, como medio y fin a la vez, como instrumento semiótico, donde tanto el docente como el alumno pueden vislumbrar nuevas cuestiones y reflexionar sobre estos significados y volverlos propios, apropiarse del sentido de una lectura o encontrarse en la historia de los que pronto serán alfabetizados y harán legitima su palabra en una red más amplia de intercambio material y simbólico. De este modo nos adentramos a un mundo de praxis pedagógico caracterizado por las siguientes dimensiones: axiológica, metodológica, dialógica, gnosológica y política; donde podemos observar múltiples relaciones desde el acto del conocimiento dentro de un método que lo guía en la construcción, sin dejar de lado los valores y el dialogo permanente en y para la reconstrucción de la identidad social/ política del sujeto de la educación. Esta autoreconstrucción, delineada por la conciencia de clase y el sentido de pertenencia es lo que llevará al sujeto a su propia liberación y a la búsqueda concreta de los medios que necesite para su realización humana.
FRATO REFLEXIONANDO SOBRE LA ESCUELA Y EL APRENDIZAJE
En este sentido, podemos encontrarnos con un hombre anclado en un mundo que lo necesita y que el no puede dejar de necesitar para alcanzar sus metas, el vínculo es elemental pero la construcción del mismo es vital, ya que es lo que nos hace personas y por lo tanto ciudadanos y participantes activos de las problemáticas sociales. De este modo la noción de mediación ingresa en este relato, como “un proceso ideológico y sociocognitivo, puesto que entendemos que las formaciones ideológicas no se agotan en lo pensable, sino que incluyen lo cognoscible” (mediación, inteligibilidad y cultura. Contursi y Ferro, pag. 1), esto quiere decir que los discursos, los relatos y las experiencias significativas que construyen los vínculos entre sociedad y cultura o entre individuo e ideología, son tan inagotables como infinitos. De aquí, se puede pensar (sin dejar de repensar nuestras praxis) lo “inédito viable”, esa suerte de innovación pedagógica, que propone Freire, y que seguramente todos los docentes llevamos en nuestro cuerpo y que puede construirse día a día como un vehículo transformador de muchas realidades y de la continua creación de consensos ideológicos acerca de las mismas. Sin estos planteos, sin estos cuestionamientos, sin esta variedad de lecturas, estamos condenados a la naturalización de una educación descontextualizada y de la repetición sin objeto de nuestras prácticas pedagógicas.
AUTOR: PROF. MAXIMILIANO LOBOSCO
BIBLIOGRAFÍA
Bourdieu, P. (1984) “El mercado lingüístico”. En Sociología y cultura. México, Grijalbo, 1990.
Ferro y Contursi, Mediación, inteligibilidad y cultura. Cuadernos de comunicación y cultura 2001.
Martini, S. (1994) “La comunicación es interacción. Cuando comunicar es hacer: Interaccionismo simbólico, Erving Goffman y apuestas en juego”, Cuadernos de Comunicación y Cultura 56/Buenos Aires, 2001.
Sedeba, campus virtual. Historia de las ideas pedagógicas, clase 4.
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