El Reino Lombardo
La llegada de los lombardos a Italia en el siglo VI marca para algunos autores la verdadera transición en esa región entre la edad Antigua y el Medievo; no la caída de Roma, un siglo antes o la llegada de los ostrogodos. Los lombardos fundarían un reino en Italia que conseguiría arrinconar a los bizantinos, poniendo fin al sueño imperial de volver a dominar toda la península italiana.
Migración
En la primavera de 568 el pueblo lombardo (longobardo), liderado por el rey Alboino, abandonaba sus asentamientos en Panonia y se ponía en movimiento hacia Italia. El año anterior habían derrotado a sus vecinos en Panonia y rivales por bastante tiempo: los gépidos; y ahora salían corriendo a toda prisa. El motivo es que aunque los lombardos se jactaban de su victoria, una gran parte del mérito de su éxito se debía a sus aliados: los feroces ávaros. Los ávaros eran un pueblo semi-nomada procedente de las estepas, en busca de pastos y de un refugio seguro. Los lombardos seguramente comprendieron que los ávaros no estaban por la labor de compartir ni las antiguas tierras de los gépidos ni ya puestos la Panonia entera.
En sus anales los lombardos simplemente cuentan como excusa que habían sido invitados por el bizantino Narses a acudir a Italia. Es difícil saber si tal invitación se produjo o no. Con anterioridad los lombardos habían sido teóricamente aliados de los bizantinos y recibido subsidios para contener a los gépidos y es posible que los bizantinos los tantearan con vistas a guarnecer el norte de Italia frente a otros pueblos como los francosi. También se especula que los lombardos podrían haber sido “invitados” por los restos del fenecido reino ostrogodo de Italia, que había caído en 553. En cualquier caso lo cierto es que el poder bizantino en Italia aunque victorioso en la Guerra Gótica había quedado muy debilitado e incapaz de consolidar del todo sus ganancias.
La migración lombarda en realidad incluía una de gentes de otros pueblos de origen germánico como muchos sajones y también hérulos, suavos, turingios...; así como los vencidos gépidos, con cuya princesa Rosemunda, se había desposado Alboino tras la victoria. Incluso había gentes de otros pueblos como búlgaros y sármatas. Esta iba a ser la última gran migración para los lombardos, un pueblo que habría tenido su origen en el sur de Escandinavia y del que los romanos habían conocido ya desde el siglo I y denominado langobardi.
Fig. 1. La migración lombarda del 568, por Patrice Joubert. La cruz “patada” que los acompaña refleja su reciente conversión al cristianismo arriano a instancias de Alboino, que probablemente trataba de dotar a su heterogéneo pueblo de un elemento cohesivo. Aun así el paganismo perduraría durante bastante tiempo entre los lombardos.
Invasión de Italia
Los lombardos penetraron en Italia, tomando Forum Iulii en el NE de Italia -al parecer sin resistencia bizantina- y creando el ducado de Friuli, el primer ducado lombardo, que Alboino otorgó a su sobrino Gisulfo. La estratégica ciudad de Aquilea -capital de la zona y llave de la puerta de acceso a Italia- cayó sin problemas tras la huida del obispo Paulino junto a buena parte de la población. Los lombardos rápidamente se hicieron con casi todo el NE, a excepción de una franja costera, fácilmente defendible por la marina bizantina.
En el siguiente año, marcharon contra el NO tomando Milán, que también había sido abandonada por su obispo y numerosos habitantes. La única resistencia notable a la invasión lombarda fue la ciudad de Ticinum (Pavía) que resistió un sitio de 3 años (569-572) y acabaría convirtiéndose en la capital de los lombardos.
El control de Alboino sobre su heterogéneo pueblo era limitado. Algunos lombardos realizaron incursiones en territorio franco molestando innecesariamente a un poderoso enemigo y otros grupos formaron ducados al sur de Italia: Spoleto y Benevento, que quedaron un tanto al margen del reino. Alboino no iba a tener tiempo ni de “atar corto” a su pueblo ni de disfrutar de su conquista de Pavía. Nada más caer Pavía, fue asesinado en Verona -capital provisional- a instigación de su esposa Rosamunda, la cual acabaría huyendo a la bizantina Rávena donde perecería envenenadaii.
Fig. 2. Alboino y Rosamunda, lienzo del taller de P.P. Rubens. Según el historiador lombardo Pablo el Diácono durante un banquete en Verona, un Alboino borracho invitaría a su esposa a “beber con su padre” e hizo traer una copa hecha con el cráneo del difunto Cunimundoiii. Como venganza, Rosamunda lo habría hecho matar.
Efectos en Italia de la invasión
La invasión lombarda produjo terror y grandes migraciones entre los italianos, prácticamente abandonados a su suerte por Constantinopla. Su impacto fue mucho mayor que el previo de los ostrogodos, ya que estos habían tenido mucho más contacto con el mundo romano-bizantino y habían asimilado bastante de la cultura romana.
Su violenta la llegada, las luchas que se sucederían en las siguientes décadas, unidas a hambrunas y plagas afectaron a Italia de una forma nunca vista. Cuando el Papa Gregorio I fue consagrado en 590 creía bastante probable que se estuviera acercando el fin del mundo y a su alrededor sólo veía desolación:
Las ciudades han sido destruidas, los campos arrasados y la tierra reducida a un yermo. No hay un sólo granjero en los campos y apenas quedan habitantes en las ciudades. E incluso estos pequeños restos de la raza humana son abatidos diariamente, sin pausa.
En la península italiana quedaron bajo control bizantino la región entorno a Roma, buena parte de la costa del Adriático y algunas franjas costeras centradas en Nápoles y Génova. Básicamente aquellas zonas a las que los bizantinos podían reforzar y enviar suministros gracias a su dominio absoluto del mar. Hacia esas zonas acudirían numerosos refugiados.
Fig. 3. Distribución aproximada de los lombardos a la muerte de Alboino.
El camino a la consolidación monárquica
Como sucesor de Alboino fue elegido el violento Clefi (572-574), que en sus 18 meses de reinado completó la dominación lombarda del norte de Italia. Clefi cayó asesinado por un esclavo de su guardia personal. Los duques lombardos -unos 35- decidieron que se podían pasar sin rey y no eligieron sucesor durante 10 años. La necesidad de un nuevo rey sobrevino a raíz de que el emperador bizantino Mauricio pagara un importante subsidio a los francos de Childeberto II para que invadieran Italia y aflojaran la presión lombarda sobre unas asfixiadas Roma y Rávena.
El nuevo rey era el duque Autario (584-590) -hijo de Clefi- al que el resto de duques donaron la mitad de sus feudos. Esta insólita reacción supuso el establecimiento de una fuerte base económica sobre la que construir los pilares del reino. Tras varios ataques menores, en el 590 vino la gran embestida `por parte de los ejércitos franco y bizantino. Los lombardos se vieron obligados a refugiarse en sus fortalezas, esquivando la batalla campal con los francos, que se acabaron retirando al no poder coordinarse eficazmente con los esfuerzos bizantinos. Estos últimos reconquistaron algunas ciudades e incluso consiguieron que varios nobles lombardos se cambiaran de bando, pero el reino lombardo había sobrevivido, aunque Autario no lo haría por mucho tiempo ya que murió envenenado en septiembre de ese año.
La muerte de Autario supuso que el poder recayera en su esposa Teodolinda -hija del duque de Bavaria- que se casó con el duque de Turín: Agilulfo (590-616). Bajo la influencia de su esposa, Agilulfo se acabaría convirtiendo al catolicismo en el 603. Haría falta todo el siglo VII para que se asentara el catolicismo ya que había una fuerte corriente arriana entre los nobles lombardos e incluso restos de paganismo. Bajo Agilulfo se retomaron o conquistaron varias ciudades a los bizantinos, se firmó la paz con los francos y con los ávaros -que habían realizado una cruenta incursión en el ducado de Friuli-, se castigó a alguno de los duques traidores y se llegó a asediar Roma (592), obteniendo del Papa un tributo de 500 sólidos de oro.
Fig.4. La Corona de Hierro de Italia, usada por los reyes lombardos y los reyes de Italia. Una de las tradiciones acerca de su origen, la hace ser forjada por Teodolinda alrededor de una lámina circular de hierro obtenido fundiendo un clavo de la cruz de Cristo, donado por el Papa a la devota reina lombarda.
Teodolinda aun llegaría a ejercer la regencia durante la minoría del hijo de Agiulfo y su hija Gundeperga se casaría sucesivamente con otros dos reyes lombardos ejerciendo una considerable influencia. El segundo de ellos, el arriano duque de Brescia: Rotario (636-652) expandiría las fronteras del reino, conquistando buena parte de los enclaves bizantinos del norte de Italia -salvo Rávena- e infligiendo a los bizantinos una importante derrota en el río Scultenna. Rotario es famoso por haber publicado un edicto con la primera recopilación escrita de las leyes de los lombardos.
Con el rey Grimoaldo (662-671) terminaría el proceso de consolidación. Grimoaldo derrotó a una invasión franca, sorprendiéndolos en Asti durante un ataque nocturno y masacrando a los invasores. A continuación rechazó a los bizantinos comandados por el emperador Constante II que intentó sin éxito conquistar Benevento -de la cual Grimoaldo había sido duque-, combatió contra las incursiones eslavas e internamente puso coto a las ansias de autonomía de los duques de Friuli y Spoleto. Los francos no volverían a molestar en bastante tiempo y con los bizantinos se llegó a la paz en el 680. Grimoaldo fue el único duque procedente de los ducados sureños -los lombardos no contaban con una estirpe real propiamente dicha- y a su muerte, los ducados de Benevento y Spoleto volvieron a su particular situación de semi-independencia.
Fig.5. Guerreros lombardos luchando contra un jinete bizantino, por Angus McBride.
Liutprando
El ascenso de Liutprando (712-744) supuso la llegada de un rey fuerte que se embarcó en un ambicioso programa legislativo para ordenar la estructura del estado. Aunque las leyes no eran rupturistas y de hecho consagraban antiguas costumbres como el principio de “solidaridad” entre el rey y los lombardos libres (guerreros)iv, reforzaban al rey como juez supremo de los lombardos y suponían un golpe contra aquellos duques reticentes a aceptar la autoridad real. La intención de Liutprando era construir durante su mandato un reino más simple (y en su opinión) racional.
Inicialmente se mantuvo la paz con los bizantinos pero los crecientes desórdenes en la Italia bizantina y el intento de los duques de Spoleto y Benevento por servirse de ellos para mantener su amenazada autonomía llevaron a Liutprando a involucrarse. La principal preocupación de Liutprando era conquistar una ruta directa hacia los ducados sureños sin necesidad de pasar por territorio romano-bizantino, cosa que consiguió y para el 729 ambos ducados se vieron obligados a jurar lealtad al rey, aunque el sojuzgamiento definitivo tuvo que esperar al 742.
Asimismo realizó ataques contra Rávena, llegando a tomarla temporalmente pero no parece que le preocupara demasiado perderla de nuevo siempre que se conservara el mencionado pasillo hacia al sur. Respecto al cada vez más independiente ducado de Roma, el católico Luitprando mantuvo una política de agresión limitada: en el 728 donó Sutri y algún asentamiento menor al Papa en lo que se considera la primera piedra para el establecimiento en el futuro de los Estados Pontificios. Se llevó mal con el Papa Gregorio III (731-741) dado que éste colaboro activamente con el Exarcado de Rávena contra los lombardos e incluso trató de enemistar a los lombardos influyendo sobre los ducados sureños para oponerse al rey. Sin embargo a su sucesor, el Papa Zacarías, le devolvió las ciudades romanas capturadas durante la guerra.
Fig. 6. Duque lombardo (siglo VII), figura de EMI.
El Fin del Reino
Con un Exarcado cada vez más débil, el Imperio Bizantino tuvo que aceptar que el Papa y el ducado de Roma eran los pilares del estado bizantino de Italia. Aunque los reyes lombardos confiaban en tratar al Exarcado y al papado como dos entidades separadas se encontraron con la creciente oposición del Papa a los avances lombardos en Italia. El Papa Zacarías consiguió que el rey Rachis (711-749) desistiera en su invasión del Exarcado, haciendo uso de su autoridad religiosa. Esta cesión es muy posible que tuviese mucha relevancia en la deposición del propio Rachis que se vio sustituido por su agresivo hermano Aistolfo (749-756).
Aistolfo reanudó la guerra con el debilitado Exarcado y lo conquistó, tomando Rávena en el 750. Aistolfo se proclamó a sí mismo Rey de los Romanos y esperaba llegar a un acuerdo con el Papa, pero el sucesor de Zacarías: Esteban II (752-757), fue reconocido por el Imperio Bizantino como la principal autoridad bizantina en Italia, encargándole oponerse a los lombardos como pudiera pero sin contar con la ayuda del Imperio que no podía prescindir de tropas para salvaguardar Italia ante la presión de árabes y búlgaros en sus otras fronteras. Aistolfo se reveló inmune a la presión de la autoridad religiosa del Papa, por lo que este recurrió a los francos de Pipino III.
Fig. 7. El Reino en la época de Aistolfo, justo antes de ser arrollado por los francos de Carlomagno.
En el 754 los francos invadieron y derrotaron a Aistolfo. Y de nuevo lo hicieron en el 756 ya que Aistolfo había vuelto a las andadas y se negaba a devolver el territorio conquistado. Se vio obligado a pagar un tributo a los francos y a devolver el territorio conquistado, aunque esto último sólo lo hizo en parte, aprovechando que el Papado y el Imperio habían roto relaciones, a cuenta de la política religiosa iconoclasta seguida por Constantino V y la pretensión del Papa de absorber el antiguo Exarcado de Rávena en sus dominios.
Los lombardos se aprovecharon de estas disputas y del temporal debilitamiento de los francos a la muerte de Pipino para recuperar un poco de terreno. Sin embargo cuando tanto el rey franco Carlomagno como el Papa Adriano I consiguieron poner orden en sus respectivos dominios, la suerte de los lombardos quedó fijada. Adriano reclamó las antiguas ciudades bizantinas del Exarcado que conservaban los lombardos al rey Desiderio (756-774) y al negarse éste y declararle la guerra al Papa, acudieron de nuevo los francos a Italia en el 773. Carlomagno atrapó a Desiderio en la capital de Pavía en el 774 tras un asedio de 9 meses y lo exilió a un monasterio al otro lado de los Alpes.
Fig. 8. La donación de Pipino III el Breve al Papa Esteban II. La donación de Pipino incluía importantes enclaves que habían pertenecido al Exarcado, como la ciudad de Forli (y sus tierras adyacentes) y la Pentápolis adriáticav. Con esta donación -confirmada más tarde por Carlomagno- se consagró definitivamente el poder temporal del Papa en Italia.
Carlomagno se proclamó Rex Langobardorum y a efectos prácticos el Reino Lombardo dejó de existir como nación independiente aunque siguiera existiendo como estado, e incluso dejaría para la posteridad el nombre de Lombardía para la región del norte de Italia en donde se encontraba el corazón del reino lombardo. Los ducados sureños de Spoleto y Benevento no apoyaron a Desiderio en su lucha contra el Papa. Spoleto prefirió someterse directamente al Papa y Benevento acabó convertido en un principado lombardo que sobreviviría hasta la conquista normanda en el siglo X.
Autor: Flavius Stilicho
Bibliografía y fuentes:
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DELOGU, Paolo - Lombard and Caroligian Italy en The New Cambridge Medieval History, Vol.2.
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MOORHEAD, John - Ostrogothic Italy and the Lombard Invasions en The New Cambridge Medieval History, Vol.1.
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Web The History Files: Langobards.
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Wikipedia.
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Fuente de las Imágenes: Wikimedia Commons, salvo: fig. 1 - La Vie Privée Des Hommes - Au Temps Des Royaumes Barbares; fig. 5 – Historyfiles.co.uk; fig. 6 – Winniler.net.
Notas:
i Asimismo muchos lombardos habían combatido como mercenarios bizantinos contra los ostrogodos durante la Guerra Gótica.
ii El asesinato formaba parte de un complot para poner como rey a Helmiges, con el cual procedió a casarse. Contaban con el apoyo de los gépidos pero se encontraron con la feroz oposición de los lombardos propiamente dichos.
iii Aunque la historia lombarda atribuye a Alboino la muerte del rey Cunimundo, los bizantinos le atribuyeron la victoria final al ávaro Bayán. Lo cierto es que la tradición “chamánica” de convertir el cráneo de un jefe vencido en una copa, es más propia de pueblos como el ávaro y es de suponer que de ser cierta la historia del cráneo, éste habría sido un regalo de Bayán a Alboino.
iv Para los lombardos hombre libre equivalía a guerrero; de hecho el pueblo o nación era comúnmente denominado exercitus (ejército)
v Las ciudades costeras de Rimini, Pesaro, Ancona, Senigallia y Fano.
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Existe tambien otra cuestion del ingreso de los lombardos a Italia, que es la relativa facilidad(dado el numero de ellos que no era muy grande) con la que ingresaron y tomaron Italia y es la dispusta que existia entre la iglesia de Roma y Constantinopla, resumiendo un poco(y en cierta forma mal) la primera buscaba mas independencia politica de Constantinopla. Pero la cuestion era mas profunda, a raiz de una disputa religiosa comenzada durante el mandato de Justiniano contra el papa(donde decide incluso excomulgarlo). Despues de un tiempo la cosa se calma y los papas siguientes deciden reconciliarze con el emperador. Esto no cae bien a los obispos del norte del Italia(Milan y Aquilea). Mas especificamente el patriarcado de Aquilea veia con buenos ojos una intervencion Lombarda(estos eran arrianos) a cambio de la seguridad de las ciudades. Es posible que hayan sido "invitados" por estos. De hecho los Lombardos una vez tomada Italia aseguraron la independencia política de Aquilea.
Este es un resumen bastante incompleto de la situacion, pero es otra teoria de la intervencion de los Lombardos en Italia, todas estas disputas religiosas tiene que ver con el Cisma de los Tres capitulos.
Un saludo!
Sin duda que los veinte años de guerras entre los bizantinos y los ostrogodos habian debilitado las fuerzas en el norte de Italia.La plaga y las hambrunas no ayudaron a mejorar la situacion principalmente en el valle del Po, dificultando cualquier tipo de resistancia fuerte que se pudiera realizar. También hay que decir que los bizantinos estaban ocupados militarmente en los Balcanes (con los ávaros y eslavos) y contra los Persas.
Un trabajo bastante bueno; muchas gracias.
Me llama la atención la relativa independencia de los "nobles" lombardos y sus ducados, y al hecho de que ene l artículo no menciones muchas revoluciones y alzamientos, es decir, no mas de los normales que podriamos ver enotro reino donde el rey tuviese todo elcontrol y fuese elegido de manera dinástica.
Por otra parte el agotamiento bizantino de tener que luchar en varios frentes a la vez para defender el nucleo de su imperio y encima pelear enItalia, era una gran invitación para que los Lombardos (Conociendo de primera mano la debilidad bizantina y sus estrategias), se lanzaran sobre el norte de Italia y conquistaran tierras fertiles y "civilizadas"
Lo que no entiendo muy bien es que los alentó a invadir Italia., ciertamente, tenían una idea de la riqueza de Italia al haber servido como tropas aliadas de Bizancio en las luchas que bizantinos y ostrogodos protagonizaron en la Península italiana a las órdenes del Chambelán y general Narsés. Fue en el año 552, cuando Narsés invadió Italia con un fuerte contingente de 30.000 hombres, entre los cuales militaban 5.000 lombardos como tropas aliadas de Bizancio.
Ciertamente, mientras Narsés estuviera al mando de Italia, se cuidaron muy mucho de intentar invadir el territorio, pero una vez que el general bizantino fue despojado del mano en el año 567, solo tardaron un año en realizar dicha invasión.
Pero, tras largos años de luchas entre bizantinos y ostrogodos, la riqueza que tenía Italia tras la invasión de Bizancio en el año 535, era solo un espejismo., años de lucha, saqueo, esquilmar ambos contendientes a la población civil, había dejado la Península italiana al borde del agotamiento en todos los niveles: comercio, agricultura, bienestar, infraestructuras etc...
La misma ciudad de Roma, era un ejemplo claro de lo que era anteriormente de la invasión bizantina. La toma de la ciudad varias veces por ambos contendientes y los desmanes realizados por bizantinos y ostrogodos, había dejado una ciudad, que si bien no tenía la grandeza de la época imperial romana, tenía una cierta preponderancia en Italia, sus 125.000 habitantes podían dar testimonio de ello.
La reconquista definitiva de Roma que Narsés realizó en los años 555 o 556 (no recuerdo el año exacto), habían dejado a la población reducida a un triste número de unos 30.000 habitantes, y la riqueza e infraestructura golpeada tan severamente, que la reconstrucción que intentó Narsés de la ciudad, solo fue un pequeño parche a la destrucción sufrida.
Quizá el sueño de habitar en un entorno civilizado por parte de los lombardos, tras muchos años de emigración, hizo que a estos no les importaran las destrucciones sufridas, quizá aspiraran ellos con el tiempo a realizar los arreglos. Lo importante era llegar a un territorio seguro y estable en el que no tuvieran que realizar muchas infraestructuras, ya que la misma Italia las poseía, lo habían visto ellos mismos con sus propios ojos.
Alguna destrucción, no era nada comparado con el sufrimiento de un largo peregrinaje., la estancia definitiva en Italia, era un objetivo anhelante por ellos, un asentamiento definitivo, poco importaba que estuviera algo estropeado, no venían ellos de vivir en grandes palacios o infraestructuras modernas, sino asentamientos provisionales y con una tecnología inferior a la bizantina.
Así que no podían quejarse mucho de lo que pudieran conseguir con la conquista de Italia, no iban a ser quejicas con lo que encontraran. Esto es lo que opino, porque si no, no me explico la invasión lombarda de Italia.
saludos
Lo que no entiendo muy bien es que los alentó a invadir Italia., ciertamente, tenían una idea de la riqueza de Italia al haber servido como tropas aliadas de Bizancio en las luchas que bizantinos y ostrogodos protagonizaron en la Península italiana a las órdenes del Chambelán y general Narsés. Fue en el año 552, cuando Narsés invadió Italia con un fuerte contingente de 30.000 hombres, entre los cuales militaban 5.000 lombardos como tropas aliadas de Bizancio.
Tal vez, simplemente, vieron una presa fácil. Los visigodos estaban bien asentados en Hispania, los francos en la Galia habían formado un reino temible. África... los vándalos ya habían sido expulsados y para llegar allí necesitaban una flota. Y desde luego las zonas orientales del imperio, las más ricas y con las ciudades más populosas, eran demasiado para ellos. De todos modos, a pesar de la devastación, seguía siendo una tierra que daba buenos frutos. Y bueno, Roma había pasado de sus 1 o 2 millones de habitantes en sus tiempos de gloria a apenas 30.000, pero piensa que las mayores ciudades de Hispania, Galia o Britania no alcanzarían ni esos números en el siglo VI. La Hispania de San Isidoro tenía unos 6-9 millones de habitantes. Sevilla, una de las más populosas, debía tener en torno a 10.000 habitantes. Para estos pueblos germánicos que no solían superar las 100.000 personas era más fácil controlar regiones demográficamente devastadas.
Tienes razón Tito, como presa no estaba mal, y al fin y al cabo, era la única que tenían a tiro de escopeta.
saludos
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Hay que tener también en cuenta que Narsés no estaba ya al cargo de Italia para detener a los lombardos., ¿es posible que estos vieran una señal divina en la destitución de Narsés?, quizá todo fue un aprovechamiento de la coyuntura existente.
Los ávaros están presionando en nuestras fronteras, los bizantinos con Narsés a la cabeza no nos dejarán pasar, ¿que hacer?. ¡Espera un momento!, han destituido a Narsés, ¡que buena suerte!, ya no hay un dirigente sólido que nos pueda hacer frente., bueno, está el nuevo gobernador, pero no conoce la situación italiana como el anterior jefe.
Tampoco tiene las dotes de Narsés., si entramos con fuerza en Italia y dado el cierto debilitamiento en que se encuentran los bizantinos en Italia tras la devastadora "guerra gotica" que tuvieron que sufrir, creo que el nuevo gobernador tardara en reaccionar mucho más que Narsés, y cuando este pueda movilizar las fuerzas existentes en la Península italiana, nosotros habremos profundizado tanto en la invasión, que ya le será imposible detenernos.
Creo que a ciencia cierta es como más o menos así ocurrió, ¡para desgracia de Bizancio!.
saludos