Sunicas: General bizantino
Sunicas es uno de los generales bizantinos de los que menos fuentes se dispone, incluso su posible graduación de “Dux” o general no es del todo segura y posiblemente alcanzó una alta graduación en la oficialidad del ejército de Bizancio pero no llegando al generalato, aunque en este trabajo le daremos la condición de general.
El nombre griego de Sunicas es “Σουνίκας”, aunque sus orígenes parecen ser bien distintos, es probable que su origen se halle entre los pueblo hunos que habitaban al Oeste de lo que hoy el Bulgaria. Eran mercenarios que se habían asentado por aquellas latitudes cuando un siglo atrás y tras la muere de Atila, el pueblo huno había perdido su cohesión y se hallaba fragmentado en multitud de comunidades que vagaron por diversos lugares.
Sin embargo estos jinetes conservaban su habilidad como jinetes y arqueros a caballo, lo cual era apreciado por muchos países, los cuales estaban bien dispuestos para alquilar su habilidad como caballería ligera.
Según fuentes del obispo e historiador eclesiástico Zacarías de Mitilene, Sunicas era de origen Huno, el cual había encontrado refugio en territorio bizantino. Su intención de integrarse en su nuevo hogar le había llevado a bautizarse, aunque no se sabe si la nueva fe fue abrazada con sinceridad o por oportunismo., quizá suya fue la intención de ascender en el escalafón del ejército bizantino, y su bautizo era un medio para llegar a tal fin, aunque no puedo llegar a afirmarlo con rotundidad.
La primera referencia que tenemos de Sunicas lo sitúa en el año 527 en la frontera Oriental del Imperio bizantino, concretamente en la estratégica localidad y fortaleza de Daras, en la región de Mesopotamia. Este importante enclave que dominaba el límite fronterizo entre ambos imperios en muchos kilómetros a la redonda, era objeto de disputa desde hacía muchísimos años.
Allí Sunicas parecía tener un puesto destacado en la oficialidad bizantina, lo cual y dado la importancia de la caballería ligera de los hunos, lo representa como un sujeto importante dentro del engranaje del ejército bizantino en aquella peligrosa frontera. Además ya podemos ver que nuestro personaje era un sujeto con cualidades de liderazgo importantes, las cuales le habían llevado al menos a ser un oficial importante en el ejército.
Sunicas formaba parte de la caballería de los Hunos en compañía de otro sujeto quizá del un origen similar llamado Simas, y con el que lucharía codo con codo en aquellos agitados años. Allá por el año 530 y 531 dos batallas se sucedieron en la frontera Oriental bizantina entre bizantinos y sasánidas, y allí Sunicas destacó por su buen hacer en ambas batallas.
En el año 530 se dio la batalla por el control de Daras, la cual los sasánidas dirigidos por su rey Kavad I querían tener bajo su poder a cualquier precio. Allí encontramos a Sunicas con el rango de “Dux Mesopotamiae”, aunque no está claro si ejerció su cargo de manera efectiva, lo cual le habría llevado a comandar las tropas “limitanei” (fronterizas) en la diócesis de Oriente en la zona de Mesopotamia.
Emperador Justiniano I
En junio del 530 Sunicas participó en la batalla de Daras, tomando el mando junto a otro posible Huno llamado Aigan, de una unidad de caballería ligera de 600 jinetes Hunos, los cuales estaban estacionados en el flanco izquierdo del ejército bizantino.
El ejército sasánida compuesto por 40.000 hombres al mando de los oficiales el Mirranes, Baremanas y Pitiaxes estaba dispuesto decididamente a tomar en estratégico enclave de Daras.
Para oponérseles, el emperador de Bizancio Justiniano I había destacado a uno de sus más prometedores generales llamado Belisario, el cual asesorado para la ocasión por otros generales bizantinos veteranos, confiaba en detener la envestida sasánida.
Belisario escogió un lugar en el que poder realizar una batalla defensiva en condiciones, preparado el terreno para la ocasión, ya que era consciente de que su ejército, a pesar de tener buenos elementos, contaba con una mayoría de tropas novatas e inexpertas, por lo que batallar en campo abierto con las más experimentadas tropas sasánidas estaba descartado.
Además contaba con un número inferior de hombres, ya que aunque sus tropas formaban uno de los mayores ejércitos vistos hasta entonces, 25.000 hombres, eran inferiores a los 40.000 sasánidas. Así que Belisario decidió jugar su estrategia en una batalla eminentemente defensiva, apoyándose en una fuerte línea de defensa estática y acoplando sus fuerzas de infantería y caballería de menos calidad en un largo talud con foso de trazado irregular con numerosos ramales menores.
Los flancos fueron cubiertos con las mejores unidades de la caballería bizantina y, en primera línea, al otro lado de la empalizada donde estaba atrincherada la infantería bizantina y apoyándose en ella, se situó una reserva táctica de caballería, las fuerzas de nuestro personaje Sunicas y también de Simas.
Esta reserva jugaría un papel importante en la batalla, repartida entre los dos flancos, se encontraría dispuesta a acudir a donde fuere preciso según evolucionara la batalla. El propio Belisario junto con el general Hermógenes con quien compartiría el mando, se encargarían de dirigir las operaciones junto con las fuerzas de su Guardia personal, tropas de caballería Bucelaria.
El enfrentamiento de ambos ejércitos se inició con las primeras escaramuzas., el general sasánida no vio claro el asunto, y la disciplinada y resolutiva defensa bizantina le llevó a tomarse la batalla con prudencia, así que decidió aumentar sus fuerzas de combate con el traslado de 10.000 hombres pertenecientes a la guarnición de Nisibis, que acudieron con celeridad a reforzar al Mirranes.
Mapa de la fase final de la batalla de Calinico
La batalla comenzó con un intercambio de proyectiles entre ambos bandos, tras el cual el flanco derecho comandado por el general sasánida Pitiaxes se lanzó contra la izquierda bizantina. El ala izquierda bizantina empieza a recular ante la presión sasánida, pero esto era algo que el general bizantino Belisario había previsto.
Había llegado la hora de que la caballería de Sunicas entrara en batalla, Belisario le confió la misión de atacar por el flanco a las fuerzas sasánidas que estaban haciendo retroceder el flanco izquierdo bizantino, y Sunicas cumplió con creces.
Las fuerzas de Sunicas y otras fuerzas de caballería bizantina atacaron con contundencia a las confiadas fuerzas sasánidas que estaban empujando a las bizantinas, atacando por el flanco y la retaguardia al enemigo y convirtiendo al cazador en cazado.
Los confiados sasánidas se vieron sorprendidos por este inesperado ataque, el cual no pudieron aguantar., no tuvieron más remedio que retirarse en tropel, perseguidos por los bizantinos, los cuales persiguieron al enemigo de manera limitada, ya que Belisario no se fiaba de que los sasánidas pudieran revolverse de manera inesperada.
El Mirranes no se amilanó por la derrota y confiando en el triunfo final decidió realizar un nuevo ataque al enemigo. El Mirranes visto el fracaso en el flanco izquierdo bizantino, decidió ahora atacar su flanco derecho.
Para el ataque decidió trasladar al mismo a la élite de sus tropas de infantería, el Cuerpo de los “Inmortales”. Estas tropas realizaron el movimiento de traslado de sus unidades al flanco derecho bizantino detrás del frente sasánida, con el objeto de que tal movimiento pasara desapercibido a las unidades bizantinas.
Sin embargo las unidades bizantinas ocupaban posiciones elevadas en el frente de batalla, por lo que cualquier movimiento entre las tropas sasánidas no pasaba desapercibidos al mando bizantino. Belisario y Hermógenes vieron las intenciones del Mirranes y tomaron rápidamente las medidas defensivas oportunas, reforzando en este caso las unidades de la caballería de reserva.
600 jinetes de los del flanco izquierdo, con Sunicas y Aigán a la cabeza, se trasladaron junto a los de Simas y Ascán al flanco derecho bizantino. La Guardia de Belisario también formo en esa posición, aunque un poco más retrasada.
Una vez que las unidades sasánidas estuvieron desplegadas en su flanco izquierdo, el Mirranes lanzó su orden de ataque sobre las posiciones bizantinas. La batalla casi fue un calco de lo sucedido en el choque anterior., Los sasánidas con sus unidades de élite atacaron con ánimo el flanco derecho bizantino, el cual y dado el calibre su infantería de menor calidad tardó poco en ceder posiciones ante el enemigo.
Mapa de la Armenia bizantina en la época de Justiniano I
La línea bizantina se encontraba ya en franca retirada cuando, en ese momento, y repitiendo el movimiento que ya se había llevado a cabo antes en el anterior choque, la caballería de reserva de Sunicas y la Guardia de Belisario se lanzaron a galope contra el flanco de la línea de avance sasánida.
En este segundo choque, la intervención de Sunicas fue notable, distinguiéndose de manera distinguida. El ataque de la caballería bizantina contra el flanco sasánida había penetrado profundamente en el dispositivo enemigo., separando las primeras líneas sasánidas del resto que venían detrás.
Entre las unidades retrasadas estaba el general sasánida que mandaba el flanco izquierdo sasánida llamado Barasmanas. Sunicas apreció que el cerca del general sasánida estaba su portaestandarte y decidió aprovechar la ocasión., se lanzó como un rayo contra el portaestandarte al cual hirió e hizo que el estandarte enemigo cayera al suelo.
El ataque del sagaz Sunicas estaba bien fundado, ya que la pérdida del estandarte personal del general podía provocar insospechadas reacciones entre la tropa sasánida., para las fuerzas sasánidas podía significar que el propio general había muerto o sido derrotado, con lo cual no sería raro que las tropas emprendiesen una precipitada huída, ¡no sería la primera vez que había ocurrido eso!.
Baresmanas, ante tal hecho vio peligrar el ataque ante tal suceso, por lo que se revuelve contra los bizantinos, los cuales que han realizado una irrupción por el flanco sasánida, arrastrando tras de sí a las tropas de los “Inmortales”, que abandonan ahora la persecución de la línea bizantina en retirada.
La caballería de Sunicas de nuevo logro realizar una nueva hazaña al derrotar y matar, de mano del propio Sunicas, al general sasánida Baresmanas, quien cayó entonces de su caballo. Este hecho decisivo sembró el pánico entre los sasánidas, por lo que todo el flanco izquierdo sasánida ya solo se pensó en huir.
Los bizantinos, que libres ya del peligro de ser rodeados por los sasánidas pasaron al contraataque, persiguiendo con saña a los fugitivos y ocasionándoles fuertes pérdidas. La caballería bizantina persiguió durante un corto trecho a los huidos sasánidas, hasta que Belisario ordenó detener la persecución, siempre temeroso de que los sasánidas se revolvieran para presentar batalla.
Las tropas bizantinas de Belisario podían estar ufanas por el triunfo defensivo obtenido, ya que hacía mucho tiempo que un ejército bizantino no había vencido a uno sasánida en campo abierto, fuera ya de enfrentamientos contra ciudades fortificadas bizantinas., en el triunfo la caballería de Sunicas y en particular si líder destacaron sobremanera, contribuyendo con su esfuerzo a la victoria bizantina. Además de pérdidas modestas sufridas, los bizantinos habían infligido al enemigo unas 8.000 bajas, lo cual no estaba mal para la ocasión.
General Belisario
Durante el resto de ese año 530 (sujeto este tras la batalla de Daras a negociaciones entre sasánidas y bizantinos), los choques militares entre ambos bandos dejaron de existir., sin embargo el año 531 las armas hablaron nuevamente, lo cual coincidió con el fin de las negociaciones por parte de los sasánidas.
A Sunicas este nuevo año le fue confiado un nuevo cargo, nuevamente bajo las órdenes de Belisario., el cual recibió órdenes de detener a los sasánidas en la frontera Oriental bizantina.
Según parece y por propia iniciativa, Sunicas realizó una incursión en la retaguardia sasánida, donde tomó muchos prisioneros sasánidas y aliados árabes suyos, matando a algunos de ellos y capturaron a otros para ser interrogados.
Sin embargo, como había actuado sin órdenes, Belisario muy quisquilloso en temas disciplinarios lo reprendió severamente, lo cual no gustó nada al temperamental Sunicas, el cual reacción mal ante el correctivo recibido a cambio de la exitosa expedición realizada.
Sin embargo la sangre no llegó al río, el veterano militar llamado Hermógenes, hombre que aunque militar era también un experimentado negociador, logró que ambas partes se reconciliaran.
En la Batalla de Callinicum celebrada el 19 de abril 531, nuevamente el talento de Sunicas, Belisario y Hermógenes fue nuevamente puesto a prueba. Los sasánidas concibieron un audaz plan de incursión en territorio bizantino.
Siguiendo las indicaciones de un árabe, líder de una numerosa fuerza auxiliar sasánida llamado Alamundaro, se organizó una numerosa fuerza de ataque exclusivamente compuesta de jinetes, unos 25.000 hombres, entre caballería sasánida (15.000) y los auxiliares de Alamundaro (10.000).
Todos bajo el mando supremo del general sasánida Azaretes, se moverían hasta el río Éufrates, río que atravesarían y que flanquearían a través de la zona desértica hasta aparecer, se esperaba que de improviso, en la región de la Siria bizantina que toca con el río Éufrates, la región llamada por entonces Éufratesia.
Los sasánidas devastarían la fértil región por donde pasaban, llegando si era posible hasta la opulenta ciudad de Antioquía, con lo que el botín recogido sería como poco fabuloso. Sin embargo el mando bizantino fue puesto sobre aviso en Daras, y Belisario acudió allí con tropas de caballería que habían luchado en la anterior batalla, aunque en la infantería había nuevas unidades de combate.
Entrenamiento de los Bucelarios bizantinos
Es posible que hallándose en un terreno que nunca había conocido los saqueos fronterizos sasánidas, estos se entretuvieran saqueando los territorios por donde pasaban., el caso en que en la localidad siria de Calcis los sasánidas fueron interceptados por los bizantinos de Belisario, con lo que el efecto sorpresa de la incursión sasánida se evaporó, así como las esperanzas de saquear Antioquía.
Con Belisario enfrente los sasánidas no quisieron arriesgarse y dieron la campaña por finalizada, emprendiendo la retirada. Belisario obró con prudencia, siguiendo a los sasánidas a un día de marcha., pero esa estrategia no era compartida por la tropa, la cual juzgó como cobarde el comportamiento de su jefe.
Por aquel tiempo la disciplina entre los ejércitos bizantinos dejaba bastante que desear, así que Belisario se encontró con una amena de motín si no plantaba cara al adversario.
Los sasánidas acamparon carca de la localidad de Calinico, la cual lindaba con el río Éufrates, el cual cruzarían los sasánidas y se internarían ya en su propio territorio. Cuál fue su sorpresa cual vieron que sus enemigos se desplegaban para atacarles, los cuales aceptaron encantados el envite, ya que en cuestión de calidad, la superioridad de los sasánidas era manifiesta.
Belisario habló con Hermógenes, el cual llegó a la misma conclusión que él, había que luchar o la tropa se sublevaría. Belisario desplegó sus hombres como mejor pudo dadas las circunstancia, en el flanco izquierdo, apoyándose en el río Éufrates, situó Belisario las unidades de infantería al mando de un general llamado Pedro, donde Sunicas y Simas al mando de sus hunos apoyaron dicho flanco.
En el centro la caballería bizantina donde estaban situados los hunos Ascan, lugar en que también él se situaría con sus Guardia bucelaria, y a la derecha los auxiliares árabes sasánidas (5.000) bajo su líder llamado Aretas, en total Belisario disponía de 20.000 hombres.
Por el contrario los sasánidas se dividieron en dos secciones, una comandada por su líder Azaretes a la derecha y los auxiliares árabes de Alamundaro en su izquierda. Los sasánidas atacaron inteligentemente la zona más débil, el ala derecha bizantina ocupada por el cobarde Aretas (líder cuyas tropas destacaban más en labores de saqueo que en enfrentamientos con tropas avezadas).
Los más arredrados y valientes auxiliares de Alamundaro (Bizancio aunque lo intentó, no logró para su desgracia comprar los servicios de este personaje, leal a los sasánidas al 100%) cargaron contra las fuerzas de Aretes, el cual no aguardó ni siquiera a que ambas fuerzas chocaran, retirándose sin vergüenza del campo de batalla. Las fuerzas de Alamundaro dieron la vuelta y cargaron contra la retaguardia Bizantina, propiciándose el caos entre las tropas de Belisario.
La batalla de Daras, un bizantino contra un sasánida retándose en un combate individual año 530
El centro bizantino fue sometido a una enorme presión y a luchar a la desesperada, la caballería del Huno Ascán sucumbió tras una larga y heroica lucha junto con 800 de sus hombres y algunas unidades de infantería, como la de los fieros Isaurios, 2.000 reclutas de las regiones de Isauria y Licaonia, fueron exterminados sin piedad por los atacantes sasánidas.
La izquierda bizantina con Pedro, Sunicas y Simas aguantó los ataques sasánidas, pero con el flanco derecho y el centro destrozados por los sasánidas el desastre se auguraba inminente.
Una vez que la caballería bizantina perdió toda la cohesión en el centro, Belisario juzgó la situación, y decidió retirarse junto con Hermógenes y los demás jinetes que todavía se mantenían junto a él, retrocediendo sobre las posiciones en las que se todavía seguía defendiéndose la infantería bizantina junto al río Éufrates.
Allí formó Belisario sus tropas, desmontando todos los jinetes y formando junto con la infantería de Pedro y la caballería de Sunicas un muro de lanzas, las unidades bizantinas apiñadas en un estrecho margen del río, apoyados todos, hombro con hombro, escudo con escudo, formaron una barrera infranqueable sobre la que se estrelló la caballería sasánida.
Los bizantinos que formaban detrás de los infantes, armados todos con arcos, realizaron repetidas descargar de proyectiles sobre las acometidas sasánidas, las cuales sufrieron importantes bajas ante los arqueos bizantinos.
Menos mal que muchos bizantinos no se dejaron llevar por el pánico en la retirada, como dijo el historiador Zacarías de Mitilene sobre la batalla:
“Algunos bizantinos se volvieron y huyeron antes del ataque sasánida. Muchos cayeron en el río Éufrates y se ahogaron, y otros murieron”.
Finalmente, tras largas horas de combate, cayo la tarde y con ella la noche, con lo que se dio por concluido el encuentro. Belisario, protegido por la oscuridad, dio orden a sus fuerzas de cruzar el río Éufrates hasta llegar a una isla que se levantaba cerca del lugar. Desde allí, barcos traídos desde la localidad de Calinico, trasladaron los restos del ejército bizantino hasta una la segura posición que les brindaba la localidad bizantina.
Mapa del imperio de Justiniano I
El desastre bizantino se había convertido en una derrota secundaria pequeña, ya que las bajas entre los sasánidas habían sido elevadísimas, aunque no menospreciemos las bizantinas, las cuales también fueron importantes.
Desgraciadamente después de esta batalla se pierde todo rastro de nuestro personaje, Sunicas desaparece de la historia sin que haya una explicación plausible., no consta que muriera en la batalla, ¿Qué fue de él?, ¡misterio!, y lanzarse a realizar hipótesis estériles me parece inútil, con lo que se puede dar por finalizado este trabajo.
Es una pena, ya que Sunicas había demostrado talento y valentía en la batalla, además de iniciativa, como cuando comandó la incursión tras las líneas sasánidas en la víspera de la batalla de Calinico, con lo que de haber sobrevivido o tener un personaje que relatara sus vivencias, habría podido dar mucho juego en el ejército bizantino.
Epílogo:
Antes de finalizar me gustaría hacer una aclaración final., la participación de Sunicas en la batalla de Calinico no es segura al 100%, en algunas fuentes está y en otras no, yo apoyo en que si podía estar, dado que tras la batalla de Daras no consta que muriera o que fuera trasladado a otro lugar.
En la batalla de Calinico, excepto la infantería que se renovó en parte, la caballería participante había luchado de la batalla de Daras, así que dejo la duda respecto a la participación de Sunicas en la batalla de Calinico.
Fase final de la batalla de Daras
Autor: eljoines
Bibliografía:
- Satrapa1.
- Geoffrey Greatrex “la frontera romana del Este y las guerras persas 363-630”.
- John R. Martindale “La prosopografía del Bajo Imperio Romano 527-641”.
- Zacarías de Mitilene, Obispo e historiador bizantino.
- eljoines's blog
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Saludos. Ya sabes que estos temas me pirran, aunque sean de generales semi-desconocidos.
Respecto a la presencia de Sunicas en Calinico, yo también opino que debía estar presente, aunque no se mencione. Otra cuestión es su relevancia durante la batalla y sobre todo en la defensa a ultranza final. Procopio -un pro-Belisario- le atribuye todo el mérito a Belisario mientras que Malalas - un anti-Belisario- se lo atribuye a Sunicas y Simas, haciendo retirarse a Belisario antes del fin del combate. Personalmente me inclino más por lo que comentas en el artículo, haciéndoles luchar juntos.
Un segundo punto interesante es las consecuencias para ambos comandantes tras esa batalla. Al derrotado Belisario le enviaron una comisión de investigación y aunque fue exculpado tuvo que volver a Constantinopla, aunque con la cabeza alta. Por contra cuando volvió el victorioso Azaretes se le preguntó que cuantas fortalezas había tomado gracias a su "gran victoria"; como el resultado era "cero patatero" y encima traía de vuelta muchos menos soldados de los que se habían ido, fue destituido.
Perdón, corrijanmé si estoy errado, tenía entendido que Azaretes fue "destituído permanentemente" es decir, decapitado ¿sobrevivió?
Saludos
Sí, sobrevivió Hartman, pero perdió la confianza del rey sasánida Kavad I, lo que politicamente significó su final, aunque parece que era un general capaz.
Según las fuentes antiguas, parece que solo volvió a aparecer participando en el asedio a la ciudad de Edesa (al Sureste de la actual Turquía) en el año 544, acompañando al rey sasánida Cosroes I.
saludos
¡Muchas gracias!
Buen informe Eljoine, un general completamente desconocido para mí.
En el caso de las batallas es necesario recordar que la caballería de los hunos era muy respetada en Europa por esas épocas y se sabía que sembraban el terror entre los enemigos por su habilidad montando y su sed de sangre. Por supuesto creo yo, Belisario supo manejar esas "habilidades" y encontró en SUnicas un instrumento ideal para su cometido.
Pues sí Afarango, los arqueros a caballo estuvieron muy cotizados entre los ejército bizantinos como una unidades militares de primera clase.
Incluso hablando del general Belisario, su guardia personal estaba formada por jinetes Bucelarios, tropas que entre sus mucha habilidades, estaba la de disparar con arco al galope, con una puntería endiablada.
saludos
Gracias por el documento, claro y didáctico, personalmente me interesa lo relativo al Imperio Bizantino, especialmente su arte. MVR30
Muchas gracias MRV30., aunque seguiré buscando, creo que la mecha de los generales bizantinos de Justiniano I, ya se ha agotado.
saludos
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Bueno amigo Flavius, es que Azaretes se quiso pasar de listillo., proclamó la victoria a lo largo y ancho del imperio Sasánida cuando resulta que a pesar de la victoria, había recibido una buena tunda por parte de los arqueros bizantinos.
En cuanto a Belisario, a pesar de la derrota, les había hecho pagar un precio muy caro a los sasánidas, así que fue una derrota de segunda división je,je. Por contra, Belisario disfrutaba por entonces del aprecio del emperador (al menos hasta el fatídico año 540) así que dadas las circunstancias atenueantes, quizá no vio peligrar mucho su mando en plaza.
Lo de Sunicas es misterioso, la baza que yo manejo es que al ser un mercenario huno procedente de las tribus bárbaras asentadas al Norte del río Danubio, quizá se hartó de tanta lucha y volvió a su patria o territorio o quizá sintió nostalgia de su tierra, ¡no se me ocurre nada mejor!.
saludos