Sus captores alemanes les llamaban Kriegsgefangenen (una especie de trabalenguas que los prisioneros abreviaron a "kriegie") el jocoso apodo ocultaba los terribles hechos de la vida diaria a la que se enfrentaron mas de 7 millones de prisioneros de guerra:
Estadounidenses, británicos y de la Commonwealth, rusos, franceses y polacos, retenidos por los alemanes entre 1939 y 1945, los barracones, frecuentemente mal construidos, resultaban terriblemente fríos en invierno y sofocantes en verano.