Un Mundo Sin Fin

Una auténtica obra maestra de la literatura, es la mejor forma de calificar esta maravilla de obra,la épica continuación de los eternos Pilares, pero habiendo trascurrido 150 años. El mundo ha cambiado, pero es idéntico, los descendientes de Jack Builder y Alina siguen siendo condes de Shiring y un pelirrojo conquista a una dama de cabellos oscuros, son personjes reptidos pero nuevos, ppoderosamente trazados con la imaginaria de Follet. Todo se repite pero todo es nuevo, en vez de someterse y ayudar al priorato se quieren zafar de su constrictora zarpa, es el momento de los privelegios a ciudades, el fin de los feudos y el resurgir de la auténtica cultura , la culminación del gótico y la máxima expresión de la belleza.
Una vez más Follet recrea con gran exactitud la vida del campesino y el noble caballero, brutal e injusto y su peculiar relación, llena de altibajos y abusos. Recrea la vida común y la mercantil, la guerra y la paz y por encima de todo la vida alrededor de la catedral, de su construcción, de su embellecimiento. Las páginas no son más que contrafuertes alineados que debemos pasar lentamente, para degustarlos, aunque otra vez Follet demuestra una maestría en los momentos difíciles que decrece cuando relata los bellos momentos de prosperidad.
Seguro que cuando os terminéis el libro querréis más, no os preocupéis quizás Ken tenga tiempo para una tercera parte.
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