Los años del 63 al 61 a.C. fueron convulsos en Roma, Lucio Sergio Catilina se había enfrentado a Cicerón y Cayo Antonio Hibrida, en una contienda electoral, donde fue derrotado. Tras un plan fallido para asesinar a Cicerón, después de una alocución brillante del filósofo en el Senado, Catilina no tuvo otra opción que huir, luego este y Manlio fueron declarados enemigos de Roma.