Durante los siglos IV al II a.C. Roma se transformaría en una gran potencia. Las legiones romanas se enfrentarían a sus vecinos itálicos, a galos, griegos, íberos, cartagineses... para formar las bases de un gran Imperio. La labor de la infantería romana ciudadana en dicho proceso es ampliamente reconocida y admirada. No lo es tanto el valioso e imprescindible servicio que prestó la caballería ciudadana en dichas campañas.