Con motivo de las guerras que en Siria e Iraq se libran contra un nuevo poder que pretende instaurar un Estado confesional en esa zona del mundo, pude leer en varios periódicos españoles de ámbito nacional y regional la noticia de que el ejército islamista había ocupado la ciudad curda de Sinyar obligando a sus pobladores a abrazar la verdadera fe y abjurar de sus dioses anteriores que eran (o son, que nunca se sabe si esas conversiones forzosas son efectivas en una primera generación) los del zoroastrismo.