Entendemos como “poleis” o polis, las ciudades estados de la antigua Grecia. Sin embargo, no bastaría decir con que se conformaban con la ciudad en sí simplemente (con sus murallas, para aquellas que las tuvieron, a excepción de Esparta, que nunca las tuvo), sino que el término significaba una identidad que iba más allá de dicho espacio físico, aparte que la asociación o identidad de los ciudadanos de las distintas polis no era, dentro de su mentalidad, la misma, es decir, un habitante del Ática podía ser ciudadano ateniense, si reunía los requisitos, mientras que en las poleis de las islas del mar Egeo, la situación no era igual, ya que la rivalidad, el espacio físico y la cercanía, junto a los intereses opuestos de las pequeñas poblaciones, impedían su unificación para constituir una sola polei.