Hoy nos es difícil percatarnos de cómo afecto a la sociedad española este revés de nuestra política africanista. Los testimonios de los supervivientes, los cadáveres mutilados y torturados dieron lugar a una corriente que sacudió a toda España. Se quería saber qué pasó, porqué pasó y los militares y familiares querían venganza sobre los que habían torturado a los soldados españoles.