Oficiales enviados al desastre contra su voluntad
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Acabo de terminar la lectura de un libro dedicado a la Guerra Hispano-estadounidense del 1898 y he podido conocer la historia completa del proceso que llevó a la armada española a ser totalmente destruida en la bahía de Santiago de Cuba en 1898.
Por lo que se ve, el almirante Pascual Cervera fue enviado allí por el Ministerio de Guerra contra su propia opinión y contra la opinión de sus oficiales del Estado Mayor (entre ellos, Villaamil). Los mandos militares no querían dejar desguarnecida la Peninsula, no querían ir tampoco a Cuba con una escuadra que daba algo de pena (el Colón no tenía los cañones que le pertocaban, el Vizcaya apenas tiraba...) y no hallaban lógica alguna al hecho de ir a Cabo Verde a cargar carbón cuando podrían haberlo hecho mejor y más barato, y sobre todo más cerca de la Península, si hubieran parado en las Canarias. El almirante Cervera mantuvo una especie de rifi-rafe con el Ministro respecto al momento de partir hacia Cuba. Cervera quería retrasarlo todo lo posible, y el Ministro quería que fueran ya. Cervera no estaba preparado y, cuando al fin no le quedó otra que partir, escribió a un allegado suyo en el Gobierno algo así como que partían hacia la debacle, que en pocos días morirían por su país y que dejarían en buen lugar el honor de España.
Este hecho, aunque difiere un poco de lo que voy a decir a continuación, no ha podido evitar recordarme a otro suceso similar: en 1588, el Rey de las Españas Felipe II conmina al aristócrata Duque de Medina-Sidonia a organizar y dirigir la Gran Armada tras la inoportuna muerte de Álvaro de Bazán. El Duque no sólo no tenía experiencia alguna en estas lides, sino que incluso se mareaba a bordo y veía claramente que la empresa, bajo su dirección, no podía hacer sino ir a pique. Así se lo hizo saber al monarca en varias ocasiones y con reiteradas quejas, asumiendo incluso su propia incompetencia y rogando que mandase a otro dirigir la escuadra. El Duque retrasó así la partida todo lo que pudo, e incluso cotinuó enviando misivas del mismo cariz después de haber zarpado ya. El Rey hizo oídos sordos a estas súplicas y, la escuadra, como no podía ser de otra manera, dio en hueso.
Después de recordar ésto se me encendió la chispa de la curiosidad, y es por eso que os pregunto a vosotros si conocéis alguna situación similar sea en cualquier tipo de superficie de combate y a lo largo de cualquier etapa histórica. Imagino que durante la Segunda Guerra Mundial debió haber errores de estos a mansalva
Saludos
A mí me resulta más llamativo cuando es el propio pueblo el que se da cuenta de la inutilidad de ésta o aquélla acción bélica; así ocurrió durante la Semana Trágica de Barcelona de 1909. El anuncio del envío de tropas reservistas a combatir en el norte de Marruecos, en las inútiles guerras coloniales, provocó el estallido de los violentos acontecimientos que se desarrollaron en Barcelona y otras ciudades de Cataluña entre el 26 de julio y el 2 de agosto de 1909, y que se saldó con más de 70 muertos, sin olvidar el injusto ajusticiamiento de Francesc Ferrer i Guardia.
Saludos.
Más que en Armamento este tema debería ir en Personajes, pero como no tenemos un Personajes Mundiales, lo dejamos en este Foro.
Si bien el jefe tomó la decisión (no lo mandó un burócrata como en el caso de la Guerra de Cuba) me viene a la memoria Trafalgar. Gravina, Churruca y la oficialidad española, que conocía los medios y el clima, opinaron quedarse, Villeneuve decidió "por unanimidad" (o por una-mi-verdad) salir igual, con el resultado conocido.
En la SGM, no incluyo Stalingrado, porque el sacrificio del VI ejército dió tiempo a la retirada del Cáucaso, donde la bolsa hubiese sido peor, pero sí El Alamein. La guerra del desierto era de movimientos, Rommel perdió el primer asalto y debía retirarse rápidamente, haciendo salir en descubierto al VIII ejército y así volver a golpear. Un juego de esgrima (ataco-avanzo, paro-retrocedo, devuelvo-avanzo) que Rommel conocía al dedillo. Pero Hitler no quería más malas noticias (coincidió con el cerco de Stalingrado) así que ordenó resistir en forma estática. El Africa Korps recibió una paliza durísima, de la que no se repuso.
PGM, batalla de Coronel, el Contraalmirante Cradock, con base en Malvinas, hizo saber al Almirante Sturdee que su flota no estaba a la altura de la flota alemana, sin embargo este le ordenó salir igual. Se encontraron en Coronel (Pacífico Sur) con una aplastante derrota y Cradock muerto.
Si recuerdo alguna otra, posteo más adelante Dmitri Visconti
Saludos
También es cierto que es propio del 100% de los oficiales, si sobreviven a una derrota, excusarse, decir "lo dije", y echar la culpa a sus mandos superiores. Me viene alguno a la cabeza en practicamente todas las guerras, recientes y más lejanas. Muchas veces será cierto, pero casi siempre esos batacazos sobrevienen por un cúmulo de despropositos. En España era evidente que si entraban en una guerra internacional, al menos desde mediados del siglo XIX, iban a tener derrota tras derrota, como les pasó a los italianos. Es muy conocido como era el estado del ejército español tras las investigaciones después de Annual. Y venía de largo. Tenían más generales que estados con una población y ejército 3 veces superior. El país era un polvorín y reclutaban a gente humilde que seguramente tenían más ganas de disparar a su general aristocratico que a un mulato cubano.
Por ejemplo, en el desastre de la gran armada, se suele culpar mucho a Medina Sidonia, acusándolo de aristócrata inútil sin experiencia. Tal vez lo fuera, pero cuando estudias la campaña también ves que no cometió ninguna locura. La gente dice: "si hubiera echo caso a sus oficiales experimentados como Juan de Recalde o Miguel de Oquendo". Pues estos basicamente fueron los responsables de las cagadas, porque Sidonia se apoyaba en ellos. Aunque el responsable fue más bien el tiempo y la mala suerte.
Luego sí que hay casi flagrantes como, por ejemplo, me viene a la cabeza, Villeneuve en Trafalgar.
Año 71 A.C. en Apulia. Espataco sabe que esta vez no puede ganar, quizás algunos romper el cerco y tratar de escapar...
Por lo que se ve, el almirante Pascual Cervera fue enviado allí por el Ministerio de Guerra contra su propia opinión y contra la opinión de sus oficiales del Estado Mayor (entre ellos, Villaamil). Los mandos militares no querían dejar desguarnecida la Peninsula, no querían ir tampoco a Cuba con una escuadra que daba algo de pena (el Colón no tenía los cañones que le pertocaban, el Vizcaya apenas tiraba...) y no hallaban lógica alguna al hecho de ir a Cabo Verde a cargar carbón cuando podrían haberlo hecho mejor y más barato, y sobre todo más cerca de la Península, si hubieran parado en las Canarias. El almirante Cervera mantuvo una especie de rifi-rafe con el Ministro respecto al momento de partir hacia Cuba. Cervera quería retrasarlo todo lo posible, y el Ministro quería que fueran ya. Cervera no estaba preparado y, cuando al fin no le quedó otra que partir, escribió a un allegado suyo en el Gobierno algo así como que partían hacia la debacle, que en pocos días morirían por su país y que dejarían en buen lugar el honor de España.
Volviendo al tema inicial, al parecer, después del desastre de la Batalla de Cavite, se le envió un mensaje a Cervera para que regresara con su flota a la Península, pero nunca se recibió dicho mensaje.
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Lo que comentas, Lu, tiene mucha relación con lo que se desprende de los casos que presenté: hay buenos profesionales, pero malos mandos.
Estoy seguro de que la mayor parte de oficiales coloniales estaba en contra del sistema de quintas, entre otras razones porque para luchar contra una guerrilla (si luchas contra un ejército regular también, pero con más razón si es una guerrilla) necesitas que tus soldados estén frescos y motivados, cosa que sólo puedes lograr si son voluntarios o profesionales. El problema era que el Gobierno ni veía ni quería ver
Vulnerant omnes, ultima necat