El Pantalón Rojo, es Francia.
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Al estallar la guerra del 14 todos los principales ejércitos contendientes han sucumbido a los uniformes de baja visibilidad. ¿Todos? No, un grupo de irreductibles galos se resiste a los vulgares uniformes invasores, confiando en su poción mágica: el “garance”.
En una época en la que se había adoptado la pólvora sin humo y los modernos rifles de cerrojo, el ejército francés iba a caer rehén de un sentimentalismo exacerbado y de las luchas políticas, que consiguieron retrasar la introducción de un uniforme moderno, algo que pasaría factura al infante francés en 1914.
El uniforme francés de 1914 no difería demasiado del uniforme del Segundo Imperio: casaca azul, pantalón rojo y quepis como prenda de cabeza. Un uniforme vistoso y elegante, que en opinión de muchos había quedado tan asociado a Francia que constituía un elemento indispensable para construir el proverbial “elan” de la infantería francesa. La derrota francesa en la guerra franco-prusiana (1870-1871) no había dañado la reputación del uniforme y de hecho sus defensores no se cansaban de recordar casos en que unidades francesas de infantería ligera con uniforme completamente azul oscuro, habían sido confundidas con prusianas y tiroteadas por sus compañeros.
El azul tenía una larga tradición ya que era el color de las casacas de la infantería napoleónica; lamentablemente a Napoleón no se le ocurrió dotarla de pantalones rojos (probablemente por eso se perdió en Waterloo). Los pantalones rojos llegarían en 1829 asociados a una medida patriótica: echar una mano a la industria textil francesa y en concreto a los productores de tinte rojo extraídos de la planta de la rubia roja (garance en francés). Al año siguiente (1830) se introduciría el primer tipo de quepis, por ser una prenda más fresca para la guerra colonial.
No faltaban en la Francia de comienzos del siglo XX gente consciente de que el uniforme francés había quedado desfasado. Se llevaron a cabo varias diseños nuevos que no pasaron de la fase de prueba en alguna unidad aislada.
El primer gran intento reformista fue el tenue boër (1903). El quepis es sustituido por un sombrero inspirado en el usado por los bóers en la reciente guerra anglo-bóer. El uniforme adquiría un tono gris azulado y se prescindía de los pantalones garance; en general era práctico y a un coste módico. A pesar de que lo bóer estaba de modo, al público no le cayó en gracia el nuevo sombrero y le contrarío la ausencia de los pantalones rojos; el general Perini se dirigió al regimiento elegido para probarlo advirtiéndoles de que aunque ahora eran un regimiento “feo” seguían siendo parte del elegante ejército francés.
Inmediatamente se empezó a trabajar en otro uniforme: el tenue beige-bleue, ensayado en 1906. La prenda se componía de una mezcla de azul y beis, que en la distancia se asemejaba a un gris. Para la prenda de cabeza se plantearon 3 posibilidades: un quepis ovalado, un casco de tela de estilo colonial e incluso una boina similar a la de los cazadores alpinos franceses. Al igual que el anterior tampoco convence.
En 1910 el tema del uniforme pasó a ser ya una cuestión más apremiante ya que una a una las grandes potencias habían ido adoptando sus nuevos uniformes de campaña. Para 1911 se había diseñado el tenue réséda, de un verde grisáceo que tomaba su nombre de la planta reseda. El uniforme venía acompañado de un casco no metálico (a excepción de la cimera). Además se trataron de suprimir o minimizar los aspectos más vistosos de los viejos uniformes como insignias, elementos relucientes...
Es un uniforme relativamente práctico y económico. El nuevo ministro de la guerra, Messimy, aunque no ha participado en el proyecto le da el visto el bueno, y prepara los contratos pero para su sorpresa se encuentra ante una ofensiva feroz de la prensa y de parte de los diputados de la Cámara. L´Echo de París lo tilda de “prenda de (chico de) establo” y afirma tajantemente que se trata de un golpe francmasónico para disminuir la moral y prestigio de los oficiales rebajándolos al nivel de los soldados. En la Cámara el diputado y ex-ministro Étienne Clémentel se queja amargamente de la pretensión de eliminar unos colores que hacen al soldado francés no sólo elegante sino emprendedor; concluyendo que el nuevo uniforme no sólo va contra el gusto francés sino contra las exigencias de la función militar.
Messimy se achanta ante las críticas y aceptar seguir experimentando con el uniforme. La solución del Ministerio para apaciguar a la oposición es encargar el nuevo uniforme a un “profesional” que supiera de colores y milicia: el sexagenario pintor historicista Edouard Detaille (a otro artista se le encargó que revisara el uniforme de caballería). Detaille se había pintado todos los uniformes franceses habidos desde al menos 1790 por lo que supuestamente era el más adecuado para diseñar uno nuevo que respetase las tradiciones. El tenue Detaille (1912) trataba de combinar cierta funcionalidad (bolsillos más accesibles, eliminación de reflejos de botones y hebillas, cuello más cómodo...) con el respeto a las tradiciones simbolizadas sobre todo en los calzones rojos que en campaña podían quedar fuera de la vista gracias a unas altas polainas y a un capote azul ceniza más cerrado. De hecho Detaille propuso que hubiera un uniforme de campaña y otro de gala más resultón. Para el uniforme se diseñó un casco a la “borgoñota”, un tanto impráctico hasta el punto de quedar reservado para el uniforme de gala.
El uniforme fue presentado en el desfile del 14 de julio junto a una nueva versión del tenue réséda, que esta vez contaba con el añadido de pantalones rojos. Sin embargo los uniformes no fueron aceptados ni por los tradicionalistas ni por los que querían un uniforme más moderno.
Las discusiones siguen. El sector tradicionalista sigue empeñado en mantener los pantalones garance. Es en el curso de una comisión al respecto en 1913 cuando un nuevo ministro de la guerra, Eugène Étienne, suelta la lapidaria frase: Supprimer le pantalon rouge? Non! Le pantalon rouge, c´est la France.
Tendría que volver Messimy en 1914 al ministerio para que unido a la urgencia de la guerra se tomara una decisión definitiva. Primero se optó por adaptar el color caqui usado por los británicos (ya usado por alguna tropa colonial francesa) pero Gran Bretaña acaparaba el tinte de ese color ante la necesidad de expandir su ejército y la producción francesa era insuficiente.
El profesor Charles Moureau propuso a la comisión militar utilizar un ingenioso y patriótico paño tricolor compuesto por hilos de lana azul (60%), roja (30%) y blanca (10%). El resultado visto a distancia era de un azul difuminado. Eureka, efectivo y patriótico a la vez. Pero a la hora de ponerlo en práctica aparece un gran problema que tal vez se debería haber tenido en cuenta antes: resulta que el rojo no sólo no era Francia sino que en realidad era... ¡Alemania!. La industria del tinte natural garance estaba muerta y sepultada por un tinte sintético de alizarina, que la industria textil francesa compraba en Alemania. Era imposible obtener suficiente tinte rojo de forma económica para confeccionar la gran cantidad de uniformes necesarios.
El indeseado resultado fue el tenue bleu-horizon confeccionado con lana azul y blanca. El resultado era un azul claro más visible de lo deseado y era bastante “sucio”. Afortunadamente el tinte se degradaba rápidamente hasta evolucionar a un azul grisáceo menos llamativo. El uniforme empezó a producirse en el verano de 1914 pero no estuvo listo de manera suficiente para dotar a las unidades hasta 1915. Ese mismo año se decidiría incorporar al uniforme un necesario casco metálico en forma del casco “Adrian”.
En cualquier caso el nuevo uniforme llegó casi con un año de retraso y mientras tanto los infantes franceses tuvieron que soportar su impráctico uniforme. Aunque para su desgracia este no fue exactamente su principal problema sino el de una doctrina anticuada.
Excelente Flavius!
Gran muestra de "sentido común" de gente que manda a otros a pelear (ellos no pueden ir, están muy ocupados haciendo discursos patrioticos).
Saludos
Muy interesante, me ha gustado mucho la imagen del tenue Detaille con esa casaca caqui y los pantalones rojos pero con las polainas caqui, personalmente, además los pequeños detalles rojos le dan a mis ojos un parecido a uniforme alemán.
Al final a la larga, esos pantalones rojos tenían que desaparecer, le hacían a uno demasiado visible. Aunque al final la solución del uniforme azul, no se yo si fue muy buena, quizás de que se manchara si pero al principio……
De todas formas ¿era Francia el único país con este problema de uniformes anticuados en la zona de europa? por ejemplo, si no me equivoco España e Italia también tenian ya uniformes más modernos, los belgas en cambio creo que utilizan unos uniformes negros que no se yo si resultaron bien.
Por cierto, las fotografias ¿entiendo que son en blanco y negro y posteriormente coloreadas?
Hola!
Llego tarde al debate, pero lo reabro . Por cierto Flavius, muy bueno e interesante. Lo que más me ha gustado es el uniforme tricolor con tres lanas distintas...
Hace poco leí que al casco alemán le quitaron el pincho por que al ser metálico reflejaba la luz. Pero también porque los soldados no se podían sentar encima (no entiendo el motivo jejejeje). Tenéis noticia de que esto sea así?
Y qué hay de los yankees? Cómo es que llegaron a europa sin casco, con ese "sombrero"? Tuvieron tiempo de ver los avances de los demás, no?
El model 8 sencillamente genial, jejeje, me parto. Menuda cara se le hubiera quedado al enemigo.
Al model 8 le falta un penacho de plumas . Y el escudo y la lanza, no?
O un stick de hockey, no sé, no sé..
Así que al final los yankees se apañaron con material ajeno, menos mal, con estos diseños...
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Gracias Hartman. La Francia de la época dista mucho de ser la única que cayó en este tipo de cuestiones perjudiciales y carentes de sentido común. Sin embargo era un país donde se vivía un ambiente político tenso (continuas crisis de gobierno) y en el que todo lo militar era especialmente sensible sobre todo desde el estallido del Caso Dreyfus (el famoso Yo Acuso de Zola). Detrás de cualquier cambio o reforma militar aunque fuera la del uniforme había un sector que veía siniestras conspiraciones para destruir el "alma francesa".