El mundo de Atapuerca
Este libro nos narra de manera amena, con un cierto lirismo en ocasiones y de forma bastante sencilla, el descubrimiento del yacimiento (o yacimientos según se prefiera) de Atapuerca durante las obras de acondicionamiento para el paso del ferrocarril a finales del s. XIX. En él nos topamos con dos personajes, jóvenes especialistas que trabajan en el yacimiento durante la actualidad, a los cuales se les encarga la tarea de elaborar un itinerario y una explicación comprensible sobre el yacimiento para exponerlo ante las visitas de personalidades y otros interesados. Mediante este recurso narrativo nos describe el yacimiento, como es, como ha sido, que tiene de especial cada rincón, que historia le contempla.
No se conforma con el periodo prehistórico, sino que expone determinados episodios históricos de relevancia que han tenido lugar en aquellas tierras mediante la recreación de conversaciones de personas que habrían vivido por allí en aquellos momentos; tras lo cual expone de forma rigurosa dicha historia (antigua, medieval, etc.). Tras esto hallamos unos apéndices que sirven para profundizar, sin dejar de lado la amenidad, en la geología y la biología del lugar. Como final de este apéndice se encuentra la historia sobre el ferrocarril minero que se pretendía construir cuando fue descubierto este espectacular yacimiento.
Destaca que el libro aparece trufado de ilustraciones de Fernando Fueyo, de gran calidad artística y gran calidez en su composición. Compuestas mediante el uso de tonos cálidos y agradables, "otoñales" si se me permite el concepto. Es un complemento que se erige como protagonista cuya visión puede llegar a merecer la pena por sí mimo.
Estamos ante un libro de gran calidad dedicado a la prehistoria, pero no a las teorías e información sobre el periodo únicamente, sino que trata de las gentes que vivieron allí a través de los años hasta llegar a su descubrimiento. Es un gran ejemplo de trabajo divulgativo gracias a su fácil comprensión, lo que lo hace recomendable para todos, aunque puede ser algo más árido para aquel que no le guste la Prehistoria.
La calidad del texto, su amenidad y su carácter lírico lo hacen muy apetecible, además, si a esto unimos las deliciosas ilustraciones que incorpora, tenemos una obra que en su conjunto presenta un gran nivel tanto en el contenido como en el continente.
He de decir que el libro aparece actualmente como descatalogado, así que para disfrutar de él hay que recurrir a algún ejemplar perdido en alguna librería, o directamente a ese "cofre" de tesoros que son las librerías de segunda mano.
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