Koxinga y la expulsión de los holandeses de Taiwan
El avance de los imperios coloniales europeos no estuvo exento de reveses. En el siglo XVII la holandesa Compañía de las Indias Orientales forjó un fabuloso y prospero imperio comercial para las Provincias Unidas. Una de sus colonias era la isla de Formosa (Taiwan) en frente de las costas de China. Isla que iban a perder a manos de uno de los más famosos “señores del mar” chinos: Koxinga.
La V.O.C. y Formosa
En 1624 la holandesa V.O.C. (Vereenigde Oost-Indische Compagnie) se estableció en la isla de Formosa (Taiwan). Los holandeses llevaban un tiempo buscando establecer una base desde la que intentar penetrar en el apetecible comercio chino. Su intento en 1622 de apoderarse de la portuguesa Macao había fracasado y ese mismo año fracasaría también el intento de establecer una base en las islas de Pescadores (Penghu) al ser expulsados por las tropas Ming.
Al final la Compañía (holandesa) de las Indias Orientales, concluyó que la isla de Formosa era la mejor opción. La isla no era reclamada formalmente por el Imperio Ming y estaba habitada por aborígenes (concentrados en el interior) y por comunidades chinas centradas en torno a una red de comerciantes y piratas.
Mapa holandés de la isla de Formosa y las islas de los Pescadores (ca. 1640). El nombre occidental de “Formosa” (hermosa) se lo pusieron sus descubridores portugueses en el siglo XVI, pero no la llegaron a colonizar.
Los holandeses se establecieron inicialmente en la bahía de Tayouan y su intento colonizador tuvo que hacer frente a varias amenazas:
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Aborígenes – Los holandeses fueron objeto de constantes ataques por parte de varios asentamientos indígenas. Su principal enemigo fue el belicoso pueblo de Mattau que no sería vencido hasta 1635, cuando la V.O.C. Finalmente decidió reforzar su presencia militar en Formosa. La derrota de Mattau supuso en la práctica la pacificación de la isla para 1636.
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Japoneses – Taiwan era un centro de comercio importante para los mercaderes japoneses que compraban pieles de ciervo a los aborígenes. Comerciantes holandeses y japoneses entraron en conflicto a cuenta de tasas que los holandeses querían imponer. Los japoneses reaccionaron solicitando al sogún que conquistara Taiwan para Japón. Sin embargo los vientos en Japón soplaban a favor del cierre y no de la expansión: a finales de la década de los 30, se prohibió a los mercaderes japoneses salir del país; para alivio de los holandeses que además ganaron el privilegio de ser los únicos occidentales con permiso para tener un puesto comercial en Japón.
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Españoles – Las autoridades españolas de Filipinas no podían ver mas que con preocupación la presencia del enemigo holandés en la zona. En 1626 una expedición española inició la colonización del norte de la isla como base desde la que expulsar a los holandeses, que se concentraban en la costa sur. Los holandeses atacaron constantemente la colonia española y finalmente consiguieron en 1642 expulsar a los españoles de sus asentamientos.
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Chinos – La actitud inicial de los holandeses fue la de colaboración con los piratas chinos residentes en Taiwan en busca de una asociación mutuamente lucrativa, ya que la China Ming sólo permitía un limitado comercio oficial con los holandeses. Para 1627 la fuerza de piratas taiwaneses “patrocinados” por la V.O.C. causaban tales estragos en el comercio chino de la provincia de Fujian que el gobierno conminó a los holandeses a dejar de apoyarles y ayudar a combatirlos, en caso de que no sólo quisiesen mantener los derechos de comercio vigentes sino incrementarlos. Los holandeses alternarían su colaboración con las fuerzas con momentos de apoyo a la piratería como medida de presión en busca de ventajas comerciales. A partir de 1634 se llegó a un acuerdo estable con China y para 1637 la piratería había dejado de ser un gran problema en la zona.
Aborígenes cazando ciervos en Formosa (fuente: “How Taiwan became Chinese”). El comercio de pieles de ciervo atraía a numerosos mercaderes, tanto japoneses como chinos.
Zheng Zhilong
La conexión inicial de Koxinga con Taiwan empieza con la historia de su padre. Zhilong, como muchos de los nativos de la pobre provincia de Fujian, decidió hacer carrera en el mar desde joven. Viajaría al portugués Macao y más tarde a Japón. Como sirviente del influyente comerciante (y muy posiblemente pirata) Li Dan se encargaría de la mediación para la expulsión de los holandeses de Pescadores y más tarde los acompañaría como traductor a Formosa.
A la muerte de Li Dan en 1625, Zhilong se dedicó abiertamente a la piratería -probablemente asumiendo el mando del imperio naval de Li Dan- sin dejar de mantener la amistad de los holandeses. Para 1627 lideraba 400 juncos y decenas de miles de hombres. Sus naves asolaban y dominaban el trafico mercantil. Zhilong se esmeraba en cultivar una imagen de “noble bandido” prohibiendo a sus hombres el maltratar a los humildes lugareños de las costas y haciendo gestos de generosidad con los pobres. También se aseguraba de que sus amigos holandeses recibieran en Formosa unos cuantos juncos capturados con sus mercancías, cuyo valor se dividían Zhilong y la V.O.C.
La “Flota Zheng” era temida no sólo por su número sino porque Zhilong había hecho construir nuevos juncos intentando adoptar algunos avances europeos, dando como resultado naves más resistentes y sobre todo capaces de usar los “cañones de los bárbaros”. La incapacidad Ming para oponérsele les llevó a la ya mencionado oferta a los holandeses de comercio y colaboración contra los piratas. Aunque los holandeses le dieron la espalda a Zhilong, otra cosa era ponerse a destruir a alguien tan poderoso. Tras un destructivo ataque de Zhilong a la ciudad costera de Xiamen, el gobierno Ming decidió cambiar de estrategia y en 1628 le dio un rango imperial y el título de “Almirante de la Patrulla”, encargándole acabar con la piratería en tanto “experto en el tema”.
Junco chino en una ilustración japonesa de la década de 1640
Los holandeses colaboraron encantados con Zhilong en operaciones anti-piratería, bajo la promesa de que éste les allanaría el terreno para el comercio legal con China. Sin embargo las autoridades chinas no estaban por la labor y seguían considerando a los holandeses como problemáticos e incitadores de la piratería.
Los holandeses se cansaron de no ver atendidas sus peticiones y recurrieron precisamente a la piratería, no sólo indirectamente sino que varias naves holandesas participaron en un ataque por sorpresa a la base naval de Zheng Zhilong en Xiamen (1633). Sin embargo ese mismo año Zhilong les demostró a los holandeses que los conocía bien y les tendió una trampa en la batalla de la bahía Liaoluo. Usando numerosos juncos como brulotes incendiarios venció a la flota conjunta de piratas y holandeses, estos últimos perdieron a 4 de sus 9 valiosos navíos principales. Zhilong había restablecido el prestigio de la China Ming frente a los “bárbaros pelirrojos”.
Irónicamente la derrota holandesa resultó una bendición para la V.O.C. Zhilong ascendió en influencia en la Corte Imperial y se convirtió en el oficial más importante de la región -llegando en 1640 a convertirse en Gobernador General de Fujian-, con poder para ignorar pasadas políticas comerciales. Bajo el patrocinio de los Zheng los juncos chinos volvieron a acudir en gran número a Taiwan e incluso se permitía una limitada presencia de las naves holandesas en la propia costa China. El renovado trafico comercial le suponía a Zhilong unos cuantiosos ingresos ya que por un lado se aseguró tener una importante flota mercantil -que supuestamente llegaba a las 1.000 naves- como cobrar tasas aduaneras y de “protección” a las naves mercantes de la zona de su jurisdicción. El antiguo pirata se convirtió en uno de los más ricos y poderosos hombres de china, ya que con unos ingresos que se supone eran 3-4 veces superiores a los de la propia V.O.C. podía mantener su propia armada semi-privada.
La década de 1640 fue una de desgracias para la dinastía Ming: con desastres naturales y un gran malestar popular. El emperador Chongzhen se ahorcó cuando un ejército popular invadió Pekín (1644) mientras que los manchúes penetraban en China en medio del caos e instalaban en la capital a su propio emperador: Shunzhi, implantando la dinastía Qing en China. Zhilong se mantuvo inicialmente leal a los pretendientes Ming pero al final venció su parte pragmática y decidió pasarse al lado de los manchúes (1646), para gran irritación de sus familiares y sobre todo de su hijo Chenggong.
Replica moderna del Batavia (1628), un navío de la V.O.C. de unas 650 toneladas y armado con 24 cañones.
Zheng Chenggong “Koxinga”.
Zheng Zhilong visitó Japón en su época de joven mercader, entablando una relación con una japonesa con la que tendría un hijo: Zheng Sen. El pequeño se quedó en Japón hasta los 7 años, momento en el que su padre lo reclamó a su lado. El joven Sen se dedicó a los estudios para ocupar un puesto en la burocracia imperial que se vieron interrumpidos con la invasión manchú. Se unió a su padre en el servicio del emperador Longwu -uno de los pretendientes a restaurar la dinastía Ming- que lo adoptó simbólicamente. Longwu le dio a Sen un nuevo nombre: Chenggong (´´éxito”) y el gran honor del título de Guoxingye (“Señor del Apellido Imperial”), occidentalizado como “Koxinga”.
Cuando su padre le retiró el apoyo a Longwu -desprotegiendo los pasos a Fujian y permitiendo el avance manchú- la leyenda nos dice que Chenggong no dudó en poner la lealtad al emperador por encima de la familiar. Longwu pereció con su ejército (1646) en un ataque desesperado a los Qing. Sin embargo las conversaciones de Zhilong no fueron del todo bien con los manchúes que lo pusieron bajo arresto presumiblemente por no haber tenido éxito en traspasar la lealtad de las fuerzas Zheng a la nueva dinastía. Además los manchúes asaltaron la residencia familiar en Quanzhou, lo que provocó el suicido de la madre de Koxinga. Zhilong sería ejecutado en 1661 como represalia por las acciones de su hijo.
Retrato de Koxinga
Koxinga juró restaurar la dinastía Ming y empezó a reunir seguidores. Durante los primeros años de lucha se dedicó más a combatir contra bandidos que otra cosa, pero fue ganando una invaluable experiencia militar y se fue haciendo un nombre. El paso decisivo para Koxinga fue el de arrebatar a sus tíos el control del grueso de la flota Zheng basada en las islas de Xiamen y Jinmen (1650). Koxinga tenía ahora a su disposición numerosos barcos, 40.000 soldados y sobre todo unas islas que eran una importante fuente de ingresos comerciales.
La carrera de Koxinga al frente de las fuerzas Zheng empezó con un serio revés cuando en su afán de acudir en ayuda del pretendiente Ming: emperador Yongli, dejó desprotegida Xiamen que fue saqueada por los manchúes. A partir de ahí, Koxinga se centró en proteger y ampliar su base territorial, logrando victoria tras victoria, gracias a su gran astucia.
Estatua de Koxinga en Xiamen, su antigua base de operaciones
La victoria de Koxinga en Haicheng (1652) preocupó enormemente a la dinastía Qing que trató de atraerlo a su lado usando la baza de tener prisionero a su padre. Koxinga controlaba los mares y las costas de Fujian y provincias adyacentes, pero cuando intentó dar un audaz golpe de mano contra la alejada y populosa Nanjíng, tras remontar el río Yangtse, el resultado fue una gran derrota (1658-1659). La expedición de Nanjíng fue de una escala imaginable e implicaba unos 150.000 soldados y miles de embarcaciones (estimadas en al menos 15.000), en lo que era un alarde de operaciones combinadas mar-tierra. Sin embargo la arrogancia de Koxinga le llevó a escoger un objetivo demasiado alejado de sus bases, por lo que al final sus fuerzas fueron derrotadas tras la masiva llegada de refuerzos manchúes.
Grabado chino en que se ven a fuerzas Ming asediando una ciudad (1626)
La invasión de Formosa
La derrota de Nanjíng hizo que Koxinga volviera sus miras a Formosa. No se trataba meramente de borrar la derrota con una victoria sino que Koxinga pensaba que necesitaba hacerse con una base segura. Lo cierto es que los manchúes empezaban a hacer mella en la red de ingresos de las fuerzas Zheng. No sólo habían prohibido a los comerciantes chinos tener tratos con Koxinga sino que además se habían embarcado en un amplio programa de relocalizaciones, llevándose a muchos habitantes de la costa en la que operaba Koxinga a unos 15 km al interior, para minimizar los contactos con los rebeldes. La captura de Taiwan supondría no sólo una base segura sino que su tamaño le daba la opción a Koxinga de reinstalar allí a sus propios fieles.
Las relaciones de Koxinga con los holandeses habían sido inicialmente malas hasta la llegada de un nuevo gobernador Frederick Coyett. Coyett había usado de intermediario con Koxinga a un rufianesco comerciante local, llamado He Bin. He Tingbin había conseguido que Koxinga permitiera la reanudación del tráfico comercial con Taiwan pero lo que Coyett desconocía es que He Tingbin había negociado que los holandeses pagaran un tributo anual a Koxinga. He Tingbin no se molestó en informar a Coyett del tributo ya que sabía que los holandeses se negarían a ello; en su lugar lo pagaba él mismo con una parte de los ingresos que sacaba de unas tasas aduaneras secretas que cobraba él mismo a los comerciantes chinos que iban entre Taiwan y China. Al final se descubrió la estafa y He Tingbin huyó de Taiwan para refugiarse con Koxinga, al que entregó un detallado mapa de la isla, ofreciéndose a ser su guía en una invasión.
La Bahía de Tayouan (Lynn Struve, Voices from the Ming Qing Cataclysm)
Coyett escuchó rumores de la invasión en 1660. Los rumores además cuadraban con alarmantes movimientos en la comunidad china de Taiwan: se estaban repatriando bienes y familiares al continente en una cantidad inusual incluso a pesar del declive económico por la ruptura del comercio con Koxinga. Coyett y el consejo de Formosa reclamaron urgentemente a la central de Batavia la presencia de naves de guerra de la compañía. Sin embargo pasó 1660 y no hubo invasión y la flota holandesa abandonó Formosa, aunque Coyett se apropió de algunas naves y unos cuantos soldados para reforzar su guarnición.
El Consejo de las Indias de la V.O.C. en la Batavia holandesa se enfureció ante una supuesta dilapidación de recursos militares, ya que las acciones de Coyett habían supuesto la cancelación de un nuevo ataque a Macao. La conclusión de los gestores regionales de la V.O.C. fue que Coyett era un alarmista y un incompetente, víctima de rumores sin fundamento y que estaba llevando a la ruina a la isla; sí los comerciantes chinos abandonaban la isla debía ser por culpa del trato que les daba Coyett y no porque temieran una invasión. Se acordó la destitución de Coyett y sus dos máximos colaboradores, preparándose el envío de un nuevo gobernador.
La destitución de Coyett iba a llegar tarde ya que el día 30 de abril de 1661 Koxinga se presentó en Formosa con varios cientos de juncos y una fuerza de 20.000-25.000 hombres. No sólo eso sino que como se temía Coyett, muchos chinos de la colonia recibieron con los brazos abiertos a Koxinga y le estaban esperando.
Combates en torno a Baxemboy en un grabado holandés ('t Verwaerloosde Formosa)
Los holandeses poco podían hacer para impedir el desembarco chino en la bahía de Tayouan ya que la falta de recursos -a pesar de las súplicas de Coyett- les había impedido mejorar las defensas de la bahía. Ni siquiera habían podido reconstruir un fuerte que había sido destruido por un terremoto unos años antes; fuerte que defendía la isla de Baxemboy, isla que los chinos iban rápidamente a ocupar. Las esperanzas holandesas se cifraban en la llegada de socorro por parte de las fuerzas de la compañía; una nave correo partió antes de que los chinos pudieran impedirlo. Mientras tanto se decidieron a probar el temple de los invasores tanto en tierra como en mar.
Por un lado una fuerza de 240 mosqueteros partió y desembarcó en la estratégica isla de Baxemboy -cierre de la bahía- ocupada por unos 2.000 soldados chinos. El objetivo era atacar el campamento chino. El desembarco sería apoyado por las 3 naves de guerra holandesas presentes que a continuación atacarían a la flota de juncos china. Los holandeses confiaban en la superioridad de sus mosquetes sobre las lanzas chinas y de los cañones europeos sobre sus equivalentes chinos.
El 1 de mayo, las 3 naves de la V.O.C. se acercaron a cañonear a unos 60 juncos chinos que guardaban la entrada a la bahía por el paso Lakjemuyse, pero sin caer en la trampa de adentrarse en aguas someras. Cuando se detuvo el viento, los juncos se atrevieron a desafiar a la artillería holandesa para acercarse y tratar de abordar los navíos holandeses. A pesar de la valentía china los navíos holandeses se iban imponiendo y ya se retiraban la mayoría de los juncos, cuando la nave holandesa más grande, el Hector (600 ton.), explotó por los aires cuando el fuego (probablemente de forma accidental) llegó a la santabárbara. Quedaba una nave mediana ('s Gravenlande) y una pequeña (Vink), fuerza insuficiente para desafiar de nuevo a los invasores. Ambas naves pusieron rumbo a Japón.
Otro grabado de los combates en Baxemboy (Herport, Reise) con un primer plano de las tropas chinas.
En cuanto al ataque terrestre de ese día: el problema holandés es que se enfrentaban a tropas que no sólo eran numerosas sino que también eran disciplinadas y con recursos. El comandante chino, Chen Ze, ordenó a parte de sus tropas partir en juncos ocultos a la vista holandesa y situarse a retaguardia de estos aprovechando la orografía de la isla. Los mosqueteros holandeses atacaron siendo recibidos por una lluvia de flechas y sorprendidos por la irrupción de tropas a sus espaldas. Echaron a correr, perdiendo a 2/3 de los suyos.
Los holandeses se resignaron a resistir, confiando en la fortaleza del moderno fuerte Zeelandia. El pequeño y mal protegido fuerte Provintia junto al asentamiento de Sakkam, al otro lado de la bahía, se rindió (4 de mayo) ante las amenazas de Koxinga de tomarlo al asalto. Koxinga instaló allí su cuartel general.
Conjunto escultórico instalado donde una vez se levantó el Fuerte Provintia. Representa a Koxinga recibiendo a un emisario holandés.
El asedio de Fuerte Zeelandia
Cuando devolvió su mirada a fuerte Zeelandia se encontró con un serio problema. La fortaleza era más pequeña que otras a las que se había enfrentado en China y en realidad el espesor de sus murallas era inferior a lo normal en China pero el diseño era completamente diferente ya que se trataba de una moderna fortaleza europea cuyos bastiones cubrían con su artillería la aproximación del enemigo y proporcionaban adecuada defensa a sus casi 1.000 hombres de guarnición (más los civiles que se refugiaron en la fortaleza sumaban 1.700 personas).
Koxinga pudo tomar la ciudad de Zeelandia sin demasiados problemas pero Coyett se negó a rendir la fortaleza. Aunque sus primeros mensajes Koxinga ridiculizara a la fortaleza lo cierto es que primero dedicó varios días a amenazar, enviar mensajes e incluso desmoralizar a la guarnición con “estruendos nocturnos”.
Habiendo fallado los intentos de intimidación se decidió tomar la fortaleza al asalto. Los chinos prepararon durante la noche (24-V) unas plataformas para su artillería y antes del amanecer de dos días más tarde, empezaron a bombardear la fortaleza con casi una treintena de cañones. La artillería china se concentró en tratar de barrer las posiciones de los artilleros holandeses en los bastiones. Los holandeses rápidamente se pusieron en acción para replicar y descubrieron con sorpresa que las baterías chinas apenas contaban con la protección de una barricada de sacos de arena y que no se habían prevenido contra las posibilidades de fuego cruzado que ofrecían los bastiones europeos. Usando el fuego cruzado de los cañones y los tiros elevados de los morteros, los holandeses lanzaron una lluvia de metralla sobre las pobremente protegidas baterías chinas. Tras masacrar o hacer huir a sus servidores, se despachó una fuerza de mosqueteros para clavar (inutilizar) la artillería china.
Vista de Zeelandia y la bahía de Tayouan: a la izquierda la ciudad, en el centro la fortaleza y a la derecha la colina de dunas dominada por el reducto Utrecht.
Tras el fiasco del ataque, Koxinga ordenó abandonar la ciudad de Zeelandia y centrarse en asuntos más urgentes como eran la dominación total de la isla -teniendo que pelear en alguna ocasión con los aborígenes- y sobre todo la búsqueda de provisiones para alimentar su gran ejército, algo problemático ya que la isla estaba menos desarrollada agrícolamente de lo que Koxinga había supuesto.
La llegada del Socorro
Koxinga acusó a He Tingbin de haberle engañado acerca de la riqueza agrícola de la isla, haciéndole creer que estaba repleta de ricos campos de arroz. Sin duda el malhumor se extendía entre las tropas que no entendían por qué se había elegido como objetivo una isla relativamente pobre. Pero la caída en desgracia de He Tingbin llegaría junto a la aparición de noticias alarmantes. He Tingbin como “experto en los holandeses” había afirmado que la conquista sería fácil y que los holandeses no podían hacer nada por evitarlo. Sin embargo en agosto (12-VIII) se presentó una fuerza holandesa compuesta por 12 naves y 700 soldados de refuerzo, procedentes de Batavia.
Afortunadamente para Koxinga, era la época de los tifones por lo que la flota holandesa tuvo que retirarse unas semanas nada más llegar, dándole a Koxinga tiempo para reforzar sus posiciones y hacer venir a parte de las tropas que tenía desperdigadas por la isla.
Tras desembarcar provisiones para el fuerte, el comandante holandés Cauw se reunió con Coyett para decidir que estrategia seguir. El plan era que la flota holandesa se acercara lo más posible a la entrada en la bahía desde donde las naves mayores bombardearían las trincheras chinas en la ciudad de Zeelandia mientras que las pequeñas que no tenían problemas en penetrar en la bahía se encargaban de los juncos chinos.
El ataque holandés (16-IX) pronto se encontró con dificultades imprevistas ya que el calado de la entrada a la bahía era inferior al esperado -tal vez porque las últimas tormentas habían movido las dunas-, a lo que se añadió que el viento empezó a soplar en dirección contraria: todo ello llevó a anclar en una posición no demasiado acertada para bombardear eficazmente las posiciones chinas. Esto permitió a los chinos redirigir sus cañones hacia la flota y no sólo responder al fuego sino hacerlo con bastante precisión concentrando su fuego en el insignia holandés: el Koukercken. Al final el Koukercken acabaría a la deriva encallando cerca de las posiciones chinas y volando por los aires. Otra nave de guerra holandesa encalló durante las maniobras de vuelta a alta mar y tuvo que ser abandonada.
A las dos naves de guerra “mayores” había que añadir la pérdida de 3 menores cuando la flotilla encargada de atacar los juncos chinos cayó en la trampa del viejo truco de la “falsa retirada” y se internaron demasiado en la bahía, momento en que los juncos dieron media vuelta y se abalanzaron sobre ellos.
La acción de la flota holandesa en un grabado holandés ('t Verwaerloosde Formosa)
El Reducto Utrecht
Tras el fallido ataque naval, Koxinga volvió a superar una nueva crisis gracias a la llegada de una veintena de juncos cargados de arroz. La hambruna entre los chinos era tal que se estaban dando casos de deserción hacia la fortaleza en busca de sustento entre los asediados. Los asediados por su parte conseguían comida de la China controlada por los manchúes. Los manchúes no sólo les permitieron comprar alimentos sino que les propusieron una alianza lógica contra el enemigo común: Koxinga. Para fraguar la alianza había que mandar una embajada holandesa por mar desde Zeelandia (3-XII), sin embargo la embajada no llegó a China según lo acordado ya que con la excusa de una tormenta, Cauw suspendió su travesía a mitad de camino. A su vuelta a Taiwan hubo fuertes recriminaciones entre Coyett y Cauw, que cada vez se llevaban peor. Cuando Cauw volvió a zarpar no era ya para transportar una embajada sino para solicitar a Batavia refuerzos (y quejarse de Coyett).
Busto de Coyett en el castillo de Tainan (el nuevo nombre que recibió Zeelandia)
La comida seguiría siendo un problema pero Koxinga pudo empezar a trabajar a fines de septiembre en la toma del estratégico reducto Utrecht. La caída del reducto permitiría instalar baterías que tendrían a su merced a la fortaleza. El reducto sufrió fuertes daños por las baterías chinas pero Coyet hizo fracasar los planes chinos al conseguir construir una nueva batería entre la fortaleza y el reducto, la cual dominaba las posiciones de las baterías chinas. Fracasado en su primer intento, Koxinga abandonó temporalmente el proyecto.
La fortuna sonrió a Koxinga en diciembre con la deserción del sargento Hans Jurgen Radis. Radis ofreció su consejo en como tomar el reducto Utrecht. En enero de 1662 con la guía de Radis los chinos construyeron de nuevo una posición en las dunas enfrente del reducto, pero esta vez el diseño era inequívocamente occidental con la forma de una luneta y bien protegido frente a los cañones de la fortaleza. Además estaba fuertemente artillado, ya que Koxinga había hecho traer a Taiwan 43 cañones -para equipar la luneta y el resto de baterías-; cañones que los portugueses habían forjado para su padre en Macao casi 20 años antes.
El 25 de enero Coyett tuvo que dar por perdido el reducto tras haber sufrido éste un brutal bombardeo.
Con Koxinga dominando la zona de las dunas altas, los holandeses llegaron a la conclusión de que la perdida de la fortaleza era ya mera cuestión de tiempo. Coyett envió una carta a Koxinga para negociar la rendición. Koxinga les dejaría partir de Formosa pero le debían entregar el fuerte intacto con todo el dinero y los productos de valor que contenía. La rendición tuvo lugar el 9 de febrero.
La rendición de Fuerte Zeelandia en un grabado holandés ('t Verwaerloosde Formosa)
Epílogo
El logro de arrebatar Taiwan a los holandeses situó a Koxinga en el panteón de héroes chinos, tanto para la actual República de China (Taiwan) como para la China continental. Incluso lo es en cierta medida para Japón, ya que los japoneses se precian de su parte de ascendencia nipona.
No es que Koxinga pudiera disfrutar mucho de su éxito sobre los bárbaros, ya que murió en junio de 1662 con sólo 37/38 años. Su muerte pude haberse debido a la malaria aunque corrió la historia de que se había vuelto loco en sus últimos días (tal vez aquejado de sífilis) y murió en un ataque de ciega ira. Supuestamente el motivo del ataque fue que sus oficiales se negaron a ejecutar al heredero de Koxinga: Zheng Jing; éste había tenido un hijo secreto con la nodriza que amamantaba a su hermano pequeño, lo que para Koxinga era equivalente a un incesto.
En el momento de su muerte Koxinga esta intentando que los españoles de Filipinas le pagaran un tributo. Justo antes del fallecimiento, los españoles respondieron negativamente y empezaron a concentrarse en Manila en perspectiva de recibir una invasión similar a la tenida lugar en Formosa.
Zheng Jing en la práctica se conformó con gobernar Taiwan y que esta sirviera de refugio a aquellos perseguidos por el Imperio Qing de los manchúes. Siguió batallando de vez en cuando contra los manchúes en Fujian pero la política Qing de despoblación y ruina económica fue surtiendo efecto. A la muerte de Jing en 1681 sobrevino una lucha por el poder en la isla que aprovecharon los Qing para hacerse con ella en 1683.
Estatua de Koxinga en Tainan (Taiwan)
A su llegada a Batavia, Coyett fue encarcelado, juzgado y sentenciado a muerte. La sentencia fue conmutada por la de exilio en las islas Banda. El exilio le fue levantado en 1674, pudiendo regresar a Holanda y publicar un libro en el que defendía su labor titulado “Formosa abandonada” ('t Verwaerloosde Formosa), en el que atacaba a la compañía por no darle suficientes recursos para la defensa e ignorar sus avisos iniciales.
Los holandeses tratarían de reconquistar Formosa con la ayuda de los Qing, consiguiendo tomar en el norte de la isla el fuerte de Keelung y mantenerlo entre 1664-1668. Sin embargo fracasaron en afianzarse y finalmente se dieron por vencidos.
La perdida de Formosa fue un revés para la V.O.C., se había perdido una de las joyas del emporio. Sin embargo era un revés asumible: en 1669 seguía siendo la compañía privada más rica del mundo con cerca de 150 mercantes, 40 naves de guerra, 50.000 empleados y un ejército privado de 10.000 hombres... y seguía dando fabulosos dividendos a sus inversores.
Autor: Flavius Stilicho (2014)
Fuentes:
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Andrade, Tonio: How Taiwan Became Chinese, Dutch, Spanish, and Han Colonization in the Seventeenth Century.
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Andrade, Tonio: Lost Colony, the untold story of China´s First Great Victory over the West.
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Ho, Daphon David: Sealords live in vain: Fujian and the making of a maritime frontier in 17th century China.
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Mostert, Tristan: Chain of Command: The military system of the Dutch East India Company, 1655-1663.
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Enhorabuena Flavius, le disfrutado mucho este relato histórico.
saludos
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Gracias compañero. Espero que haya gente a la que le guste temas como éste que no suelen ser muy conocidos.