El Che era, posiblemente, el único que podía lograr la importación del régimen cubano a otros países latinoamericanos.
En la primera quincena de enero de 1966 nacía en la Habana una de las más importantes concreciones de la actividad internacional del Che. Mientras él continuaba luchando en la guerrilla congoleña, cerca de medio millar de delegados y observadores creaban la Tricontinental. El espíritu de Ernesto Guevara presidió la gran Asamblea, que hizo suyos la mayor parte de los objetivos marcados por el Che.