1812: La Retirada Napoleónica de Rusia (paso a paso).

9 Noviembre. Smolensk

Grande Armée (grueso): +/- 55.000. Temperatura aproximada (min.): -12º C.

A última hora de la tarde Napoleón vislumbró Smolensk mientras iba caminando con sus granaderos -de vez en cuando bajaba de su carruaje y caminaba un trecho para no entumecerse- y dio ordenes de que algunas tropas de la Guardia se adelantaran y pusieran bajo vigilancia los almacenes, antes de que se presentara al día siguiente una horda hambrienta de soldados a saquearlos. De hecho antes de que la llegara la Guardia las escasas tropas de guarnición ya estaban teniendo problemas para contener a los soldados que por uno u otro motivo habían precedido a la Grande Armée.

Los planes de Napoleón son ahora invernar en la región de Smolensk, con la mayor parte del ejército en la propia ciudad. El cuerpo de Eugène invernara en Vitebsk y el de Davout en Yelnia.

La zona de Yelnia estaba vigilada por la división Baraguay d'Hilliers, el cual no estaba muy seguro de si por el camino Medyn-Yelnia-Smolensk iba a venir el propio Napoleón o bien los rusos. Finalmente fueron los rusos. En Liakhovo una de sus brigadas (Augereau) fue sorprendida y rodeada por los rusos de Denisov. No sólo eso sino que a continuación los cosacos consiguieron apoderarse de un convoy de suministros francés (400 carretas) de los que operaban en la región forrajeando.

El 7 el ejército ruso de Wittgenstein había tomado un Vitebsk (y sus almacenes) apenas guarnecido, ya que el 9º Cuerpo (Victor) encargado de guarnecer la región de Smolensk, se había retirado para juntarse a otras fuerzas francesas de retaguardia. Esto no lo sabía Napoleón y el cuerpo de Eugène (4º) había abandonado el camino principal el día 6 para marchar por Dukhovschina hacia Vitebsk por un camino paralelo al principal. Este movimiento no había pasado desapercibido a Platov y el 7 ya estaba tras los pasos de los “italianos”. El 9 tiene lugar la acción del río Vop. El cuerpo de Eugène se tuvo que detener para construir un puente sobre el río. Por desgracia una vez construido el puente se rompió y cuando se intentaba reconstruirlo apareció Platov con sus cosacos y artillería a caballo que empezó a disparar. Eugène decidió que se vadeara el río -que no superaba el metro y medio de profundidad- e insistió en que se trasladaran también la artillería y los carros de bagages. Dos cañones lograron vadear el río pero los siguientes se atascaron, a pesar de los esfuerzos de los soldados que luchaban en las frías aguas por desatascarlos. Presionado por Platov, Eugène tuvo que renunciar y dejó atrás 58 cañones y todos sus carros de suministros. Los “italianos” perdieron unos 2.500 hombres y bastantes hombres murieron de hipotermia esa noche cuando sus mojadas ropas se congelaron. Sin suministros y con Platov acechando, no les quedó otra que planear una ruta hacia Smolensk.

En cuanto a la retaguardia, ésta se va desintegrando a pasos acelerados. Miloradovich captura numerosos prisioneros en las cercanías de el día 7 antes de abandonar el camino principal para reunirse con Kutuzov. El hostigamiento de la retaguardia francesa queda en manos de los cosacos y unas pocas tropas regulares. El día 9 los cosacos logran un nuevo éxito en el cruce de Solovieva, tomando un millar de prisioneros y 21 cañones.

La situación de Ney es casi insostenible. Va recogiendo hombres rezagados de otros cuerpos pero eso no significa que su cuerpo se haya reforzado. Con la llegada del frio muchos han arrojado sus armas (que de todas formas sólo pueden usar aquellos que se han hecho con guantes) incapaces física y/o psicológicamente de seguir luchando. Muchos se van quedando atrás, se unen a los civiles o simplemente abandonan la carretera, a pesar de que los oficiales les recuerdan que su única seguridad es permanecer junto a las banderas. Un apesadumbrado Ney escribe a Napoleón que la mayoría de sus tropas no entienden porque deben sacrificarse en la retaguardia para salvar al resto del ejército (básicamente a la Guardia) y el sentimiento general es abandonar los batallones y huir lo más rápido que cada uno pueda.

Para los que se quedan atrás -algunos confiando en la piedad de los rusos- el destino suele ser la muerte. A pesar de la demanda del Zar a Kutuzov de que procure dar cuidados a los prisioneros, de acuerdo a las costumbres no escritas de la época, la realidad suele ser bien distinta. Las primeras tandas de prisioneros suelen ser objeto de la venganza por las tropelías cometidas por el ejército francés. Por ejemplo numerosos prisioneros de los tomados en Viazma son quemados vivos, acusándoles de haber encerrado a los prisioneros rusos en una ciudad pasto de las llamas para que murieran. Partisanos y cosacos son especialmente duros con los que caen en sus manos, especialmente los primeros que aprovechan para vengarse por el maltrato y los robos. El ejército regular se comporta algo mejor sobre todo tras la llegada del duro frío que no deja de ser un enemigo común de ambos ejércitos; aun así no va sobrado de alimentos como para compartirlos e incluso si el propio Gran Duque Constantino ignora las ordenes de su hermano y mata personalmente sin inmutarse a algún oficial prisionero. Por contra al atamán cosaco Denisov se le ve seriamente concernido por el triste destino de los malheridos franceses.

 

 

Napoleón el día 8 en el camino a Smolensk, por C.G. von Faber du Faur

 

Napoleón durante una de sus caminatas, por Vasily Vereshchangin

 

 

Cosacos en Liakhovo, por A.F.Telenik

 

 

Escena del camino a Smolensk (día 8) por C.G. von Faber du Faur

 

Grabado de Myrbach.

Aunque la escena corresponde al más famoso paso del Berezina, el del río Vop también fue dramático para los que lo vivieron.

 

Partisanos con prisioneros franceses, por Illarion Pryanishnikov

Napoleón se tomó unos días en Smolensk para reorganizarse, hacer planes y que fueran llegando las tropas. ¿Acaso no puedo yo? Mañana toca y poco después habrá unos dias animados y veremos como la Guardia tiene que empezar a ganarse las lentejas.

13 Noviembre. Smolensk.

Grande Armée (grueso): 40.000 (+). Temperatura aproximada (min.): -25º C (+/-)

Una vez en Smolensk, y mientras poco a poco seguían llegando las tropas, Napoleón fue analizando el panorama.

El plan de invernar en Smolensk era impracticable ya que los almacenes tenían muchos menos suministros que los que Napoleón esperaba. Había suficientes para reaprovisionarse y descansar unos pocos días, pero para nada los suficientes como para invernar en la zona. Napoleón, ante el desmembramiento del ejército y el penoso invierno, se había planteado no continuar más allá la retirada y refugiar el ejército en la región Smolensk. Napoleón se enfadó porque no se habían cumplido sus ordenes de almacenar grandes cantidades alimentos. A su vez los encargados de realizar la tarea, como el famoso escritor Stendahl, se quejaban de que se les habían pedido milagros. De hecho sí se había conseguido una notable cantidad en los meses anteriores pero las tropas de servicio en la región y las tropas que habían pasado previamente (tanto en dirección a Moscú como en dirección contraria) habían reclamado buena parte de esos suministros. Por añadidura hay que mencionar que la Guardia Imperial se aprovechó de sus privilegios de mala manera, quedándose con una parte mayor de alimentos de la que le correspondía. Se dice que un día consumió raciones que se podían haber “estirado” para que duraran una semana.

El estado del ejército era lamentable con poco más de 40.000 hombres sobre las armas aunque Napoleón confiaba en recuperar a parte de los extraviados durante su parada en Smolensk. El número de rezagados y civiles que seguían a la Grande Armée es difícil de calcular, aunque a veces se da una cifra de otros 40.000.

Lo que ya no se podía recuperar era la caballería que si ya había partido maltrecha, había perdido sus monturas por miles con la llegada del frio. Los polacos habían tenido la precaución de herrar a sus caballos con vistas al hielo añadiéndoles ramplones para el agarre y su ejemplo había sido seguido por los encargados de las caballerizas de la Casa Imperial, pero pocos más. En cualquier caso incluso los cuidados caballos de los polacos necesitaban comida y muchos habían muerto en el camino a Smolensk, sirviendo de alimento a los hambrientos soldados. Los caballos de tiro también habían perecido en grandes cantidades y muchos carruajes habían sido abandonados. Algunos conductores habían adaptando sus carretas dotándolas de esquíes pero como descubrieron algunos, era peligroso abandonar las ruedas en el camino ya que un día en el camino a Smolensk en vez de nevar llovió. Napoleón escribió a Vilna para que se le enviaran todos los caballos posibles y reorganizó la caballería regular en dos divisiones: una ligera (cazadores, húsares...) y otra pesada (dragones, coraceros...), aunque en realidad eran unas divisiones “fantasma”.

Sin caballería con la que efectuar reconocimientos, Napoleón no sabía la situación exacta del ejército de Kutuzov y creía que éste se había quedado atrás por culpa del mal tiempo. Ciertamente lo único que se había visto en los últimos días eran básicamente cosacos con unos pocos regulares de apoyo, sobre todo baterías de artillería a caballo. Además el día 12 la temperatura nocturna se desplomó unos 10º hasta los -24º C, ¡sin duda los rusos frenarían su marcha con tal mal tiempo!

También había que contar con los ejércitos rusos al norte (Wittgenstein) y al sur (Tchikagov) cuyo avance podía dejar cortada la línea de retirada francesa. Napoleón confiaba en que el mariscal Victor con los cuerpos 2º y 9º -situado al norte, en Polotsk- y el general Schwarzenberg con un cuerpo austro-sajón -que debía situarse en Slonim al SO de Minsk-, le cubrieran los flancos.

El Emperador llegó a la conclusión de que podía permitirse retirarse y ordenó marchar dirección a Orsha para más tarde dirigirse hacia la región de Minsk tras el Berezina y buscar allí cuarteles de invierno. La partida se realizaría por escalones de la siguiente manera: el propio 13 – Junot & Poniatowski, 14 – Napoleón con la Guardia, 15 – Eugène, 16 – Davout y finalmente Ney -que ni siquiera había llegado todavía a Smolensk- el 17.

 

Escena de la retirada de Rusia, por Joseph Ferdinand Boissard de Boisdenier

 

Soldados despiezando un caballo para comérselo

Se solía utilizar el contenido de los cartuchos como condimento para disimular el sabor

 

En las afueras de Smolensk el 12 de noviembre, por C.G. von Faber du Faur.

Se puede ver a los wüttemburgueses inutilizando cañones para los cuales ya no hay animales de tiro.

 

 

Vivaqueando en Smolensk el día 13, por C.G. von Faber du Faur.

La gran ciudad había resultado semi-destruida durante la campaña de verano, por lo que la protección que podía ofrecer contra el frío era limitada.

16 Noviembre. Krasnyi (2º Día).

Grande Armée (grueso): 38.000 (+/-). Temperatura aproximada (min.): -24º C (+/-)

A la Guardia se le había tenido que dejar pasar el día previo pero otra cosa era el cuerpo que venía detrás. Miloradovich se interpuso en la carretera a la mañana siguiente, bloqueando el paso a los cerca de 6.000 hombres de Eugène. Los rusos tienen un cuerpo (Dolgorouki) atravesado en el camino, mientras el resto se dispone paralelo a la ruta de marcha del 4º Cuerpo, que se topa con ellos por la tarde.

Los italianos no se arredran o más bien hay que decir que están desesperados ya que saben que no hay vuelta atrás: posicionan sus 10 cañones y forman en 3 columnas de ataque. La columna que se lanza contra el flanco derecho ruso triunfa inicialmente pero la intervención de la caballería rusa la rechaza. Las otras dos columnas son rechazadas sin problemas. Miloradovich conmina a Eugène a la rendición pero este se niega. A pesar del fuego de la artillería rusa y de violentos ataques, los de Eugène resisten hasta que llega la noche y se suspende el combate. Una hora más de luz y probablemente habrían sido aniquilados.

Los supervivientes forman una columna esa noche y se encomiendan al plan de un coronel polaco que les acompaña. Marchan campo a través y cuando les paran los centinelas rusos, el oficial polaco se hace pasar por un oficial ruso “en misión especial”. Sorprendentemente el plan tiene éxito y esa noche los “italianos” se deslizan a través del bloqueo. A la mañana siguiente los rusos se tienen que contentar con cazar a los rezagados y apoderarse de los cañones y bagages, que han sido abandonados. Sólo 2.000 hombres llegaran a Krasnyi la mañana siguiente.

Vivac en Krasnyi, el día 16, por C.G. von Faber du Faur.Entre la Guardia y el 4º Cuerpo había marchado un grupo heterogéneo de hombres que había sufrido mucho a cuenta de los rusos hasta alcanzar la seguridad de Krasnyi.

 

Carga de los dragones rusos en la batalla de Krasnyi, por Valentin Taratorin

 

Carga rusa a la bayoneta, por Vasily Vereshchagin

 

Escena de la retirada de Moscú, por January Suchodolski.

Bien podría reflejar la marcha campo a través de Eugène guiado por el coronel polaco que fingía ser ruso.

 

 

Gracias. No soy fan de los spoilers, pero lo voy a desvelar: Al final Napoleón se despierta y descubre que todo ha sido un sueño