El Archiduque Carlos, comandante austriaco en las Guerras Napoleónicas
Este archiduque austríaco, hijo del Emperador Leopoldo II, fue uno de los principales adversarios de Napoléon en las guerras que durante más de 15 años reinaron en el escenario europeo. Fue el primero que logró derrotar de manera fuerte al francés, aunque en su mayor momento, poco hizo para aprovechar esa victoria. Fue el 3 hijo del emperador Leopoldo II y de la infanta María Luisa de España y hermano del futuro emperador Francisco II, nacido en Septiembre de 1771 en la ciudad de Florencia (Italia), ya que su padre era para ese entonces el Gran Duque de Toscana. En esta región su padre no era muy querido debido a su disposición fría y a que era muy retraído y poco comunicativo, además de ser considerado un casanova por los numerosos affaires extramaritales en los que incurría continuamente; sin embargo, la inteligente administración que llevo a cabo trajo consigo un nivel de prosperidad, gracias adicionalmente, a la introducción de un sistema racional de impuestos que ayudó al resurgimiento de la industria, algo golpeada por sus antecesores los Medici.
Emperador Leopoldo II, padre de Carlos
Siendo pequeño su padre lo entregó a su tía la archiduquesa María Cristina de Austria y a su marido el príncipe Alberto de Sajonia-Teschen, quienes habían perdido a su única hija siendo bebé, además de quedar imposibilitada de tener más niños. Bajo la tutela de su tía fue criado en Viena, hasta que a la pareja le fue encomendado el gobierno de los Países Bajos austriacos (Bélgica y parte de Holanda) desde 1781, por lo que el joven príncipe se trasladó a vivir a la ciudad de Bruselas. Durante su vivencia en dicho lugar vivió la rebelión del Brabante en 1790 y el inicio de las guerras revolucionarias francesas.
Su vida militar da inicio pronto y comanda una brigada a sus 21 años en la batalla de Jemappes (1792) en el ala derecha austríaca, donde un inexperto ejército francés “venció” a los austriacos, a pesar de que sus pérdidas fueron mayores. Al año siguiente se destaca en el combate de Aldenhoven y la Batalla de Neerwinden, con resultados opuestos para las armas imperiales. En el mismo 1793 se volvió por un corto período de tiempo gobernador o encargado (Statthaltter) de las provincias y luego asciende a comandante en jefe del ejército, todo ello a la corta edad de 22 años. Con altos mandos del ejército, llegó a la batalla de Fleurus (1794), victoria francesa que permitió la desmembración de los Países bajos austriacos; en dicha batalla, Carlos estuvo al frente de la 4 Columna obedeciendo las órdenes del mariscal príncipe Josías de Coburgo.
Archiduque Carlos
Cuando terminó la campaña belga, fue trasladado al ejército del Rin donde estuvo operando hasta que tuvo que ir a descansar a Viena debido a sus problemas de salud, habituales desde su infancia. Allí Carl von Lindenau, un general surgido en la escuela prusiana, lo tomó bajo su respaldo y bajo el cual siguió por toda su carrera. En 1796 regresa al Rin y es nombrado comandante de todas las fuerzas en esa zona, donde se vio obligado a maniobrar con efectivos inferiores a los franceses, pero de los cuales supo sacar grandes resultados, retrocediendo primero, para luego volver sobre sus pasos y atacar a Jourdan derrotándolo en Amberg y aplastándolo en Wurzburg, donde el francés creía tener superioridad numérica pero la llegada de refuerzos y el buen comando del archiduque. Los franceses de Jourdan se retiran bajo la persecución austriaca, teniendo siempre cuidado Carlos de mantenerlos separados del cuerpo de Moreau, obligándolos a levantar el sitio de Mainz y por último haciendo que crucen a la orilla izquierda del Rin a la altura de Dusseldorf. Logrado lo anterior el archiduque deja un cuerpo de ejército vigilando el sector y se dirige al sur para enfrentar a Moreau, a quien obliga a huir a través de la Selva Negra hasta el enfrentamiento de Emmendingen donde la retirada de las fuerzas francesas marcó el destino de la campaña, logrando Carlos que su adversario cruzara el río y solicitara un armisticio el cual fue bien aceptado de buen grado por el austríaco, aunque posteriormente el gobierno central se negó ratificarlo.
En 1797 su hermano el emperador Francisco lo envía combatir contra el imponente avance de Napoleón Bonaparte en el norte de Italia, pero poco pudo hacer el archiduque, conduciendo la retirada de la mejor manera posible. En el primer encuentro entre los dos, la Batalla de Tarvis, la confusión fue fuerte, pero tras 3 días de combate, los franceses capturan más de 3500 enemigos y obligan al retroceso austriaco. Bonaparte solicita un armisticio, a pesar de ser el ganador, pero sabiendo de la ofensiva de Moreau en Alemania, avanza con sus pocos hombres hasta unos 120 km de Viena, ante esta aparente vanguardia, el gobierno austriaco acepta la propuesta, negociando puntos, muchos de los cuales quedan en el tratado de Campo Formio de octubre de 1797.
De regreso a Viena tiene roces con su hermano el emperador, que no harán más que crecer con el tiempo. Allí permanece hasta que el endeble tratado se rompe y comienza la guerra de la Segunda Coalición (Rusia y Austria) contra la república Francesa
En la campaña de 1799 tomó el mando del ejército en Enero en Augsburgo y tras enterarse de que Jourdan y los franceses cruzan el Rin, se dirige contra ellos y los bate a principios de Marzo en Ostrach y a finales del mismo mes repite victoria en Stockah, aunque Jourdan la reclama para él ante la elevada pérdida de hombres por parte de los austríacos. En mayo avanza hacia Suiza para enfrentarse a Masséna al cual sigue y obliga a retirarse de su posición en Zúrich. Llamado por su jefe es enviado al norte hacia la frontera del Rin, donde toma las fortalezas de Mannheim y Philippsburg, forzando así a los franceses a retirarse hacia el río. El invierno en las orillas de Rin lo envuelve con una enfermedad, haciendo que se retire a Bohemia recuperarse con el cargo de Gobernador militar, en esta posición recibe los restos del derrotado ejército en Hohenlinden en Diciembre de 1800. Esta derrotado, sumado al desastre de Marengo en el norte de Italia, logra que se haga el armisticio de Steyr el 25 de diciembre, ratificado y ampliado con el Tratado de Luneville de febrero de 1801.
Entre 1801 y 1804, período de relativa calma, se desempeñó en el ministerio de Guerra, donde sentó bases para reformas militares y políticas, aunque también tuvo la oportunidad de trabajar en asuntos de desarrollo y política exterior. En 1802, durante la Dieta de Ratisbona, se propuso erigir una estatua en su honor y darle el título de salvador de su país, pero Carlos se negó a ambas distinciones.
A finales de 1804 comienza la guerra de la Tercera Coalición a la cual se una Austria unos meses después luego de que Bonaparte formase un reino en el norte de Italia. En Agosto de 1805, Napoleón invade estados alemanes para vencer a los austríacos antes de que los rusos se les unieran. Por su parte el Archiduque fue enviado a Italia donde tuvo que enfrentarse al tremendo avance francés comandado por André Masséna. Tras la victoria de Ulm y al acelerado progreso de Napoleón hacia Viena, Carlos decide marchar hacia su patria para reforzar las defensas y unirse con los rusos, sin embargo, siente a los hombres de Masséna en sus talones y decide plantarle cara en cercanías de la localidad de Caldiero, donde es batido y debe seguir retrocediendo, esta vez con más desorden y con su retaguardia constantemente vencida por los franceses en diversos encuentros. En su retirada se une con el archiduque Juan para ir hacia Viena y marcha en dirección del campo donde Napoleón bate en Diciembre a rusos y austríacos (Austerlitz). A pesar de esta victoria, Bonaparte sabe que Carlos es un gran rival y envía a Masséna, Soult, Davout y Marmont contra él, hasta que se ve rodeado y finalmente el tratado de Pressburg pone fin a esta guerra.
En este periodo de entre guerras, Carlos pierde poderes políticos, pero a su vez su hermano Francisco de Austria, le da una autoridad casi ilimitada sobre el ejército no sólo como comandante en jefe del ejército austriaco (generalísimo), sino también como Jefe del Consejo de Guerra. Al finalizar la guerra napoleón le ofreció a Carlos un trono, lo cual seguramente levantó la desconfianza de Francisco, por esa razón, el monarca le otorga poderes militares pero siempre vigilado por con concejo que vigilaría las actividades del archiduque.
En los siguientes tres años gracias a su prestigio puso en marcha el plan de reformas que ya había comenzado a cimentar en 1801, para sustituir los métodos obsoletos del ejército propios del siglo XVIII. Adoptó el principio de la nación en armas, el servicio militar obligatorio e introdujo el sistema de cuerpos de ejército tal como estaba la organización y tácticas de los franceses.
Infantería Austríaca en los tiempos de las guerras Napoleónicas (Fuente: Fischer, 2001)
En 1809 comienza la Quinta Coalición donde los prusianos prometen apoyo a los austríacos para luego dar un reverzaso. Carlos por su parte no estaba de acuerdo con una nueva guerra ya que el ejército apenas estaba en fase de reformas, además el ministro de finanzas afirmaba que el esfuerzo bélico traería la ruina del estado. No obstante, los austriacos al mando de Carlos tomaron la iniciativa y tomaron por sorpresa a los franceses y sus aliados en Baviera, poniéndoles en riesgo de verse aislados; Napoleón llega pronto al frente y reorganiza sus ejércitos dejando una guarnición en Regensburg, adonde acude Carlos a sitiarla, enviando a su hermano Luis a enfrentarse a los franceses en Abensberg en Abril de 1809. Lo curioso de esta batalla, perdida por los austriacos, es que el archiduque no se movió a pesar de que tuvo la oportunidad de intervenir con sus fuerzas y salvar el encuentro; se menciona que fue un ataque epiléptico (enfermedad que padecía desde la infancia), aunque también se habla de un fallo en su comando. Al día siguiente en Landshut los subordinados de Carlos vuelven a caer ante Napoleón y el próximo día (22 Abril) en la batalla de Eckmuhl un acosado ejército austríaco puso en aprietos a los franceses, pero al final del día los franceses de nuevo eran dueños del campo. Bonaparte da el golpe de mano y cae sobre Viena a mediados de mayo.
Esquema del inicio de la campaña en 1809. Batallas de Abensberg, Landshut y Eckmuhl (Fuente: Modificado de Fischer, 2001)
Asalto al puente en la batalla de Landshut (Fuente: Fischer, 2001)
Una vez en Viena el emperador francés sabe que su enemigo Carlos estaba cerca al otro lado del Danubio, por lo que Napoleón construye un puente para cruzarlo, pero al no creer que encontraría resistencia en ese sitio no lo protege. Pronto el archiduque se da cuenta y con 5 columnas ataca las posiciones y el puente francés en la batalla de Aspern-Essling, la cual tras varios cambios de dueños de esos pueblos, hasta que el agotamiento de ambas partes y el consecuente retiro francés le da la victoria a Carlos y la primera derrota grande del emperador francés. No obstante, Carlos no toma ventaja de esto y durante mes y medio se queda detenido y pierde una oportunidad de oro.
Archiduque Carlos en su momento de gloria en la batalla de Aspern-Essling
Esquema de la batalla de Aspern-Essling, victoria de Carlos ante Napoleón (Fuente: Modificado de Fischer, 2001)
Bonaparte toma más cuidados y 6 semanas después cruza el río y ataca el 5 julio a Carlos, batiéndolo brillantemente en Wagram, aunque en el campo quedaron 50000 soldados de ambos bandos entre heridos y muertos. El archiduque aún con una fuerza considerable disponible se retira a Bohemia, pero los franceses no le dan tregua y lo enfrentan en la batalla de Znaim, a pesar de que Carlos se da cuenta que no podría resistir mucho y pide armisticio a Napoleón, Marmont y Masséna rehúsan hacer caso de la tregua y lo atacan aunque con menos soldados el 12 de julio; el encuentro no se define para ninguno hasta que el 2 día Napoleón llega al campo y ordena la detención de las operaciones. Finalmente y tras ser derrotada de nuevo Austria firma el tratado de Schӧnbrunn por el cual Austria perdía el 20% de su población y Bonaparte se casa con la hija del emperador y sobrina de Carlos.
Napoléon verificando el puente para cruzar el Danubio, antes d ela batalla de Wagram (Fuente: Fischer, 2001)
Tras esta última batalla Carlos renuncia a todos sus poderes militares, en parte, obligado por su hermano el emperador y se retira a una vida más tranquila a sus 38 años.
Cuando Austria entra en la guerra de la Sexta Coalición en 1812, el canciller Metternich le ofrece el puesto de comandante del contingente austríaco, pero Carlos no acepta, lo cual hace que el canciller se moleste y no le permita luego participar en la guerra en suelo alemán durante el año de 1813. En 1815 se casa con la princesa Enriqueta de Nassau-Weilburg, 26 años menor que él y con la que tuvo 7 hijos antes de la muerte de ella en 1829 a causa de la escarlatina.
Archiduque Carlos con su esposa e hijos (1832)
En 1822 recibe el ducado de Saxe-Teschen, tras la muerte de su padre adoptivo Alberto y da inicio la dinastía Habsburgo-Lorraine en dicho territorio. El resto de su vida transcurre tranquilamente tenido en cuenta como un referente militar de alto nivel y escribiendo su libro “Fases básicas de la estrategia”, posteriormente traducido a varios idiomas. En 1830 rechaza el ofrecimiento de Metternich de “manejar” la revolución, por lo cual de nuevo fue excluido de cualquier papel en la regencia que siguió a la muerte del emperador Francisco en 1835.
Muere en abril de 1847 en Viena a la edad de 76 años. Es importante mencionar que Carlos fue protector del hijo que tuvo Napoleón con su sobrina (Napoleón II), hasta la muerte de este en 1832.
En conclusión y militarmente hablando, el archiduque se destacó por ser un gran comandante que supo manejar el terreno a su favor, aunque tambipen tuvos sus momentos de duda (Enfermedad?), que le privaron de tomar mayores ventajas. No obstante, es considerado uno de los adversarios más formidables de Napoleón, siendo más conservador que Wellington, aunque el número de veces que Carlos enfrentó a Bonaparte fue mayor que las del inglés, por lo que sería dificil llegar a un juicio final en este apartado.
Autor: Andrés Felipe Arango G.
Bibliografía
http://en.wikipedia.org/wiki/Archduke_Charles,_Duke_of_Teschen
http://en.wikipedia.org/wiki/Leopold_II,_Holy_Roman_Emperor
http://en.wikipedia.org/wiki/War_of_the_Third_Coalition
http://en.wikipedia.org/wiki/Napoleonic_Wars#War_of_the_Fifth_Coalition_1809
Fischer, T. 2001. The Napoleonic Wars, the empires fight back 1808-1812. Series Essential Histories Osprey, 96 pág
Hollins, D. 2004. Austrian Commanders of the Napoleonic Wars 1792-1815. Series Osprey, 67 pág.
Fuente Figuras
A menos que se diga otra cosa, son de wikipedia
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Me encanta ver artículos "napoleónicos"
En conclusión y militarmente hablando, el archiduque se destacó por ser un gran comandante que supo manejar el terreno a su favor, aunque tambipen tuvos sus momentos de duda (Enfermedad?), que le privaron de tomar mayores ventajas. No obstante, es considerado uno de los adversarios más formidables de Napoleón, siendo más conservador que Wellington, aunque el número de veces que Carlos enfrentó a Bonaparte fue mayor que las del inglés, por lo que sería dificil llegar a un juicio final en este apartado.
En mi opinión lo podemos considerar el mejor comandante austriaco de las guerras napoleónicas, un buen táctico y un buen organizador. El problema viene a ser el que mencionas ya que casi siempre parece perseguirle el pesimismo y las dudas sobre la victoria. Por desgracia no la ha estudiado en detalle pero he leido a expertos comentar que la campaña de Carlos de 1796 es una de las obras maestras de la época. La de 1805 creo que es bastante criticable, por un lado compartía el mayoritario sentir de los aliados de que el frente de Italia sería decisivo (y el propio Napoleón marcharía hacia allí) y por otro cuando esto no fue así desaprovechó su superioridad sobre Massena. En la de 1809 le faltó algo de empuje al principio para aprovechar el desorden francés, tuvo un gran éxito en Aspern pero buena parte es debido a un fallo garrafal de Napoleón. En Wagram lucha muy bien, tal vez de manera excesivamente correcta y que contrasta con la actitud de Napoleón durante la batalla que no deja de correr riesgos consiguiendo que masacren a varios de sus cuerpos pero alzándose con la victoria.
Lo considero un gran comandante pero echo en falta es fé inquebrantable en la victoria que tenían gente como Napoleón, Wellington, Suvorov o incluso gente de menos talento como Blücher.
Saludos.
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