Gaugamela: una victoriosa batalla campal
En la batalla de Gaugamela alcanzó el ejército de Alejandro su máxima eficacia. Rehusando a su flanco derecho para evitar ser flanqueado, aprovechó un hueco en el centro de la línea persa para lanzar sobre él a su caballería pesada (los "compañeros" del rey) y su falange. Aún superado en número, la soberbia estructura y disciplina del ejército macedonio le facilitó la victoria.
La batalla decisiva de las campañas de Alejandro Magno tuvo lugar, cerca del río Tigris, en la llanura de Gaugamela, hacia el 1 de octubre del año 331 a.C.
El ejército macedonio contaba con unos 40.000 infantes y 7.000 jinetes. Los efectivos persas son prácticamente imposibles de determinar ya que las cifras que barajan las fuentes son desmesuradas: Arriano habla de 1.000.000 de infantes y 40.000 jinetes. Lo que sí está claro es que el ejército persa era más numeroso que el de Alejandro, su línea de batalla mucho más larga y mucho más potente en caballería, pero gran parte de las levas de infantería de segunda línea eran completamente inútiles. La única infantería sólida era al formada por alrededor de 4.000 hombres entre mercenarios griegos y la Guardia Real a pie (los meloforos): escasos y desmoralizados poco podían hacer contra la mucho más numerosa infantería greco-macedonia.
En cambio, los 34.000 jinetes de buena calidad en la línea principal explican la revolucionaria táctica adoptada por Darío, junto con la presencia de algunos elefantes y unos 200 carros falcados. El número de las levas de retaguardia es irrelevante porque no jugaron ningún papel en la batalla, que había de ser ganada por la superioridad de la caballería persa.
Cuadro de la batalla de Gaugamela.Pintura de Jan Brueghel el Viejo (1602)
(Fuente: Wikimedia Commons)
El ejército persa había acampado cerca de Gaugamela («La Casa del Camello»), una ciudad situada al lado del río Bumodus,a 75 millas al oeste de Arbela. Dándose cuenta del error cometido en Isso, Darío había elegido una amplia llanura como campo de batalla donde aplicar su táctica, en la que se basaba en aprovechar la superioridad de su caballería para envolver por ambos flancos al ejército macedonio: si se destruían sus alas, la terrible falange carecería de la capacidad de obtener una victoria decisiva. El motivo de combatir en la llanura era favorecer, a parte del empleo de la caballería, el ataque de sus carros, destinados a desordenar y frenar el avance de la infantería macedonia.
Soldado hipaspista macedonio de la Guardia real de Alejandro
(Fuente: Warry (1994), pág. 14)
En cuanto supo Alejandro que Darío le esperaba, detuvo su avance y estableció un campamento fortificándolo con un foso y una empalizada donde dejó su bagaje y sus animales de carga, junto a los acompañantes, tropas no combatientes y prisioneros para, por la noche, avanzar en orden de batalla, ligero de equipo, a excepción de las armas. Su objetivo era enfrentarse al enemigo al amanecer. Los campamentos de ambos ejércitos estaban separados unas siete millas y no eran visibles entre sí.
Alejandro se acercó hasta divisar las posiciones persas, desplegó a su ejército para la batalla, celebró un consejo con sus oficiales y decidió vivaquear, en las posiciones ocupadas, manteniendo el despliegue al tiempo que reconocía el terreno elegido por Darío. A pesar de que alguno de sus generales, como Parmenio, le instaron a realizar un ataque nocturno, Alejandro prefería realizar sus combates con luz diurna.
El orden de batalla persa se conoce con cierta precisión, ya que se recuperaron las órdenes escritas de Darío después de la batalla. El ala izquierda, frente al mismo Alejandro situado a la derecha de la línea de frente macedonia, era mantenida por la caballería bactriana con los escitas asiáticos y arichotianos. Los persas se posicionaron en el centro donde se situaba el rey con su séquito. El ala derecha estaba protegida por tropas sirias, mesopotámicas y del Golfo Pérsico; una fuerza avanzada protegía el ala izquierda, compuesta por la caballería escita, 1.000 bactrianos y 100 cuádrigas con guadañas acopladas a las ruedas. Los elefantes, junto a 50 cuádrigas, estaban situados frente al propio Darío. Los mercenarios griegos, con las tropas persas de la Guardia Real estaban desplegados en el sector central y eran las únicas tropas fiables para poder enfrentarse a la falange macedonia.
Guardia Real Persa "Los Inmortales"
(Fuente: http://www.miniaturasjm.com/uniformologia/uniformes-los-persas/)
En ninguna de las batallas de Alejandro se pusieron de manifiesto sus cálculos tácticos como en Gaugamela. Conocedor de que la falange quedaría aislada casi con toda seguridad mientras él y su caballería operaban en el extremo derecho, tomó medidas especiales para salvaguardar su posición.
Primero reforzó con una doble formación la retaguardia para que, en caso de fueran rodeados, pudiera dar media vuelta y enfrentarse al enemigo en dirección contraria. Dispuso también los medios para que la falange pudiera extender su línea o cerrar sus filas en el último instante antes de que se iniciara la batalla, y para protegerla apostó unidades de protección de arqueros agrianos y macedonios, en formaciones curvas, en ambos flancos.
La táctica de Alejandro consistía en avanzare en oblicuo, rehusando su flanco izquierdo para dificultar ese doble envolvimiento, y golpear con su caballería pesada, apoyada por la falange, en el centro de la línea persa donde aguardaba Darío.
El plan general favorecía a Darío, ofreciéndole todas las oportunidades para explotar su superioridad numérica. Los primeros ataque persas sobre el extremo del ala derecha macedonia fueron contrarrestados por Alejandro con cierta dificultad (A y B en el mapa), mientras que el ataque de los carros aqueménidas, con sus guadañas en las ruedas, sobre la falange fracasó por completo (C). Justo en ese momento, cuando buena parte del centro‑izquierda persa se desplazó para apoyar el ataque sobre el flanco derecho macedonio, abriendo un hueco en su línea (D), Alejandro se lanzó por la brecha con sus "compañeros" en cuña, apoyados por los hipapistas y la falange (E), directamente sobre el lugar donde el mismo Darío estaba situado.
Fases de la batalla de Gaugamela. Se aprecia el avance en orden oblicuo del ejército de Alejandro.
(Fuente: Quesada (2008), pág. 152)
Darío huyó abandonando a su ejército, como ya lo había hecho en Isso, y desde ese momento la batalla estaba perdida, pese a que el ataque persa sobre el ala izquierda macedonia (F) creaba grandes dificultades a Parmenio, e incluso aunque otro ataque menor de la caballería persa penetró el centro macedonio por un hueco entre los batallones de la falange (G), llegando al campamento de bagajes macedonio, que fueron saqueados. Parmenio, muy presionado en el ala izquierda macedonia, requirió la ayuda de Alejandro.
La formación de retaguardia de la falange, que había sido especialmente situada y entrenada para hacer frente a una rotura de la línea como la que se había producido, giró sobre sí misma y avanzó rápidamente para rescatar el campamento, amenazando al mismo tiempo a la caballería persa que se había vuelto contra el ala de Parmenio. Se supone que tuvieron que dividir sus fuerzas para poder conseguir ese doble objetivo.
Esto fue una demostración del control y disciplina de Alejandro que fue capaz de hacer volver a sus hombres de una fácil y satisfactoria persecución del enemigo en fuga y con ello responder a la llamada de Parmenio
La operación de ayuda de Alejandro, junto con la falange de retaguardia, eliminó la amenaza a la derecha de Parmenio, y la caballería macedónica estuvo entonces en mejores condiciones para enfrentarse al movimiento envolvente de Mazaeus, jefe de la caballería de Darío del ala derecha persa. Éste había avanzado perdiendo el contacto con el rey, y durante cierto tiempo no fue consciente de la huída de Darío y del derrumbe del ejército persa en el centro y en el ala izquierda. Fue la caballería tesalia la que tomó directamente la ofensiva contra las tropas de Mazaeus que cedían terreno ante ellos.
Disposición de la Falange macedonia
Alejandro se lanzó a la persecución de Darío, seguido por su ejército al completo que acosaba a un ejército persa en plena huida. Lo persiguió hasta el anochecer, cruzó el río Lycus y tras dar un descanso a sus hombres reanudó la persecución, esperaba capturar a Darío en la ciudad de Arbela, 75 millas al oeste del campo de batalla. Darío no fue hallado allí, su tesoro y posesiones fueron capturados por Alejandro, su cuádriga y sus armas.
Los historiadores de la Antigüedad dan cifras diferentes de las bajas producidas en la batalla, la mayoría difíciles de creer. Según Arriano, Alejandro sufrió sólo 100 muertos entre sus soldados y 1.000 caballos, mientras que la pérdidas persa fueron unos 300.000 muertos y un número similar de prisioneros
La victoria de Alejandro fue completa y con un coste escaso, aunque no fácil, solamente fracasó en su intento de capturar a Darío. Al final de la batalla Darío era un fugitivo sin capacidad de recuperar su reino y poco después moriría asesinado.
Autor: Jandres
BIBLIOGRAFÍA
Quesada, F. (2008). Armas de Grecia y Roma. Madrid: La esfera de los Libros.
Ramírez, J.A. (dir.) (1996). Historia del Arte. El mundo antiguo. Madrid: Alianza.
Sekunda, N. (1994). Ejércitos y Batallas: El Ejército Persa 560-330 a.C. Madrid: Osprey
Warry, J. (1994). Ejércitos y Batallas: Alejandro 334-323 a.C. La conquista del Imperio Persa. Madrid: Osprey
- Historia de la Edad Antigua
- Alejandro
- Falange
- Historia militar
- Persas
- Táctica
- Antigua
- Militar
- jandres's blog
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios
Siento discernir contigo Jandres, pero yo no creo que el ejercito persa fuera de tan baja calidad. Poseian una de las mejores caballerias del mundo, incluso mejor protegida que la macedonia o tesalia, como eran las de bactria, sogdia, los sakas, etc. Solo la capacidad de atacar en escuadrones relevandose continuamente de la alejandrina le pudo otorgar superioridad en algunas ocasiones, en otras fue derrotada. De hecho sabemos por Curcio que a los macedonios les imponian el aspecto temible de dicha caballeria.
Los mercenarios griegos eran parangonables a los macedonios, y en mayor numero en Isos, ademas de los cardaces. En Gaugamela solo eran superados los meloforos y los griegos en 2000 hombres, por tanto ocupaban un frente similar a la infanteria persa. Sin embargo, en caballeria, la diferencia era enorme. Solo la tactica tremenda de Alejandro les permitio ganar. Para los que ven a los persas como una presa facil, solo recordarles como acabaron los 10.000 hombres de Parmenio contra Memnon de Rodas, que tenia solo 4.000 griegos. Este comando en Granico y su sucesor Timondas en Issos.
El Imperio persa no cayo en 3 batallas, eso no es asi. Tenemos Isos, Gaugamela, Granico, los asedios de Gaza, Tiro, Mileto, Halicarnaso, guerra de guerrillas en Media, la emboscada que le pudo costar una derrota total en las puertas Persas, y todavia quedan las satrapias orientales, con sus decenas de asedios, guerra de guerrillas, un ejercito macedonio aniquilado, etc, etc.
¡Hola!
Aunque este es un tema muy viejo, me gusto mucho la exposición que hace Jandres de la victoria mas importante de uno de los mas grandes capitanes de la Antiguedad (quizá el mas grande, pero ese es otro debate); aprovecho para felicitarlo por su magnifico trabajo. Solamente me gustaria hacer un par de comentarios.
A pesar de la mejor calidad de las tropas griegas y macedónicas, especialmente a lo que en infanteria se refiere, Darío contaba con dos bazas importantes: su abrumadora superioridad numérica y el terreno abierto que le permitía desbordar al ejército de Alejandro con relativa facilidad. Con esto quiero realzar mas aun el genio táctico de Alejandro, el cual organizo a su ejército de tal manera que evitara este peligro como bien dice Jandres.
Pero a pesar de sus extraordinarias victorias y su sorprendente campaña, sinceramente no creo que Alejandro fuera el responsable de la caída del imperio persa. En mi opinión, dicho imperio ya no era capaz de mantener una unidad cohesiva ni una organización políticamente fuerte, lo que equivale a decir que el imperio ya se encontraba en proceso de desmoronamiento.
En fin, perdón por llegar tan tarde al debate
Saludos
Hola! Interesante, como estratega es genial, Alejandro, no cabe duda. La inteligencia espacial la tenía superdotada. Con un vistazo ya sabía lo que tenía que hacer.
Saludos
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios
Querido amigo Javier,
Efectivamente tienes toda la razón al comentar que el ejército persa no era rival para el ejércitpo macedonio de Alejandro, mucho mejor preparado física, táctica y técnicamente. El ejército persa no era un ejército técnicamente bien preparado ya que basaba su potencia en la cantidad y no en la calidad, a excepción, como bien apuntas, de los Inmortales (La Guardia personal del rey) y de la Caballería.
Por esto a Alejandro no le fue difícil derrotarlo en todos los enfrentamientos que tuvieron. Los macedonios eran un ejército, podriamos decir, "profesional" ya que sus componentes eran ciudadanos que luchaban por su país con Alejandro, que anunque su rey , era su igual. Le bastó con tres batallas importantes. Issos, Gránico y Gaugamela, para descomponer por completo a los persas.
Hay que tener en cuenta que en el Mundo Antiguo, las batallas eran cuerpp a cuerpo y terriblemente crueles y cuando salía un general virtuoso y genial, su visión del combate era muy superior a la de su enemigo y sus movimientos propiciaban que con un ejército menor, mejor preparado y mucho más móvil que su oponente le derrotara aunque fuese muy inferior en número. Lo mismo le sucedió posteriormente a Julio César y ya en el siglo XVIII a Napoleón.
Recuerda la gesta de Leónidas y sus trescientos espartanos que en el paso de las Termópilas consiguieron detener a todo el ejército persa hasta que los griegos formasen una coalición para hacerles frente.