La Guerra Civil del año de los cuatro emperadores
El principado establecido por Augusto había nacido después de terribles guerras civiles. No estuvo exento de problemas tras la muerte de Augusto, pero durante casi un siglo había conseguido evitar que volviera a haber una guerra civil. Sin embargo bajo el reinado del quinto emperador, Nerón, la situación iba a cambiar. La dinastía Julio-Claudia tendría un violento fin y había varios candidatos a sucederla.
El Fin de Nerón
Antecedentes
Nerón gobernaba Roma desde el año 54 d.C. No era precisamente un gobernante excesivamente brillante ni universalmente querido pero su popularidad, aunque decreciente, era aceptable hasta el año 64. En ese año un terrible fuego destruye una parte de importante de Roma. El coste de reconstruir Roma implicaba subir unos impuestos que ya eran considerados excesivos en muchas partes, generando gran malestar en Italia y las provincias(1). Nerón además aprovechó la destrucción causada por el fuego para diseñarse un nuevo, caro, enorme y grandioso palacio, la domus aurea, para lo cual se expropió a la fuerza muchas fincas pertenecientes a la clase senatorial. Un efecto colateral a ésta construcción es que dio lugar a la sospecha de que el propio Nerón era el responsable del incendio. La falta de fondos también provocó alguna interrupción en la distribución gratuita de grano en Roma y en el pago del salario de algunas tropas. Estos hechos provocaron que la caída de popularidad de Nerón cogiera mucha mayor velocidad.
Las antorchas de Nerón, por Henrik Siemiradzki (fuente: Wikimedia). En un intentó de recuperar popularidad Nerón acusó a los cristianos de ser los responsables del incendio de Roma.
En los últimos años Nerón había ido eliminando a los últimos descendientes de Augusto a los que veía como directos rivales. Lejos de ganar con ello seguridad y dado que carecía de heredero, el resultado fue el contrario ya que ahora cobraba fuerza la opción de un emperador no perteneciente a la dinastía de Augusto, con lo cual el número de rivales a vigilar se incrementó. Los temores de Nerón aumentaron e inició una campaña de eliminación de conspiradores reales o imaginados. Sin embargo estas conspiraciones no le disuadieron de afrontar su gran sueño que era hacer una larga “gira” por Grecia, donde sin duda sería apreciado su talento artístico, que inicia a finales del 66. Su ausencia y el claro desprecio que ésta gira supone hacia la “tradicional” sociedad romana, minan aún más su popularidad entre la élite senatorial. Finalmente su liberto Helio, que dirige las cosas desde Roma, acude en enero del 68 a Grecia y le obliga a volver ante el cariz que está tomando la situación. Durante la vuelta se enteran que ha estallado una rebelión.
Rebelión de Vindex
Cayo Julio Vindex era un senador descendiente de la antigua realeza aquitana que ejercía el cargo de gobernador de la provincia de Gallia Lugdunensis. Insatisfecho con Nerón al que ve como un payaso y preocupado por la gran carga fiscal que soportaba su provincia y en general todo el Imperio, se dedica a contactar con otros gobernadores de cara a expulsar a Nerón del trono (alguno de ellos llegó a denunciarlo). Tradicionalmente se nos presenta como un amante de la libertad y del buen gobierno que no busca el trono para sí, sino poner al mejor hombre. Lo cierto es que difícilmente podría haber aspirado al trono en esa época del Imperio debido a su origen galo, la relativa juventud de su familia dentro del Senado y el no disponer de ninguna legión a su mando directo. Vindex reunió a sus conciudadanos y declaró que ya no le debía lealtad a Nerón, enumerando sus crímenes, agravios y denunciando sus bufonadas “artísticas”.
Mapa del Imperio Romano (fuente:http://www.unc.edu/awmc/)
El guante lanzado por la rebelión de Vindex fue recogido por el gobernador de la Hispania Tarraconensis, Galba, que se rebela en abril del 68 recibiendo el apoyo de Vindex como hombre idóneo para reemplazar a Nerón. Galba cuenta con una legión (VI Victrix) y recluta otra nueva (VII(2)). Cuenta con el apoyo del gobernador de la Lusitania (Otón) y la oposición del de la Baetica que es ejecutado y reemplazado por un hombre leal a Galba. Tras solucionar su retaguardia, Galba se dispone a marchar sobre Roma.
Otro en rebelarse fue el legado de la III Augusta en el norte de África (Africa Proconsularis), Lucio Clodio Macer, que expulsó al gobernador de la provincia e interrumpió el envío de grano a Roma(3). Macer no apoyaba a Galba y es posible que se viera a sí mismo como un candidato alternativo a suceder a Nerón.
Vindex había reunido una milicia provincial de 20000 hombres en la Galia y procedió a asediar la importante ciudad de Lugdunum que permanecía fiel a Nerón. El asedio se interrumpió cuando le llegaron noticias de que el comandante de las legiones de la Germania Superior, Lucio Verginio Rufo, marchaba con sus fuerzas hacia la Galia. Vindex acudió a su encuentro, posiblemente había tenido contacto con él y tenía esperanzas de que se uniera a la rebelión; de hecho Rufo no parece que siguiera ordenes directas de Nerón. Lo que sucedió a continuación no está claro: puede que Rufo fuera leal a Nerón, puede que aspirara él mismo a ser emperador o incluso algunos creen que la situación se les fue de las manos y ambos ejércitos empezaron a combatir sin ordenes y por su cuenta y riesgo. El caso es que en la batalla de Vesontio, las legiones del Rhin aniquilaron a las milicias de Vindex haciendo valer su mayor número, mejor equipo y superior entrenamiento. Vindex se vio obligado a suicidarse.
Muerte de Nerón
Galba al enterrarse de la muerte de Vindex se retiró a Clunia y se planteó también el suicidio. Afortunadamente para Galba, Nerón había perdido los nervios, probablemente desconfiaba de la lealtad del ejército que estaba reuniendo en el norte de Italia para luchar contra Galba y/o de la lealtad de Rufo. El caso es que Nerón se disponía a huir a Egipto y había abandonado las riendas del gobierno. Viendo la situación, el comandante de los pretorianos, Ninfidio Sabino, convenció a sus hombres (con ayuda de la promesa de un jugoso “donativo”) de que Nerón estaba acabado y rompieron su juramento de lealtad. La pelota pasa al tejado del Senado que declara enemigo público a Nerón y nombra en su lugar a Galba (entre el 8 y el 11 de junio del 68). Nerón por su parte se vería reducido a cometer suicidio, al ser descubierto en su huida.
Muerte de Nerón. (Fuente: heritage-history.com)
Galba (Junio, 68 – Enero, 69)
Galba, emperador
Servio Sulpicio Galba, había nacido en el 3 a.C, procedía de una antigua familia senatorial y era uno de los senadores ex-consulares, por lo tanto parte de la élite política dentro del propio Senado. Por tanto tenía las credenciales suficientes para aspirar a ser emperador salvo la de ser descendiente de Augusto.
En principio sólo Macer en el norte de África se le oponía abiertamente pero fue rápidamente reducido. Rufo, en la Germania Superior, no se opuso abiertamente pero su lealtad era dudosa y además Galba no podía pasar por alto que éste había acabado con su aliado Vindex, por lo que fue sustituido. Por su parte en Roma Ninfidio Sabino, había acumulado mucho poder antes de la llegada de Galba y parecía más leal a sí mismo que a Galba; temiendo éste que Sabino se opusiera por la fuerza a entregar el mando de los pretorianos se organizó su asesinato.
El afianzamiento en el poder de Galba requería de mucho tacto, del cual por lo visto carecía. Pronto Roma se encontró con que Galba trataba con extrema dureza a algunos, con ingratitud a otros, y además se comportaba como un insoportable “snob" (4) y como un tacaño. Su popularidad fue cayendo rápidamente, hasta el punto de que incluso muchos de sus primeros apoyos lo empezaron a considerar un estorbo.
Rebelión de Vitelio y caída de Galba
La crisis estalló el 1 de Enero del 69. Las legiones de Germania Superior se negaron a tomar el juramento anual de lealtad a Galba, a pesar de los intentos de su nuevo comandante, Hordeonio Flacco. Las antiguas legiones de Rufo estaban molestas porque se sentían injustamente castigadas por haber acabado con Vindex, que desde su punto de vista había sido un “galo revoltoso”. Sólo les quedaba encontrar un nuevo emperador al que apoyar y lo iban a encontrar en el comandante de las legiones de Germania Inferior, Aulo Vitelio.
La rebelión de Vitelio es un tanto sorprendente ya que apenas llevaba un mes en su puesto y había sido nombrado directamente por Galba. Se especula que sospechaba que el entorno de Galba estaba pensando acusarle de corrupción en un cargo anterior y librase de él. Quien convenció a Vitelio de rebelarse fue uno de sus legados, Fabio Valente. Valente había hecho grandes esfuerzos en conseguir el apoyo de las legiones de la Inferior para Galba e incluso había ejecutado al antecesor de Vitelio bajo la sospecha de traición; sin embargo no había recibido ninguna recompensa por lo que probablemente decidió buscarse otro emperador que valorara mejor sus iniciativas.
Galba sospechaba que parte de su inestabilidad se debía a la actuación y enorme poder acumulado por varias personas de su entorno, entre las que destacaba Otón que se postulaba claramente a ser nombrado heredero. La reacción de Galba fue presentar el 10 de enero como su heredero a Lucio Calpurnio Pisón(5) un hombre escasamente influyente pero claramente manejable. Otón no estaba dispuesto a soportar esto y se aprovechó del malestar de los pretorianos con el hecho de no haber recibido el donativo prometido en su día a la caída de Nerón para orquestar un golpe de estado. Galba y Pisón fueron asesinados el día 15 por un pequeño grupo de pretorianos y Otón se presentó ante el Senado como el hombre que controlaba Roma, para ser aclamado emperador (Imperator Marcus Otho Caesar Augustus).
Reconstrucción del lacus curtius en el foro de Roma (por Robert Garbisch). Fue en éste lugar donde Galba sería linchado.
Otón (Enero – Abril, 69)
Otón vs Vitelio
A finales de enero tenemos pues a Otón (nacido en el 32 d.C) como emperador en Roma. Rápidamente toma medidas para afianzar su popularidad y distanciarse de Galba. A diferencia de Galba no escatima en fondos para atraerse a la plebe o congraciarse con la élite. Se presenta como sucesor de Nerón, pero el Nerón de los “años buenos” insinuando que en sus últimos años había estado mal aconsejado. La buena noticia de que en Moesia se ha derrotado una incursión sármata es difundida como un buen augurio del nuevo reinado y permite a Otón verter honores sobre el vencedor, dando una imagen de hombre favorecido por la fortuna y generoso. Sorprende el gran éxito propagandístico de Otón, que hasta hace poco tiempo había sido uno de los hombres fuertes de Galba. Se puede decir que aprendió bastante de los errores cometidos por aquel.
Otón también tenía esperanzas de detener la rebelión de Vitelio, pero en este punto clave fracasa. La verdad es que parecía más bien que Vitelio era controlado por las legiones del Rhin y no viceversa. A los legionarios rebeldes les daba igual quien estuviera en Roma: habían visto a los pretorianos poner y quitar emperadores y ahora ellos también querían “jugar a ese juego”. Vitelio consiguió algunos apoyos extra: las legiones de Britania le mandarían unos 8000 hombres de refuerzo, se le unieron las provincias galas y Raetia. En conjunto disponía de unas 10 legiones más auxiliares.
Otón confiaba en que Vitelio se viera bloqueado por la nieve en los Alpes, el tiempo suficiente para que llegarán del resto del Imperio fuerzas leales. Mientras no deshelara el único acceso que tenían los vitelianos a Italia era rodeando los Alpes para usar la carretera costera (la Vía Domitia) que fue bloqueada eficazmente por las fuerzas que tenía a mano Otón: la vanguardia viteliana fue derrotada en la batalla de Forum Julii. Sin embargo un deshielo tempano permitió el paso de los Alpes por 30000 vitelianos al mando de Aulo Cecina. Las tropas de Otón en el norte de Italia se vieron superadas en número pero desarrollaron una lucha eficaz y Cecina sufrió varias derrotas menores (Placentia y Locus Castrorum) y no pudo avanzar hacia Roma. Finalmente el viteliano Valente, que había seguido la ruta costera, consiguió reunirse con Cecina. Vitelio se había quedado atrás (a la altura de Lyon) organizando el reclutamiento y administrando las provincias que ya controlaba.
La primera batalla de Cremona
El ejército otoniano estaba concentrado en la zona de Bedriacum, mientras el viteliano se resguardaba en Cremona (ambas ciudades unidas por la Vía Postumia). Los de Otón dudaban si atacar o esperar más refuerzos, pero al final el emperador ordenó avanzar, pero decidió no acompañar al ejército. El mando recae en el hermano mayor de Otón, Otón Ticiano, que cuenta con la ayuda de varios oficiales entre los que destaca el veterano Suetonio Paulino.
El ejército de Otón en Italia cuenta con las siguientes fuerzas: Guardia Pretoriana, legiones I Adiutrix y XIII Gemina, parte de las legiones VII (Hispana), XI Claudia y XIIII Gemina, y un contingente de gladiadores(6). El grueso de estas tropas participaría en la batalla, aunque es probable que estuvieran ausentes la VII y la XI.
El ejército de Aulo Cecina se componía teóricamente de la XXI Rapax y buena parte de la IIII Macedonica y XXII Primigenia. Su colega Valente contaba con la I Italica, V Alaudae y parte de las I Germanica, XV Primigenia y XVI Gallica. Estas eran sus fuerzas al comienzo de la campaña en Italia por lo que no necesariamente debían estar todas presentes.
La batalla tiene lugar más cerca de Cremona que de Bedriacum, por lo que los otonianos llegan algo cansados y con cierto desorden en sus filas. Además son inferiores en numero a sus rivales. Aun así se lanzan con animo a la lucha. El terreno contiene árboles y viñedos, lo que provoca cierta fragmentación de la lucha. La novata I Adiutrix otoniana planta cara a la XXI Rapax arrebatandole el águila pero perdiendo a su comandantes y varios estandartes. Por su parte la XIII es maltratada por la V viteliana y la XIIII es rodeada por fuerzas superiores. Los vitelianos llevan ventaja y el golpe de gracia llega cuando los auxiliares batavos que han cruzado el río que protege el flanco otoniano eliminan a los gladiadores que custodian el cruce y acometen por el costado a los otonianos provocando la ruptura definitiva. En la huida posterior, el ejército otoniano sería prácticamente destruido.
La figura de la izquierda es un auxiliar batavo. Los batavos tenían gran fama como auxiliares y se reclutaban en grandes cantidades. Un excesivo reclutamiento puede haber sido una de las causas de su posterior sublevación.
Las dos figuras de la derecha son soldados de la I Adiutrix. Esta legión fue formada apresuradamente por Nerón, usando marineros de la Flota, al estallar la revuelta de Galba.
Ilustración de Graham Sumner para Osprey Publishing.
Otón recibió la noticia de la derrota en su puesto de mando a unos 20 km del campo de batalla. Tenía la opción de intentar resistir y confiar en que llegaran más tropas leales en su ayuda. En su lugar decidió despedirse del poder de una manera bastante más digna de aquella con la que lo había conseguido: prohibió perseguir a aquellos que ya desertaban, tomo las medidas que pudo para facilitar la seguridad de sus amigos, repartió su dinero entre sus sirvientes, se despidió de sus más íntimos y finalmente se suicidó en el 16 de abril.
Vitelio (Abril – Diciembre, 69)
Vitelio, emperador
Tras la muerte de Otón, Aulo Vitelio recibió por parte del Senado los poderes imperiales(7). Los historiadores clásicos nos presentan a Vitelio como un glotón y en general como alguien perezoso y poco apropiado para regir el Imperio pero se sospecha que mucha de esa denigración tiene su origen en un intento de hacer quedar bien al victorioso Vespasiano. Le tocaba a Vitelio ganarse el apoyo del resto del Imperio; al Senado le dedicó diversas muestras de respeto, concedió derechos de ciudadanía en las provincias y trato de ganarse a la plebe de Roma. Si hubiera tenido más tiempo, tal vez hubiera tenido más éxito en hacerse popular.
Rebelión de Vespasiano
En Julio se recibe la noticia de que Tito Flavio Vespasiano se ha rebelado. Vespasiano se había estado ocupando hasta entonces de sofocar la rebelión de los judíos(8), pero parece haber planeado rebelarse tras la muerte de Galba, independientemente de que ganara Otón o Vitelio.
Además de sus propias fuerzas contaba con el apoyo de las legiones sirias de Muciano y de las fuerzas de Egipto. Las legiones orientales no tuvieron muchos reparos en apoyar las ambiciones de Vespasiano, tal vez por que veían con suspicacia la preponderancia que acababan de adquirir las legiones del Rhin. Por su parte las legiones del Danubio, se consideraban las perdedoras de la contienda Otón-Vitelio pero conservaban su fuerza. Ellas también estaban dispuestas a rebelarse desde un principio pero al no poder ponerse de acuerdo en un candidato propio, se subieron al carro de Vespasiano.
Uno de los primeros pasos de Vespasiano fue cortar el envío de grano a Roma desde Egipto. Vespasiano instaló su cuartel general en Alejandría, mientras Muciano partía hacia los Balcanes a reunirse con las legiones del Danubio. Muciano se llevó un buen susto al descubrir que Marco Antonio Primo, al mando del ejército del Danubio, no le había esperado y había marchado por su cuenta hacia Italia. En su marcha hicieron varios homenajes a la memoria de Galba pero no se esforzaron demasiado en presentarse como seguidores de Vespasiano, demostrando que iban un poco por libre.
Legionario, auxiliar y jinete romanos (segunda mitad siglo I).
Vitelio mandó un ejército al Norte de Italia, al mando de Cecina, para oponerse a Primo, mientras reclamaba la vuelta de las legiones del Rhin. Sin embargo Vitelio tenia el problema de que había estallado una rebelión entre los batavos (comandados por Civilis que había luchado previamente al frente de una de las unidades auxiliares batavas) y no se podía desguarnecer completamente la frontera del Rhin.
Cecina decidió que lo mejor era aceptar a Vespasiano y evitar un derramamiento de sangre. La flota del Adriático se pasó a Vespasiano pero Cecina no pudo convencer a sus propias tropas y fue hecho preso. Primo comprendió que era el momento ideal para atacar, antes de que pudiera llegar Valente desde Roma para hacerse cargo de los vitelianos.
La segunda batalla de Cremona
Los vitelianos estaban temporalmente al mando de Fabio Fabulo y Casio Longo. El ejército viteliano lo forman: I Italica, V Alaudae, XXI Rapax; parte de las I Germanica, IIII Macedonica, XV Primigenia, XVI Gallica y XXII Primigenia y una pequeña parte de las “britanas” II Augusta, VIII Hispana y XX Valeria Victrix.
El ejército de Antonio Primo se componía de las siguientes unidades: III Gallica, VII Claudia, VII (Hispana), VIII Augusta y XIII Gemina. Estaba situado en la zona de Bediacrum.
La batalla empieza con un imprudente ataque de una parte de la caballería flaviana que es rechazado por la viteliana. Ambos ejércitos salen en apoyo de sus respectivas caballerías, consiguiendo Primo rechazar a la triunfante caballería viteliana. Ahora le toca el turno a la viteliana de buscar la protección de sus compañeros, perseguidos por la caballería rival y los auxiliares de las legiones moesias. Sin embargo los vitelianos se desordenan y las legiones I y XXI son rechazadas hacia Cremona.
Empieza a caer la noche cuando ya Primo consigue reunir todo su ejército frente a Cremona donde a los vitelianos les ha llegado un refuerzo de 6 legiones. Primo dispuso a sus tropas a izquierda y derecha de la Vía Postumia y se dispuso a esperar al día siguiente. Sin embargo los vitelianos a pesar de haber estado marchando varias horas no quisieron descansar en Cremona y se lanzaron al ataque.
La confusión es enorme: es de noche, no se puede distinguir amigo de enemigo(9), las contraseñas de tanto gritarlas y repetirlas son conocidas por todos, soldados buscan reunirse con su estandarte y se lo encuentran en manos ajenas... La aparición de la luna (que había estado parte de la noche oculta) favoreció más a los flavianos ya que permitió a Primo recuperar cierto control de la batalla, además los vitelianos quedaron iluminados por la luz de la luna mientras que tenían que luchar contra soldados favorecidos por la sombra.
Finalmente llegó el amanecer y la flaviana III Gallica, que antes de pasar al Danubio había sido reclutada en Siria, se giró e hizo el ritual oriental de saludar al Sol. Los vitelianos vacilan creyendo que el saludo se dirige a las fuerzas de Muciano que saben que está de camino. Primo aprovecha la vacilación para lanzarse al ataque y ponerlos en fuga.
Quedaba un último escollo para rematar a los vitelianos ya que Cremona estaba bien fortificada. Los vitelianos se resisten ferozmente y los flavianos (avanzando en testudo) flaquean pero la promesa de permitirles saquear la ciudad les reanima. Finalmente toman las murallas, los vitelianos son destruidos y Cremona es arrasada salvajemente (durante cuatro días).
Esta escena ilustrada por Graham Sumner (fuente: www.studio88.co.uk) corresponde a los siguientes fragmentos de Tácito acerca de la 2ª batalla de Cremona:
Julio Mansueto, de Hispania, alistado en la legión Rapax, había dejado en su tierra un hijo de tierna edad; el cual, hecho hombre, y escrito por Galba entre los de la séptima legión, encontrándose con el padre, y echándolo herido en tierra, mientras así como estaba agonizando, lo mira, conocido por él, abraza el cuerpo desangrado, y llorando tiernamente, suplicaba a los manes paternos, que, aplacados con él, no le tuviesen por parricida... Considerando pues la gravedad del caso primero los que estaban más cerca, y después otros muchos, se acabó de publicar por todo la maravilla, la compasión, y el aborrecimiento de guerra tan cruel. Mas no por esto se iban a la mano en despojar a los parientes, amigos y hermanos muertos; confesando el mal, y no excusando el cometerle.
Caída de Vitelio
Tras Cremona, Vitelio tenía la posibilidad de optar por el honorable suicidio o intentar resistir a toda costa. Lo cierto es que todavía tenía las cohortes pretorianas y parte de los destacamentos del Rhin, que se habían quedado en Roma. Inicialmente parece que alentaba la esperanza de que Primo y Muciano se enzarzaran entre sí, lo cual le ofrecería una oportunidad de recuperarse; pero no tardó en comprender que su situación era desesperada. Intentó renunciar a sus poderes pero los legionarios y pretorianos se lo impidieron. Vitelio estaba perdiendo el control de sus seguidores mientras Primo estaba a la expectativa de ver como se desarrollaban los acontecimientos en Roma.
El final se precipitó cuando una unidad de caballería, al mando de Petilio Cerial (un ahijado de Vespasiano) intentó sin éxito penetrar en Roma tal vez para rescatar a los familiares de Vespasiano que se encontraban allí. Los vitelianos en represalia se lanzaron contra los flavios; varios de ellos fueron asesinados entre los cuales estaba el hermano de Vespasiano, Flavio Sabino(10); mientras que Domiciano, hijo de Vespasiano, tuvo que huir disfrazado. Durante estos altercados empezó un fuego que asolaría la Colina Capitolina.
Finalmente Primo se sintió obligado a actuar y marchó sobre Roma (entrando el 20 o 21 de diciembre). Vitelio intentó huir tanto de Primo como de sus propios soldados pero fue descubierto, arrastrado hasta el Foro y asesinado por una turba enfurecida el 22 de diciembre.
La muerte de Vitelio (por Charles-Gustave Housez).
Vespasiano (diciembre 69 - junio 79)
La entrada en Roma de Primo estuvo lejos de ser pacífica, por un lado había encontrado bastante resistencia y finalmente la situación degeneró en un saqueo. Por su parte Muciano, consiguió finalmente alcanzar también Roma en unos pocos días; la situación era confusa y no se fiaba de Primo por lo que puso manos a la obra para aislarlo y conseguir que se reconociera a Vespasiano inequívocamente como emperador. Gracias a las buenas artes de Muciano se consiguió evitar que las legiones del Danubio buscaran un candidato alternativo y Antonio Primo vio acabada su carrera política.
Vespasiano acompañado de un cornicen (izqda) y un imaginifer (dcha).
Quedaba el problema de las legiones de Germania que se seguían negando a aceptar a Vespasiano y de hecho asesinaron al legado Hordeonio Flacco cuando intentó que juraran lealtad al nuevo emperador. Sin embargo tenían sus propios problemas con la rebelión de Civilis y los batavos(11).
En un principio Julio Civilis había sido animado a resistir a los vitelianos por el propio Vespasiano, poniendo en serios apuros a Flacco. Civilis consiguió reunir varias tribus (cananefates y frisones) y un par de victorias sobre los intentos de Flacco de subyugarle, aunque sus fuerzas también sufrieron un par de derrotas cuando intentó tomar la base legionaria de Vetera.
La situación era muy embarazosa para Vespasiano ya que Civilis y Tutor, los ahora lideres de la rebelión se negaron a reconocer su autoridad y estaban montando un imperio galo-romano. Ya no se trataba de una rebelión anti-Vitelio sino claramente de una rebelión contra las bases del Imperio (pero no necesariamente contra el hecho de ser romanos). Vespasiano tuvo que mandar a Petilio Cereal a encargarse de la situación. Algunas unidades romanas desmoralizadas por la confusión reinante se pasaron al “Imperio Gallico” y Civilis volvió a Vetera destruyendo a sus dos disminuidas legiones cuando abandonaban la ciudad.
De todas formas el resultado practico era que el maltrecho ejército de Alemania ya no estaba en condiciones de ser una amenaza y parte de sus restos volvieron al redil. Vespasiano aprovechó la situación para disolver 4 legiones y reemplazarlas por otras. En cuanto a Civilis, se mandó un potente ejército al mando de Petilio Cereal que lo derrotó y negoció la vuelta de los batavos al servicio al Imperio.
Por su parte las legiones britanas no resultaron tan hostiles. Para mantenerlas distraídas se les organizó una campaña contra los brigantes y un programa de mejora de sus asentamientos.
Despedida de los seguidores de Civilis de sus familias.
Solucionadas las posibles amenazas militares a corto plazo, Vespasiano pudo trabajar con más calma para ganarse el favor popular y demostrar a los romanos que tenían un buen gobernante(12). El nuevo emperador, Titus Flavius Caesar Vespasianus Augustus (nacido en el año 9) tenía dos hijos adultos (Tito y Domiciano) que aportaban una garantía de estabilidad en la sucesión. Además el mayor estaba ganando fama militar acabando con los últimos retazos de la revuelta judía y después sería puesto al mando de los siempre problemáticos pretorianos. En contra tenía que su familia pertenecía desde hace muy poco al orden senatorial.
Los romanos, satisfechos, vieron como se alejaba el espectro de la guerra civil y volvía la paz y concordia al Imperio. Vespasiano haría inscribir el siguiente lema en varias monedas: ROMA RESVRGENS, PAX P. ROMANI, LIBERTAS RESTITVTA, AETERNITAS P.R., CONCORDIA SENATVI.
Autor: Flavius Stilicho
Fuentes:
-
The Cambridge Ancient History, vol. X: The Augustan Empire (43 B.C. - 69 A.D.)
-
Las Historias de Cayo Cornelio Tácito ().
Notas:
(1) La chispa que hizo saltar la famosa rebelión judía del 66 fue la incautación por la fuerza de parte del tesoro del Templo de Jerusalén sobre la base de que los judíos debían dinero al “fisco” romano.
(2) Se la suele nombrar como VII Galbiana o VII Hispana, pero son nombres extraoficiales para poder diferenciarla. En la época de Vespasiano recibe el nombre oficial de VII Gemina.
(3) Egipto y el Norte de África eran los principales graneros del Imperio.
(4) Sólo aceptó a regañadientes ser nombrado César, lo que a efectos romanos suponía convertirse en el cabeza de la familia César y su casa (la Domus Caesaris). En Roma se esperaba que aceptara esta “adopción” con humildad, diligencia y respeto hacia su nuevo apellido; sin embargo Galba se empeñó numerosas veces en declarar que por lo que a él respectaba consideraba sus raíces originales tan nobles o más que las de los Cesares.
(5) Lo único reseñable en él era que su familia había sido sistemáticamente perseguida bajo Nerón por conspiradores.
(6) Inicialmente unos 2000 pero antes de la batalla ya habían tenido una escaramuza con los vitelianos sufriendo bastante. Armar a los gladiadores era un recurso habitual en “tiempos de emergencia”, pero su efectividad como unidad de combate era bastante pobre.
(7) Se negó a usar el cognomen Caesar e incluso rechazó inicialmente el título de Augustus, finalmente su nombre “imperial” quedaría como Aulus Vitelius Germanicus Augustus. Sólo en los últimos días de su reinado reconoció la importancia que tenía en Roma ser un “César” y lo añadió a su nombre, pero ya era muy tarde.
(8) Para Junio la revuelta había sido controlada y sólo quedaba tomar algunos reductos como el propio Jerusalén, pero ya no se necesitaban de todas las fuerzas romanas para ello.
(9) El método más común para distinguirse los dos bandos sería a través de las insignias de los escudos y adornos en el casco. Si ya era problemático de día, al anochecer sería una pesadilla.
(10) Flavio Sabino era prefecto urbano y había mantenido su posición, sin duda para ser utilizado por Vitelio como mediador con Vespasiano. De hecho Vitelio intentó evitar su asesinato.
(11) Civilis era miembro de la antigua realeza batava. Su hermano, también ciudadano romano, había sido ejecutado al final del reinado de Nerón, acusado de traición; mientras que el mismo se había salvado gracias a la llegada de Galba.
(12) Destaca su restablecimiento de las finanzas imperiales que habían quedado hechas un desastre con sus antecesores.
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Buen trabajo amigo Flavius, desde luego eran estos años aciagos en los que las legiones se despedazaban entre sí, por culpa de hombres sin escrúpulos ansiosos de gloria y poder., solo la fuerza y sobriedad de las legiones impedían que enemigos externos invadieran las fronteras del Imperio romano, aunque llegaría el día en que eso ocurriese.
saludos
A mí lo que siempre me maravilla de estas guerras y rebeliones es que gente tan lejana físicamente se pudiera coordinar. Es decir, en una época sin las avances tecnológicos de que disponemos hoy la gente se pusiera de acuerdo incluso con tanto retraso en conocer los hechos. Es decir, uno podía aliarse con alguien que ya hubiera sido derrotado cuando le llegaba el mensaje!
Una pregunta: que concepto o idea del tamaño del imperio tenían sus integrantes? Cómo podían hacerse a la idea?
Cómo puedes convencer a las legiones de oriente de que te sigan y de que en Roma hay un vacío de poder y vas a conseguir tal o cual premio?
Me parece increible cómo se manejaba la información, logística...
Gracias por el documento Flavius!
Buen artículo Flavius, es un periodo muy interesante del Imperio Romano, desde la caía de Nerón hasta la llegada de Vespasiano que puso un poco de tranquilidad a la ola de violencia que se produjo con Galva, Otón y Vitelio. Felicidades.
Por esto hay que intentar separar a los militares de los civiles, y alejarlos lo más posible del poder político. Cuando uno se debe más a la jerarquía del Ejercito que a su país es cuando comienzan los problemas.
No deja de sorprenderme cuando en las campañas políticas los candidatios hablan de "mano dura", "policía militarizada". ¿Desde esa acción cuantos pasos hay hasta la dictadura?
Lamentablemente el Estado se basa en la coacción, ya en la base de nuestra organización se pierde la confianza en la buena fe del hombre... ¿cómo podríamos tenerla nosotros entonces, simples ciudadanos?
Lamentablemente creo en las profecías autocumplidas...
Arriba
Claudio, no estoy de acuerdo contigo de que sean los militares los causantes de las malas acciones de los políticos. Creo que has hecho un comentario poco afortunado, puesto que no son los militares a los que le corresponde llevar la política del Estado, efectivamente ello llevaría a una dictadura, pero eso es el caso excepcional, lo normal en todopaís democrático es que el poder militar está supeditado al poder político como ocurre en España.
No sé si eres español o latinoamericano y no conozco tu situación para que hagas esa afirmación, pero si quiero decirte que son los políticos los que meten a todo un pueblo en una guerra y no los militares. A los simples ciudadanos siempre los han metido en las guerras sus políticos y en muchos casos los han llevado casi a la exterminación.
Pienso que hay que hay que pensar un poco antes de decir cosas que no son ciertas y sí partidistas. Un historiador no debe caer en esos errores.
Un saludo
Claudio, no estoy de acuerdo contigo de que sean los militares los causantes de las malas acciones de los políticos. Creo que has hecho un comentario poco afortunado, puesto que no son los militares a los que le corresponde llevar la política del Estado, efectivamente ello llevaría a una dictadura, pero eso es el caso excepcional, lo normal en todopaís democrático es que el poder militar está supeditado al poder político como ocurre en España.
No sé si eres español o latinoamericano y no conozco tu situación para que hagas esa afirmación, pero si quiero decirte que son los políticos los que meten a todo un pueblo en una guerra y no los militares. A los simples ciudadanos siempre los han metido en las guerras sus políticos y en muchos casos los han llevado casi a la exterminación.
Pienso que hay que hay que pensar un poco antes de decir cosas que no son ciertas y sí partidistas. Un historiador no debe caer en esos errores.
Un saludo
Buenas Jandres.
En primer lugar no me considero historiador, y ni siquiera quiero serlo. Estudio Ciencias Políticas, que por más que esta definida por los marcos históricos, el objeto de estudio es el funcionamiento de lo social desde lo político.
No se si comprendiste bien mi comentario. Cuando hablamos de Estado se parte de la base de que es quien posee el monopolio legítimo de la coerción, es decir de imponerse por la fuerza. Por ende las FFAA estan intrinsicamente relacionadas con su existencia.
Efectivamente los militares no tienen que llevar la política, no se cómo entendiste eso. No hay nada más lejos de mi concepción personal. Lo que quise transmitir que talvez no quedó del todo claro, es que presuponiendo que vivimos en un Estado moderno los militares tienen un posición preferencial ya que son los que LEGITIMAN el poder del Estado.
Y justamente para mí el problema surge ahí, cuando incorporamos la idea de coerción. Creo en las profecías autocumplidas, al presuponer que el hombre es malo muchas veces incentivas a actué efectivamente "mal" (si es que existe tal calificación moral).
Y de hecho si seguimos por la línea de la importancia de las FFAA en nuestro Estado actual, podemos ver como de tanto en tanto surgen campañas sobre militarización de policía y del estilo, que terminan efectivamente con los militares interviniendo directamente en la política, y por ende generando dictaduras.
Si entendiste esto como algo partidario, me parece que lo entendiste para el otro lado... porque hay pocas cosas que me agraden menos que el fascismo.
Sin anímo de polemizar te puedo recomendar que antes de juzgar y tildar las publicaciones de los demás las entiendas, para despues no generar malos entendidos.
Arriba
PD: soy uruguayo, no sé si te dice algo
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Gracias compañero. Ciertamente sí una guerra ya es de por sí terrible, una guerra civil lo es mucho más. De ésta consiguió salir Roma sin demasiadas consecuencias negativas, en parte por que los principales mandos de las fronteras tuvieron el buen juicio de negociar pactos con varios de los principales pueblos al otro lado de la frontera para garantizar que no hubiera un ataque. Más tarde vendrian conflictos internos peores, sobre todo a partir del siglo III y tendrían buena culpa de la decadencia del Imperio Romano y la desprotección de las fronteras.
Saludos.