Los macedonios en la batalla de Zama 202 a. de C.
Uno de los hechos por los que nunca se ha mostrado mucho interés en la historia antigua, ha sido la participación de las fuerzas del rey de Macedonia Filipo V en la batalla de Zama en el año 202 a. de C., batalla que sentenció a la derrota total a la potencia mediterránea de Cartago en su lucha contra Roma.
Era ésta, una guerra que hacía 16 años libraban a muerte las dos potencias del Mediterráneo, una dura pugna por la que solo podía haber una potencia predominante en dicho mar, y esta fue Roma, la cual tras absorber gran parte del territorio en pode de Cartago, iniciaría un imperialismo en el cual se apoderaría de muchos territorios que circundaban el mar Mediterráneo, territorios romanos que al abarcar luego la totalidad del mar mediterráneo hizo proclamar a dicho mar como “Mare Nostrum” (nuestro mar).
¡Pero no nos desviemos del tema!, la verdad es que la participación de dichas fuerzas griegas al servicio de Filipo V de Macedonia ha sido siempre una incógnita, ya que nunca ha puesto a los historiadores antiguos (el historiador Tito Livio lo constata y Polibio y Apiano no mencionan nada al respecto) modernos unánimemente a favor o en contra.
Por lo que su presencia no se puede atestiguar fehacientemente, pero si nos atenemos a que participaron en dicha batalla, expongamos aquí lo poco que se sabe de su participación en dicha batalla.
Antes observemos el porqué de su presencia en la batalla, para eso tenemos que retrotraernos años antes al año 215 a. de C., año en que Filipo V de Macedonia y Aníbal, firmaron una alianza contra los odiados romanos.
Filipo V, rival de Roma, había visto complacido como en la batalla de Cannas el año anterior, el poder de Roma había sufrido un duro quebranto con la destrucción de su ejército a manos del hábil ejército cartaginés de Aníbal en el sur de Italia (eso sin referirse a otras derrotas romanas a manos del mismo general cartaginés en los dos años anteriores).
En suma, Filipo V veía como Aníbal esta humillando a los romanos, los cuales desde hacía tiempo estaban interviniendo en los asuntos de Grecia, lo cual exasperaba al rey macedonio, el cual consideraba que solo él ostentaba la hegemonía en Grecia, por lo cual, la presencia romana en las inmediaciones era un incordio insufrible.
Pero Roma era un enemigo peligroso al cual no se podía insultar impunemente, por lo cual a Filipo V no le quedaba más remedio que aguantarse, aguardando el momento en el cual poder vengarse.
Falange macedonia
Ahora con Roma humillada por Aníbal, creía Filipo el momento propicio para resarcirse, con lo que se apresuró a formalizar una alianza con la que derrotar a Roma de manera definitiva.
Pero Filipo V si bien ostentaba nominalmente la hegemonía en Grecia, esto solo había podido realizarse a costa de aplastar o sojuzgar a numerosas naciones griegas, con lo cual se había ganado numerosos enemigos en toda la Hélade griega.
En particular la “Liga Etolia” y la nación de Pérgamo, fueron unos incondicionales aliados del pueblo romano., entre los años 214-205 a. de C., los aliados de Roma tuvieron entretenido a Filipo V en una guerra en la que si bien salió victorioso de ella, neutralizó todo refuerzo que Filipo V pudiera prestar a Aníbal.
Filipo soñaba desembarcar en Italia sus falanges macedonias para junto con Aníbal, medirse a las legiones romanas., es bastante posible que soñara con emular a Pirro de Epiro, el cual años antes se había medido en suelo itálico con sus falanges epirotas y macedonias a las legiones romanas en los años 280-75 a. de C.
Sin embargo este sueño fue quimérico, ¡nunca pudo desembarcar refuerzo alguno para consternación de Aníbal!, con lo cual la alianza no sirvió de nada.
Cuando la guerra estaba casi concluida en el año 205 a. de C., Filipo V dio la puntilla a la alianza con Aníbal, firmando una paz por separado con los romanos, (firmado en una ciudad llamada Fénice, por lo que se conoció como la
¿Es posible que tuviera remordimientos por la alianza con Aníbal?, ¡quizá, ya que aunque no había sido culpa suya, no había podido cumplir ninguna clausula de la misma, imposibilitado como estuvo de enviar refuerzos a Aníbal.
Estamos en el año 203-02 a. de C., y ahora Filipo V de Macedonia no es objeto de una severa vigilancia por parte de los romanos tanto en sus costas como en los movimientos que desarrolla su flota de combate o sus navíos de transporte.
Al fin y al cabo hay paz entre ambas naciones y aunque es posible que los romanos no se fíen del todo, están demasiado atareados con los cartagineses para establecer una vigilancia eficaz contra Filipo.
Todos los recursos y atención de Roma están en echar a Aníbal del sur de Italia y a su hermano Magón del norte de la misma.
Por lo tanto, Filipo V tenía relativamente las manos libres para llevar en su flota tropas de un lado a otro sin despertar sospechas, y esto fue lo que hizo, llevando al puerto de Cartago un contingente de tropas para reforzar a las fuerzas de Aníbal en África.
Peltasta tracio
Se arriesga a provocar la ira de Roma, pero ya vería como lidiar más tarde con ese dilema., a lo mejor Cartago salía victorioso del lance y su calculada maniobra no le salía tan mal como pensaba, ya que era consciente de que el poder militar de Cartago estaba a punto de sufrir la puntilla a manos de uno de los mejores generales romanaos de la época, Publio Cornelio Escipión.
Sin embargo cumplió con sus deseos de ayudar a Cartago en su último trance, ayuda quizá tardía, pero ayuda mandada de buena fe, recordando cuando anteriormente tenía un pacto con Aníbal y no pudo cumplirlo.
Las tropas que envió (posiblemente en el año 202 a. de C.) se cifraban en “una fuerza de 4.000 macedonios y una considerable cantidad de dinero”, según el historiador Tito Livio, el cual no cita textualmente nada referente a que sea una unidad de falange.
Los mandaba un general macedonio llamado Sópatro, y según las fuentes no hay nada destacable en este líder militar. Es bastante seguro de que las tropas no fueran veteranas o de una utilidad destacable para la futura batalla que se avecinaba, no estaría desencaminado en creer que eran tropas de infantería ligera o peltastas.
Las unidades de falange macedonias eran tropas con experiencia, por lo que quizá mi hipótesis de que no eran tropas de falange no fuera posiblemente errónea.
Es evidente que Filipo V en su deseo de ayudar a Aníbal, no iba a enviar sus unidades de Élite, la “falange macedonia” (sus mejores tropas). Por lo que el rey macedonio se contentó con enviar este pequeño cuerpo expedicionario de tropas novatas o como mucho, poco duchas en combate.
Aníbal debió calibrar el temple de la unidad, y visto que no era una unidad de utilidad destacable, fue destina a guarnecer la capital de Cartago.
Posiblemente Filipo hubiera enviado a la falange macedonia si hubiera desembarcado en persona en Italia al mando de su ejército para ayudar a Aníbal años antes., pero dado que este objetivo no se cumplió y a pesar de querer ayudar al cartaginés, no iba a arriesgar lo mejor de su ejército, a sabiendas de que posiblemente lo necesitaría en un futuro próximo, ya que posiblemente en cuanto Roma pudiera, respondería convenientemente al rey macedonio.
Así que Aníbal no le quedó más remedio que bregar con tales tropas, dándoles un uso del que poco rendimiento se podía sacar. Pero tales tropas no permanecieron de guarnición mucho tiempo en Cartago, los generales Aníbal (cartaginés) y Escipión (romano) iban a utilizar sus ejércitos para dirimir quién iba a prevalecer en el África cartaginesa.
Aníbal Barca
Un general romano llamado Escipión había desembarcado en el África cartaginesa en el año 204 a. de C., y había realizo operaciones de bastante éxito contra las fuerzas de Cartago, lo cual provocó que el senado cartaginés mandara llamar a los hermanos Bárcidas (Aníbal y Magón) que luchaban en Italia.
Para la batalla Aníbal necesitaba de todas las tropas disponibles, ya fueran estas de buena o regular calidad, por lo que los macedonios se vieron involucrados en la batalla.
La participación de los macedonios en la batalla fue posiblemente el siguiente, conociendo un poco la evolución de la batalla de Zama. La escasa efectividad de la tropa macedonia obligó a Aníbal a situar esta tropa en una posición donde no diera problemas.
El ejército de Aníbal se desplegó de la siguiente manera frente al romano., los elefantes serían situados en vanguardia, siendo lanzados en un ataque arrasador sobre las tropas romanas, las cuales se confiaba perdieran su cohesión ante tan brutal ataque, momento propicio para caer la infantería y caballería cartaginesas sobre los romanos.
Detrás de los elefantes se situaron tres columnas de infantería, apoyadas en los flancos por la caballería. La primera columna de ataque estaría compuesta por las eficaces tropas del general cartaginés Magón, las cuales operaban antiguamente en el norte de Italia contra los romanos (Magón murió en la travesía cuando reembarcaron para África en el 203 a. de C.).
La segunda columna de ataque estaría compuesta por los africanos y cartagineses enrolados apresuradamente en el territorio de Cartago, tropas de ineficaces, las cuales fueron acompañadas por el contingente macedonio, (lo cual da clara medida de la confianza que se tenía de los macedonios).
Finalmente en último lugar estaban los veteranos de Italia, 15-20.000 hombres, la mejor fuerza de combate de Cartago. Los elefantes fueron lanzados sobre los romanos, pero dicho ataque fue ineficaz, ya que el enemigo sabía cómo "tratar" a la tropa paquiderma.
Filipo V de Macedonia
Lograron espantar a los elefantes, logrando incluso que estos se revolvieran contra los cartagineses, aunque es bien cierto que causaron problemas a ambos bandos. La caballería romana aprovechó la confusión para lanzarse en tromba sobre la inferior caballería cartaginesa, la cual fue derrotada y puesta en fuga por los romanos.
Llegó el turno del enfrentamiento entre ambas infanterías., la primera columna cartaginesa se enfrentó con éxito a la romana, causándoles serias bajas y obligando a los romanos a emplear sus reservas.
Pero la batalla empezó a torcerse, la segunda columna de ataque cartaginesa, (donde estaban los recientemente reclutados cartagineses y macedonios) debía apoyar el ataque de la primera columna., pero su avance empezó vacilante:
Unos avanzaban con reservas y cierto miedo, otros no se movían, un avance sin cohesión que fue detectado por los cartagineses de la primera columna, los cuales se revolvieron con furia ante la traición de sus camaradas.
La situación se tornó insostenible, y la primera y segunda columnas fueron ordenadas a retirarse tras los veteranos africanos de Italia pertenecientes a la tercera columna, desde donde apoyarían el ataque de dicha tropa.
La lucha entre los descansados veteranos cartagineses y la cansada tropa romana (¡gran astucia la de Aníbal!) fue terrible, los cartagineses estaban empezando a hacer retroceder a las unidades romanas cuando en ese justo momento, llegaba la caballería romana de perseguir a su homóloga cartaginesa.
Atacando la retaguardia cartaginesa, el ejército de Aníbal perdió cohesión y fue rotundamente derrotado. El contingente macedonio y sus camaradas de las primera y segunda columnas cartaginesas se encontraron ante un ataque en el cual no había posibilidad de retirada.
Delante de ellos combatían las infanterías romana y la de la tercera columna cartaginesa y a la retaguardia, la caballería romana se lanzaba sobre ellos de manera irresistible, ¡no había retirada posible!.
Peltasta agriano
Tampoco se intentó ofrecer un bloque compacto ante el ataque de la caballería romana, la tropa se disgregó, siendo perseguida de manera inmisericorde por los jinetes romanos, lo cuales cazaron como conejos a la desperdigada tropa cartaginesa.
Los macedonios seguramente debieron sufrir serias pérdidas, al igual que el resto de contingentes cartagineses., no se olvide que las perdidas cartaginesas de entre su ejército de 50.000 hombres, entre sus filas sufrieron 20.000 muertos, sin contar a los capturados, otros 20.000.
Los macedonios no pudieron escapar entre los que pudieron, todos fueron muertos o capturados. Cuando el rey Filipo V tuvo noticias de la derrota de Aníbal en Zama, se preocupó por la suerte que pudieran haber tenido los expedicionarios que envió.
Procedió entonces al envió una embajada al senado romano para solicitar la liberación de los macedonios supervivientes y que estaban cautivos en manos romanas. Sin embargo fue inútil, los romanos estaban furiosos por la traición macedonia, y se negaron a devolver a los prisioneros.
Poco más se puede comentar del tema., ya que como comenté, los historiadores antiguos no se explayaron mucho en el tema, solo Tito Livio de manera velada arroja algo de luz sobre el tema, aunque de manera parca.
La presencia de macedonios en la batalla de Zama fue inútil debido a su escasa o nula veteranía como fuerza de combate, la cual era poco o nada utilizable. Quizá su utilización solo fuera de utilidad para su primer destino, la guarnición de Cartago.
Sin embargo, su utilización en batalla fue debido a las necesidades perentorias de la guerra, tal como en enfrentamiento entre los ejércitos cartaginés y romano, y en la misma batalla se demostró su escasa habilidad en combate, compartiendo como el resto del ejército cartaginés, el amargo peso de la derrota.
Jinete macedonio
Autor: eljoines
Bibliografía:
- Tito Livio.
- DOREY, T. A. (1957). «Macedonian Troops at the Battle of Zama».
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Saludos a todos:
Vuelvo al Foro despues de !casi un año¡ Como pasa el tiempo.
Pienso merlin-satan que la posible ayuda macedonia se debiera a un hecho: Anibal no habia perdido ninguna batalla contra Roma.
Seria pues bueno para el Macedonio ayudar, al menos simbolicamente a Cartago, por si acaso...
Feliz navidad y un gran año 2014 .
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