El último Cuadro de batalla de Cambronne: Waterloo 1815
El siguiente relato hay que enmarcarlo en el cénit de la gran batalla de Waterloo, la cual supuso el fin del sueño de napoleón de intentar resucitar su anterior imperio europeo, el cual fue depuesto por la unión de casi todas las potencias del continente.
Napoleón, el cual a través de su reinado en Francia entre 1799 y 1814, había llevado a la nación francesa a un nivel de poderío pocas veces visto, de hecho, en pocos años casi toda Europa se rendía a sus pies.
Pero el intentar dominar a todas las potencias europeas supuso un desgaste político y sobre todo militar enorme, el ejército francés, el cual bajo el mandato de Napoleón alcanzó la cúspide de su poder, fue destrozado por una serie de reveses ocurridos los últimos años del mandato de Napoleón, entre 1812-14.
Napoleón se vio desterrado a la isla de Elba, pero no vencido por completo, de hecho, el nuevo mandatario en Francia, el rey Luis XVIII, gobernó de manera tan desacertada, que los súbditos franceses (o gran parte de ellos) no vería con desagrado el retorno de Napoleón.
El César (un apodo de Napoleón) aprovechó la coyuntura existente en el país para retornar y volver a regir los destinos de la nación francesa. Con “piel de lobo”, Napoleón dijo volver sin ánimo revanchista, su solo deseo era devolver a Francia la prosperidad perdida, y por supuesto, sin deseos imperiales.
Pero las naciones europeas habían condenado a Napoleón de por vida, y jamás tolerarían su retorno al poder. El hecho de que Napoleón retornara tan pronto al poder, hizo que el engranaje militar de las potencias aliadas no estuviera tan relajado, por lo que pronto pudieron volver a movilizar ejércitos en campaña.
Napoleón retornó de la isla de Elba en marzo de 1815, desembarcó en el sur de Francia, reconquistó el poder tras entrar en París. Posteriormente realizó una movilización general en su patria con el objeto de enfrentarse a la Coalición europea que estaba en marcha.
Los preparativos de Napoleón dieron tiempo más que de sobra para que el ejército inglés y el prusiano volvieran a ponerse en pie de guerra. Sus tropas se concentraron en Bélgica, al objeto de maniobrar en la zona Noroeste de Francia.
Napoleón, tras formar un ejército rápidamente (nuevas tropas se formarían al amparo de la campaña de Napoleón) marchó también a Bélgica al objeto de intentar batir a los ejércitos anglo-prusianos, y con el objetivo también de evitar que invadieran el norte de Francia.
Tras algunos enfrentamientos poco decisivos, como la batalla de Ligny, en la cual aunque Napoleón venció, no fue de manera decisiva. Se dio el gran enfrentamiento en que ambos bandos pusieron “toda la carne en el asador”.
Escudo de armas del Barón Pierre Cambronne
Ingleses y prusianos se enfrentaron contra el ejército francés en una batalla de poder a poder, donde ambos bandos lucharon con una valentía y arrojo encomiables, las cuales, hicieron que las bajas en ambos bandos entre muertos y heridos fueran aterradoras.
Pero hablemos de hecho que nos ocupa, los sucesos ocurridos al general Cambronne y a su batallón ese infausto día del 18 de junio de 1815. Su participación en la batalla ocurrió casi al final de la misma., Napoleón había atacado con animosidad al ejército inglés inferior en número.
A punto estuvieron los franceses de derrotar al enemigo, la milagrosa aparición de las tropas prusianas lideradas por el viejo general Blücher salvaron al general Wellington de la derrota total.
El ejército francés había atacado con resolución a los ingleses, pero estos acertadamente dirigidos por su general al mando, habían resistido todos los ataques con un gran sufrimiento.
Napoleón creía acertadamente que el ánimo inglés estaba a punto de derrumbarse., un último empujón y la suerte estaría echada. Por desgracia para el César, las tropas prusianas ya estaban incorporándose poco a poco a la batalla, aunque a pequeña escala.
Lo que Napoleón veía a lo lejos acercarse al Este de sus posiciones no eran las tropas francesas de refuerzo del general Grouchy, al cual había llamado urgentemente para que acudiera al campo de batalla, sino las tropas prusianas.
Napoleón quería confiar ciegamente en que era Grouchy el que acudía a ayudarle, así que puso en marcha a su última reserva militar que había en pie, ¡su infantería de la Guardia!.
Su infantería de Élite, estaba desgranada en 14 batallones, pero no todos iban a participar en el combate, ya que tres de ellos se quedaron con él como protección y guardia personal, otros tres quedaron como reserva, y otros dos apoyan a las tropas francesas que combatían en Plancenoit contra los prusianos y que todo hay que decirlo, se cubrieron de gloria en el enfrentamiento.
Los seis batallones restantes cargan al mando del general Ney contra el centro del frente inglés, caminando la empinada cuesta del Monte Saint Jean, centro álgido de la batalla en esos momentos.
El ataque fue un fiasco para la Guardia, a pesar de la extrema valentía con qué cargo la colina, no pudo romper anillo defensivo aliado, el cual, los 1.500 ingleses del 2º y 3º regimiento de la Guardia inglesa, jugaron un papel decisivo al detener el ataque de su “homóloga” francesa.
Cambronne en los últimos instantes del combate
La infantería de la Guardia empezó a retroceder en las alturas del Monte Saint Jean, poco a poco y dando la cara al enemigo, a la vez que disparaba contra él. Las fuerzas inglesas aprovecharon la retirada para avanzar monte abajo., el hecho que fue desde abajo visto por el ejército francés en pleno, hizo que el pánico se adueñara de las fuerzas regulares francesas.
“¡La Garde recule! ¡Save qui pert!”.
“¡la Guardia se retira! ¡Sálvese quien pueda!”.
Fue el gritó de pánico que convirtió la retiraba francesa en una desbandada general, Napoleón intentó agrupar alrededor suyo a las tropas francesas, para que junto a sus tres batallones de la Guardia, volvieran nuevamente a la batalla.
Tuvo que desistir ya que no había unidad regular alguna que quisiera agruparse en torno suyo, no hay nada peor que un ejército en retirada, y más cuando no es un repliegue ordenado y una desbandada caótica, en la cual la disciplina abandona a todo soldado y este no piensa más que ponerse a salvo, arrojando incluso sus armas al suelo.
Los tres batallones de la Guardia que había en reserva en monte debajo de Saint Jean, se vieron de repente sobrepasados por los guardias franceses que se retiraban y atacados por las unidades británicas que avanzaban monte abajo.
Los batallones de la Guardia formaron en cuadro al objeto de hacer frente al enemigo, el cual atacaba con suma valentía, reforzada su moral por la victoria defensiva del fracasado ataque francés.
Uno de esos cuadros defensivos de la Guardia estuvo liderado por un general francés llamado Pierre Cambronne. Este oficial veterano e incondicional de Napoleón, se había ganado una reputación de valiente soldado primero en la filas del ejército regular francés y posteriormente desde 1810, en la Guardia Imperial francesa.
Cambronne ante el avance aliado monte debajo de Saint Jean, forma su tropa en cuadro al objeto de hacer frente al enemigo. La tropa que lidera es una veterana a todas luces.
Son miembros del II batallón de 1º regimentó de los Cazadores de la Guardia., la entrada en esta unidad solo estaba reservada (al igual que a los miembros del 1º regimiento de Granaderos y el 1º regimiento de Cazadores de la Guardia) a los veteranos franceses de los campos de batalla que lucharon entre 1799 y 1814 en Europa bajo las banderas de Francia.
La inclusión en los miembros del regimiento de Cazadores de la Guardia, solo era aceptada a miembros que hubieran servido al menos 12 años en las fuerzas francesas. Antiguos miembros de la Guardia y veteranos del ejército regular nutrieron las filas de la veterana Guardia Francesa.
Ubicación del batallón de Cambronne, (a la izquierda del escrito "OLD GUARD") en la carga de la Guardia en Waterloo
Los efectivos del batallón liderado por Pierre Cambronne sumaban 500 hombres y es de suturo de que iban a ofrecer una dura resistencia al enemigo. Su participación en la batalla no era muy claro, ya que a la hora de liderar la carga monte arriba de Saint Jean, el César se hizo rodear de sus mejores tropas como tropas de protección personal: el I y II batallón del 1 regimentó de Granaderos y el I batallón del 1º regimiento de Cazadores de la Guardia.
Si se tiene en cuenta que Napoleón ordenó cargar a su Élite de la Guardia, resulta un poco sospechoso que lo hiciera con sus tropas menos veteranas, ya que los miembros del 1º regimiento de Granaderos y Cazadores de la Guardia, se les exigía 12 años de servicio para ser incluidos en sus filas, a los del 2º regimiento 8 años de servicio y a los del 3 y 4 regimiento 4 años de servicio.
¿Qué hacía aquí el II batallón del 1º regimiento de Cazadores?, Napoleón que se rodeo de sus veteranos más destacados, quizá quiso hacer ver al resto que con el ofrecimiento de ese batallón, no se quedaban con él solo la, ¡créme de la créme!, sino que sus más veteranos, también participarían en combate y no solo para proteger a Napoleón.
Aunque bien es cierto, que este batallón no participaría en la carga, sino que permanecería monte abajo en reserva. No obstante, los designios de la batalla son insondables, y lo que antes era reserva en retaguardia, ahora era la vanguardia de la batalla, con todo el ejército francés en retirada.
Cambronne y sus 500 veteranos hicieron frente al enemigo con una veteranía y sangre fría admirables, sumado aquello al acicate que da el valor de la desesperación, estando rodeados por todas partes de enemigos.
Un batallón de tropas alemanas hannoverianas con uniforme inglés, (633 hombres) al mando del general Halket, inician el ataque a la posición de Cambronne. Los alemanes inicialmente forman líneas de tiradores a corta distancia del enemigo, el cual sufre en el proceso varias docenas de bajas.
Pero los hombres de Cambronne no se amilanan ante el enemigo, sobre el cual avanzan y descargan una letal descarga de fuego de fusil,la cual produce gran cantidad de muertos y heridos en sus filas.
El general Halkett se apercibe de la conmoción que la descarga de los Cazadores a provocado en su batallón, por lo que decide arengar a sus hombres para que recuperen la confianza y posteriormente, les hace cargar a la bayoneta. Los Guardias de Cambronne retroceden ligeramente, poro se vuelven a reagrupar en un cuadro compacto.
Retrato del general Pierre Cambronne
Al combate se une a los británicos un el 10º regimiento de Húsares ingleses, 452 jinetes mandados por un oficial inglés llamado Howard. La situación se complica para Cambronne y los suyos, acosados por dos unidades británicas las cuales desencadenas un fuego de desgaste el cual poco a poco está abriendo amplios claros en la apretadas filas francesas.
Pero los Cazadores franceses no se arredran ante la adversidad y responden al fuego con el fuego, pero cada vez con menor intensidad antes las acusadas bajas que sufren.
Los hombres de Cambronne son tercos y tenaces, estrechaban filas, abren fuego ante el enemigo sin rendirse. Caen, se abren huecos, pero con soberbia disciplina, se cierran filas y se sigue peleando; así una y mil veces: caer, cerrar filas y pelear.
Los ingleses están admirados de tan proverbial resistencia, al final del combate y con el batallón de Cambronne reducido a unas decenas de Cazadores, (la mayoría heridos), se produce un alto en el combate, durante el cual, el general inglés Colville grita a los supervivientes:
-- ¡Bravos franceses… rendíos!...
La respuesta de Cambronne no es menos valiente y deslenguada:
-- ¡Mierda, la Guardia muere pero no se rinde!–
Los británicos reanudan el fuego con letal eficacia, acabando con los últimos supervivientes, quedando solo muertos y heridos en el batallón de Cazadores de la Guardia.
El mismo Cambronne fue gravemente herido, y capturado por los británicos en tan terrible combate. Sobre la contestación de Cambronne hay muchas dudas, pero posiblemente la que expuse, fue la que se realizo al oficial británico.
La batalla de Waterloo fue el ocaso de Napoleón, y el fin de su breve reinado de 100 días en Francia, sería desterrado a la isla de Santa Elena, hasta morir envenenado en 1821.
Pero la resistencia del mítico batallón de Cambronne perduró más allá de lo inimaginable, como ejemplo para las futuras generaciones de la valentía de la Guardia en la batalla de Waterloo, donde sus miembros a pesar de la derrota, lucharon con una valentía inigualable, digna del valor francés en combate.
Nuevo retrato de los últimos soldados de Cambronne, al final de su lucha con los británicos
Autor: eljoines.
Bibliografía:
- Web Remilitari.
- Web “Napoleón series”.
- Eljoines's blog
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ElJoines,
Esta es una historia como para encender el espiritu militar del más aplastado!!!
Una observación (se nota que estuviste apurado al escribir).
En el penúltimo párrafo, desterraste a Napoleón a Elba otra vez...
Ahora un comentario sobre la muerte de Napoleón. Leí en varios lugares que se sospechó que fue envenenado. Incluso que un médico (partiendo de dicha hipótesis) analizó la fuente de donde solía beber. Los peces habían muerto poco antes de fallecer Napoleón. La conclusión es que tenía una base y adornos de cobre, y que este había envenenado el agua (conclusión inaceptable para explicar la muerte de Napoleón, ya que este, al ver que los peces morían, dejó de tomar agua de esa fuente. Por una cuestión de peso y cantidad de agua ingerida, los peces murieron mucho antes que Napoleón bebiera suficiente como para intoxicarse).
Sin embargo la explicación que mas nos gusta a mi padre y a mí la dió el propio Napoleón.
El corso aparece retratado varias veces con la mano dentro de la chaqueta, en el estómago. En su testamento ordenó que sus visceras fuesen analizadas y los resultados entregados a los médicos de su hijo, en Austria, ya que: "...muero de úlcera de estómago, lo mismo que mató a mi padre... que los resultados de su estudio [de las visceras] sirvan para evitarle igual suerte [a su hijo]..."
Hasta mediados del sXX se ignoraba cómo tratar las úlceras gástricas y duodenales, después de la guerra se comenzaron a operar con bastante éxito y, hace menos de 30 años que alcanza con un tratamiento (salvo casos extremos). Si una úlcera no es tratada adecuadamente hay un alto riesgo de que se cancerifique, lo cual también depende de cierta predisposición hereditaria. Así que, sospecho, Napoleón tenía razón, falleció de cáncer de estómago.
Saludos!!!
Esa hipótesis andaría a caballo entre la del envenenamiento y la del cáncer de estómago.
El láudano es extracto alcoholico de Opio. Si Napoleón estaba siendo envenenado o medicado (no olvidemos que en esa época los medicamentos eran fórmulas magistrales diseñadas por los médicos, que usualmente tenían tanta idea de farmacopea como tú o como yo... con resultados acordes) el Opio pudo haber interactuado potenciando el efecto tóxico con resultados adversos.
Si Napoleón sufría cáncer, era muy lógico darle láudano (hoy en día le darían morfina, derivada del Opio).
No me parece que haya podido morir de sobredosis de láudano. Hice la cuenta asumiendo que Napoleón pesaba 70 Kg (no tengo idea, pero Napoleón era bastante gordo, así que no me parece irrazonable un peso así, por más que haya sido petiso) y la dosis letal es de unos 10g de Opio puro. Dada la dilución de la tintura de Opio en el láudano, es más o menos un litro por día (se hubiera emborrachado antes de envenenarse).
El efecto a largo plazo del láudano es similar al de fumar Opio, así que, si bien es dañino, no sería letal per se (una borrachera de láudano es tan peligrosa como una de vino, el afectado puede intentar volar saltando desde una ventana) aunque traería un deterioro generalizado del adicto.
El láudano se formulo de distintas maneras a lo largo de la historia. Lo más probable es que Napoleón consumiera uno que se preparaba con alcohol etílico (el original de Paracelso era con vino blanco), con una graduación similar a un Vodka. Sí hay una preparación de esa época que podría ser mortal, una que incluía tartrato de antimonio, el cual tiene efectos laxantes. Si el paciente sufre una apendicitis (dolor de estómago) y toma un medicamento laxante se produce una peritonitis que te mata en 48 hs.
En todo caso, sería un accidente.
Sería interesante saber si la última voluntad de Napoleón se cumplió, y sus visceras fueron sometidas a autopsia. Esto podría despejar las dudas.
Saludos
Esa hipótesis andaría a caballo entre la del envenenamiento y la del cáncer de estómago.
La cosa parece ir por ahí. El propio Napoleón poco antes de morir y tras hablar con los médicos dijo que creía que se estaba muriendo de cáncer de estomago, algo que ya esperaba por sus antecedentes familiares; pero su fin parece haberse precipitado por una mala diagnósis inicial. Al principio los doctores pensaban que era otra cosa y le dieron un purgativo muy generoso a base de calomel (cloruro de mercurio), que combinado el ácido cianhídrico aportado por una especie de horchata refrescante que tomaba habitualmente y los ácidos del estomago puede haber llegado a producir en el estómago cianuro de mercurio en una dósis suficiente para acelerar su muerte ya que su estomago en mal estado no pudo expulsarlo a traves de vomitos como hubiera hecho un estómago normal.
Otra hipótesis sobre el envenenamiento de Napoleón, que es más rocambolesca pero que tiene tintes (y va con segundas) de ser cierto.
Parece ser que a principios del XIX se puso de moda tenir muebles, tapices, papel pintado, etc. de color verde. Para ello se utilizaba el procedimiento inventado por Carl Scheele, en el cual se utilizaba... arsénico. Ya se conocía que esta sustancia química era tóxica, pero se creía que sólo afectaba al ser hmano por ingestión, es decir, que nadie iba a enfermar si no se ponía a lamer el papel pintado de las paredes. Napoleón decoró su morada - prisión de oro y verde. Si embargo, el arsénico se liberaba por la humedad ambiente, haciendo que las personas se intoxicaran lentamente por inhalación. Se afirma que durante el XIX murieros miles de aristócratas gracias a esta moda, pudiendo ser Napoleón una de ellas.
AQUÍ se explica con detalle.
¡Calomel!
¡Córcholis! Pensar que hoy hasta prohibimos los termómetros de mercurio.
¿Leyeron El Conde de Montecristo?. Si no lo leyeron, al menos tienen idea del argumento. La venganza.
El conde utiliza métodos indirectos para vengarse, detecta que Eloisa de Villefort (actual esposa del fiscal que lo metió preso sabiendolo inocente), quiere eliminar a la familia de la primera esposa (hija única de unos marqueses), para heredar. Entonces comenta (aparentando ignorancia) que sería muy fácil envenenar a alguien, ya que con administrarle algo que simule los sintomas de una enfermedad "... los médicos, malos químicos, le administrarán algo que, sin dudas, lo matará... "
Dumas utilizaba datos históricos para darle mayor verísmo a sus novelas, así que semejante afirmación revela la percepción popular sobre los médicos de la época (la mayoría de los medicamentos eran preparados por el boticario siguiendo la "receta" proporcionada por el médico).
Respecto a la toxicidad de las pinturas. Hay que distinguir entre intoxicación y envenenamiento.
Hasta no hace mucho las tuberías de agua eran de plomo, la pintura blanca, de óxido de plomo, los tubos de dentífrico (o pomadas medicamentosas) de plomo, las amalgamas (empastes dentales) deben su nombre a ser aleaciones de mercurio, el cual se separa con el tiempo, tragándo el mercurio el paciente con el correr del tiempo . Sin embargo los casos de envenenamiento con plomo (saturnismo) eran raros, y el envenenamiento con mercurio, sólo en industrias donde se usaba mucho. Hasta los problemas en Japón en la década del '60.
Sí es altamente probable que alguien como Napoleón (o cualquier persona adinerada de principios del sXIX) tuviese una intoxicación por Arsénico, Mercurio, Plomo y Cobre (cuatro intoxicaciones a la vez) pero eso era poca cosa frente a la intoxicación alimentaria (no había heladera, ni idea de sanidad en la cocina, tener parásitos internos es "espontaneo" y externos es algo "natural" etc. etc.) Así que, hasta la SGM era muy común que una persona tuviese múltiples intoxicaciones sin llegar a estar envenenado nunca. Un intoxicado tendrá dolor de cabeza, mal humor, puntadas, malesar general... Un envenenado va directo a internación y usualmente no lo cuenta.
Lo realmente asombroso es, con tanto tóxico, comida en mal estado y medicinas que sólo funcionaban en la imaginación del médico, que la humanidad no se haya extinto...
Saludos, que este hilo iba de tiros y nos estamos yendo al quirófano
Lo realmente asombroso es, con tanto tóxico, comida en mal estado y medicinas que sólo funcionaban en la imaginación del médico, que la humanidad no se haya extinto...
Esa gente era de otra pasta....
Volviendo a Cambronne, si bien es de admirar su sacrificio, por lo que leemos aquí y se ha reportado de la batalla de Waterloo, fue un sacrificio inutil, ya que no es que hubiese detenido a los ingleses o hubiese salvado al ejército francés, simplemente opuso resistencia por el orgullo que guardaba la Guardia para sí y quizás prefirió morir allí a soportar ver a su "emperador" vencido y a Francia ocupada por los aliados.
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Gracias Hartman, me equivoqué de isla, era la de Santa Elena je,je,je., sobre la muerte de Napoleón hay varias hipótesis, yo me creía la de que murió por tomar láudano, que por aquel entonces (creo) era una especie de tranquilizante para los dolores de estómago que tenía., pero que tomado frecuentemente, puede ser un veneno letal.
saludos