Republicanos durante la Republica (VIII) Personajes signficativos: Los azañistas
El partido Acción Republicana, creado en 1926 estaba formado por intelectuales que, en contraposición con la Agrupación al Servicio de la República, estaban dispuestos a enfangarse en la política diaria del país. La mayoría de ellos provenían del Partido Reformista de Melquiades Alvarez, si bien a pesar de la importancia de algunos de ellos tanto profesional como intelectualmente, todo el partido giraría en torno a la figura omnipresente de Azaña, dejando al resto en un segundo plano incluso cuando ocuparon puestos de ministros o incluso presidente del gobierno, hecho este que se repitió cuando el partido se integró en Izquierda Republicana junto con otros partidos republicanos con los mas relevantes personajes de estos últimos.
JOSE GIRAL PEREIRA
Nacido en Santiago de Cuba en 1879, poco después de la muerte de su madre se trasladará a Madrid, a la casa de su tios estudiando en el Instituto Cardenal Cisneros. Se licenció y doctoró en Farmacia y Química realizando diversos trabajos relacionados con sus estudios, entre ellos el de boticario en un pueblo de Avila, hasta que en 1905 consiguió la cátedra de Química Inorgánica en la Universidad de Salamanca, ejerciendo la docencia durante los siguientes dieciséis años. En Salamanca abrirá también una farmacia, se casará y entrará en contacto con los círculos republicanos de la ciudad, entre ellos su maestro Miguel de Unamuno.
En 1920 se traslada a Madrid, donde abre una nueva farmacia y un laboratorio químico, consiguiendo posteriormente en 1927 la cátedra de Bioquímica en la universidad de la ciudad, siendo también nombrado presidente del Colegio de Farmacéuticos de la capital. En 1931, recién llegada la II República será nombrado rector de la Universidad de Madrid.
Una vez acabada la guerra, sufrió al igual que otros catedráticos la depuración y el apartamiento de sus cargos, ejerciendo en el exilio su labor docente e investigadora en la Universidad Nacional Autónoma de Mexico, donde alcanzó un gran prestigio en toda Iberoamérica.
Desde el punto de vista político, Jose Giral demuestra su interés por la política desde sus tiempos de estudiante, y especialmente durante su estancia en Salamanca, donde llegará a formar parte del Partido Republicano Autonomo junto con Miguel Unamuno o Urbano de la Calle, siendo encarcelado en varias ocasiones, la primera de ellas en 1917 debido al apoyo a la huelga general organizada ese año.
En 1926 fundó junto entre otros Manuel Azaña, Acción Republicana en la cual militaría, manteniéndose durante todo el periodo republicano como un fiel colaborador del político alcalaíno.
Con la llegada de la II República no participó en el primer gobierno provisional presidido por Alcalá Zamora, si bien si lo hizo en el segundo como ministro de Marina, cargo que ocuparía hasta la dimisión de Azaña en Septiembre de 1933. Se presentó en las distintas elecciones por la circunscripción de Caceres, en la que fue sucesivamente elegido.
En Febrero de 1932, con la victoria del Frente Popular y la llegada al poder de nuevo de Azaña, fue llamado a ocupar otra vez el cargo de ministro de Marina en los sucesivos gobiernos de Barcia, Casares Quiroga y Martinez Barrio, hasta que el 19 de Julio fue nombrado por Azaña presidente del Gobierno. Durante su etapa como ministro, se ocuparía de colocar en los puestos claves, incluidos los de radiotelegrafistas, a militares de lealtad inequívocamente republicana, lo cual contribuiría de forma decisiva a mantener a la mayoría de la Marina fiel a la legalidad.
Su actuación como presidente del gobierno se vio inmersa en una fuerte polémica debido a las medidas que tomó con el fin de el triunfo del levantamiento militar, entre ellas la disolución de las unidades adscritas al ejercito rebelde, que resultó del todo infructuosa y por el contrario generó gran confusión en las propias, y sobre todo la entrega de armas al pueblo, que resultó muy impopular entre la clase política y que si bien contribuyó en ocasiones a derrotar levantamientos en diversas localidades, también lo hizo al descontrol que siguió en los ulteriores meses provocando una fuerte ola represiva.
La imposibilidad de retomar el control de la retaguarda republicana y de detener el avance de las tropas rebeldes provocaron su sustitución en Septiembre por el socialista Largo Caballero, que le mantendría dentro del gobierno como ministro sin cartera hasta su propia dimisión en Mayo de 1937. El sustituto del veterano político, el también socialista Negrin, le nombraría ministro de Estado, justo después de los sucesos de Mayo que habían provocado la dimisión de Largo Caballero, cartera que ocupó hasta Abril de 1938, continuando una vez mas como ministro sin cartera del último gabinete Negrin en España.
Tras la caída de Cataluña acompañó a Azaña en su exilio francés, trasladándose posteriormente a Mexico, donde, una vez acabada la guerra, volvería a ocupar el cargo de ministro sin cartera en el gobierno en el exilio de Negrin hasta 1945, fecha en la que el mismo sería nombrado por el presidente de la República, Martinez Barrio, como Presidente del Gobierno, cargo que ocuparía hasta Enero de 1947, retirándose definitivamente de la primera línea política republicana. Durante su periodo como presidente republicano en el exilio, pondría todo su empeño en dos acciones, conseguir un gobierno de concentración con la exclusión de los comunistas, e impedir la admisión en la ONU de la España franquista, aspecto este en el que conseguiría un gran éxito, lo que provocó una fuerte campaña de descrédito por parte de los franquistas.
Moriría en 1962, en el exilio mexicano, dedicado ya de lleno a la docencia y la investigación.
AUGUSTO BARCIA TRELLES.
Nacido en el asturiano municipio de Vegadeo en 1881, realizará sus primeros estudios en su tierra natal, trasladándose posteriormente a Oviedo con el fin de realizar la carrera de Derecho.
De allí pasara a la capital, Madrid, donde se doctorará y ejercerá como abogado, amén de formar parte de la vida intelectual de la ciudad vinculándose al Ateneo el cual presidió entre 1932 y 1933. Durante su época de estudiante fue uno de los primeros españoles en estudiar la obra de Marx, escribiendo además posteriormente varias obras de carácter jurídico, político e histórico.
En el ejercicio de su profesión de abogado destacará, mezclado con la política, su defensa de Lluis Companys a cuenta de la proclamación que este realizó de la República Catalana en Octubre de 1934.
Su trayectoria política se inició, como la de muchos de los que fueron miembros posteriormente de Acción Republicana en el Partido Reformista de Melquiades Alvarez, consiguiendo escaño de diputado por primera vez en 1916 por el distrito de Vera (Almería), el cual renovaría sucesivamente hasta 1923, fecha del golpe de estado de Primo de Rivera.
Tras el paréntesis que supuso para muchos políticos la dictadura, Augusto Barcia se afiliará con la llegada de la República a Acción Republicana, presentándose como candidato a diputado por este partido en 1933 de nuevo por Almería y consiguiendo el consiguiente escaño. Fue, además y durante el retiro de Azaña tras su imputación en los hechos de 1934, el jefe del grupo parlamentario de su partido, concurriendo de nuevo como candidato y consiguiendo escaño en 1936 por el mismo distrito.
Con la llegada del gobierno de carácter netamente republicano de Azaña tras la victoria del Frente Popular, Augusto Barcia será nombrado ministro de Estado, cargo que ocupará en los sucesivos gobiernos de Casares Quiroga y Jose Giral hasta Septiembre de 1936 con la caída del gobierno de este último. Mientras, había ocupado anecdóticamente también durante tres días el puesto de Presidente del Consejo de Ministros, debido a la elección de Manuel Azaña como Presidente de la República y un día el puesto de ministro de Gobernación durante el efímero gabinete de Martinez Barrio el 19 de Julio.
Desaparecerá desde ese momento de la primera línea política, dedicándose a varios cometidos entre ellos el de presidente de la Comisión de Compras de Armamento, cargo que ocupará hasta el fin de la guerra, momento en el que abandonará España rumbo al exilio americano.
Todavía participará en los gobiernos republicanos en el exilio presididos por Jose Giral, ocupando la cartera de Hacienda hasta 1947.
Morirá en Buenos Aires en 1961.
CLAUDIO SANCHEZ-ALBORNOZ Y MENDUIÑA.
Nacido en Madrid en 1893, realizó sus estudios en la propia capital licenciándose en la facultad de Filosofía y Letras en 1913. Estudiante brillante y precoz, consiguió en su licenciatura el premio extraordinario, doctorándose posteriormente con nota de sobresaliente con una tesis sobre la Edad Media.
Con tan solo 22 años sacó con el número uno las oposiciones para el Cuerpo Facultativo de Archivos y tres años después fue catedrático de “Historia de España”, pasando por la universidades de Barcelona, Valencia, Valladolid y Madrid. En esta última será en la que ejercerá su labor durante mas tiempo, compaginando su función docente con la investigación histórica y divulgativa, lo que le llevó a ocupar cargos relevantes dentro de la universidad, decano de la facultad de Filosofía y Letras y rector de la propia universidad, amén de ser elegido en 1926 para ocupar una silla dentro de la Academia de Historia. En 1933 abandonará en parte sus funciones para dedicarse de lleno a la política.
Durante su exilio en Francia consiguió plaza como profesor de la Universidad de Burdeos, y posteriormente, con su traslado a Argentina, ejerció como profesor en la Universidad de Mendoza y después como catedrático en la de Buenos Aires hasta su muerte.
En esta época es donde quizás sea mayor su actividad investigadora, especialmente en el ámbito medieval, fundado el Instituto de Historia de España dentro del cual publicó los “Cuadernos de Historia de España” de gran importancia en el estudio del mundo medieval español.
La trascendencia de sus estudios y actividades le llevaron también a realizar una amplia labor docente dando conferencias en numerosas universidades europeas y americanas, siendo nombrado “Doctor Honoris Causa” en varias de ellas y formando parte de las academias de historia de varios países, reconocimientos que se tradujeron en la concesión de diversos premios internacionles. Destaca dentro de esta época su visceral polémica con Americo Castro sobre el Ser de España.
De vuelta del exilio recibió numerosas muestras de reconocimiento en España, como el nombramiento como hijo adoptivo de Asturias y de Leon, miembro de honor de la Fundación Principe de Asturias o Presidente de la Asociación de amigos de Navarra, la entrega medalla de oro de la provincia y ciudad de Avila, o la Gran Cruz de Carlos III, entre otros. Todos estos homenajes y reconocimientos desembocaron finalmente en el mismo año de su muerte en la concesión del Premio Principe de Asturias de Comunicación y Humanidades y en la creación de una Fundación cultural para la investigación y el conocimiento que lleva su mismo nombre.
Desde el punto de vista político su actividad empezó con el advenimiento de la República en el partido Acción Republicana, siendo elegido diputado por Avila en las distintas elecciones de 1931 al 36, si bien no ocupó en principio puestos en los gobiernos de Azaña hasta 1933, año que pasará a ser nombrado Ministro de Estado en los Gobiernos de Lerroux y Martinez Barrio que precedieron a las elecciones de 1933. Si ocuparía sin embargo otros puestos como Consejero de Instrucción Pública, Embajador en Portugal o Vicepresidente de la Cortes resultantes de la elecciones de 1936.
Una vez en el exilio mantendría su actividad política dentro de Izquierda Republicana, siendo uno de los fundadores del partido republicano ARDE (Acción Republicana Democrática Española), como resultado de la fusión de este partido y Unión Republicana, si bien no ocuparía cargos de relevancia en los gobiernos en el exilio hasta que en 1962 es nombrado por Luis Jimenez de Asúa, presidente de la República en el exilio, presidente del gobierno, cargo que ejercerá hasta 1971 a la muerte del político socialista, dejando desde ese momento la primera línea política.
LUIS DE ZULUETA Y ESCOLANO
Nacido en 1878 en Barcelona en el seno de una familia de la burguesía catalana de gran tradición religiosa, cursará estudios en distintos centros de la ciudad, donde conocerá a Eduardo Marquina, con el que iniciará una amistad que perdurará hasta el día de su muerte. Debido a la prematura defunción de su padre, abogado de la alta burguesía, hará que con 17 años tenga que ponerse a trabajar como empleado de banca.
Junto con Marquina se introducirá en los círculos literarios barceloneses, llegando a colaborar con las revistas “Luz”, “Barcelona Cómica” o el diario republicano “La Publicidad”. En este diario escribiría en 1903 el artículo “La Prudencia de Leon XIII” que atrajo la atención del rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno y que marcaría el inicio de una estrecha amistad. En ese mismo año saldría de España para cursar una serie de estudios en Paris, Berlin o Ginebra, volviendo a España en 1905 donde se decide, influido por Unamuno, a realizar los estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca, aunque previamente tendría que finalizar el bachillerato.
Iniciará así los estudios de Filosofia y Letras en dicha universidad consiguendo la licenciatura en el mismo año con sobresaliente. Conocerá en ese mismo año a Giner de los Rios, convirtiéndose en un institucionista y dando clases en la propia Institución Libre de Enseñanza. Dos años después, en 1908 se casará con Amparo Cebrián y en 1910 se doctorará con una tesis sobre la pedagogía de Rousseau en la Universidad Central de Madrid.
En 1910 entrará como profesor de Historia de la Pedagogía en la Escuela de Estudios Superiores de Magisterio, ocupando el cargo hasta la desaparición de esta y su integración junto con el personal docente a la Facultad de Filosofía y Letras, consiguiendo, ya durante la II República, la cátedra de Pedagogía.
Iniciará posteriormente también una amplia colaboración con distintos periódicos como “El Sol”, “El Liberal” o “La Libertad” y en revistas como el “Boletin de la Institución Libre de Enseñanza”, “Revista de Occidente”, “Revista de Pedagogía” o “España” en temas relacionados con al enseñanza. También dará distintas conferencias tanto dentro como fuera de España.
Con el fin de la Guerra Civil, ya en el exilio colombiano, seguirá con su labor docente y pedagógica en la Universidad Nacional. A la muerte de su mujer, se trasladará a Nueva York, donde seguirá teniendo una amplia vida intelectual dedicada a la pedagogía y la filosofía hasta el día de su muerte.
En el ámbito político iniciará sus actividades en 1910 primero siendo elegido diputado por Barcelona por los republicanos y posteriormente en Madrid en 1919 y en Pontevedra en 1923 dentro del Partido Reformista de Melquiades Alvarez. Con la llegada de la II República, será elegido diputado por Badajoz como independiente, si bien dentro del ámbito de Acción Republicana, siendo nombrado ministro de Estado durante los gabinetes de Azaña entre 1931 y 1933
Será posteriormente nombrado embajador en Berlin entre 1933 y 1934, pasando en 1936 a ser embajador ante la Santa Sede, cargo para el que había sido rechazado en varias ocasiones debido a su particular forma de ver la religiosidad. El inició de la Guerra Civil aumentarán las dificultades de su puesto, especialmente con el reconocimiento que la Santa Sede hará del régimen de Franco, por lo que Zulueta abandonará el Vaticano rumbo a Paris, y de allí a Colombia. Una vez en el exilio abandonará sus actividades políticas, aunque seguirá en contacto con el exilio, acogiendo a muchos de los exiliados en dificultades.
Morirá en Nueva York en 1964.
AMOS SALVADOR CARRERAS
Nacido en Logroño en 1879 dentro de una familia de tradición liberal, Amos Salvador estudiará arquitectura en Madrid, donde después de licenciarse instalará un estudio con el fin de ejercer su profesión. Suyos son los proyectos de varios edificios de Madrid, así como de Logroño y sobre todo en la provincia León. También participaría en el plan de rehabilitación de la comarca de las Hurdes decidida por el rey Alfonso XIII después de su famoso viaje.
Además de su profesión de arquitecto, fue un intelectual, destacando entre otras su pasión por la fotografía. Habitual del Ateneo, conoció allí a Manuel Azaña formando desde aquel momento con Cipriano Rivas Cherif una amistad que perduraría durante muchos años. Fundó, junto con su hermano Miguel la Universidad Popular de Madrid
Desde el punto de vista político, Amos Salvador militó, siguiendo la tradición familiar, en el Partido Liberal, siendo elegido diputado por distintos distritos entre 1910 y 1923, fecha en que el golpe de estado de Primo de Rivera le alejó de la polítca activa durante el periodo dictatorial.
Volverá a la política en 1931 convencido como otros por la actitud del Rey durante la dictadura había dejado mucho que desear y pasándose al bando republicano dentro de Acción Republicana, por la que fue elegido diputado por Logroño en 1933 y ya convertido en Izquierda Republicana por la misma provincia con la victoria del Frente Popular.
La llegada a la presidencia del Consejo de Ministros de Manuel Azaña después de las elecciones le valió el nombramiento como ministro de Gobernación, cargo que ocupará hasta Mayo del mismo año. Su actuación al frente de este ministerio será muy discutida desde casi todos los ámbitos por su incapacidad para detener los desordenes y enfrentamientos que se producían en el país entre las organizaciones mas extremistas, y por su favoritismo hacia las de izquierdas, si bien hay que decir que ocupó este cargo durante el que seguramente será uno de los periodos mas convulsos del siglo XX.
Exiliado tras la Guerra Civil, pasó a Francia y de allí a Venezuela, donde uno de sus hermanos ejercía de embajador, país donde además se instalo hasta su vuelta a España. Antes de eso, el Tribunal de Responsabilidades Políticas le impuso la mayor sanción económica de la época, cien millones de pesetas, lo que le dejó en la ruina. Tuvo aparte también una gran actividad dentro del exilio, formando parte de la Junta de Liberación Nacional durante los años 43 y 44.
Abatido por la falta de perspectiva de un fin próximo de la dictadura, le decidió sobre la posibilidad de volver a España, lo cual conseguirá en 1950, muriendo en Madrid en 1959.
MARIANO RUIZ-FUNES GARCIA
Nacido en Murcia en 1889 en una familia de clase media cuyo cabeza de familia era confitero, Mariano Ruiz-Funes estudiará bachillerato en el Insituto de Murcia, terminando el grado con nota de sobresaliente. Inició después la licenciatura de Derecho en la Universidad Central de Madrid, que terminó en 1909 con la misma nota y doctorándose en 1913 en la misma universidad consiguiendo el premio extraordinario.
Su actividad docente empezaría en 1915 siendo nombrado para la cátedra de Derecho Penal de la Universidad de Murcia en 1919. Posteriormente sería nombrado decano de la facultad de Derecho de Murcia, así como vicerrector de la Universidad. Ejercería también como profesor del Instituto de Estudios Penales de Madrid.
Sería este ámbito precisamente, el Derecho Penal, en el que Mariano Ruiz-Funes sería reputado especialista, ocupándose especialmente de figuras como el genocidio o los crímenes de guerra.
Una vez en el exilio fue catedrático de Criminología en la Universidad Autonoma de Mexico así como en la de Xalapa, además de muchas conferencias y colaboraciones en distintas universidades del continente, ejerciendo una fuerte influencia en la elaboración del derecho penal latinoamericano.
Desde el punto de vista político se afilió a Acción Republicana en 1928, presentándose como candidato por dicho partido a las elecciones de 1931 por la provincia de Murcia, consiguiendo escaño y pasando a formar parte distintas comisiones jurídicas del las nuevas cortes, entre ellas la creada para la redacción de la Constitución. Como muchos de sus compañeros de partido no consiguió escaño en 1933, apartándose de la política activa hasta que en 1934 se forma Izquierda Republicana, partido con el que se presentará nuevamente como candidato en 1936, consiguiendo un puesto en el Congreso por Bilbao.
El 19 de Febrero de 1936 fue nombrado como Ministro de Agricultura por Manuel Azaña con el difícil encargo de retomar las reformas iniciadas en 1931 para solucionar los problemas del campo español, reformas que se habían visto derogadas durante el periodo radical cedista y que se agravaron en este periodo con la ocupación de tierras. Se mantendría en este puesto durante los gobiernos de Barcia, Casares Quiroga y Giral, con el breve paréntesis de efímero gobierno de Martinez Barrio, hasta Septiembre de ese mismo año, momento en que Largo Caballero le nombra Ministro de Justicia.
Tampoco sería sencilla su labor en este ministerio, ya que tuvo que dedicar todas sus energías en la reorganización del estado así como en terminar con las arbitrariedades, descontrol y ejecuciones sumarias que se daban en la retaguardia republicana. Cesó en el cargo en Noviembre del mismo año.
A partir de ese momento sería nombrado embajador primero en Polonia y después en Bélgica, puesto que ocuparía hasta el final de la guerra, exiliándose posteriormente en Mexico, residiendo en la capital hasta su muerte en 1953.
SALUDOS.
- Buenaventura66's blog
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Te extrañaba Buenaventura.
Muy buen artículo (esto parece una novela por entregas... y me gusta cada capítulo).
Un sólo detalle, no se si es mi ordenador, pero no puedo ver todas las imagenes.
Saludos
A ver si te entendí bien
¿Copias la imagen de internet a tu ordenador y luego copias la imagen de tu ordenador al artículo?
En ese caso careces de control de si estás copiando la imagen o el vínculo. Si lo que se copia es el vínculo, por eso no lo vemos.
Fíjate en el editor el botón "Imagen" (el primero del grupo derecho de la fila superior). Primero copia la imagen a tu disco duro, luego pulsa el botón "Imagen" e ingresa en "Ver Servidor", en esa pantalla dale "Upload" (en la fila de arriba) y se despliega un panel, con "Explorar" busca la imagen que copiaste a tu disco duro y dale "Upload" (el nuevo botón que apareció), finalmente, dale "Send to Ckeditor" y allí podrás elegir el tamaño final.
Este procedimiento deja la imagen en el Servidor de Mundo Historia, no un link y no falla nunca que funciona.
Yendo a tus artículos. Buenaventura, puedes tratar de demostrar todo lo que quieras acerca de la buena voluntad y buenas intenciones de la República, pero allí vamos a diverger.
Y es que, más allá de las opiniones políticas, muchos de los principales actores de la República fueron culpables de voluntarismo incompetente, lo cual provocó los males que se le achacan.
Un par de ejemplos:
Franco era monárquico, al punto de negarse a arriar la bandera monárquica cuando Alfonso XIII puso pies en polvorosa, ¿medida disciplinaria? Gobernador de una región militar con la acotación de que nunca más ascendería ¿!? ¡O lo apartas de la Fuerza o tratas de ganártelo! ¿desde cuando empujas a alguien al campo contario al tuyo y le dejas las armas en la mano?
Sanjurjo perpetró el golpe fascista. Su fuerza venía dada por haber creado la Legión, su prestigio, de la guerra de Marruecos ¿dónde lo arrestan? pues ¡en un cuartel de la Legión! ¿desde cuando dejas un conspirador con todas las facilidades de comunicarse con sus aliados y con las tropas que le son leales a la mano?
De estos dos errores garrafales surgió la segunda Sanjurjada. Y conste que la República tuvo una suerte a prueba de bombas. Sanjurjo murió al día siguiente del alzamiento, Primo de Rivera fue detenido ipso facto, ya no recuerdo quien (tú lo posteaste en otro artículo) también murió ni bien empezar el alzamiento, recién allí, ¡el cuarto en la cadena de mando! siguió con el alzamiento. En conclusión, hicieron tan mal las cosas que ni siquiera una suerte inconcebible los salvó.
Por último, te recuerdo que tenemos pendiente (desde hace un año, más o menos) un pleito () sobre lo que entendemos como legalidad/legitimidad, lo cual cambia nuestras conclusiones ante los mismos hechos.
Ahora, en cuanto a tu trabajo en sí. Es impecable. Expones los hechos diferenciando tu opinión sobre los mismos, lo cual nos permite formarnos nuestra propia idea sobre los mismos. Eres un historiador en estado puro. Puedes exponer los hechos y tu opinión, sin distorsionarlos ni influir sobre el lector. Pocos escritores tienen tanta habilidad.
Saludos
Estimado Buenaventura otro estimable artículo, como no podía ser menos viniendo de ti.
Hartman te voy a dar en parte la razón -nada es imposible . La República cometío graves errores, sobre todo en no saber parar el golpe que se avecinaba y que era vox populi.
A Sanjurjo si le hubieran aplicado el Código Militar estrictamente lo tenían que haber fusilado; pero el que le dio la posibilidad de seguir conspirando fue el Gobierno Radical-cedista que le concedió la amnistía. En cuanto a Franco, otro gran error, en lugar de encarcelarlo y haber tirado la llave al mar, le dieron un puesto que le puso más fácil aún el poder participar en la trama con sus amigos africanistas.
Y otro grandísimo error fue la tardanza con reaccionó cuando se produjo el golpe, si se hubiera armado al pueblo antes algunas de las ciudades que cayeron en manos de los golpistas hubieran seguido en poder de la República.
Por eso me encanta Buenaventura, Yusuf, expone su opinión (muy cercana a la tuya) pero no omite ningún hecho.
Y es un hecho que el dar armas al "pueblo" generó una serie de atropellos y ejecuciones que luego sirvieron de justificativo para los "paseos" del bando nacional. Es decir, fue un error. Y de los groseros (no estoy diciendo que yo no cometería el mismo error, hablo con el diario del día siguiente).
En cuanto a Franco, no seas tan duro con ambos (República y Franco). No olvides la Sanjurjada. Sanjurjo contaba con él y Franco (en su formato más legalista) se abstuvo de alzarse en armas contra el gobierno legal constituido, pero se manifestó abiertamente monárquico. Lo más correcto (y aquí me guío por el amigo Maquiavelo) era apartarlo de la fuerza. Pasarlo a retiro. Lo cual es usual en cualquier país, los generales deben tener un compromiso político con el gobierno, sino, se retiran. Justamente la condición para pasar de coronel a general es demostrar dicho compromiso, sino lo hay, no asciende, se retira. No había bases para encarcelarlo (pero sí para retirarlo). El punto de la incompetencia es que se le hicieron sucesivos desplantes mientras fue gobernador militar de Baleares (en el '35) que lo llevaron al bando de Sanjurjo, más el hecho que Sanjurjo por poco y le ofrece su ojo derecho si se le une. Y es que Millán de Astray sólo respetaba a Franco y no a Sanjurjo. Esta situación hubiese sido evidente si los mensajes de Sanjurjo hubiesen sido controlados y entonces la Legión no se hubiese alzado.
Es un hecho Yusuf que una parte del pueblo estaba con los nacionales ¿por mérito de José Antonio? no me parece, tu has hurgado más, así que puedes enmendarme la plana, pero se me hace que fue mérito de los errores Republicanos (como cambiar la bandera, por ejemplo).
Saludos
Estimado Hartman algunas de tus conclusiones me han sorprendido; paso a contestarlas.
En el 35 a Franco no se le hizo ningún desplante, todo lo contrario. Se le concedió la Gran Cruz del Mérito Militar, se le nombró Jefe de las tropas en Marruecos y posteriormente Jefe del Estado Mayor. Franco estaba rabioso, no contra la República -mientras esta estuviera gobernada por los partidos de derecha- sino con los políticos progresistas, sobre todo con Azaña, por el cierre de la Academia Militar de Zaragoza.
En cuanto a que la salvaje represión franquista fue motivada por, utilizo tus palabras: «atropellos y ejecuciones que sirvieron de justificación a los paseos». ¿De verdad crees que los franquistas hubieran actuado de otro modo?. Insisto en que la represión en el bando republicano nunca fue programada por las autoridades, mientras que la de los sublevados fue sistemática y bien planificada; el objetivo, y esto lo decían incluso generales franquistas, era el exterminio del enemigo.
Por último claro que había parte del pueblo al lado de los golpistas, pero este era muy inferior a los que se mantuvieron del lado republicano; y si pienso que la Falange tuvo mucho que ver en esta apoyo "popular", De hecho el que Franco mantuviera a Falange era porque, de alguna manera, necesitaba una base social que no se la proporcionaban ni los militares, ni los monárquicos. Los tres pilares en que se sustentó FRanco fueron: Ejército, Falange e Iglesia.
Y lo de la bandera no fue, bajo mi punto de vista, en absoluto causa de descontento; ten en cuenta que esa bandera era la enseña de la monarquía, esa misma que estaba claro que el pueblo español no quería.
Buenaventura, discrepo en cuanto a lo de Franco; estoy rebuscando entre mis archivos a ver si encuentro el discurso que dio Franco cuando se cerró la Academia Militar, no tiene desperdicio, y aunque no totalmente explícito -Franco nunca lo fue, como buen gallego- era suficiente para que hubiera sido cuando menos pasado a la reserva sin más. Lo que fue una barbaridad fue enviarlo a Canarias, cuando ya se sabía que estaba en contacto con los golpistas, y así facilitarle el acesso a las tropas de Marruecos.
Saludos.
Estimado Hartman algunas de tus conclusiones me han sorprendido; paso a contestarlas.
En el 35 a Franco no se le hizo ningún desplante, todo lo contrario. Se le concedió la Gran Cruz del Mérito Militar, se le nombró Jefe de las tropas en Marruecos y posteriormente Jefe del Estado Mayor. Franco estaba rabioso, no contra la República -mientras esta estuviera gobernada por los partidos de derecha- sino con los políticos progresistas, sobre todo con Azaña, por el cierre de la Academia Militar de Zaragoza.
Ok, se le concedió la Gran Cruz, se lo ascendió hasta llegar a Gobernador de una Región Militar y se le dejó clarito y sin anestesia que nunca iba a llegar a General de División...
El principal problema de la República fue que era un conglomerado no muy bien aglutinado. A Franco le vino encima gran parte del conglomerado y, mientras unos lo proclamaban héroe nacional la mayoría hablaba de "congelarlo". Esto último fue el error que comento.
En cuanto a que la salvaje represión franquista fue motivada por, utilizo tus palabras: «atropellos y ejecuciones que sirvieron de justificación a los paseos». ¿De verdad crees que los franquistas hubieran actuado de otro modo?. Insisto en que la represión en el bando republicano nunca fue programada por las autoridades, mientras que la de los sublevados fue sistemática y bien planificada; el objetivo, y esto lo decían incluso generales franquistas, era el exterminio del enemigo.
No creo que hubiesen actuado de otro modo. Soy coherente conque debían actuar de ese modo, como actuó Guevara en Cuba (recuerda como discutí con Coracinero apoyando tu postura en favor de Guevara).
Lo que dije es que "sirvió de justificación", no que necesitaban tal justificación.
Lo que comentaba sobre la represión republicana es exactamente lo que tu dices. No fue planificada, fue un desmadre, fruto de dar armas a la población, cosa que tu ponías como una medida que debía haberse tomado en forma masiva. Si hubiese sido así el desmadre hubiese sido monumental.
Por último claro que había parte del pueblo al lado de los golpistas, pero este era muy inferior a los que se mantuvieron del lado republicano; y si pienso que la Falange tuvo mucho que ver en esta apoyo "popular", De hecho el que Franco mantuviera a Falange era porque, de alguna manera, necesitaba una base social que no se la proporcionaban ni los militares, ni los monárquicos. Los tres pilares en que se sustentó FRanco fueron: Ejército, Falange e Iglesia.
Y lo de la bandera no fue, bajo mi punto de vista, en absoluto causa de descontento; ten en cuenta que esa bandera era la enseña de la monarquía, esa misma que estaba claro que el pueblo español no quería.
¿La bandera monárquica era tricolor y morada? ¿no había una influencia de los socialistas franceses por allí?
Y si había una influencia extranjera evidente, ya sabes como se ponen los españoles cuando alguien de fuera les dice algo (aunque tenga razón) nos alineamos para pelearle. Así que el cambio de bandera aportó lo suyo al bando Nacional.
En cuanto a que había mucho más pueblo del lado Republicano que del Nacional. Eso es cierto en Cataluña y Aragón, en el resto no me suena. Ten en cuenta que no estamos hablando de Holanda, a la que le pusieron nuevo rey y todos felices, estamos hablando de España, donde la guerra de guerrillas volvió loco al ejército de Napoleón. Si pasa un ejército regular y la población se alza en cuanto se va, automaticamente se queda sin suministros. Necesitas una fuerza incalculable para pacificar la retaguardia. La única explicación del avance Nacional es que el grueso de la población fue, al menos, indiferente.
Buenaventura, discrepo en cuanto a lo de Franco; estoy rebuscando entre mis archivos a ver si encuentro el discurso que dio Franco cuando se cerró la Academia Militar, no tiene desperdicio, y aunque no totalmente explícito -Franco nunca lo fue, como buen gallego- era suficiente para que hubiera sido cuando menos pasado a la reserva sin más. Lo que fue una barbaridad fue enviarlo a Canarias, cuando ya se sabía que estaba en contacto con los golpistas, y así facilitarle el acesso a las tropas de Marruecos.
Saludos.
¿De dónde sacas que los gallegos no somos explícitos? ¿acaso de nuestra costumbre de dejar las frases por la mitad?
Franco era un maestro en decir una cosa y hacer otra, en otro hilo hemos comentado que los Ingleses estuvieron a punto de invadir España porque estaban convencidos de que Franco iba a invadir Gibraltar y alinearse definitivamente con Hitler, entonces el analista de Inteligencia especialista en el tema dijo "esperen a ver que hace, las intenciones de Franco hay que evaluarlas por sus acciones, no por sus dichos..."
La República tomó una serie de medidas contra el Ejército de Tierra. En particular Azaña. Esas medidas no podían menos que ofender a los oficiales con más prestigio (los veteranos de guerra) por lo que iban a arrastrar a una parte importante del ejército con ellos. Esto es de manual. Algunas de las medidas fueron: Anular los ascensos obtenidos por mérito en combate, calificar a oficales con muchos años de carrera por delante (como Franco) de modo que no pudieran ascender nunca más, eliminar la renta en ciertas condecoraciones (los suboficiales tenían por tradición que desestimar su ascenso a oficiales y recibían a cambio una condecoración rentada, es decir los suboficiales que hicieron méritos en el campo de batalla renunciaban al ascenso social a cambio de una pensión, que Azaña borró de un plumazo). Independientemente de cualquier otra circunstancia el motivo de una asonada militar estaba servido.
Sin embargo había un detalle que relumbraba como un anuncio de neón. Sanjurjo había contado con que lo siguiera el ejército y no fue así ¿a santo de qué castigar al ejército que no había apoyado la Sanjurjada? y, en particular, había contado con el apoyo de la Legión, que no se había alzado. Cualquier cristiano con dos neuronas hubiese analizado a quién respondía la Legión. Y hubiese llegado a Franco, con lo que la política hubiese sido ganarselo o neutralizarlo. Y aquí no hablo con el diario del día después, como acotas Yusuf, era algo bastante evidente para todos. Excepto Azaña.
Saludos
Y como dicen mis gallegos parientes del PP
"Franco fue grande, tan grande que, por las dudas, le pusimos 15 toneladas de piedra sobre el féretro, no vaya a ser cosa que se vuelva a levantar"
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Gracias Hartman, la verdad es que alegra ver interes en un tema tan poco movimiento, no se si por los fantasmas de del pasado o faltal de interes como este. Mi intención precisamente es desmitificar la idea violenta y radical que ha tenido la II Republica y mostrar la normalidad democrática, en la que entran todo tipo de incidentes, que existió.
En cuanto a las imágenes, ya lo hablamos en el anterior artículo y lo cierto es que lo he intentado como me dijiste, bajando imágenes a mi ordenador y luego copiandolas aquí y no me ha dejado, por lo que recurrí a copiarlas directas de internet.
SALUDOS.