Pío Moa: "Una novela se construye con vivencias propias y ajenas"
Con su última novela, Sonaron gritos y golpes a la puerta, el historiador y escritor español Pío Moa explora los entresijos de una de las épocas más turbulentas de la Historia de España. Autor de numerosos ensayos y artículos, Pío Moa se propuso un nuevo desafío: escribir su primera novela.
-M. H. M.: A la hora de escribir, ¿tiene en mente algún escritor en particular que le haya servido de modelo a seguir?
-P. M.: No. De las influencias en que puedo pensar estarían La noche quedó atrás de Jan Valtin, autobiografía novelada de un agente de la Komintern, y El enamorado de la Osa Mayor de Sergiusz Piasecki, una historia de contrabandistas en la frontera entre Polonia y la Unión Soviética de entreguerras. Las dos apasionantes para mi gusto. De forma inconsciente, seguramente me influyen muchos más autores, aunque sólo he leído novela con intensidad cuando era joven.
-M. H. M.: ¿Cuáles son sus libros de cabecera?
-P. M.: Ninguno en particular. Creo que la literatura griega clásica siempre es muy necesaria para formarse un criterio y como antídoto contra la chabacanería y la pretenciosidad que hoy dominan gran parte de la novela. Y contra la novelística de mero entretenimiento. A una novela le conviene ser entretenida, claro, pero debe tener también otras cosas. De otro modo pasa como con ciertas películas que saben emplear trucos para mantener la atención pero al final uno se pregunta por qué ha perdido el tiempo viendo tal insustancialidad.
-M. H. M.: El título de su novela es muy llamativo, ¿por qué lo eligió?
-P. M.: Un buen título es importante y suele ser difícil encontrarlo. Uno da vueltas a unos y otros, al final se cansa y sale con cualquiera. No sé si éste es especialmente bueno, pero me quedé con él porque instala al lector ya en medio de la acción. Además, representa algo que vivieron muchas personas por entonces en España.
Pío Moa. |
-M. H. M.: ¿Qué le ha hecho embarcarse en la elaboración de esta novela?
-P. M.: La idea me la dio el relato de unos hechos reales muy semejantes a los del comienzo del libro, contados por una señora mayor a un abogado amigo mío, y que habían sucedido en Barcelona. Fui postergando la idea porque tenía otros trabajos y por fin me puse a ello, como un reto. La verdad es que no sabía al principio cómo se desarrollaría. Una vez comenzada, los personajes y las situaciones se fueron formando un poco por su cuenta, sin un plan deliberado.
-M. H. M.: ¿Por qué escoger una época tan turbulenta política y socialmente?
-P. M.: Para una novela histórica es una época interesantísima por los peligros y las pasiones a flor de piel y con tanta gente jugándose la vida. Y es en esas situaciones donde el ser humano se ve forzado a elegir de forma imperiosa y extrema y a asumir imprevisibles consecuencias de sus actos. Claro que por eso mismo es muy fácil caer en lo convencional o en un moralismo simple o tosco, algo muy frecuente en novelas de guerra.
Por otra parte, en una novela histórica puede ocurrir que la historia se coma la novela o que la novela se coma la historia, es decir, se desvirtúe demasiado “por necesidades del guión” o por los prejuicios del autor. Creo haberlo evitado, a juzgar por las reseñas en blogs como el de Aquilino Duque, que tiene premios literarios importantes, entre ellos el Nacional de Literatura; el de un novelista joven, Luis Segura; el de Luis del Pino; y comentarios de algunas profesoras y personas diversas en mi propio blog. Son comentarios desinteresados y muy de agradecer porque, desde hace varios años, los grandes medios de masas me hacen el vacío, tanto los de izquierda como, aún más, los de derechas. En general dedican mucha más atención y espacio a personajes de actualidad o de moda como Belén Esteban. Parece que es lo que pide la gente, aunque no estoy muy seguro.
-M. H. M.: ¿Se podría establecer algún paralelismo con la situación política actual?
-P. M.: Hay muchos paralelismos. Ante todo, la guerra se produjo por la destrucción de la ley republicana por parte del Frente Popular, después de unas elecciones fraudulentas. La ley es lo que mantiene el orden en las sociedades humanas, en las que chocan constantemente intereses, ideas y sentimientos muy distintos u opuestos. Al caer la ley, surge la violencia o bien se entra en un proceso de disgregación y putrefacción social.
Hoy vemos cómo los políticos destrozan la Constitución, los mismos jueces lo hacen, algunos líderes de partido se ponen abiertamente al margen de la ley, como Mas, o colaboran con la ETA como ha hecho Zapatero y sigue haciendo Rajoy, o llevan al país a la ruina… Y no pasa nada, al menos en apariencia. Son políticos corruptos en su mayoría, y digo corruptos no sólo ni principalmente en el terreno económico, sino ante todo en el intelectual y moral. Recuerdan a aquellos que tan bien retrataba Azaña en su tiempo: “política de amigachos, de codicia y botín, sin ninguna idea alta”. En todo esto hay grandes semejanzas entre aquella época y ésta.
Difiere, en cambio, el carácter de las generaciones respectivas. La de los años '30 tuvo capacidad y valor para reaccionar, aunque lo hizo algo tardíamente, por lo que la guerra se volvió al final inevitable. Encuentro a la generación actual muy desconcertada y desmoralizada. Sería exagerado pero no del todo irreal calificarla como la generación del botellón y la telebasura. Ignora la historia de su propio país o tiene ideas completamente falsas sobre la república, la guerra y el franquismo. Y, ya lo dijo Santayana, un pueblo que ignora la historia se ve forzado a repetirla. La crisis actual no es sólo económica, es ante todo moral, y resulta imposible predecir qué saldrá de ella.
"Una novela se construye con vivencias propias y ajenas" |
-M. H. M.: ¿Qué opina de otras novelas situadas en este período?
-P. M.: Creo que las mejores siguen siendo las dos primeras de Gironella (Los cipreses creen en Dios y, algo menos, Un millón de muertos) y también las de Agustí. Las que se escriben actualmente son en su mayoría pura filfa, más o menos como la mayoría de los libros de historia sobre esa época. Se ha impuesto en muchos medios la idea de que en la Guerra Civil el Frente Popular defendía la libertad y la democracia. Es decir, que esas cosas eran defendidas por los marxistas del PCE y del PSOE, cuando el marxismo ha sido la ideología más totalitaria y genocida del siglo XX, que eran defendidas por los anarquistas, los racistas extremos del PNV, golpistas como Azaña y Companys, que en cuanto perdieron las elecciones de 1933 intentaron golpes de estado y todos ellos tutelados por Stalin…
En fin, es como pretender que Hitler defendía a los judíos. Cuando se hace de ese disparate la clave explicativa de la Guerra Civil, de ahí no puede salir más que una sarta de tonterías más o menos rebuscadas. Pero ése es el nivel real, el de la simple tontería, al que ha llegado la mayor parte de la historiografía y la literatura y la televisión sobre aquel período. Parece que estamos de nuevo en el tiempo de la charlatanería y el embuste triunfantes. La sociedad española actual, con la demagogia de tres al cuarto omnipresente, no resulta demasiado inspiradora, salvo para una novela satírica o de cachondeo.
-M. H. M.: ¿Alguna persona de la actualidad le ha servido de inspiración para sus personajes?
-P. M.: Para los personajes comunistas me he basado en mis propios recuerdos de situaciones y de antiguos camaradas y, para otros, en personas anónimas que he conocido. Por ejemplo, tuve un amigo que a los dieciséis años era un poco el chulo de una prostituta, y lo he utilizado como un rasgo de uno de los protagonistas, Paco. Las relaciones amorosas las he tomado un poco del entorno y de situaciones que he vivido o conocido de otras personas.
Una novela se construye con vivencias propias y ajenas y con lecturas. Pero no he querido hacer costumbrismo ni caer en el realismo cutre tan en boga en la literatura española desde hace mucho tiempo, ése que se centra en personajes con poco espíritu y poco inteligentes y con afanes algo sórdidos. Los personajes que luchan contra el comunismo en Sonaron gritos no encajan en los tópicos ni en los tipismos de la derecha. Tienen una individualidad muy pronunciada. A Aquilino Duque les han parecido de espíritu proletario, aunque no sé si eso los define, creo que no.
-M. H. M.: Háblenos de su motivación, ¿qué mensaje quiere transmitir al lector?
-P. M.: No he pretendido transmitir un mensaje sino, ante todo, reflejar el conflicto y la evolución de las personas en un tiempo determinado y en unas circunstancias radicales, evitando maniqueísmos. Los personajes se revelan de dos maneras: en la acción misma y en sus reflexiones y discusiones pero no he querido que éstas lleguen a conclusiones precisas. No he querido hacer una novela de tesis. Evidentemente, siempre hay un mensaje pero cada lector puede encontrar el suyo y a veces se sacan significados opuestos, como he podido comprobar por los comentarios. Dice Aquilino Duque que se trata de una novela dantesca. Luis del Pino la ha encontrado delicada. Otros le han encontrado paralelismos con Guerra y Paz de Tolstoi (salvando las distancias…). En fin, esa misma disparidad de opiniones me anima porque es propia de la buena literatura.
Sonaron gritos y golpes a la puerta es la primera novela de Pío Moa. |
-M. H. M.: ¿Cuáles eran sus objetivos al escribir Sonaron gritos y golpes a la puerta?
-P. M.: En primer lugar, comprobar si era capaz de escribir una novela larga. Cuando presenté a la editorial el borrador de la primera parte, Ymelda Navajo y Berenice Galaz la encontraron muy emocionante, o impactante, y por eso me aconsejaron que no la alargase mucho ya que era difícil mantener el mismo nivel de interés y una novela se echa a perder si la tensión decae.
Pero la segunda parte, más larga, les pareció mejor todavía. Esa parte es propiamente una novela de guerra, un tipo de literatura que no suelen apreciar las mujeres y, sin embargo, muchas me han comentado que es la parte que más les ha gustado. Y creo que la tercera parte no desmerece de las anteriores, aunque eso es opinable, claro está.
Por otro lado, mientras la escribía me di cuenta de que podía cumplir un papel que no llenan los libros de historia y ser fiel, sin embargo, a la historia. La izquierda comprendió hace tiempo que lo que influye realmente a la gente no son los estudios académicos sino la literatura y el cine y se ha aplicado a fondo. De ahí bodrios como Cúentame o Amar en tiempos revueltos, pura basura pero muy eficaz propagandísticamente si no tiene réplica. He pensado que Sonaron gritos podría contrarrestar en alguna medida –pequeña medida— esa distorsión sistemática de nuestro pasado.
-M. H. M.: ¿Cuáles han sido las mayores dificultades con las que se ha encontrado al documentarse?
-P. M.: Ninguna. En gran parte la documentación la tenía previamente. Además, me he basado en las memorias, testimonios y autobiografías de personas que vivieron la época. Esto es importante porque te permite romper muchos tópicos. Por ejemplo, algunos me han criticado que describa una misa negra o la libertad con que se expresan los personajes en las tertulias en el “Café Gijón” o “El Gato Negro”, porque dicen que en aquella época eran imposibles tales cosas. Pero me he basado, ya digo, en recuerdos de personajes que vivieron aquello.
Además, los años '40 fueron muy variados, dependiendo del curso de la guerra mundial y de los sucesos posteriores. La imagen “espesa” y homogénea que suele darse de ellos es falsa. Cuando la Segunda Guerra Mundial se acercaba a su fin, muchísima gente, dentro y fuera de España, daba por sentado que al Franquismo le quedaban cuatro días y se expresaba en tono amenazante para el régimen, creyendo que pronto iba a llegar su hora. Luego no fue así, claro, y la novela recoge aquel ambiente en que se desenvuelven los protagonistas.
-M. H. M.: ¿Qué opina acerca de las críticas que ha recibido su novela?
-P. M.: Las críticas, por parte de quienes la han leído, son casi todas muy positivas, incluso entusiásticas en un grado que podría ruborizarme, al comparar la novela con las de Tolstoi, Galdós o Baroja. Todos coinciden en adjudicarle fuerza en la acción y en los personajes y situaciones, aunque sobre las figuras femeninas algunos las consideran planas y otros sugestivas.
También entienden el relato de distintas maneras, lo que me parece bien. Después de todo, un autor literario no puede valorar adecuadamente su propia obra, que en gran medida ha surgido de su inconsciente, y ésta en particular no ha partido de ningún plan previo y deliberado, como dije. Y son más de agradecer esas críticas porque en su mayoría vienen de personas con cultura literaria, que no me conocen y escriben libremente en blogs, sin obligaciones o conveniencias de política editorial como las que se perciben muchas veces en los suplementos literarios. Luego está ese tipo de gansos, tan abundantes, que dicen que ni me han leído ni me piensan leer pero que opinan con mucha furia. Son la gente influida por Cuéntame o lo de los tiempos revueltos, a veces por historiadores a los que he rebatido concienzudamente. Qué le vamos a hacer, así está el patio.
-M. H. M.: ¿Podría darnos alguna pista sobre sus futuros proyectos? ¿Tiene pensado escribir una nueva novela?
-P. M.: Este otoño publicaré dos libros: España contra España, que viene a ser una versión popular y acortada de Nueva historia de España; y otro de Textos polémicos, recogiendo debates y críticas a Juliá, Preston, Viñas, Beevor, Carr, Moradiellos y bastantes otros. En España existe pánico al debate, un indicio de la baja calidad de nuestra universidad. Pienso también en una introducción a la historia de Europa, tan necesaria en este país lleno de beatos europeístas que no tienen ni idea de la Europa histórica. Luego intentaré una nueva novela, si todo sale bien.
"Lo esencial [en una novela] no son las formas ni el virtuosismo técnico sino la calidad del argumento y el relieve de los personajes." |
-M. H. M.: ¿Cuál es su opinión sobre el panorama literario en España en la actualidad? ¿Cómo cree que pueden afectar los libros electrónicos a la literatura? ¿En qué medida cree que el público al que se dirige se verá afectado por la subida del IVA?
-P. M.: El panorama literario me parece muy mediocre o menos que mediocre, con las excepciones de rigor. La subida del IVA se añade a la crisis general, pues la venta de libros ha bajado enormemente en los últimos años. En cuanto al libro electrónico, sólo hay que ver a la gente leyendo en tabletas en el metro, cada vez más. El mundo editorial tendrá que adaptarse y ya lo está haciendo. Pero no creo que el libro de papel vaya a desaparecer ni mucho menos.
-M. H. M.: ¿De qué manera le ha influido Internet a la hora de documentarse?
-P. M.: Internet es muy cómoda. Hoy puedes obtener gran cantidad de información que todavía hace poco te obligaba a emplear mucho tiempo en archivos y bibliotecas. No todo lo que hay en los archivos y bibliotecas está en Internet, por supuesto, pero hay cada vez más. Por otra parte, esa abundancia de información, mucha de ella falsa o de baja calidad, obliga a formarse un criterio muy depurado para distinguir, comprobar y seleccionar.
-M. H. M.: Por último, ¿podría ofrecernos algún consejo básico para los que se proponen ser escritores?
-P. M.: En primer lugar, leer bastante literatura y yo recomendaría, en general, la griega, la española del Siglo de Oro y la del XIX, gran época de la novela europea. Luego es cuestión de saber si uno vale o no, lo que exige probar. Ya dije que me impuse esta novela como un reto y parece que no me ha salido mal del todo.
Escribir exige bastante trabajo pero sin eso que llaman inspiración, el trabajo se pierde en gran medida. Como empieza la Ilíada, gran parte de la obra no se debe al artista sino a “la diosa”, la musa. Hay autores con muy buena prosa pero que no cuentan nada de interés; o que dominan los trucos eficaces para provocar emoción, tensión, hasta lágrimas o risa y, sin embargo, resulta de ahí un relato intrascendente. Para mí, lo esencial no son las formas ni el virtuosismo técnico sino la calidad del argumento y el relieve de los personajes.
Luego, hay quienes trazan de principio un esquema bastante detallado de la historia, hasta su final, y lo van rellenando; otros, como es mi caso, van desarrollando una idea muy general que además se transforma según se va escribiendo. En fin: cada uno debe probar según su propio espíritu, conociendo lo que han hecho otros pero sin supeditarse a ello. Es un consejo muy vago pero no se me ocurre nada mejor.
Autora: Elisabet Seijo, licenciada en Historia (UB)
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¿Cómo tres mentes brillantes se plantean dejarnos por diferencias de criterio, dejando la tramitación en manos del administrador que debe hacer de juez?
Tu solución, Pilar, es una no-solución, todos perdemos.
Acepto la invitación, ves pidiendo el café y ... una copita de brandy.
Mi apoyo total a la administración de Mundo Historia por no ceder al chantaje de unos cuantos intransigentes, que pretenden censurar a los que no piensan como ellos. Como no, son los abanderados de la "libertad", es decir, eres libre de hacer lo que quieras, mientras no me parezca mal.
Y Gracias a Eli por tan buena entrevista realizada, toda una profesional.
Creo que va siendo hora de que intervenga. He seguido el tema muy atentamente y hasta ahora he preferido no intervenir por precaución, porque cuando ocurren estas cosas es mejor tener la mente y el corazón fríos, si bien aviso de que será también mi última intervención en este tema.
Personalmente, como editora de Mundo Historia Magazine, he sido la responsable de revisar, maquetar, aprobar y publicar esta entrevista, compartiendo responsabilidad con el resto del consejo editorial en algunas funciones. Gran parte de esta responsabilidad (mis funciones no han sido siempre las mismas) la acepté desde el mismo momento en que Mundo Historia Magazine vio la luz. Contaba por entonces con 19-20 años. Han pasado más de tres años y a lo largo de este tiempo se han realizado muchísimos artículos y muchas entrevistas a personajes a los cuales se les ha preguntado según las circunstancias del momento. La ideología tanto de los redactores como de los entrevistados siempre se ha quedado en un segundo plano, en este sentido, siempre hemos intentado ser imparciales y neutrales. El motivo de esta entrevista es la publicación de una novela histórica y, entrevistas de este tipo, hemos publicado diversas.
Nótese que la única intervención que tiene M. H. M. es, por una parte, las preguntas realizadas por la entrevistadora, mi tocaya y amiga Eli Seijo, y, por otra parte, las imágenes que acompañan el artículo y las frases que destacamos. La intervención de M. H. M. en la entrevista siempre ha ido encaminada hacia el motivo de interés por el cual se ha publicado: una novela histórica que además podéis encontrar en nuestra tienda. El resto del contenido es responsabilidad del entrevistado, como en cualquier otra entrevista.
Tened en cuenta que la entrevista es una sección que forma parte de nuestra revista, que se encuentra en el foro para que sea de acceso gratuito a todos los usuarios e invitados y, como han dicho anteriormente, las entrevistas o se publican o no se publican y, una vez publicado un número de una revista, el contenido de ésta no puede ser modificado. Sobre la idoneidad o no de haber publicado esta entrevista no voy a hablar porque ya se ha comentado y seguir en ello sólo haría hacer más leña del árbol caído. Además, me gustaría dejar claro que una cosa es cómo opino como persona y otra como profesional (aunque esto sea un trabajo voluntario nunca he dejado de intentar hacer mi labor lo más profesional que sé hacerlo).
Por otro lado, me gustaría resaltar lo insólito que es que los artículos de una revista acepten comentarios y pueda existir una relación directa entre un articulista y un lector (imposible si el formato de la revista se encuentra en papel o en pdf). Creo que esto es algo importante y de agradecer, aprovechad esta plataforma para expresar vuestra opinión y crear un debato serio pero, sobre todo, sano, argumentando y contrargumentando. Sin embargo, ciertamente, siento mucho que de entre todos los artículos que hemos publicado en los 18 números que llevamos precisamente sea éste el que más visitas y comentarios ha tenido a tan pocos días de ser publicado. Para mí, esto ha sido una pequeña decepción personal.
Me apena muchísimo el cariz que han tomado las intervenciones en este tema y las decisiones tomadas por parte de tres presonas (nótese que no me refiero a vosotros como usuarios sino como personas porque ahora no hablo como editora sino como persona) como consecuencia de cómo ha tenido lugar el debate. Sin embargo, entiendo que todos somos mayores de edad y responsables de nuestros actos por lo que no intentaré convencer a nadie de que actúe de forma diferente a sus convicciones y respetaré la decisión que habéis tomado, no sin antes volver a mostrar mi lamento por ello porque la tolerancia, el respeto pero, sobre todo, el cariño y el aprecio deben de estar por encima de cualquier diferencia, por encima de todo.
Ruego por favor que si alguien cree que personalmente debo de aceptar algún tipo de consecuencia por haber tomado como editora una decisión que cree errónea, se ponga en contacto conmigo o con la administración, y pondré mi cargo a disposición de quien lo desee.
Gracias por tomar tiempo en leerme.
Atentamente,
Elisabet Ramírez.
P. Flores, vas a hacer que se me caiga una lagrimilla. No voy a tratar de seguir convenciendote, solo espero que cambies de opinión por ti sola. Sobre lo que lean los jóvenes, yo siempre he tratado de enseñarles, cuando el sistema me dejó, ya que actualmente no ejerzo la docencia, que la palabra escrita no es ley, que tras las apariencias de sabios y palabras grandilocuentes hay muchos charlatanes, que en la mirada de nuestros ancianos está la mayor sabiduría, que lo que se repite mil veces no termina siendo cierto, y sobre todo a que extraigan sus propias conclusiones de lo que leen una vez tengan las herramientas intelectuales necesarias para ser críticos. Y creeme que leer a las personas más polémicas (por no llamarlos extremistas) suele ser de gran utilidad, aunque no por lo que algunos puedan creer, sino por todo lo contrario. Claro que para eso hay que tener una cabeza amueblada, y ser capaces de dilucidar las consecuencias que acarrean ciertas ideologías que, como todas, a priori buscan el "bien". A mi no me produce ningún ardor leer a Moa, ni el Mein Kampf, ni el Corán ni a robespierre. De todo aprendo algo.
En definitiva se trata de cultivar el librepensamiento.
P.D: Flores, los bebés se me dan fatal. Tengo una sobrina de 5 meses y aún no se ni como cogerla.
Soy seguidor de esta web, desde hace meses. Nunca me registré o intervine porque nunca lo consideré necesario y siempre pude acceder a contenidos interesantes sin hacerlo. Son ya multitud las noches que me duermo leyendo en la "tablet" algún articulo nuevo o las discusiones del foro. Y bien que lo disfruto...
Intervengo simplemente porque lo visto aquí me provoca una profunda vergüenza ajena. Ha llegado a un punto sonrojante ¿Pero en que pais estamos donde unos pocos se arrogan el derecho de censurar a su antojo una entrevista porque lo que dice el entrevistado no les gusta o lo consideran ofensivo?
Si llamar esto o aquello al presidente o ex-presidente de gobierno es calumnioso u ofensivo, los ofendidos tienen de sobra medios y recursos para querellarse contra el autor, sin necesidad de que vengan los comisarios de lo políticamente correcto a intentar presionar o chantajear a nadie.
Vivimos una epoca, donde la generalización es la norma. Estamos hartos de llamar a los politicos , ladrones, corruptos y todo lo que se nos ocurra. Estamos hartos de leer en la prensa nacionalista como se llama ladron al estado español o como se acusa de tortura a las fuerzas de seguridad y se tacha de fascista a todo aquel que no comulga con los mantras de la izquierda. Y no pasa nada. Porque se supone que les ampara el derecho de opinión. Aquí lo que pasa es que algunos estan muy mal acostumbrados. Han hecho de la ley del embudo una norma y se piensan que los demas o somos idiotas o no nos damos cuenta. Solo cuentan sus "dogmas" y lo demas es directamente mentira o "revisionismo". Aunque eso si, siempre tirando de la falacia de autoridad o "ad hominem".
El pecado de Moa parece ser afirmar ciertas cosas que según algunos estan sobradamente refutadas. Aunque eso si no aportan dichas refutaciones, solo unos "botoncillos" de muestra que inciden en lo accesorio y no en lo fundamental. Lo gracioso es que siendo según ellos mentiras tan burdas se ofenden un monton por el hecho de que las diga, cuando lo que debería de provocarles es risa más que rabia. Lo mejor de todo es que encima dicen son plagios de otros autores como por ejemplo De la Cierva o Salas Larrazabal, pues oiga nunca he visto atacar con tanta saña a ninguno de esos dos historiadores y eso que según algunos, dicen lo mismo.
Lo que pasa realmente es que no engañan a nadie. Aquí no se trata de un asunto ni una polémica meramente academica. Es pura política. De ahí lo polémico del asunto. No es que se provoque deliberadamente a nadie, es que ciertas cosas no se pueden decir en España porque llevamos decadas de hegemonia de cierto tipo de pensamiento. Moa provoca tales reacciones porque lanza un ataque demoledor contra la misma medula de los constructos ideológicos de la izquierda española. Sobre todo contra lo que yo llamo el "sindrome de hiperlegitimación". En España tenemos una izquierda que se ha tirado decadas perdonandole la vida a los que no piensan como ellos, y sobre todo expidiendo certificados de democrata y autoridad moral a los que no son como ellos. Quieren hacernos creer que han sido tradicionalmente los defensores de las libertades y/o la democracia, y claro cuando esto se pone en duda así como los supuestos 100 años de honradez de algún partido en particular, les falla la base misma de gran parte de su ideología. Saben perfectamente lo que se juegan, y no pueden correr el riesgo de perder esa "hegemonía moral" porque entonces se quedan en muy poca cosa.
Por eso los ataques son tan furibundos y feroces contra Moa. Por eso se trata por todos los medios de anularle, censurarle o condenarle al ostracismo. No es una lucha por dilucidar ninguna verdad histórica sino por el poder. El poder de las ideas que sustentan ciertos entramados ideológicos. Sin ellas se les acaba el chollo a muchos.
Por último, muy bueno eso de proponer unos cuantos historiadores afines a ciertas corrientes ideológicas y cuando se menciona a S. Payne se le descalifica simplemente por ser un "converso" o un veleta. Es decir los que piensan como yo son el colmo del rigor y los que no, simplemente no merecen consideración por no hacerlo. Ya sea porque dejaron de ser "progresistas" por ex-terroristas (por cierto defecto que muy posiblemente no hubiese sido tal de seguir comulgando con la ultraizquierda) o simplemente porque cualquier desviación de los dogmas de la izquierda radical es apoyar a la dictadura o el fascismo.... en fin, lo dicho, una autentica vergüenza.
Obviamente mis más sinceras felicitaciones a los moderadores y redactores de MH por su GALLARDIA, respeto por las libertades y sobre todo por su VALOR y coherencia al no ceder al chantaje de algunos lobos con piel de cordero.
Saludos.
Aunque llego tarde , me acabo de enterar de este post , me gustaría aportar mi granito de arena.
En primer lugar indicar que soy seguidor de las ideas de Marc Bloch , y entiendo que un historiador debe de despojarse de las ideas preconcebidas que pueda tener , concretamente y como en otro post expuse , Bloch dijo:"Para decirlo todo en una palabra ,las causas, en historia , mas que en otras partes , no se postulan .Se buscan." debo de admitir que asi como no leerìa a ningún "historiador" que frecuentase, tertulias , medios escritos o blogs afines a partidos o movimientos de la llamada extrema izquierda , y solo a ellos , tengo a bien no leer a "historiadores" asentados en medios proclives a la extrema derecha y solo a ellos.
Entiendo que las proclamas que lanzan desde estos púlpitos contaminan "per se" su posible explicación de los hechos historicos , modulandolos con sus ideas . Por otra parte creo que la historia reciente, no puede ser abordada con coherencia y asepsia en tanto no haya transcurrido un periodo minimo de unos 100 a 150 años , dado la carga emotiva y visceral que arrastra este estudio , debo admitir que en mi ingenuidad lei de joven a Gironella , De la Cierva , y Tuñon de Lara , confieso que no volvi a leer nada mas sobre los tiempos recientes , y me detengo en los estudios de la revolucion francesa y Napoleon .
El profesor Ubieto , se para antes , deteniendo cronologicamente su estudio en la edad media , explicando que a partir de la imprenta existió una contaminación politica que hace dificil explicar los hechos con ponderación , ¿que no nos encontraremos hoy en dia con la radio . televisión , periodicos e internet.?
Existen en los ultimos tiempos manipulaciones politicas mucho mas acentuadas que las realizadas en los cartularios de algunos monasterios de la edad media , que falsificaban contratos , actas reales y notariales, con el fin de agrandar los bienes del monasterio , ya se sabe , como el cuento del fraile mendicante que iba pidiendo por la ciudad y le oían decir "todo es bueno para el convento" y llevaba una puta al hombro.
El seguimiento de los aconteceres y hechos en las ultimas decadas se torna algo dificil , poniendo por caso la censura durante el franquismo . La manipulación de la censura se realizaba en caso de libros , mediante un "papel" sin membretes sello ni firma , que recogia el propio autor, al que se le hacian ciertas recomendaciones sobre palabras y pasajes del libro, que debía cortar o transformar , no quedando prueba fehaciente del hecho en si.
En el ambito periodistico la mano de la censura era mucho mas maquiavelica que la llevada a cabo en guerras y dictaduras de primeros de siglo , ya que no permitían tachar o dejar en blanco el espacio del articulo censado , si no que se debía rehacer la pagina en cuestión sin dejar espacios mi borrones.
Otro tipo de hechos , uno de los cuales fui testigo , lo he narrado alguna vez al comentar que durante muchos años fuí radioaficionado, y me adapté aparatos de escucha para oir distintas frecuencias .
Se trataba de una manifestación universitaria , y que desde dentro del campus se protestaba contra el gobierno , según la ley , la policia no podía entrar en el campus sin permiso del rector (normalmente afín al regimen) en este caso se encontraba ausente de viaje , y al frente se encontraba el vicerrector .
La conversación de la policia entre la fuerza "pegaso" y la "sala del 091"transcurrío tal como la cuento.
- Sala a Pegaso 1.
- Pegaso 1 a la escucha.
- Reune a todos los pegasos que llevas y disuelvelos a los manifestantes.
- Sala estoy hablando con el vicerrector y no autoriza entrar en el campus.
- (Sala cabreada) ¡Pegaso 1 dile al vicerrector que venga a tocarme los c...! ¡ Entrar y disolverlos a ost...!
Esto no lo oirá ningún historiador , lo que verá es la noticia del día siguiente en un periodico de tirada regional.
La noticia decía .- Ayer la policia a petición del vicerrector entro en el campus de la universidad a disolver una manifestación realizando varias detenciones.
Aqui se hace realidad lo que decía Marx (Groucho) ,a quien va a creer a mi o a sus propios ojos.
Hechos de este tipo pueden desvirtuar la busqueda de detalles con los que recomponer la historia , y no digo nada en la actualidad con el "ruido" de internet .
A los compañeros que se retiran , decirles dos cosas , no confundir el continente con el contenido , aunque esteis en desacuerdo con parte del contenido, os dire que yo también lo estoy , pero quiza por los desengaños que tuve en las anecdotas que os cuento , con el paso de los años encuentro mas real el dicho de que "no ofende quien quiere , si no quien puede" . De hecho habiendo leido varios articulos de las innumerables soflamas que lanza el señor P.M. no me he parado a leer la entrevista que encabeza este post.
Creo sinceramente que valeis y teneis una talla superior como para dejaros ofender por tal persona , entiendo que politicamente haya personas a su favor y en su contra , pero estando en un foro principalmente técnico pienso (quiero pensar) que la ciencia y la tecnica de la historia deben de estar por encima de otras razones espureas.
En segundo lugar esta otro dicho " no hay mayor desprecio que no hacer aprecio"
Y ahora que esta de moda Almodovar , ya sabeis .... "Volver"
Espero encontraros pronto.
¡Por favor no me digais que os cuento batallitas como el "Abuelo Cebolleta" !, un poco de distension , que nos hace falta.
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