Dra. Sara Ladrón de Guevara: "El conocimiento debe ser un bien compartido"
Como amantes de la historia sin duda habremos asistido a un museo de historia y disfrutado de su exposición y sus contenidos pero pocas veces nos paramos a pensar quién hay detrás de todas esas salas, imágenes y explicaciones. Los silenciosos protagonistas ceden con elegancia ante la abrumadora importancia de lo que se expone y, sin embargo, el carácter de esas personas también está impreso en todo aquello que estamos viendo. Por ello aprovechamos esta entrevista a la doctora Sara Ladrón de Guevara, directora del Museo de Antropología de Xalapa (MAX), para valorar el trabajo ingente que se esconde detrás de las exposiciones que vamos tan frecuentemente a visitar.
-M. H. M. ¿Cuál cree usted que es la función principal que tiene que tener un director de un museo como el de Antropología de Xalapa?
-S. L. G.: Pues es difícil decir una sola función principal porque son varias y todas son relevantes y es difícil poner una por encima de otra. Nosotros estamos creados como institución de inicio para resguardar un patrimonio arqueológico y eso implica también su conservación, estudio y difusión. De hecho, se habla que el conocimiento debe ser un bien compartido así que ésta es una buena manera de hacer esa labor y difundir un conocimiento histórico en una visita de unas dos horas un periodo largo de tiempo, tres milenios, todo el periodo prehispánico.
Para conseguir esto nos encontramos varias aristas tales como la seguridad, primero para nuestros visitantes y luego para las piezas arqueológicas, diseño, exposición, mantenimiento del edificio, administración, etc. por lo que es muy difícil elegir una sola función. Lo importante de un director es la función de que todas esas funciones se realicen correctamente en esa difusión del conocimiento del periodo prehispánico al mayor público posible. Por eso agradecemos a publicaciones como Mundo Historia Magazine su labor ya que nos ayuda a que más personas nos conozcan y lograr nuestro propósito de llegar a un público que quizás de otra forma nos sería imposible llegar.
Sara Ladrón de Guevara, directora del Museo de Antropología de Xalapa (MAX). |
-M. H. M.: ¿Con que medios llegan para hacer esa labor a nivel externo?
-S. L. G.: Contamos con una página web que incluye un tour bastante completo y competente, contactamos o nos contactan publicaciones externas como la suya, medios de comunicación locales y nacionales, pero muy difícilmente llegamos hasta Europa y podemos mostrar la grandiosidad de información y acervo cultural que disponemos.
Hemos participado en exposiciones nacionales e internacionales, piezas de nuestro centro han viajado a distintos países europeos y puede que algunos, al verlas, se pregunten “¿de dónde viene esta pieza?” “¿Xalapa, donde está eso?” Y se decidan a venir a visitar nuestro museo haciendo un viaje.
Finalmente, los esfuerzos de divulgación que hacen algunas cadenas de televisión, editoras y publicaciones como ustedes son las que junto a nosotros hacen que este periodo prehispánico se dé a conocer tanto en México (muy desconocido para muchos) como fuera del país.
Los mexicanos tenemos en nuestra educación pública señalados los contenidos. Por ejemplo, se habla del periodo prehispánico en tercero de primaria y hasta pasados años no se vuelve a hablar del periodo prehispánico. Está claro que muchos mexicanos ven todo como un solo bloque, piensan que olmecas y mexicas son coetáneos cuando no es así: los olmecas habían habitado mucho antes, miles de años, y los mexicas no tenían ni idea de la existencia de la cultura olmeca. Entonces, nuestra finalidad es dar a conocer ese periodo y hacerlo bien para que las personas sepan, conozcan, su propia historia. Porque este periodo está un tanto descuidado...
-M. H. M.: Un tanto, doctora, es usted muy generosa, humildemente diría que está muuuuy descuidado…
-S. L. G.: Inclusive en México.
-M. H. M.: Apuntamos lo maltratada que se encuentra la cultura y el conocimiento prehispánico en México e Hispanoamérica en general pero retomamos la entrevista. ¿Está usted de acuerdo con que un museo hoy día tiene mucha más labor que realizar que solo ser una exposición?
-S. L. G.: Sí, justamente de eso se trata, de las distintas funciones que tiene un museo. Es cierto que hay mucho que realizar en el mantenimiento y exposición pero también en un ámbito de los servicios educativos, tratar de explicar el discurso del museo a distintos públicos pues una cosa son los adultos y otra cosa los niños. Éste es un público muy importante, muchas escuelas nos traen a niños y era un sector de público muy desatendido.
Ahora tenemos una especie de club que se reúne todos los domingos se llama coates (amigos) del MAX donde los niños tienen una visita gratuita los domingos y hacen actividades, recorridos, hechos especialmente para los niños. Se realiza con los servicios de educación del museo y servicio social que hacen los estudiantes de la universidad, Facultad de Arqueología y demás. Así que estamos siempre buscando encontrar nuevos públicos y ver cómo transformar nuestro discurso para adaptarnos a ellos.
"El conocimiento debe ser un bien compartido" |
-M. H. M.: Algo que llama la atención es la ubicación del museo, teniendo tan cerca una zona mucho mas turística como Veracruz. Además, la calidad y la envergadura del museo impresionan. ¿Cómo nos explica esto?
-S. L. G.: En efecto, no somos una ciudad turística pero tenemos un buen número de visitantes, unos 100.000 al año. Para una ciudad como la nuestra, proporcionalmente es casi la mitad de la población. Si nos comparan con museos como el Nacional de Antropología sí nos adelantan muchísimo pero, si vemos la proporción poblacional de ciudad de México, nosotros estamos proporcionalmente por encima.
El MAX tiene un carácter de ciudad universitaria y eso nos coloca en una posición muy buena. Si este hubiera sido un proyecto turístico de un gobernante el proyecto hubiera terminado con el fin del mandato del gobernante que lo patrocina. Afortunadamente este proyecto se ubica en las competencias de la universidad veracruzana y por tanto es un proyecto que sostenemos los académicos. En este momento yo ocupo la dirección pero si no lo hiciera, no importa, otro académico ocuparía mi lugar. Ésa es la ventaja de que no sea un proyecto político, es el modo en el que toma continuidad y por desgracia las atracciones turísticas a veces obedecen a intereses externos al motivo real del proyecto, ése no es nuestro caso.
El ser parte del proyecto de la universidad veracruzana nos da no sólo la continuidad sino también la calidad en la difusión de la enseñanza que hablábamos antes. La universidad actualmente tiene presencia en 16 ciudades pero en el momento de la creación MAX sólo estaba aquí por ser la capital del estado de Veracruz. Fue un tiempo que había esta política de crear museos regionales en capitales de estado, por eso encontramos museos como el de Villahermosa (Tabasco) y en algunas otras capitales, pero resulta que el de Xalapa ha sido ejemplar.
Fachada principal del Museo de Antropología de Xalapa. |
-M. H. M.: ¿Tienen algún tipo de apoyo de las administraciones para que el turista conozca la existencia de un lugar tan magnifico de visitar como el MAX?
-S. L. G.: El anterior y la actual alcaldesa (presidenta municipal) sí han mostrado un interés en fomentar el turismo en Xalapa. Sin embargo, no me consta que los titulares anteriores tuvieran el mismo interés. Y la verdad es que no es nada fácil, no se cuenta con un aeropuerto adecuado ni con una infraestructura hotelera de la calidad adecuada, a parte que los que son de calidad son excesivamente costosos. Así Xalapa no es una ciudad turística y en realidad no hay una buena razón para que lo sea sino es por el MAX. Si yo me encontrara a cualquier turista del mundo le diría que vale la pena desplazarse por nuestro museo, los demás lo pueden hacer mejor, los parques, jardines y mejorarlo, eso lo pueden encontrar en cualquier parte del mundo pero la colección que tenemos nosotros, la calidad del acervo cultural mesoamericano con que contamos, eso, ya no lo encuentran en cualquier parte del mundo.
-M. H. M.: Me ha estado hablando del desarrollo del club para niños, ¿hasta qué punto tiene un alcance real?
-S. L. G.: En nuestro caso lo hacemos con adultos, el Consejo Nacional de Bellas Artes, que nos incluyen en sus recorridos de museos, y los niños van viniendo a uno y otro. El grupo de niños que tenemos es variado pero sí creo que estamos limitados por un tema de localización, aunque Xalapa no es muy grande sí es cierto que parece que sólo acceden con cierta asiduidad niños de alrededores del museo.
En ese asunto pienso que estamos sembrando para el futuro, hacemos que los niños vean un museo como algo divertido. Muchos adultos lo ven como algo aburrido pero nosotros esperamos que, con una generación, los que ahora son niños no tengan esa visión de adultos y sean los que traigan a sus hijos. Es como una siembra.
Además, tenemos actividades como un concierto los domingos al mediodía que organiza difusión cultural veracruzana, pueden venir los papás, dejar a los niños con actividades y ellos disfrutar del concierto. También se realizan conferencias los sábados, “sábados con la ciencia”, hay conferenciantes de la academia mexicana de ciencias para niños de preparatoria. Tenemos dos exposiciones temporales, donde se hacen cosas de arte así como temas de arqueología.
Ése es nuestro modo de hacer que aunque el público local ya haya visitado nuestro museo se sienta movido a poder hacerlo de nuevo sin que vea todo igual, es un modo de hacerlo dinámico de manera que tratamos de hacer del museo un centro cultural.
"Hacemos que los niños vean un museo como algo divertido para que cuando sean adultos traigan a sus hijos. Es como una siembra" |
-M. H. M.: ¿Qué cree usted que necesitarían para que la gente supiera lo que están haciendo, lo que están ofertando en su museo?
-S. L. G.: Nosotros hacemos boletines, invitaciones, buscamos la manera de llegar al público pero lo cierto es que no tenemos un producto comercial.
-M. H. M.: ¿No es una actitud muy derrotista?
-S. L. G.: La verdad es que la gente no anda buscando esta oferta cultural.
-M. H. M.: ¿Entonces cómo crear esa necesidad?
-S. L. G.: Empezando con la educación y eso cuesta mucho trabajo pero quiero ser optimista. Hoy día hay mucho más interés que el que había hace 30 años por nuestra cultura, por nuestro museo en general. Un detalle curioso es que nuestra librería, aunque casi una desconocida, es la mejor de Xalapa. Aquí el lector puede encontrar títulos que de otro modo no encontraría en otra parte de la ciudad, no es grande pero sí tiene un buen nivel bibliográfico.
A parte de nuestra cafetería que no es comercialmente de interés para el museo pero sí es un servicio añadido a nuestros visitantes. Además, es un servicio con el que no ganamos nada pero sí damos un lugar limpio y adecuado, es para nosotros tener un espacio comparable al primer mundo en un espacio de compartir nuestro acervo.
-M. H. M.: Algo que está sucediendo en México es que la inseguridad ciudadana está modificando los hábitos de los ciudadanos , ¿ha afectado este hecho a los visitantes del MAX?
-S. L. G.: En este momento nos ha pegado, la gente ya no sale sino tiene por qué salir y es una realidad que el mexicano y nosotros como organizadores tenemos que asumir.
Sara Ladrón de Guevara, directora del Museo de Antropología de Xalapa (MAX). |
-M. H. M.: Muchos museos tienen problemas con la gestión de sus fondos (las piezas o elementos no expuestos), ¿tienen ustedes ese problema? Hábleme de su modo de gestionarlo.
-S. L. G.: Tenemos bodegas con miles de piezas. A la vista tenemos todas las esculturas grandes, no tenemos otras cabezas colosales guardadas pero piezas pequeñas tenemos alrededor de 12.000 registradas, aunque algunas de las cédulas se componen de varias piezas así que en realidad son muchas más, con lo que podríamos llegar a las 20.000 piezas en total. Por ejemplo, las caritas sonrientes son piezas se hacían en molde y por tanto podemos tener hasta 1.000 piezas de ese tipo de caritas sonrientes, algunas con el mismo tocado.
Una de las cosas que hacemos es que cuando prestamos alguna pieza a la sustituimos por otra y sólo cuando es una pieza más representativa o importante, como una cabeza colosal, ponemos una foto e indicamos que se encuentra en otra exposición de manera temporal. También cuando se restauran piezas lo que hacemos es bajar unas y subir otras nuevas de modo que así siempre hay una rotación.
Algo nuevo que estamos realizando es la digitalización completa de las piezas de las que disponemos. En nuestra web tenemos el catálogo a la vista y no tenemos a la vista del público todas las piezas para investigación de modo que lo estamos poniendo a disposición del mundo entero, en realidad, somos pioneros en nuestro género, ningún otro museo tiene todo su catálogo en línea en México, ni el Museo Nacional. Fíjese, en 1959 nosotros abrimos nuestras puertas como museo de antropología mientras que el Museo Nacional es de 1964 por lo que en ese aspecto seguimos siendo pioneros.
Es importante que fuimos los primeros en contar con un edificio para cuidar esas piezas, pues anteriormente algunas estaban en casas particulares y podía uno ir a visitarla. Sin embargo, tener un edificio exclusivo donde no sólo se hace exposición sino conservación, investigación, laboratorio es algo que se da primeramente en Xalapa, antes que en el museo nacional.
En 1986 se obtuvo el nuevo edificio y significó un cambio museográfico así como un cambio de discurso. Eso no lo ha tenido el museo nacional que desde el 1964 ha tenido una museología centralista, con los aztecas en el centro y todo lo demás alrededor de ellos de manera que todo lo que no sea azteca se encuentra en sus salas etnográficas en las plantas superiores de modo que los visitantes no van a ver las culturas actuales indígenas por lo que nosotros vamos un paso adelante. Y con la digitalización del catálogo de nuevo nos adelantamos.
"Ningún otro museo tiene todo su catálogo en línea en México" |
-M. H. M.: Siempre les hago la misma pregunta a los directores de los museos que visito, ¿cuál es la pieza la cual le gusta más y le hace sentir más orgullo?
-S. L. G.: El señor de las Limas, quizás ésa sea una de las que más me gusta, pero hay muchas. Tenga en cuenta que de niña yo jugaba con las piezas porque estaban en el parque y para mí son entrañables porque las he vivido en mucha cercanía. Otras piezas que también me crean un sentir muy intenso son las señoras Cihuateotl. Sin embargo, en mi tarjeta de presentación está el señor de las Limas, así que me quedaría con ésa.
-M. H. M.: ¿Qué cree usted que le falta a su museo?
-S. L. G.: Llevo nueve años, en dos periodos, como directora de este museo. Primero estuve dos años desde donde fui a la secretaría cultural de la universidad veracruzana y, tras un año sabático, regresé a la dirección siete años. Cuando yo llegué la primera vez se había hecho un intento de sala etnográfica pero que distaba mucho de la dignidad con la que se debe presentar pues ocurre que las colecciones etnográficas suelen deteriorarse y había piezas que estaban podridas y en mal estado. Imaginemos una sala sobre la grandeza del mundo prehispánico donde había animalitos comiéndose las mazorcas de maíz, papeles despintados, más que grandeza mostraban tristeza por la falta de presupuesto.
Sería magnífico poder hablar de diversidad étnica pero no tenemos ni el espacio ni los recursos para hacerlo de manera correcta. Animo a las antropologías a realizar exposiciones temporales de manera que, a falta de algo, sería el poder realizar estas exposiciones de manera adecuada con los fondos suficientes para hablar de la riqueza étnica de México.
También me gustaría que nuestro museo tuviera cola para poder entrar, yo he visitado museos donde la cola daba la vuelta a la reja. Me gustaría mucho poder ver eso aquí.
Autor: José Manuel Requena
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