Un decreto del 8 de mayo de 1931 modificó profundamente el reglamento electoral anteriormente en vigor para las elecciones legislativas. Sustituyó el escrutinio uninominal por pequeños distritos, demasiado propicio al caciquismo, por un escrutinio de lista por provincias, a razón de un escaño por cada 50.000 habitantes, formando, además, cada ciudad de más de 100.000 habitantes una circunscripción especial junto con su partido judicial, y