Italia se había constituido en reino en 1861, en esta fecha las potencias europeas ya se habían repartido el mundo y eran poseedores de importantes colonias. Años más tarde, Italia comenzó a preparar la creación de su propio imperio colonial.

Era en el llamado Cuerno de África, que comprendía territorios costeros del Índico, desde la zona sur de Somalía y Djibuti hasta Eritrea y Etiopía, habitados por tribus autónomas de somalíes y etíopes. Unas mandadas por emires y jefes, mientras otras estaban bajo soberanía egipcia, en un caso y por los sultanes de Obbia, Harar y Zanzíbar, en el otro. Etiopía era otra cuestión, ya que tenía con el Negus Neguesti(Rey de Reyes), Yohannes IV, su emperador, cuyo reinado se extendía por todo el país, excepto el sur, mandado por su rival, el Negus, Menelik II.
(Bandera etíope con el León de Judá.)
Estos eran meros juguetes en manos de los grandes señores “feudales”, que los ascendían y los derrocaban a su antojo, ya que incluso llegaron a convivir hasta cinco emperadores rivales al mismo tiempo.
En 1880, los italianos se establecieron en Somalía y a partir de entonces buscaron engrandecer sus territorios en esta zona. Tras la retirada egipcia en 1884, donde abandonaron gran parte de la costa del mar Rojo. Italia pactó con la Gran Bretaña, un acuerdo para la ocupación por las tropas italianas de la ciudad y puerto eritreo de Massawa, en esa costa. La pérdida de influencia egipcia en esta zona, hizo que Inglaterra, con esa ocupación, evitara que fueran las tropas francesas las que ocuparan ese puerto, ya que los británicos estaban en guerra en el Sudán, contra el Mahdi, que en 1.885, había conquistado Jartum. La conquista de Massawa y la de Assab, tres años antes, por los italianos dio nombre a las llamadas”posesiones italianas del mar Rojo”.