Nacido en Alcalá de Henares en 1880 en el seno de una familia acomodada y de cierta relevancia política en la ciudad, habiendo sido su padre alcalde al misma. La prematura muerte sus padres le llevó, junto con sus hermanos, a vivir con su abuela materna, pasando posteriormente a estudiar Derecho en el Real Colegio de Estudios Superiores Maria Cristina terminando dichos estudios con sobresaliente. Posteriormente conseguiría el titulo de Doctor en Derecho con la misma calificación.
Manuel Azaña de niño
En 1929 contraería matrimonio con la hermana de su inseparable amigo Cipriano Rivas Sherif, Dolores.
Desde el punto de vista profesional comenzó trabajando en un bufete de abogados donde coincidió con Alcalá Zamora con el que, según se dice, compartió una mutua animadversión. Desde 1899 formó parte de la Academia de Jurisprudencia. En 1903 regresará a Alcalá para hacerse cargo de los negocios familiares, si bien el fracaso de estos le llevó en 1909 a presentarse a la oposición de Auxiliares de la Dirección General de Registros y Notariado, plaza que consiguió con el número uno y desde la cual fue ascendiendo en el escalafón del ministerio.
En el plano intelectual su actividad fue bastante extensa, ya que ya desde pequeño se había aficionado en casa de su abuela a los libros, así en 1897 editaría junto con otros compañeros la revista local Brisas de Henares. En 1900 ingresaría en el Ateneo de Madrid, del cual pasaría a formar parte de su junta directiva en 1913 y a ocupar la presidencia en 1930
Azaña, en 1915 cuando era secretario del Ateneo.
En 1911 viajó a Paris con una beca para realizar estudios de derecho civil, realizando una intensa actividad intelectual durante el año de permanencia en la ciudad.
En 1920 volvió a viajar a Paris junto con su ya inseparable amigo Cipriano Rivas Chefir, trabajando como enviado especial del diario Le Figaro. Ese mismo año se desvinculará del Ateneo fundando la revista “La Pluma”. En 1923 pasaría a dirigir la revista “España”.
Su entrada en política ralentizaría en parte su actividad intelectual, pero seguiría publicando algunos libros y ensayos. Algunas de sus publicaciones fueron, “La vocación de Jerónimo Garcés”, “Vida de Don Juan Valera”, que sería Premio Nacional de Literatura), “El jardín de los frailes”, “Fresdeval”, “La Corona”, “Una política” “En el poder y en la oposición”, estos dos últimos recopilaciones de discursos, y “La velada de Bernicaló”
Pero sin duda sería su trayectoria política por la que será mas recordado. Sus inicios se remontarían a 1913 cuando junto a un grupo de jóvenes intelectuales apoyan el “Prospecto de la Liga de Educación Política de España”, además de afiliarse al Partido Reformista de Melquiades Alvarez.
Tanto en el manifiesto como en el partido político el joven Azaña dejó claras sus preferencias políticas, basadas en un estado democrático y laico, que acabara con el caciquismo y la injusticia social. Para ello, y en eso se basaba el manifiesto, hacía falta extender la educación política en toda España, eso si, sin que fuera necesario terminar con la monarquía.
Tras una serie de fracasos electorales, tanto personales como del partido, Azaña se apartó temporalmente de la política española, dedicándose durante la Primera Guerra Mundial al apoyo de las posturas aliadófilas, llegando a visitar los frentes de batalla.
De esta época surge también una incipiente idea del modelo de ejército, basado en el francés, que posteriormente pondría en práctica durante la República.
Retomaría su actividad política, siempre dentro del Partido Reformista y participaría en la creación de la Unión Democrática Española para la Liga de la Sociedad de Naciones Libres, junto a intelectuales de izquierda, volviendo, por otra parte, a fracasar en sus intentos de ser elegido diputado.
Con el golpe de estado de Primo de Rivera, Azaña rompería tanto con el Partido Reformista, por su actitud frente al mismo y con la monarquía, por el mismo motivo. En 1925, ya en la clandestinidad política, formó el Grupo de Acción Republicana, que participó en la creación, junto con otros partidos y personajes republicanos, entre ellos el Partido Radical de Lerroux, la Alianza Republicana.
Durante un discurso, en 1930.
Con el fin de la dictadura, los partidos políticos republicanos se pusieron en marcha para lograr el advenimiento de la República, y el grupo de Azaña se convertiría en el partido Acción Republicana, que participaría en el Pacto de San Sebastián. Se decidió así, que el 15 de Diciembre de 1930 se produjera una insurrección antimonárquica basada en una huelga general y un levantamiento militar. Sin embargo ese día todo se torció para los republicanos, siendo encarcelados muchos de ellos, si bien Azaña pudo esconderse en casa de su suegro, donde permaneció hasta que las aguas se calmaron.
Con las elecciones municipales del 12 de Abril de 1931 y la victoria, sino numérica si cualitativa de los republicanos, Azaña ocuparía ese misma noche el ministerio de Guerra, que le había sido encargado para formar el gobierno provisional, desde donde puso en marcha su proyecto militar que supuso, entre otras cosas, el retiro de multitud de militares dentro de la política de reducción y racionalización de las fuerzas armadas.
Durante su función como Ministro de la Guerra, con Queipo del Llano al lado.
Se formará así un gobierno de amplio espectro que irá desde la derecha liberal de Alcalá Zamora hasta el partido socialista, y donde Azaña ocupará, definitivamente la cartera de Guerra. En las elecciones de Junio de 1931 los resultados de su partido serán modestos, con 21 escaños, pero le permitirán ser una especie de bisagra entre los grandes partidos.
De esta manera y como consecuencia de la dimisión de Alcalá Zamora debido a la cuestión religiosa, Azaña formará gobierno, el primero, una vez fuera los conservadores, de carácter reformista junto con los radicales, republicanos de izquierda y socialistas y posteriormente con la salida de los radicales, debido a la negativa de Azaña de prescindir de los socialistas, formado solo por los republicanos de izquierda y los socialistas.
Se abría así el llamado bienio reformista, donde el gobierno de Azaña pondría en marcha una serie de reformas de cierto calado, pero también no exentas de polémica. Entre ellas la propia Constitución, la Ley de Reforma Agraria, la Ley de Congregaciones, La reforma militar, el Estatuto de Cataluña y también la discutida Ley de Defensa de la República, que según algunos críticos desbordaba la Constitución.
La justificación de Azaña para esta última ley se vería pronto en la sucesión de incidentes y levantamientos de distinto signo que tuvo que sufrir durante su mandato, tanto a derecha e izquierda, siendo los más conocidos en el primer caso el de Sanjurjo de 1932 y en el segundo el levantamiento anarquista de 1933 que desembocaría en Casas Viejas en la muerte, en muchos casos fusilados, de varios campesinos.
Si bien el golpe de estado de Sanjurjo contribuyó a reforzar su posición, el de Casas Viejas haría que su imagen se empezara a deteriorar, y si bien nunca se pudo confirmar la supuesta orden que se le achaca de disparar a las barrigas, esta quedaría en el imaginario popular, sobre todo en las izquierdas.
No sería la única frase que se le achacaría, otras frases, unas dudosas y otras sacadas de contexto, como “España ha dejado de ser católica” “Ni todos los conventos de Madrid valen la vida de un repubicano”, aumentarían su leyenda por una parte y su descrédito en ciertos sectores por otra.
Con alguna dimisión de por medio, y muy tocado por los sucesos de Casas Viejas, finalmente en Septiembre de 1933 el presidente de la República le retira su confianza, sustituyéndole Lerroux.
Iniciaría de esta forma Azaña su andadura en la oposición. En Diciembre de 1933 se producen elecciones generales donde salen vencedores la CEDA y el Partido Radical, que habían ido coaligados, formando gobierno Lerroux apoyado por el partido católico. A esta derrota contribuyó que las izquierdas acudieran desunidas debido a la incapacidad de ponerse de acuerdo para formar coaliciones. Acción Republicana conseguirá únicamente 5 escaños y Azaña mantendrá el suyo gracias a que saltándose Indalecio Prieto la línea de su partido, en el distrito electoral de este irán juntos.
A partir de este momento inicia una suerte de retiro político, que abandonará debido a la crisis del primer gobierno de Lerroux para solicitar a Alcalá Zamora un gobierno de unidad republicana compuesto solo por elementos de este signo. Está petición se ha visto en algunos momentos como una especie de intento de golpe de estado, pero finalmente el presidente de la República no aceptó esta fórmula.
Inició también por esta época las negociaciones para formar un gran partido republicano de izquierdas, que terminaría con la unión de Acción Republicana, la ORGA gallega y la escisión del Partido Radical Socialista, el PRSI, en un nuevo partido llamado Izquierda Republicana en el año 1934.
En Octubre de este mismo año, la entrada de tres ministros de la CEDA en un nuevo gobierno de Lerroux, tendría como consecuencia la convocatoria de una huelga general revolucionaria por parte de los partidos y sindicatos obreros para oponerse a ella, que en el caso de Asturias terminaría con unos graves sucesos derivados de un auténtico levantamiento armado. En Cataluña, además, la Generalitat proclamaría el Estado Catalán dentro de la República Federal Española.
La presencia de Azaña en Barcelona durante esas fechas se interpretó como un apoyo a los hechos de Octubre, y no solo eso, sino que se le implicó en ellos siendo detenido y encarcelado en distintos buques de la armada donde fue interrogado en diversas ocasiones. El 28 de Diciembre el Tribunal Supremo decidió sobreseer su procedimiento y ponerlo en libertad. Esta maniobra, claramente dirigida por el gobierno de derechas con el objetivo de laminar a la izquierda aprovechando los incidentes de Asturias y Barcelona, supuso que Azaña recibiera multitud de muestras de apoyo y retomara su actividad política con renovadas energías.
Con Marcelino Domingo, durante su prisión.
Aparte de la consolidación de Izquierda Republicana como partido referencia entre los republicanos de izquierdas, Azaña promovió también la creación de un frente único de todas las fuerzas de izquierdas, al estilo de las que se crearon en otros países, para detener el avance conservador en España.
Este frente, llamado Frente Popular, logró superar las reticencias de Largo Caballero y logró abarcar en una coalición estrictamente electoral a todo el arco que iba desde el centro representado por la Unión Republicana de Martinez Barrios, hasta la extrema izquierda representada por el débil PCE e incluso a la izquierda de este como el caso del POUM, pasando, por supuesto por Izquierda Republicana y el PSOE.
El 16 de Febrero de 1936 se producen las elecciones generales con una victoria mínima del Frente Popular en cuanto a votos que merced a la ley electoral se convertiría en enorme en cuanto escaños y mayor si cabe cuando se produjo la segunda vuelta.
La precipitada dimisión de Portela Valladares hará que el presidente de la República llame a formar gobierno de nuevo a Azaña, que lo formará basándose en sus correligionarios de Izquierda Republicana mas algunos componente de Unión Republicana e independientes.
Poco después se producirá la destitución de Alcalá Zamora como presidente de la República, pasando a ocupar, en el que se considera gran error de los republicanos al apartar del día a día de la política a su personaje mas carismático y capaz, Manuel Azaña la presidencia de la República a partir del 10 de Mayo y Casares Quiroga la del gobierno.
Presidente de la República
Con el alzamiento del 18 de Julio el político gallego dimitiría, llamando Azaña a formar gobierno al moderado Diego Martinez Barrios, el cual inició una serie de rondas con los capitanes generales en un intento de detener el golpe. El fracaso de sus gestiones y la oposición de las masas caballeristas forzaron la dimisión del presidente del gobierno, que duró en el cargo solamente un día.
Posteriormente llamaría a Jose Giral, de IR, que organizó como pudo la entrega de armas y la defensa inicial de la República, pero viéndose superado por los acontecimientos dimitió en Septiembre, por lo que don Manuel se vio obligado a llamar a formar gobierno a Largo Caballero, el cual, para disgusto del presidente con el tiempo daría cuatro carteras ministeriales a los anarquistas.
Especial impacto causo en el ánimo de Azaña el asalto a la Carcel Modelo de Madrid y sobre todo la muerte de su antiguo jefe de partido, Melquiades Alvarez. Trasladado a Barcelona debido a la cercanía de las tropas franquistas donde, salvo algunas estancias en Valencia, pasaría la mayor parte de la guerra.
Estos hechos provocaron algunos amagos de dimisión por parte de Azaña, que, sin embargo intentaría también la mediación de las potencias democráticas, especialmente Francia y Reino Unido, para conseguir una paz negociada.
En plena guerra, visitando el frente en compañia Vicente Rojo.
Después de los sucesos de Mayo del 37 en Barcelona forzó, con el apoyo de socialistas, comunistas y republicanos, la dimisión de Largo Caballero, cuya actitud en la revuelta y en general en la dirección de la guerra no le había gustado, llamando, en contra de los que creían que el elegido sería Prieto, al doctor Negrin a formar gobierno.
Pero poco a poco el nuevo gobierno y en particular Negrin se fueron alejando de los postulados de Azaña, optando por la resistencia a ultranza y la victoria, provocando que el presidente quisiera sustituirle, aunque sin fuerza real para hacerlo, fue quedando cada vez más aislado. En Julio de 1938 pronunciará su discurso Paz, piedad y perdón, donde abogaba por una reconciliación y salida negociada del conflicto, el cual tuvo poca influencia no ya en la zona franquista, sino también en el gobierno republicano.
En 1939 ya en el exilio
Con el hundimiento del frente catalán Azaña debió optar por trasladarse a Francia, donde se estableció, negándose a volver a España a pesar de las presiones de Negrin, y presentando su renuncia cuando conoció que tanto Francia como el Reino Unido reconocían al gobierno de Franco.
Ajeno desde entonces a la situación de España, su situación iría a peor con la ocupación de los alemanes de Francia, ya que a pesar de trasladarse a la llamada Francia Libra, el gobierno del Mariscal Petain no le era tampoco muy favorable, por lo que tuvo que recurrir a la tutela del gobierno de Mexico.
Con la salud ya extremadamente delicada, la captura de muchos de sus familiares, y entre ellos su entrañable amigo y cuñado Rivas Sherif , que fue posteriormente condenado a muerte, hizo que esta empeorara, sufriendo un infarto cerebral que le llevó a la muerte el día 5 de Noviembre de 1940.
Entierro de Manuel Azaña
Fue enterrado sin honores y con la bandera de México sobre el féretro, al negarse el gobierno francés a hacerlo con la bandera republicana.
Autor: Buenaventura66
Eso aclara muchas cosas, como por ejemplo la no menos curiosa transformación de Alcala Zamora y Maura al republicanismo, la cual hicieron de la mano formando hasta su propio partido político.
En fin.
SALUDOS.