La marina de guerra bizantina: el dromón
El nombre asociado al poder naval bizantino es indudablemente el de dromón. El problema es que los escritores antiguos usaban este nombre muchas veces de forma genérica para indicar casi cualquier tipo de navío de guerra . Así muchas veces en las crónicas se utilizan indistintamente los términos ploion (galera en un sentido genérico), naus (navío) y dromón.
El dromón
Los primeros dromones (siglo VI).
Las primeras referencias (siglo V) al dromón hablan de un navío rápido de unos 30-50 remos en la forma de una liburna. El termino dromón precisamente vendría a indicar rapidez (dromos significa más o menos correr). Por tanto estaríamos ante una evolución de la clásica liburna romana (enlace). Hay que señalar que al hablar de velocidad no sabemos si se refieren a una o varias de las siguientes posibilidades (que no siempre van unidas): capacidad de adelantar a otro tipo de galera en largas distancias, capacidad de acelerar la marcha en batalla durante un breve periodo de tiempo o capacidad de girar rápidamente en combate (maniobrabilidad).
Interpretación artística de una liburna bizantina de transición hacia al dromón, (Navistory.com).
En el siglo VI se va generalizando el termino dromón. Es dudoso que el paso de liburna a dromón se hiciera de un sólo golpe. Lo normal es que se fueran modificando progresivamente. Los principales elementos que se irían añadiendo al dromón serían la cubierta completa, poner un espolón por encima de la linea de flotación y cambiar las velas cuadradas por las velas latinas. Procopio los describe como navíos monoremes pero es posible que ya en el siglo VI también se hicieran dromones birremes. Para el siglo VII ya no se usa más el termino liburna.
Dromones y otros navíos.
A partir del siglo VII ya tenemos al dromón como equivalente a navío de línea tanto en la marina bizantina como entre sus rivales árabes. A partir de ésta época entendemos el dromón como un navío de 2 ordenes de remos (una bancada bajo cubierta y otra encima) que se presenta en varias formas.
El dromón estándar sería el tripulado por una ousia (ousiakos dromon) de 100/110 remeros. A estos habría que añadir un puñado de marinos especialistas (velas, timones...) y algunos guerreros.
Había dromones más grandes tripulados por en torno a una ousia y media (150/160 remeros), e incluso por dos ousiai con unos 200/230 remeros más 70 guerreros. Se especula que en estos casos los remeros se distribuirían de la siguiente forma: 50 en la bancada inferior + 100 (2 por remo) en la superior, en el primer caso: 50 en la inferior +150 en la superior (3 por remo) en la superior. Aunque también hay que tener en cuenta la posibilidad de que no se emplearan todos los remeros a la vez y una parte actuara como “supernumerarios”.
Reconstrucción de un dromón del siglo X por John Pryor usando descripciones de la época.
Entre los tipos de dromones aparecen nombres como pamphylos y chelandion pero resulta inútil intentar utilizarlos para describir un tipo concreto y constante de dromón a lo largo de varios siglos.
El pamphylos parece estar asociado a algún tipo de galera de transporte que deviene en galera de combate. El nombre también está asociado a la región de Panfilia en Asia Menor, una de las zonas costeras que proporcionaba barcos al imperio. Sin embargo también se refiere a una tripulación de élite (reclutada entre todos los “pueblos” y no localmente) con lo que el buque insignia de un strategos se solía denominar pamphylos.
El chelandion era originalmente una galera destinada al transporte de caballos, con una misión equivalente a la de un buque de desembarco moderno. Podían transportar unos 12 caballos y estarían dotadas de rampas. También derivaría en una galera de guerra, probablemente en uno de los grandes dromones ya que su mayor manga inicial (para acoger caballos) permitiría más remeros en una bancada. Pasado un tiempo nos encontramos que se utiliza chelandion como sinónimo de dromón en muchas crónicas.
Interpretación artística de un chelandion, (Navistory.com).
Se mantiene una versión monoreme del dromón a veces llamado galaia, para combates menores exploración y piratería. A las galeras a remos abría que añadir un conjunto naves de suministros y de transporte de caballos, exclusivamente a vela ya que la ausencia de bancos de remos permite llevar más carga.
La caída de Constantinopla (1204) marcaría el fin de la era del dromón, el cual ya estaba en decadencia frente a la nueva galera medieval occidental, que se va imponiendo en el siglo XII.
Técnicas y tácticas de combate.
Cada thema naval estaba comandada por un strategos (a la vez gobernador y almirante). Al igual que su equivalente del ejercito de tierra los diversos escuadrones dependiendo de su tamaño estarían mandados por un tourmarches (comandante de una turma) o un droungarios (comandante de una moira). El capitán de un buque individual recibía el nombre de kentarchos (comandante de 100 hombres) o navarchos.
La flota no solía moverse mucho por alta mar. Se prefería pernoctar en la costa. Además se necesitaban puntos de apoyo costeros, donde aprovisionarse sobre todo de agua ya que las galeras no podían cargar mucha (3 o 4 días, si se racionaba).
Una formación típica era la de luna creciente con el buque insignia en el centro; con esta formación se solía intentar rodear los flancos del enemigo. También se podía formar en varias líneas de tal manera que mientras la 1ª trababa combate con el enemigo, las siguientes acudían más tarde a buscar los flancos o los puntos críticos de la línea enemiga.
En la época de León VI se recomendaba tratar de evitar la batalla por su impredecibilidad y centrarse en las incursiones.
Combate entre árabes y bizantinos.
El procedimiento normal era acercarse lo suficiente para un intercambio de proyectiles, destinado a “ablandar” al enemigo. El rango de proyectiles incluía piedras, flechas, proyectiles incendiarios (vasijas rellenas de combustible), virotes de ballesta (tanto de mano como de montajes pesados), jabalinas, abrojos...; incluso en la Taktika de León VI se habla de vasijas llenas de escorpiones, algo que parece más llamativo que práctico. Para facilitar el lanzamiento de proyectiles los dromones llevaban normalmente castillos de madera sobre la cubierta. Las bandas del barco se protegían con escudos (a veces de hierro).
Los espolones de los navíos bizantinos no estaban pensados para horadar el casco del enemigo sino para destrozarle los remos privándole de propulsión (si surgía la oportunidad).
Aunque se podía intentar incendiar el navío enemigo usando el famoso “fuego griego”, lo normal es que la situación se resolviera mediante el abordaje. Se esperaba de los remeros (hombres libres) que también fueran combatientes; estos probablemente irían armados “a la ligera”. No había infantes de marina propiamente dichos pero sí sería corriente llevar soldados del ejército como refuerzo que llevarían el peso del combate mano a mano.
Los navíos también se podían utilizar como medios de asedio. Se solían unir barcos con una rampa e instalar sobre ella una torre o un puente voladizo para asaltar las murallas costeras.
Combate naval entre bizantinos y rus, (Wikimedia).
El fuego griego.
Dentro del arsenal naval bizantino si hay un arma que destaca es lo que ellos llamaban fuego marino o fuego húmedo, al que se ha llamado a veces “el napalm de la Edad Media”.
Desde un principio los dromones bizantinos tenían a su disposición proyectiles incendiarios que eran lanzados mediante catapultas, normalmente vasijas llenas de algún producto combustible. Esto ciertamente no era ninguna novedad y también lo tenían sus rivales árabes y occidentales.
La aportación novedosa de los bizantinos sería el desarrollo de una versión mejorada: el fuego marino y su uso mediante sifones que lo proyectaban hacia el enemigo. Se atribuye su invento a Callínicos de Heliópolis y se probaría con éxito durante el primer intento árabe contra Constantinopla (673-679).
Una galera bizantina usando el fuego marino contra los árabes, (Wikimedia).
Su composición exacta era un secreto celosamente guardado (hoy en día sigue siendo discutida). La base del combustible era el petroleo (crudo) que se podía obtener fácilmente en ciertas regiones bizantinas de Asia Menor; el misterio radica en la forma exacta de procesarlo (destilarlo). Los árabes que fueron sus primeras victimas consiguieron finalmente tener su propio fuego marino aunque no se sabe si era igual al bizantino o acabaron desarrollando otro tipo de combustible similar.
La característica principal del fuego marino era que flotaba y ardía sobre el agua. Echarle agua sólo lo alimentaba y había que usar arena para apagarlo. Es motivo de especulación si el combustible era proyectado ya ardiendo desde el sifón (la opinión general), era incendiado posteriormente (con algún proyectil incendiario) o incluso se ha planteado si tenía algún componente que le hacía arder al contacto con el agua.
Sifón de fuego “griego”, (Romeo Models).
Además de su uso mediante sifones también se podía lanzar mediante catapultas o verter desde calderos preparados para ello. Normalmente se instalaban entre uno y 3 sifones en la proa (fortificada) del barco, ésta posición era la más práctica para acercarse a un barco, incendiarlo y retirarse. En caso de combate por las bandas del barco era menos practico un sifón en un montaje convencional y parece que se desarrollaron unos sifones portátiles para dicha situación, además de poder utilizarse “granadas” de cerámica rellenas del combustible. Los sifones eran de bronce y sus montajes supuestamente permitían apuntar el chorro en varias direcciones. Hay que tener en cuenta el corto alcance que tendría el chorro por lo que había que aproximarse mucho al enemigo pero de una forma que permitiera que el navío pudiera a su vez alejarse de las llamas
Asalto bizantino a una muralla usando un sifón portátil, (Wikimedia).
El fuego marino era un arma impresionante pero se debían dar las condiciones adecuadas para ser eficaz. El combate debía realizarse en aguas muy tranquilas (debido a los riesgos de manejar el fuego griego) y si es posible en zonas donde se pudiera encerrar al enemigo contra la costa limitando su movilidad; no es de extrañar que sus mayores éxitos fueran en las tranquilas y cerradas aguas del mar de Mármara. En resumen el fuego marino por sí sólo no garantizaba la victoria en cualquier tipo de enfrentamiento naval y a veces ni siquiera era recomendable intentar usarlo.
Autor: Flavius Stilicho
Más en: La marina de guerra bizantina hasta el siglo XII.
Fuentes:
Pryor, John H. y Jeffreys, Elizabeth M.: The Age of Dromon. The byzantine navy, ca500-1204.
Gardiner Robert (Editor): The Age of Galley. Mediterranean oared vessels since pre-clasical times.
Web: Cog and Galley
Revista Deperta Ferro nº 4: Los sitios de Constantinopla.
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Excelente artículo. Me apunto ésta para el tema de la segunda quincena del mes.
Creo que la marina de guerra occidental durante toda la Edad Media, incluída la musulmana, tienen un claro referente en estas naves que marcáron época.
Flavius, muchas gracias por este buen articulo, te lo votare alto, un 9, no te doy un 10 por pura filosofia de que siempre se puede hacer mejor.
Yo también le doy un nueve a Flavius, el tema bizantino desde que tengo ordenador en el 2005 y lo vi en internete siempre me apasionó. Este relato me lo a vuelto a recordar y de la excelente mano de Flavius, a sabido sacarle partido.
saludos
De este tipo de barco apenas conocía el nombre, así que tu artículo me ha parecido de los más interesantes que llevo leídos en el poco tiempo que he estado en esta web.
Un saludo.
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Gracias Tito.
Tienes razón. La flota árabe (del Mediterráneo) se construyó siguiendo las líneas bizantinas. El dromón pasa a ser en árabe dermin/darmin y el chelandion shalandi; a partir del siglo X se utiliza el nombre shini pero como se usa tanto para designar a sus enemigos bizantinos como para designar sus galeras de guerra, parece claro que se siguen tratando de dromones.
Los cristianos "latinos" también copiaron a los bizantinos en lo que respecta a naves a remos. De hecho todavía para la 3ª Cruzada hay una referencia a que el rey Ricardo viaja abordo de en un gran dromón inglés. También aparecen entre los barcos de los cruzados el chelandre que viene de chelandion. En realidad la primera galera medieval típicamente occidental de la que se tiene constancia es de la época de Carlos de Anjou en Sicilia (1275), aunque se supone que hubo un proceso evolutivo en los siglos anteriores.
Saludos.