La Revolución Industrial: contexto, desarrollo.
Autor: Pablo_CI
La revolución industrial es un proceso muy importante en la historia de la humanidad, ya que plantea grandes cambios cualitativos y cuantitativos en la estructura económica imperante en Inglaterra, dichos cambios se relacionan con el avance hacia un modo de producción tan desarrollado, que logra hacerse sentir en todo el mundo, su influencia se expande a través de los continentes y las naciones, y a través de dicho cambio, también se dan una serie de modificaciones culturales y sociales que repercuten a gran escala en el mundo entero.
Comprender la revolución industrial en sí, plantea una serie de problemas, ya que primero debemos entender qué de novedoso posee este proceso, de otros crecimientos cualitativos que se dan a través de la historia, si nos detenemos a observar los periodos en que la actividad económica experimenta cambios a nivel estructural nos daremos cuenta que no sólo el tramo comprendido entre los siglos XVIII – XIX posee dichas características, es decir, analizar dicho proceso requiere despejar una serie de errores que se dan a nivel historiográfico y que entorpecen la adecuada comprensión del proceso.
La revolución como tal se puede explicar en base a una serie de factores que se dan a través de una continuidad cronológica y que poseen una importancia que varía dependiendo del factor específico, la mayor demanda, el crecimiento demográfico, la revolución agrícola y el cambio en la tenencia de tierras son los principales factores que se relacionan con dicho proceso anteriormente mencionado.
La demanda, como primer factor, se ha entendido tradicionalmente como un elemento que dinamiza la economía, y que, a través de su crecimiento y auge, impulsa la producción y por ende la actividad manufacturera interna.
Es cierto que el comercio externo durante parte del siglo XVIII crece bastante, y como parte de la economía, se establece como un elemento fundamental que impulsa la demanda, pero también es cierto que durante el periodo que se da entre 1770 – 1779 éste disminuye bastante, ante esto, el otro pilar, es decir el mercado interno toma el lugar dejado, impulsando paulatinamente la demanda y la industrialización. A partir de ambos elemento podemos apreciar el origen de la mayor demanda y de la obvia industrialización de la época, ante esto, se puede poner en duda la importancia de la demanda existente, ya que estudios más actuales demuestra la inflación en los capitales y beneficios de la época, Hamilton nos dice que el carácter revolucionario del periodo es menguado por el alza de los precios y el estancamiento de los salarios, lo cual generaría un capital barato que no introduciría mayor importancia, en pocas palabras, se trataba de un capital bastante abundante pero barato, ante esta situación, se ha argumentado que el capital en sí no era relevante, sino que más bien lo era el uso que se diera de este, es decir el famoso “flujo capitalista”. En la medida que dicho capital se pusiera a disposición de inversiones más modernas, facilitaba la mayor expansión económica, inversiones como el transporte o la infraestructura son ejemplo de ello. A partir de esto, la importancia del estado es fundamental, este daba mayores facilidades para el uso y préstamo del crédito destinado a las inversiones mencionadas.
Por otro lado, el crecimiento demográfico también da pie una mayor demanda económica y mayor fuerza de trabajo, dicho elemento es discutido por ciertos historiadores como factor revolucionario, a pesar de eso, lo cierto es que existe una expansión demográfica explicada fundamentalmente por una baja en la tasa de mortalidad dada gracias a los avances en las tecnologías médicas y a los progresos en las condiciones económicas y sociales; además de el aumento en la tasa de fertilidad causada por una mayor disponibilidad de alimentos y de habitantes casados, es así como dicho factor incide directamente en la formación paulatina de una mano de obra abundante la cual poco a poco se configura en un contexto urbano haciéndose parte del entorno industrial que se gestaba, esta situación puede relacionarse con la migración campo-ciudad que se comienza a dar en Inglaterra fuertemente hacia el siglo XVIII como consecuencia de una mayor oferta de trabajo y mejora en la infraestructura.
En cuanto al sector agrícola, los cambios que dicho sector experimenta son evidentes, es notable que hacia el siglo XVIII se trataba de una de las actividades económicas más importantes del país, y durante el siglo XVIII y el XIX se produjo un cambio que inicia la gran expansión agrícola, expansión que dicho sea de paso se da en gran parte Europa durante dichos siglos, pero que en Inglaterra guarda diferencias ya que tuvo que existir un elemento particular que lograra sustentar un traspaso de mano de obra campesina a las industrias paralelamente a la expansión agrícola, es decir, para poder sostener la tendencia que se manifestaba era necesario lograr un mayor rendimiento por semilla o por unidad de trabajo. En base a dichos postulados, es evidente que la mecanización efectiva de la agricultura no se da sino hasta el siglo XIX, la respuesta es dada por el mayor uso de suelo a partir de modos y técnicas previas y tradicionales.
Para la época en Inglaterra existían dos grandes modos de cultivo, el famoso cultivo alterno o Norfolk y el cultivo convertible o de alternancia de pastos, ambos eran al momento de aplicarlos durante la época, ineficaces para las necesidades imperantes, por lo que durante el proceso se comienza a implementar un sistema de cultivo más eficaz que hiciera rendir más a la tierra, dicho sistema de cultivos forrajeros permitía al ganado tener forraje durante el invierno, y su estiércol era usado como abono para el cultivo mismo. Dicho sistema en sí, permitía una mayor producción de labranza sin sacrificar pastos como antes sucedía.
Por último, el cambio en la tenencia de tierras representa un rasgo bastante relevante, porque si podemos apreciar un cambio en los elementos más tradicionales durante la época es la transformación en dichos rasgos de carácter medieval, es obvio que dicho cambio apunta a romper con estas ideas comunitarias con las que se concebía al campo, es así como el periodo se caracteriza por la ruptura con lo tradicional. Toda esta tendencia es muy anterior, pero el apoyo que da la superestructura ante esto es evidente y palpable, la revolución inglesa que se da hacia la última mitad del siglo XVII hace del estado un arma importante para el estrato burgués, el cual, cada vez se hacía más poderoso y expandía más su influencia.
La aparición de la cámara de los comunes como representantes de los burgueses inicia poco a poco una legislación y política que tiende a favorecer dicho grupo social, es así como durante la primera mitad del siglo XVIII se impulsa la política del cercamiento la cual en un mediano largo plazo romper con estos viejos elementos comunales, los campos abiertos y derechos comunales son abolidos, lo cual paralelamente da paso a una cada vez mayor concentración de la tierra dispersa.
Esta tendencia se explica como triunfante en Inglaterra a diferencia de otros países europeos principalmente a la gran actuación estatal, en Francia dicha tendencia se repite, de hecho, Bloch afirma que dicha política se ve acelerada hacia 1730, lo cierto es que en Gran Bretaña el cercamiento es mucho más intenso por el apoyo del estado, la principal consecuencia que se puede apreciar es la pérdida de la propiedad pequeña y privada, y por consiguiente la caída del pequeño campesino, quien ante la gran competitividad que adquiere el campo, se ve imposibilitado a mantener su situación sostenida en la actividad agrícola, por lo que debe ceder sus posesiones vendiéndolas a los grandes propietario, esto a su vez impulsa una migración campo – ciudad de importancia bastante relativa y discutida al momento de describirla como elemento fundamental de mano de obra industrial; más bien es tanto la inmigración como el crecimiento demográfico lo que impulsa la conformación de la mano de obra urbana.
A partir de lo anteriormente analizado, es necesario ahora necesario, observar el actuar del estado a través de todo el periodo, la visión tradicional es que el estado inglés posee un carácter liberal que en lo económico impone pocas trabas e impuesto, dicha tesis es totalmente falsa.
A pesar de lo que normalmente se cree, la estructura estatal inglesa mantenía una rígida reglamentación que tendía al intervencionismo agrícola el cual ya hemos visto anteriormente, también tendía frecuentemente a intervenir a través del proteccionismo en la industria, lo mismo sucedía con la actividad bancaria, ya que dicho rubro era frecuentemente impulsado por el estado, de manera que el estado apoyaba e impulsaba los bancos mediante su aporte, “un volumen considerable de dinero público engrosaba los fondos de los banqueros privados, y de esta forma indirecta contribuía a hacer fructificar la empresa privada”, Pressnell.
En definitiva, podemos decir que la actitud del estado se alejaba totalmente de aquella visión liberal que tradicionalmente se cree, en pocas palabras la tendencia apunta más a una constante intervención económica del estado en la economía inglesa. Es más, dicho actuar se puede calificar como pesado en el aspecto de los impuestos, es decir, la presión fiscal en Inglaterra era bastante fuerte, de hecho el aumento paulatino que se da sobre los impuestos hacia el siglo XVIII hace de Inglaterra un país con una carga incluso mayor que en Francia, entre 1725 y 1790 se da un aumento fiscal progresivo, y en Gran Bretaña hacia el primer cuarto del siglo XVIII “ el súbdito del Reino Unido pagaba impuestos más elevados que el de su cristianísima Majestad (…) 17.6 libras tornesas, después de la conversión, frente a 8.1 (una taza de 2.17 a 1), y a fortiori en vísperas de la última década: 46 libras tornesas frente a 17 (una taza de 2.7 a 1) – Morineau.
A modo de síntesis podemos terminar diciendo que el contexto imperante hacia los siglos XVIII y XIX se relaciona con una suma de factores que golpean directamente en Inglaterra, algunos particulares y otros compartidos con el resto del continente, pero en definitiva, la situación propia de la isla impulsa el proceso que se comienza a gestar, es decir la revolución económica – industrial, una revolución caracterizada por su larga extensión y efecto paulatino.
Dicha revolución se gesta en los modos de producción textil y luego en el hierro, el periodo se relaciona también, con un modo en el uso del capital cada vez más modernos, ya que el ahorro de este se daba en función a una inversión exitosa, es decir, la extensión de capital se da entre 1750 y 1850, periodo en que, el capital se invierte en obras y objetos que en el corto mediano plazo se hacen productivos, esto es posible gracias a las opciones que el tiempo mismo da, es decir, al gran avance tecnológico que se logra, el contexto permite un avance cualitativo y cuantitativo notable, en este sentido, Wallerstein establece que para que se produjera todo lo anteriormente dicho, se dio en Gran Bretaña una revolución tecnológica, proceso que es particular a dicho país, y que según dicho autor, es el pilar fundamenta que impulsa todo; de hecho es bastante conocida la lista de inventos que se dan, “desde la máquina sembradorade Jethro Tull en 1773 a la trilladora en 1783, desde la lanzadera de Kay en 1733 al telar de Hargreave en 1765, el bastidor hidráulico de Arkwright en 1769, la máquina de hilar totalmente automática de Robert en 1825, desde el hierro colado de coque fundido de Darby en 1709 a la máquina de pudelar de Cort en 1784, y quizá, sobre todo, el motor de vapor de Watt en 1775” I. Wallerstein.
Es así entonces, como en Gran Bretaña a partir del siglo XVIII el rubro del algodón se ve paulatinamente mecanizado en base a los adelantos tecnológicos que se dan, hacia dicha época, dicho rubro no era de gran importancia a nivel mundial, ya que su producción era relativamente pequeña, de hecho, la lana poseía mayor importancia, y en Europa, poseía mayor presencia, pero es la facilidad de monopolio que Inglaterra posee sobre el algodón gracias al impulso indio, lo que da pie para industrializar el producto.
Por otro lado, el hierro también era un elemento que se usaba tradicionalmente, lo cual cambia a través de los siglos XVIII y XIX gracias al uso en grandes maquinarias y ferrocarriles, a la vez que, la demanda existente acelera aún más el cambio, esta demanda se da en base a tres focos, el primero es la demanda norteamericana que se da durante los primeros tres cuartos del siglo XVIII, la segunda por la agricultura y actividad textil, las cuales cada vez más poseían un nivel más mecánico, y por último, el gran impulso que dan los ferrocarriles entre 1830 y 1840, impulso que, al mismo tiempo da pie para la expansión del uso del carbón, recurso que cada vez se hacía más necesario en Inglaterra debido a la escasez de madera, al mismo tiempo, el proceso de extracción del recurso se hace cada vez más industrial. Poco a poco se innova en la industria del algodón y del carbón, en el algodón las innovaciones se relacionan con un ahorro en el trabajo mediante el uso de maquinarias en los telares, y en el hierro la industrialización se relaciona con la mejora de la cantidad y calidad de producción minera, sin la inmediata disminución de mano de obra.
Todo este proceso crea consecuencias que se hacen palpables con el tiempo, la fábrica representa uno de las principales configuraciones en la espacialidad de la producción y el trabajo, obviamente esta poseía una existencia anterior, pero el nivel que ahora adquiría era mucho mayor. Al mismo tiempo, las relaciones de trabajo también cambian, lo cual se relaciona con el cambio en la estructura comercial del mundo, Gran Bretaña cada vez se hace del mercado mundial, poco a poco su rival – Francia- es desplazada y monopoliza el comercio mundial.
El siglo XVIII representa así, la lucha continua por el mercado mundial entre Francia y Gran Bretaña, al contrario de lo que se piensa, la economía francesa estaba a la par con la inglesa, de hecho, durante la primera mitad del siglo XVIII las diferencias eran muy pocas, en muchos aspectos Francia superaba a Inglaterra, es hacia la segunda mitad del siglo, que Inglaterra comienza a superar paulatinamente a Francia, podríamos establecer el fin de la guerra de los 7 años como el hito que representa el cambio en las tendencias.
Poco a poco Inglaterra establece un comercio mundial, en el cual, sus colonias formarían parte fundamental del sistema, es así como la India, parte de África, Norteamérica, entre otros favorecen el comercio inglés, Inglaterra demuestra además, el desplazo que logra hacer ante Francia, dicha nación cada vez más rezagada en su lucha con Inglaterra logra acciones importantes, como por ejemplo el apoyo en la independencia de USA, pero a la larga dicho hecho sólo ayudaría más a los ingleses, ya que los norteamericanos mantendrían vigente su lazo comercial con Gran Bretaña a la vez que, Gran Bretaña posee un peso menor en gastos burocráticos para con USA, en definitiva el balance es favorable, en pocas palabras, la lucha por el dominio entre Francia e Inglaterra es ganada cada vez más por los ingleses, y la expresión máxima del proceso mismo se da hacia la década de los 80`del siglo XVIII. Para el año 1786 se firma el tratado de Edén, el cual resulta ser perjudicial para la economía francesa, ya que en pocas palabras facilita la entrada de manufactura inglesa en Francia, generando así, un comercio muy desigual entra ambas naciones, por lo que para las décadas de 1780-1790, se da el gran take-off de Inglaterra, convirtiéndose así en la gran nación dominante de Europa.
El monopolio comercial es establecido definitivamente, Latinoamérica por ejemplo hacia 1820 adquiría más de un cuarto de telas de algodón inglesa que lo demandado por Europa, y hacia 1840 importaba la mitad que Europa.
Las Indias orientales habían sido paulatinamente desindustrializadas por Inglaterra, para así lograr el modelo establecido, hacia 1820 la India compraba 11 millones de yardas, para 1840 compraba 145 millones de yardas (aprox.). China fue un mercado más difícil de penetrar, en este sentido Inglaterra logra encontrar el elemento perfecto, el Opio.
Si internacionalmente la industrialización de Inglaterra se hacía notar, internamente la situación también era evidente, la mecanización de los modos de tejer hacen de ese rubro uno de los más dinámicos en el país, cuantitativamente ocupaban gran parte de la mano de obra y además representaban cada vez más, gran parte del producto interno bruto inglés, de hecho, “la cantidad de algodón en bruto importado en Gran Bretaña pasó de 11 millones de libras en 1785 a 588 millones en 1850; la producción total del telas, de 40 millones a 2025 millones de Yardas” M. Mulhall, dictionary of Statistics, 1892.
Las consecuencias sociales también son evidentes, aquella precariedad en la que vive el proletariado urbano, hijo del cambio, es tan cruda que genera poco a poco descontento en la sociedad, la transición simplemente genera miseria en los estratos medios y bajos.
Por otro lado, la industrialización del hierro se genera en función a la ya mencionada demanda imperante, en un primer momento dicha demanda se relaciona con las guerras dadas entre los años 1756 y 1815, luego, y a causa de la mayor paz a nivel internacional, el foco dinámico lo representa la construcción de ferrocarriles junto con su aliado principal, es decir, la explotación de carbón. Hacia 1800, el 90% de la producción de carbón era inglesa.
La suma de ambas actividades transforma el paisaje, el hombre del siglo XIX se deleita expandiendo su poder industrial mediante el ferrocarril, este a su vez hacía más barato los costes de transportes. Entre 1820 – 1840 el ferrocarril se extiende por el mundo, comunicando regiones separadas y elevando la demanda de hierro, si en 1830 la demanda del metal era de 68000 toneladas, en 1850 era de 2250000 toneladas, lo mismo el carbón, si para 1830 se demandaban 15 millones de toneladas, hacia 1850 se demandaban 49 millones.
Como conclusión entonces, podemos decir que la revolución industrial es un proceso histórico muy complejo, ya que puede ser analizado desde muchas perspectivas diferentes, difiriendo en la importancia de los factores que inciden al momento de desencadenar tal efecto. Al mismo tiempo, es notable el cambio social, cultural y obviamente económico que sufre gran parte del mundo, ya que absolutamente todos los continentes reciben la influencia de estos nuevos elementos existentes.
La revolución industrial así, representa el paso a una economía calificada por muchos historiadores como la economía moderna capitalista, la modernidad se establece.
Autor: Pablo-CI
Interesante resumen sobre los factores que propiciaron la Revolución Industrial en Inglaterra, solo quiero añadir un aspecto que creo que es importante y no e visto en este texto y es la revolución de los transportes marítimos.
Al principio de la Revolución Industrial, se utilizaba un sistema de comercio triangular o cerrado, el cual se hacia a partir de los clippers, unos barcos de madera i vela de velocidad notable que comportaban pocos costes de producción i de tripulación, pero que debido a su mida pequeña se veían limitados a su capacidad de almacenamiento, por ese motivo solo basaban su actividad comercial con productos ligeros i que tuvieran mucho valor avcho valor aros i que tubieranmmiento, por ese motivo solo basaban su actividad comercial con productos ligeros i que tubieran mucho valor añadido.
Cuando aparecen los steamboats (barcos muy semejantes a los anteriores pero con una maquina de vapor en el centro del barco y con unas palas) la capacidad de carga aumenta, pero los viajes son muy caros. No será hasta que aparecen los steamers (barcos de acero con una capacidad de carga bastante importante e impulsados por unas cuantas maquina de vapor) que el imperialismo saldrá rentable e incluso barato. Además con los steamers el mercado internacional se integrara i empezara la masificación de inmigrantes a los USA, donde hasta el momento solo habían inmigrado “los ricos de Europa”.
*El imperialismo fue un proceso muy importante para la Revolución Industrial ya que podían sacar muchas materias primas a un coste de casi 0.
Otro aspecto que quería comentar es que Francia seguramente no se industrializo antes que Inglaterra por tres aspectos que si tenia Inglaterra:
Francia, que todavía sufría los reductos de la gran revolución social y que tenía el pueblo descontento y en conflicto por las desigualdades de riqueza, no podrá contar con un consenso social en la retaguardia que soporte la industrialización y que pueda comprometerse y, mucho menos, permitirse invertir en el sector industrial y consumir la futura producción. Tampoco contaba con un consenso político que ofreciera su pleno apoyo al encabezamiento de dicha industrialización; sino que, precisamente, las instituciones potenciaban políticas económicas proteccionistas e intereses elevados no favorables para el desarrollo del sector industrial. Y a pesar de que tenía un imperio colonial, este era de modelo diferente al inglés y no era capaz de proporcionarle el capital suficiente.
Solo queria dar mi opinio y poder aportar algo, pero tambien agradecer todo tu esfuerzo para hacer este resumen, ahora mismo estoy estudiando la Revolución Industrial para un examen de historia económica y me ha sido de gran ayuda.
Un saludo!
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