El espionaje alemán en la 1ª Guerra Mundial
Este trabajo no es exhaustivo, ya que para ello haría falta un libro o una redacción para la cual harían falta muchas páginas., este trabajo pretende hacernos una idea de cómo eran los servicios secretos alemanes al inicio de la 1ª Guerra Mundial y cómo funcionaban. El servicio secreto alemán dentro del Imperio alemán o II Reich, estaba integrado por varias “ramas”, las cuales se encargaban de la “inteligencia” o espionaje, tanto a nivel nacional como internacional. Entre las variadas ramas con que contaba, podemos nombrar al que existía en la fuerza naval imperial, llamada “Marinenachrichtendienst“ o la que también existía en el Ministerio de Asuntos Exteriores, el “ Auswärtigen Amtes“ .
Todo esto amén de las “inteligencias“, que pudieran aportar otro tipo de personal, tanto civil como militar, como por ejemplo: periodistas, agregados militares y un amplio etcétera de personalidades.
No obstante, el servicio de inteligencia por antonomasia que operó de manera oficial, y que podía ser interpretada como los servicios secretos de la Alemania Imperial, operando tanto a nivel nacional como internacional, era el conocido como la “Sektion IIIb”.
Esta sección del espionaje alemán realizaba tareas tanto de espionaje, como contraespionaje militar. La creación de esta rama de espionaje alemana está fechada en el año 1889, la cual se creó como una rama o sección del “Gran Cuartel General Imperial” del ejército alemán, aunque su operatividad empezó a funcionar seriamente a los pocos años, concretamente a partir de 1893.
Sus funciones como he comentado, eran intrínsecamente militares, ya que la Sektion IIIb dependía enteramente del ejército alemán. El personal de esta rama de inteligencia, tenía como objetivos, recabar y obtener información militar y de espionaje de todo tipo.
Dicha información posteriormente, era valorada, para poder ser utilizada de manera conveniente, por el personal de los distintos departamentos en los que estaba dividida la Sektion IIIb.
Así pues, podemos encontrar el departamento “Erster Abteilung”, que era el encargado de evaluar y desgranar, toda la información obtenida sobre Rusia y los diversos países nórdicos, otro era el “Dreiter” o “3º abteilung” encargado evaluar el material de espionaje referente a Francia y el Reino Unido, el “5º abteilung” recopilaba información de Italia y Austria-Hungría,
El personal de la Sektion IIIb podía desgranarse también entre personal “activo” y personal “pasivo”. El personal pasivo realizaba tareas “burocráticas”, donde la clasificación e información adquiridas, eran sus máximas prioridades., dichas labores eran realizadas en un edificio en Berlín.
Von Papen, agregado militar en Washington (EEUU)
Por el contrario, había otro tipo de espías que realizaban la tarea activa de los servicios de espionaje, estos elementos podían clasificarse como “Agentes de Campo”, los encargados de espiar en territorio enemigo y recopilar todo tipo de información “reservada” al más alto nivel.
Estos Agentes de Campo, o también conocidos como “Nachrichtenoffiziere” o “NOs”, tenían en su mayoría la graduación militar de teniente o capitán, los cuales recibían un intenso entrenamiento especial en las academia militar en la que se graduaban como oficiales.
Tras pasar la instrucción tanto la normal como la “especial”, eran destinados a los diversos puestos fronterizos que el servicio de espionaje militar, tenían diseñado sobre los más diversos países, fundamentalmente potencias con las que las relaciones eran un tanto tensas o a las que convenía tener vigiladas.
En 1914 había 11 NOs o Agentes de Campo altamente cualificados, establecidos en distintos cuarteles militares estratégicos, 6 de ellos operaban en la frontera Oriental de Francia, cada uno de los Agentes, operaba en los siguientes cuarteles fronterizos: Münster, Coblenza, Metz, Saarbrücken, Karlsruhe y Estrasburgo.
Otros cinco Agentes de Campo operaban en la frontera Occidental de Rusia, concretamente en los cuarteles fronterizos de: Königsberg, Allenstein, Danzig, Posen y Breslau.
Los Agentes de Campo contaban con un “staff” propio o grupo reducido de personas bajo su mando, que le proporcionaban un soporte en sus operaciones clandestinas en territorio enemigo.
Esto era muy importante para el espía en cuestión, ya que en las operaciones desarrolladas en la zona que operaba, debía realizar sus movimientos en el más estricto secreto, amén de disfrutar de una total libertad de movimientos.
Su actuación en la 1ª Guerra Mundial, era la pieza de toque que verdaderamente podía demostrar que el servicio de inteligencia alemán era un servicio de gran eficacia, pero a pesar de la valía demostrada durante el periodo de la pre-guerra, en la 1ª Guerra demostró deficiencia e incompetencia.
Durante el periodo de 1913 a 1918, fue el teniente coronel Walter Nicolai el encargado de la Sektion IIIb, y aunque era un oficial de valía, los sucesos de la guerra le superaron ampliamente.
Soldado alemán en Francia 1918
La actuación de la Sektion IIIb en el periodo del mes de julio de 1914 fue sumamente eficaz, teniendo al tanto al Alto Mando alemán, de las actuaciones de Francia y sobre todo de Rusia, en lo referente al despliegue de sus tropas, con vistas a la guerra que se hallaba en ciernes.
Al inicio de las hostilidades, el servicio de espionaje alemán que operaba en los países de la “Entente” o el bloque Aliado, pronto se colapsó, debido a que la mayoría de los agentes alemanes fueron arrestados por los servicios secretos aliados.
La pérdida de unos operativos tan eficaces como valiosos, fue un golpe del que Alemania ya no se repondría. Para el país germano le fue muy difícil introducir nuevos agentes, ya que los servicios secretos aliados estaban en alerta roja, y montaron dispositivos que dieron al traste con casi todo intento alemán de introducir espías en sus diversos países.
Alemania estaba ciega y sorda en relación con los movimientos de tropas en territorio enemigo, amén de los planes militares que las potencias aliadas pudieran elaborar sobre el frente militar alemán.
Los agentes supervivientes, quizá por los escasos medios disponibles o por su incompetencia, demostraron torpeza a pesar de sus buenas intenciones. Los planes de despliegue aliados, así como sus intenciones en las operaciones a realizar, fueron imposibles de descifrar por los Agentes de Campo alemanes.
Los agentes tenían que recurrir muchas veces a hipótesis plausibles, fallidas en la mayoría de los casos., también muchas veces se erraba en la interpretación de los datos adquiridos, lo cual muchas veces entorpecía la estrategia militar alemana.
En definitiva se podía decir, que la recopilación de información adquirida para su posterior evaluación e interpretación, fue errónea en la mayoría de los casos, lo cual fue perjudicial para la estrategia miliar a seguir por el mando alemán.
No obstante, a pesar de que la incompetencia fue habitual en el servicio de espionaje alemán, hubo honrosas excepciones que dieron un toque de calidad al espionaje alemán.
Particular y curiosamente, hubo una mujer que brilló con luz propia, no la célebre Mata-Hari en la que muchos pensarán, si no otra mujer. Se llamaba Elsbeth Schragmüller, y era en 1914 una joven de 27 años que demostró a lo largo de la guerra una competencia y maestría en catalogar la información que llegaba a sus manos.
Fue apodada por los franceses como “Mademoiselle Docteur” dirigirá con gran acierto el servicio de espionaje contra Francia, dotando a su organización de un servicio ágil y eficaz.
Revolucionario mexicano Pascual Orozco
La verdad es que la historia de esta agente alemana es digna de una película., cuando estalló la guerra, Elsbeth deseaba ayudar a su país, pero en servicios auxiliares como la mayoría de las mujeres alemanas de la época, si no en un papel más activo.
Obtuvo un permiso para marchar a Bruselas, a pesar de que el viaje podía ser arriesgado, ya que los alemanes se encontraban en plena ofensiva en Bélgica. Cuando llegó a la ciudad, insistió denodadamente en entrevistarse con el Mariscal de Campo von der Goltz, el cual se alojaba un hotel, no teniendo empacho en alojarse en el mismo hotel para tener una oportunidad de abordarle.
Algo debió de ver en la actitud de la muchacha, porque lo más fácil hubiera sido meterla en un tren y devolverla a Alemania., por el contrario, le concede un pequeño puesto a su servicio.
Partamos de que Elsbeth no tenía experiencia de ningún tipo en lo que le pidió el Mariscal, catalogar la información que se pudiera obtener de la correspondencia incautada a los soldados belgas prisioneros y sus familiares.
No obstante Elsbeth estaba dotada de una inteligencia natural, así que contrarrestó su inexperiencia con el sentido común. Buscó afanosamente entre la correspondencia belga, material susceptible que delatara una posible ofensiva aliada en la costa belga contra el cerco alemán establecido en la ciudad de Amberes.
Elsbeth desarrolla una buena labor en los análisis de la información adquirida, su labor no pasa desapercibida para el mando alemán, el cual pronto le traslada a la Central del “Servicio de Información”.
Aquí Elsbeth sintió que había encontrado su lugar, por la labor que se desarrollaba en dicho departamento., como ella confesó más tarde:
“Aquí tuve en seguida la sensación de participar en un trabajo de muy diferente carácter que estaba directamente envuelto en los grandes acontecimientos de la Guerra Mundial. No tenía idea de que este nuevo destino pertenecía al alto mando y constituía uno de sus puestos más avanzados.
No sabía el importante campo de actividades que se le tenía encomendado y difícilmente me pude imaginar la responsabilidad que yo misma tendría durante la guerra“.
A pesar de su inexperiencia, Elsbeth desplegó una actividad frenética., formando nuevos agentes, analizando y evaluando la información obtenida y asegurando las comunicaciones para que la información llegara fiablemente a sus manos.
Toda la información de Bélgica y el Norte de Francia estuvo bajo su responsabilidad., como nota destacada, entre los agente entrenados por ella, destaca la agente “H-21”, más comúnmente conocida como Mata-Hari, la cual fue fusilada por los franceses el 15 de octubre de 1917.
Buque "SS Mazatlan"
Brevemente sobre Mata Hari o Margaretha Geertruida Zelle, como verdaderamente se llamaba, comentar de que, a pesar de que el tribunal militar de París la acusó de haber entregado secretos militares franceses a Alemania tan vitales, que costaron la vida de no menos de 50000 franceses, la verdad es que fue una exageración despiadada.
Hoy en día la tesis más aceptada es que, aunque Mata Hari pudo informar sobre ciertos movimientos de los franceses, éstos fueron siempre datos irrelevantes, debido a sus escasas dotes como espía, por lo que el entrenamiento al que la sometió Elsbeth, no tuvo mucho aprovechamiento por parte de la célebre espía.
Lo más curioso en que Mata Hari a nivel de publicidad o fama, encarnó por antonomasia el papel de espía, cuando en realidad fue justo lo contrario a lo que compete a su profesión, ya que la primera regla de un buen espía, es la discreción y el anonimato, característica que Mata Hari nunca cumplió, ya que ella fue una mujer que atraía todas las miradas.
Siguiendo con Elsbeth, un historiador llamado Janusz Piekalkiewicz, también tuvo buenas palabras sobre Elsbeth, escribiendo en su libro “Historia universal de espionaje” el siguiente párrafo:
“Es sorprendente que una mujer que en un principio ni siquiera sabía lo que en realidad significaba la denominación de Servicio de información de la guerra, alcanzara al poco tiempo una posición tan autónoma, cosechando a la vez éxitos que harían sombra al trabajo de la mayoría de sus colegas varones. La carrera en el oficio del espionaje de esta mujer callada y discreta no ha encontrado parangón en la historia contemporánea“.
Los servicios secretos aliados conocieron la labor de Elsbeth gracias a los interrogatorios realizados en los agentes alemanes capturados por ellos. No obstante, el apodo de “Mademoiselle Docteur” que le dieron los servicios secretos aliados, proviene del Doctorado que poseía Elsbeth, ya que se matriculó en “Ciencias Políticas” en las universidades de Berlín y Friburgo, obteniendo el doctorado en 1913.
Una de las labores en las que más destacó Elsbeth, fue en la de organizar una red de agentes entre los soldados franceses que desertaban del frente. Entre sus componentes, buscó afanosamente gente que no tuviera problemas en volver a las líneas aliadas, pero ya como agentes formados al servicio del espionaje alemán.
Estos agentes al servicio de Alemania, podían buscar simpatizantes en las líneas aliadas, creando una infraestructura estable y fiable en territorio enemigo. La labor era sumamente peligrosa, y si la contrainteligencia aliada descubría su tapadera, la muerte era segura.
Contralmirante Maximilian Graf von Spee
No obstante, los esfuerzos de Elsbeth se coronaron con el éxito, cuya red contribuyó a desmoralizar la moral francesa en el frente. Es de destacar que la competencia y honestidad desplegados por estos agentes al servicio de Alemania, fue superior en contraposición a sus homólogos alemanes, cuya competencia no fue superior.
Entre la infraestructura operativa en la retaguardia aliada creada por Elsbeth, ésta no olvido el apoyo que pudiera proporcionarles el personal civil destinado en puestos estratégicos del mando aliado, a lo cual dedicó esfuerzos en reclutar voluntarios para dicho fin.
Quizá la labor de Elsbeth Schragmüller y su carácter reservado hizo que no fuera muy conocida, yo también ignoraba la labor de dicha mujer, pero la competencia que desplegó en la guerra, creo que la hace acreedora de una mención en este trabajo sobre el espionaje alemán en la 1ª Guerra Mundial.
Pero a pesar de la labor desarrollada por algunos entusiastas y eficaces agentes como Elsbeth, el conjunto era desolador para las operaciones realizadas por el espionaje alemán en Europa. Por ejemplo, los puertos británicos fueron uno de los objetivos principales de la inteligencia naval., allí antes y durante la guerra, un oficial naval llamado Gustav Steinhauer, fue el responsable de la red de agentes encargados de espiar los movimientos de la flota inglesa.
Sin embargo, el recientemente creado servicio de espionaje británico, el “MI 5“ (el cual operaba dentro de las fronteras del Reino Unido), no debía ignorar los movimientos del espionaje naval alemán, ya que después de la declaración de guerra, dio un golpe serio a la infraestructura alemana en Inglaterra, arrestando a 21 agentes rápidamente.
Con el estallido de la guerra en 1914, en la Marina Imperial alemana no había organizado ningún servicio de reconocimiento de radio con el objeto de espiar al enemigo., aunque las naves alemanas trasportaban radios, con las que se podía espiar las comunicaciones de una potencia rival.
Se intentó organizar un servicio serio en este asunto, poniendo un oficial especializado en la radio-escucha, con el objetivo de vigilar las comunicaciones enemigas en el Mar del Norte y el mar Báltico. Ya en 1907-08, se habían dado tímidamente los primeros pasos en cuanto a la escucha de las comunicaciones británicas por la inteligencia naval alemana. Una vez que estalló la guerra y con el objeto de situarse lo más cerca posible del territorio británico, se creó en las costas de la Bélgica ocupada por los alemanes, una infraestructura con la que espiar las comunicaciones británicas.
Mapa del Imperio alemán 1871-1918
El 1 de febrero de 1916, el servicio de inteligencia naval eligió al Kapitänleutnant Martin Brown junto con un pequeño equipo de hombres, con la misión de establecer una estructura estable en Bélgica, concretamente en el área de Neumünster/Holstein, para espiar por radio las comunicaciones en las costas británicas.
Martin Brown se convirtió así de manera oficial, en jefe de la inteligencia de la radio- marina alemana en la Flota Imperial alemana, asumiendo todas las operaciones ligadas a este cometido.
Como dato anecdótico, En España, a pesar de su neutralidad, el país fue objeto de atención por parte del espionaje alemán., en la finca del “Cabezuelo“, cerca de Miraflores (Madrid), se había observado una emisora de 8 metros de altura, la cual fue montada por tres súbditos de origen alemán. La noticia fue comunicada por el oficial de la estación telegráfica de Collado Villalba.
También comunicó dicho telegrafista, que en la finca se ocultan otros aparatos, que se tienen ocultos a la vista de la gente ajena a la finca. Como se puede ver, todas estas operaciones realizadas por el espionaje alemán eran útiles para crear una infraestructura en países neutrales o enemigos, pero no era una labor eficaz, al menos del tipo que necesitaba el Alto Mando alemán, para cambiar el curso de la guerra en favor de los ejércitos de Alemania.
Así y en vista de la poca eficacia de los Agentes de Campo en territorio enemigo, la Sektion IIIb, empezó en 1917 a re direccionar sus competencias, operando más como una “Policía Secreta” en los territorios bajo su dominio, tanto de la misma Alemania, como en los “Territorios Ocupados” por las tropas germanas.
La lucha se priorizó a partir de entonces entre el espionaje alemán, de combatir activamente la “Propaganda Enemiga” que los servicios secretos del bloque aliado pudiera desplegar en la misma Alemania o sus territorios ocupados.
También fueron objeto de una vigilancia intensiva los grupos políticos de izquierda alemanes, muy contrarios al rumbo de la guerra que estaba desgastando al pueblo alemán tras tres terribles años de guerra.
A parte de la las pérdida humanas que sufría el pueblo alemán, había que añadir desde el verano de 1916, una terrible carestía de alimentos, fundamentalmente debido al “bloqueo aliado” de las costas alemanas que desde el inicio de la guerra, todo con intención de negar a los alemanes, suministros de todo tipo, ya sea alimentos o materias primas que ayuden al esfuerzo de guerra alemán.
Elsbeth Schragmüller
La eficacia de la propaganda de izquierdas en Alemania contra la guerra, motivó al servicio secreto alemán a colaborar en la creación en septiembre de 1917, de un grupo político favorable a sus intereses, el cual se llamó “Die Deutsche Vaterlandspartei” o “DVLP”, este grupo político de tendencias conservadoras, nacionalistas y antisemitas., en definitiva, de ideas claramente pro-fascistas.
No obstante, el partido político apadrinado por los servicios secretos alemanes no consiguió su propósito, que era el de anular la propaganda de izquierdas, las cuales preconizaban una negociación con las potencia aliadas para poner fin a las hostilidades.
El fin de las hostilidades el 11 de noviembre de 1918, trajo el fin de la guerra y la desaparición del Imperio Alemán, junto con la mayoría del aparato burocrático y militar perteneciente a dicho reinado, en el cual por supuesto, los servicios secretos alemanes también fueron disueltos.
Como comenté, la Sektion IIIb, era el principal servicio secreto que operaba en el Imperio alemán, pero no era el único que desarrollaba acciones de “inteligencia” para Alemania.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, con el personal diplomático perteneciente a cada embajada, además de realizar las labores diplomáticas que eran de su competencia en las embajadas establecidas en los distintos países, también tenía desplegado un núcleo operativo de espionaje, el cual era dirigido por el propio embajador.
Esto no debería de extrañarnos en absoluto, ya que las labores de espionaje de Alemania en el exterior, (antes de la existencia de unos servicios secretos establecidos reglamentariamente) eran realizadas por las embajadas de Alemania establecidas en países extranjeros, labores que podían retrotraerse a siglos anteriores.
No obstante, la labor del Ministerio, a pesar de su eficacia, no cumplió con las necesidades alemanas de la 1ª Guerra Mundial, máxime si se tiene en cuenta, que con el estallido de la guerra, el personal diplomático en territorio aliado fue expulsado de los diversos países y enviados a Alemania.
La labor desplegada en el Imperio Alemán antes de la guerra, quizá adquirió más tintes de ser complementaria por los servicios exteriores, ya que había un personal específico para esta tarea.
Así que suponemos que el servicio de espionaje del Ministerio de Asuntos Exteriores, quizá funcionó más en labores referentes a su propio funcionamiento, más que en labores de espionajes en países extranjeros, donde ya funcionaban grupos especialistas como la Sektion IIIb.
El Kaiser Guillermo II de Alemania
El “Marinenachrichtendienst“, o servicio de inteligencia naval, desplegó independientemente de la Sektion IIIb, su propio personal operativo de espionaje en los países que juzgó convenientes.
No obstante conviene hacer saber que el servicio de inteligencia naval no existió como un departamento creado para tal fin, si no que fueron varios departamentos que funcionaron para una misma tarea, la cual desarrollaron competentemente.
La labor del servicio de inteligencia naval alemán era perfectamente entendible, la recopilación y clasificación de la información obtenida sobre las flotas de guerra de las potencias tanto enemigas o rivales.
El número de naves, los puertos donde tenían sus bases, así como los movimientos de los distintos buques de las diversas armadas.... toda la información recopilada por los agentes alemanes, era enviado a los departamentos de la inteligencia naval alemana o al Alto Mando Imperial de la flota alemana.
Uno de los departamentos de inteligencia naval más activos fue el fundado en 1899, el “Als Nachrichtenbüro“(N). Este departamento donde fue más activo fue en Rusia. Allí se creó una red de agentes establecida a lo largo de las costas de Rusia, con el objetivo de tener bien vigilada los movimientos de la flota rusa.
Como apoyo a la red creada en Rusia, el servicio de inteligencia naval creo unas bases establecidas en los países nórdicos. En 1912 la red creada en Suecia, colaboró en la creación de una “Inteligencia Militar“ eficaz, la cual desempeñó una gran labor en la 1ª Guerra Mundial.
Su papel, fue colaborar activamente en la desestabilización revolucionaria que se produjo en Rusia, siendo su labor en Finlandia muy positiva.
No dispongo de datos, pero la inteligencia naval también operó en Asia, donde los alemanes tenían en China una base naval establecida en el puerto de Tsingtao desde 1897. Incluso en el Suroeste de América, también los alemanes desplegaron agentes, como apoyo a las naves alemanas durante 1914-15.
América no fue olvidada por el servicio de espionaje alemán, el Servicio Secreto alemán intuyó meses antes de que la guerra estaba cercana, así que inició una serie de intensos preparativos para crear en América una compleja infraestructura destinada a defender los intereses de Alemania en esa zona.
Todo empezó con la inestimable ayuda de un alemán llamado Frederick Jebsen, un oficial naval en la reserva, el cual había sido enviado por el alto mando alemán en 1912 a Estados Unidos para crear una red de agentes alemanes segura y estable.
El Conde Von Bernstorff en medio de la oficialidad alemana
La utilización de Jebsen fue muy útil, ya que hablaba el inglés a la perfección, y su don de gentes, le facilitó su aclimatación en crisol de culturas que era la ciudad de San Francisco (EEUU) en años de inicios del siglo XX.
Gestionó con éxito la compra de un buque llamado “SS Mszatlan“, el cual le serviría posteriormente para los futuros traslados de material., su habilidad diplomática le sirvió para que nadie le preguntara de donde había sacado tanto dinero para sus transacciones, entre ellas la compro del barco.
El hombre que le sirvió para sostenerle económicamente fue el embajador alemán en los EEUU, el Conde Johan Heinrich Von Bernstorff., este individuo tenía una provisión de dinero suficiente para financiar las actividades necesarias que el espionaje alemán necesitara realizar en los EEUU.
Nueve días antes del atentado de Sarajevo contra el Archiduque Fernando de Austria, Johan había sido llamado a Berlín., en la capital alemana se celebró una reunión entre los distintos servicios de espionaje alemanes, los cuales dieron al embajador alemán Von Bernstorff amplios poderes.
Bernstorff se puso al mando de todas las operaciones de espionaje realizadas en el Continente americano., el supervisó toda la labor: espionaje, sabotaje, propagan, soborno, compra de armas etcétera.
Su retorno a la capital de los EEUU, se realizó trayendo por valija diplomática una enorme cantidad de dinero en bonos del tesoro alemán, los cuales sirvieron para financiar todos las operaciones de espionaje realizadas en los EEUU., la cantidad llevada tenía al cambio americano el valor de 150 millones de dólares, aunque hoy en día se podría cifrar en 3.000 millones de dólares.
Durante los tres años siguientes, los alemanes desarrollaron una actividad frenética, realizando todo tipo de operaciones, aunque la discreción fue muy importante para que la labor realizada no fuera detectada por la “inteligencia“ americana., también el embajador alemán fue aleccionado antes de su partida de Berlín, para que operara con personal fiable y responsable.
No obstante, la embajada alemana disponía de personal cualificado para realizar las operaciones de espionaje de manera competente, por lo que no fue necesario reclutar a personal ajeno a la embajada alemana en Washington.
Capitán Karl Boy-Ed
Tres personajes de probada competencia pasaron a realizar operaciones para extender la red de inteligencia alemana:
- El nuevo agregado militar, capitán Von Papen, el cual había llegado a Washington el 30 de julio, procedente de México.
- El agregado naval, capitán Karl Boy-ed, el cual contaba con experiencia en materia de espionaje, ya que trabajaba en el departamento de inteligencia de la marina Imperial alemana, la “ Marinenachrichtendienst“.
- El agregado comercial Heinrich Albert, el cual era abogado de oficio, pero que aparte de ocuparse de los “asuntos legales“ de la embajada, también podía realizar operaciones clandestinas y encubiertas todo tipo.
Los tres personajes empezaron a operar en la ciudad de Nueva York, donde compraron varias oficinas y locales comerciales, para crear una infraestructura estable en la zona., mientras tanto, en América del Sur, las misiones diplomáticas establecidas en la zona comenzaron intensos preparativos.
Las embajadas alemanas de Ciudad de México, La Habana, Guatemala, Caracas, Lima, Santiago de Chile, Río de Janeiro y Buenos Aires, coordinaron y prepararon las distintas redes de comunicación entre los consulados de dichos puertos y las embajadas de las capitales.
La coordinación entre países aliados también fue importante, ya que por ejemplo, el personal diplomático del Imperio Austrohúngaro, dio pleno apoyo a Alemania con la infraestructura diplomática que establecida en toda América.
No menos importante fue establecer una cooperación estrecha con los países sudamericanos, donde la presencia de colonias inmigrantes alemanas., caso por ejemplo de los países de Chile, Argentina o Brasil.
El trabajo fue muy laborioso, pero la rapidez y eficacia desplegadas hicieron que en poquísimo tiempo, se tuviera a mediados de agosto de 1914, una extensa red de agentes alemanes que daba cobertura total a todo el continente americano: de Este a Oeste desde Norte de América (Seattle-Nueva York) y por el Sur de América (Buenos Aires-Punta de Arenas).
Bajo el mando directo del capitán de la inteligencia naval, Karl Boy-ed, se estableció un grupo de “células durmientes“, agentes alemanes que cuando no estaban operativos, se confundían con la población, realizando labores cotidianas civiles (muchas de ellas de tipo comercial) que les confundían con la población sin llamar la atención., pero estando alerta para actuar activamente cuando recibieran las oportunas órdenes.
Entonces estos agentes entrenados pasaban a realizar todo tipo de operaciones que en mando alemán solicitase: instalar redes de comunicación, instalación de redes de comunicación, interceptar y descodificar comunicaciones de los países enemigos etcétera.
Estación de Radio de Nauen (Alemania)
También los agentes alemanes se dedicaron a la compra y almacenamiento de grandes cantidades de carbón, el cual sería esencial para el abastecimiento de los navíos alemanas que operaban en el Pacífico.
Ejemplo de ello era la “División Naval del Este asiático“ formada por 5 formidables navíos de combate y varios barcos de apoyo. También el carbón sería de utilidad para navíos corsarios alemanes que operaran en la zona y para toda nave alemana falta de carbón, ya que no olvidemos que por aquel entonces, el carbón era esencial para el funcionamiento de las naves comerciales y de combate.
Los agentes alemanes en Sudamérica intentaron en la medida de sus posibilidades, modificar la estructura de naves de uso civil, para darles un uso militar, concretamente, transformarles en buques corsarios para que operaran en alta mar contra las naves de las Potencias aliadas o barcos neutrales.
Por ejemplo, en el puerto de San Francisco, el principal agente destacado allí, el capitán Jebsen, cambió la bandera alemana del buque alemán “SS Mazatlán“ por la bandera mexicana.
Mientras un pintor, cambió el nombre de la ciudad alemana de origen del navío, Hamburgo, por otra que ponía “La Paz“. Este acto fue peligroso, ya que México estaba por aquel entonces inmerso en una guerra civil, y cualquiera de los dos bandos podía atacan la nave si entraba en aguas de México.
En Buenos Aires otro agente alemán está en los mismos pasos de convertir un navío civil en otro de uso militar., el encargado de la operación era el agregado naval alemán en Argentina, capitán August Müller, cuyas labores de trasformación del transatlántico “Cap Trafalgar“ en un buque corsario no pasaron desapercibidas para las autoridades argentinas, las cuales bajo el consejo de la diplomacia británica, hizo que August tuviera que suspender la labor y realizarla fuera de territorio argentino.
El trasatlántico salió de aguas argentinas y se dirigió a un destino desconocido, seguramente Europa. Ambos buques, el “Cap Trafalgar y “Mazatlán“ se harían famosos internacionalmente poco tiempo después.
August Müller también participó en labores logísticas, ya que fue el encargado de comprar enormes cantidades de carbón, el cual junto a otros suministros vitales, concentró en el puerto argentino de Belgrano.
Allí, varios navíos de origen alemán, transportarían los suministros a un punto del Océano Pacífico, donde abastecerían a los buques de guerra alemanes pertenecientes a la escuadra alemana de Asia, la “División Naval del Este Asiático“, mandada por el Contraalmirante Maximian Graf Von Spee.
SMS Dresden en 1909
Con el paso del tiempo, las comunicaciones entre las agentes alemanes en América y Europa se deterioraron o sobrecargaron en demasía., los aliados sabotearon las comunicaciones telegráficas que por medio del cable Transatlántico, comunicaban con Europa.
Había cables Transatlánticos de propiedad británica, francesa, alemana y norteamericana, y el cable alemán fue objeto de sabotaje por parte de los británicos., así, los aliados pudieron en exclusiva informar a los EEUU de los sucesos que ocurrían en Europa, (sin que Alemania pudiera contraponer su opinión).
De esta forma, los aliados informaban de lo que querían a los EEUU, creando un clima favorable a sus intereses y demonizando y exagerando lo que los alemanes y sus aliados hacían en Europa.
Un ejemplo de ello eran los abusos de Alemania sobre la Bélgica ocupada por ellos., qué duda cabe que hubo muchos abusos, pero los aliados los engrandecían enormemente sin que los alemanes pudieron contraponer sus objeciones.
Los agentes alemanes tenían que contactar con Berlín a través de una compleja red de órdenes e informes, los cuales que circulaban por una serie de estaciones situadas en todo el hemisferio americano. Pero solo una estación emisora era la destinataria de los informes.
Dicha estación de radio estaba en Iztapalapa, en México Distrito Federal, y era la única emisora con capacidad de comunicación con el centro de espionaje alemán en la localidad alemana de Nauen.
Nauen se hallaba en la región de Brandemburgo, a 38 Km. al Oeste de Berlín. La estación de radio estuvo operativa entre 1906 y 1945, y utilizaba para las comunicaciones frecuencias de onda corta y VLF (onda muy corta).
La destrucción o sabotaje de la emisora de Iztapalapa habría colapsado las emisiones del espionaje alemán en toda América con Alemania, por lo que los alemanes protegieron con celo dicha emisora de cualquier intento de sabotaje por parte de los aliados.
Que dicha emisora se hallara en un país neutral dificultó a los aliados su destrucción, ya que la emisora era conocida por los aliados desde 1915, por lo que su importancia y eliminación eran prioritarias.
Su destrucción solo era posible a través del sabotaje por medio de agentes aliados, por lo que se pusieron manos a la obra de inmediato. A pesar de diversos intentos, la vigilancia alemana de la emisora era eficaz, y todos se saldaron en fracaso.
Espía alemana Mata Hari
Solamente al final de la guerra, se logró sabotear la emisora de radio por medio de un oficial de la inteligencia naval llamado Alfred Mason, dicha acción ocurrió en julio de 1918.
No obstante, hay que contar que los aliados tenían una pequeña ventaja respecto a los alemanes, ya que capturaron el libro de códigos alemán, con lo que podían conocer por anticipado sus movimientos., este logro lo consiguió la Real Marina británica al capturar un buque alemán., pero también la Marina Rusa logró capturar el libro, de un buque alemán encallado en sus costas.
Desde 1914, a través del espionaje alemán, se realizaron planes para utilizar México en contra de los EEUU., se pretendía atacar el Canal de Panamá e iniciar una guerra en la frontera de México, conocido como “Plan de San Diego”.
- El plan fue elaborado desde el centro de espionaje alemán con base en el puerto de Tampico., bajo las órdenes de Carl Heynen y Federico Stallforth, estos individuos desde 1913, planeaban invadir Estados Unidos por dos rutas:
- Por el Noreste vía Brownsville o Laredo para tomar San Antonio, Texas y por el noroeste, por El Paso, Texas, para tomar Denver, utilizando en esta ruta los 10.000 hombres al mando de Pascual Orozco, un líder revolucionario mexicano de los muchos que poblaban por aquel entonces el convulso país de México. Dicho plan fracasó al enterarse los EEUU sobre la trama urdida por el espionaje alemán. Los americanos procedieron a detener a Pascual Orozco y al ex presidente mexicano Victoriano Huerta (implicado en la trama) en la estación de Newman, Nuevo México, siendo posteriormente llevados a la base militar americana de Fort Bliss en Texas.
Para finalizar y resumir este trabajo, comentar que los agentes alemanes fueron habilidosos en la falsificación de pasaportes u otro tipo de documentos extranjeros, ya que ayudó a que inmigrantes alemanes que habitaban en las importantes colonias del Sur de América, pudieran voluntariamente retornar a Alemania para unirse al ejército alemán.
A través de este trabajo, se ha podido ver que la voluntad de los servicios secretos alemanes fue muy buena, al intentar crear en países neutrales o enemigos una densa red de agentes operativos, los cuales tenían que proporcionar a Alemania una valiosa información sobre las actividades de los países aliados.
Pero el estallido de la 1º Guerra Mundial dio al traste con muchas de las redes de agentes alemanes establecidos en territorio de las Potencias Aliadas en Europa, con lo que su valor en territorio aliado fue escaso, tanto en recomponer sus redes, como en proporcionar sus sucesores información vital que ayudara a Alemania a ganar la guerra.
Las redes de espionaje aliadas le ganaron la partida a sus oponentes de los “Imperios Centrales”, lo cual facilitó que la “Entente Aliada” fuera la vencedora de la contienda., sin embargo ganar la guerra no significa una paz duradera, ya que las potencias aliadas pusieron unas condiciones tan duras, que creó en los perdedores un ánimo de resentimiento y revancha.
En particular este resentimiento fue muy grande en Alemania, por lo que siendo una potencia industrial muy grande, hizo que cuando se recuperó de la tragedia, iniciara una nueva guerra mundial, con efectos mucho más devastadores si cabe, que en la 1ª Guerra Mundial.
Jefe del espionaje alemán Walter Nicolai
Autor: eljoines
Fuentes:
- Primera Guerra Mundial
- 1ª Guerra Mundial
- Elsbeth
- Mata Hari
- Nicolai
- Sektion IIIb
- Eljoines's blog
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