La Primera Cruzada (1096 - 1100): la lucha por Tierra Santa
Jerusalén es una ciudad, pero además es un lugar sagrado para las tres grandes religiones monoteístas del mundo y por ello esta ciudad ha estado presente en los más grandes conflictos en los siglos anteriores y que provoca o provocará otros muchos en los siglos venideros. Para los judíos es el lugar donde Abraham ofreció a su hijo Isaac en sacrificio, en el monte Moria donde se levantó el Templo de Salomón, que custodiaba el Arca de la Alianza y luego también se encuentra el gran Templo de Herodes el Grande. Para los cristianos es el lugar donde se produjo la crucifixión de Jesucristo, después resucitado y para los musulmanes el lugar desde donde Mahoma subió al cielo.
A la muerte de Jesucristo su doctrina se fue extendiendo por todo el Imperio romano y consiguió aposentarse como la religión oficial del estado en los tiempos de Constantino el Grande en el siglo IV. Pero en el siglo VII, la ciudad sagrada fue tomada por los islamistas, lo que produjo que cuatro siglos más tarde, los reinos de la cristiandad quisieran recuperar la ciudad Santa. Por todos los confines de Europa corrió una voz, cada vez más poderosa, llamando a los cristianos a iniciar una Cruzada que devolviera la Ciudad Santa a la cristiandad, miles de guerreros se pusieron en camino, las cifras varían en el número entre 300.000 / 600.000, según Fulquerio de Chartres y Alberto de Aix, coinciden en las 600.000 y Ekkehard en los 300.000(1), para reconquistar la ciudad al Islam.Este fue un enfrentamiento de religiones que duraría más de dos siglos.
Esta Cruzada fue para sus participantes, una guerra espiritual para limpiar sus almas de todo signo de pecado. Seguro que compartían otros intereses pero el principal era luchar por la Cristiandad. Esta es la visión de varios expertos sobre el tema, compartida por Thomas Asbridge , profesor de la University Queen Mary de Londres.
Pero desde el punto de vista de los árabes, estos caballeros no tenían esta aureola y eran considerados unos bárbaros invasores, que tenían como único objetivo destruir la civilización islámica, que estaba en su máximo apogeo. Esto es lo que afirma Tariq Alí, paquistaní residente en el Reino Unido y autor de “El libro de Saladino”, relato de la vida del famoso Sultán de Egipto, principal protagonista de la III Cruzada y de la recuperación de Jerusalén en 1187.
(Mapa de la expansión de los turcos selyüqies en el siglo XI.)
Caos en Oriente
Desde principios del siglo X, el califato Abasí de Bagdad se rompía y los Fatimíes, proclamados descendientes de Fátima, hija de Mahoma, fundaron un califato chií, en el Cairo, apoderándose de buena parte de Siria y Palestina, que estaban en manos Abasíes . En el año 1009, el califa Fatimí al –Harim bin- Amar Alá, llevado por su fanatismo destruyó el Santo Sepulcro de Jerusalén , desencadenando en Occidente una oleada de protestas. Parecía que Bizancio iba a sacar buena renta de la caída del califato abasí, ya que en el año 969, había reconquistado Antioquia y algo de Siria, pero en el año 1025, el imperio estaba desangrado por las luchas internas. Ya en el año 1055 el contingente turco de las huestes del califa , ayudó a una tribu turca , recién convertida al Islam, los Selyúcitas, los cuales reinaron en Bagdad , en calidad de sultanes en nombre del califa, eran los llamados “los grandes selyúcitas” y conquistaron gran parte del territorio en manos fatimíes, incluido Jerusalén.
Pero no todas las tribus turcas acataban a los Selyúcitas y algunas de ellas atacaron territorios bizantinos, a lo que respondió en el año 1071, el emperador Romano IV Diógenes, invadiendo el territorio selyúcita , pero sus tropas fueron derrotadas en Manzikert, en Armenia a manos del sultán Alp Arslan. Romano fue depuesto y una guerra civil asoló Bizancio y las dos facciones en lucha pidieron ayuda a los turcos, los cuales recibieron Asía Menor de los bizantinos , mientras una rama de los selyúcitas se estableció en Nicea e Iconio, como sultanes de Bizancio, la mayoría de sus habitantes continuó siendo cristiana y de habla griega.
A la muerte del gran selyúcita Malik Shah en 1092 , se fragmentó el sultanato y tres años más tarde, el sultán de Bagdad se tenía que centrar en los problemas que tenía en el este y Siria estaba dividida por dos hermanos selyúcitas, Duqaq de Damasco y Ridwan de Alepo. El emperador Alejo I Comneno supo tanto estabilizar su imperio como sacar partido del caos islamista, pero no reconquistó Asía Menor.
(Casco y puñal árabes. La funda del puñal está adornada con plata repujada. Museo Militar del Castillo de Montjuic , Barcelona.)
Las causas
Este siglo XI era especialmente violento, ya que los gobiernos centrales poseían poca organización, estaban en poder de los señores feudales y las grandes monarquías, aún estaban por consolidar. Estos señores feudales europeos, atrincherados en sus castillos tiranizaban a sus súbditos y se dedicaban a guerrear entre ellos. Además el Papa también intervino en asuntos militares, como por ejemplo “La tregua de Dios” prohibiendo combatir del viernes al atardecer hasta el lunes al amanecer, lo cual contribuyó a disminuir las contiendas de los nobles pendencieros.
Mientras tanto la fe brillaba por su ausencia, no había justicia, ni temor de Dios y la maldad era la que reinaba en realidad sobre la tierra. Fruto de este estado de cosas : La Iglesia, en la Edad Media era la dominadora de la Europa occidental en este siglo. En esta Edad todo el mundo se interesaba por la religión y la gente vivía con temor del pecado, ya que todo su quehacer diario estaba considerado pecado en potencia y estos hechos canalizaron de que para librarse del sufrimiento de cada día se tenían que demostrar la fidelidad a Dios, con un acto ejemplar y heroico : La Cruzada.
(El Papa Urbano II)
Urbano II
La Iglesia tenía poder para perdonar los pecados del hombre, pero no tenía poder para acabar con esta lepra de la sociedad. Los gobernantes en Europa, laicos, habían apartado al papado a un lado, hasta que en el año 1088 llegó a Roma un nuevo pontífice Urbano II, el cual era astuto y que enseguida supo ver las necesidades políticas, sociales y de la religión en estos tiempos.
Para ello, en 1095, Urbano después de visitar al poderoso conde Raimundo de Tolosa, aprovechó una petición de ayuda de Alejo I Comneno, emperador de Bizancio y máximo representante de la Iglesia ortodoxa griega, prestigiosa figura de Oriente, el cual estaba a punto de perder su Imperio a manos de los turcos selyúcitas, (llamados así por su mítico líder Selyk) recientemente convertidos al Islam. Estos fieros guerreros invadieron Persia, Siria, Palestina y la Ciudad Santa de Jerusalén , cambiando su ruta de conquista hacia el norte, asaltando todo lo que encontraban en su camino, hasta llegar a la capital del Imperio bizantino : Constantinopla.
(Alejo I Comneno, emperador de Bizancio)
Es por ello que ante tan grave amenaza, Alejo I pidió socorro a su antiguo rival, Urbano II (las dos ramas occidental y oriental de la Cristiandad rompieron relaciones en el Gran Cisma de 1054(2), invocando la unidad de los cristianos contra los islamistas, solicitando a este una fuerza de caballeros de élite. El papa Urbano II convocó el gran concilio de Clermont de Auvernia , en noviembre de 1095, lanzando una viva proclama bajo el manto protector de la Iglesia católica, emprender una guerra contra el Islam. Se cuenta que a Clermont habían acudido : 14 arzobispos, 250 obispos, 400 abades y una gran número de príncipes y caballeros de la Cristiandad. El papa dotado de una gran elocuencia, era un perfecto orador y en un ambiente que le era propio, relató los exagerados sufrimientos de los peregrinos cristianos (tanto habitantes como visitantes), a manos de los musulmanes, demonizando a los turcos y presentando la Cruzada como una guerra entre las dos religiones. Estas palabras fueron acogidas con un fervor entusiasta por los allí reunidos, asegurando que los sarracenos oprimían los lugares sagrados, asesinaban a los sacerdotes y forzaban a las vírgenes a escoger entre prostituirse o morir. Los asistentes, enfervorizados, se colocaron trozos de tela con la cruz, en el pecho, señal inequívoca de querer partir hacía el Oriente.
(Urbano II en el concilio de Clermont arengando a los cristianos)
Con el paso de los años este tema ha despejado las muchas dudas que surgieron, entre ellas, 1º) el discurso de Urbano II, estaba contado por cronistas que no habían asistido al mismo o bien lo narraban “post eventum”, o sea años después de la I Cruzada, con lo cual se pretendía dar a la misma una legitimidad, dándole un carácter teológico e ideológico que difícilmente era de precisar en este año de 1095; 2º) Es cierto que Alejo I Comnuno pidió ayuda al pontífice- la petición de ayuda fue hecha por los embajadores bizantinos en el concilio de Plasencia , en 1095- , pero la ayuda se refería a tropas mercenarias, preferentemente normandos, que una hábil distorsión de los hechos, ya presente tal vez en las palabras de Urbano en Clermont, había transformado en una petición urgente de ayuda, o sea Bizancio no tenía necesidad de salvadores occidentales, sino de soldados profesionales, que el Imperio bizantino no tenía ningún problema en pagarlos con generosidad y puntualidad; 3º) Por algunos cronistas se deduce que Urbano lo que pretendía en realidad no era salvar Oriente de los turcos , sino Occidente de una clase feudo-caballeresca violenta y muy belicosa, que obstaculizaba la reforma eclesiástica y amenazaba la paz. El Papa ofrecía a los integrantes de la Cruzada, un pasaje directo al cielo, pero liberaba a Europa de una casta poderosísima de caballeros, los cuales para salvar sus almas y liberar la Iglesia a cambio les serian perdonados sus pecados. Además , mostraba a los caballeros europeos y principalmente a los francos, un horizonte de riquezas y tierras por conquistar, ya que en aquella parte del mundo había un enorme potencial de riquezas. Era el verdadero centro del comercio, ya que todas las caravanas pasaban por estas tierras.
Los cruzados tenían además la bendición de Dios, para olvidarse del V mandamiento, “No Matarás” , siempre y cuando se ejerciera contra los infieles ,no siendo consciente el Papa del peligro que encerraban estas palabras, expuestas en Clermont, ya que desencadenó un odio visceral en toda la Europa Occidental, hacía todo lo extranjero.
(Pedro el Ermitaño, conduciendo la Cruzada de los Pobres)
La Cruzada popular
Según nos cuenta Dareste de la Chavanne(1820-1882), historiador francés, que calcula que en este siglo XI, hubo más de treinta años de malas cosechas y la Europa Occidental sufrió una hambruna entre 1087 al 1095. Esta fue una de las causas de la extraordinaria acogida de la población civil a la Cruzada.
Cuando los caballeros empezaban a prepararse para esta gran aventura, se les adelantaron grupos mal organizados y peor armados, sin definir (campesinos sin tierras, marginados de diversas procedencias, todos ellos con sus mujeres , hijos y ancianos), se pusieron en camino, de manera caótica, con destino a Oriente, siguiendo las directrices de personajes como Pedro de Amiens, llamado “El Ermitaño”, personaje carismático, redentor de los miserables, del cual eran famosos sus ardorosos discursos de predicación a las prostitutas, también líderes laicos, como el alemán Emich, conde de Leisingen, o caballeros como Gualterio Sin Haberes, avanzando como un nuevo éxodo o como una verdadera plaga de langosta.
(Pedro el Ermitaño arenga a los cruzados frente a los muros de Jerusalén. Este exaltado personaje delgado, de corta estatura y de tez morena iba descalzo y vestía hábitos mugrientos, pero a pesar de su aspecto tenía una gran influencia sobre las masas.)
En la primavera de 1096, Pedro el Ermitaño alcanzó Colonia y pasada la Pascua partieron en dirección a Constantinopla, lo hizo con un contingente de veinte mil personas, incluidas mujeres, niños, ancianos…o sea familias enteras. Todos ellos en busca de la Tierra Prometida de la Biblia, donde la leche y la miel brotaban por todas partes. Por ello muchos habitantes de la Renania creyeron que la campaña contra los enemigos de Cristo debía empezar en casa y se dedicaron a hostigar las comunidades judías, ya que ellos eran los responsables de la crucifixión de Cristo, los judíos a pesar de contar con la protección del Emperador eran considerados ciudadanos de segunda clase. A medida que el fervor de la Cruzada fue extendiéndose , también los hicieron los episodios de crueldad y hostigamiento, pero las comunidades judías de Renania lograron librarse de esta violencia de la cruzada de los Pobres, a base de pagar un dinero destinado a apaciguar los ánimos.
De Colonia pasaron a Hungría, donde su rey Colemán tuvo a bien autorizar el libre transito a cambio de no ejercer pillaje en sus dominios. Pero al alcanzar la ciudad de Semlin., a orillas del Sava, río fronterizo, estallaron los disturbios y unos cuatro mil húngaros fueron exterminados y al otro lado, la ciudad de Belgrado era incendiada. Desde ahí a Sofía, se fueron incrementando los conflictos con los oficiales bizantinos locales, incluso se llegó a librar una batalla en que cientos de cruzados fueron muertos o prisioneros, desde Sofía a Constantinopla la marcha fue más pacífica y Pedro quedó sorprendido de que Alejo I no se mostrara belicoso con ellos, dando prueba de una magnanimidad al constatar que el sufrimiento padecido por los peregrinos les hacía merecedores del perdón por los desmanes que habían provocado. Llegó a recibir a Pedro en audiencia, pero los desmanes de los peregrinos continuaban, robando a la población civil y asaltando los palacios. En agosto, atravesaron el Bósforo y siguiendo los sabios consejos que Alejo le había dado a Pedro, se detuvieron en un punto de la costa del Mar de Mármara para esperar a la cruzada principal, pero los lugartenientes de Pedro, sabedores que Urbano II había dado un amplio margen de tiempo para preparar la cruzada principal, se arriesgaron a adentrarse en el territorio selyúcita del sultán Kilij Arslan, señor de Konya y de Nicea. Continuaron saqueando en territorio turco, inclusive a los habitantes cristianos y provocaron la ira de los turcos y el 21 de octubre, aprovechando que Pedro se hallaba en Constantinopla para obtener más apoyo de Alejo I, un ejército de veinte mil hombres, marchó sobre Nicea, donde los turcos emboscados les infligieron una severa derrota y solo unos tres mil sobrevivieron, en retirada acabaron refugiándose en una fortaleza en ruinas en la misma costa, donde pudieron ser socorridos por una flotilla bizantina. Este fue el triste y buscado final de la llamada ”Cruzada de los Pobres”. El sultán turco les dio la espalda con desprecio, jactándose de tener a Occidente bajo control.
(Mapa de la I Cruzada)
La primera Cruzada
Casi un año después, entre el verano y el otoño de 1096, de la proclama de Clermont, mesnadas de caballeros de Francia, Benelux, Alemania e Italia, se pusieron en camino en una marcha épica de casi cinco mil kilómetros , para liberar a los hermanos cristianos y los Santos Lugares del yugo musulmán.
También creo que esta campaña no fue una campaña de “segundones” al no estar encabezada por ningún rey cristiano como las posteriores, pero contaban con grandes príncipes y caballeros como Roberto , duque de Normandía, hijo de Guillermo el Conquistador; Godofredo de Bouillón, duque de la Baja Lorena y sus hermanos Eustaquio y Balduino; Hugo de Vernandois, hermano del rey de Francia; Raimundo de Saint-Gilles, conde de Tolosa y marqués de Provenza; Esteban. conde de Chartres y Blois; Roberto, conde de Flandes; de Bohemundo de Tarento, hijo de Roberto Guiscardo, etc.
Godofredo de Bouillon, fue el verdadero campeón de la Cruzada, hijo de Eustaquio, conde de Bolonia y de Ida, hija de Godofredo el Barbudo, duque de la Baja Lorena y Bouillon, (cuyas tierras eran dependientes del Sacro imperio Romano Germánico, comprendían gran parte de Flandes y las Ardenas, aunque el condado se extendía más al sur) , perteneciente a una familia descendiente de Carlomagno. Era un hombre piadoso y desinteresado, gran devoto de la Iglesia católica, valiente, recto e invencible en múltiples combates.
(Godofredo de Bouillon, duque de la Baja Lorena)
Se convirtió en uno de los primeros nobles en tomar la cruz, respondiendo a la llamada del Papa Urbano II y dispuesto a partir hacía Tierra Santa, lo cual en aquellos tiempos era bastante costoso, ya que debía vender o hipotecar sus tierras para cubrir los gastos del viaje; unos costes equivalentes a seis años de sus ingresos. Ello no le acobardó y vendió o empeñó varios de sus estados, hipotecando hasta su propio castillo de Bouillon al obispo de Lieja. Una vez conseguido el dinero para formar su ejército integrado por loreneses, flamencos, bravanzones y alemanes, con todos ellos partió en agosto de 1096, rumbo a Constantinopla. Es bueno resaltar que Godofredo al igual que los restantes nobles, encaminaba esta peregrinación como penitencia a la gracia de la Iglesia , ya que unos años antes había combatido junto al emperador romano-germánico Enrique IV, contra los aliados del Papa de Roma. Casi todos los príncipes atravesaban un momento político complicado y para ellos la Cruzada era una salida para ganar tiempo(el Papa había asegurado una alta protección a las familias y bienes de los cruzados) y para los otros restantes era una peregrinación espiritual para volver a la gracia de Dios.
Todos ellos tenían distintas motivaciones para embarcarse en esta aventura, los condes de Tolosa, Blais y Flandes, eran inmensamente ricos o sea que su motivación no era otra que salvar la cruz, mientras Bohemundo era extremadamente ambicioso y buscaba aumentar su fortuna, Roberto de Normandía al igual que Godofredo tenían graves problemas políticos y otros menos significativos como Tancredo y Balduino de Bolonia, ambicionaban tierras y posesiones.
(Godofredo de Bouillon se dispone a partir hacía la I Cruzada, según miniatura del siglo XV del manuscrito titulado” Abrégé de la Chonique de Jerusalém”, Biblioteca Nacional de Viena.)
Antes que el había partido para Oriente, Hugo de Vermandais, hermano del rey de Francia , Felipe I, con solo un pequeño séquito personal, disminuido por un naufragio, Otro cuerpo expedicionario eran los normandos de Sicilia, al mando de Bohemundo de Tarento y su sobrino Tancredo, además de una flota enviada por Génova, viajaron por mar. El tercero, el más numeroso, eran los occitanos del conde Raimundo de Tolosa, el legado papal Ademaro de Monteril, obispo del Puy , legado pontificio y director espiritual de la Cruzada con un contingente numeroso de peregrinos, cuya ruta partia del sur de Francia hasta el norte de Italia, provocando numerosos incidentes a su paso y la cuarta fuerza partió del norte de Francia y los Países Bajos, bajo el mando de Roberto II de Flandes, acompañado por Roberto de Normandía y Esteban de Blais, hijo y yerno de Guillermo el Conquistador, duque normando que llegó a ser rey de Inglaterra, los cuales embarcaron en Brindisi.
(Los normandos, fervorosos cristianos y brazo armado de la Iglesia en la 1ª Cruzada)
Unos seis meses tardó el ejército de Godofredo, en una marcha lenta por la Europa del Este, con miles de kilómetros a sus espaldas, hasta que por fin, convergieron todas las tropas cristianas en Constantinopla, corazón espiritual de la Cristiandad de Oriente.
(Llegada de los cruzados a Constantinopla)
Constantinopla
Esta ciudad, en la actualidad Estambul, asentada en el extremo más oriental de Europa, era para los cruzados la última ciudad cristiana antes de atravesar el Bósforo e iniciar su gran aventura, ya en territorio enemigo. La capital estaba protegida por dos murallas, formando dos anillos concéntricos de más de 16 kilómetros de perímetro y más de nueve metros de altura.
Alejo I Comneno esperaba a unos 300 mercenarios de élite, bien preparados para la lucha contra los turcos, una fuerza que el mismo podría dirigir personalmente y para su sorpresa se encontró con una gran masa, caótica de 60.000 hombres. Entre ellos 10.000 fanáticos, que cayeron sobre la ciudad como una gran plaga y el resto fue llegando en oleadas continuas de varios cientos de caballeros y miles de infantes armados, pero también miles de mujeres, niños y ancianos harapientos. Todos ellos con telas cosidas a la espalda en forma de cruz.
Los primeros en llegar fueron los hombres de Godofredo, el 23 de diciembre de 1096, acampando en extramuros en el lugar llamado el Cuerno de Oro y bajo la vigilancia de los soldados imperiales. Para alivio de los bizantinos el resto fue llegando de manera escalonada, Bohemundo llegó el 9 de abril; Raimundo, el 27 de ese mismo mes y Roberto en mayo, lo cual permitió a Alejo ir trasbordando al otro lado del Bósforo, de forma que los francos(llamados así porque su lengua común era el francés y se consideraban herederos de Carlomagno), nunca estuvieron juntos todos juntos y los bizantinos mantuvieron cerradas las diez puertas de la ciudad.
Alejo I intentó de Godofredo y de los demás caballeros un juramento de fidelidad, que no pudo conseguir, disimulando a duras penas su ira, pero sabedor que no le interesaba entrar en conflicto con Occidente y los invitó a su palacio imperial, tratando de ganarse a Godofredo y a su hermano Balduino, pero con ellos estaba Bohemundo de Tarento, el hijo de Roberto Giscardo, conquistador del sur de Italia y de Sicilia, de hecho el mejor guerrero, con amplia experiencia en el combate y que ya había vencido a los musulmanes en Sicilia, pero que llevaba años enemistado con los bizantinos.
La verdadera “cruz” para los cruzados eran su falta de suministros y su nula planificación para los mismos, Alejo los controlaba por medio de sus mercados y no habría más remedio que pactar con el Emperador, ya que sino se tendrían de alimentar de lo que encontraran en su avance. Con estas premisas, Godofredo al igual que los demás caballeros que le acompañaban, se vio en la necesidad de prestar ese juramento de fidelidad a Alejo I, en una reunión secreta, el domingo de Pascua de 1097, se consideró al Emperador el jefe de la campaña y se le prometió devolver a el y a la Iglesia ortodoxa de Oriente, los territorios que se conquistaran a los turcos, a cambio los imperiales les transportarían al otro lado del Bósforo. Pero una vez en territorio enemigo se pudo comprobar la fragilidad de este pacto.
(La bandera con la cruz, emblema de los cruzados.)
Nicea
Tras Constantinopla, el ejército cruzado(se estima unos 50.000/60.000 cruzados , de ellos 7.000 caballeros) emprendió una marcha de 1.600 kilómetros por territorio enemigo con destino a Jerusalén, llegando en 6 de mayo de 1097, a Nicea , en la actualidad Iznik, a tres jornadas de Constantinopla, esta ciudad que anteriormente había pertenecido a los bizantinos, había caído en poder de los turcos veinte años atrás y ahora estaba bajo el mando del sultán Kiliy Arslan(Qiliy Arslan ibn Sulayman), de solo dieciséis años. La ciudad estaba protegida por una gruesa muralla de la época romana, de 5 kilómetros de perímetro, 10 metros de altura y coronada por 240 torres que cercaban los tres lados de la ciudad, distando cada torre 30 metros de distancia de la anterior, con lo cual cualquier movimiento de tropas era visible para los vigías de las mismas y por tanto un blanco fácil. Esta muralla tenía forma de “D” y la sección occidental de la muralla(la cara recta de la “D”) estaba junto al lago Ascanio, lo cual implicaba que si el ataque no contaba con apoyo marítimo, los sitiados podían concentrar la defensa solamente en la mitad de la muralla.
El sultán estaba ausente de la ciudad , pero regresó el 21 de mayo , atacando a las tropas de Raimundo de Tolosa , con el obispo del Puy al mando del flanco derecho, pero los refuerzos comandados por Roberto de Flandes, ayudaron a Raimundo a repeler el ataque y estos para desmoralizar a los sitiados cortaron las cabezas de los cadáveres y las lanzaron por encima de las murallas.
Alejo I reforzó con dos mil infantes bizantinos la Cruzada, mandados por Tatikios, los cuales atacaron por el lado terrestre apoyados por unas estructuras de madera, con ruedas, y techo metálico, en cuyo interior, los zapadores socavaban la muralla, protegidos por arqueros y catapultas. También les proporcionó alimento suficiente para la tropa, no así para los peregrinos que sufrieron una hambruna.
El sitio se prolongó durante seis semanas, la lucha fue intensa , pero la alta moral de los cruzados, hacia preveer una gran victoria. El sultán se retiró después de su fracasado ataque, dejando a la guarnición a su libre decisión para decidir su suerte y estos al ver que se acercaba la flotilla de barcos bizantinos, mandada por Butumides, comprendieron que el Emperador apoyaba a los cruzados y decidieron rendirse a este y así salvar la ciudad de un saqueo.
El asalto estaba preparado para el 19 de junio pero los cruzados no dieron crédito a lo que veían sus ojos, los pendones azules y morados del Emperador ondeaban en las murallas de Nicea, los turcos se habían rendido la noche anterior a los bizantinos. Aunque hay cronistas que dicen que los cruzados no estaban al corriente de estas negociaciones, lo que si es seguro es que los imperiales les ocultaron las últimas partes del acuerdo y la soldadesca vio frustrado el saqueo de Nicea y ello hizo aumentar el resentimiento de los cruzados contra el Emperador. Pero Alejo I dispuso de inmediato un donativo de comida para cada soldado, mientras sus jefes fueron convocados, en Pelecano, donde se les regaló oro y piedras preciosas del tesoro del sultán. El mismo Esteban de Blois quedó impresionado por la montaña de oro que le entregaron, después Alejo I pidió a los caballeros que no le habían prestado su juramento, que lo hicieran ahora. Todos lo hicieron , salvo Tancredo que le pidió más botín para poder hacerlo, aunque finalmente aceptó. Ana Comneno XI ii 4-6 vol. III pp.12-13, escribe ; ”Los bizantinos engañaron a los cruzados”, en su visión completa de la caída de Nicea, mientras los cronistas occidentales afirman que la ciudad se rindió al Emperador. El sultán se retiró al interior del país, eligiendo Konga, como nueva capital, cuyos descendientes conservaron hasta el siglo XIV.
Dorilea
Los cruzados , privados de su botín, continuaron la marcha por territorio enemigo hacía Jerusalén, pero desde unas alturas cercanas, el sultán Kiliy Arslan empezaba a fraguar su venganza. Desde la pérdida de Nicea , tenia unas ansias irrefrenables de revancha y no tardó en preparar un ejército de más de 50.000 hombres y buscó un lugar idóneo para lo que pasó a llamarse la batalla de Dorilea. Hasta la fecha, que se sepa, ningún cronista ha podido localizar el lugar exacto de esta batalla, una de las más decisivas de la Cruzada. La creencia más generalizada es que fue a unos 56 kilómetros de Nicea, entre dos valles, donde se encuentra un espacio llano donde se pudieron desplegar los dos ejércitos.
(EL encuentro entre cruzados y turcos fue espeluznante)
Al despuntar el alba del 1 de julio de 1097, los turcos esperaban agazapados detrás de las colinas, por donde habían de pasar los cruzados. Miles de guerreros turcos se abalanzaron desde las alturas, sobre los cristianos, mientras estos preparaban sus defensas. Los turcos utilizaron una táctica novedosa: arqueros montados en caballos, estos ya eran arqueros de primera, rápidos y ligeros, montados en unos caballos más pequeños, con poca armadura y muy diestros en el manejo del arco a gran velocidad.
(Miniatura del siglo XVI que muestra la pericia de los jinetes del ejército turco, los cuales eran capaces de disparar su arco en pleno galope de su montura. Biblioteca del palacio de Topkapi en Estambul.)
Esto causo estragos en la vanguardia de Bohemundo, que según los cronistas superaban los 20.000 hombres, a los que seguían los hombres de Godofredo, unos 30.000 hombres(pero habían también mujeres, niños, clérigos y peregrinos). Los guerreros francos no eran muy ágiles, pero este lastre lo compensaban con un perfecto arte defensivo y la contienda duró horas.
Los turcos arrojaban todo lo indecible, flechas, jabalinas, dardos, etc desde una distancia asombrosa. No queda del todo claro en las crónicas como lo conseguían, pero un estudioso de las tácticas militares, el profesor Taef al Azhari, descubrió oculto en un texto árabe antiguo, que podía tratarse de un batallón Naukia turco, los cuales tenían la habilidad de lanzar las flechas con las piernas. Esta técnica consistía en tumbarse en el suelo, de espaldas y tensar el arco con los músculos de las piernas, así conseguían lanzar flechas a 200 metros de distancia, según nos cuenta dicho profesor, que encontró en dichos textos que incluso la luz del sol se oscurecía debido a la nube de flechas.
Los hombres de Bohemundo sufrían en sus carnes la táctica turca , perdiendo 4.000 de sus hombres, pero este dio órdenes de mantener la posición a la espera de los refuerzos de Godofredo y Raimundo de Tolosa, los cuales llegaron con 25.000 hombres. Viendo lo que se les venía encima, los turcos se batieron en retirada, pero luchando con mucha bravura. En Dorilea muchos cristianos y musulmanes dieron su vida por su fe. Kiliy Arslan no pudo vengarse de sus enemigos en esta batalla.
(Caballero cruzado)
Edesa
La confianza de los cruzados iba en aumento, pero después de Dorilea extremaron sus precauciones para evitar otra emboscada de los turcos, tanto lo hicieron que para atravesar Anatolia, lo hicieron en 100 días, cuando lo normal hubiera sido un mes. Atravesando un sinfín de montañas escapadas, por caminos intransitables que los obligaban a ir en una sola fila sin ninguna posibilidad de adelantar y viendo como sus caballos se despeñaban. Luego llegaron con un calor de más de 30 º C sin agua, ni alimentos por las llanuras de Pisidia, perdiendo unos 500 hombres por el conjunto de estos elementos. Entre ellas la esposa de Balduino, Godefila, cuñada de Godofredo. Ella poseía muchas riquezas y tierras , era inmensamente rica y su conyugue tenía acceso a ellos en vida de su esposa, pero al enviudar estas posesiones pasaron a manos de su familia.
Debido a ello, Balduino y unos cien caballeros se separaron del ejército principal en busca de riquezas que pudieran compensar lo perdido por este al enviudar y encontraron el blanco ideal para sus propósitos , a unos 150 kilómetros , se hallaba Edesa, una ciudad próspera y que generaba sus propios recursos, situada a orillas del río Eufrates y era un centro vital de rutas de caravanas con telas y especies en la ruta de Oriente hacía el Mediterráneo. Pero esta ciudad era armenio-cristiana, mandada por Thoros, anciano y débil, al que sus conciudadanos, hartos de guerrear contra los sarracenos, reclamaron que pactara con Balduino. Este se avino a protegerles a cambio de las llaves de la ciudad, a lo que se unió Thoros ofreciéndole el gobierno de la misma, cuando el muriera, lo que provocó directamente su muerte. Balduino se había aliado con varios traidores de Edesa, conspiro contra el y lo asesinó, le cortaron la cabeza, clavándola en una lanza y la pasearon por todos los barrios de la ciudad, para su escarnio.
Esto fue contraproducente a los ojos de Oriente, ya que vieron que los cristianos no les ayudarían contra el Islam, mientras Balduino tomó el titulo de conde de Edesa, las ideas que tenía en su cabeza eran las de acumular riquezas y territorios.
El 20 de octubre de 1097, el ejército cruzado alcanzó el Puente de Hierro, en un recodo del río Orontes, al noroeste de Antioquia. Los cruzados tenían su objetivo a unos 25 kilómetros de allí, pero había una fortificación que les impedía su incursión. Tras una cruenta batalla en la que los arqueros se emplearon a fondo, la vanguardia cruzada, al mando de Roberto de Normandía, siguiendo el consejo del obispo Ademaro, adoptó la famosa formación de “tortuga” o testudo . Colocaron los escudos por encima de su cabeza y no dejando resquicios para que entraran la lluvia de flechas turcas, alcanzaron con éxito las posiciones enemigas. (3) Mientras a 250 kilómetros de Edesa, el ejército cruzado principal llegaba a las puertas de Antioquia, que desde 1085 estaba en manos de los turcos. Era una próspera ciudad en la cual San Pedro predicó por primera vez y de donde sus seguidores tomaron el nombre de cristianos. Trece años más tarde llegaron los cruzados a su reconquista.
(Toma de Antioquia por los cruzados, según un manuscrito del siglo XV, Biblioteca del Arsenal, Paris)
Antioquia
El 21 de enero de 1097, la ciudad de Antioquia con más de 40.000 habitantes, era la ciudad más importante de Siria, veía con pavor la llegada de los cruzados, se dio la voz de alarma y las cinco puertas de la ciudad se cerraron. Esta ciudad prácticamente inexpugnable, rodeada de montañas y de dos murallas, sólidas construida en piedra y una de ella contaba con más de 450 torres, interconectadas. Era también la puerta de entrada a Siria y a la Tierra Santa y los cruzados no podían sobrepasarla sin poner en peligro sus vías de avituallamiento, tenia el componente añadido de ser la ciudad donde San Pedro había construido la primera iglesia cristiana. Sus habitantes armenios o cristianos ortodoxos griegos tenían libertad de culto , a cambio del pago de un gran impuesto y su gobernador era el famoso Yaghi-Siyan, fuerte, valiente y sabio, el cual estaba temeroso que los cristianos provocaran la entrada de los cruzados. Según cuentan los famosos cuentos árabes de Ibn al-Athir, Siyan mandó a los suyos a cavar trincheras y limpiar fosos y al día siguiente les encargó a los cristianos el mismo trabajo y estos al acabar su trabajo e iniciar el regreso a sus casas, les espetó, con estas palabras: “Antioquia es vuestra, pero me la dejareis a mi hasta que pueda solucionar nuestros problemas”. A lo que los cristianos le contestaron quien protegería a sus familias. A lo que el contestó: “Yo lo haré, en vuestro lugar”. El emir confiaba ciegamente en sus murallas , sabedor que para los francos era imposible rodear la ciudad y para los sitiados era fácil aprovisionarse, ya que la ciudad contaba con muchos huertos y campos de cultivo, para autoabastecerse.
El sitio de la ciudad ya llevaba ocho meses y en el campamento cristiano escaseaban los alimentos y para colmo de males , hizo su aparición la peste, con tanta violencia que no había espacio para enterrar los cadáveres cristianos. Entre la peste y los sarracenos, estima Guillermo de Tiro, historiador de las cruzadas, el ejército cruzado podía contar con la mitad de sus efectivos.
En mayo de 1098 , Kerbogha se puso en marcha con su ejército de Abasidas y Selyúcitas de al-Yâzira-estado con capital en Mosul-, con los refuerzos de los sultanes de Bagdad, de Persia y los príncipes Ortóquidas de la Mesopotamia del Norte, mientras en Antioquia Yaghi-Siyan seguía resistiendo. Al conocerse esta noticia la tensión en los cruzados fue en aumento y pidieron ayuda al Emperador Alejo, pero este se encontraba guerreando en el Asia Menor. Mientras Bohemundo seguía obcecado en conquistar Antioquia para él solo y la llegada de refuerzos bizantinos no le satisfacía y tenía motivos de preocupación ya que si Kerbogha era derrotado con la ayuda de Alejo, esta ciudad pasaría a los bizantinos y Bohemundo tenía el apoyo de la mayoría de príncipes cristianos , los cuales estaban de acuerdo en dar la ciudad a Bohemundo, a excepción de Raimundo de Tolosa, apoyado por el obispo del Puy, lo que después de arduas discusiones se llegó al compromiso de que si las tropas de Bohemundo entraban las primeras en la ciudad esta sería para él.
Pero un error de cálculo de Kerbogha les dio un respiro ya que no quería marchar hacía Antioquia dejando un ejército franco detrás en Edesa, la cual podía amenazar su flanco derecho. No se dio cuenta de que Balduino era demasiado débil para una acción ofensiva, pero al amparo de su gran fortaleza, demasiado poderoso para ser fácilmente desalojado. Durante tres semanas, Kerbogha atacó en vano sus murallas, antes de decidirse que aquel esfuerzo no valía la pena y continuó su marcha hacía Antioquia.
Mientras tanto, el 2 de junio un gran número de franceses del norte, al mando de Esteban de Blois, se puso en marcha hacía Alejandreta, temerosos de la inminente llegada del ejército de Kerbogha y viendo que la ciudad aún resistía, se fueron ante la perspectiva de una muerte cierta. Esteban era el que más admiración había sentido por el Emperador y su partida hizo sonreír a Bohemundo, ya que si su partida se hubiera demorado unas horas, seguro que habría cambiado de opinión.
Bohemundo encontró la solución que se les había resistido durante ocho meses y el punto débil fue un armero, fabricante de corazas, llamado Firouz , el cual comandaba la torre de defensa Las Dos Hermanas y el sector adjunto del exterior de las murallas. Estaba al servicio de Yaghi Siyan desde hacía tiempo, pero acabó aceptando el soborno de los francos(también la noche anterior descubrió que su esposa le engañaba con un turco(4), firmando un pacto con ellos por una cuantiosa cantidad de dinero y tierras, incluso fue capaz de dejar a su hijo como garante de la operación , para ahuyentar las suspicacias.
Bohemundo mandó un heraldo al campamento , para ordenar que estuvieran preparados para atacar a la mañana siguiente, invitando a los demás príncipes: Godofredo, Raimundo, Ademaro y Roberto de Flandes a unirse al ataque con estas palabras: “Esta noche , si Dios nos ayuda, Antioquia nos será entregada “. El 3 de junio, los cruzados iniciaron el ascenso de las torres comandadas por Firouz , tras señalizar su posición con un farol, subiendo por unas escaleras en el lado sur de la muralla, pero ocurrió lo inesperado se les rompió la escalera y los cruzados se las ingeniaron como pudieron para trepar a la torre. En cuestión de unos pocos minutos, no tardaron en abrir las puertas de la ciudad, donde el resto de los cruzados estaban apostados. Ocho meses de penalidades de los cruzados no les habían dejado un resquicio de piedad y conducidos por los griegos y cristianos de Antioquia, sacaron a los musulmanes de sus casas y los acuchillaron sin piedad. Al anochecer del mismo 3 de junio no había ningún turco con vida en Antioquia.
Ante la inminente llegada de Kerbogha, el 10 de junio un grupo bajo el mando de Guillermo y Aubrey de Grant-Mesnil y Lamberto, conde de Clermont, salieron de la ciudad, siguiendo los pasos de Esteban de Blois, al cual se unieron en Tarso cuando Esteban, sabedor de la caída de Antioquia, preparaba su retorno, pero se detuvieron a la vista del ejército de Kerbogha y llegaron hasta Filomelio para entrevistarse con Alejo, que acudía en ayuda de la Cruzada, pero el relato de Esteban, que era un amigo fiel y fidedigno, junto con otros que le llegaron a sus oídos, le hicieron desistir de marchar hacía Antioquia ya que a estas horas estaría tomada por Kerbogha. Los jefes bizantinos apoyaron la idea de regresar para no dilatar sus vías de comunicación y aunque Guy, príncipe normando de su estado mayor y hermanastro de Bohemundo le rogó que continuase hasta Antioquia, el Emperador no aceptó sus suplicas y dio la orden de regresar. Los cruzados nunca perdonaron a Bizancio este abandono y Bohemundo lo aprovechó para sus fines.
(Escena de la toma de Antioquia, 1098)
Tres días después de la capitulación, Kerbogha y su ejército llegaron a Antioquia, donde los cruzados pasaron de sitiadores a sitiados y la desesperación y el desaliento cundió entre ellos. Los rezos de los cruzados pidiendo un milagro se elevaron hasta el cielo y ocurrió el milagro. Pierre Bartolomé, un monje, reveló que en un sueño San Andrés le había indicado que fuera a ver al obispo del Puy y al conde Raimundo de Tolosa, al primero le censuró que hubiera abandonado sus deberes como predicador y al segundo que la Sagrada Lanza, aquella que habían clavado al costado de Cristo crucificado, estaba enterrada en la iglesia de San Pedro de Antioquia, apostillando :” Si la encontráis saldréis victoriosos, sino iréis a una muerte segura” y tal como predijo, junto al altar de San Pedro, encontraron un trozo de metal oxidado, que Pierre Bartolomé afirmó que era la Sagrada Lanza.
Los historiadores árabes, como no podía ser de otra forma, y las crónicas de al-Athir , explicaron que el monje era muy ingenioso y que el mismo enterró la lanza y después borró sus huellas. Pero fuera o no cierto este ”milagro” dio nuevas fuerzas a los cristianos y llenos de fe se prepararon para la batalla.
Bohemundo al amanecer del lunes 28 de junio formó sus tropas en seis ejércitos : el primero, formado por franceses y flamencos, mandado por Hugo de Vermandois y Roberto de Flandes: el segundo por los loreneses de Godofredo; el tercero, los normandos del duque Roberto; el cuarto, los tolosanos y provenzales, del obispo del Puy, ya que Raimundo estaba gravemente enfermo, y el quinto y sexto, los normandos de Italia al mando de Bohemundo y Tancredo. Mientras Wattab ibn Mahmud, general árabe de Kerbogha le instó a atacar enseguida, pero este dudo ya que prefería esperar a que todo el ejército cruzado hubiera salido para atacarlo. Pero al ver el perfecto orden de batalla cruzado, intentó conseguir la tregua que días antes había rechazado y viendo el avance cruzado, adoptó la táctica turca de retirarse y atraer al enemigo a un terreno áspero, más favorable a sus intereses, mientras sus arqueros les disparaban una lluvia de flechas. Las flechas turcas no detuvieron a los cruzados y estos, “vieron” en una ladera próxima a un escuadrón de caballeros montados en blancos corceles, mandados por San Jorge, San Mercurio y San Demetrio, portando estandartes blancos, esto y la decisión de varios emires turcos de abandonar a Kerbogha, ya que intuían que una victoria de este le haría demasiado poderoso y ellos mismos peligrarían, estos encabezados por Duqaq de Damasco empezaron a abandonar el campo de batalla, a lo que Kerbogha al ver que los cruzados no cesaban en su avance, incendió el campo para restablecer su propio orden , pero al comprobar que sus más fieles aliados Soqman el Ortóquida y el emir de Homs, también le abandonaban, su ejército se dispersó preso de pánico.
(San Jorge, personaje legendario capadocio, invocado ya en el siglo VI por el general bizantino Belisario, por cuya vinculación con el arte de la guerra fue mencionado frecuentemente en las campañas de los cruzados. Representación del siglo XV del Libro de Horas de Alonso Fernández de Córdoba, Biblioteca Nacional de Madrid.)
Todo ello desembocó en una victoria de los cruzados y Bohemundo, se coronó príncipe de Antioquia, la cual quedó en manos cristianas durante bastantes años y naturalmente, no fue devuelta al emperador de Bizancio. El ejército de Kerbogha regresó a Mosul y en toda Siria no hubo fuerza capaz de oponerse a los cruzados.
Canibalismo
Balduino era el señor de Edesa y Bohemundo el de Antioquia, por lo cual se convirtieron en señores muy poderosos. A finales de 1098, los caudillos cristianos estaban ocupados en gobernar sus nuevos principados y los soldados veían que el objetivo principal de la Cruzada que era tomar Jerusalén había pasado a un segundo plano. La soldadesca estaba rabiosa y frustrada y ello tuvo un desencadenante fuera de lo común. A dos días de marcha a caballo de Antioquia, se hallaba una pequeña ciudad siria, llamada Ma`arrat al –Numan(Marra) y sus habitantes tenían una vida apacible , protegidos por una muralla circular, bajo el mando de Ridwan de Alepo. La noche del 11 de diciembre, un pequeño contingente de soldados, mandados por Bohemundo entró en la ciudad, el jefe de los francos les prometió respetar su vida si se retiraban a un palacio, encima de la puerta de la ciudad. Según nos cuenta Ibn al- Athir, durante tres días se llevó a cabo una matanza en esta ciudad, acuchillaron a sus habitantes y a los supervivientes los quemaron vivos o los decapitaron. Todos sus habitantes fueron asesinados, entre veinte y veinticinco mil personas, sin ningún tipo de diferencia entre religión, sexo o edad.
Pero una vez consumada la carnicería, los francos se establecieron en la ciudad durante un mes y cuatro días, y según los cronistas cristianos, entre ellos Raoul de Caen, cortaron los cadáveres a pedazos y los asaron para comérselos, los turcos nunca olvidaron lo ocurrido. Ya que además de Raoul otros poetas narraron estos hechos, como sigue: “ El retraso que supuso para los cruzados tomar Marra, se tradujo en una escasez de provisiones y algunos cruzados, presos de desesperación, desenterraron los cadáveres y se comieron los cuerpos de sus enemigos”. Esta falta de provisiones llevó a muchos cruzados a abandonar Edesa y Bohemundo realizó incursiones, en territorio enemigo, para proveerse de víveres.
(Caballeros cruzados orando después de la batalla.)
Para el historiador Tariq Alí estos hechos estaban destinados a aterrorizar a los turcos, según su crónica, el mensaje enviado por los cristianos era este :” Aquí estamos nosotros, fuertes y duros y si es necesario os comeremos vivos”.
Esto también fue recibido por los jefes cruzados como una advertencia, que no tolerarían más retrasos e inmediatamente iniciaron los preparativos para tomar Jerusalén.
(La ciudad de Jerusalén rodeada por altas murallas, según un mosaico que corresponde al último tramo de la decoración de la basílica de San Vital el Nuevo , en Ravena. Aquí el artista se dejo llevar por su imaginación, ya que presentó una ciudad construida según los cánones helénicos, con frontones y columnatas clásicas, cuando Jerusalén era una ciudad, con calles angostas y edificios de barro y ladrillo, dentro de un recinto amurallado, provisto de grandes cisternas para asegurar el suministro de agua. )
Jerusalén
El 1 de agosto de 1098, los cruzados perdían a su jefe espiritual, Ademaro del Puy que moría victima de la peste. En su camino hacía Jerusalén, los cruzados tomaron el puerto de Tortosa, punto vital para las comunicaciones y los suministros. Más tarde atendieron la llamada de los cristianos de Belén y enviaron un destacamento al mando de Tancredo y Balduino Le Bourg, los cuales al entrar en la población fueron recibidos con muestras de jubilo, liberando el pueblo donde nació Cristo.
Mientras tanto otros musulmanes más abiertos a pactar, los fatimíes egipcios, habían expulsado a los turcos de Jerusalén. Los fatimíes estarían dispuestos a ceder Siria pero no Palestina, cosa inaceptable para los cruzados ya que su objetivo principal era la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, por lo cual no se avinieron al pacto.
El 13 de enero de 1099, tras tomar Antioquia , el mermado ejército cruzado(cansado, falto de monturas, debilitado por la peste y el continuo guerrear) partía con destino Jerusalén, mandado por Raimundo de Tolosa, Bohemundo , Tancredo y Roberto de Normandía a los que se unió Godofredo de Bouillon y Roberto de Flandes, partieron hacía el sur, con la excepción de Bohemundo que regresó a Antioquia. Después de 3 años de penalidades y más de cinco mil kilómetros recorridos, en junio de 1099, trece mil francos y 1200/1500 caballos llegaron a las puertas de Jerusalén. Esta plaza estaba bien fortificada y defendida por unos 40.000 hombres, bajo el califato fatimí.
El cerco se inició el 7 de junio de 1099, pero los musulmanes habían aprendido la lección de Antioquia y habían expulsado a los cristianos de la ciudad, para evitar traiciones, y habían acumulado gran cantidad de víveres y provisiones. Sabedores que para escalar sus murallas, necesitarían construir escaleras y torres de asalto, habían talado los bosques cercanos para evitar que los cristianos se abastecieran de madera. Pero los cristianos organizaron grupos de búsqueda del preciado material y también esta vez Dios les ayudó, ya que en un agujero encontraron 400 piezas de madera preparada, suficiente para construir dos torres de asedio. Estas murallas estaban formadas por un cuadrilátero irregular de más de 15 metros de altura por tres metros de ancho, además la zona norte había sido reforzada por un foso y otra muralla. La puerta de Sión , en la muralla sur, también la protegía un foso ,como también se reforzó la torre de David y de las 14 catapultas, 9 apuntaban directamente a las tropas de Raimundo.
(Torre de asalto.)
La tarde del 13 de junio, los cruzados lanzaron un ataque , protegidos por las dos torres de asedio, una al sector sur y otra al noroeste de la ciudad. Godofredo atacó la Puerta Nueva, situada al noroeste. Al menor desplazamiento rodante de las torres , los musulmanes contestaban enviando una nube de flechas y los cruzados replicaban con munición viva, es decir cogían a un musulmán prisionero, lo ataban a una catapulta y lo disparaban por encima de la muralla. Los musulmanes rechazaron varios ataques hasta la segunda semana de julio, mientras en la muralla sur, al lado del monte Sión, lanzaron contra la torre una mezcla de azufre y petróleo ardiendo y consiguieron incendiarla. La noche de 9/10 de julio, Godofredo mandó la otra torre, junto al ariete y las catapultas hacía el este, donde estaban Roberto de Flandes y el de Normandía , un terreno mucho más llano cerca de la Puerta de Herodes, donde históricamente estaba el punto más débil de la ciudad, ya aprovechado por Pompeyo en el año 63 a.C. y por Tito en el año 70. Este traslado representó un esfuerzo enorme para los cruzados, pero obligó a los sitiados a replantear sus defensas a contra-reloj y dividir sus efectivos en las murallas.
El 13 de julio comenzó el asalto, el ariete abrió una brecha en la muralla exterior y al día siguiente la torre de asalto se aproximaba a la muralla interior, donde los caballeros que habían en ella dieron cobertura a los que subían por la escalera e intentaban derribar la muralla. Godofredo situó la torre junto a la muralla, en la cara norte y los caballeros que previamente habían construido un puente hasta la misma y por allí Godofredo y Tancredo fueron los primeros en poner pie en las murallas de Jerusalén y ordenaron a sus capitanes abrir las puertas más próximas-la de Herodes o las Flores y la de Damasco-y como un torrente humano el resto de cruzados se abalanzaron dentro de la ciudad, desbordando la muralla. Cuando llegaron las noticias del éxito cruzado en la cara sur, el gobernador se refugió en la torre de David, pero finalmente los jefes sarracenos se rindieron a Tancredo en Haram as-Sharif (La explanada de las Mezquitas), llamada también Monte del Templo, donde antaño estaban ubicados el Templo de Salomón y el reconstruido de Herodes. Tancredo intentó en vano proteger a los vencidos, pero después de la batalla y durante una semana, los francos pasaron a cuchillo a los musulmanes. Según describe el cronista árabe Ibn al-Athir, en la mezquita de al-Agsa, asesinaron a unas 60.000 personas, también les ocurrió lo mismo a los judíos.
(La Cúpula de la Roca-Qubbat al-Sajra-, conocida también como la mezquita de Umar, el edificio musulmán más importante de Jerusalén. Construida en el siglo VII esta ciudad fue escogida , en principio, por Mahoma para ser el centro del Islam.)
Saquearon la Cúpula de la Roca, el más importante santuario de los musulmanes, donde se halla la roca desde donde Mahoma subió a los cielos, ayudado por el arcángel Gabriel. No se salvaron ni los sacerdotes de las iglesias orientales(Coptos, armenios-sirios, griegos y georgianos), los cuales fueron expulsados de la iglesia del Santo Sepulcro, donde en virtud de la tradición, respetada por los conquistadores, oficiaban conjuntamente. Los cruzados llegaron a apoderarse de las valiosas reliquias de la cristiandad , según reza escrito en el libro “Las Cruzadas vistas por los árabes) de Amin Maalouf.
(Godofredo de Bouillon asedia la ciudad de Jerusalén defendida por torres y murallas y cuyo trazado era idéntico al recinto amurallado actual, obra del sultán otomano Solimán el Magnífico, Biblioteca Nacional de Paris)
Pero esta narración de Maalouf era bastante partidista, ya que en el año 614, los conquistadores persas masacraron 33.000 cristianos y en el año 1009, el califa al-Hakim destrozaron el Santo Sepulcro, como antes hicieron los babilonios y los romanos.
También Raimundo de Aguilers, canónigo del Puy y capellán de los cruzados, comentaba en sus memorias:” Un maravilloso espectáculo alegraba nuestra vista , los más piadosos, cortábamos la cabeza a los musulmanes, otros practicaban puntería con las flechas, en los tejados de las mezquitas, otros los llevaban a la hoguera. Por las calles se apilaban amontonados píes y cabezas, y en la antigua mezquita construida sobre el antiguo Templo de Salomón había tanta sangre vertida que los cadáveres flotaban en ella”. Una vez acabados con todos los musulmanes, los cruzados fueron en procesión de acción de gracias hasta el Santo Sepulcro.
(Soldados y caballeros cruzados, con su indumentaria típica de capa, espada y escudo).
Los candidatos a rey de Jerusalén eran cuatro : Raimundo IV de Sant-Gilles, conde de Tolosa; Roberto de Flandes; Godofredo de Bouillon y Roberto de Normandía. Al final le fue ofrecida a Godofredo de Bouillon, el cual creyó que era su deber aceptarla, pero puso una condición, no llevar corona de oro donde Cristo la llevó de espinas y reclamó el titulo de Advocatus Sancti Sepulcre(Defensor del Santo Sepulcro). En este mismo año de 1099, Urbano II fallecía sin llegar a conocer la noticia de la caída de Jerusalén, que se produjo quince días antes de su muerte. Un año más tarde, Godofredo sufrió la peste en Cesárea y volvió a Jerusalén, donde murió el 18 de julio de 1100, a la edad de 39 años, siendo enterrado en la iglesia del Santo Sepulcro. Le sucedió en el trono Balduino, señor de Edesa, con el titulo de rey de Jerusalén. Poco tiempo después , Bohemundo siempre dispuesto a ampliar sus territorios, cayó en una emboscada de los turcos y fue conducido preso al norte de Anatolia.
(Los cruzados ante los muros de Jerusalén, según una miniatura de un manuscrito del siglo XIV titulada ”Descriptio Terrae Santae”, Biblioteca del Seminario, Padua.)
El reino latino de Jerusalén
Los cruzados crearon una sociedad feudal con cuatro estados: El Reino Latino de Jerusalén, que comprendía Palestina y la mitad sur de Siria; El principado de Antioquia, donde gobernaba Tancredo como regente de su tío, Bohemundo de Tarento; el condado de Edesa, que Balduino al ser rey de Jerusalén dejó a su primo Balduino Le Burg ; y el condado de Trípoli, que comprendía el norte del Líbano y que estaba mandado por Raimundo de Tolosa. Los primeros cruzados regresaron a Europa tras el éxito de la primera Cruzada, aunque ello no debilitó Jerusalén, reforzada con la llegada de más peregrinos y de las órdenes militares.
Después de la derrota humillante, los musulmanes se prepararon a devolver el golpe contra el nuevo estado de Jerusalén, pero tardaron ochenta y ocho años en conseguirlo y esto ya es otra historia.
(El Castillo del Mar o de los Cruzados, en al antigua Sidón(actualmente Saïdä), en la costa libanesa .Esta ciudad, levantada por los fenicios sobre un promontorio delante de una isla, perteneció al Reino Latino de Jerusalén.)
Autor: Josep Subirats
Bibliografía
Historia de las Cruzadas, por Steven Runciman, Alianza Editorial, 1973
Las Cruzadas vistas por los árabes, por Amin Maalouf, Alianza Editorial 2005.
La epopeya de las Cruzadas, Rene Grousset, 2002, Ediciones Palabra.
Las Cruzadas, por Wickipedia.
(1) Raimundo de Aguilers, habla de 100.000 combatientes y Ana Comneno de que Godofredo trajo 10.000 caballeros y 70.000 infantes, se sobreentiende que las cifras se refieren a un gran número.
(2)Hay una versión errónea que las iglesias de Roma y de Bizancio entraron en conflicto en 1054, en el llamado ”El Gran Cisma” este irreconciliable cisma, en realidad fue una disputa entre dos responsables eclesiásticos a raíz de las diferencias culturales y eclesiásticas entre estas dos religiones, que se acentuaron a partir del siglo XI, cuando los partidarios del Papa insistieron en que todos los cristianos reconocieran la autoridad papal y los ritos de Roma. En este año de 1054, el papa León IX envió a Constantinopla al cardenal Humberto de Silva Cándida, en calidad de legado pontificio, para firmar una alianza con el Emperador contra los normandos del sur de Italia. Este cardenal era una apasionado defensor de la supremacía de Roma y escribió un tratado que condenaba las “erróneas” prácticas litúrgicas bizantinas, por usar pan con levadura en lugar de ácimo en la misa. Entrando en contradicción con el patriarca de Constantinopla. Miguel Cerulario, llegando esta disputa a un punto crítico en que Humberto y otro cardenal que le acompañaba, excomulgaron a Cerulario y a sus seguidores( no como se ha querido hacer ver…a toda la iglesia de Bizancio) y entonces las autoridades bizantinas excomulgaron también a Humberto y al cardenal acompañante(no al Papa, ni a la iglesia de Roma), a quienes declararon impostores.
(3) El testudo había sido una de las estrategias preferidas por los comandantes romanos y es muy posible que Ademaro la hubiera aprendido leyendo algún tratado militar latino. El más famoso de ellos, De Re Militaris, de Flavio Vegetio Renato, fue libro de consulta a lo largo de toda la Edad Media y sin duda, constituiría lectura obligada para un hombre de Iglesia nombrado jefe de una expedición militar.
(4) Guillermo del Tiro, (V.18-23, vol. I, parte I, pp. 230-3) también relata en su libro el incidente de la mujer de Firouz.
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Muy bueno!
Esta Cruzada fue para sus participantes, una guerra espiritual para limpiar sus almas de todo signo de pecado. Seguro que compartían otros intereses pero el principal era luchar por la Cristiandad. Esta es la visión de varios expertos sobre el tema, compartida por Thomas Asbridge , profesor de la University Queen Mary de Londres.
Yo tambien creo que lo mismo, habia algunos que peleaban por intereses mas terrenales pero al fin y al cabo liberar jerusalen era el objetivo a conseguir.
Gregorio VII en 1074 ya habia concebido un plan de ayuda a los cristianos orientales en el que él mismo se pondría a la cabeza de un ejército de caballeros en calidad de "dux et pontifex".
Muchas gracias por esta genial crónica!
Una pregunta: se sabe si la Iglesia cumplió la promesa de proteger las familias e intereses de los que fueron a la Cruzada? Me puedo imgainar la respuesta, pero bueno...
Jajajaja, las meigas de internet!!!
La pregunta era porqueseguro quealgún obispocorrupto aprovechó-para quedarse contierras, pero claro, esees el típico argumento de novela histórica, no?
Gracias!
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Muchas gracias Wallace-Will por tus elogios.
Evidentemente detrás de las Cruzadas, primaba el interés por el encima de todo. Uno de ellos era alejar a la clase caballeresca de sus territorios y así la Iglesia podía maniobrar más a favor de sus intereses.
Un saludo.