El mariscal Soult, las campañas del "Rey Nicolás"
El mariscal Soult sería uno de los hombres de confianza de Napoleón y por ello uno de los más activos. Tanto Napoleón como Wellington alabaron sus dotes organizativas y de planificación pero le faltó algo. Como Wellington indicó, Soult sabía como llevar a sus hombres a la batalla pero no como utilizarlos una vez en ella.
Guerras Revolucionarias
Primeros pasos: Guerra contra la Primera Coalición (1792-1797)
Soult nació en 1769 en la localidad de Saint-Amans-la-Bastide (departamento del Tarn). Su nombre era Jean-de-Dieu, aunque más tarde sus soldados se referían a el añadiéndole el nombre de Nicolás.
Hijo de un notario local de escasa relevancia, no quiso seguir sus pasos y se alistó en 1785 (16 años) en el regimiento Royal Infanterie. Tras 6 años de servicios había conseguido ascender a sargento. Se ha ganado una fama como instructor que le permite en 1792 obtener el puesto de subteniente encargado de la instrucción en el 1er bataillon de volontaires du Haut-Rhin. Rápidamente sus hombres lo eligen para repetidos ascensos: mayor-ayudante y después capitán. A finales de 1793 pasaría al estado mayor del Armée de la Moselle, distinguiéndose por su presencia en primera línea en varios combates: Marsthal, Wissenburg y asedio de Fort Louis.
Soult en 1792 con uniforme de sargento del Ejército Real. Fuente: histoire-fr.com. Al lado una bandera de un batallón de voluntarios.
Su fama dentro del ejército empezaría con su actuación durante la batalla de Fleurus (1794). El coronel Soult es por entonces jefe de estado mayor de la división de Lefebvre. Durante la batalla, la división del general Marceau es expulsada de sus posiciones por los austriacos, recibiendo un serio castigo. Un agitado Marceau acude a Lefebvre para que le preste 4 batallones para intentar retomar su posición, amenazando con volarse los sesos si no le hacen caso. Lefebvre consulta a Soult y éste le responde que en ese momento no se puede prescindir de ninguna tropa. Marceau se encara a Soult -que después de todo es un subordinado-, diciéndole que quién se cree que es; a lo que Soult le responde que “soy un hombre calmado y usted no lo es”. Marceau pasa de querer suicidarse a querer matar a Soult en un duelo, pero los acontecimientos pronto dan la razón a Soult cuando los austriacos caen con toda su fuerza sobre Lefebvre y están cerca de arrollarla. En el combate se distingue de nuevo Soult y el propio Marceau que acude con los hombres que puede reagrupar. Cuando Lefebvre se llega a plantear la retirada, Soult le disuade, afirmando que está convencido de que los austriacos planean su retirada, y tiene razón. Tras la batalla, Marceau acude a disculparse con Soult, se abrazan y le colma de elogios. Ese mismo año asciende a general de brigada.
Tras un breve paso por otra división, las siguientes campañas las va a pasar de nuevo en la división de Lefebvre. Además de ejercer de jefe de estado mayor, también recibe en ocasiones el mando de la vanguardia de la división. La división de Lefebvre se convierte en esos años en una de los mejor organizadas y más admiradas en el frente de Alemania. El mérito corresponde más a Soult que a Lefebvre, pero este último evita generalmente alabar a su subordinado por una mezcla de vanidad y de temor a que le quiten a Soult, promocionándolo.
Infantería francesa defendiéndose en la batalla de Fleurus. El francés a caballo que usa su mano como visera es un oficial de estado mayor.
A pesar de todo Soult seguiría teniendo oportunidades de distinguirse combatiendo en primera línea al frente de tropas, en los combates del paso del Sieg y Alterkirchen. En Herborn (1796) se encontró con que su pequeña fuerza de 3 batallones y unos 500 jinetes había quedado copada por unos 4.000 jinetes austriacos. Rechazando rendirse realizó una retirada magistral rechazando al menos 7 ataques austriacos por el camino hasta que aparecieron los húsares de Ney en su apoyo.
En medio de las campañas conoce y se casa en 1796 con Louise Berg, en casa de cuya familia se había encontrado alojado. Con ella tendrá en el futuro 3 hijos: Napoleón, Hortensia y Carolina.
Guerra contra la Segunda Coalición (1798-1802)
Aunque había acabado la anterior campaña sirviendo bajo otros generales, de nuevo lo encontramos como subordinado de un encantado Lefebvre en el Armée du Danube del general Jourdan. En la batalla de Ostrach (20-21/03/1799) tiene que enarbolar el estandarte de un batallón para animar a sus vacilantes miembros a cargar y evitar la puesta en fuga de toda la división. La posterior batalla de Stockach se salda con un fracaso francés que no afecta la a carrera de Soult; de hecho durante los combates de Ostrach llega a sustituir a Lefebvre al frente de la división cuando éste es herido. En abril es ascendido a general de división.
Sólo una semana después de su ascenso recibe su propia división: la 4ª del Armée du Helvetie al mando del general Massenai. Durante la 2ª batalla de Zúrich (25-26/09/1799) la misión de Soult es impedir la reunión de las fuerzas austriacas de Hotze (16.000 hombres) con el ejército principal ruso de Korsakov que está en el propio Zúrich. Para mantener ocupados a los austriacos se decide que lo mejor es atacarlos a pesar de que ocupan una posición fuerte en Scänis, al otro lado del río Linth. A medianoche Soult manda a una compañía francesa cruzar a nado el río; asegurado el paso son reforzados por granaderos y los franceses proceden a atacar por sorpresa el campamento austriaco en medio de la niebla matutina, matando al comandante austriaco Hotze y sembrando el caos entre las filas austriacas, que ya no van a participar en la batalla principal.
Soldados franceses recogiendo “contribuciones” en Suiza. Los apurados ejércitos republicanos tenían que “vivir del terreno” y no sólo requisaban suministros sino que también tenían que tomar parte activa en la recaudación de fondos para financiar la guerra.
Con su acción, Soult se ha ganado el aprecio de Massena que se lo lleva consigo a su siguiente misión al año siguiente. Dentro del Armée d´Italie, Soult recibe el mando de 3 divisiones (12.000 hombres). Se ve obligado a retirarse junto a Massena a la ciudad de Génova, no sin antes luchar feroces acciones y ser herido dos veces. Durante el sitio se distingue el 30 de abril llevando a cabo un brillante ataque que expulsa a los austriacos de la meseta de Deux-Freres. El 10 de mayo realiza una incursión por la zona de la costa capturando provisiones y numerosos prisioneros austriacos. El 13 de ese mes realiza otra salida contra las posiciones austriacas en el Monte Cretto, pero esta vez los austriacos pelean con vigor y después de una lucha sangrienta los franceses son derrotados y Soult -herido de gravedad por una bala en una pierna-, queda prisionero. Tras la victoria de Napoleón en Marengo (14/06/1800) será liberado pero le queda la secuela de una cojera permanente unida a una perdida del apetito por arriesgar su vida en primera línea. A partir de entonces va a ser un general mucho más cauteloso.
Tras recuperarse de sus heridas se le encarga hacerse cargo del gobierno del Piamonte y suprimir a unos rebeldes/bandidos -los “barbets”- que se han alzado en el valle de Aosta. La idea de Soult es convertir a varios de los grupos rebeldes en “gendarmes” bajo su propio mando y así con una mezcla de prudencia y firmeza resuelve el problema sin que éste llegue “a mayores”. Al siguiente año (1801) recibe el mando de un cuerpo durante la invasión del reino de Nápoles ocupando Tarento y Otrantoii.
Aunque Napoleón tendía a desconfiar de cualquier general al que no hubiera contemplado personalmente en acción, la entusiasta recomendación hecha por alguien de la categoría de Massena le allanó a Soult el camino hacia la cumbre. Además Lefebvre también recomienda a su antiguo subordinado, alabando tanto sus habilidades a la hora de disciplinar la tropa como a la hora de maniobrar. Soult es nombrado uno de los coroneles-generales de la Guardia Consular -el de las tropas ligeras- en 1802.
En 1803 recibe el mando del campamento de St. Omer cuyas tropas se convertirán más tarde en el 4º Cuerpo de la Grande Arméeiii. El “sargento instructor” Soult se destaca entre todos los comandantes de cuerpo por la severa instrucción a la que somete a sus tropas, hasta el punto de que el propio Napoleón expresa su preocupación de que los soldados no puedan resistirlo más, a lo que Soult replica que no les está exigiendo nada que él no hubiera hecho ya y que sólo aquellos que superen la instrucción serán dignos de conquistar el mundo. Al año siguiente es uno de los elegidos para recibir el nuevo bastón de Mariscal del Imperio.
Bajo relieve en el que se ve a Soult mostrando a Napoleón su proyecto para levantar una columna (al estilo de la de Trajano) dedicada a la Grande Armée. Soult tuvo que prometer que recuperaría el bronce invertido en los relieves con la captura de cañones a los enemigos de Francia. Al lado se puede ver la columna ya completada -en tiempos de Napoleón III- en Boulogne.
Guerras contra la Tercera y Cuarta Coalición
Campaña de 1805
Al estallar de nuevo la guerra contra Austria y Rusia en el 1805, los cuerpos franceses abandonaron sus acantonamientos en el canal de la Mancha. El cuerpo de Soult es el más numeroso (40.000 hombres) y junto al 3º de Davout, forman los dos cuerpos mejor adiestrados.
Soult participa en la maniobra envolvente de Ulm con la que Napoleón consigue la rendición del ejército austriaco de Mack (20/10/1805). A continuación toca perseguir a los rusos de Kutusov. Las fuerzas de Soult tienen un pequeño papel de apoyo en el choque entre Murat y la retaguardia rusa (Bagration) en la batalla de Hollabrunn -o de Schöngraben (16/11/1805)-; pero hasta el 2 de diciembre en Austerlitz no van a poder demostrar su valía en combate.
Mapa de la batalla de Austerlitz, elaborado por el Department of History, United States Military Academy (fuente: Wikimedia Commons). Hacer click dentro para ampliar.
En la gran batalla de Austerlitz el 4º Cuerpo tiene un papel estelar. Sus efectivos ese día rondan los 23.600 hombres, divididos en 3 divisiones de infantería y una de caballería. Soult queda situado en el centro del dispositivo francés pero con sólo dos de sus divisiones ya que tiene que prestar el resto para apuntalar el flanco izquierdo francés que es donde se espera el grueso del ataque austro-ruso. Soult contempla el inicio de la batalla al lado del Emperador. Hay un momento en que Napoleón le pregunta cuanto tiempo le costará tomar las alturas de la meseta del Pratzen que ocupa el centro del campo de batalla, a lo que Soult responde: “menos de 20 minutos, Sire; pues mis tropas están escondidas al pie del valle, ocultas por la niebla y el humo de los fuegos de campamento”. La prodigiosa mente de Napoleón se pone a calcular el momento en que un ataque tendría más impacto y le dice “en ese caso esperaremos otro cuarto de hora”. Pasado el tiempo -entre las 8:30 y 9 de la mañana- Napoleón le dice a Soult “un golpe certero y la guerra se acaba”.
Soult sale disparado a poner en marcha a las divisiones de Vandamme y St. Hilarie. Las divisiones ascienden al Pratzen sin oposición ante la incredulidad de los mandos aliados que no esperaban un ataque francés y estaban ensimismados con su propio ataque. La primera víctima de los franceses es la columna Miloradovichiv que estaba camino de unirse al ataque principal cuando es sorprendida y arrollada por las tropas de Soult, el cual va ajustando magistralmente sobre la marcha la línea de ataque de sus divisiones. A las 11 es dueño de su objetivo y se le une Napoleón con más tropas para consolidar su posición. El Emperador que asume el mando directo de las tropas de la zona para rechazar un contraataque de la Guardia Imperial Rusa que causa graves apuros a la división de Vandamme. Solucionada dicha contingencia, las dos divisiones de Soult pueden proceder a descender el Pratzen para caer sobre las espaldas del grueso del ejército aliado que atrapado trata de darse a la fuga por su única salida que es a través de un lago helado, pereciendo cientos de soldados en sus aguas y siendo muchos capturados.
Soult se gana en la batalla el apodo de “primer maniobrero de Europa”. Sin embargo algunos no dejan de señalar que ya no lidera sus tropas en primera línea como antes y se limita a dar ordenes desde detrás.
Soult parte del lado de Napoleón para atacar el Pratzen.
Campaña de 1806
Al estallar la guerra contra Prusia, el 4º Cuerpo de Soult abandona sus campamentos en el río Inn, realizando una larga marcha para reunirse con Napoleón. La Grande Armée cruza el extenso y montañoso bosque de Turingia por 3 puntos, formando el cuerpo de Soult junto al de Ney y un cuerpo auxiliar bávaro la columna más oriental. Reunidos con Napoleón, acuden a la batalla de Jena (14/10/1806) donde la vanguardia francesa (Lannes) ha chocado con parte del ejército prusiano.
Las ordenes de Soult eran acudir a reforzar a Lannes y formar el flanco derecho. De sus cerca de 27.000-28.000 sólo tenía a mano una división de infantería, la caballería del cuerpo y algo de artillería (+/- 10.000). La marcha se tenía que hacer a través de espesos bosques y combatiendo contra la infantería ligera prusiana. Hay un momento de peligro cuando de entre los bosques aparece por sorpresa una fuerza prusiana (5.000 hombres) amenazando el flanco de la división de St. Hilarie en una ataque que recordaba a las mejores maniobras de la época de Federico el Grande. Sin embargo las tropas del 4º demuestran la excelencia de su entrenamiento y lo mucho que han progresado desde la Guerra de los Siete Años: una horda de infantería ligera imperial sale de las formaciones francesas y envuelve el flanco prusiano arrasándolo. A su vez la caballería ligera del 4º Cuerpo también demuestra su buen hacer derrotando a su homóloga prusiana -que incluía coraceros- y presionando la retirada de la infantería prusiana. A continuación las tropas de Soult siguieron su camino hasta aparecer en el flanco del despliegue principal prusiano, contribuyendo decisivamente a la victoria de aquel día.
Izquierda: jinete de la compañía de elite del 8º de Húsares, parte de la caballería ligera de Soult en Jena.
Derecha: coraceros prusianos.
Tras la victoria tocaba perseguir al ejército prusiano para su liquidación y el 4º Cuerpo no dejaría de tener su papel. Su parte más destacada fue su participación en la vertiginosa persecución del enérgico Blücher hasta la ciudad neutral de Lübeck que fue asaltada por Soult y Bernadotte, tomándose en torno a 10.000 prisioneros (5/11/1806); Blücher y el resto de sus tropas serían capturados al día siguientev.
Sin embargo las cosas se tuercen cuando toca trasladarse a Prusia Oriental; las rápidas maniobras se esfuman cuando las tropas quedan atascadas en su marcha por unos caminos que son verdaderos cenagales, y el 4º Cuerpo no puede cumplir con su tarea de amenazar el flanco ruso durante las batallas de Pultusk-Golymin (26/12/1806). Los rusos escapan al el ejército francés no le queda otro remedio que tomar cuarteles de invierno.
Campaña de 1807
La campaña se reanudó precipitadamente a finales de enero cuando un imprudente movimiento de Ney hizo que el ruso Benningsen sacara a su ejército para intentar atacarle y Napoleón atisbó una oportunidad de atraparle con un movimiento envolvente.
Soult con dos de sus divisiones recibe ordenes de cruzar el río Alle y buscar la retaguardia rusa. El 3 de febrero tiene lugar el combate de Bergfried contra una división rusa que defiende el paso del Alle. Un primer ataque de Soult es rechazado pero un 2º ataque envolvente tiene más éxito, consiguiéndose tomar el puente y la villa tras una dura lucha alrededor del puente. La noticia de la presencia de Soult en Bergfried obliga a un prudente Benningsen a retirarse de su posición. El día 6 las tropas de Soult participan en un choque con la retaguardia rusa en Hof. Al día siguiente se repitieron los combates con la retaguardia rusa en Ziegelhof.
La gran batalla de Eylau comenzaría ese mismo día 7 de forma imprevista. Tras los combates del día, los rusos se habían posicionado para librar una gran batalla el día siguiente. Por su parte parece que los franceses tampoco tenían intención de continuar combates aquella tarde. Sin embargo tropas de los cuerpos de Soult y Murat, asaltaron por su cuenta la villa de Eylau, enfrentándose a los rusos por la posesión de la villavi. Posteriormente Soult se disculparía por haber perdido el control de sus tropas pero viendo que una retirada podía ser aun más peligrosa decidió apostar por luchar por el control de Eylau. Después de unas sangrientos combates en los que el control de Eylau iba y venía, los franceses acabaron imponiéndose, aunque a costa de muchas perdidas.
Tras pasar ambos ejércitos una terrible noche a bastantes grados bajo cero, el día 8 tendría lugar la gran batalla en medio de un clima terrible con tormentas de nieve. Soult ocupa el flanco izquierdo y Napoleón le ordena hacer un ataque de “demostración” para mantener entretenido a Benningsen a la espera de que los refuerzos franceses -Davout y un algo más retrasado Ney- lleguen y se sitúen en posición de decidir la batalla. Sin embargo el ataque de Soult es recibido con más furia de la prevista y tienen que regresar atrás tras solo poco más de media hora de combates, descolocando los planes de Napoleón. La batalla deviene en una carnicería cuando más tropas se van uniendo a la lucha sin que ningún bando obtenga una ventaja clara. A Soult se le atribuye el mérito de disuadir a un abatido de Napoleón de retirarse: “Quedémonos donde estamos, Sire, pues aunque sufrimos cruelmente, pasaremos por vencedores si somos los últimos en el campo de batalla. He observado movimientos en el ejército ruso, que me inducen a pensar que Benningsen usará el anochecer para retirarse”.
Mapa de la batalla de Eylau (hacer click dentro para agrandar).
Tras la terrible Eylau, los ejércitos se retiraron a descansar y recobrar fuerzas. A comienzos de junio se reanudan las grandes operaciones, al iniciar Benningsen una fallida ofensiva. Benningsen se retira al campamento fortificado de Heilsberg. Aquí es alcanzado el día 10 por la caballería de Murat que al contemplar la fortaleza de la posición rusa se ve obligado a esperar la llegada de la infantería de Soult. A su llegada, la artillería de Soult bate a su homóloga rusa, despejando el camino para el ataque de la infantería cuando ya comienza la tarde. Las tropas de Soult se ven envueltas en feroces combates alrededor de los reductos rusos y sufriendo contraataques de la caballería. A pesar de todo consiguen progresar y tomar varios reductos pero los rusos forman una potente batería de artillería que frena en seco a las divisiones de Soult y les causa enormes bajas. A última hora de la tarde el contraataque ruso consigue recuperar los reductos y buena parte de sus posiciones, expulsando a los hombres de Soult que retroceden tras perder cerca de 8.000 hombres de un total de unos 28.000. Sólo la llegada de nuevas tropas francesas consigue decantar la victoria hacia el lado de Napoleón en el último momento.
Tras Heilsberg el cuerpo de Soult se dirige contra Königsberg -el principal deposito aliado- que es defendido por una fuerza ruso-prusiana al mando de Lestocqvii. El 14 de junio Soult se niega a la orden de Murat de asaltar la ciudad sin el adecuado apoyo artillero. Ese mismo día Napoleón derrota a Benningsen en Friedland, y al llegar la noticia, los defensores de Königsberg se retiran, permitiendo a las tropas de Soult capturar la ciudad.
Poco después concluirá la guerra. Soult, al igual que otros mariscales recibirá como recompensa tierras en Polonia y al año siguiente recibirá su título ducal. Sin embargo para decepción de Soult, Napoleón le hace entrega de un ducado de “segunda división”; mientras varios mariscales -Davout, Massena, Lannes, Ney...- reciben títulos que recuerdan sus grandes hazañas y nuestro hombre probablemente sueña con recibir el título de duque de Austerlitzviii, al final queda agrupado en el pelotón de títulos sin gloria militar, recibiendo el de duc de Dalmatieix (duque de Dalmacia) a pesar de no tener ninguna conexión con dicho territorio.
Retrato de Soult y blasón nobiliario como duque de Dalmacia.
Guerra de España
Campaña de 1808
En Otoño de 1808, Soult deja a sus tropas en Alemania para reunirse con Napoleón. El proyecto de incorporar España a la “familia napoleónica” ha sufrido un serio revés en la batalla de Bailen y se requiere la presencia del propio emperador y de unos cuantos de sus mejores lugartenientes para enderezar la situación. Tras reunirse con Napoleón, Soult asume el mando del 2º Cuerpo del Armée d´Espagne -hasta entonces al mando de Bessières- el 9 de noviembre.
La misión de Soult es conquistar Burgos con el objetivo de convertirla en la principal base francesa en el camino entre Francia y Madrid. La defensa de Burgos corresponde al débil Ejército de Extremadura (10.350 soldados) al mando del conde de Belvedere, el cual sitúa imprudentemente a su fuerza a la salida de un bosque cerca de Gamonal en el camino de acceso a Burgos. El día 10 Soult (24.000 hombres) localiza a los españoles y procede a lanzar contra ellos 4.500 jinetes, apoyados por 2 brigadas de infantería. La escasa caballería española es barrida y aquellos batallones que consiguen formar en cuadro y resistir el asalto inicial de los jinetes franceses, son derrotados por la intervención de la infantería francesa. En breves momentos los españoles son puestos en fuga, perdiendo más de 3.000 hombres, a costa de unas insignificantes bajas francesas. La persecución del derrotado ejército español finaliza cuando las tropas de Soult penetran en Burgos y deciden saquearla.
Plano de la batalla de Gamonal (hacer click dentro para agrandar).
Tras la toma de Burgos, Soult recibe el encargo de girar hacia el Norte y marchar hacia Reinosa para cortar la retirada del Ejército de la Izquierda de Blake que ha sido derrotado en la batalla de Espinosa de los Monteros. Ante la aproximación de Soult, Blake tiene que abandonar todo su equipo y tras grandes esfuerzos consigue extraer a sus hombres a través de escabrosos caminos de montaña. Blake consigue escapar pero su ejército ha dejado de ser una fuerza operativa por el momento.
Primera Campaña de 1809.
A finales de 1808, el cuerpo de Soult estaba diseminado en el norte de España haciendo las labores de cuerpo de observación, cuando el 21 de diciembre una fuerza de caballería inglesa atacó y derrotó en Sahagún a una de las fuerzas de caballería francesa. De esta forma Soult descubrió que el ejército inglés de Moore (25.000 hombres) se encontraba cerca y traía intenciones de abalanzarse sobre Soult y amenazar la línea de comunicaciones francesa. Soult se dispuso a concentrar sus fuerzas mientras pedía apoyo, pero no tenía nada que temer ya que Napoleón también había descubierto el paradero de la fuerza inglesa y, en consonancia, salido de Madrid con sus fuerzas.
Moore decide huir hacia la Coruña, seguido de Soult por un lado y de Napoleón por otro. Soult derrota el día 30 a una división española en Mansilla -encargada de vigilar un paso sobre el río Esla-, y al día siguiente ocupó León capturando 2.000 heridos que los españoles habían tenido que dejar atrás.
El fusilero Thomas Plunkett del 95º realizó en Cacabelos el disparo de “francotirador” más famoso de las Guerras Napoleónicas, matando al general francés Colbert a algo más de 200 metros.
El 1 de Enero, se reúnen Soult y Napoleón. Napoleón considera improbable que se pueda alcanzar a Moore y reorganiza las fuerzas francesas cediéndole el mando de la persecución a Soult y reforzando su cuerpo. Napoleón marcha a Valladolid y poco después al recibir noticias preocupantes de Austria, abandona España para siempre.
Soult cuenta con unos 25.000 soldados para seguir las operaciones, a la vez que el apoyo del cuerpo del mariscal Ney que se ocupa de mantener abierta la línea de comunicaciones de Soult y de perseguir a las fuerzas españolas de la zona. Soult procede a perseguir con energía al ejército inglés. La vanguardia francesa choca un par de veces con los ingleses en Cacabelos (03/01/09) y Constantín (05/01/09). Soult alcanza a Moore en la Coruña que está todavía a la espera de que lleguen los barcos de evacuación; por su parte Soult decide esperar a que vayan llegando sus tropas. La batalla se libra finalmente el día 15, cuando Soult ve que ya no puede esperar más.
Soult tras analizar el despliegue defensivo inglés (15.000 hombres), llegó a la conclusión de que aunque su posición era en general fuerte el flanco derecho inglés estaba algo más desprotegido, y por tanto lanzó un ataque para intentar envolver a la línea inglesa. Lo más duro de la lucha tendría lugar en torno al pueblo de Elviña que cambió 4 veces de manos, pero que al final quedó en posesión británica. A la vez que se producía el combate por Elviña hubo un intento de la caballería francesa de dar un amplio rodeo y caer sobre la retaguardia británica pero su avance fue detenido por una mezcla del difícil terreno y de la intervención de las reservas inglesas situadas en la propia la Coruña. La batalla acabó con unas 1.400 bajas francesas y unas 800 británicas -incluida su comandante, el general Moore-, pudiendo el ejército inglés embarcar sin dificultades.
Soult tomaría después la ciudad de la Coruña y se atribuiría la victoria en la batalla, pero lo cierto es que no pudo impedir el embarque británico. A su vez aunque en Inglaterra se consideró la campaña una catástrofe -el ejercito a su regreso dejaba mucho que desear como fuerza de combate- consideraron que la batalla cuando menos había sido un éxito para las armas inglesas.
Plano de la batalla de Elviña (hacer click para agrandar).
Tras tomar la importante base naval de Ferrol y reaprovisionarse con sus depósitos de armas y municiones, Soult marcha a invadir Portugal, dejando a Ney detrás para pacificar Galicia. La ruta directa está cortada por un Miño crecido y Soult tiene que dar un inmenso rodeo por caminos del interior apenas transitables, desprendiéndose de buena parte de su material. Por el camino capturó a 4.000 portugueses en Chaves y en Braga se enfrentó a 25.000 hombres -2.000 regulares&milicianos y 23.000 miembros de la Ordenança sin instrucción y apenas armas- que fueron fácilmente derrotadosx. El 27 de marzo, los 16.000 hombres de Soult alcanzaron Oporto, con un retraso de 6 semanas sobre lo previsto por Napoleón.
Oporto estaba defendido por 30.000 hombres, pero más que el número lo preocupante era la serie de reductos improvisados que protegía el acceso a la ciudad. Soult, hábilmente, optó por lanzar el 29 de marzo una serie de ataques limitados a los flancos que fueron provocando el efecto deseado: los portugueses fueron sacando tropas del centro y enviándolas de refuerzo a los flancos. Cuando Soult consideró que el centro estaba suficientemente debilitado, lanzó al asalto la división de Mermet que penetró la posición portuguesa, sembrando el pánico entre las tropas que se lanzaron a intentar escapar. Parte de las tropas intentaron escapar por el estuario del Duero, pereciendo muchos ahogados y siendo otros muchos tomados prisioneros. Otros intentaron usar el puente levadizo sobre el Duero que había en la propia Oporto, una gran masa de civiles y soldados se dirigió hacia el puente pero un oficial portugués decidió levantar el puente para impedir su posible uso por los franceses. Se estima que 4.000 personas murieron entre aquellas aplastadas por la muchedumbre, las que cayeron al río y las que fueron víctimas de la artillerías francesa y portuguesa que seguían disparando. Los hombres de Soult consiguieron construir un puente provisional y hacerse también con la otra orilla. Había sido una gran victoria y los portugueses perdieron entre 6.000 hombres en el mejor de los casos y 20.000 en el peor.
Soult en la batalla de Oporto por Joseph Beaume
Soult se encuentra aislado en Oporto, sin contacto con Ney y sin noticias de las fuerzas de Víctor que debían unirse a la invasión de Portugal. Durante su estancia en Oporto trató de congraciarse con los portugueses y parece que jugueteó con la idea de promover su candidatura a rey de Portugal o de al menos una “Lusitania del Norte”; después de todo Murat había sido nombrado rey de Nápoles. Esto no hizo mucha gracia entre algunos altos oficiales a su mando que escribieron a Napoleón, denunciándolo e incluso proyectaron su arresto. Napoleón -que era el primero que disfrutaba jugando con las ambiciones de sus mariscales- se molestó bastante cuando le llegó una copia de un manifiesto pro-Soult, pero después decidió no darle públicamente excesiva importancia a la “deslealtad” de Soultxi y afirmó que cuando le hablaban mal de Soult sólo podía recordar Austerlitz. De todas formas las circunstancias echarían por tierra cualquier sueño de Soult, aunque se quedaría el mote de “le roi Nicolas” entre las tropas.
Soult no se quedó inactivo del todo. Mandó una fuerza hacia Galicia a establecer contacto con Ney, pero ahí la situación pintaba mal para los franceses ya que los obstinados gallegos -organizados en “alarmas”- se negaban a someterse y el alzamiento era generalizado; de hecho la expedición de Soult tiene que dar media vuelta. También mandó una expedición bajo el mando del general Loison a combatir a los portugueses, consiguiendo una victoria en Amarante.
Plano de la Segunda Batalla de Oporto, fuente: britishbattles.com
Al final no fueron refuerzos franceses los que llegaron a Portugal sino los británicos dirigidos por Wellesley -el futuro duque de Wellington. Wellesley tenía las cosas claras y se dirigió velozmente contra Soult, dejando atrás una pequeña fuerza para contener un posible avance de Víctor
El 12 de mayo se libra la 2ª batalla de Oporto entre los 13.000 defensores de Soult y los más de 18.000 atacantes ingleses. Soult es cogido por sorpresa ya que se creía seguro en la ribera norte del Duero y planeaba retirarse tranquilamente de Oporto, cometiendo el grave error de no dejar suficiente vigilancia en el río. Wellesley se había hecho con unas barcazas y consigue trasladar tropas hasta un seminario al este de Oporto donde se atrincheran. Para cuando Soult se da cuenta ya hay 1.000 británicos fortificados en su cabeza de puente y cuentan con apoyo artillero en la otra margen del río. Un ataque francés para desalojarlos es rechazado y Soult decide reunir a más tropas para renovar el ataque; para ello retira incluso los soldados que vigilaban los muelles de Oporto, lo que aprovechan los habitantes de la ciudad para lanzar sus botes al agua y entregarselos a los británicos que los usan para penetrar en la ciudad. Soult no puede reorganizar el ejército para hacer frente a este nuevo contratiempo y decide retirarse.
Soult esperaba retirarse por Amarante pero el timorato Loison se había retirado de dicha posición ante la presencia de fuerzas portuguesas, sin avisar convenientemente a Soult. Soult no podía volver atrás y tratar de seguir la ruta costera porque los ingleses ya eran dueños de ella. Más de 30.000 anglo-portugueses se cernían sobre sus fuerzas; poco dispuesto a capitular, abandonó todo el material pesado y se internó en las montañas.
Ilustración portuguesa de la huida de Soult de Oporto. Fuente: Wikimedia Commons.
Una vez en Galicia se reaprovisionó con los suministros de Ney, al que prometió ayudar a aplastar a los insurgentes gallegos. Sin embargo cuando Ney empezó la ofensiva se encontró con que Soult le había mentido y había decidido marcharse hacia Castilla sin avisar, dando como excusa más tarde que le preocupaba una invasión inglesa de la zona. A un iracundo Ney no le quedó más remedio que dar por perdida Galicia y retirarsexii.
Segunda campaña de 1809.
La fracasada aventura de Portugal no le pasa factura a Soult, que el 2 de julio recibe ordenes de Napoleón -emitidas el 12 de junio- de asumir el mando de los cuerpos 2º (el suyo), 5º (Mortier) y 6º (Ney), con vistas a una nueva invasión de Portugal. Para finales de abril, Soult ya ha concentrado 50.000 hombres en los alrededores de Salamanca. Sin embargo las noticias de Madrid son preocupantes ya que un ejército anglo-español -al mando de Wellesley y Cuesta- marchaba hacia Madrid e iba a resultar victorioso en la batalla de Talavera (28/07/1809).
La aproximación de Soult trastocó los planes aliados de avanzar hacia Madrid. Inicialmente Wellesley pensaba que Soult sólo se aproximaba con su propio cuerpo, por lo que se movió con intención de batirle. Un parte de Soult al rey José informándole de su fuerza y sus intenciones fue interceptado por guerrilleros españoles. Al recibir la noticia de lo que se le venía encima Wellesley palideció. Por su parte la caballería de Soult también había interceptado un parte de Wellesley a Lisboa, por lo que creía que éste último seguía en la inopia. Wellesley decidió huir a toda prisa dejando atrás a 4.000 heridos de los combates anteriores.
Cuando Soult llegó al río Tajo lo que se encontró pues fue a una parte al ejército español del testarudo Cuesta que había decidió defender el cruce del río en puente del Arzobispo. El 8 de agosto, una fuerza de caballería francesa localizó un vado que se había dejado sin vigilancia y procedió a atacar por sorpresa los puestos españoles en conjunción con un asalto de infantería dirigido al puente. La caballería española se lanzó a la carga pero fue derrotada y su huida provocó a su vez la retirada de la infantería. Los españoles perdieron 1.400 hombres y casi toda su artillería, pudiendo Soult recuperar 14 cañones perdidos en Talavera.
Los aliados se retiraron por caminos escabrosos y Soult llegó a la conclusión de que era inútil tratar de seguirlos. Su plan consistía en avanzar por el Norte del río Tajo hacia Portugal y asegurar el centro del país dejando separadas a las fuerzas de Wellesley del resto del ejército anglo-portugués situado al norte de Portugal. Sin embargo en Madrid estaban preocupados por la posibilidad de un nuevo intento de tomar la capital y por la escasa fuerza francesa dejada en el norte de España. Por ello se ordenó a Soult no alejarse demasiado y vigilar el valle del Tajo; también se le quitó el cuerpo de Ney -para alegría de éste- para mandarlo a reforzar el norte.
Mapa de la batalla de Ocaña (hacer click dentro para agrandar)
En septiembre Soult fue llamado a sustituir al mariscal Jourdan como Mayor-General de los ejércitos franceses en España (jefe de estado mayor), convirtiéndole en el principal asesor militar del rey José Bonaparte. Su primera misión fue hacer frente a una nueva ofensiva para capturar Madrid. Esta vez los británicos no quisieron saber nada, por lo que el esfuerzo correspondía en exclusiva a los españoles.
A la vez que varias fuerzas intentaban distraer a las tropas francesas hacia otros frentes, un enorme ejército español de más de 55.000 hombres -el Ejército del Centro, al mando de Areizaga- se puso en movimiento el 3 de noviembre. En cinco días recorrieron 130 km y se presentaron por sorpresa en la Guardia a 80 km de la capital. Los franceses se batieron en retirada mientras José y Soult trataban de reunir a toda prisa tropas con las que defender la capital. Para fortuna de los franceses al inexperimentado Areizaga le sobreviene el vértigo de un mando tan importante y se queda paralizado un par de días sin saber que hacer, para después mover su ejército de aquí para allá.
Soult reúne suficientes fuerzas de 3 cuerpos -1º (Víctor), 4º (Sebastiani) y 5º (Mortier)- más las reservas del rey José y se dirige con el rey José -nominalmente al mando- a atacar a Areizaga en Ocaña. El día 18, 3.000 jinetes franceses se enfrentan y derrotan a 4.000 españoles en el mayor choque de caballería de la guerra. El día 19 José y Soult están frente a Ocaña con 33.500 hombres; Víctor todavía tiene que llegar, pero a pesar de la inferioridad numérica Soult es partidario de atacar.
El ala izquierda española está protegida por un barranco, así que se decidió concentrar el esfuerzo sobre la derecha mientras se contenía al resto de la línea española con las tropas de reserva y el fuego de una gran batería de 30 cañones.
Dos divisiones de infantería francesas -Werle y Leval- se lanzaron contra la línea española defendida por 3 divisiones españolas -Lacy, Castejón y Girón- que aunque se vieron sorprendidas inicialmente consiguieron contraatacar con éxito, teniendo que acudir una 3ª división francesa (Girard) en apoyo de la presionada infantería francesa.
A continuación se iba a abatir el desastre sobre los entusiasmados españoles. La caballería francesa se había aproximado a través de un olivar sin ser detectada y cayó sobre la caballería española que protegía el flanco derecho, poniéndola en fuga. A continuación cargó contra la desprotegida infantería española aniquilando batallón a batallón, mientras el resto de fuerzas francesas también se lanzaban al ataque.
Grabado de la batalla de Ocaña, en el que no falta el omnipresente fraile entre los “fanáticas” fuerzas españolas.
De las 8 divisiones de infantería españolas, tres resultaron aniquiladas en el lugar y otras dos perdieron más de la mitad de sus hombres. El desastre hubiera sido aun mayor de no ser por los esfuerzos de la división de Zayas de frenar a los perseguidores. Las penurias españolas aumentaron cuando Víctor se presentó capturando el bagaje español y uniéndose a la persecución. Los franceses tuvieron unas 2.000 bajas. Los españoles habían tenido 4.000 muertos y heridos, 14.000 prisioneros a los que había que sumar más de 12.000 hombres que abandonaron las filas y los 50 cañones perdidos. La de Ocaña sería la victoria más grande de las armas francesas en Españaxiii, poniendo fin a los sueños españoles de poder ganar la guerra por sí solos.
Campaña de 1810.
Tras la batalla de Ocaña, José y Soult volvieron a Madrid a la espera de ver como evolucionaban los otros frentes, de detectar indicios de movimientos británicos y de refuerzos que Napoleón había enviado. Satisfechos viendo que no había una amenaza para su posición, decidieron que el siguiente paso a seguir era conquistar Andalucía. Se ha criticado la toma de ésta decisión -que no dejaba de estar en consonancia con las instrucciones de Napoleón- en vez de la de usar una fuerza abrumadora para expulsar a Wellesley de Portugal, sin embargo la conquista de Andalucía no dejaba de tener atractivo: no se podía dejar mucho tiempo al ejército español para que se recuperara de Ocaña y Andalucía era un nuevo territorio del que obtener recursos para financiar la guerra ya que Napoleón había advertido que iba a limitar la aportación anual francesa a partir de entonces.
80.000 franceses con el rey José y Soult a la cabeza se lanzaron por 4 pasos hacia Andalucía Los 32.000 defensores españoles no estaban en condiciones de impedir su progreso. El rey José entraba triunfalmente en Sevilla -la hasta entonces capital provisional española- el 1 de Febrero. En unos pocos días los franceses dominaban casi toda Andalucía, pero fracasaron en tomar Cádiz, donde una fuerza regular española al mando del duque de Alburquerque se encerró con los miembros de la Junta gubernativa, convirtiéndola en la nueva capital española.
El 2º de Húsares francés en Sevilla, ilustración de Jack Girbal y Patrice Courcelle.
El rey José regresó a Madrid a comienzos de abril, después de su “gira triunfal”, dejando en Andalucía como gobernador y comandante en jefe del Armée du Midi (Ejército del Mediodía) a Soult. El nuevo “virrey” de Andalucía se esmero en pacificar el territorio, conciliarse con la gente y obtener recursos. Soult siempre destacó en este tipo de labores y demostró ser posiblemente el mariscal más eficiente a la hora de controlar un territorio.
Combatió eficazmente a la guerrilla y consiguió formar unidades cívicas de “juramentados” josefinosxiv. A la hora de reorganizar el territorio y obtener recursos también tuvo bastante éxito pero aquí se enfrentó con el rey José que demandaba la entrega de una buena parte de lo recaudado a Madrid para mantener su frágil reino; sin embargo Soult priorizó su propio territorio y el mantenimiento de sus fuerzas, haciendo caso omiso a muchas de las peticiones de José; convirtiéndose en uno más de los mariscales que pasaban por encima del rey y sólo atendían las instrucciones directas del emperador.
Soult, desafortunadamente, también destacaba por su rapacidad personal y es que era de sobra conocida su afición por el dinero y otras riquezas como por ejemplo las obras de arte de Murillo y Velázquez, consiguiendo un valioso botín durante su estancia sevillanaxv.
A la izquierda, retrato de Soult como mariscal, por Louis Henri de Rudder (Wikimedia Commons).
A la derecha, el lienzo conocido como la “Inmaculada de Soult” (Wikimedia Commons). Soult se llevó esta obra de Murillo del Hospital de los Venerables de Sevilla. No fue devuelta a España hasta 1941.
La mayor parte de 1810 la pasó Soult centrando en labores administrativas, sin querer implicarse en operaciones militares más allá de su territorio. Al igual que muchos de sus colegas, consideraba que las operaciones del resto de generales y mariscales no eran de su incumbencia; una actitud que sería una enorme losa para el ejército francés en España. De esta forma sus 3 cuerpos se centraron en proteger su “virreinato”: el 1º asediaba Cádiz, el 4º protegía la frontera oriental (Granada) y el 5º la occidental (Sevilla).
Sólo en diciembre de 1810 se dignó a implicarse más a fondo en los asuntos militares, marchando a dirigir personalmente el asedio de Cádiz y tratar de imprimirle cierto vigor.
Campaña de 1811
No pudo dedicarle mucho tiempo a Cádiz ya que justo entonces llegaron órdenes de Napoleón que le instaban a “mover el culo” e implicarse en la invasión de Portugal. Se le recriminó que hubiera permitido que el español de la Romana marchará desde Extremadura a reunirse con (el vizconde de) Wellington para colaborar contra la invasión de Massena, sin haberle perseguido. Soult alegó escasez de tropas y se mostró dispuesto a organizar una diversión en Extremadura que pudiera ayudar indirectamente a Massena y pidió refuerzos. Tras reunir 20.000 hombres a la vez que dejaba una importante fuerza para mantener controlada Andalucía. Era un ejército pequeño pero con una alta proporción de jinetes (5.387) y sobre todo mucha artillería, acompañada de zapadores con la que poder llevar a cabo sitios.
Tras tomar la débil fortaleza de Olivenza, Soult marchó contra la gran fortaleza de Badajoz defendida por 5.000 españoles al mando del general Menacho. Los franceses llegaron el 26 de enero y se encontraron una fortaleza bien surtida y en buenas condiciones, que prometía dar mucha guerra. Los ingenieros franceses informaron a Soult y Mortier de que las fuerzas francesas eran insuficientes para cercar completamente la plaza y se decidió concentrar los esfuerzos en el sector sur.
Estaban los franceses todavía trabajando en sus primeras “paralelas” en las que instalar las baterías cuando se acercó un ejército español de socorro al mando del general Mendizabal con 15.000 hombresxvi., y nada más llegar lanzó un asalto infructuoso (07/02/1811) contra las trincheras francesas que se saldo con 650 bajas españolas y 400 francesas. Después instaló sus campamentos en la alturas al norte de Badajoz, pero se negó a atrincherarse, creyéndolo innecesario.
Soult vio clara la oportunidad de batir al ejército de socorro. Tras esperar a que disminuyeran las crecidas del Guadiana y de su afluente, el Gévora, ordenó a Mortier que marchara con 4.500 infantes, 2500 jinetes y 12 cañones contra las fuerzas de Mendizabal que eran de 9.000 infantes, 3.000 jinetes y 17 cañones. El 19 de febrero, la niebla matinal permitió a los franceses sorprender a las tropas españolas y tomarlas por el flanco. Nuevamente la caballería española falló en su misión y dejo abandonada a la infantería. El resultado fueron 850 bajas españolas y en torno a 4.000 prisioneros. El resto del ejército de socorro se dispersó o se refugió en Badajoz, dejando de existir de momento como fuerza operativa.
Mapa de la batalla de Gévora (Wikimedia Commons)
Badajoz contaba ahora con 9.000 defensores al mando de un general decidido y durante varias semanas hay un intenso duelo artillero y salidas de destacamentos españoles para estorbar el avance de las posiciones francesas. El día 3 de marzo mientras estaba observando una de esas salidas, Menacho es alcanzado por un proyectil y la moral de la guarnición se hunde. El día 10 las baterías francesas ya han conseguido abrir una considerable brecha y se acuerda capitular. El 11 de marzo Soult pudo entrar en Badajoz a la cabeza del cuerpo de Mortier, procediendo rápidamente a ponerla de nuevo en estado de defensa.
El 14 de marzo Soult marcha de vuelta a Sevilla con unas cuantas tropas dejando atrás en Extremadura a Mortier. Soult llega justo tiempo ya que la capital andaluza, escasamente guarnecida, se veía amenazada en ese momento por una división española (Ballesteros). De hecho la ausencia de Soult podía haber sido catastrófica ya que había cometido la imprudencia de no dejar atrás un mando único y los diversos generales franceses no habían cooperado entre sí. De hecho no sólo se había estado cerca de perder Sevilla sino que el asedio de Cádiz había estado cerca de terminar, teniendo Víctor que librar una batalla en Chiclana (05/03/1811) de la que no había salido bien parado pero que los aliados fueron incapaces de aprovechar.
Sargento de cazadores de las Guardias Walonas en la Albuera – figura realizada por Antonio Zapatero y Roberto Ramírez (fuente: alabarda.net).
A la derecha bandera de las RR.GG.WW.
En abril un ejército aliado al mando de Beresford y Castaños se dedica a desalojar a las fuerzas francesas de sus posiciones en Extremadura, para después centrarse en asediar Badajoz, abriéndose las primeras trincheras de asedio, el 8 de mayo. Soult concentra 25.000 hombres y sale de Sevilla el día 10, dispuesto a socorrer la fortaleza. Por su parte los aliados se sitúan en su ruta de aproximación dispuestos a impedirselo; reciben refuerzos en forma del 4º Ejército español (Blake) procedente de Cádiz, que elevan sus fuerzas a más de 35.000 hombres. Se ha criticado que Soult, de nuevo, no quisiese abandonar ninguna parte del territorio andaluz ocupado, lo que le hubiera permitido formar un ejército de campaña más poderoso.
Mapa de la batalla de Albuera (historicalmapsweb.com). Hacer click para ampliar.
La batalla tiene lugar el día 16 en La Albuera. Al amanecer los franceses empiezan a ejecutar el plan de Soult. Su idea es lanzar un ataque de distracción hacia el pueblo de La Albuera, mientras el grueso del ejército francés utiliza la cobertura vegetal de la zona para deslizarse, cruzar el arroyo que separa a ambos ejércitos y situarse en el flanco derecho aliado.
El movimiento es un éxito y cuando los aliados se dan cuenta se dictan rápidas ordenes para redesplegar las fuerzas. Los franceses, a la carrera, consiguen hacerse con una altura dominante en el flanco derecho y las columnas imperiales se lanzan contra la siguiente altura, en la que de momento sólo hay una división aliada desplegada: la española de Zayasxvii. Sin embargo para desgracia de los franceses, la de Zayas es probablemente la mejor división existente en ese momento en el ejército español. Las columnas francesas -a pesar de contar con el apoyo de la artillería francesa- son destrozadas por el fuego de la línea española y rechazadas.
Un segundo ataque de la infantería francesa se estrella también contra la férrea defensa de la línea aliada, que ya ha sido reforzada por más tropas españolas e inglesas. Sin embargo ese ataque viene acompañado por una carga de la caballería francesa que consigue destrozar a los 3 batallones ingleses que forman el flanco derecho aliado, generando un caos en el que la línea aliada asaltada por la caballería e infantería corrió un serio peligro de derrumbarse. Pero finalmente los aliados se sobreponen y rechazan a los franceses.
A continuación los ingleses se lanzan al ataque para expulsar a los franceses de sus posiciones, pero esta vez les toca a ellos recibir un fuego mortífero desde las líneas francesas. Aún habría un tercer ataque francés contra la línea aliada, pero lo único que consigue es que se incremente la carnicería. A Soult ya no le quedan más fuerzas frescas que emplear y decide retirarse. Soult perdería en torno a 7.000 hombres -aunque como era costumbre entre los generales franceses, en su parte sólo reconoce 2.800- mientras que los aliados perdieron un poco menos de 6.000 -la mayoría ingleses- en la que sería una de las mayores carnicerías en proporción al número de tropas presentes de toda la Guerra.
Batalla de Albuera por William Barnes Wollen (Wikimedia Commons). Los lanceros polacos del Vístula se cebaron con el 3er regimiento a pie británico (los ”Buffs”). Tuvieron 464 bajas de un total de 744 hombres, pero consiguieron conservar sus banderas.
Soult tuvo que retirarse a cierta distancia de Badajoz y ver como Wellington se incorporaba al asedio de la vital fortaleza. Afortunadamente para él, había al menos un mariscal que creía en las virtudes de la cooperación: Marmont -que acababa de asumir el mando del fracasado ejército de invasión de Portugal- acudió a toda velocidad desde Castilla a unirse con Soult, para sorpresa tanto de los aliados como de los propios franceses. El día 10 de junio Wellington abandona el sitio de Badajoz y es que pocos días después, ambos mariscales se reúnen, juntando un ejército de 60.000 hombres, del que Soult es el mariscal “senior” y puede llevar si quiere la voz cantante.
Soult y Marmont buscan a Wellington y lo encuentran atrincherado con más de 50.000 hombres entre Campo Maior y la fortaleza portuguesa de Elvas. Es muy significativo que ninguno de los dos mariscales y en general ningún francés es partidario de atacar; Wellington ya se ha hecho famoso por sus posiciones defensivas e infunde respeto. Soult decide marcharse de vuelta a Sevilla, ante la noticia de que una fuerza española amenazaba Sevilla y otra se dirigía contra Granada. Marmont tiene la sospecha de que Soult quiere “escurrir el bulto” ya que lo lógico hubiera sido un repliegue francés en Andalucía y que ambos mariscales se centraran en formular un plan para derrotar a Wellington. Soult, accede al menos a dejar a Marmont parte de sus propias tropas para que éste al menos pueda defenderse de un ataque de Wellington.
El mariscal Soult en España y a la derecha el uniforme de sus ayudantes de campo.
A la vuelta a su adorado “virreinato”, Soult asegura Sevilla, consigue levantar el sitio de Niebla y después procede a mandar refuerzos a Granada para ayudar al presionado 4º Cuerpo que había tenido que ceder parte del territorio y ahora lo recupera. Soult tiene 3 espinas todavía en su territorio: Cádiz, Gibraltar y Tarifa. Desde ellas los aliados controlan el mar y lanzan a placer expediciones al interior como las que hace la división de Ballesteros desde Tarifa para internarse en la serranía de Ronda. Se trató inútilmente de atrapar a Ballesteros en el interior, pero en cuanto éste se veía amenazado, reembarcaba con dirección a su base de Tarifa, que en el otoño de 1811 se había convertido en un importante centro de operaciones.
Gibraltar es claramente inexpugnable y Cádiz casi lo mismo. Sin embargo Tarifa era otra cosa, la villa estaba protegida por una muralla medieval que era un chiste ya que en su mayor parte era demasiado estrecha como para admitir artillería, por lo que sólo se pudieron instalar 12 cañones, teniendo que instalar las otras 14 piezas existentes en otros puestos como mejor se pudo. Soult dio ordenes a Víctor de tomarla, el asedio duró del 23 de diciembre al 4 de enero y culminó en un fracaso estrepitoso debido a la decidida defensa de la guarnición y la inestimable ayuda de unas lluvias torrenciales.
Campaña de 1812
El 17 de marzo, Wellington empieza el tercer asedio de Badajoz. El responsable de socorrer a dicha plaza seguía Soult, que había dejado en la zona al cuerpo de d´Erlon, insuficiente para oponerse a los aliados. Soult estaba supervisando el sitio de Cádiz cuando se enteró de la noticia. De nuevo se muestra reticente a desproteger su territorio, por lo que tarda un tiempo precioso en reunir destacamentos de sus varias fuerzas. El 4 de abril se junta ya con d´Erlon, reuniendo un ejército de campaña de 25.000 hombres. El ejército de Wellington tiene más del doble y además el día 6 toma al asalto y saquea Badajoz.
La noticia de la perdida de Badajoz se junta con la de que esta vez Marmont no va a venir para ayudar porque tiene otras ordenes de París. Además hay fuerzas españolas amenazando de nuevo su territorio, por lo que Soult decide regresar de nuevo a Sevilla.
En Madrid, el rey José y Jourdan (jefe de estado mayor) son conscientes de la grave amenaza que representa Wellington y articulan un plan sobre la base de la imposibilidad de sostener todo el territorio ocupado y la necesidad de crear una reserva central. La lógica dicta que dicha reserva provenga de las fuerzas de Soult aun a costa de abandonar Andalucía. Soult se resiste, critica el plan y finalmente optar por escribir personalmente a Napoleón poniendo “verdes” a José y Jourdan y exponiendo sus puntos de vista; con la mala suerte de que uno de las copias del mensaje cae en manos del propio José y otra en las manos de Wellington. Cuando el rey José insta a Soult y Marmont a hacer unos movimientos de tropas con el objeto de que puedan apoyarse mutuamente el resultado es desalentador: Marmont se niega cortésmente alegando una serie de inconvenientes y Soult no se molesta ni en responder.
Regimiento “josefino” Málaga nº 6, por José Mª Bueno. El rey José, se esforzó en tratar de organizar un ejército regular español a su servicio en los territorios que controlaba, con escaso éxito.
El 18 de mayo los británicos se hacen con el estratégico puente fortificado de Almaraz en el Tajo cortando la línea de comunicación entre Soult y Marmont. Queda claro que hay una ofensiva en marcha y Soult se agazapa más en su territorio mientras escribe a Madrid acerca de su convicción de que la ofensiva se dirige contra él, aunque en realidad va contra Marmont.
Marmont es derrotado en los Arapiles (22/07/1812) y la posición francesa en España se tambalea. El rey José reclama urgentemente una concentración de las fuerzas francesas para defender Madrid y hacer frente a Wellington. Soult se niega a enviar tropas e incluso se atreve a proponer al rey que se venga al Sur y entre ambos recuperen Extremadura. José ya no puede más y solicita la dimisión de Soult; los aliados entran en Madrid el 12 de agosto. Ante el cariz de la situación Soult inicia un repliegue hacia el este el 26 de agosto, concentrando a sus fuerzas en Granada.
A fines de septiembre Soult ha abandonado Andalucía y se ha reunido con las fuerzas del rey en el Levante peninsular. Tras dedicar un par de semanas a discutir, aciertan a mover sus 60.000 hombres en dirección a Madrid. Wellington ve como los ejércitos franceses se van coordinando para caer sobre él y emprende la retirada a Portugal.
Interludio
Campaña de 1813 - Sajonia
A comienzos de 1813 llegan a España las noticias del desastre de Napoleón en Rusia. Poco después y a instancias de José Bonaparte llega por fin la orden de que Soult abandone España. Napoleón ha accedido a los deseos de su hermano, pero personalmente sigue teniendo confianza en Soult y lo reclama para su nueva campaña en Sajonia. Es agregado a la Guardia Imperial, quedando a disposición de Napoleón.
En la batalla de Bautzen (20-21 de mayo), Napoleón le da el mando del 4º Cuerpo (Bertrand) y y el 1er Cuerpo de Caballería (Latour-Maubourg). La misión de Soult el primer día era cruzar el Spree y atacar las alturas ocupadas por el centro-derecha aliado.
El objetivo general de Napoleón es mantener ocupados a los aliados, haciéndoles emplear sus reservas y distraerles de la aproximación del cuerpo del mariscal Ney por el flanco derecho aliado. A pesar de contar con más hombres que los defensores prusianos, Soult apenas consigue avanzar en un primer momento. Reorganiza sus tropas en 3 columnas y vuelve a atacar por la tarde; tras varias horas de lucha, a las 7 de la tarde ya ha conseguido que los prusianos retrocedan de sus posiciones. Para el segundo día de batalla, la misión de Soult es esperar la incorporación de Ney y apoyarle en un ataque al flanco aliado. Sin embargo Ney tardaría más de lo esperado y no sería hasta la 1 de la tarde cuando Soult entra en acción. Los prusianos de Blücher se ven atacados por 3 lados pero consiguen escapar de la trampa que Napoleón ha preparado. Napoleón está cerca de lograr una victoria decisiva pero al final lo que consigue es una victoria a costa de 25.000 bajas propias por sólo unas 11.000 del enemigo.
Napoleón se ve obligado a firmar un armisticio el 4 de junio para tratar de recuperar fuerzas. A finales de ese mismo mes recibe noticias de la derrota francesa en Vitoria (21/06/1813) y la huida de José a Francia. Napoleón ordena a Soult de vuelta a España.
Infantería prusiana durante la batalla de Bautzen
Pirineos Occidentales
Campaña de 1813
El 12 de julio Soult asumió en Bayona el mando de los 4 ejércitos expulsados de Españaxviii, combinándolos en uno nuevo (Armée d´Espagne) de 80.000 hombres, divididos en 3 cuerpos principales -Clausel, Reille, d´Erlon- y uno de reserva -Villatte- más una limitada caballería, ya que Napoleón había reclamado a buena parte de ésta. La reorganización y reequipamiento de las tropas se lleva con gran habilidad y el día 25 de julio Soult se lanza a una ofensiva que pilla por sorpresa a los aliados.
Los franceses mantenían todavía dos plazas en la parte española del área de operaciones de Soult: Pamplona y San Sebastián. Dado que Wellington estaba enfrascado en el asedio de San Sebastián, Soult optó por dejar en la línea del bajo Bidasoa únicamente a Villatte y marchar con las ¾ partes de su ejército por los pasos de montaña para caer sobre las fuerzas aliadas y socorrer Pamplona. Ordenó a d´Erlon tomar la ruta de Maya, mientras el propio Soult acompañaba a Clausel y Reille por la ruta de Roncesvalles. d´Erlon tiene éxito en cruzar por Maya y aunque los franceses son detenidos en la ruta de Roncesvalles, las fuerzas aliadas de la zona deciden retirarse.
. Soult siguió a los aliados pero la dificultad de los caminos y la falta de guías, ralentizó su avance. La insistencia de Soult en esperar a más tropas antes de atacar la nueva posición aliada -a pesar de las suplicas de Clausel- permitió a Wellington reunirse con sus hombres trayendo numerosos refuerzos.
Operaciones de Soult en los Pirineos (25-30 de Julio). Fuente: napoleon-series.com. Hacer click para ampliar.
El 28 de julio en la batalla de Sorauren, Soult contaba con 34.000 hombres pero Wellington contaba ya con 24.000 hombres en la línea defensiva y una suma total de 42.000 en los alrededores. Wellington había dispuesto a sus hombres con su acostumbrada maestría en una posición muy fuerte. A pesar de ello el centro francés consiguió hacer progresos gracias a contar con una potente infantería ligera para abrirle el camino. Sin embargo el ataque no fue tan bien en los flancos izquierdo y derecho, y los agotados franceses tuvieron que retirarse de las posiciones que habían conquistado en el centro. Soult perdió unos 3.000-4.000 hombres y causó unas 2.600 bajas.
La gran concentración de tropas que estaba realizando Wellington hacía ya inviable renovar el intento de liberar Pamplona, pero Soult no estaba dispuesto a retirarse. La concentración aliada frente a Sorauren implicaba un debilitamiento de las fuerzas aliadas en el resto del frente. Soult entendió que si actuaba con habilidad tenía una buena posibilidad de derrotar a las fuerzas aliadas que se encontraban entre él y San Sebastián, liberando dicha ciudad y asestando un gran golpe a los aliados. Soult ordenó a las tropas de Reille y Clausel que iniciaran un movimiento lateral durante la noche y marchó a unirse al cuerpo de d´Erlon que no había participado en la batalla y estaba en posición de convertirse en la vanguardia de este nuevo movimiento.
Al amanecer del día 30 los aliados contemplaron atónitos como en la zona de Sorauren, 3 divisiones francesas se alineaban en columnas de marcha moviéndose a los largo del frente. La noche y lo escarpado del terreno habían impedido que buena parte del ejército francés completara su movimiento. Wellington ordenó a su artillería machacar las columnas francesas y lanzó sus fuerzas al ataque causando estragos -unas 3.000 bajas- y dispersando a una buena parte del ejército francés que tuvo que huir hacia los pasos de montaña de los Pirineos.
Por su parte Soult con d´Erlon, atacó al británico Hill en el cruce de caminos de Lizaso, causándole 1.000 bajas a costa de 800 y obligándole a retirarse, abriendo el camino hacia San Sebastián. Sin embargo el desastre del resto del ejército, echó por tierra el proyecto y Soult se vio finalmente obligado a retirarse también por un paso de montaña. La retirada no estuvo exenta de dificultades pero Soult, teniendo la retaguardia francesa que rechazar varios ataques, pero Soult consiguió extraer a su ejército por un paso diferente a los que había usado para entrar, consiguiendo confundir a Wellington. Sin embargo el balance global de la campaña de los puentes navarros era desalentador, Soult había perdido 13.000 hombres frente a 7.000 de Wellington, sin conseguir resultados.
Batalla de San Marcial
Tras reorganizar a sus tropas y dejarlas descansar un mes, Soult se vio impelido a realizar un último esfuerzo por socorrer a San Sebastián, que estaba a punto de caer. El plan consistía en cruzar el Bidasoa y abrirse paso a la fuerza a través del dispositivo aliado. El ataque principal se haría por dos zonas: Reille atacaría el flanco izquierdo aliado en la zona de San Marcial y Clausel el centro aliado en la zona de Vera; por su parte a d´Erlon se le encargó un tercer ataque con el objetivo de proteger el flanco y la retaguardia de sus colegas.
El 31 de agosto tiene lugar la ofensiva. La vanguardia del cuerpo de Reille, cruza el Bidasoa y asciende por las montañas hacia las posiciones españolas en San Marcial, defendidas por los 16.000 hombres del 4º Ejército (Freire). El ataque francés es recibido “a la inglesa”: una devastadora descarga de la línea seguida de un contraataque a la bayoneta que devuelve a los franceses al Bidasoa. Una vez que cruzan el río más tropas francesas, Soult ordena un segundo ataque. El ataque se lleva a cabo con energía e incluso parece querer progresar en algún punto, pero el resultado es el mismo y los franceses acaban siendo perseguidos ladera abajo. Tras dar un descanso a sus tropas, Soult decide hacer un último intento, redirigiendo el esfuerzo principal del ataque hacía el extremo izquierdo de la línea española; sin embargo también fracasa, los imperiales ya no pueden más y se retiran desordenadas baja una lluvia torrencial.
Por su parte el ataque de Clausel en la zona de Vera consigue expulsar a los defensores anglo-portugueses de sus avanzadillas pero la llegada de refuerzos le impide progresar más allá de la primera posición conquistada y caer sobre el flanco español en San Marcial. Por la tarde Soult le comunica la derrota en San Marcial y le ordena retirarse. Los franceses han sufrido unas 4.000 bajas por 2.500 aliadas. San Sebastián cae ese mismo día -salvo el castillo en el que se refugian los defensores- y es salvajemente saqueada por los británicos.
Vista del valle del Bidasoa y las alturas francesas (montaña de Luis XIV) desde las alturas españolas. Se puede ver a una columna de infantería atravesando el valle. Ilustración de Robert Batty
Wellington era reticente a invadir Francia mientras no viera una evolución favorable de la campaña contra Napoleón en Alemania, lo cual dio tiempo a Soult de atrincherarse en la línea del Bidasoa. Las líneas francesas parecían inexpugnables pero Wellington se dio pronto cuenta del error de Soult, eran demasiado largas (37 km) para ser defendidas adecuadamente con las tropas a disposición de éste. Además Wellington contaba con la información que le habían dado los pescadores locales de que el estuario del Bidasoa era transitable cuando bajaba la marea.
El 7 de octubre, Soult estaba inspeccionando la parte oriental de su línea -que era por donde esperaba el ataque- cuando le informaron que Wellington había cruzado 24.000 hombres por el bajo Bidasoa, defendido únicamente por una división cuyos dispersos batallones se veían enfrentados a 2, 3 y hasta 4 brigadas aliadas a la vez. El intento de resistir es fútil y una vez penetrada la línea en esa zona, Soult tiene claro que tiene que replegarse o será destruido. Ha tenido 1.700 bajas por 1.600 de los aliados.
Españoles atacando a los defensores franceses en el monte Mandale, al otro lado del Bidasoa. Ilustración de Robert Batty.
La siguiente línea defensiva de Soult se establece en el río Nivelle. El problema seguía siendo el mismo de antes, era algo larga (30 km.) y aunque Soult disponía de 62.000 hombres no se podían apoyar mutuamente con rapidez. El ataque aliado viene por el centro, realizado por 33.000 de las 82.000 tropas aliadas, el 20 de noviembre; mientras el resto de los soldados aliados realizaban ataques de diversión sobre la línea. Las columnas atacantes contaban con una superioridad de 3 a 1. Una enérgica defensa hubiera permitido a Soult disponer de tiempo para mover tropas hacia el sector amenazado, pero la calidad de las tropas francesas distaba un abismo de aquellas del campo de Boulogne. Una vez rota la línea, algunas unidades huyen y el resto del ejército imperial se ve obligado a abandonar de nuevo una posición supuestamente inexpugnable. El ataque frontal le ha costado a Wellington sólo 3.400 bajas por 4.300 de los franceses.
Plano de la batalla del Nivelle, fuente: napoleon-series.org. Hacer click para ampliar.
Soult se retiró a Bayona, sin ser perseguido por un cauto Wellington. Cuando se reanudó la ofensiva, Wellington había dejado atrás a la mayor parte de sus tropas españolas debido a la incapacidad de aprovisionarles adecuadamente y el temor de que eso degenerara en saqueos, provocando una reacción hostil del pueblo francés. Por lo tanto las fuerzas estaban más igualadas con algo más de 60.000 hombres cada ejército. Wellington esperaba que Soult defendiera la línea del río Nive – que desemboca en el río Adour en la propia Bayona- y se sorprendió de que se le permitiera cruzar con facilidad. Sin embargo esta vez Soult había cambiado de táctica, mientras los aliados se dispersaban para cruzar el Nive por varios puntos y rodear Bayona, él concentró sus tropas en Bayona y las lanzó al ataque el 10 de diciembre contra las fuerzas anglo-portuguesas que tenía enfrente. Estuvo cerca de aniquilar a dichas tropas pero cuando ya las tropas francesas estaban en proceso de rodearlas, aparecieron refuerzos aliados que contraatacaron, teniendo los imperiales que retirarse de vuelta a Bayona.
La batalla del Nivelle (Wikimedia Commons)
La misma noche del 10, 3 batallones alemanes desertaron tras conocer las consecuencias de la derrota de Napoleón en Leipzig -que supuso el hundimiento del control francés en Europa Central- y Soult se vio obligado a desarmar al resto de tropas alemanas que tenía a su mando. El día 11, se reanudó el ataque contra las fuerzas aliadas al oeste de Bayona; se pillaron por sorpresa a las avanzadillas enemigas pero Soult tuvo que ordenar rápidamente interrumpir el ataque ante la aproximación de más refuerzos aliados. Este constante traslado de refuerzos motivo que sólo quedase una fuerza aliada -al mando de Hill- en el otro lado del Nive. Así que el día 13, Soult cambió de objetivo y se propuso aplastar a los 14000 anglo-portugueses. Sin embargo el terreno que ocupaban éstos en St. Pierre: montes, separados por barrancos y agua, hacia que Soult no pudiera envolver sus posiciones y hacer valer instantáneamente su superioridad numérica. A fuerza de ataques frontales, los franceses fueron progresando, hasta que a Hill no le quedó más remedio que lanzar un contraataque con sus últimas reservas para tratar de ganar algo de tiempo. Dicho ataque tuvo un éxito más allá de lo esperado ya que el general de la división francesa que lo recibió se quejó a sus colegas de haberse negado a apoyarle y decidió retirarse de la batalla, provocando un movimiento en cadena de repliegue. Aquí se echa de nuevo en falta una presencia de Soult en primera línea, que hubiera impedido tal desaguisado.
Los combates en torno a Bayona, se saldaron con unas 4.000 bajas francesas -sin contar los desertores y desarmados- y unas 3.700 aliadas. Tras ellos, Wellington decidió dar por finalizada la campaña de aquel año y montar campamentos.
Campaña de 1814
La firma del tratado de Valençay hizo creer a Napoleón que España se retiraría de la guerra a cambio de la liberación del príncipe Fernando y su reconocimiento como rey de España. Por ello empezó a retirar tropas del sur de Francia, reclamando a Soult 14.000 hombres. Sin embargo el tratado fue repudiado por las Cortes españolas y la guerra siguió su curso. Soult seguía contando con una fuerza de 60.000 hombres frente a los 70.000 del ejército de campaña de Wellington, pero había una gran diferencia en la calidad y moral de ambos ejércitos.
Plano de la batalla del Orthez fuente: napoleon-series.org. Hacer click para ampliar.
A mediados de febrero se reanuda la campaña. Con un hábil movimiento Wellington logra aislar Bayona -que pasa a ser sitiada- empujando al grueso del ejército de Soult hacia el Este. Tras abandonar tres posiciones sucesivas, Soult decidió resistir en la batalla de Orthez (27-Feb.) Tiene 36.000 tropas contras las 43.000 de Wellington. Wellington mandó a un cuerpo (Hill) a conquistar Orthez para que a continuación tratara de envolver el flanco izquierdo francés. A la vez otro cuerpo (Beresford) marchó a envolver el flanco derecho pero su ataque fue detenido, por lo que Wellington tuvo que ordenar que el ataque al centro francés que iba a ser una demostración deviniera en el ataque principal. Los franceses estuvieron cerca de ganar, pero finalmente fueron cediendo y la caída de Orthez, supuso una grave amenaza para el flanco francés, dándose finalmente Soult a la retirada. Había perdido 4.000 hombres y muchos nuevos reclutas desertaron; los aliados perdieron 2.200 hombres.
Soult se tuvo que retirar hacia el interior. La persecución no fue muy intensa y tras una escaramuza en el Aire (2-Mar), Wellington decidió atender el llamamiento de un grupo de franceses borbónicos de “liberar” la gran ciudad de Burdeos. Una vez reanudada la ofensiva, Soult se vio obligado a irse replegando hacia Toulouse, librando por el camino una violenta escaramuza en Tarbes (20-Mar).
Mapa de la batalla de Toulouse (hacer click para agrandar). Fuente: Wikimedia Commons.
Wellington (49.000 hombres) alcanzó a Soult (42.000 hombres) en Toulouse. La ciudad era un gran centro militar y además de su muralla, había sido reforzado con reductos y terraplenes; el inconveniente era que en la población había muchos partidarios de los Borbones y no se le prestó apoyo activo a Soult.. El 10 de abril tuvo lugar la última gran batalla de la contiendaxix. Mientras otras fuerzas hacían ataques secundarios y de distracción, el esfuerzo principal aliado se tenía que dirigir contra las posiciones francesas en el monte Rave. El ataque al Rave se tenía que hacer desde dos direcciones, los españoles por el Norte hacia el “Gran Reducto” y los anglo-portugueses de Beresford por el Sur hacia el “Reducto de Sypière”. Beresford empezó a cañonear las posiciones francesas antes de que sus tropas estuvieran en sus posiciones, por lo que confundió a los españoles que entendieron que el ataque ya había comenzado y ascendieron antes de tiempo sólo para ser rechazados. Beresford -no sin esfuerzo- logró conquistar su objetivo inicial, pero los franceses se retiraron a una segunda posición en el propio monte. El segundo ataque aliado si estuvo más coordinado y aunque los españoles fueron de nuevo rechazados, Beresford consiguió ocupar las posiciones francesas.
Los franceses habían sufrido 3.200 bajas pero habían causado 4.600 a los aliados, cuyas fuerzas habían quedado en tan malas condiciones que Wellington no se atrevió a continuar el ataque contra la propia Toulouse hasta que no tuvieran algún día de descanso. Soult aprovechó para escapar de la ciudad, la noche del 11, aprovechando la escasa vigilancia en el sector Sur de la ciudad.
Poco después se enteró de que la guerra ya había terminado.
Los Cien Días
Al servicio de los Borbones
El 19 de Abril de 1814 se declaró por los Borbones, siendo recompensado por Luis XVIII con el mando de la 13ª División Militar. Se esforzó por congraciarse con el entorno “real” y consiguió los suficientes apoyos como para ser nombrado ministro de la guerra el 3 de diciembre de 1814 en sustitución del impopular general Dupontxx.
Si los bonapartistas de toda la vida esperaban tener un aliado en el ministerio se equivocaban. Soult concedió pensiones a los supervivientes vendeanos que se habían rebelado contra la República. También ordenó a muchos veteranos generales a media-paga alejarse de París y cuando el general Exelmanns se negó, montó un escándalo y lo arrestó, convirtiendo a Exelmanns en un héroe entre los bonapartistas.
Cuando ya se había ganado completamente a sus nuevos patronos, apareció por sorpresa su viejo patrón. Napoleón regresó del exilio en la isla de Elba y desembarcó cerca de Antibes, el 1 de marzo. El ministro Soult hizo una proclama denunciando a Napoleón como usurpador y definiéndole como un loco peligroso que buscaba la Guerra Civil.
Antes del regreso de Napoleón, Soult había hecho instalar un cuerpo de 30.000 hombres en la zona de Lyon para vigilar posibles movimientos de Murat en Italia. Estas tropas estaban en el camino de Napoleón y se unieron a él masivamente. Esto provocó la sospecha de que Soult pudiera haber estado en contacto con Napoleón y fuera un traidor, por lo que fue apartado el 11 de marzoxxi.
Retrato de Soult y bandera de una unidad de la Guardia Nacional en tiempos de Luis XVIII.
Campaña de 1815
Soult era libre de unirse a Napoleón una vez que vio como este se convertía de nuevo en el amo de Europa. Napoleón seguía teniendo confianza en las habilidades administrativas y organizativas de Soult; además a Napoleón le faltaba un jefe de Estado Mayor, ya que Berthier no estaba disponible. Como jefe de estado mayor del Armée du Nord, elige al general Bailly de Monthion -un experimentado oficial y antiguo ayudante de Berthier-, sin embargo Napoleón considera que por encima de él, se necesita un mariscal que se pueda hacer respetar por los diversos generales y mariscales, así que el 9 de mayo le da el cargo de Mayor-General del Ejército a Soult.
Soult demostró su habilidad a la hora de organizar los preparativos de la campaña y poner en pie un ejército competente. Sin embargo sustituir a Berthier en otras funciones no era tarea fácil: Napoleón se había acostumbrado a que el fiel Berthier se ocupara de “traducir” sus ordenes, añadiendo aclaraciones de forma que los generales supieran exactamente lo que se esperaba de ellos. Además Berthier era muy meticuloso con los detalles y poseía un conocimiento enciclopédico del ejército, por lo que podía corregir errores en los planteamientos de Napoleón si estos se basaban en un asunción equivocada sobre la posición, la fuerza de una unidad, etc. De este tipo de cuestiones hubiera sido mejor que se ocupara directamente Monthion, pero los enraizados hábitos de Napoleón le llevaron a tratar a Soult como si fuera otro Berthier.
Una vez iniciada la campaña se revelaron los fallos del trabajo de estado mayor de Soult. Los ayudantes de campo de Soult eran mucho más lentos a la hora de entregar las ordenes que en tiempos de Berthier, además se perdían una preocupante cantidad de veces. Y es que Berthier acostumbraba a mandar las ordenes por duplicado, triplicado o incluso cuadruplicado, para evitar precisamente estos problemas. Además las órdenes venían ahora con un montón de palabras y detalles que generaban confusión, cuando Berthier se había esforzado en simplificar las ordenes, sobre todo las importantes.
El resultado práctico fueron tiempos de marcha planificados con márgenes de media hora que se venían abajo porque un cuerpo recibía tarde sus ordenes (atasco de tropas en Charleroi), cuerpos que no llegaban a recibir ordenes y eran echados en falta demasiado tarde para participar en una batalla (Lobau en Ligny) o cuerpos que marchaban confundidos de un lado a otro entre dos campos de batalla sin intervenir en ninguna (d´Erlon entre Quatre Bas y Ligny) y en general ordenes confusas que provocaban que comandantes independientes (Ney y Grouchy) no tuvieran claro que se esperaba de ellos y cual era el panorama general.
No quita que Napoleón no hiciera caso a los consejos de Soult sobre no atacar a Wellington en una posición escogida por él y se negara a contemplar una maniobra de flanqueo.
Tras el desastre de Waterloo (18-Jun) se tiene que hacer cargo temporalmente del ejército en conjunción con Davout que es el ministro de la Guerra. Cuando se crea un gobierno provisional tras la segunda abdicación de Napoleón, se opone a intentar la defensa de París ya que en su opinión es indefendible. Tras la capitulación trata de retirarse a sus tierras, algunos piden su ejecución -como a Ney, por traidor-, pero finalmente es proscrito y se exilia a Alemania.
Napoleón -acompañado de su Estado Mayor- dando ordenes en la batalla de Ligny
Epílogo.
En 1819 se le permite regresar a Francia. Poco a poco va recuperando los antiguos honores recibidos. A la caída de los Borbones en 1830 dio su apoyo a los Orleanistas y volvió a ser nombrado Ministro de la Guerra, contribuyendo a aplacar la amenaza de una revuelta que degenerara en una guerra civil. Durante su estancia en el Ministerio reformó profundamente el sistema de reclutamiento del ejército e instó la creación de la celebre Legión Extranjera (1831).
Retrato del mariscal Soult y a la derecha soldados de la Legión Extranjera.
En 1831 estalla en Lyon la insurrección de los “canuts” en la que los trabajadores de la poderosa industria textil se rebelaron ante el continuado descenso de sus salarios y la negativa de los empresarios a negociar una tasa fija por pieza producida. Hubo combates en las calles de la ciudad entre tropas y “canuts” -muchos de ellos formaban parte de la Guardia Nacional- que se saldaron con 60 muertos y la toma de la ciudad por los rebeldes. Soult tuvo que acudir con 20.000 hombres -acompañando al príncipe Fernando-Felipe- pero consiguió someter a los rebeldes sin derramamiento de sangre.
Soult se convierte en un pilar del reinado de Luis Felipe y llegaría a desempeñar durante 3 periodos el cargo de Presidente del Consejo. En 1847 se ve obligado a renunciar a la vida pública por su mala salud y se retira. Como regalo de despedida, Luis Felipe recupera para él el cargo honorífico de Maréchal Général de France, que sólo se concedió 7 veces en la historia de Franciaxxii.
Moriría en 1851.
Es un buen General; pero mucho más es un excelente organizador, un buen ministro de guerra. Mas conoce las disposiciones de un ejército que la manera de mandarlo. Su campaña de Francia es muy bella; lo que costará creer es, que este hombre, cuya actitud y firmeza indican un gran carácter, es esclavo de su familia....
Napoleón Bonaparte
Autor: Flavius Stilicho
Massena, Davout y Suchet eran los maestros, capaces de misiones independientes. También, en menor medida, lo eran St. Cyr, Soult y -por un tiempo- Macdonald. Lannes, de haber vivido, podría figurar entre lo mejor. El resto eran proyectiles humanos que necesitaban de la puntería e impulso del Emperador. Su servicio fue duro. Sus nombres perduran. (J. Elting)
Bibliografía:
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Chandler, David G. - Austerlitz 1805: la batalla de los tres emperadores.
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Chandler, David G. - Jena 1806, Napoleón arrasa Prusia.
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Fremont-Barnes, Gregory (Editor) – The Encyclopedia of the French Revolutionary and Napoleonic Wars .
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Gates, David – La Úlcera Española, Historia de la Guerra de la Independencia.
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Lippincott, J.B. - Napoleon and the Marshals of the Empire – Google Books.
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Lipscombe, Nick – The Peninsular War Atlas.
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MacDonnell, A.G. - Napoleon and his Marshals.
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Petre, Loraine – Napoleon´s campaign in Poland, 1806-1807.
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Sañudo Bayón, J.J. - La Albuera 1811, ¡glorioso campo de sufrimiento!
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Web Wikipedia: Jean-de-Dieu Soult y otros artículos relacionados.
Notas:
i Massena se hizo cargo de los derrotados restos del ejército francés del Danubio juntándolos a su ejército de Suiza.
ii Parece que Napoleón se planteó la posibilidad de que dicho cuerpo marchara después a Egipto, o si no era posible que al menos marchara Soult y se hiciera con el mando del ejército francés allí, que tras la muerte de Kebler había caído en en manos del poco competente Menou. Sin embargo Menou capitularía a finales de agosto, echando por tierra cualquier posible plan.
iii La mayor parte del ejército francés toma posiciones en la zona del Canal de la Mancha en vistas a una proyectada invasión de Inglaterra.
iv Miloradovich era todo un espectáculo: cabalgaba de un lado a otro, gritando, blandiendo su espada y disparando al aire sus pistolas, procurando siempre resultar bien visible a los ojos del impresionable Zar. Otros oficiales eran menos impresionables y no dejaron de darse cuenta de que lo único que el general ruso no hacía era precisamente dar ordenes.
v La rapidez de la persecución impidió a Blücher reaprovisionar a sus tropas, en el documento de capitulación dejó por escrito que se encontraba “sin pan y sin munición” para dejar bien claro que no se rendía por cobardía.
vi El motivo no acaba estar del todo claro. según una versión el tren de carruajes que constituía el equipaje personal de Napoleón entró por error en Eylau para prepararle el alojamiento nocturno y las tropas de Soult tuvieron que acudir en su rescate. También es posible que simplemente las tropas se excederían al perseguir a los rusos y consideraran más apetecible hacerse con la villa para pasar la dura noche invernal.
vii Aunque el grueso del ejército prusiano caería en 1806, el pequeño cuerpo prusiano de Lestocq situado en la Prusia Oriental se salvaría de la debacle y tendría una destacada participación a lo largo de la campaña de 1807, como auxiliar del ejército ruso.
viii Napoleón valoraba demasiado Austerlitz como para permitir y con razón que quedara asociado a otro nombre que no fuera el suyo.
ix Los soldados ingleses hacían un juego de palabras con su título y le llamaban: duke of Damnation (duque de la maldición).
x Su comandante el general Freire fue linchado antes del combate por las tropas por sugerir retirarse, consciente de las nulas posibilidades en campo abierto de unos paisanos indisciplinados y sin instrucción. Los portugueses perderían más de 4.000 hombres, la gran mayoría muertos.
xi Sin embargo cuando en Oporto un grupo de oficiales encabezados por Argenton, intentó convencerle de que traicionase a Napoleón procedió a arrestarlos.
xii La reunión de ambos mariscales para discutir sus proyectos ya había estado lejos de ser pacífica. Habían discutido e incluso llegado a desenvainar sus espadas. Sus propios hombres se habían contagiado de este mal ambiente y había habido peleas entre los miembros de ambos cuerpos.
xiii En el desastre de Medellín (28/03/1809) los españoles tuvieron en torno a 10.000 bajas aunque sólo 1.800 de ellas fueron de prisioneros, ya que la caballería francesa llevó a cabo una de las mayores matanzas que ha sufrido nunca un ejército español.
xiv En su momento álgido disponía de unos 5.000 juramentados. Se los podía utilizar en alguna ocasión para combatir a bandidos/guerrilleros, sin embargo no llegaron al nivel de poder sustituir a las tropas regulares francesas en su misión de control del territorio.
xv Junto a Massena y Augereau, formaba el trío de “mariscales-saqueadores” por excelencia.
xvi Mendizabal fue despedido por Wellington con el consejo de “no arriesgar operaciones difíciles ni de dudoso resultado” y de atrincherarse al lado de Badajoz. A Mendizabal el consejo le entro por un oído y le salió por el otro
xvii Era la división de vanguardia del Ejército de Blake. Dicho ejército al formar parte de la guarnición de Cádiz había tenido el “lujo” de tener tiempo para dedicarlo a la instrucción.
xviii Sólo había quedado el ejército de Suchet, en el Levante, que seguiría operando independientemente.
xix Napoleón abdicó el 6 de abril. La última batalla tendría lugar en Bayona (14-Abr), ciudad que no se rendiría hasta el 27 de abril, cuando la guarnición recibió ordenes expresas de Soult de capitular.
xx El propio hecho de nombrar al “perdedor de Bailen” -defenestrado por Napoleón-, ya había sido considerado un insulto por muchos veteranos napoleónicos.
xxi Preguntado por ello en Santa Helena, Napoleón negaría rotundamente la traición de Soult y se burlaría recordando como Soult lo había considerado un loco.
xxii Charles de Gontaut, François de Bonne, Turenne, Villars, Mauricio de Sajonia, Broglie y Soult. Originalmente el título era Mariscal General de los Campos y los Ejércitos del Rey.
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Enhorabuena amigo Flavius, estoy leyendo el relato y está realizado en tu manera habitual: ameno y entretenido.
saludos
¿Largo?
¿Estás loco?
Para considerar largo un escrito, hay que aburrirse y leerlo por partes. Tus escritos (y este es uno más que se ajusta al canon) se leen de un tirón (por lo interesantes y amenos, atrapan) y lo de leerlo por partes, queda para la relectura, cuando, ya sosegado, uno se dedica al análisis.
Gracias por escribir Flavius, muchas gracias
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Me alegra mucho. Con lo largo que ha salido me temía que todo el mundo saliera espantado a las primeras de cambio. Cuando iba por 1810 pensé, que hubiera sido muy considerado por parte de Soult el dejarse matar, para poder dar por terminado el artículo.
Por mi parte, espero con ansia algún nuevo artículo tuyo.